Rebelión chilena: ni espontánea ni transversal – Por Agustín Laje

El ataque a las instituciones chilenas es un ataque esencialmente de tipo izquierdista.

En América Latina acostumbramos a equiparar crisis económicas con crisis políticas, en el sentido general de que las primeras desencadenan las segundas. Por eso la propia noción de crisis nos remite, casi automáticamente, a gráficos y números; a complejos cálculos que un desfile de economistas tratan de resumir por televisión; a inflación, desabastecimiento, corridas bancarias, desempleo, pobreza. Esa, pues, es la fisonomía de una crisis en el imaginario colectivo latinoamericano.

Ahora bien, nada de eso ocurre realmente en Chile, sencillamente porque la crisis no es económica, sino estrictamente política e ideológica. Y esto debe ser tenido en cuenta a partir de las variables macroeconómicas que posicionan, no por nada, a Chile como el país más desarrollado de la región gracias al modelo que hoy precisamente se impugna: crecimiento promedio anual del 3,7 % en las tres últimas décadas, incremento del PIB per cápita de 4.000 a 28.000 dólares en las últimas cuatro décadas, reducción de la pobreza del 53 % al 6 % en ese mismo lapso, inflación actual virtualmente inapreciable, una movilidad social envidiable, caída del coeficiente de Gini desde los ’80 a hoy, etcétera.

Si en nuestro imaginario colectivo son las crisis económicas las que desatan las crisis políticas, ¿en qué medida una crisis política se desata si no es a través de una crisis económica? Fundamentalmente, a través de una crisis de legitimidad respecto de la totalidad del sistema. Y estas son, sin dudas, las crisis más corrosivas, porque no se solucionan con un nuevo plan económico o con una reforma puntual, sino con una reestructuración radical, o bien de las expectativas sociales respecto de esa totalidad, o bien con el derrumbamiento de la totalidad como paso previo para rearmar un nuevo sistema: y a eso es lo que llamamos, desde luego, revolución.

¿Hay una revolución, pues, en Chile? No en sentido estricto. Por ahora hay insurgencia y rebelión. La revolución es el paso siguiente, en el que las grietas del sistema interpelado se ensanchan de tal manera que toda la estructura termina de caer. Y eso, por el momento, no ha pasado. En términos marxistas, podríamos decir que lo que hoy vemos en Chile todavía acontece al nivel de la superestructura política, jurídica, cultural e ideológica, pero que está apuntando a dar un salto cualitativo hacia la estructura económica como fin último.

La peculiaridad de la actividad revolucionaria al nivel cultural es que demora en brindar frutos lo que demoran las generaciones en adoctrinarse. Y en Chile, claro está, la izquierda domina el sistema cultural (escuelas, universidades, medios de comunicación y farándula) desde hace muchos años ya. Personalmente, he dictado conferencias en colegios donde hacía algunos días habían estado enseñando las ideas de Antonio Gramsci dirigentes comunistas como Boric y Jackson, quienes a su vez han sido formados por Mouffe y Laclau en recurrentes visitas de estos a Chile. Estoy hablando, en el caso que me tocó vivenciar, de un colegio de clase alta del sur del país. Y personalmente, también, me tocó vivir al menos tres actos de censura en universidades chilenas, que cancelaron mis conferencias con menos de 24 horas de antelación.

Entiéndase lo que se quiere decir: si se advierte la composición sociocultural de los manifestantes chilenos, podrá advertirse que no estamos, en efecto, frente a una revolución proletaria ni mucho menos. Es el estudiantado de clase media, media alta y alta el que protagoniza la revuelta. Y la revuelta no es el fruto de crisis económica alguna, sino de una crisis de legitimidad del sistema que hizo de Chile el país más próspero de la región, que viene siendo cuidadosamente trabajada desde hace muchos años en aquellos que, por fin, están listos para salir al campo de batalla.

Ahora bien, la crisis política chilena no es simplemente una crisis de legitimidad, sino que además es el producto de un contexto político internacional bien preciso, en un momento en el que la izquierda populista se rearma en la región tras el punto de inflexión que significó la victoria de AMLO en México y el armado del llamado Grupo de Puebla.

Al respecto, existe una tendencia tan estúpida como infantil de considerar que toda variable geopolítica es parte de una “teoría de la conspiración”. Y es que la política no tiene que ver simplemente con urnas, votos, discursos y partidos políticos: esto es, en todo caso, lo que se ve de la política. Pero hay una dimensión de la política (quizás la más política de sus dimensiones) que no se coloca a la luz del día: servicios de inteligencia, infiltraciones, interceptaciones, carpetas reservadas, etcétera.

