¿Qué dice exactamente la Biblia sobre los homosexuales?

La religión y la homosexualidad no se han llevado bien durante los últimos siglos. Varios exponentes de diferentes cultos plantean en sus discursos los terribles castigos que podrían recibir, de la mano de Dios, aquellas personas que sienten atracción sexual por individuos de su mismo sexo.

En la edición impresa del diario La Segunda del jueves 16 de abril pasado se publicó una carta al director bajo el tema “Homosexualidad”. Allí, Richard Rodríguez Hormazábal, lector que la firmaba, escribía que la Biblia decía que había que “asesinar a los homosexuales”.

Pero ¿realmente la Biblia dice esto? La Biblia dice en Levítico 20:13 que los homosexuales han de morir, sin especificar si se refiere a una condena divina o si merecen ser asesinados.

Según distintas versiones del texto sagrado, esto es lo que dice en el nombrado versículo.

La Biblia de las Américas:
“Si alguno se acuesta con varón como los que se acuestan con mujer, los dos han cometido abominación; ciertamente han de morir. Su culpa de sangre sea sobre ellos.
La Nueva Biblia de los Hispanos:
‘Si alguien se acuesta con varón como los que se acuestan con mujer, los dos han cometido abominación; ciertamente han de morir. Su culpa de sangre sea sobre ellos.
Reina Valera Gómez:
Y cualquiera que tuviere ayuntamiento con varón como con mujer, abominación hicieron; indefectiblemente han de ser muertos; su sangre será sobre ellos.
Reina Valera 1909:
Y cualquiera que tuviere ayuntamiento con varón como con mujer, abominación hicieron: entrambos han de ser muertos; sobre ellos será su sangre.

Según el licenciado en Teología por la Philosophisch Theologische Hochschule, Alexandre Awi ,en su texto científico ‘¿Qué dice la Biblia sobre la homosexualidad?’ indica que “el posicionamiento de la Iglesia en general ha sido muy negativo en la valoración de este tipo de postura o comportamiento sexual. Históricamente hablando, la Iglesia cristiana, tanto católica como protestante, siempre ha condenado las ‘prácticas homosexuales’”. Para ello, se ha basado por un lado en la filosofía “natural”, y por otro, en las mismas fuentes bíblicas. Ambos caminos han estado altamente cuestionados en las últimas décadas.

Pero la Biblia puede ser interpretada de distintas maneras, por eso que nace la “confusión” respecto a los hombres que aman a otros hombres.

El pastor evangélico de la Iglesia Renuevo en Lebu, Roberto Pino Leal explicó a BioBioChile que este versículo está escrito en un “contexto de Ley que ya no corre para la Iglesia. Lo que sí corre es el propósito moral, que aún está vigente”.

“La Biblia es clara en señalar tanto en el antiguo testamento como en el nuevo testamento que la única relación natural es la de un hombre y una mujer“, agrega el pastor.

“La opinión de la Iglesia es muy diversa, pero en su mayoría la Iglesia Evangélica ha sido de una línea: Los homosexuales, lesbianas, transgéneros, y transexuales deben ser amados y aceptados con el amor de Dios, y ayudados a encontrar su verdadera identidad sexual ya sea la de un hombre o una mujer“, puntualiza.

En Levítico 18:22 dice: “No te acostarás con un hombre como quien se acuesta con una mujer. Eso es una abominación”. Mientras, en Romanos 1:26-27 señala: “Por eso, Dios los ha abandonado a pasiones vergonzosas. Incluso sus mujeres han cambiado las relaciones naturales por las que van contra naturaleza; y, de la misma manera, los hombres han dejado sus relaciones naturales con la mujer y arden en malos deseos los unos por los otros. Hombres con hombres cometen actos vergonzosos y y sufren en su propio cuerpo el castigo de su perversión”.

Mientras, en Corintios 6:9 manifiesta: “¿No saben que los malvados no heredarán el reino de Dios? ¡No se dejen engañar! Ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los sodomitas, ni los pervertidos sexuales”, y en Romanos 1:24-25 dice: “Por eso Dios los entregó a los malos deseos de sus corazones, que conducen a la impureza sexual, de modo que degradaron sus cuerpos los unos con los otros. (25) Cambiaron la verdad de Dios por la mentira, adorando y sirviendo a los seres creados antes que al Creador, quien es bendito por siempre. Amén”.

hotlantavoyeur (CC)

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Por parte de los Testigos de Jehová, la respuesta va más allá y dejan claro, de manera explicita, que para Dios está prohibida la homosexualidad, también el sexo anal y oral, además de masturbar a otra persona: “Dios creó al hombre y la mujer, y él estableció que las relaciones sexuales sólo deben tener lugar entre esposo y esposa (Génesis 1:27, 28; Levítico 18:22; Proverbios 5:18, 19). Así pues, las relaciones sexuales entre personas del mismo sexo o entre un hombre y una mujer que no sean esposos están prohibidas por Dios (1 Corintios 6:18). Dicha prohibición abarca el sexo oral y anal, así como masturbar a otra persona”.

Visión de la Iglesia Católica

El Arzobispo de Concepción, Fernando Chomalí , explicó hace un tiempo que la Iglesia Católica “distingue entre la condición homosexual y las prácticas homosexuales”.

“En relación a la condición homosexual, plantea que esas personas no han elegido ese estado de tendencia homosexual, por lo tanto, se requiere respecto de ellos un trato digno como todo ser humano, sin embargo, piensa que las prácticas sexuales entre personas del mismo sexo son claramente inmorales porque no tienen las dos notas fundamentales que se le pide a una relación sexual”, señala Chomalí, indicando que esas notas fundamentales son: que una relación sea entre un hombre y una mujer; y que tenga fines reproductivos.

Fuente: http://www.biobiochile.cl/2015/05/01/que-dice-exactamente-la-biblia-sobre-los-homosexuales.shtml

Desafíos teológicos del conflicto palestino-israelí

¿Despojado de nombre, de pertenencia, en una tierra que ha crecido con mis propias manos? Job ha llenado hoy el cielo con su grito: ¡no hagáis de mí un ejemplo otra vez! -Mahmoud Darwish, Pasaporte

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La historia trágica de la nación palestina, tras las victorias militares israelíes de 1948 y 1967 y las consiguientes expansiones territoriales del recién creado estado de Israel, efectuadas siempre a costa del desplazamiento de palestinos y la expropiación de sus tierras,1 debe ser tema prioritario para cualquier teología que conciba como su tarea primordial la atención y el cuidado de los dolores y las aspiraciones de pueblos oprimidos y comunidades menospreciadas. Como ha escrito, tras visitar Palestina, la autora afroamericana Alice Walker: “lo que acontezca a una porción de la humanidad, nos compete a todos. No importa cuan oculta sea la crueldad, o cuan lejos sean los gritos de dolor y terror, vivimos en un mundo. Somos un pueblo”.2 La infausta situación del pueblo palestino obliga a ponderar ciertos cruciales e ineludibles asuntos de importancia tanto para la teología como para el conflicto clave del Cercano Oriente.

  1. Las teologías de liberación han enfocado la narración bíblica del éxodo como paradigma emancipador clave.3 Pero, con excesiva frecuencia, descuidan o evaden su dimensión siniestra –la conquista de Canaán, una invasión violenta que conlleva la subyugación o el exterminio de sus habitantes. La hermenéutica teológica palestina posibilita la consideración seria de esta aciaga cara oculta del éxodo, tanto en su contexto narrativo bíblico – las atroces reglas militares que prescriben la servidumbre o la aniquilación de los pueblos que habitan la ruta a la “tierra prometida” (Deuteronomio 20:10-17) – como en las actuales circunstancias históricas en las que el pueblo palestino es seriamente maltratado por el estado de Israel. En el relato bíblico de la invasión y la conquista de Canaán, los pueblos indígenas se consideran fuentes potenciales de contaminación étnica, religiosa y ética y, por consiguiente, los hebreos reclaman derecho divino para desplazarlos, expelerlos o exterminarlos. Actitud discriminatoria similar asoma posteriormente en la reconstrucción de Jerusalén y el templo, lo que resulta en la inmisericorde expulsión de las mujeres extranjeras y sus hijos, según los epílogos de Esdras y Nehemías. Son auténticos textos de terror, en la tristemente oportuna frase de Phyllis Trible.4 Resonancias desafortunadas de esta perspectiva excluyente se pueden identificar en algunos escritos teológicos y jurídicos durante la conquista ibérica de Indoamérica en el siglo dieciséis,5 al igual que en las proclamas de innumerables sionistas israelíes quienes invocan esos mismos textos bíblicos para intentar legitimar sus aspiraciones de un Gran Israel (Eretz Yisrael), libre de toda posible “contaminación” palestina.
  2. La memoria adolorida de al-nakba (la “gran catástrofe” de 1948), permite a la hermenéutica palestina acentuar los temas bíblicos significativos de devastación, desplazamiento, dispersión y cautividad, que son, al fin y al cabo, las matrices históricas cruciales de las escrituras sagradas judeocristianas, como ejes centrales de enunciación y reflexión teológicas. Es la experiencia trágica de la derrota nacional, la destrucción de la patria y sus lugares sagrados y el desplazamiento forzado, de donde emerge con vigor irresistible la necesidad imperiosa de recordar, de preservar la memoria de Dios como fundamento trascendente de la esperanza de liberación y de la aspiración obstinada del retorno a la tierra perdida.6 Contrario a otras escrituras hieráticas del Oriente próximo, redactadas por escribas cortesanos y caracterizadas por sus laudos a las victorias nacionales, la Biblia se forja en el dolor intenso de la experiencia trágica de la devastación y el exilio. Son escrituras sagradas justamente porque surgen del dolor de un pueblo invadido y desplazado que a lo lejos contempla con honda tristeza la demolición de sus viviendas y lugares santos, pero que no ceja en sus anhelos de retorno y restitución. Este es precisamente el lugar de reflexión que asume la nueva generación de teólogos palestinos.
  3. Los teólogos palestinos han podido responder crítica y eficazmente al empleo sionista de la Biblia hebrea para justificar la militarización y expansión territorial del estado de Israel y sus políticas sociales discriminatorias contra árabes y palestinos. Después de todo, es difícil, para cualquier lector atento, evadir o marginar la médula profética de las escrituras sagradas hebreas, con su vínculo indisoluble entre la práctica de la justicia y el conocimiento de Dios (Jeremías 22:16) y su énfasis continuo en la solidaridad y la compasión con los sectores más vulnerables de la sociedad –los pobres, las viudas, los huérfanos, los inmigrantes, las víctimas de la avaricia de los poderosos- como expresión máxima de la obediencia a la voluntad divina.7 ¿Cómo citar la Biblia para justificar el trato cruel y degradante que el actual estado de Israel practica hacia la población palestina, cuando esos mismos textos sagrados enfáticamente reprochan y censuran al Israel bíblico por sus acciones y leyes injustas y opresivas? Tanto los libros históricos como los proféticos, en la Biblia hebrea, proclaman por igual el profundo desagrado divino ante las estructuras endémicas de injusticia social que proliferan en la monarquía israelita.
  4. El tema del “pueblo escogido” por Dios ha sido un dilema teológico clásico. La primera confesión de fe bíblica comienza así: “Un arameo a punto de perecer fue mi padre, el cual descendió a Egipto… Los egipcios nos maltrataron, nos afligieron y nos impusieron una dura servidumbre…” (Deuteronomio 26:5s). ¿Quiénes son los genuinos descendientes de ese arameo errante, supuesto antecesor patriarcal de un “pueblo divinamente escogido”? En Palestina, dos respuestas conflictivas pugnan intensamente. Muchos sionistas alegan que los judíos, cualquiera sea su procedencia o su linaje cultural (sefarditas o asquenazíes, en toda su inmensa diversidad lingüística) constituyen la nación escogida con sus correspondientes derechos divinos a poseer la tierra palestina. Esta es la premisa ideológica de las leyes israelíes de retorno. La citada primera confesión bíblica de fe, sin embargo, no necesariamente recalca la alegada descendencia biológica o étnica. Su énfasis central es la experiencia de esclavitud, subyugación y potencial genocidio que sufre un pueblo al que Dios libera tras prestar atención a sus clamores de angustia y dolor. El riesgoso concepto de “pueblo de Dios”, por consiguiente, nada tiene que ver con una alegada descendencia filogenética, demostrable, en teoría, mediante análisis del ácido desoxirribonucleico (ADN) de enteras colectividades humanas. Refiere, más bien, a la lectura de los tiempos en una hermenéutica profética de emancipación. Pertenece genuinamente al pueblo de Dios toda persona que enmarca su existencia en la búsqueda audaz, teórica y práctica, de la liberación de los oprimidos, excluidos y menospreciados.8 
  5. A través de su extensa historia, Jerusalén ha sido simultáneamente bendecida y maldecida por el reclamo que las tres grandes religiones semitas monoteístas hacen de ella como ciudad sagrada. Durante siglos e incluso milenios, judíos, cristianos e islamitas la han considerado “ciudad santa”, santificada por la presencia divina. Los intensos sentimientos religiosos evocados por Jerusalén, ubicada en los mapas medievales en el centro del orbe creado, donde conviven tensa y conflictivamente la Iglesia del Santo Sepulcro, el Muro de las Lamentaciones, la Mezquita De Al-Aqsa y la Cúpula de la Roca, la han transfigurado, en la imaginación activa de innumerables creyentes, peregrinos y cruzados, en una urbe a la vez santa y peligrosa, sagrada y sanguinaria, como ninguna otra ciudad en la historia humana.9 Incontables judíos, cristianos e islamitas han invocado con profunda devoción el nostálgico cántico a la ciudad perdida y añorada: “¿Cómo cantaremos un cántico a Dios en tierra de extraños? Si me olvido de ti, Jerusalén, pierda mi diestra su destreza. Mi lengua se pegue a mi paladar, si de ti no me acuerdo; 
si no enaltezco a Jerusalén como preferente asunto de mi alegría” (Salmo 137:4-6). ¡Un himno espléndido, ciertamente! Pero con frecuencia se olvidan sus rencorosos versos postreros, en los que el lamento se transforma en anhelo de cruel venganza: “Hija de Babilonia… bienaventurado el que te dé el pago 
de lo que tú nos hiciste. ¡Dichoso el que tome tus niños y los estrelle contra la peña!” (Salmo 137:8-9). La sacralidad atribuida a varios lugares en Palestina, Jerusalén en primer rango, ha sido causa funesta de interminables conflictos violentos y sangrientos. ¿Tenemos acaso, ese es el reto que agudamente plantea la teología palestina, los recursos intelectuales y espirituales para reconfigurar este debate de manera que el concepto de “tierra santa” sea punto de partida, no para la “guerra santa”, sino para el diálogo, el entendimiento y la solidaridad entre las tres grandes religiones monoteístas que comparten memorias y escrituras sagradas? De la respuesta a esa pregunta crucial depende en buena medida el destino feliz o infortunado de los diversos pueblos que habitan los valles y colinas de Palestina y quizá incluso la paz mundial.
  6. La teología palestina, quizá más enfáticamente que otras teologías de liberación, subraya el arduo pero deseable y necesario vínculo entre justicia y reconciliación, denuncia profética y esfuerzos pacificadores, recuperación de la historia de agravios y el perdón sanador de esa memoria.10 La meta última de la denuncia profética no puede ser la humillación ni menos aún la destrucción del pueblo adversario, sino el cumplimento histórico de la visión de Isaías de una nueva creación, libre de violencia y devastación bélica, un mundo en el que las comunidades en conflicto, en este caso palestinos e israelíes, “edificarán casas y las habitarán;
 plantarán viñas y comerán de su fruto. No edificarán para que otro habite 
ni plantarán para que otro coma… No trabajarán en vano 
ni darán a luz para maldición…” (Isaías 65:21-23). La reconciliación, en un contexto de paz justa y de restitución de agravios inicuos, es hoy, tras varias devastadoras guerras recientes y la memoria herida de siglos de sanguinarias hostilidades, un sueño compartido por muchos palestinos e israelíes, sean judíos, islamitas, cristianos o no-creyentes. Un sueño de paz y reconciliación. Es la aspiración de dos pueblos con memorias profundamente heridas: la memoria del shoah, el atroz holocausto judío, y la memoria de al-nakba, la trágica catástrofe palestina. Este sueño es tema central de la teología palestina. Lo comparten además teólogos y líderes religiosos judíos que reconocen y respetan la dignidad de la diferencia.11 Es también un anhelo que, desde tierra de gentiles, compartimos muchos y a cuya realización podemos contribuir disipando estereotipos degradantes y forjando redes creadoras de diálogo, comunicación y colaboración.12 

“Señores, señores profetas,
no preguntéis su nombre a los árboles,
no preguntéis por su madre a los valles:
de mi frente se escinde la espada de la luz,
y de mi mano brota el agua del río.
Todos los corazones del hombre… son mi nacionalidad:
¡retiradme el pasaporte!”

