El papiro del «evangelio de la mujer de Jesús» no es una falsificación

Sin entrar en su contenido, científicos de las universidades de Columbia, Harvard y MIT concluyen que es muy posible que el controvertido documento sea de entre los siglos IV y IX

El papiro del llamado «evangelio de la mujer de Jesús»

El papiro del llamado «evangelio de la mujer de Jesús»

El 18 de septiembre de 2012, la historiadora de la Universidad de Harvard Karen King sorprendió al mundo con un papiro escrito en copto, del tamaño de una tarjeta de visita, que contenía una frase nunca vista en las Sagradas Escrituras: «Jesús les dijo, mi esposa…». El documento, bautizado como el «evangelio de la mujer de Jesús», también incluía la frase «ella podrá ser mi discípula».

El papiro, que según King había sido escrito en el siglo IV, conmocionó a teólogos e historiadores de textos bíblicos, y fue acusado de manera inmediata por la Iglesia y algunos expertos de ser una falsificación.

Ahora, varios análisis ejecutados por profesores de ingeniería eléctrica, química y biología de las universidades de ColumbiaHarvard y el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) concluyen que la tinta y el papiro tienen muchas posibilidades de ser antiguos, y no una falsificación moderna.

Una prueba de carbono 14 de la Universidad de Harvard en colaboración con el Woods Hole Oceanographic Institute sitúa el documento entre los años 659 y 859. Un estudio del MIT determina que la composición química del papiro es homogénea y que sus patrones de oxidación reafirman la antigüedad. Por su parte, diversas pruebas con infrarrojos llevadas a cabo en Columbia indican que el papiro se parece mucho a otros similares datados entre los siglos IV y VIII.

Las pruebas microscópicas y multiespectrales han permitido resolver dudas sobre si el papiro habría sido alterado. Por ejemplo, la acumulación de tinta en las fibras de la tela podría indicar que se habría escrito en el papiro un momento posterior. O si la letra «alfa» en la cuarta línea hubiera sobrescrito una letra «sigma» anterior, mostraría que alguien quería modificar una referencia a «la mujer» y convertirla en «mi esposa». Para los científicos, no hay evidencias de nada de ello.

Aviva el debate

Desde la presentación de su hallazgo en 2012, King insistió en que el documento no ofrece evidencias de que Jesús fuera un hombre casado. «El tema fundamental del fragmento es afirmar que las mujeres que son madres y esposas pueden ser discípulas de Jesús, un asunto que se debatió con fuerza al comienzo de la cristiandad, cuando el celibato empezaba a ser muy valorado», explica la profesora, cuya investigación sobre el asunto fue publicada ayer por la «Harvard Theological Review».

Esta revista publica en el mismo número un artículo en contra de la teoría de King, a cargo de Leo Depuydt, un profesor de Egiptología de la Universidad de Brown, que declara que el papiro es tan falso «que parece salir de un sketch de los Monty Python».

En su momento, el hallazgo fue acusado de coincidir sospechosamente con dos debates candentes sobre la Iglesia Católica: el celibato del clero y la posibilidad de que las mujeres puedan ejercer el sacerdocio. Tampoco ayudó que el origen del documento fuera desconocido y que King no revelara quién era su propietario.

Los hallazgos científicos indican ahora que el papiro es verdadero pero, probablemente, su contenido siga siendo un motivo de controversia teológica e histórica durante mucho tiempo.

Fuente: http://www.abc.es/sociedad/20140410/abci-evangelio-mujer-jesus-201404102009.html

UN MOVIMIENTO CRISTIANO ENSEÑA COMO PEGAR A LA MUJER

El grupo de Disciplina Doméstica Cristiana recomienda varios trucos y consejos para pegarle a la mujer, con el objetivo de que «la cabeza de la familia tome las medidas necesarias para lograr una relación sana y dinámica».

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El movimiento Disciplina Doméstica Cristiana -DDC- alienta y enseña a pegarle las esposas a través de un documento de 54 páginas donde se establecen diferentes principios y prácticas básicas para poder golpear.

Entre los consejos que dan para que los seguidores del movimiento Disciplina Doméstica Cristiana golpeen a sus mujeres, proponen el cepillo de pelo, ya que «es excelente para lograr la picadura deseada, pero se puede romper fácilmente», dice una de las recomendaciones. Otra opción según el manual es la raqueta de tenis, ya que se trata de un elemento silencioso y estable.