El éxito de la revuelta chilena descansa, precisamente, en su apariencia de “espontaneidad”. Sustraído de toda conexión política-internacional, de toda evaluación de intereses foráneos, de toda determinación de relaciones de fuerzas entre naciones, el conflicto chileno se define a sí mismo como la autodeterminación de un “pueblo” que “transversalmente” decidió “decir basta” (sin saber muy bien a qué). En otras palabras, el éxito de la revuelta descansa en la imbecilidad colectiva que gusta de épicas de cartón diseñadas para imbéciles.

“Vamos mejor de lo que pensábamos. Y todavía lo que falta. Estamos cumpliendo el plan. Foro de San Pablo, estamos cumpliendo el plan, ustedes me entienden”, decía Nicolás Maduro al ser señalado como responsable de la violencia en Ecuador y en Chile. Diosdado Cabello, por su parte, hablaba de la “brisa bolivariana que recorre la región”. Por eso mismo el Comunicado de la Secretaría General de la OEA del 16 de octubre de este año, que decía expresamente que “las actuales corrientes de desestabilización de los sistemas políticos del continente tienen su origen en la estrategia de las dictaduras bolivarianas y cubana, que buscan de nuevo reposicionarse”.

¿No entran a diario cientos de venezolanos a Chile, que huyen de la pobreza de su país? ¿Cuán difícil es meter venezolanos con “otro tipo” de intereses? ¿E incluso cubanos? ¿O acaso no son las fronteras chilenas tan porosas como Bachelet las dejó? Llegan, además, refuerzos de otros países. Los dirigentes del Frente de Izquierda de Argentina, Gabriel Solano y Romina Del Pla, por ejemplo, anunciaron en sus redes sociales que estaban viajando ahora mismo a Chile “para apoyar la rebelión del pueblo chileno”. Y a ello hay que sumar el movimiento indígena organizado, los grupos feministas, los lobbies LGBT y todos los movimientos sociales que la izquierda, con gran astucia, ha estado formando durante décadas a partir de la teoría de la hegemonía laclauniana.

Porque en esto hay que ser bien claro. El ataque a las instituciones chilenas es un ataque esencialmente de tipo izquierdista. Desde luego que los idiotas útiles abundan, y parte del éxito de la presunta “transversalidad” y “espontaneidad” alegada reside precisamente en atraer como con un imán a personas que no saben lo que hacen, pero lo hacen de todas maneras. Así, lo único espontáneo del caso chileno, en todo caso, es la ingenuidad de quienes pensando que efectivamente aquello es espontáneo, se suben a un tren que va marchando hacia una dirección totalmente preestablecida, pero que ellos, los ingenuos funcionales, por supuesto desconocen.

¿Y cuál es esa dirección? Todo indica que una nueva Constitución, hecha a la medida de los intereses del socialismo, que eche por tierra aquellos principios fundamentales que hicieron de Chile un país rico y próspero. Por ello las reformas económicas estatistas y los cambios ministeriales que cobardemente llevó adelante Sebastián Piñera como concesión a los delincuentes callejeros no sirvieron de nada, y las manifestaciones inmediatamente después se reanudaron. Porque lo que se ha impugnado es la totalidad del sistema, y la Constitución es el reflejo de la arquitectura política de esa totalidad.

La “centro-derecha” está pagando muy caro no haber entendido la cultura como campo de combate, y la política como realización efectiva de algo más que un gráfico de barras o una planilla de Excel. Y en este sentido, la izquierda lleva años jugando sola, metiendo goles en un arco sin ningún portero.

Nota publicada en: https://es.panampost.com/agustin-laje/2019/10/29/rebelion-chile-espontanea/

Un estudio denuncia la cultura que ‘inventa’ la transexualidad en niños y adolescentes

La transexualidad se está convirtiendo en la nueva moda para el adolescente que necesita ser protagonista y complacer a la figura de autoridad. Un nuevo estudio denuncia cómo la cultura -una muy determinada cultura- fomenta hasta forzarla la identidad transexual en niños y adolescentes.

Rita Wurst, transexual, ganó el festival de la canción de Eurovision / Wikimedia

Si los amos del discurso dominante solo pudieran darnos una orden, estoy convencida de que esta sería: no os fijéis. No saquéis ninguna conclusión de vuestra experiencia personal, no busquéis patrones, no apliquéis el sentido común ni os decantéis por la explicación más sencilla, la que parece golpearos la cara.

Por eso su propaganda es incesante, y sus métodos hace tiempo pasaron de la mera persuasión al insulto y la amenaza.