-Mahmoud Darwish, Pasaporte

  1. Edward W. Said, The Question of Palestine (London: Routledge, 1980); Ilan Pappe, A History of Modern Palestine: One Land, Two Peoples (Cambridge: Cambridge University Press, 2006).
  2. Alice Walker, “Overcoming Speechlessness,” Tikkun, September/October 2009, 35-36.
  3. Jorge V. Pixley, Éxodo, una lectura evangélica y popular (México, DF: Casa Unida de Publicaciones, 1983); José Severino Croatto, Exodus, a Hermeneutics of Freedom (Maryknoll, NY: Orbis Books, 1981).
  4. Phyllis Trible, Texts of Terror: Literary-Feminist Readings of Biblical Narratives (Philadelphia: Fortress Press, 1984).
  5. Luis N. Rivera Pagán, Evangelización y violencia: la conquista de América (San Juan: Edicio­nes Cemí, 1992).
  6. Daniel L. Smith-Christopher, A Biblical Theology of Exile (Minneapolis: Fortress Press, 2002).
  7. Walter J. Houston, Contending for Justice: Ideologies and Theologies of Social Justice in the Old Testament (London: T & T Clark, 2006).
  8. Aquí es la valiosa la teología judía de la liberación desarrollada por Marc H. Ellis en su libro Toward a Jewish Theology of Liberation (3rd expanded edition) (Waco, TX: Baylor University Press, 2004).
  9. Amos Elon, Jerusalem: Battlegrounds of Memory (New York: Kodansha International, 1995).
  10. Naim Stifan Ateek, Justice and Only Justice: A Palestinian Theology of Liberation (Maryknoll, NY: Orbis Books, 1989), 163-175; Mitri Raheb, I Am a Palestinian Christian (Minneapolis: Fortress Press, 1995), 112-116. Véase, además, Naim Stifan Ateek, A Palestinian Christian Cry for Reconciliation (Maryknoll, NY: Orbis Books, 2008).
  11. Jonathan Sacks, The Dignity of Difference: How to Avoid the Clash of Civilizations (London: Continuum, 2002); Judith Butler, Parting Ways: Jewishness and the Critique of Zionism (New York: Columbia University Press, 2012).
  12. Son muy útiles, desde las tradiciones culturales y religiosas progresistas islámicas, los escritos de Anouar Majid, sobre todo sus libros Unveiling Traditions: Postcolonial Islam in a Polycentric World (Durham, NC: Duke University Press, 2000), Freedom and Orthodoxy: Islam and Difference in the Post-Andalusian Age (Stanford: Stanford University Press, 2004) y A Call for Heresy: Why Dissent Is Vital to Islam and America (Minneapolis, MN: University of Minnesota Press, 2007). Sobre el conflicto Israel/Palestina sigue siendo esclarecedor el texto de Rosemary Radford Ruether y Herman J. Ruether, The Wrath of Jonah: The Crisis of Religious Nationalism in the Israeli-Palestinian Conflict (Minneapolis, MN: Fortress, 2002).

Fuente: http://www.80grados.net/desafios-teologicos-y-hermeneuticos-del-conflicto-palestino-israeli

La Biblia y los viajes en el tiempo

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Un mensaje de entrada de laverdadysololaverdad: ante todo tengan una mente abierta a esta información.  No crean en nada de lo que acá se dice a menos que puedan ustedes corroborarlo a través de su propia investigación.  Si la información que se proporciona aquí es falsa, debe desecharla inmediatamente.  Recuerde que soy humano y como tal puedo tener en efecto una tendencia al error.  Considere esto como un punto de partida quizás para abrir nuevos campos de investigación con temas relacionados, de ante mano muchas gracias y también al autor del artículo original (cito al final la fuente) y que tengan una buena lectura.  Que Dios los bendiga.

Todos en algún momento de nuestras vidas nos hemos sentido fascinados con las propiedades del tiempo.  Los escritores de libros y de películas se sienten obsesionados con este tema, por sus cualidades inescrutables.

En la novela y subsecuente película Tiempo cambiante, un ministro cristiano en el siglo XIX, encuentra una máquina del tiempo y viaja 110 años en el futuro, es decir hasta nuestro presente.  El hombre queda escandalizado al encontrarse con una sociedad  insolente, hostil, que se ha apartado de sus creencias espirituales.  Es una historia de ciencia-ficción muy bien hecha, una que entretiene la imaginación.  En la actualidad, son muchas las películas y series de televisión, cuyo argumento principal es los viajes a través del tiempo, y es así porque al reflexionar sobre este asunto, estas jornadas teóricas hacen que uno se pregunte si será posible realizarlas.

En una serie muy popular en Estados Unidos titulada Quantum Leap – Salto Cuántico, su protagonista el doctor Sam Beckett viaja en el tiempo teniendo como guía a un holograma, decidido a cambiar el pasado por algo mejor.  En otra serie que se titulara Seven days – Siete días, el protagonista Frank Parker viaja en una máquina del tiempo, siete días en el pasado, siempre para impedir tragedias o acontecimientos terribles.

¿Quién no ha soñado en algún momento de su vida con trasladarse a otra época, ya sea pasada o futura? ¿No cree que sería maravilloso poder ir al pasado y ver los grandes momentos históricos de la humanidad?  Para los cristianos, los grandes eventos de la Biblia serían los primeros en esta lista: Ver el arca de Noé, a Moisés delante de Faraón, o a José confrontando a sus hermanos, a no dudar nos proveería revelaciones maravillosas.

Quizá la lista de deseos estaría encabezada por los grandes milagros, tales como las diez plagas de Egipto, o la división del mar Rojo.  En la historia del Nuevo Testamento, los milagros del Señor Jesucristo y los eventos de su crucifixión profundizarían grandemente la comprensión de esos que hemos confiado en su nombre.

Las visiones, sonidos y olores de la historia secular, serían igualmente fascinantes, eso sin mencionar el aspecto educativo. ¿No le parece que sería increíble poder saber cuál fue la verdadera relación que existió entre Alejandro el Grande y su padre Filipo?  ¿Cómo lucían Nabucodonosor, Jerjes, Nerón o Poncio Pilato? ¿Cómo se construyó la Gran Pirámide?  Poder ver la época de oro de Grecia y Roma, le proveería revelaciones asombrosas al estudiante de historia.  Y uno se pregunta, pero… ¿será que ya pasó la grandeza de ellos para siempre y nunca se verá nuevamente?

El pasado es una cosa, pero… ¿qué con respecto al futuro?  Esta generación  de hecho ha visto 50 años de avances tecnológicos de importancia.  El siglo XX fue testigo de la transición del caballo hasta las naves espaciales, de la pluma de escribir a las super computadoras.

Pensando en estas cosas, uno se siente sobrecogido en ocasiones, sintiendo el deseo de ver qué será lo próximo en el futuro.  Es imposible dejar de especular y preguntarse… ¿Será tal vez un vehículo impulsado por una celdilla de poder con capacidad para levitarse, que no contamine ni tampoco precise de las autopistas pavimentadas?   Que no se necesiten carreteras que tengan que ser reparadas a cada rato por el paso constante de las ruedas de los vehículos.  Que no haya necesidad de llantas, engranajes o motores que requieran gasolina.

Automóviles controlados por computadora, capaces de evitar las colisiones y con sistema de auto navegación, serían el complemento para los hogares computarizados y los sistemas de comunicación.  La comida podría ser sintetizada. ¡También podríamos usar sistemas personales de anti-gravedad!  Los robots podrían hacerse cargo de las labores domésticas.  Prácticamente se turba nuestra imaginación al pensar en todas estas posibilidades.

Luego experimentamos temor, y nos preguntamos: ¿Reemplazará la tecnología a Dios en las mentes de las personas de la próxima generación? ¿Corromperá la ingeniería genética a los hombres convirtiéndolos en esclavos que trabajan bajo las órdenes de unos pocos jefes supremos? ¿Terminará la vigilancia universal eliminando por completo la privacidad y permitiendo que los déspotas reinen libremente?

¿Acabarán esas computadoras y robots que fueron creados como siervos, siendo los amos?  Esos que estudiamos la profecía bíblica sabemos que la Escritura sugiere este tenebroso escenario.  La imagen de la bestia y la marca asociada con el Anticristo involucra cierta forma de alta tecnología.  Al repasar la historia de la humanidad, uno no puede escapar del hecho simple de que los hombres siempre han abusado de la tecnología.

Tales pensamientos nos turban con temor.  Pero pronto llega el alivio cuando recordamos que es imposible viajar en el tiempo. ¡Gracias a Dios que es así!  El viajar al pasado podría alterar el presente y el futuro.  Sólo piense en la posibilidad de que un pícaro pudiera viajar al pasado y cambiar las cosas a su favor.  Si cometiera un crimen en una época diferente a la suya propia, podría alterar catastróficamente el futuro.  Y para crímenes cometidos en el tiempo se necesitarían igualmente policías que pudieran viajar a través de él.  Ellos no sólo sabrían lo que usted hizo, sino lo que está haciendo y lo que hará.

Dado que vivimos en un mundo de seres humanos falibles y pecadores, los viajes en el tiempo representan una multitud de horrores.  Viajar al pasado sería provocar un desastre, el sólo hecho de estar allí sería alterar la historia.  Ir al futuro, sería saltar hacia un mundo de tecnocracia, despotismo, perversidad y super armas.  Al menos así es como ven el futuro casi todos los escritores de ciencia-ficción.  Este es el punto de vista secular del futuro, pero no porque estén convencidos en realidad que es posible viajar a través del tiempo.  Pese a todo sus especulaciones son interminables.

El punto de vista secular

La máquina del tiempo del escritor Herbert G. Wells, es el modelo final para tales conjeturas.  El héroe de su novela viaja al futuro, sólo para encontrar que el hombre se ha destruido a sí mismo en una serie de guerras, emergiendo finalmente en un futuro sombrío de tribalismo primitivo y degeneración genética.

De hecho, tal pesimismo se convirtió en el sello de la ciencia-ficción del siglo XX que siguió al trabajo original de Wells.  Las incursiones de ficción hacia el futuro describen invariablemente el rompimiento de la sociedad, unido con la locura científica.  La auto destrucción y los desastres naturales son los temas gemelos de los autores visionarios que imaginan varios métodos de viajes en el tiempo.

Los caracteres de ficción que viajan al pasado están preocupados con alterar la línea de tiempo ya sea en forma accidental o a propósito.  Sus jornadas están colmadas con desastres, dilemas y finalmente aniquilación.

Para la mente secular, los viajes en el tiempo son fantasía, comedia, o caos anárquico.  En la serie Viaje a las estrellas se presentan las numerosas paradojas  que enfrentan los viajeros en el tiempo.  Stephen W Hawking, autor del libro Historia del tiempo, escribe: “Una forma posible de explicar la ausencia de visitantes del futuro, sería decir que el pasado ya está determinado porque hemos observado y visto que no tiene la clase de curvatura necesaria para permitir viajar retrospectivamente desde el futuro.  Por otra parte, el futuro es desconocido y está abierto, de tal manera que bien podría tener la curvatura requerida.  Esto significaría que cualquier viaje en el tiempo estará confinado al futuro.  Que no habría oportunidad alguna de que el capitán Kirk, el protagonista de la serie Viaje a las estrellas, y su nave espacial Enterprise regresen al tiempo presente”.

“Esto explicaría por qué no hemos sido invadidos todavía por turistas del futuro, pero no evitaría el problema que surgiría si uno pudiera ir al pasado y cambiar la historia.  Supóngase por ejemplo, que fuese posible regresar y asesinar a su bisabuelo mientras todavía es un niño.  Hay muchas versiones de esta paradoja, pero son esencialmente equivalentes: uno tendría contradicciones si tuviera libertad para cambiar el pasado”.

El señor Hawking pasa a decir que una explicación para esta paradoja es la consistencia física, según él la física no permitirá que alguien regrese en el tiempo, a menos que la historia demuestre que ya había llegado al pasado.

Alternativamente, postula que los visitantes del pasado podrían participar en “… historias alternativas las cuales difieren de la historia registrada.  De tal manera que podrían actuar libremente, sin la restricción de consistencia con la historia previa”.  Y sigue diciendo: “El productor de cine Steven Spielberg se divirtió con la noción presentada en las películas ‘De regreso al futuro’ en las cuales, el protagonista Marty McFly regresa al pasado y cambia el ‘romance’ de sus padres, transformándolo en una historia mucho más satisfactoria”.

Hawking y los otros físicos que siguen los pasos de Albert Einsten, postulan que hay una gran diversidad de dimensiones, puentes de tiempo, agujeros negros, de gusanos y casi una serie inimaginable de hileras de energía y partículas energéticas.  Gran parte de su trabajo hace referencia al concepto del agujero negro.  Su investigación indica que la relatividad general, si es cierta, apoya la teoría de que la creación del universo tuvo su origen a partir de una Gran Explosión o Big Bang, surgida de una singularidad o un punto de distorsión infinita del espacio y el tiempo. Más tarde depuró este concepto considerando todas estas hipótesis como intentos secundarios de describir una realidad, en la que conceptos como la singularidad no tienen sentido y donde el espacio y el tiempo forman una superficie cerrada sin fronteras.

El brillante físico Michio Kaku, es profesor de física teórica en el CUNY Graduate Center y el CCNY.  Él deja que su mente vague mucho más allá de los límites de la gran mayoría.  Razona que las civilizaciones avanzadas, tal vez ya han perfeccionado los viajes en el tiempo, pero que para hacerlo deben tener acceso a cantidades masivas de energía.  Queriendo implicar con eso, al poder de la entera galaxia.

Y dice en una porción de su best-seller Hiperespacio: Una Odisea Científica a través de universos paralelos, curvas del tiempo y la décima dimensión: “¿Existen dimensiones superiores?  ¿Están los mundos invisibles más allá de nuestro alcance, más allá de las leyes corrientes de la física? Aunque las dimensiones superiores hayan sido históricamente cosa de charlatanes, místicos y de escritores de ciencia-ficción, muchos físicos teóricos creen ahora, no sólo que las dimensiones superiores existen, sino que además pueden llegar a explicar algunos de los más profundos secretos de la naturaleza.  Aunque hay que aclarar que no existen evidencias experimentales…’

“Para ser expertos en la décima dimensión, o encontramos vida inteligente dentro de la galaxia que ya haya utilizado estos niveles astronómicos de energía, o luchamos por varios miles de años antes de alcanzar esta habilidad por nosotros mismos.  Por ejemplo, nuestros actuales colisionadores de átomos o aceleradores de partículas, pueden aumentar la energía de una partícula a más de un billón de voltios electrones – lo cual equivale a la energía que se crearía si se acelera un electrón por un billón de voltios.  El acelerador de partículas más grande se encuentra localizado en la actualidad en Ginebra, Suiza y es operado por un consorcio de 14 naciones europeas.  Pero esta energía es nada ante la energía necesaria para explorar el hiperespacio que sería equivalente a diez elevado a la diecinueveava potencia de mil millones de voltios electrones, o mil billones de veces más grande que la energía que podría producir el super colisionador”.

Es así como los viajes en el tiempo están limitados en dos formas – a las aterradoras paradojas y a la falta de habilidad para encontrar la potencia suficiente para realizarlos.  No obstante, por decirlo de alguna forma, eso no impide que la mente curiosa explore las formas de salir de la caja.  En las principales universidades alrededor del mundo, muchos físicos andan en busca de una solución respecto a lo que Einsten llamó “la teoría del campo unificado” – una forma matemática de explicar el universo.  Para los iniciados, su mundo de electrones, anti-electrones, positrones, quarks, anillos, hileras, vórtices y una miríada de otros términos descriptivos, raya en lo sobrenatural.

El punto de vista bíblico

En realidad, lo que todos estos científicos están tratando de hacer, es querer tocar el rostro de Dios.  Esto nos lleva de regreso a una pregunta básica: ¿Qué es realmente un viaje en el tiempo?  Como ya hemos visto, según el punto de vista secular es penetrar el muro entre nuestra dimensión y otras dimensiones.  De acuerdo con los físicos hay como diez dimensiones… o tal vez más.

La Biblia describe exactamente la misma idea estructural.  Pero esto no debe sorprendernos, dado que es el manual que nos ofrece el Creador del universo.  Tal vez la verdad más fundamental de nuestra existencia, es que Dios se encuentra fuera de los muros dimensionales de nuestro mundo.  Está más allá del largo, ancho, alto, tiempo, o cualquier otra dimensión que los matemáticos o científicos puedan descubrir, ya que hizo todas las dimensiones.  Es el Creador y puede viajar a través de ellas libremente.

Si el viajar en el tiempo, es como crear una especie de túnel entre dimensiones paralelas, entonces, si se cuenta con el poder suficiente, es posible dar un salto en el tiempo.  Dios sí tiene ese poder, asimismo se encuentra más allá de lo que se conoce como “línea del tiempo”, mientras que nosotros estamos, o sobre la línea, o dentro de ella.  Dios está afuera y declara con claridad que puede ver cualquier parte del tiempo, conforme le plazca: “Acordaos de las cosas pasadas desde los tiempos antiguos; porque yo soy Dios, y no hay otro Dios, y nada hay semejante a mí, que anuncio lo por venir desde el principio, y desde la antigüedad lo que aún no era hecho; que digo: Mi consejo permanecerá, y haré todo lo que quiero” (Isaías 46:9,10).

En su famosa exhortación a Israel, Dios les pide que recuerden todo lo que ha hecho por ellos.  No sólo eso, se declara a sí mismo como el Señor del tiempo.  Aquí, amablemente le suplica a Israel que recuerde “las cosas pasadas desde los tiempos antiguos”, refiriéndose con eso a las cosas de la eternidad, representadas por la palabra hebrea olam.  El Señor le dice a Israel que recuerde lo eterno, no los ídolos transitorios de esta tierra.  Declara que es el principio y el fin, como lo afirma Génesis 1:1: “En el principio creó Dios los cielos y la tierra”.

Desde nuestra perspectiva, el Señor está hablando de una línea de tiempo, mientras que desde su punto de vista, los elementos a lo largo de esa línea, son sólo aspectos de un propósito mayor.  Como es el Creador, puede aparecer en cualquier parte a lo largo de la línea que llamamos “tiempo”.  Es decir, que mientras permanece en su dimensión natural, puede penetrar y colocarse en cualquier punto, cosa que nosotros no podemos hacer.  Él es único, es quien define el universo, quien lo origina.

Además, declara los eventos redentores de nuestro mundo, desde la historia más antigua hasta el futuro más distante.  Su propósito se cumplirá y su deseo prevalecerá.  Como Señor del tiempo, puede “viajar” a cualquier punto en la historia: pasado, presente o futuro.  De hecho, no tiene que desplazarse de un sitio a otro, porque está omnipresente en todas partes al mismo tiempo.

En un sentido real y verdadero, el punto de vista bíblico de los viajes en el tiempo, es simplemente otra opinión de Dios.  Poniéndolo en otra forma, para poder viajar en el tiempo, es necesario que se nos permita hacerlo porque es Dios quien guarda las puertas del tiempo.

El plan redentor

Mientras el hombre secular puede especular acerca de los viajes inter-dimensionales, de hecho está omitiendo la parte más importante de la fórmula, que es el propósito de la línea de tiempo de Dios.  La historia de nuestro universo hasta donde se nos ha permitido ver, está dedicada a la redención y restauración.