Estos son algunos de los trucos y consejos que se encuentran detallados en el «Paquete para principiantes» de la disciplina doméstica, un documento de 54 páginas que establece los principios y prácticas básicos de la DDC.

Los creadores del sistema describen el movimiento como la «práctica entre dos cónyuges en donde la cabeza de familia toma las medidas necesarias para lograr una relación sana y dinámica, así como para crear un hogar con un ambiente sano y para proteger a todos los miembros de la familia de resultados peligrosos o perjudiciales castigando los comportamientos no deseados para el bien de la familia».

La DDC se posiciona como un estilo de vida en el que se utilizan castigos -pérdida de privilegios, tiempos de aislamiento, etc.- para mantener una casa cristiana en orden, de acuerdo con christiandomesticdiscipline.com. «El hombre es dominante y la mujer es sumisa, como se detalla en la Biblia”, explica la página web.

El blog beginningdd.com publica artículos con títulos como «consolando después del castigo«, donde literalmente se dice: «Es importante que el consuelo tenga lugar después de todos los castigos, no sólo los azotes. Incluso algo tan simple como un abrazo y un beso una y otra vez en algún rincón, durante los momentos de dormitorio, unas líneas de escritura, cartas de disculpa, etc puede ayudar a la pareja para volver a conectar y fortalecer ese vínculo emocional entre ambos».

*Con información de RT.

Fuentehttp://www.tercerainformacion.es/spip.php?article53884

Comentario de laverdadysololaverdad:

Definitivamente MUY MALAS interpretaciones del texto bíblico:

De esta manera los esposos deben estar amando a sus esposas como a sus propios cuerpos. El que ama a su esposa, a sí mismo se ama. porque nadie jamás ha odiado a su propia carne; antes bien, la alimenta y la acaricia, como también el Cristo hace con la congregación.  Efesios 5:28-29 

De igual manera, ustedes esposos, sean comprensivos en su vida conyugal, tratando cada uno a su esposa con respeto, ya que como mujer es más delicada, y ambos son herederos del grato don de la vida. Así nada estorbará las oraciones de ustedes. 1 Pedro 3:7 

Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su esposa, y serán una sola carne. Genesis 2:24

Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amo a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella. Efesios 5:25 

Que el marido cumpla su deber para con su mujer, e igualmente la mujer lo cumpla con el marido. La mujer no tiene autoridad sobre su propio cuerpo, sino el marido. Y asimismo el marido no tiene autoridad sobre su propio cuerpo, sino la mujer. No os privéis el uno del otro, excepto de común acuerdo… 1 Corintios 7:3-5.

Durante la historia han existido personas que mal interpretan los textos bíblicos para proponer sus propias doctrinas.

La ideología del “gender”: una antropología destructora de la identidad

genreBD.- “No se nace mujer, se llega a serlo”. Simone de Beauvoir. Sabemos que el matrimonio homosexual proviene de la ideología del género, cocinada en el último tercio del siglo XIX por las universidades norteamericanas bajo el nombre de “gender” e importada a Europa por las altas instancias de la UE, cuyas directivas se inspiran en esa ideología.

Pero ¿conocemos todas las implicaciones de este conjunto de representaciones colectivas, inspiradoras de leyes más o menos recientes sobre la contracepción, el aborto o la represión de la homofobia? Vale la pena estudiar de cerca los orígenes y la doctrina constitutiva de una ideología cuyas implicaciones transforman poco a poco nuestras existencias sin que seamos capaces de ser plenamente conscientes de ello.

En su base, la ideología del género se presenta como una antropología revolucionaria que niega la alteridad sexual. Al sacar las consecuencias de las conquistas del feminismo que han abierto a las mujeres unas posibilidades de promoción reservadas hasta entonces a los hombres, Judith Butler y sus partidarios deducen la identidad entre hombres y mujeres, pretendiendo que los sexos son simples “construcciones sociales” que no tienen más fin que el de justificar el dominio de los machos. La noción de igualdad en derechos que inspiraba el feminismo tradicional es aquí subliminado en reivindicación de similitud, bajo pretexto que la diferencia de los sexos ha servido por demasiado tiempo de argumento para justificar la discriminación y la servidumbre de las mujeres.