Hay un plan y, si no hay un plan, hay algo tan parecido a un plan que no sabría cómo llamarlo. Los anglohablantes lo llaman slippery slope, la pendiente deslizante, porque cada nuevo derecho encaminado a destruir nuestra civilización y, muy especialmente, la familia natural, prepara y anticipa el siguiente. Y en cada caso os dicen que sois paranoicos si prevéis cuál será el siguiente paso.

Nosotros estamos despiertos, hemos rechazado la píldora azul, y vemos. Hemos visto que ahora tocaba la transexualidad, como sabemos que ya se está cociendo el lavado de cara de la pedofilia. Ambos, por lo demás, se están uniendo sutilmente en la repulsiva moda de alentar en niños bastante pequeños, no solo que descubran su verdadera identidad -que, oye, nunca es aquella con la que ha nacido-, sino que hagan de ella un despliegue semipornográfico que, en una sociedad sana, llevaría a la cárcel al adulto responsable por perversión de menores.

No es que la transexualidad sea estadísticamente significativa, pero la vemos multiplicarse allí donde los sujetos saben que su cambio va a ser jaleado y celebrado

Le dirán, le han dicho, que esto de la transexualidad es como (ya nos dijeron sobre) la homosexualidad, es decir, que uno nace así, como un ‘hombre atrapado en el cuerpo de una mujer‘ (o viceversa). No deja de ser curioso que en un mundo cada vez más materialista se pueda concebir eso: si el cuerpo es masculino, ¿dónde está la mujer atrapada, qué es?

Pero si esto fuera cierto, los números se mantendrían estables, y no es el caso. No es que la transexualidad sea estadísticamente significativa -todavía-, pero la vemos crecer y multiplicarse en un perverso #metoo justo allí donde los sujetos saben, ya es casualidad, que su cambio va a ser jaleado y celebrado.

Dos investigadoras británicas -la socióloga feminista Heather Brunskell-Evans y la directora de la revista Disability & SocietyMichele Moore– acaban de publicar un estudio (‘Niños y jóvenes transgénero: nacido en tu propio cuerpo’) en el que denuncian cómo la cultura -una muy determinada cultura- fomenta hasta forzarla la identidad transexual en niños y adolescentes.

https://www.cambridgescholars.com/transgender-children-and-young-people

En más del 80% de los casos, el niño o preadolescente con dudas sobre su propia identidad de género las deja atrás espontáneamente, sin necesidad de tratamiento alguno

No hace falta una gran experiencia de la vida para conocer hasta qué punto son sugestionables los niños, siempre deseosos de complacer a las figuras de autoridad en su vida, o la habitual crisis de identidad, desorientación y necesidad de llamar la atención de los adolescentes.

Hace ya algunos años, por ejemplo, se puso ‘de moda’ los cortes. Numerosos adolescentes -abrumadoramente más chicas que chicos- se practicaban de modo compulsivo cortes con una cuchilla de afeitar por todo el cuerpo. Puede hablarse de subcultura, porque es común que estos adolescentes compartan fotos de sus proezas e incluso monten páginas en Internet dedicadas a esta obvia llamada de atención.

Algo similar podría estar ocurriendo con la transexualidad. El joven es muy sensible a las modas, muy gregario, y no puede dejar de percatarse de que los cortes ya ‘no se llevan’, y que nada supera ahora mismo a un ‘redescubrimiento’ de la ‘verdadera’ identidad sexual. El estudio citado, de hecho, ve en Internet el primer ‘refugio’ que encuentra el adolescente problemático. Y en la red encontrará, asimismo, una comunidad que le apoya, le escucha y le acompaña, la comunidad ‘trans’.

En más del 80% de los casos, el niño o preadolescente con dudas sobre su propia identidad de género las deja atrás espontáneamente, sin necesidad de tratamiento alguno

El cambio lo tiene todo para satisfacer al adolescente desorientado: le proporciona la atención deseada, le hace sentirse protagonista, le proporciona nuevos amigos y parece responder a esa angustia común sobre la propia identidad. El chico o chica aprende a identificar en su sexo biológico la razón por la que “no se encuentra”, la fuente de sus angustias existenciales, y ve en la transición una especie de respuesta redentora.

Con consecuencias devastadoras. Estudio tras estudio sobre la disforia de género concluye que, en más del ochenta por ciento de los casos, el niño o preadolescente con dudas sobre su propia identidad de género las deja atrás espontáneamente, sin necesidad de tratamiento alguno, una vez superada la adolescencia.

Pero, ¿qué pasa si la cultura jalea el cambio y lo aplaude y hace sentir al niño apoyado y atendido? Sobre todo, ¿qué pasa si se permite -se aconseja, incluso- tomarse en serio los deseos informes del adolescente y se le empieza a tratar con el sexo inverso al biológico, si se le da un nuevo nombre y, sobre todo, se inicia un tratamiento de hormonas y, quizá, operaciones quirúrgicas que habrá de arrastrar a lo largo de toda la vida?