Pero… ¿de dónde sacó el hombre la idea de viajar en el tiempo?  ¡La inspiración provino de la Biblia!  Moisés y otros profetas del antiguo Israel, demostraron una y otra vez que había un futuro discernible.  Por medio de ellos, el Señor también se declaró a sí mismo como el Dios que vive por la eternidad.  Los sacerdotes de la antigüedad declararon en sus rollos, que el pasado lejano y el futuro distante, estaban unidos por el propósito de Dios.  Incluso los antiguos sabían de los “viajes en el tiempo”.

Hoy, al tener la Santa Biblia en nuestras manos, nos damos cuenta que en ella tenemos el único vínculo verdadero en el mundo con esa línea del tiempo.  Sólo la Escritura retiene la filosofía correcta de la historia.  Y sólo la Biblia, al narrar el recuento de los nuevos cielos y la nueva tierra, presenta el resultado final de este universo.

El principio primordial de toda la creación es rectificar la destrucción que se inició cuando el dragón antiguo, Satanás, trastornó el orden celestial.  Su rebelión provocó oleadas de destrucción que se propagaron en todas las direcciones, incluyendo la Tierra.  En un sentido bien real, la línea de tiempo que comienza con la creación y finaliza con la perfección, existe sólo para satisfacer el propósito de Dios.

El hombre secular no puede ver esta verdad.  Su visión y propósito no es seguir al Creador sino asumir el papel de Dios.  El hombre egotista anhela ser el amo y controlar las dimensiones de tiempo y espacio, sin reconocer que sólo le pertenecen al Creador.  El Señor declara que son inseparables de Él. “Lo que pasó, ya antes lo dije, y de mi boca salió; lo publiqué, lo hice pronto, y fue realidad.  Por cuanto conozco que eres duro, y barra de hierro tu cerviz, y tu frente de bronce, te lo dije ya hace tiempo; antes que sucediera te lo advertí, para que no dijeras: Mi ídolo lo hizo, mis imágenes de escultura y de fundición mandaron estas cosas. Lo oíste, y lo viste todo; ¿y no lo anunciaréis vosotros? Ahora, pues, te he hecho oír cosas nuevas y ocultas que tú no sabías.  Ahora han sido creadas, no en días pasados, ni antes de este día las habías oído, para que no digas: He aquí que yo lo sabía” (Isaías 48:3-7).

En esta afirmación, el Señor desea que Israel sepa que Él y sólo Él, es el Dios de la historia, no un ídolo falso.  Desde tiempos inmemoriales, los hombres han intentado atribuir la obra del Creador a varias ideas falsas.  Algunas veces esos conceptos son filosofías, otras religiones y en ocasiones la “ciencia”.  Sea lo que fuere, la realidad es que son formas de remover a Dios de la causa central del universo.  La Biblia nos dice, que Dios es tanto Creador como Consumador, el Alfa y la Omega – el Aleph y el Tahv.

Adán como viajero del tiempo

En la Biblia es mucho lo que se habla sobre viajes en el tiempo.  Pero como veremos, siempre es con un propósito, nunca se hace a la ligera, siempre se lleva a cabo con miras hacia el futuro. Algo interesante es que no encontramos un solo ejemplo en la Escritura, de que Dios haya llevado a alguien al pasado.

Antes de examinar a algunos de los viajeros en el tiempo, debemos reiterar que desde el punto de vista del hombre, el futuro todavía no ha ocurrido.  Al intentar ver hacia adelante, el hombre no puede ver nada, sólo vacío.  Los adivinos, videntes y médiums, a menudo obtienen grandes sumas de dinero con sus reclamos de que pueden predecir el futuro.  Sus intentos casi siempre están acompañados por una serie interminable de fallas.

Para viajar en un reino que sólo le pertenece a Dios, uno debe conocer al Amo de la eternidad.  Los profetas falsos, siguen o sus propias urgencias carnales o los susurros que escuchan desde el reino de las tinieblas.  De ninguna manera están conectados con la fuente real de información.

Eruditos de la antigüedad dicen que el primer hombre, Adán, vio el futuro.  Un comentario judío del Tora, de los primeros cinco libros de la Biblia, declara que Dios le dio a Adán la oportunidad de mirar hacia el futuro.  Estos sabios afirman, que en los momentos que siguieron a su pecado, a Adán le fue permitido ver las páginas de la historia futura, ver a Aquel que sería el adecuado para actuar como líder, quien llevaría al mundo de regreso al estado de perfección que Dios intentó en el principio.

Adán fue condenado a morir el día que pecó.  Dice la Escritura que tenía 130 años cuando nació Set y que vivió otros 800 años después de eso.  Murió a la edad de 930 años.  Le faltaron 70 años para cumplir su día completo.  2 Pedro 3:8 nos dice: “Mas, oh amados, no ignoréis esto: que para con el Señor un día es como mil años, y mil años como un día”.  Lo cual implica que un día de acuerdo con la perspectiva de Dios, bien pueden ser mil años.

Según los eruditos judíos, Adán pudo mirar hacia el futuro y ver que David estaba destinado a llevar a cabo el propósito que le había asignado Dios, aunque aparentemente también observó que viviría sólo por un corto período de tiempo.  Ellos declaran, que entonces Adán le cedió a David los 70 años de su propia vida para que pudiera llevar a cabo su misión.

Ahora, esta historia no se encuentra en la Biblia, pero así sea verdad o mentira, ilustra el punto, de que la eternidad no es algo que yace más allá de la humanidad, sino que se encuentra dentro del hombre de Dios. De tal manera, que la verdadera visión profética es simplemente la habilidad dada por el Señor para mirar a través de la pared dimensional.  Así sea que de hecho se viaje corporalmente o simplemente en el Espíritu de Dios, es algo inmaterial.

Los hijos de Set

Hay otra evidencia de que Adán viajó en el futuro.  Set nació después de la muerte de Abel.  En su genealogía se encuentra el piadoso Noé, luego Sem, Abraham, Isaac, Jacob y las 12 tribus de Israel.  Los hijos de Set, incluyendo Enoc y Matusalén, también fueron hombres que vivieron en comunión íntima con Dios.  Algunos de ellos probablemente también viajaron en el tiempo.  Cuando uno mira retrospectivamente a la forma cómo vivieron sus vidas, la conclusión es ineludible.

Refiriéndose a los hijos de Set, el historiador judío Flavio Josefo escribió: “Fueron también los inventores de esa especie particular de sabiduría relativa a los cuerpos celestes y su orden”.  En otras palabras, estos hombres primitivos eran astrónomos y matemáticos.  Tenemos evidencia contemporánea de esta verdad en la gran pirámide, respecto a la cual matemáticos teóricos han declarado que refleja el conocimiento de nuestro sistema solar y la física de nuestro planeta.  Pero… ¿construyeron los hijos de Set la pirámide?  Josefo afirma que sí.  Dice en su obra Antigüedades de los judíos, libro 1, capítulo 2, parágrafo 3: “Y para que sus invenciones no se perdieran antes de ser ampliamente difundidas, como según la predicción de Adán todas las cosas serían destruidas primero por el fuego y luego por la violencia de una gran cantidad de agua, construyeron dos columnas, una de ladrillos y otra de piedra, e inscribieron en ellas sus invenciones; si la de ladrillos era derribada por la inundación, quedaría la de piedra para exhibir al mundo sus descubrimientos, y le informaría que había otra columna de ladrillos.  Hasta el día de hoy han quedado en la tierra de Siriad [Egipto]”.

En esta declaración podemos ver dos cosas: Adán tenía conocimiento del mañana, por consiguiente debió haber viajado al futuro.  Sabía del diluvio que habría de venir, también de la fiereza del “día del Señor”.  Adán lo había visto todo.  El peso del futuro de la humanidad estaba sobre él.  Sus hijos también sentían la carga y querían preservar tanto conocimiento como fuese posible.

En nuestro día, los llamados expertos en pirámides estudian la gran pirámide esperando discernir el futuro profético del hombre, pero hasta ahora no han podido  hacerlo.  Se sienten motivados por el conocimiento de que los hijos de Set, de hecho registraron la historia futura.

Enoc el hombre inter-dimensional

¿Quién no ha especulado acerca de la declaración bíblica encontrada en Génesis 5:24 que dice:“Caminó, pues, Enoc con Dios, y desapareció, porque le llevó Dios”?

Enoc tenía una relación tan íntima con Dios, que de hecho literalmente pudo traspasar la pared dimensional.  Como ya hemos visto, por definición, esto quiere decir que viajó a través del tiempo.  Desde el otro lado de esa barrera dimensional, Enoc pudo viajar en el Espíritu del Señor, hasta cualquier punto a lo largo de la línea del tiempo de la redención.

Además, tenemos pruebas bíblicas de su visión del futuro: “De éstos también profetizó Enoc, séptimo desde Adán, diciendo: He aquí, vino el Señor con sus santas decenas de millares” (Judas 14).  ¡Enoc de hecho fue testigo de la segunda venida de Cristo!  Pero… ¿estaba allí?  ¡Sí!  Dios lo llevó allí.  Y usted se preguntara:“¿Estaba físicamente o sólo en su espíritu?”.  Hablando en términos generales esto realmente no importa, pero en el caso particular de Enoc, por seguro que estaba corporalmente en la dimensión del Señor, donde el viajar en el tiempo es un hecho.

La torre de Babel

Siguiendo al diluvio anticipado por Adán, los hijos de Noé descendieron a la llanura de Sinar, el lugar que más tarde llegaría a ser conocido como Mesopotamia.  Allí se dispusieron a edificar una torre, la que en alguna forma que ignoramos, les iba a permitir “llegar al cielo”.  Aparentemente, ellos retuvieron conocimiento suficiente desde antes del diluvio, ya que estaban convencidos que podían traspasar la barrera dimensional.

Desde la perspectiva celestial, la reacción fue rápida y cierta: “Y descendió Jehová para ver la ciudad y la torre que edificaban los hijos de los hombres.  Y dijo Jehová: He aquí el pueblo es uno, y todos éstos tienen un solo lenguaje; y han comenzado la obra, y nada les hará desistir ahora de lo que han pensado hacer.  Ahora, pues, descendamos, y confundamos allí su lengua, para que ninguno entienda el habla de su compañero.  Así los esparció Jehová desde allí sobre la faz de toda la tierra, y dejaron de edificar la ciudad” (Génesis 11:5-8).

Lo que esos hombres de Sinar querían hacer, era nada más y nada menos que escalar la barrera dimensional.  Estaban convencidos que una vez allí, podrían controlar el tiempo y el espacio.  En efecto, deseaban tener acceso al cielo.  A no dudar, conocían las profecías de Adán, el traslado de Enoc y las columnas edificadas por los hijos de Set.

Estaban intentando con su propia fuerza, ocupar la posición de Dios.  Trataban de hacer lo mismo que intentan hacer los teóricos de hoy por medio de los principios de la ciencia moderna.  Pero entonces como ahora, los viajes en el tiempo son algo prohibido.  Si los científicos hoy, estuvieran un día a punto de alcanzar esta meta, Dios confundiría sus esfuerzos tal como hizo en Babel.

Moisés el Libertador

Moisés fue quien escribió el Tora, los primeros cinco libros de la Biblia.  En una ocasión en que condenaba a los líderes de Israel, Jesús afirmó este hecho: “No penséis que yo voy a acusaros delante del Padre; hay quien os acusa, Moisés, en quien tenéis vuestra esperanza.  Porque si creyeseis a Moisés, me creeríais a mí, porque de mí escribió él.  Pero si no creéis a sus escritos, ¿cómo creeréis a mis palabras?” (Juan 5:45-47).

Pero… ¿Fue Moisés un viajero en el tiempo?  Debemos responder esta pregunta afirmativamente.  Si hubo un hombre que tuvo el privilegio de trasponer la barrera dimensional, ese fue Moisés.  Sus cinco libros abarcan un período que va desde la creación de la tierra hasta el establecimiento del Reino.

Sus palabras en Génesis 1:1 hablan de ese día en el pasado distante cuando Dios hizo la luz de la creación.  Su “cántico” en el libro de Deuteronomio, anticipa ese bendito día cuando la “Roca” de Israel, el Señor Jesucristo, finamente vengue la sangre de los profetas y de Israel.

Pero más que eso, las palabras del Tora están encubiertas con significado interno.  Los llamados“códigos de la Biblia” de los que tanto se habla hoy, no son más que la reflexión actual de una verdad conocida por los eruditos de Israel durante un número incontable de generaciones, desde el tiempo de Moisés: Que esta verdad  eterna, universal, infinita está programada en la propia secuencia de las letras del Tora.  Un sabio del siglo XVIII, conocido como Vilna Gaon, escribió estas palabras:  “La regla es que todo lo que fue, es y será ‘hasta el tiempo del fin’ se encuentra incluido en el Tora, desde la primera palabra hasta la última.  Y no simplemente en un sentido general, sino hasta los detalles de cada especie y cada una individualmente, y detalles de detalles de todo lo que le ocurrió a él desde el día de su nacimiento hasta su fin”.

Este rabino no es el único en afirmar esto.  Con sus palabras sólo está declarando un principio general.  Note la frase “hasta el tiempo del fin”, refiriéndose aquí a la línea de tiempo redentora.  El doctor Eliyahu Rips, matemático de la Universidad Hebrea, ha llevado a cabo una investigación sobre los códigos del Tora, reafirmando las creencias de los eruditos de la antigüedad.

Sólo el Espíritu de Dios en unión con el espíritu de Moisés, pudo haber producido un documento tan trascendental.  Es de hecho eterno, en el sentido que sobrepasa el tiempo y espacio de nuestra dimensión.  Moisés se comunicaba directamente con Jehová.  Pudo ver cosas que van más allá de nuestro conocimiento.  Fue infundido con la luz de Dios.  Mantuvo intacta su vitalidad, incluso hasta la edad de 120 años, cuando fue llevado al lugar donde iba a ser sepultado gozando de perfecta salud.  “Era Moisés de edad de ciento veinte años cuando murió; sus ojos nunca se oscurecieron, ni perdió su vigor” (Deuteronomio 34:7).

En el Nuevo Testamento, Moisés apareció junto con Elías ante el Señor Jesucristo y sus discípulos. “Seis días después, Jesús tomó a Pedro, a Jacobo y a Juan, y los llevó aparte solos a un monte alto; y se transfiguró delante de ellos.  Y sus vestidos se volvieron resplandecientes, muy blancos, como la nieve, tanto que ningún lavador en la tierra los puede hacer tan blancos.  Y les apareció Elías con Moisés, que hablaban con Jesús” (Marcos 9:2-4).  Ellos tuvieron el privilegio de ver anticipadamente la edad del Reino.  Si tal como muchos estudiosos de las profecías creemos, Moisés es uno de los dos testigos de Apocalipsis, entonces es obvio que volverá a presentarse nuevamente en otro tiempo futuro.  Es así como en un sentido bien real, Moisés es un viajero en el tiempo.  Pero una vez más debemos decir que sus viajes no fueron arbitrarios, porque los mismos tenían un propósito específico como parte de la línea de tiempo redentora.

Elías contra Acab y el Anticristo

Dios le dio el profeta Elías a Israel a fin de ofrecerle esperanza durante el perverso reinado del rey Acab, hijo de Omri.  Acab levantó estatuas e imágenes de Asera, la diosa de la fertilidad, y de Baal, en todo collado alto y debajo de todo árbol frondoso.  “E hizo altar a Baal, en el templo de Baal que él edificó en Samaria. Hizo también Acab una imagen de Asera, haciendo así Acab más que todos los reyes de Israel que reinaron antes que él, para provocar la ira de Jehová Dios de Israel” (1 Reyes 16:32,33).

Juntos, Acab y su esposa Jezabel, eran completamente malvados.  Trataban de convertir a Israel en un imperio caananita, pero Elías llegó ante el rey como vocero del Señor y le declaró que debido a su pecado no volvería a llover por tres años y medio.  “Entonces Elías tisbita, que era de los moradores de Galaad, dijo a Acab: Vive Jehová Dios de Israel, en cuya presencia estoy, que no habrá lluvia ni rocío en estos años, sino por mi palabra” (1 Reyes 17:1).

Más tarde, en una disputa con los sacerdotes de Baal, Elías demostró que Jehová era el Dios del universo.  “Cuando llegó la hora de ofrecerse el holocausto, se acercó el profeta Elías y dijo: Jehová Dios de Abraham, de Isaac y de Israel, sea hoy manifiesto que tú eres Dios en Israel, y que yo soy tu siervo, y que por mandato tuyo he hecho todas estas cosas.  Respóndeme, Jehová, respóndeme, para que conozca este pueblo que tú, oh Jehová, eres el Dios, y que tú vuelves a ti el corazón de ellos.  Entonces cayó fuego de Jehová, y consumió el holocausto, la leña, las piedras y el polvo, y aun lamió el agua que estaba en la zanja.  Viéndolo todo el pueblo, se postraron y dijeron: ¡Jehová es el Dios, Jehová es el Dios!” (1 Reyes 18:36-39).

Como Enoc, Elías caminó en tal comunión con Dios, que fue arrebatado vivo al cielo: “Y aconteció que yendo ellos y hablando, he aquí un carro de fuego con caballos de fuego apartó a los dos; y Elías subió al cielo en un torbellino” (2 Reyes 2:11).  Elías partió, pero no fue olvidado.  En el siglo V antes de Cristo, el profeta Malaquías profetizó, que Elías regresaría a su pueblo: “He aquí, yo os envío el profeta Elías, antes que venga el día de Jehová, grande y terrible.  Él hará volver el corazón de los padres hacia los hijos, y el corazón de los hijos hacia los padres, no sea que yo venga y hiera la tierra con maldición” (Malaquías 4:5,6).

Las palabras finales del Antiguo Testamento presentan a Elías como el precursor de la fe en los terribles días de la tribulación.  Como dijera anteriormente, se hizo presente durante la transfiguración del Señor Jesucristo, y según el libro de Apocalipsis se hará presente una vez más en un futuro distante como uno de los dos testigos de la tribulación.  Así como hiciera en el tiempo de Acab, Elías una vez más retendrá la lluvia por tres años y medio.  “Estos tienen poder para cerrar el cielo, a fin de que no llueva en los días de su profecía…” (Apocalipsis 11:6).  Además, de la misma forma como un día se opuso a los sacerdotes de Baal, también le hará frente a los espíritus malignos que son las potencias detrás del trono del Anticristo.