De esa manera se puede leer en la obra faro de ese neo-feminismo radical: “Hombre y masculino podrían igualmente designar tanto un cuerpo femenino como un cuerpo masculino. La separación inmemorial de la humanidad en hombres y mujeres no se debería a la naturaleza sino a la cultura, y podría ser reivindicada por la acción revolucionaria. Inspirándose en la célebre cita de Simone de Beauvoir: “No se nace mujer, se llega a serlo”, las neo-feministas radicales sostienen que cualquiera puede inventarse a sí mismo como hombre o mujer según el papel o la orientación sexual de su elección, fuera de todo determinismo físico. Según Monica Wittig: “Se trata de destruir el sexo para acceder al estatus de hombre universal”. Así deberíamos rechazar el término de sexo para reemplazarlo por el de género, más neutro, que designa el hombre nuevo de un orden nuevo.

Se percibe aquí la naturaleza ideológica de esta doctrina que, llevando hasta el absurdo la lógica de la idea, desemboca en la negación de lo real, no dejando más salida que un constructivismo abusivo en nombre de un mesianismo delirante. Comparte con la gnosis antigua un odio de la creación que conduce a un progresismo prometeíco, más radical que el comunismo, cuyo programa apuntaba a la supresión de la propiedad privada: en la ideología del género se trata nada más y nada menos que de transformar el hombre.

Al contrario que las ideologías que han oscurecido el siglo XX, el “gender” no invoca a la ciencia, cuyos recientes descubrimientos tocantes a los cromosomas XX femeninos y XY masculinos, las hormonas masculinas y femeninas, o el fenotipo que determina los órganos de la reproducción no aportarían más que un desmentido a sus postulados. La ideología de la desexualización del ser humano proviene de un planteamiento puramente filosófico emparentado con la escuela de la deconstrucción popularizada por Derrida y Michel Foucaud.

Esos pensadores especulaban sobre una realidad social fluida, sujeta a una perpetua contestación, ya que es sospechosa de compromiso con el poder, que sería maléfico por definición. De tal manera, la famila patriarcal, teóricamente concebida por San Pablo como un hogar de amor en una perspectiva cristiana, se ve contestada como la matriz de todas las opresiones, el poder del marido prefiguraría el del patrón. La lucha de los sexos sería el preludio de la lucha de clases: es la tesis formula por Engels en 1884.

Al atacar a la familia, como todos los totalitarismos que la han precedido, la ideología del género toma necesariamente por diana a la religión, fundadora de la institución del matrimonio y garante de la perennidad familial. La Iglesia católica es particularmente señalada bajo la acusación de propagar una moral sexual: ¡sacrilegio para los “genderistas” que conciben la libertad sexual como el paradigma de toda libertad! Su encarnizamiento no proviene únicamente de que los sacerdotes valoran la virtud de la castidad, está quizás más motivado aun por la condena de la homosexualidad que el catecismo califica de comportamiento intrínsecamente desordenado.

Tocamos aquí un punto nodal de la ideología del género: ya que no existe ni dualidad de los sexos ni tabú sexual, la ideología del género deduce de ello la equivalencia de las orientaciones sexuales. De tal manera, el nuevo feminismo radical, que ya no guarda demasiada relación con el feminismo de antaño, únicamente preocupado por la igualdad entre hombres y mujeres, apunta prioritariamente su acción reivindicativa sobre la paridad de los heterosexuales y los homosexuales. esta cruzada de un nuevo tipo (no me suena bien, no está mal escrita, pero me suena raro, yo pondría “Este nuevo tipo de cruzada”) suscita unos refinamientos de distinciones sexológicas que lleva el número de prácticas sexuales a cinco, todas tan legítimas las unas como las otras, todas igualmente legítimas, de tal forma que la vieja heterosexualidad de nuestros antepasados llega a figurar en minoría frente a los homosexuales femeninos, los homosexuales masculinos, los bisexuales y los transexuales.