En un sentido más real, Elías se convirtió en un viajero del tiempo en el momento en que abordó el carro de fuego con caballos de fuego.  Desde que entró a la dimensión celestial ha tenido acceso a la entera línea del tiempo, disponible para el servicio de Dios y para quienes Él designa.

Malaquías, el último en el orden de los 12 profetas menores, vio el futuro.  “He aquí, yo envío mi mensajero, el cual preparará el camino delante de mí; y vendrá súbitamente a su templo el Señor a quien vosotros buscáis, y el ángel del pacto, a quien deseáis vosotros. He aquí viene, ha dicho Jehová de los ejércitos” (Malaquías 3:1).

Oseas por su parte profetizó de la apostasía de Israel y su restauración final.  “Sacerdotes, oíd esto, y estad atentos, casa de Israel, y casa del rey, escuchad; porque para vosotros es el juicio, pues habéis sido lazo en Mizpa, y red tendida sobre Tabor” (Oseas 5:1).  “Porque yo seré como león a Efraín, y como cachorro de león a la casa de Judá; yo, yo arrebataré, y me iré; tomaré, y no habrá quien liberte.   Andaré y volveré a mi lugar, hasta que reconozcan su pecado y busquen mi rostro. En su angustia me buscarán” (Oseas 5:14,15).

Joel vio las visiones horribles del día del Señor. “¡Ay del día! Porque cercano está el día de Jehová, y vendrá como destrucción por el Todopoderoso” (Joel 1:15).

Amós vio anticipadamente el juicio que le sobrevendría a Israel, al igual que su restauración final.  “Así ha dicho Jehová: Por tres pecados de Israel, y por el cuarto, no revocaré su castigo; porque vendieron por dinero al justo, y al pobre por un par de zapatos” (Amós 2:6).  “En aquel día yo levantaré el tabernáculo caído de David, y cerraré sus portillos y levantaré sus ruinas, y lo edificaré como en el tiempo pasado; para que aquellos sobre los cuales es invocado mi nombre posean el resto de Edom, y a todas las naciones, dice Jehová que hace esto” (Amós 9:11,12).

Abdías recibió una visión del destino final de Edom “¿No haré que perezcan en aquel día, dice Jehová, los sabios de Edom, y la prudencia del monte de Esaú?” (Abdías 8).

Miqueas vio el nacimiento del Mesías, su obra y su rechazo, también vio el establecimiento del Reino. “Pero tú, Belén Efrata, pequeña para estar entre las familias de Judá, de ti me saldrá el que será Señor en Israel; y sus salidas son desde el principio, desde los días de la eternidad” (Miqueas 5:2).  “El remanente de Jacob será en medio de muchos pueblos como el rocío de Jehová, como las lluvias sobre la hierba, las cuales no esperan a varón, ni aguardan a hijos de hombres.  Asimismo el remanente de Jacob será entre las naciones, en medio de muchos pueblos, como el león entre las bestias de la selva, como el cachorro del león entre las manadas de las ovejas, el cual si pasare, y hollare, y arrebatare, no hay quien escape” (Miqueas 5:7,8).

Sofonías vio los horrores del período de la tribulación, el juicio de los enemigos de Israel y su reunificación.  “Cercano está el día grande de Jehová, cercano y muy próximo; es amarga la voz del día de Jehová; gritará allí el valiente.  Día de ira aquel día, día de angustia y de aprieto, día de alboroto y de asolamiento, día de tiniebla y de oscuridad, día de nublado y de entenebrecimiento, día de trompeta y de algazara sobre las ciudades fortificadas, y sobre las altas torres” (Sofonías 1:14-16).  “En aquel tiempo devolveré yo a los pueblos pureza de labios, para que todos invoquen el nombre de Jehová, para que le sirvan de común consentimiento” (Sofonías 3:9).

Hageo y Zacarías profetizaron específicamente que el templo del Señor sería reconstruido en los días del Reino futuro.  “Mía es la plata, y mío es el oro, dice Jehová de los ejércitos.  La gloria postrera de esta casa será mayor que la primera, ha dicho Jehová de los ejércitos; y daré paz en este lugar, dice Jehová de los ejércitos” (Hageo 2:8,9).   Zacarías de hecho vio el asedio final de Jerusalén y su liberación.  “Y en aquel día yo pondré a Jerusalén por piedra pesada a todos los pueblos; todos los que se la cargaren serán despedazados, bien que todas las naciones de la tierra se juntarán contra ella” (Zacarías 12:3).

Todos estos profetas, cada uno de los cuales ha sido motivo de muchos tratados analíticos, vio el futuro.  Más que eso, cada uno de ellos lo experimentó.

Los profetas mayores

Tanto Isaías, Jeremías, Ezequiel y Daniel, vieron el futuro, precisamente en la misma forma que todos los otros profetas.  Es imposible tratar de condensar sus escritos en esta serie de mensajes, sólo puedo decir que cada uno de ellos experimentó una visita celestial que estuvo seguida por una serie de revelaciones acerca de la futura línea de tiempo de Israel.

Isaías fue visitado en el templo por impresionantes serafines: “En el año que murió el rey Uzías vi yo al Señor sentado sobre un trono alto y sublime, y sus faldas llenaban el templo.  Por encima de él había serafines; cada uno tenía seis alas; con dos cubrían sus rostros, con dos cubrían sus pies, y con dos volaban”(Isaías 6:1,2).  En esta visita, Isaías fue comisionado a ir como profeta.  La gloria de Dios llenó el templo, cuando fue llevado hasta la dimensión celestial desde la cual vio eventos futuros.

El llamado de Jeremías ilustra la naturaleza eterna del oficio de profeta. “Vino, pues, palabra de Jehová a mí, diciendo: Antes que te formase en el vientre te conocí, y antes que nacieses te santifiqué, te di por profeta a las naciones” (Jeremías 1:4,5).  Aquí el Señor le afirma a Jeremías que se encuentra fuera de la bóveda del tiempo.  Le explica que su ordenación no tuvo lugar en la línea del tiempo, sino en el reino de la eternidad.

Ezequiel, claro está fue visitado por un carro de fuego del Señor, cuyas ruedas dentro de ruedas revelaban cuatro seres vivientes, un firmamento cristalino y un trono de zafiro, todo rodeado por la gloria de Dios.  “Mientras yo miraba los seres vivientes, he aquí una rueda sobre la tierra junto a los seres vivientes, a los cuatro lados.  El aspecto de las ruedas y su obra era semejante al color del crisólito.  Y las cuatro tenían una misma semejanza; su apariencia y su obra eran como rueda en medio de rueda” (Ezequiel 1:15,16).  A partir de ese momento, Ezequiel vivió la vida difícil de un profeta.

Sus viajes al futuro incluyeron una visión de la reunificación de Israel, y el cuadro más detallado en toda la Escritura de una batalla moderna.  Nos referimos, claro está, a la invasión de Israel por Gog, de la tierra de Magog.  Esta profecía, registrada en los capítulos 38 y 39 de su libro,  es tan completa en su visión que tal parece que Ezequiel fue testigo ocular del hecho.  Y comienza diciendo: “Vino a mí palabra de Jehová, diciendo:  Hijo de hombre, pon tu rostro contra Gog en tierra de Magog, príncipe soberano de Mesec y Tubal, y profetiza contra él, y di: Así ha dicho Jehová el Señor: He aquí, yo estoy contra ti, oh Gog, príncipe soberano de Mesec y Tubal.  Y te quebrantaré, y pondré garfios en tus quijadas, y te sacaré a ti y a todo tu ejército, caballos y jinetes, de todo en todo equipados, gran multitud con paveses y escudos, teniendo todos ellos espadas; Persia, Cus y Fut con ellos; todos ellos con escudo y yelmo; Gomer, y todas sus tropas; la casa de Togarma, de los confines del norte, y todas sus tropas; muchos pueblos contigo” (Ezequiel 38:1-6).

Su visión es tan increíble que ve las fuerzas invasoras que llegan “como tempestad; como nublado para cubrir la tierra”.  Ezequiel también ve la derrota de Gog y ofrece una descripción amplia del lugar de su sepultura en Hamón-gog. “En aquel tiempo yo daré a Gog lugar para sepultura allí en Israel, el valle de los que pasan al oriente del mar; y obstruirá el paso a los transeúntes, pues allí enterrarán a Gog y a toda su multitud; y lo llamarán el Valle de Hamón-gog” (Ezequiel 39:11). Él vio todas esas cosas porque se encontraba allí.

La mente moderna bien puede objetar esta declaración.  Después de todo, tenemos la televisión y podemos ver las cosas a distancia.  Así que suponen que es posible que tal vez Ezequiel recibiera la visión en una especie de pantalla de televisión celestial.  No obstante, la Escritura declara con claridad que Ezequiel fue llevado al reino espiritual, donde vio el futuro, estuvo allí.

Ezequiel 40:1, dice de hecho que, “En el año veinticinco de nuestro cautiverio, al principio del año, a los diez días del mes, a los catorce años después que la ciudad fue conquistada, en aquel mismo día vino sobre mí la mano de Jehová, y me llevó allá”.  El profeta afirma que fue llevado a Jerusalén por “la mano de Jehová”, que vio tanto la ciudad como el tercer templo futuro.

El capítulo 41 comienza diciendo: “Me introdujo luego en el templo…”  Luego, el capítulo 42 nos ofrece otra vista, “Me trajo luego al atrio exterior hacia el norte…” (Ezequiel 42:1).  El capítulo 43 declara: “Me llevó luego a la puerta, a la puerta que mira hacia el oriente” (Ezequiel 43:1).

Finalmente, Ezequiel fue llevado a un punto ventajoso desde donde pudo ver un río que fluía desde el templo. “Me hizo volver luego a la entrada de la casa; y he aquí aguas que salían de debajo del umbral de la casa hacia el oriente; porque la fachada de la casa estaba al oriente, y las aguas descendían de debajo, hacia el lado derecho de la casa, al sur del altar” (Ezequiel 47:1).  El punto sobre el cual estaba parado no era simplemente un lugar geográfico, era de hecho una coordenada en el tiempo y el espacio.  El sitio en donde se encontraba Ezequiel fue cambiando progresivamente hasta permitirle ver lo que el Señor quería que viera.  Estaba allí como un viajero en el tiempo.  Su propósito era ofrecerle a Israel la esperanza que trae consigo la certeza de que se construirá el tercer templo.

Un puente hacia el Nuevo Testamento

Es bien conocida la estrecha relación que hay entre el libro de Daniel y el Apocalipsis de Juan.  El profeta Daniel fue el intérprete de los sueños de Nabucodonosor.  También fue un visionario a quien se le permitió viajar en la dimensión celestial.

En su “visión de noche”, Dios le permitió ver el curso de los eventos venideros, los cuales incluían la disposición geopolítica de los imperios gentiles y dos profecías específicas sobre el Anticristo.  La primera expone la profecía de las 70 semanas y “la abominación desoladora”“Setenta semanas están determinadas sobre tu pueblo y sobre tu santa ciudad, para terminar la prevaricación, y poner fin al pecado, y expiar la iniquidad, para traer la justicia perdurable, y sellar la visión y la profecía, y ungir al Santo de los santos.  Sabe, pues, y entiende, que desde la salida de la orden para restaurar y edificar a Jerusalén hasta el Mesías Príncipe, habrá siete semanas, y sesenta y dos semanas; se volverá a edificar la plaza y el muro en tiempos angustiosos.  Y después de las sesenta y dos semanas se quitará la vida al Mesías, mas no por sí; y el pueblo de un príncipe que ha de venir destruirá la ciudad y el santuario; y su fin será con inundación, y hasta el fin de la guerra durarán las devastaciones.  Y por otra semana confirmará el pacto con muchos; a la mitad de la semana hará cesar el sacrificio y la ofrenda. Después con la muchedumbre de las abominaciones vendrá el desolador, hasta que venga la consumación, y lo que está determinado se derrame sobre el desolador” (Daniel 9:24-27).  La segunda se relaciona con el linaje de Alejandro y los Seléucidas.

Pero… ¿Fue Daniel un viajero en el tiempo, en el sentido real del término?  Sólo si uno interpreta las visiones como viajes fuera del cuerpo.  En el caso de Daniel, el profeta “vio” el futuro, pero en realidad no parece que lo hubiera visitado.  Un mensajero angélico llegó hasta él, guiando su visión final hacia el futuro.

Sus visiones son confirmadas en el Nuevo Testamento por el Señor Jesucristo, quien ya ha visto esos eventos futuros.  Jesús, quien estuvo confinado por un breve período en carne humana, en un tiempo ocupó una posición de omnipresencia.  Con autoridad habló del futuro y dijo: “Por tanto, cuando veáis en el lugar santo la abominación desoladora de que habló el profeta Daniel (el que lee, entienda), entonces los que estén en Judea, huyan a los montes” (Mateo 24:15,16).

Aquí, confirmó la verdad de la visión de Daniel con su propio conocimiento de los eventos futuros.  Jesús había estado allí.  En una ocasión le dijo a sus discípulos: “De cierto os digo que hay algunos de los que están aquí, que no gustarán la muerte, hasta que hayan visto al Hijo del Hombre viniendo en su reino” (Mateo 16:28).

Poco después, estando en compañía de Pedro, Jacobo y Juan, el Señor fue a la cima de un monte y se transfiguró delante de ellos.  Allí se encontró con viajeros en la línea del tiempo: Moisés y Elías.  Por un momento, el pasado, el presente y el futuro se unieron sin limitación de tiempo, en un presente eterno.

Jesús y Juan

Además del propio Señor Jesucristo, el último viajero en el tiempo de la Biblia es Juan, quien fue llevado físicamente a la dimensión celestial en donde fue testigo de la tribulación, el establecimiento del Reino y las glorias de la tierra restaurada.  Su viaje comenzó cuando se le apareció el Cristo resucitado y le dio una serie de mensajes específicos para las siete iglesias.

Luego, se le permitió literalmente pasar a través de una puerta dimensional. Conforme esto ocurría, Juan fue acompañado hasta el reino de la eternidad desde donde se puede ver el futuro desde una variedad de perspectivas: “Después de esto miré, y he aquí una puerta abierta en el cielo; y la primera voz que oí, como de trompeta, hablando conmigo, dijo: Sube acá, y yo te mostraré las cosas que sucederán después de estas.  Y al instante yo estaba en el Espíritu; y he aquí, un trono establecido en el cielo, y en el trono, uno sentado” (Apocalipsis 4:1,2).

El espíritu de Juan en conjunción con el Espíritu de Dios, se movieron hasta el lugar del trono divino para un procedimiento formal que revelaría una serie de juicios sobre el mundo gentil.  El Cordero toma un libro sellado y comienza a abrirlo, desatando la furia del cielo sobre una humanidad pecaminosa e impenitente.  “Vi cuando el Cordero abrió uno de los sellos, y oí a uno de los cuatro seres vivientes decir como con voz de trueno: Ven y mira.  Y miré, y he aquí un caballo blanco; y el que lo montaba tenía un arco; y le fue dada una corona, y salió venciendo, y para vencer.  Cuando abrió el segundo sello, oí al segundo ser viviente, que decía: Ven y mira.  Y salió otro caballo, bermejo; y al que lo montaba le fue dado poder de quitar de la tierra la paz, y que se matasen unos a otros; y se le dio una gran espada.  Cuando abrió el tercer sello, oí al tercer ser viviente, que decía: Ven y mira. Y miré, y he aquí un caballo negro; y el que lo montaba tenía una balanza en la mano.  Y oí una voz de en medio de los cuatro seres vivientes, que decía: Dos libras de trigo por un denario, y seis libras de cebada por un denario; pero no dañes el aceite ni el vino.   Cuando abrió el cuarto sello, oí la voz del cuarto ser viviente, que decía: Ven y mira.  Miré, y he aquí un caballo amarillo, y el que lo montaba tenía por nombre Muerte, y el Hades le seguía; y le fue dada potestad sobre la cuarta parte de la tierra, para matar con espada, con hambre, con mortandad, y con las fieras de la tierra.  Cuando abrió el quinto sello, vi bajo el altar las almas de los que habían sido muertos por causa de la palabra de Dios y por el testimonio que tenían.  Y clamaban a gran voz, diciendo: ¿Hasta cuándo, Señor, santo y verdadero, no juzgas y vengas nuestra sangre en los que moran en la tierra?…  Miré cuando abrió el sexto sello, y he aquí hubo un gran terremoto; y el sol se puso negro como tela de cilicio, y la luna se volvió toda como sangre; y las estrellas del cielo cayeron sobre la tierra, como la higuera deja caer sus higos cuando es sacudida por un fuerte viento.  Y el cielo se desvaneció como un pergamino que se enrolla; y todo monte y toda isla se removió de su lugar.  Y los reyes de la tierra, y los grandes, los ricos, los capitanes, los poderosos, y todo siervo y todo libre, se escondieron en las cuevas y entre las peñas de los montes; y decían a los montes y a las peñas: Caed sobre nosotros, y escondednos del rostro de aquel que está sentado sobre el trono, y de la ira del Cordero; porque el gran día de su ira ha llegado; ¿y quién podrá sostenerse en pie?… Cuando abrió el séptimo sello, se hizo silencio en el cielo como por media hora.  Y el ángel tomó el incensario, y lo llenó del fuego del altar, y lo arrojó a la tierra; y hubo truenos, y voces, y relámpagos, y un terremoto”  (Apocalipsis 6:1-10,12-17; 8:1,5).

Juan fue testigo de este evento, el cual va narrando conforme se desarrolla.  Sin embargo desde nuestra perspectiva todavía no ha ocurrido.  Juan literalmente viajó en el tiempo hacia el futuro.  Conforme los sellos son abiertos uno por uno, Juan ve la guerra del Anticristo, el hambre y las pestes.  Y lo más importante: Ve a las 12 tribus, mientras luchan para vencer las pruebas que les inflige Satanás y el Anticristo.

También ve a los santos de la tribulación y los problemas que encuentran cuando el sistema del Anticristo asciende al poder.  Luego fue testigo de la destrucción del misterio, de Babilonia.  “Después de esto vi a otro ángel descender del cielo con gran poder; y la tierra fue alumbrada con su gloria. Y clamó con voz potente, diciendo: Ha caído, ha caído la gran Babilonia, y se ha hecho habitación de demonios y guarida de todo espíritu inmundo, y albergue de toda ave inmunda y aborrecible” (Apocalipsis 18:1,2).

Asimismo, Juan vio la gloriosa segunda venida de Cristo.  “ Entonces vi el cielo abierto; y he aquí un caballo blanco, y el que lo montaba se llamaba Fiel y Verdadero, y con justicia juzga y pelea.  Sus ojos eran como llama de fuego, y había en su cabeza muchas diademas; y tenía un nombre escrito que ninguno conocía sino él mismo.  Estaba vestido de una ropa teñida en sangre; y su nombre es: EL VERBO DE DIOS.  Y los ejércitos celestiales, vestidos de lino finísimo, blanco y limpio, le seguían en caballos blancos.  De su boca sale una espada aguda, para herir con ella a las naciones, y él las regirá con vara de hierro; y él pisa el lagar del vino del furor y de la ira del Dios Todopoderoso.  Y en su vestidura y en su muslo tiene escrito este nombre: REY DE REYES Y SEÑOR DE SEÑORES” (Apocalipsis 19:11-16).

Los juicios que viera Juan llegan en tres grupos: siete sellos, siete trompetas y siete copas.  A lo largo de los siglos varios expositores han trabajado exhaustivamente tratando de poner en orden sus complejas secuencias.  Los terremotos, las catástrofes astronómicas, las hordas demoníacas y las enfermedades asolan a un mundo estremecido debido a un cambio en su eje polar y por sus fallas geológicas.  Estos mismos eventos tendrán lugar durante los tres grupos de juicios.  Por mucho que uno trate, es imposible eludirlos en alguna forma, lo cual tiene sentido desde la perspectiva de la línea de tiempo terrenal.  A no dudar desde el punto de vista de Juan, encajan perfectamente.

Su perspectiva como viajero del tiempo, guiado por el Espíritu del Señor, tiene un propósito determinado.  Juan, como los profetas del Antiguo Testamento, vio los eventos que le trasmitían un mensaje particular a esos que más tarde estudiarían el recuento de la Escritura.

Juan es guiado específicamente para que regrese con el mensaje de juicio, restauración y paz eterna.  Se ignora el tiempo exacto en que tendrán lugar estos eventos.  Pedro en una ocasión le preguntó al Señor Jesucristo, cuál sería el destino de Juan: “Volviéndose Pedro, vio que les seguía el discípulo a quien amaba Jesús, el mismo que en la cena se había recostado al lado de él, y le había dicho: Señor, ¿quién es el que te ha de entregar?  Cuando Pedro le vio, dijo a Jesús: Señor, ¿y qué de éste?  Jesús le dijo: Si quiero que él quede hasta que yo venga, ¿qué a ti? Sígueme tú” (Juan 21:20-22).

¿Cómo podían haber sabido los discípulos, que Jesús de hecho se le aparecería a Juan varios años después? ¿Cómo podían imaginar que a Juan se le permitiría visitar el futuro distante?  Ellos habían escuchado sólo un breve resumen del plan de Jesús para Juan.  Ignoraban cómo se llevaría a cabo, mientras a Juan se le permitió ir y verlo por sí mismo.

El tercer cielo

El apóstol Pablo también fue seleccionado específicamente para entregar las revelaciones ordenadas divinamente para los gentiles.  También fue llevado a la dimensión de la eternidad, así lo dijo él mismo:“Conozco a un hombre en Cristo, que hace catorce años (si en el cuerpo, no lo sé; si fuera del cuerpo, no lo sé; Dios lo sabe) fue arrebatado hasta el tercer cielo.  Y conozco al tal hombre (si en el cuerpo, o fuera del cuerpo, no lo sé; Dios lo sabe), que fue arrebatado al paraíso, donde oyó palabras inefables que no le es dado al hombre expresar” (2 Corintios 12:2-4).

El término “tercer cielo”, a no dudar se refiere al plano dimensional desde el cual es posible visitar varios puntos en el tiempo terrenal.  Pero… ¿Qué vio Pablo desde allí?  Declaró que no podía decirlo.  Probablemente vio porciones del futuro que el Señor no desea que sean del conocimiento común.

Sabemos que visitó el futuro, porque sus epístolas narran acontecimientos futuros.  En sus epístolas a los Corintios, Tesalonicenses y a Timoteo, Pablo habla con autoridad de eventos futuros, describiendo la disipación doctrinal que prevalecerá en los últimos días. “Nadie os engañe en ninguna manera; porque no vendrá sin que antes venga la apostasía…” (2 Tesalonicenses 2:3a).  “Pero el Espíritu dice claramente que en los postreros tiempos algunos apostatarán de la fe, escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios” (1 Timoteo 4:1).

Habla de la naturaleza degradada de la última generación.  “También debes saber esto: que en los postreros días vendrán tiempos peligrosos.  Porque habrá hombres amadores de sí mismos, avaros, vanagloriosos, soberbios, blasfemos, desobedientes a los padres, ingratos, impíos, sin afecto natural, implacables, calumniadores, intemperantes, crueles, aborrecedores de lo bueno, traidores, impetuosos, infatuados, amadores de los deleites más que de Dios” (2 Timoteo 3:1-4).

Nos anima con sus descripciones acerca de la transformación de la Iglesia.  “Tampoco queremos, hermanos, que ignoréis acerca de los que duermen, para que no os entristezcáis como los otros que no tienen esperanza.  Porque si creemos que Jesús murió y resucitó, así también traerá Dios con Jesús a los que durmieron en él.  Por lo cual os decimos esto en palabra del Señor: que nosotros que vivimos, que habremos quedado hasta la venida del Señor, no precederemos a los que durmieron.  Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero.  Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor” (1 Tesalonicenses 4:13-17).  “He aquí, os digo un misterio: No todos dormiremos; pero todos seremos transformados, en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la final trompeta; porque se tocará la trompeta, y los muertos serán resucitados incorruptibles, y nosotros seremos transformados(1 Corintios 15:51,52).

Ve al hijo de perdición sentado en el templo, auto proclamándose Dios.  “Nadie os engañe en ninguna manera; porque no vendrá sin que antes venga la apostasía, y se manifieste el hombre de pecado, el hijo de perdición, el cual se opone y se levanta contra todo lo que se llama Dios o es objeto de culto; tanto que se sienta en el templo de Dios como Dios, haciéndose pasar por Dios” (2 Tesalonicenses 2:3,4).

Como los otros viajeros en el tiempo de la Biblia, a Pablo se le permitió predicar el mensaje de redención.

Dudo mucho que sin las Sagradas Escrituras, la humanidad hubiera podido siquiera soñar con los viajes en el tiempo.  La Biblia es el único ejemplo que tenemos.  Desde los días de la antigüedad hasta el tiempo presente, el Señor sólo ha permitido los viajes en el tiempo, con el propósito de dar a conocer una revelación. Nuestro Creador como el Portero del tiempo, sólo los autoriza cuando quiere dar a conocer su voluntad a un mundo de incrédulos.

Fuente: http://www.radiodifusionamerica.com.py

Conceptualización de las dos naturalezas de Jesús

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Predicación reduplicada es el medio para la  comprensión de la relación entre las naturalezas de Jesucristo. Cuando la Escritura atribuye cualidades humanas a Jesús deben fundamentarse a su naturaleza humana. Del mismo modo, cuando la Escritura atribuye cualidades divinas a Jesús deben fundamentarse a su naturaleza divina.

Con esta idea,  podríamos ser capaces de  resolver el problema de los predicados de la Persona. La propiedad de predicado de la persona es uno con respecto a la naturaleza (es decir, la ignorancia con la humanidad y la omnisciencia con la divinidad – el hambre y la fatiga con la humanidad, necesidad con divinidad).

Pero ahora hay un problema. Una vez que aplicamos esto a Jesús, tales predicados como la omnisciencia y la ignorancia, y la impecabilidad y la humanidad parecen ser incompatibles. Se plantea un problema con limitaciones. ¿Es esto irremediable? Yo no lo creo.

Título adicional – Podemos postular que los aspectos divinos de Jesús, eran en gran parte subliminal durante su humillación (su ministerio antes de la muerte).

¿Qué razones existen para apoyar este calificador?  -En realidad, esto califica la humanidad de Jesús aún más. El psicoanálisis ha confirmado la existencia de un subconsciente [1] [2] [3].  Esto es evidente en la esquizofrenia y en la hipnosis. Con la esquizofrenia hay una consciencia despierta y una (o varias) que no lo están, sin embargo, el subconsciente subliminal todavía puede llegar a ser una realidad.  Hay uno que controla y gobierna el consciente. Con la hipnosis, se puede ser hipnotizado y ser instruido a no ver, por ejemplo, una mesa. Si se le instruye que camine a la puerta, y la mesa esta entre la persona y la puerta, caminaría  alrededor de  la mesa, aunque no la pueda ver literalmente, aún se posee el  conocimiento  que esta existe en su subconsciente.

Durante la encarnación, el Logos permite sólo ciertos aspectos de la conciencia a la persona de Cristo, que eran compatibles con la experiencia humana normal. Esto da mucha más luz a que su tentación fuera genuina, la unción y llenura del Espíritu, el Espíritu atrayéndolo hacia el desierto, su oración al Padre (estos no son sólo muestras). Jesús, a los 3 años de edad, no hubiera estado contemplando el cálculo infinitesimal de Newton o la mecánica cuántica; Él era un niño judío genuino que crecía en sabiduría y en estatura. Así que, en esencia, era una autolimitación de la humanidad con la divinidad práctica simultánea en una Persona. Esto es diferente de la Cristología Kenótica [Nota1] en que Él no renuncia a ciertos atributos y ya no los posee. En este punto de vista, él sigue manteniendo todos los aspectos humanos y divinos de limitación voluntaria.


Por Max Andrews
Enlace Orignal
Traducido por Jorge Gil

Fuente: http://fundamentofirme.com/

Nota1:

La doctrina de la kénosis apunta a explicar que el Hijo de Dios escogió renunciar en términos de sus atributos divinos, en orden a asumir naturaleza humana. Desde la encarnación Jesús es simultáneamente verdadero hombre y verdadero Dios. La kénosis sostiene que estos cambios fueron temporalmente asumidos por Dios en su encarnación y que cuando Jesús asciende a los cielos después de la resurrección Él reasume completamente todos sus atributos divinos.

Referencias:

[1] http://www.facso.uchile.cl/publicaciones/moebio/05/psicoanalisis.htm

[2] https://www.scimednet.org/psychology-and-consciousness-studies/

[3] http://www.tdx.cat/bitstream/handle/10803/126030/cvl1de1.pdf?sequence=1#page=24

El profeta preguntó: ¿Cómo te has convertido en prostituta, oh ciudad fiel?

Por israelenlinea

Jerusalén unificada se destruye en pedazos. La capital de israelíes – judíos y árabes – se convirtió, a raíz de intentos malignos y malintencionados, en capital de extremistas peligrosos, usurpadores y sediciosos.

Foto:archivo_estocolmo.se

Foto:archivo_estocolmo.se

Ya dejó de ser capital para sus habitantes y ciudadanos. Se ha transformado en una ciudad melancólica que pertenece a colonos, ultraortodoxos, salvajes y mesiánicos.

Es una capital que se desprende del cuerpo mismo de la nación y se va hundiendo; una autonomía que representa sólo a sí misma.

El profeta preguntó una vez: «¿Cómo te has convertido en prostituta, oh ciudad fiel? Llena estuvo de justicia; en ella habitó la equidad; ahora no hay más que homicidas» (Isaías; 1-21).

No, aún no hay asesinatos en masa, pero el alma de la nación languidece diariamente delante de nuestros ojos. El espíritu de justicia israelí se desmenuza groseramente en manos de políticos, colonos y jueces.

El alma nacional se succiona a través de la burocracia e indiferencia administrativa. ¡Sí!, la capital del pueblo judío, ese que juró que nunca le hará a su prójimo lo que él mismo odia, se convirtió en prostituta; moralmente deshonesta; emocionalmente insensible.

Accionada por líderes para su propio beneficio, atiborrada de juicio; todos demandan a todos, se ocultan detrás de leyes injustas. Y sus jueces – como petrificados – resuelven acorde a sentencias discriminatorias, dictadas especialmente para un «pueblo elegido». Alguna vez la justicia acostumbraba a pernoctar en esta ciudad; actualmente se asientan los asesinos del alma de la nación judía.

Y no hay quien alce la voz; sólo unos pocos patriotas, aliados de la verdad y la moral, que no están dispuestos a sucumbir viendo como un Estado de refugiados judíos vomita con todas sus fuerzas, una y otra vez, familias de palestinos a la calle, al tiempo que ofrece sus enclenques casas a bravucones barbudos y profanadores.

Es la izquierda jerosolimitana, acostumbrada infinitamente a enfrentamientos con alocados del «síndrome Jerusalén», conocedora de la corrosiva verdad de la ciudad, de su juventud mesiánica de colinas, quien no está dispuesta a desviar la mirada. Se ha comprometido a detener con su cuerpo a rufianes munidos de antorchas que pretenden incendiarla.

En estos días la ciudad carece de líder. Tampoco del primer ministro vendrá la salvación. Los barrios y la población árabes no se encuentran en la conciencia de Binyamín Netanyahu y Nir Barkat; como si se tratara de algo que no les compite, en Sudán o Teherán.

Y como el Estado carece de liderazgo, así como también los que añoran la paz, nuestros hijos se hicieron cargo de esa responsabilidad; sacudieron su indiferencia y desesperación y nos han traído hasta acá. El círculo se amplía, está cada vez más lleno de vida, furia y esperanza.

El humanismo israelí vuelve a renacer en Jerusalén Oriental. Nosotros estamos allí durante el calor del verano y las lluvias de invierno. Clamamos y alertamos. Exigimos justicia y también paz. No nos asustan policías violentos ni provocadores enardecidos. Aquí estamos y nos comprometemos: no callaremos mientras Ahmed y Aysha duerman en la calle frente a sus propias casas que pasaron a ser propiedad de colonos. ¿Esto es justicia? ¡No la nuestra! ¿Esto es juicio? ¡No, es una trampa!

Jerusalén es la ciudad que más se vacía en el mundo. Al comienzo la abandonaron los pudientes, posteriormente los moderados, detrás de ellos se van los laicos y sus jóvenes. Dentro de poco tiempo no habrá más quien abandone. La ciudad permanecerá totalmente solitaria.

Las fuentes de luz que se apagan son cubiertas con rayos de oscuridad.

¿Hasta cuándo, Sr. primer ministro y alcalde de la ciudad? ¿Y qué sucede con ustedes, Jueces de Israel? ¿cooperarán con la malicia que amenaza terminar con el sueño?

Acérquense a nosotros, regresen al judaísmo del «No robarás» y «No matarás».

Fuente: Haaretz

Traducción: www.israelenlinea.com

Referencias:

Israel es una ramera, una reina adultera rechazada, y una bruja que practica hechicería: mas vosotros llegas acá, hijos de la hechicera, generación del adultero y la fornicaria (Isaías 57:3).

La ciudad de Jerusalén se convirtió en ramera, llena de homicidios: ¿Cómo te has convertido en ramera, OH ciudad fiel? Llena estuvo de justicia, en ella habitó la equidad; pero ahora, los homicidas (Isaías 1:21).

Israel era una esposa fornicaria: Pero confiaste en tu hermosura, y te prostitutiste a causa de tu renombre, y derramaste tus fornicaciones a cuantos pasaron; suya eras (Ezequiel 16:15).

Israel envejeció en su adulterio: Y dije respecto de la envejecida en adulterios: ¿Todavía cometerán fornicaciones con ella, y ella con ellos? (Ezequiel 23:43)

El juicio de la gran ramera: Vino entonces uno de los siete ángeles que tenían las siete copas, y habló conmigo diciéndome: Ven acá, y te mostrare la sentencia contra la gran ramera, la que está sentada (está esparcida) sobre muchas aguas (Apocalipsis 17:1).

La ramera de Babilonia probada extensamente: 1.) Jeremías 2:20-Israel representaba la ramera. 2.) Jeremías 3:1-Israel representaba la ramera. 3.) Jeremías 3:8-Israel está divorciada por Deuteronomio 4:1-4. 4.) Ezequiel 16:15- Representaba la ramera y la prostituta. 5.) Óseas 1:2-Israel una esposa de prostitución. 6.) Óseas 1:9-Lo-Ammi, porque vosotros no sois mi pueblo.

Es obvio que hay dos ideas diferentes de Israel: La primera, que en todas sus maldades y pecados ella no puede hacer mal y Dios no puede divorciarse de ella porque él hizo un voto a Abraham que él debe cumplir, o convertirse en mentiroso; La segunda idea y Bíblica, es que debido a sus maldades y convertirse en la gran ramera, Dios se divorció de ella (Jeremías 3:8), y el Calvario fue el lugar donde esto fue totalmente probado, por el Pacto sellado con una nueva Esposa/Novia, la Iglesia del Nuevo Testamento. Ya que el voto a la simiente de Abraham era condicional y además se cumplió en Jesús Mesías (Gálatas 3:29). Por consiguiente, no hay pacto o voto a Abraham que deba cumplirse a Israel aparte de Jesús Mesías y el plan de salvación de Hechos 2:38. Esta salvación la cual incluía asegurando las promesas de Abraham, era a los Judíos primeramente y luego los Gentiles.

Jer 51:7 Babilonia fue una copa de oro en mano de YHVH, Que embriagaba a toda la tierra; De su vino bebieron las naciones: Por lo cual están enloquecidas.

La copa no empezó con Babilonia, sino que según Jeremías 25:15, a ella le fue dada para beber. Babilonia bebió y pasó la copa a otras naciones llegando hasta nuestro tiempo y embriagando a las Naciones Unidas. La copa inició en las manos de la gran ramera de Israel. Jeremías nos da el propósito y el alcance de este tazón sangriento que devolverá la venganza de Dios en siete tazones o vasijas de ira, siete veces a sus males. ¡Aunque Roma es una sangrienta asesina, ella no es la ramera de Misterio Babilonia, ella es en cambio su hija ramera! ¡Cual la madre, tal la hija!