Ante el asombro del vulgo frente a una toería foclizada sobre los intereses de minorías ínfimas de la especie humana, los defensores de la ideología del género le han añadido el término de “queer theory”. Esas reivindicaciones se centran sobre los medios de normalizar la homosexualidad: por la represión de la homofobia, el reconocimiento legal del matrimonio de parejas homosexuales, y también mediante el apoyo a las técnicas destinadas a paliar la esterilidad de las parejas del mismo sexo (procreación asistida, mediante fecundación in vitro gracias a donantes de semen y de óvulos, “vientres de alquiler”, todo a la espera del útero artificial que todavía no está a punto). Esas prácticas azarosas y caras generan una nueva forma de prostitución y de mercantilización del sexo al recurrir a madres portadoras pagadas y las ventas de semen y de óvulos. La legalización del matrimonio homosexual conlleva por otra parte una trastorno completo del código civil ya que confunde la filiación en razón de la banalización de las familias con dos madres y un padre virtual o dos padres y una o dos madres.

No podemos dejar de sorprendernos por la actitud paradójica de los defensores de la ideología del género quienes, por una parte se movilizan para asegurar la fecundidad de las parejas homosexuales, y por otra parte militan en favor de la contracepción y el aborto cuando se trata de parejas heterosexuales. Los ideológos del “gender” se esfuerzan en deconstruir la maternidad, el matrimonio, y niegan la existencia del instinto maternal, como Elisabeth Badinter (escritora feminista y mujer de negocios) que pretende que el amor materno es un invento reciente.

El embarazo y la lactancia singularizan de manera ultrajante a las mujeres en una humanidad que los genderistas quieren uniforme y homogénea. Su propaganda, que presenta el aborto como un derecho en nombre de un individualismo cercano al nihilismo, se ha impuesto en la UE, en cuyo seno la mayoría de los 27 Estados miembros han adoptado leyes que autorizan el asesinato de niños por nacer “desprovisto de proyecto parental”, y eso a pesar de los daños síquicos y físicos padecidos por las madres.

Otra paradoja: los “genderistas” no tienen palabras lo suficientemente fuertes para estigmatizar a la Iglesia, acusada de discriminar y esclavizar a las mujeres, siendo que ninguna otra religión en el mundo ha llevado a tan alto grado la dignidad de las mujeres en su especificidad, particularmente con el culto a la Virgen María, pero están mudas ante el trato que el islam inflige a las mujeres y también a los homosexuales, ferozmente reprimidos en todo país de charia. La inferioridad de la mujer es para el musulmán un dogma intocable inscrito en el Corán (sura IV, versículo 34) y en numerosos hádices. Incluso figura en la Declaración de los Derechos Humanos del Hombre Musulmán redactada en El Cairo en 1990 bajo la égida de la Conferencia Islámica, lo que no deja augurar una evolución del mundo musulmán en este punto. Esta base teológica justifica la condición de eterna menor de edad de la mujer musulmana, que no sale nunca de la tutela masculina, ya sea del padre (que la casa a una edad precoz) o ya se trate del esposo, incluso de su hijo en caso de quedar viuda. La poligamia, catastrófica para la educación de los hijos, el repudio arbitrario por el marido, la lapidación de las mujeres acusadas de adulterio que apenas pueden defenderse ante los cadis (jueces) que les dan a su testimonio un valor dos veces menor que al de un hombre, figuran entre las innumerables discriminaciones y malos tratos infligidas a la mujer musulmana cuya inferioridad está simbolizada en el porte del velo, “esa estrella amarilla de la condición feminina” en palabras de la iraní Djavat Tchadortt.

En definitiva, la mujer musulmana, considerada impura a partir de la pubertad, no cuenta más que por la maternidad que el islam instrumentaliza en favor del jihad. La declaración en la ONU del presidente Boumedienne ante la asamblea general es inequívoca: “Os conquistaremos con el vientre de nuestras mujeres”. Esta amenaza se inscribe dentro de una larga tradición expresada en una hadiz: “Casaros con esposas fecundas: quiero a través de vosotros sobrepasar a las naciones en número”.

La indulgencia de las neo-feministas radicales hacia el islam sólo es paradójica en apariencia. Si ahondamos en el análisis, nos damos cuenta que el “gender” se integra en un complejo ideológico en el que el antirracismo juega un papel determinante. Obedece a una metapolítica de la diversidad que prohíbe la discriminación entre hombres y mujeres, entre heterosexuales y homosexuales, entre inmigrantes y autóctonos. La bandera del arcoiris simboliza el nuevo ideal que quiere yuxtaponer sin exclusiones a las comunidades, sin unificarlas autoritariamente en el marco de una nación o un Estado. Esta metapolítica desemboca en un cosmopolitismo que asigna a todos los individuos los mismos derechos, en todo lugar, sea cual sea su origen étnico y su orientación sexual, en un mundo que ha abolido la distinción entre el extranjero y el ciudadano autóctono, y en el cual, al final, los estados serían abolidos. Se designa esta nebulosa ideológica con el nombre del mundialismo.