Mayor informaciónhttp://hechos238.net/prophecy/whore.html

La Llegada de cuatro lunas rojas «de sangre»

La fecha de la crucifixión

Así es, existe mucho más en los cielos que declara que el “Mesías ha llegado.” Pero para observar estos fenómenos, tenemos que saber cuándo observar los cielos. Pedro se refirió a los fenómenos celestiales que habían ocurrido para comprobar la llegada del Mesías. Pero, ¿Qué cielo utilizó? Existe una gran cantidad de trabajos los cuales informan la fecha de la crucifixión de Jesús de Nazaret. Estos trabajos junto con libros históricos tanto Romanos como Judíos, astronomía arqueológica y las palabras de la Biblia, nos permiten identificar el día y prácticamente el momento de su muerte. Esta es una declaración extraordinaria. Usted tendrá que juzgar por su cuenta. Le rogamos que considere la evidencia

Lo que podemos aprender del calendario judío.

Bastante, cuando armamos las piezas del rompecabezas. Por ley y costumbre, los judíos de los tiempos de Jesús tomaban el día de descanso como un día de reposo absoluto. Puesto que no se permitía trabajar durante el día de descanso. Era un día en que se preparaban de antemano las comidas y otras necesidades para el día de reposo. Esta es nuestra primera clave para determinar la fecha de la crucifixión, puesto que los cuatro Evangelios declaran que Jesús fue crucificado durante el Día de la Preparación, un viernes. También es el consenso general de los Padres de la Iglesia y los eruditos a través de la historia de la iglesia.

Los evangelios también relatan que la crucifixión ocurrió el día antes del festival de Pascua . Esta es una segunda clave importante puesto que nos ofrece una conexión sólida con el sistema antiguo del calendario judío. El festival de Pascua siempre comienza el día 14 del mes lunar judío llamado Nisan. (Nisan 14 cae siempre en la primavera, lo cual explica la razón de la celebración de Pascua en esta fecha). Por tradición judía, la Pascua comienza durante el crepúsculo, la línea divisoria entre la fecha de Nisan 14 y 15 .

En el calendario judío (y en el nuestro) una fecha del mes puede caer en cualquier día de la semana. Por ejemplo, durante un año su fecha de cumpleaños puede caer en martes, y en otro año puede caer en jueves. Esta variación entre días de la semana es la razón principal de que esta segunda clave sea tan poderosa. Cuando juntamos estas dos piezas del rompecabezas, podemos darnos cuenta que la crucifixión tuvo que haber ocurrido un año en que Nisan 14 cayó en viernes, el Día de la Preparación. Esto reduce nuestra investigación considerablemente.

El año.

Los historiadores antiguos no conectados con la Biblia relatan que Jesús fue condenado a muerte por Poncio Pilato. Pilato fue procurador Romano de Judea durante los años 26 D.C. hasta el 36 D.C.. Estos hechos limitan nuestra búsqueda de la fecha a esos años en específico. En el capítulo titulado Preparando el escenario descubrimos que Jesús nació entre los años 3 y 2 A.C. También existen claves Bíblicas importantes: el Evangelio de Lucas, reporta que Jesús inició su ministerio público cuando tenía “aproximadamente 30 años”, y el Evangelio de Juan reporta tres ocasiones cuando se celebró el Festival de Pascua anual durante su ministerio. Añada a estas piezas del rompecabezas una fecha de crucifixión en los inicios del año 30 después de Cristo. Durante esos años, Nisan 14 cayó en viernes, el Día de la Preparación, dos veces: el 17 de Abril del año 30 D.C. Y el 3 de Abril del año 33 D.C. . Para ayudarnos a determinar entre estas dos fechas, existe amplia y fascinante evidencia.

La profecía de Daniel

Se está haciendo más claro que la fecha que buscamos es el 3 de Abril del año 33 D.C. Una antigua profecía judía del Mesías añade más evidencia.

Muchos siglos antes del nacimiento de Cristo, un joven judío fue tomado prisionero. Había sido secuestrado de su tierra y de todo lo que conocía. Quizás se fue tropezando, con los pies ensangrentados junto con otros prisioneros. Posiblemente, montó un camello o carro a causa de su derecho de nacimiento. La historia no nos proporciona estos detalles. Viajó durante varios meses desde Judea, la cual no volvería a ver jamás. Sin embargo, aún cuando fue arrancado de todo lo que conocía, el joven nunca olvidó sus orígenes. La Biblia nos declara que el joven nunca perdió la fe en su Dios. Su nombre era Daniel.

Era el año 605 A.C. El pequeño estado de Judá había sido invadido por el gran ejército de Nabucodonosor, rey de Babilonia. El estado de Judá había apoyado al país perdedor del conflicto entre Egipto y Babilonia y terminó pagando el precio. Con el propósito de garantizar su conformidad como estado vasallo, muchas de las familias reales y aristócratas de Judá fueron secuestradas en lo que muchos llaman el primer cautiverio de Babilonia. Daniel estaba entre éstos.

La Biblia relata que Daniel fue preparado para servir en la corte de Nabucodonozor. Daniel aprendió el idioma, literatura y costumbres de su nuevo país. Con el paso del tiempo, se convirtió en consejero de confianza del rey, mucho más competente que todos los otros consejeros reales. La Biblia declara que su verdadera fuerza se basaba en su fe y en su Dios, no en sus habilidades personales.

Aunque su éxito en la corte del rey era extraordinario, y a pesar de que nunca regresó a su país, su corazón tuvo que haber permanecido en la tierra de su infancia. La Biblia nota sus oraciones ­mas bien lamentos. Ruegos de tal pasión que debieron haber lágrimas en sus ojos cuando las oraba . Daniel le rogó al Señor en intercesión por su pueblo, para que terminara el cautiverio, por la reconstrucción del templo en Jerusalén.

La Biblia relata que  Daniel tuvo una visión. El ángel Gabriel se apareció y le habló:

Todavía estaba yo hablando en oración, cuando Gabriel, el hombre a quien había visto en la visión al principio, se me acercó, estando yo muy cansado, como a la hora de la ofrenda de la tarde. 
Me instruyó, habló conmigo y dijo: Daniel, he salido ahora para darte sabiduría y entendimiento. 
Al principio de tus súplicas se dio la orden, y he venido para explicártela , porque eres muy estimado; pon atención a la orden y entiende la visión. 
 Setenta semanas han sido decretadas sobre tu pueblo y sobre tu santa ciudad, para poner fin a la transgresión, para terminar con el pecado, para expiar la iniquidad, para traer justicia eterna, para sellar la visión y la profecía, y para ungir el lugar santísimo. 
 Has de saber y entender que desde la salida de la orden para restaurar y reconstruir a Jerusalén hasta el Mesías Príncipe, habrá siete semanas y sesenta y dos semanas; volverá a ser edificada, con plaza y foso, pero en tiempos de angustia. 
 Después de las sesenta y dos semanas el Mesías será muerto y no tendrá nada, y el pueblo del príncipe que ha de venir destruirá la ciudad y el santuario. Su fin vendrá con inundación; aun hasta el fin habrá guerra; las desolaciones están determinadas. 
Y él hará un pacto firme con muchos por una semana, pero a la mitad de la semana pondrá fin al sacrificio y a la ofrenda de cereal. Sobre el ala de abominaciones vendrá el desolador, hasta que una destrucción completa, la que está decretada, sea derramada sobre el desolador.  (Daniel 9: 21 al 27)

La palabra Cristo significa “Mesías”. Por esta y otras razones, la mayoría de los comentaristas concluyen que Daniel recibió una predicción de la venida del Mesías. Aún más, Daniel se enteró de la fecha de la muerte del Mesías, la fecha en que se “le quitará la vida”. Esta es la fecha que deseamos para nuestra investigación astronómica. Así es que, ¿Es posible descifrar el simbolismo numérico de las “sietes” de Daniel? Quizás no sea tan complicado como parece.

Si tomamos una aproximación directa, supongamos que los “siete” se refieren a siete años. Gabriel le dijo a Daniel que después del decreto para reconstruir Jerusalén, habrían “siete sietes” (lo cual resulta en 49), más “sesenta y dos sietes” (lo cual resulta en 434). Después de estos 483 años, al “Príncipe Elegido” se le “quitará la vida”. Si la profecía es correcta, este será el año de la crucifixión.

Recuerde que en la antigüedad, no se utilizaba el calendario moderno de hoy día. En otros pasajes proféticos, se utiliza un año lunar de 360 días . Para convertir las fechas a nuestro calendario moderno que utiliza el año solar, y que es más largo, tenemos que dividirlas entre el tiempo que le toma a la tierra terminar una órbita alrededor del sol, es decir 365. 24 días. Esto resulta en 476 años en nuestro calendario.

Ahora contamos con una cantidad de años, pero, ¿desde cuándo debemos de empezar a contar? Gabriel ordenó contar “desde la promulgación del decreto para la reconstrucción de Jerusalén.” ¿Cuándo fue que ocurrió esto? El profeta Nehemías reporta ese decreto, y lo identifica como el vigésimo año de Artajerjes . En nuestro calendario, ese es el año 444 A.C. . Contando 476 años desde el 444 A.C. y recordando que no existe el año “cero” J.C., descubrimos que Gabriel le dijo a Daniel: al Mesías se le quitará la vida en el año 33 D.C.

Esta sorprendente profecía, predicha mas de 500 años antes del nacimiento de Cristo, es consistente con toda la demás evidencia que hemos visto. Así es que tenemos mas confianza de que la crucifixión de Jesús ocurrió el día 3 de Abril del año 33 D.C. Pero el argumento decisivo, quizás la evidencia más poderosa es astronómica. Tomemos en consideración el argumento de Pedro.

El argumento de Pedro.

Ahora avancemos más allá de la crucifixión para añadir la última pieza de evidencia respecto al día de la cruz. La Biblia reporta que el Mesías resucitado les dio instrucciones a sus discípulos de no abandonar Jerusalén hasta que no recibieran el poder del Espíritu Santo. Quizás estaban confusos preguntándose si Jesús estaría hablando de algún evento político . Y se quedaron.

Estaban aún ahí para celebrar la fiesta judía del Pentecostés, la cual se celebra 50 días después de la fiesta de Pascua y de la Crucifixión. La ciudad de Jerusalén estaba llena de visitantes de todas partes del cercano Oriente. La Biblia reporta una serie de inesperados y asombrosos eventos que ocurrieron durante esta celebración: el sonido de un viento apresurado, algo como llamaradas posándose sobre los discípulos. Igual de extraño, los discípulos empezaron a hablar, pero no en sus idiomas nativos, los cuales eran Arameo y Hebreo. Estaban hablando en idiomas que no habían aprendido. Consecuentemente, fueron entendidos por innumerables visitantes extranjeros en la ciudad .

En ese momento se soltó un pandemonio en la ciudad. Las multitudes se abrieron paso a empujones para acercarse. Los viajeros escucharon sus propios idiomas en boca de galileos y estaban desconcertados. Algunos molestosos estuvieron interrumpiendo y gritando: “¡Están todos borrachos!” El apóstol Pedro se levantó en medio de la confusión. Nos podemos imaginar su mano extendida para calmar al gentío. Entonces en voz resonante procedió a dar una explicación de lo que estaba ocurriendo. Escuche y considere mientras Pedro argumenta usando las palabras del profeta Joel, las cuales fueron registradas alrededor del año 835 A.C. Del Libro de los Hechos, capítulo 2:

 Entonces Pedro, poniéndose en pie con los once, alzó la voz y les declaró: Varones judíos y todos los que vivís en Jerusalén, sea esto de vuestro conocimiento y prestad atención a mis palabras, 
 porque éstos no están borrachos como vosotros suponéis, pues apenas es la hora tercera del día; 
 sino que esto es lo que fue dicho por medio del profeta Joel: 
 Y SUCEDERÁ EN LOS ÚLTIMOS DÍAS–dice Dios– QUE DERRAMARE DE MI ESPÍRITU SOBRE TODA CARNE; Y VUESTROS HIJOS Y VUESTRAS HIJAS PROFETIZARAN, VUESTROS JÓVENES VERÁN VISIONES, Y VUESTROS ANCIANOS SOÑARAN SUEÑOS; 
 Y AUN SOBRE MIS SIERVOS Y SOBRE MIS SIERVAS DERRAMARE DE MI ESPÍRITU EN ESOS DÍAS, y profetizarán. 
 Y MOSTRARE PRODIGIOS ARRIBA EN EL CIELO Y SEÑALES ABAJO EN LA TIERRA: SANGRE, FUEGO Y COLUMNA DE HUMO. 
 EL SOL SE CONVERTIRÁ EN TINIEBLAS Y LA LUNA EN SANGRE, ANTES QUE VENGA EL DÍA GRANDE Y GLORIOSO DEL SEÑOR. 
Y SUCEDERÁ QUE TODO AQUEL QUE INVOQUE EL NOMBRE DEL SEÑOR SERA SALVO. (Hechos 2:14 al 20)

 Y ahora Pedro declara, “Ustedes los han observado.” ¿Cuáles eran estos fenómenos?

“El sol se convertirá en tinieblas y la luna en sangre…” Los evangelios relatan que el sol se obscureció el día de la crucifixión desde el medio día hasta las 3 de la tarde .

Ciertos recursos antiguos no relacionados con la Biblia confirman este evento. Phlegon Trallianus lo reporta en su historia titulada “Olympiades”:

“Durante el cuarto año de la Olimpiada 202 [32-33 AC], ocurrió un eclipse del sol mucho más grande que otros eclipses reportados anteriormente, y la noche descendió a la sexta hora del día [medio día], de tal manera que las estrellas aparecieron en los cielos; y ocurrió un gran terremoto en Bithynia y sacudió la mayor parte de Niceaea.” 

Pero ¿qué ocurrió con la luna de sangre?

El canto fúnebre celestial

La respuesta a esa pregunta fija la fecha de la crucifixión con precisión. Sin lugar a dudas, de hecho, y a causa de que la “luna en sangre” tiene un significado específico. En la literatura antigua, no sólo en la Biblia, significa un eclipse lunar. ¿Por qué “en sangre”? Porque cuando la luna está en eclipse lo hace en la sombra de la tierra. La luna no recibe luz directa del sol, sino que se alumbra únicamente con la tenue luz refractada por la atmósfera de la tierra. Durante un eclipse total de luna, ésta brilla en rojo, como usted debe saber si lo ha visto.

Esto tiene gran significado, porque de acuerdo a los cálculos de Kepler podemos determinar exactamente cuando ocurrieron eclipses históricos. Quizás no le sorprenda saber que sólo en una fiesta de Pascua se observó un eclipse lunar desde la ciudad de Jerusalén mientras Pilato era gobernador . Ocurrió el día 3 de Abril del año 33 D.C., el Día de la Cruz..

Ese día había sido precedido por una noche de horrores como había profetizado Isaías. En vez de una noche de sueño para Jesús, hubo horas de interrogaciones y burlas, saliva escupida en su cara, latigazos arrancando carne de su espalda y espinas clavadas en su cabeza. Isaías escribe que el Mesías sería azotado hasta que estuviera “desfigurado al grado de no tener aspecto humano”. Y así, Jesús fue brutalizado durante tres “juicios” en medio de la madrugada ante los sacerdotes Anás y Caifás, el Rey Herodes y el prefecto romano Poncio Pilato . Finalmente, su destino lo decidió una multitud . Lo marcharon al monte Gólgota, el lugar de la calavera, y lo crucificaron. Moriría en un lapso de seis horas.

Los evangelios relatan la cronología. Los martillos clavaron los clavos en su cuerpo a las 9 de la mañana. Le levantaron. Al medio día y durante las próximas tres horas, el cielo se obscureció. En el templo de la ciudad de Jerusalén, únicamente a los sacerdotes se les permitía entrar en la presencia de Dios — una gruesa cortina excluía al hombre común. Durante la crucifixión, este velo se rasgó por la mitad de arriba abajo, mientras que un terremoto separaba rocas y abría tumbas . En la obscuridad y tumulto de estas señales, hasta los guardias romanos se arrepintieron de haber tomado parte en este asesinato . Nuestro Señor Jesucristo murió a las 3 p.m.. Lo quitaron de la cruz antes del anochecer para preservar la santidad de la inminente fiesta de la Pascua. Pero las señales y prodigios no cesaron. Cuando la luna salió esa noche, era de color rojo sangre. Solamente podemos imaginar el espanto de aquellos que estuvieron presentes durante todos estos eventos, y su aumentado temor con el acontecimiento de más señales.

Pero había más que no podían ver. Las ecuaciones de Kepler indican que la luna salió en eclipse, ya roja, cumpliendo con la visión de Joel. Necesariamente, esto significa que el eclipse comenzó antes del anochecer. Con la ayuda de programas de computación, podemos observar debajo del horizonte y ver la sombra de la Tierra iniciar el eclipse. Cuando hacemos esto, notamos que exactamente a las 3 p.m. mientras Jesús suspiraba su último aliento en la cruz, la luna se convertía en rojo sangre.

Durante el nacimiento de Cristo, los cielos se pueden observar como una poesía visual con la nueva luna simbólicamente naciendo a los pies de Virgo, la virgen. Para completar este poema celestial, la noche de la muerte de Jesús, la luna había regresado al pie de la virgen. Pero ahora estaba llena, una vida completamente vivida, bañada en sangre.

Una de las cosas más importantes que nos ha robado la religión romana, entre muchas otras que nos han quitado, es conocer la riqueza que encierran las fiestas del Señor que están descritas en el libro de Levítico capítulo 23, conocer de que se tratan estas fiestas es conocer todo acerca del Mesías, en ellas está descrito todo el plan de Dios acerca de la primera y segunda venida del Mesías, sin embargo si le preguntas a cualquier cristiano, en la mayoría de los casos ni siquiera conoce de la existencia de estas fiestas, sin embargo no tienen ningún problema en celebrar fiestas cuyo origen es absolutamente pagano. El cristianismo casi en su totalidad se escuda en la falsa idea que esas fiestas son para Israel y no para la iglesia, por lo tanto es algo que no deben celebrar y ni siquiera se han molestado en conocerlas, eso también es herencia de la falsa religión romana y que el protestantismo ha heredado, no dándose cuenta que han sido despojados de las mayores riquezas de la palabra de Dios, incautamente han creído ha engaños y a manipulaciones de la palabra.

¿Como el mundo cristiano estará atento a las señales, si ni siquiera sabe de cuales estamos hablando?, las fiestas de primavera se cumplieron de manera exacta en la primera venida del Mesías, si celebráramos cada una de las fiestas conoceríamos ciertamente los tiempos y las sazones como dice una traducción de la palabra, toda su celebración nos habla de la forma en que se producirán los eventos, por lo tanto conoceríamos el momento de su llegada. El Pesach (Pascua), fue su muerte, Los Panes sin levadura (Hag HaMatzah) fue su sepultura; las Primicias (Bikkurim) Su Resurrección; y la fiesta de las semanas (Shavuot o Pentecostés) es la entrega de la Ley, primero en tablas de piedra en el Sinaí y luego en nuestros corazones en Jerusalén, cincuenta días después de su resurrección; las fiestas de la lluvia temprana o de la primavera, ya se cumplieron, si los cristianos las conocieran y las practicarán sabrían que todo su simbolismo nos lleva a la muerte y la resurrección del Mesías. El Profeta Oseas nos dice que El vendrá a nosotros como la lluvia, como la lluvia tardía y temprana a la tierra (Oseas 6:3), ya vino como la lluvia temprana, falta su segunda venida, como la lluvia tardía, o las fiestas de Otoño, las cuales son La Fiesta de las Trompetas (Rosh HaShana), el día de la expiación (Yom Kippur) y la fiesta de los Tabernáculos (Sukkot), recuerdan las palabras de Pablo a los Corintios:“He aquí, os digo un misterio: No todos dormiremos; pero todos seremos transformados, en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la final trompeta; porque se tocará la trompeta, y los muertos serán resucitados incorruptibles, y nosotros seremos transformados” (1 Corintios 15:51-52), al hablar del toque de las trompetas, sabemos inmediatamente a que se refiere, el vendrá en el Rosh HaShana, conocido como el “Día que nadie conoce”, ¿les suena aquella frase?, su primera venida se cumplió de manera literal en las primeras fiestas, su segunda venida también se cumplirá según lo que está escrito, Rosh HaShana, su venida, Yom Kippur, el día del juicio, y Sukkot, El tiempo de nuestra alegría, y el establecimiento de su reinado sobre la tierra.

Pero cuales son las señales a las que debemos estar atentos, las escrituras nos advierten acerca de “aquel día”, veamos que nos señalan:

“He aquí el día de YHWH viene, terrible, y de indignación y ardor de ira, para convertir la tierra en soledad, y raer de ella a sus pecadores. Por lo cual las estrellas de los cielos y sus luceros no darán su luz; y el sol se oscurecerá al nacer, y la luna no dará su resplandor. (Isaías 13:9-10)

“El sol se convertirá en tinieblas, y la luna en sangre, antes que venga el día grande y espantoso de YHWH”. (Joel 2:31)

“E inmediatamente después de la tribulación de aquellos días, el sol se oscurecerá, y la luna no dará su resplandor, y las estrellas caerán del cielo, y las potencias de los cielos serán conmovidas”.(Mateo 24:29)

“Miré cuando abrió el sexto sello, y he aquí hubo un gran terremoto; y el sol se puso negro como tela de cilicio, y la luna se volvió toda como sangre” (Apocalipsis 6:12)

Las señales son claras, el sol se oscurecerá y la luna no dará su resplandor, dijo Isaías; el sol se convertirá en tinieblas y la luna en sangre dijo Joel; El sol se oscurecerá y la luna no dará su resplandor Dijo Yeshua mismo; y el sol, se puso negro y la luna toda como sangre es lo que vio Juan, y que escribió en el Apocalipsis. Es la misma imagen en todos los relatos, para nosotros es fácil identificar eso como eclipses, sin embargo que podría tener de especial un eclipse siendo que regularmente somos testigos de ellos, ya sean eclipses de sol o de luna.

Debemos estar atentos a las señales, y para saber reconocer los tiempos, debemos conocer también las fiestas ordenadas por YHWH, y justamente la diferencia entre un eclipse que vemos normalmente a este al que hablan las escrituras lo marcan la celebración de las fiestas del Señor.

Las fiestas señaladas.

Hay una  palabra hebrea para fiesta, y es la palabra Jag. Ahora es interesante notar que en este pasaje de Levíticos 23:2 no encontramos la palabra Jag, sino encontramos otra palabra que ha sido traducida como fiesta y es la palabra   Moed, Moadim en el plural.

¿Qué significa esta palabra Moed?  La primera vez que aparece en las Escrituras lo encontramos en el pasaje de  Génesis 1:14  que dice: “que sirvan como señales de las estaciones (moadim).” Ahora como siempre para poder entender el significado de cualquier palabra Hebrea hay que ver como ha sido utilizada en otros pasajes, para así poder entender con más profundidad lo que significa exactamente la palabra. Ahora veamos otros pasajes de como ha sido traducida esta palabra en las Escrituras:

Génesis 17:21,  por estos tiempos ”

Génesis 18:14,  ”en el tiempo señalado”

Entendiendo la palabra hebrea Moed podemos ver entonces que el Señor a decretado o señalado ciertos tiempos exactosTambién vimos que decía que estos tiempos servirán como señales. Es interesante notar que el hebreo usa la palabra  Otot,  plural de  Ot, para señales, pero esta palabra no solamente significa señal sino también milagro (ver Deuteronomio 4:34 y Salmo 105:26-27). Hay que destacar que la palabra Ot tiene la  alef y la tav que son la primera y ultima letra del alefato hebreo.

Entonces dijo Dios:

Haya lumbreras en la expansión de los cielos para separar el día de la noche, y sean para señales y para estaciones y para días y para años; (Génesis 1:14).

Todos los acontecimientos proféticos van unidos a señales en los cielos, “la luna se convirtió en sangre”  no estamos hablando de fenómenos naturales, sino de indicaciones y señales proféticas que se cumplen en el  inexorable reloj profético de Dios.

En esta imagen realizada con programa informático (The Skay6) para aficionados al astronomía, estableciendo la localización en Jerusalen y retrocediendo al año 32 d.c. dia 28 de abril, se puede establecer que hubo un eclipse solar, teniendo en cuenta que las fechas no pueden ser exactas pero no aproximan al evento “La luna se convertira en sangre”. Podemos ver que la Luna esta sobre el sol formando un eclipse.

En esta imagen realizada con programa informático (The Sky 6) para aficionados al astronomía, estableciendo la localización en Jerusalen y retrocediendo al año 32 d.c. día 28 de abril, se puede establecer que hubo un eclipse solar, teniendo en cuenta que las fechas no pueden ser exactas pero no aproximan al evento “La luna se convertirá en sangre”. Podemos ver que la Luna esta sobre el sol formando un eclipse.

Fuentes:

The Star of Betlehem

Debes saberlo

Visto enhttp://lascronicasdelmesias.org

Referencias anexas:

¿Puede ser significativo el año 2018 en términos proféticos?

El Gran Sello de EE.UU., el Vaticano, el Anticristo y el 21 de diciembre del 2012

«Los evangelios judíos»: desde «Hijo de Dios» a «Hijo del Hombre»

Hoy escribe Antonio Piñero

La primera tesis de D. Boyarin en The Jewish Gospels es: en el Evangelio de Marcos 1,1 (“Comienzo del Evangelio de Jesucristo, Hijo de Dios”) este sintagma final, hijo de Dios, significa “mesías como rey humano” (pp.26ss), mientras que “Hijo del Hombre” en el Evangelio de Marcos señala la naturaleza divina del Ungido o Cristo (p. 31).

Traduzco:

“Cuando Marcos en el comienzo de su Evangelio escribe “Comienzo del Evangelio de Jesucristo, Hijo de Dios”… está usando el título antiguo para el rey de la casa de David. Por el contrario, cuando se refiere (a este personaje) en el cap. 2 como Hijo del Hombre señala la naturaleza divina del cristo. Esto parece una paradoja: el nombre de Dios es utilizado por Marcos para designar su naturaleza humana, mientras que emplea “hombre” para su naturaleza divina. ¿Cómo se llegó a este cambio? Este capítulo comienza respondiendo a la pregunta de cómo Jesús fue entendido como Dios por judíos monoteístas, contando la historia del Hijo del Hombre”.

La prueba para Boyarin de que esto es así, dando por supuesto que el autor del Evangelio de Matrcos es un judío y que vive en una mentalidad judía, se halla en 1 Samuel 10,1:

“Tomó Samuel el cuerno de aceite y lo derramó sobre la cabeza de Saúl, y después le besó diciendo: «¿No es Yahvé quien te ha ungido como jefe de su pueblo Israel? Tú regirás al pueblo de Yahvé y le librarás de la mano de los enemigos que le rodean. Y ésta será para ti la señal de que Yahvé te ha ungido como caudillo (hebreo maschiach) de su heredad” (Versión Bib. de Jerusalén)

Este rey ungido es un “mesías”, puesto que en hebreo mashiach significa ungido. Y es claro que este rey de Israel (David, Salomón, Joás, etc. ) no es más que un ser humano, tal como lo entiende cualquier judío del siglo I y de ahora. “Ungido” = en hebreo por tanto es el monarca humano.

En la Biblia hebrea el vocablo mesías se refiere siempre a un monarca que gobierna en la actualidad de quien escribe sobre él. Esto se ve claramente en el Salmo 2,2.6-7:

Se yerguen los reyes de la tierra, los caudillos conspiran aliados contra Yahvé y contra su Ungido […] Ya tengo yo consagrado a mi rey en Sión mi monte santo.» Voy a anunciar el decreto de Yahvé: El me ha dicho: «Tú eres mi hijo; yo te he engendrado hoy”.

Aquí se ve claro cómo según Boyarin, el monarca, vivo y actualmente reinante, es adoptado por Dios como hijo.. pero sin dejar de ser plenamente humano

El Salmo 110 (utilizado en Mc 14,62) es otra buena muestra de cómo los judíos utilizaban el símil de la generación para indicar que el rey era “hijo” especialísimo de Dios, por su especial relación con Él, pero sin ningún matiz encarnacionista: sólo por esa especial relación del monarca con la divinidad.

El texto es el siguiente en la versión hebrea:

1 Oráculo de Yahvé a mi Señor: Siéntate a mi diestra, hasta que yo haga de tus enemigos el estrado de tus pies.
2 El cetro de tu poder lo extenderá Yahvé desde Sión: ¡domina en medio de tus enemigos!
3 Para ti el principado el día de tu nacimiento, en esplendor sagrado desde el seno, desde la aurora de tu juventud.
4 Lo ha jurado Yahvé y no ha de retractarse: «Tú eres por siempre sacerdote, según el orden de Melquisedec.»
5 A tu diestra, Señor, él quebranta a los reyes el día de su cólera;
6 sentencia a las naciones, amontona cadáveres, cabezas quebranta sobre la ancha tierra.
7 En el camino bebe del torrente, por eso levanta la cabeza.

Pero en los LXX leemos una variante interesante:

VV. 3 Contigo el poder en el día de tu potencia
En medio de la brillantez de los santos.
En el vientre, antes de la aurora, te he engendrado
4 Juró el Señor y no se arrepentirá…, etc.

Lo notable de esta variante (que es similar a la del Salmo 2) que la generación humana del rey lo hace “hijo de Dios”, de nuevo por especial relación con Éll, pero no hay visos de divinidad en el monarca, ni de que nadie entre los judíos lo considerara un hijo óntico, real, de Dios

Los exegetas está de acuerdo en que estos salmos de entronización del monarca judío se inspiran en la liturgia egipcia del día de la coronación del Faraón (encarnación de Horus en la tierra), pero que los judíos eliminand cualquier viso de que la divinidad se haya encarnado en una persona humana, por muy real que sea. La teología judía enmienda la egipcia.

Continúa luego Boyarin contando sencillamente que a lo largo de la historia del pueblo hebreo la monarquía davídica desapareció (la oscura narración acerca del último vástago de David, Zorobabel, que fue probablemente asesinado; léase la historia en los libros de Esdras y de Nehemías), y que a lo largo de los siglos se fue formando otra esperanza de salvación que era ya “mesiánica” en el sentido que la entendemos hoy (salvación por medio de un rey o enviado de Dios que actúa como redentor / salvador), a la vez que el pueblo judío sencillo, tanto en Judea como en Galilea, seguía esperando que Dios restaurase la monarquía davídica.

Crítica:

Hasta este momento no hay nada nuevo en el libro “rompedor” que no supiéramos ya. Solamente la presentación paradójica de “hijo de Dios” expresa la naturaleza humana del rey e “Hijo del Hombre” expresa la divina. Lo importante, pues, vendrá después cuando Boyarin sostenga que el relato de Dn 7 sobre un “como hijo de hombre” había sido leído entre amplias capas de apocalípticos y el pueblo en la época temprana de la vida de Jesús como la afirmación de la existencia junto a Dios de un redentor que es a la vez divino y humano.

He escrito en otro lugar (Biblia y Helenismo, El Almendro, Córdoba 2006, 516), citando un artículo de Florentino García Martínez a propósito de “Los manuscritos del Mar Muerto y el mesianismo cristiano” en Piñero-Fernández Galiano (eds.) Los Manuscritos del Mar Muerto. Balance de hallazgos y de cuarenta años de estudio (Col. “En torno al Nuevo Testamento”), Edit. El Almendro, Córdoba, 1994, y en “Qumrán y el mesías del Nuevo Testamento”, Revista Communio, 26 (1993), 31, lo que sigue:

“El Cristo (del Nuevo Testamento) aglutina en una sola imagen las diversas facetas de las figuras mesiánicas a las que se ha llegado en Qumrán mediante el desarrollo de las ideas seminales del Antiguo Testamento. El Cristo del Nuevo Testamento es a la vez un mesías sacerdote, un mesías – rey, un profeta como Moisés, un siervo sufrientey un mesías celeste. La comunidad cristiana ha atribuido claramente a una persona histórica del pasado, cuyo retorno se espera en el futuro escatológico, todos los rasgos de las figuras mesiánicas que el judaísmo precristiano había desarrollado a partir del Antiguo Testamento y que ahora podemos conocer gracias al descubrimiento de los manuscritos de Qumrán”.

Esta exposición de García Martínez es bastante más precisa que la de Boyarin.

Otra crítica a Boyarin, que hago yo mismo, es que muy probablemente lo que él lee como el inicio del Evangelio de Marcos = 1,1: “Comienzo del Evangelio de Jesucristo, Hijo de Dios” no es lo que escribió Marcos, sino este otro:

“Comienzo de la buena nueva de Jesús Cristo”.

Hay que hacer las siguientes precisiones:

• “Buena nueva” es literalmente “evangelio”, en singular y sin añadido o precisión alguna. En el ambiente pagano grecorromano se utilizaba este vocablo siempre en plural (por ejemplo, buenas noticias del cumpleaños del Emperador o de los beneficios aportados por el reinado de éste). No es el título de un libro (un “Evangelio”, aquí “según Marcos”), sino que alude a su contenido, la proclamación de la buena nueva del plan de salvación de Dios por medio de Jesús. Por tanto, el libro de Marcos parece haber sido compuesto para la proclamación

• Cristo es igual a “ungido” o mesías, como sabemos. El título está en camino de convertirse en nombre propio. Algunos manuscritos añaden aquí “Hijo de Dios”. No se ve razón alguna para que los escribas hubieran omitido este título y sí buenas razones para haberlo añadirlo. La lectura breve es, pues, preferible.

Por tanto, ya que lo de “hijo de Dios” es un añadido de los escribas posteriores, es decir, en el siglo II e.c., lo más probable que ese sintagma signifique ya en la mente del escriba glosador no “hijo de Dios” en el sentido judío, un monarca humano con especial relación a la divinidad, sino un “hijo de Dios” real, óntico. Jesús sería considerado como sentado ya a la diestra de Dios tras su resurrección, pero esta idea se retroproyecta a la vida terrena de éste. Comenzamos ya a ver que el libro de Boyarin no es tan rompedor como algunos han supuesto.

En la semana que viene seguiremos con la tesis de Boyarin sobre el “Hijo del Hombre” en Daniel 7 y su relación con el Libro de las Parábolas de Henoc (1 Henoc 37-71) donde hay “muchísima tela que cortar”.

Saludos cordiales de Antonio Piñero.
Universidad Complutense de Madrid
http://www.antoniopinero.com

Fuentehttp://www.tendencias21.net/crist/Los-evangelios-judios-Desde-Hijo-de-Dios-a-Hijo-del-Hombre-454-01_a1403.html

Mensaje decodificado: Texto de 3000 años de antigüedad arroja luz sobre la historia bíblica

02-08-2013 10-55-16

Algunos personajes en la ladera de una jarra de barro de 3.000 años de antigüedad que se remonta a la época del rey David ha dejado perplejos a los arqueólogos hasta ahora – y una traducción fresca pueden tener profundas consecuencias para nuestra comprensión de la Biblia.

Los expertos habían sospechado que la inscripción fragmentaria fue escrita en el idioma de los cananeos, pueblo bíblico que vivió en el Israel de hoy en día. No es así, dice un experto que afirma haber descifrado el código: El misterioso lenguaje es en realidad la forma más antigua del hebreo escrito, colocando los antiguos israelitas en Jerusalén antes de lo que se creía anteriormente.

«Hablantes de hebreo controlaban Jerusalén en el siglo 10, lo que apunta a la cronología bíblica como la época de David y Salomón,» cerca de la antigua historia de Oriente dijo a FoxNews.com el estudio bíblico experto Douglas Petrovich.

«Cualquiera que fuesen, estaban escribiendo en hebreo como eran los dueños del lugar», dijo.

«Esto es sólo el clima entre los estudiosos que quieren atribuir lo menos posible a los antiguos israelitas.»

– Doug Petrovich

Descubierta por primera vez cerca del Monte del Templo en Jerusalén el año pasado, el fragmento BC del siglo 10 ha sido etiquetado como la Inscripción Ofel. Es probable que lleva el nombre de los propietarios de la jarra y su contenido.