Esta es en definitiva, la lógica de la ideología post-feminista del género que favorece la esterilidad de los occidentales pero cierra los ojos sobre el natalismo de los inmigrantes. Aparece así como el mejor agente de la “Gran Sustitución”, expresión por la cual Renaud Camus describe la empresa mundialista de destrucción de las naciones mediante la inmigración/invasión de manera que facilite el gobierno de la hiperclase mundial sobre poblaciones reducidas al estado de consumidores intercambiables, solitarios, privados de identidad, de historia, de referencias morales y por lo tanto de ambición política: un “mejor de los mundos” del cual Aldous Huxley nos ha ofrecido la aterradora anticipación. Tenemos muchas razones para reprobar la política de la UE, labortatorio del mundialismo, una de cuyas directrices es la imposición del matrimonio homosexual en todo el ámbito europeo. Hoy como ayer, la UE quiere imponernos la seudo ética del género cuyas consecuencias podrían conducir a un futuro trágico, ya que como dice Roland Hureaux, “la ideología es la más grave enfermedad que pueda afectar la política”.

(*) He optado por traducir “gender ideology” por “la ideología del género” para evitar confusión con esa otra ideología “de género” que tiene más que ver con reivindicaciones feministas de siempre (igualdad de los sexos, cuotas femeninas, discriminación positiva para las mujeres, lucha contra el machismo y culpabilización del hombre heterosexual). La “gender ideology” va más allá de las tradicionales reivindicaciones de igualdad entre hombre y mujer (de ahí que también se hable de neo feminismo o post feminismo), pues combate la misma existencia de los sexos negando las diferencias biológicas entre los ellos estableciendo que la identidad sexual debe ser elegida por el sujeto, sin hacer casos a esas diferencias.

Fuente: http://goo.gl/OZzIw

Madre dio a luz a criatura con aspecto de caballo en ceremonia religiosa

En medio de una ceremonia religiosa del Ministerio de Liberación Mundial, en Ciudad Benin, al sur de Nigeria, una mujer sorprendió a todos cuando entró en trabajo de parto. Y aunque esto ya fue inesperado, el verdadero motivo de asombro llegó después, con el ser parido por la mujer, en el cual, aunque con características de bebé humano, pudieron observarse rasgos que lo hacen parecer un caballo.

El hecho ocurrió, según reporta el sitio All Africa, en medio de un intenso debate religioso sobre la supuesta imposibilidad de la mujer para procrear: al parecer llevaba 11 años casada sin poder tener hijos. Desesperada, acudió en busca de ayuda con el pastor de la mencionada congregación, quien dispuso iniciar una vigilia la noche del viernes pasado, previa a una sesión de oración al final de cual terminaría por da a luz.

Testigos aseguran que ya antes el pastor había dicho que lo que la mujer llevaba en su interior “no era un ser humano”, sino “una creatura chistosa”.

Curiosamente, ninguno de los asistentes conocía a la mujer o alguno de sus parientes. Al parecer acudió sola a la reunión y no volvió al día siguiente, a pesar de que los asistentes usualmente “regresan para agradecer a Dios” la ayuda recibida.

La creatura parida nació muerta y, tras el abandona de su madre, fue exhibida por un momento para que las personas la vieran. Para algunos, es la evidencia de que “Dios quitó la carga que por años le había impedido embarazarse”.

De acuerdo con descripciones, el ser parido tenía cuello y orejas largas, justo como las de un caballo, aunque con forma humana. El pastor prohibió que cualquiera lo tocara, por considerarlo “demoniaco”.

Cabe señalar que la percepción de los hechos podría estar distorsionada por el contexto mágico-religioso en el que se dio; es difícil pedir en estas regiones de la mente humana una relación objetiva. Así las cosas, cuando la mitología irrumpe en las noticias.

pn/ml

Fuente: http://www.puranoticia.cl/front/contenido/2012/09/21/noticia-51098.php