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Si el análisis de Petrovich resulta cierto, sería la evidencia de la veracidad de los cuentos del Antiguo Testamento. Si el hebreo como lengua escrita existido en el siglo 10, como él dice, los antiguos israelitas estaban grabando su historia en tiempo real, en lugar de escribirlo varios cientos de años más tarde. Eso haría que el Antiguo Testamento un recuento histórico de los acontecimientos de la vida real.

Según Petrovich, los arqueólogos no están dispuestos a llamarlo hebreo para evitar el conflicto.

«Es sólo el clima entre los estudiosos que quieren atribuir lo menos posible a los antiguos israelitas» dijo.

Huelga decir que sus afirmaciones están agitando la controversia entre aquellos que no les gusta mezclar los datos de la arqueología – de tierra, piedra y hueso – con historias de la Biblia.

El arqueólogo Finkelstein de la Universidad de Tel Aviv de Israel dijo a FoxNews.com que la inscripción Ofel es fundamental para la historia temprana de Israel. Pero las nociones románticas de la Biblia no deben nublar métodos científicos – un mensaje que empujó en 2008, cuando se descubrió una inscripción semejante en un lugar que muchos llaman ahora uno de los palacios del rey David .

En ese momento, advirtió la agencia Associated Press en contra de la «reactivación de la creencia de que lo que está escrito en la Biblia es exacta como un periódico.»

Hoy en día, le dijo a FoxNews.com que la inscripción Ofel habla de «la expansión de Jerusalén desde el Monte del Templo, y nos muestra el crecimiento de Jerusalén y la complejidad de la ciudad durante ese tiempo.» Pero la Biblia? Tal vez, tal vez no.

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Profesor Aren Maeir de la Universidad Bar Ilan de acuerdo en que algunos arqueólogos están simplemente confiando demasiado en la Biblia como fuente de evidencia.

«[Podemos] plantea argumentos sobre el reino de David y Salomón? Eso me parece una actualización grandiosa,» él le dijo a Haaretz recientemente.

En la última década, ha habido un renacimiento de Israel de arqueólogos en busca de evidencia histórica de relatos bíblicos. FoxNews.com ha informado sobre varias excavaciones de este año alegando demostrar una variedad de historias de la Biblia.

Más recientemente, un equipo dirigido por el arqueólogo Yossi Garfinkel concluyó una excavación de diez años de la posible palacio del rey David , que domina el valle donde el rey hebreo victoriosamente hirió al gigante Goliat.

Garfinkel tiene otra explicación sobre el significado detrás de la inscripción Ofel.

«Creo que es como un [celular] Texto», dijo Garfinkel FoxNews.com. «Si alguien toma un texto de nosotros 3.000 años a partir de ahora, no va a ser capaz de entenderlo.»

La escritura en la jarra de fragmentación es un tipo de taquigrafía de agricultores del siglo 10 usado, en su opinión, y no de una manera oficial de comunicación que fue transmitida.

«Lo que es más importante es que hay una revolución en este tipo de inscripción que se encuentra,» Garfinkel a FoxNews.com. Ha habido varios en el mismo período de tiempo se encuentra en Israel en los últimos cinco años.

«Cuando nos encontramos con más y más de estas inscripciones, quizá no hasta la próxima generación, que puede tener un gran avance», dijo.

Fuente (en inglés): http://www.foxnews.com/science/2013/07/31/3000-year-old-inscription-translated-biblical-history/?cmpid=NL_FNTopHeadlines#ixzz2ap8DSqZi

PD: traducción casi directa de google, perdón por los errores.

¿Divinidad de Jesús? Una indagación

El hombre está hecho para adorar y obedecer; pero si no le das órdenes, si no le brindas nada qué adorar, él inventará sus propias deidades, y hallará un líder en sus propias pasiones. —Benjamin Disraeli, Coningsby

La diferencia crítica entre las enseñanzas de Jesús y la fórmula trinitaria está en elevar a Jesús al estatus divino, un estatus que Jesús negó en los evangelios:

“¿Por qué me llamas bueno? Ninguno hay bueno sino uno: Dios”. (Mateo 19:17, Marcos 10:18, y Lucas 18:19)
“El Padre mayor es que yo”. (Juan 14:28)
“Nada hago por mí mismo, sino que según me enseñó el Padre, así hablo”. (Juan 8:28)
“De cierto, de cierto os digo: No puede el Hijo hacer nada por sí mismo…”. (Juan 5:19)
“Pero yo lo conozco, porque de Él procedo, y Él me envió”. (Juan 7:29)
“El que me desecha a mí, desecha al que me envió”. (Lucas 10:16)
“Pero ahora voy al que me envió…”. (Juan 16:5)
“Jesús les respondió y dijo: Mi doctrina no es mía, sino de aquel que me envió”. (Juan 7:16)

“Porque yo no he hablado por mi propia cuenta; el Padre que me envió, Él me dio mandamiento de lo que he de decir, y de lo que he de hablar”. (Juan 12:49) [1]

¿Qué dice la teología paulina? Que Jesús es socio en la divinidad, Dios encarnado. Entonces, ¿a quién debemos creerle? Si a Jesús, entonces escuchemos lo que sea que él tiene para decir:

“Oye, Israel; el Señor nuestro Dios, el Señor uno es”. (Marcos 12:29)
“Pero de aquel día y de la hora nadie sabe, ni aun los ángeles que están en el cielo, ni el Hijo, sino el Padre”. (Marcos 13:32)
“Al Señor tu Dios adorarás, y a Él sólo servirás”. (Lucas 4:8)
“Mi comida es que haga la voluntad del que me envió…”. (Juan 4:34)
“No puedo yo hacer nada por mí mismo… porque no busco mi voluntad, sino la voluntad del que me envió”. (Juan 5:30)
“Porque he descendido del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me envió”. (Juan 6:38)
“Mi doctrina no es mía, sino de aquel que me envió”. (Juan 7:16)
“Subo a mi Padre y a vuestro Padre, a mi Dios y a vuestro Dios”. (Juan 20:17)

Mis itálicas en los versículos anteriores no implican que Jesús habló con énfasis, aunque nadie puede asegurar con certeza que no lo hizo. Más bien, las itálicas subrayan el hecho de que Jesús no sólo nunca reclamó para sí divinidad, sino que sería el primero en negarlo. En las palabras de Joel Carmichael: “La idea de esta nueva religión, con él mismo como deidad, fue algo de lo que él [Jesucristo] jamás pudo haber tenido el indicio más leve. En palabras de Charles Guignebert, ‘ni siquiera cruzó por su mente’”. [2]

Entonces, si Jesús jamás declaró ser deidad, ¿qué fue él exactamente? Él mismo respondió esta pregunta:

“No hay profeta sin honra sino en su propia tierra, y entre sus parientes, y en su casa”. (Marcos 6:4)

“Pero Jesús les dijo: No hay profeta sin honra, sino en su propia tierra y en su casa’”. (Mateo 13:57)

“No es posible que un profeta muera fuera de Jerusalén”. (Lucas 13:33)

Aquellos que lo conocieron confesaron: “Este es Jesús el profeta, de Nazaret de Galilea” (Mateo 21:11); y: “Un gran profeta se ha levantado entre nosotros…” (Lucas 7:16). Los discípulos reconocieron a Jesús como “que fue varón profeta” (Lucas 24:19. Véase también Mateo 14:5, 21:46, y Juan 6:14). Si estas declaraciones fueran inexactas, ¿por qué Jesús no los corrigió? ¿Por qué no se autodefinió como deidad si, en realidad, era verdaderamente una deidad? Cuando la mujer en el pozo afirmó: “Señor, me parece que tú eres profeta” (Juan 4:19), ¿por qué no le agradeció su humilde impresión, pero le explicó que había más en su esencia que sólo profecía?

¿O no lo había?

¿Jesucristo, un mero hombre? ¿Podría ser? Una buena parte del mundo religiosamente introspectivo se pregunta, “¿por qué no?” Hechos 2:22 registra a Jesús como “Jesús nazareno, varón aprobado por Dios entre vosotros con las maravillas, prodigios y señales que Dios hizo entre vosotros por medio de él, como vosotros mismos sabéis”. Jesús mismo es registrado diciendo: “Pero ahora procuráis matarme a mí, hombre que os he hablado la verdad…” (Juan 8:40). Sorprendentemente, una cita similar se encuentra en el Sagrado Corán: “Entonces [Jesús] habló: Por cierto que soy el siervo de Allah. Él me revelará el Libro y hará de mí un Profeta” (TSC 19:30).

Entonces, ¿Jesús fue un siervo de Al-lah (es decir, siervo de Dios)? De acuerdo con la Biblia, sí. O al menos, es lo que se entiende de Mateo 12:18: “He aquí Mi siervo, a quien he escogido…”. Además, los Hechos de los Apóstoles trazan el crecimiento de la iglesia temprana durante los primeros 30 años que siguieron al ministerio de Jesús, pero en ningún lugar en Hechos los discípulos de Jesús llaman jamás “Dios” a Jesús. En su lugar, ellos se refieren a Jesús como hombre y como siervo de Dios. [3]

De hecho, el único versículo del Nuevo Testamento que apoya la doctrina de la Encarnación es 1 Timoteo 3:16. [4]

Sin embargo, en relación a este versículo (que declara que “Dios fue manifestado en carne”), Gibbon anota: “Esta fuerte expresión puede justificarse por el lenguaje de San Pablo (I Tim. 3:16), pero somos engañados por nuestras biblias modernas. La palabra quien fue cambiada por Dios en Constantinopla a comienzos del siglo VI: la frase real, que es visible en las versiones en latín y en siríaco, aún existe en los razonamientos de los padres griegos y latinos; y este fraude, junto con aquel de los tres testigos de San Juan, es admirablemente detectado por Sir Isaac Newton” [5].

¿Fraude? Bueno… esta es una palabra fuerte. Pero si miramos a los eruditos más modernos, es una palabra bien aplicada, pues “algunos pasajes del Nuevo Testamento fueron modificados para enfatizar más precisamente que Jesús fue una deidad” [6]

¿La Biblia fue modificada? ¿Por razones doctrinales? Difícil hallar una palabra más apropiada que “fraude”, dadas las circunstancias.

En un capítulo intitulado “Alteraciones Teológicamente Motivadas del Texto” en su libro Misquoting Jesus [Citando erróneamente a Jesús], el profesor Ehrman diserta sobre la corrupción de 1 Timoteo 3:16, que fue detectada no sólo por Sir Isaac Newton, sino también por el erudito del siglo XVIII, Johann J. Wettstein. En palabras de Ehrman: “Un escriba tardío ha alterado el texto original, de modo que ya no se lee ‘quien’ sino ‘Dios’ (manifestado en carne). En otras palabras, este corrector tardío cambió el texto en esta forma para acentuar la divinidad de Cristo… Nuestros mejores y más antiguos manuscritos, sin embargo, hablan de Cristo ‘quien’ fue manifestado en carne, sin llamar a Jesús, explícitamente, Dios” [7].

Ehrman subraya que esta corrupción es evidente en cinco manuscritos griegos tempranos. En todo caso, fueron los manuscritos corruptos, y no los “más antiguos y mejores” los que llegaron a dominar tanto los manuscritos medievales como las traducciones al inglés antiguo [8]. En consecuencia, desde los tiempos medievales hasta hoy, los dogmas de la fe cristiana han sufrido la influencia corrupta de una iglesia más devota a la teología que a la realidad [9].

Ehrman agrega: “Mientras Wettstein continuaba sus investigaciones, encontró otros pasajes típicamente utilizados para afirmar la doctrina de la divinidad de Cristo que de hecho representaban problemas textuales. Cuando esos problemas son resueltos con base en la crítica textual, en la mayoría de las instancias las referencias a la divinidad de Jesús desaparecen” [10].

Dado lo anterior, no es de sorprender que el cristianismo del siglo XX se haya expandido para incluir a aquellos que niegan la supuesta divinidad de Jesús. Una señal significativa de este cambio es el siguiente reportaje del periódico londinense Daily News: “Más de la mitad de los obispos anglicanos ingleses dicen que los cristianos no están obligados a creer que Jesucristo fue Dios, según una encuesta publicada hoy” [11]. ¡Es digno de resaltar que no fue el mero clero el que fue encuestado, sino los obispos, dejando sin duda a muchos en sus congregaciones rascándose la cabeza y preguntándose quién cree, si no sus obispos!

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[1] Véase también Mateo 24:36, Lucas 23:46, Juan 8:42, Juan 14:24, Juan 17:6-8, etc.

[2] Carmichael, Joel. p. 203

[3] Hombre: véase Hechos 2:22, 7:56, 13:38, 17:31; Siervo de Dios: véase Hechos 3:13, 3:26, 4:27, 4:30.

[4] En el pasado, algunos teólogos intentaron validar la Encarnación con base en Juan 1:14 y Colosenses 2:9. Sin embargo, a la luz de la crítica textual moderna, estos versículos han perdido adeptos, y por buenas razones. Juan 1:14 habla de “el Verbo”, lo que no implica divinidad, y “el unigénito del Padre”, lo que no es una traducción correcta en modo alguno. En el caso de Colosenses, el problema trasciende el discurso incomprensible, empezando con el simple hecho de que en la actualidad se piensa que Colosenses ha sido falsificado. Para más detalles, véase el libro de Bart D. Ehrman Lost Christianities Cristianismos Perdidos], p. 235.

[5] Gibbon, Edward, Esq. Vol. 5, Capítulo XLVII, p. 207

[6] Metzger, Bruce M. y Ehrman, Bart D. The Text of the New Testament: Its Transmission, Corruption, and Restoration [El Texto del Nuevo Testamento: Su Transmisión, Corrupción y Restauración]. p. 286

[7] Ehrman, Bart D. Misquoting Jesus [Citando erróneamente a Jesús]. p. 157.

[8] Ibíd.

[9] Para mayor claridad, véase Metzger, Bruce M. A Textual Commentary on the Greek New Testament [Comentario Textual sobre el Nuevo Testamento Griego]. pp. 573-4.

[10] Ehrman, Bart D. Misquoting Jesus [Citando erróneamente a Jesús]. p. 113

[11] Londres Daily News [Noticias Diarias]. 25 de junio de 1984

Copyright © 2007 Laurence B. Brown

Se concede permiso para la reproducción libre y sin restricciones; siempre y cuando se reproduzca en su totalidad, sin omisiones, adiciones o modificaciones. El Dr. Laurence B. Brown es graduado de la famosa Universidad Cornell, la Facultad de Medicina de la Universidad Brown y el programa de residencia del Hospital Universitario George Washington; cirujano oftalmólogo, oficial retirado de la Fuerza Aérea, director médico y jefe de un importante hospital del ojo. También es Ministro Interreligioso ordenado con un doctorado en teología y otro en religión, y autor de varios libros de religión comparada y ficción histórica. Sus obras se pueden encontrar en su página web, www.LevelTruth.com.

UN MOVIMIENTO CRISTIANO ENSEÑA COMO PEGAR A LA MUJER

El grupo de Disciplina Doméstica Cristiana recomienda varios trucos y consejos para pegarle a la mujer, con el objetivo de que «la cabeza de la familia tome las medidas necesarias para lograr una relación sana y dinámica».

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El movimiento Disciplina Doméstica Cristiana -DDC- alienta y enseña a pegarle las esposas a través de un documento de 54 páginas donde se establecen diferentes principios y prácticas básicas para poder golpear.

Entre los consejos que dan para que los seguidores del movimiento Disciplina Doméstica Cristiana golpeen a sus mujeres, proponen el cepillo de pelo, ya que «es excelente para lograr la picadura deseada, pero se puede romper fácilmente», dice una de las recomendaciones. Otra opción según el manual es la raqueta de tenis, ya que se trata de un elemento silencioso y estable.

Estos son algunos de los trucos y consejos que se encuentran detallados en el «Paquete para principiantes» de la disciplina doméstica, un documento de 54 páginas que establece los principios y prácticas básicos de la DDC.

Los creadores del sistema describen el movimiento como la «práctica entre dos cónyuges en donde la cabeza de familia toma las medidas necesarias para lograr una relación sana y dinámica, así como para crear un hogar con un ambiente sano y para proteger a todos los miembros de la familia de resultados peligrosos o perjudiciales castigando los comportamientos no deseados para el bien de la familia».

La DDC se posiciona como un estilo de vida en el que se utilizan castigos -pérdida de privilegios, tiempos de aislamiento, etc.- para mantener una casa cristiana en orden, de acuerdo con christiandomesticdiscipline.com. «El hombre es dominante y la mujer es sumisa, como se detalla en la Biblia”, explica la página web.

El blog beginningdd.com publica artículos con títulos como «consolando después del castigo«, donde literalmente se dice: «Es importante que el consuelo tenga lugar después de todos los castigos, no sólo los azotes. Incluso algo tan simple como un abrazo y un beso una y otra vez en algún rincón, durante los momentos de dormitorio, unas líneas de escritura, cartas de disculpa, etc puede ayudar a la pareja para volver a conectar y fortalecer ese vínculo emocional entre ambos».

*Con información de RT.

Fuentehttp://www.tercerainformacion.es/spip.php?article53884

Comentario de laverdadysololaverdad:

Definitivamente MUY MALAS interpretaciones del texto bíblico:

De esta manera los esposos deben estar amando a sus esposas como a sus propios cuerpos. El que ama a su esposa, a sí mismo se ama. porque nadie jamás ha odiado a su propia carne; antes bien, la alimenta y la acaricia, como también el Cristo hace con la congregación.  Efesios 5:28-29 

De igual manera, ustedes esposos, sean comprensivos en su vida conyugal, tratando cada uno a su esposa con respeto, ya que como mujer es más delicada, y ambos son herederos del grato don de la vida. Así nada estorbará las oraciones de ustedes. 1 Pedro 3:7 

Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su esposa, y serán una sola carne. Genesis 2:24

Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amo a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella. Efesios 5:25 

Que el marido cumpla su deber para con su mujer, e igualmente la mujer lo cumpla con el marido. La mujer no tiene autoridad sobre su propio cuerpo, sino el marido. Y asimismo el marido no tiene autoridad sobre su propio cuerpo, sino la mujer. No os privéis el uno del otro, excepto de común acuerdo… 1 Corintios 7:3-5.

Durante la historia han existido personas que mal interpretan los textos bíblicos para proponer sus propias doctrinas.