El tratamiento habitual consiste en bloqueadores de la pubertad, fármacos que retrasan la evolución normal del metabolismo. Se están aplicando estos tratamientos con una alegría abradacabrante, visto que todavía desconocemos los efectos secundarios a largo plazo. Si el sentido común vale de algo en este sentido, dudo que puedan ser buenos.

Fuente: https://www.actuall.com/criterio/familia/estudio-denuncia-la-cultura-inventa-la-transexualidad-ninos-adolescentes/

Filósofo cristiano aborda «¿Es Dios un monstruo moral?

Un apologista cristiano y filósofo ha respondido a los ataques realizados por Nueva ateos como Richard Dawkins que sostienen que el Dios del Antiguo Testamento es un «monstruo moral».

«Parece que ha habido una creciente ola de críticas lanzadas en particular contra la concepción del Antiguo Testamento de Dios, ya que, de alguna manera incompatible con la concepción del Nuevo Testamento de Dios e inmoral», dijo Paul Copan, autor de ¿Es Dios un monstruo moral? : Entendiendo el Dios del Antiguo Testamento (Baker enero 2011), durante una entrevista la semana pasada en la Casa de Ministerios Credo «Converse con eruditos.»

Nuevos Ateos, y en algunos casos los cristianos, acusar a Dios de la limpieza étnica de mando a la muerte de los cananeos, que se aprueba la poligamia, ya que muchos héroes bíblicos del Antiguo Testamento tenían más de una esposa, y la esclavitud suyas.

«Mira la Biblia más de cerca y verá que no es lo que está sucediendo en todos los es-dijo Copán, un profesor y Pledger Familia Presidente de Filosofía y Ética en Palm Beach Atlantic University en West Palm Beach, Florida

El erudito evangélico afirma en su libro que la matanza de los cananeos no fue un acto racista. Más bien, escribe, se teológica y moralmente motivadas por mandato divino para que el castigo capital social a un pueblo cuyas prácticas religiosas alentó el incesto, el bestialismo, el adulterio y otros actos antisociales. Él también hace referencia a varios textos que muestran la población cananea estaba lejos de ser aniquilado.

Sobre la cuestión de la poligamia, los puntos de Copán a Levítico 18:18 para mostrar la ley mosaica prohíbe la poligamia. Afirma que Dios «aguanta» algunas cosas que son inferiores, mientras que el desplazamiento de personas hacia el ideal moral.

«Dios trae a Adán ya Eva y los dos serán una sola carne», dijo Copán en la entrevista con el anfitrión Michael Patton. «Lo ideal es carne de toda la vida, la unión monógama entre marido y mujer.»

«Dios mismo los modelos de su pacto de amor por su pueblo, expresando que en la unión ideal de fidelidad conyugal entre marido y mujer sin la competencia exterior», se señaló además.

También se refirió a los escritores bíblicos que dicen que la poligamia está permitida la monogamia porque habría sido difícil de aplicar durante ese tiempo.

Sin una comprensión adecuada del contexto, de acuerdo a Copán, muchos críticos a menudo caen en «es-debe» falacia.

«Sólo porque algo se hace en Israel que no quiere decir que por lo tanto no es un permiso divino de Dios para que esto se llevará a cabo.» Es «no es igual a» deber «. Sólo porque algo es descrito no significa que se está prescrito, así, «dijo.

¿Es Dios un monstruo moral también aborda otras cuestiones que se trate carácter divino de Dios, incluyendo los celos de Dios, castigos severos, las leyes kosher, y si la violencia causa la religión.

Copan dijo que escribió el libro después de escuchar un montón de argumentación errónea de Nueva Ateo autores más vendidos, de Dawkins, Christopher Hitchens y Sam Harris con Daniel Dennett. Estos autores tienden a atraer al público con «barbas emocional» más que de fondo filosófico e intelectual, dijo.

El objetivo final del libro es el espectáculo «cómo Dios está allanando el camino para el redentor de la humanidad, Jesucristo, el Mesías, el que ha de venir a la plena realización de todas las cosas en el Antiguo Testamento,» dijo Copán.

«Espero que este libro a la gente a Jesucristo, que realmente pone todas estas cosas en la perspectiva correcta.»

Copán es el presidente de la Sociedad Evangélica de Filosofía y autor de nueve libros, entre ellos Cuando Dios va a Starbucks: Una guía para todos los días Apologética.

Fuente: http://saborcristiano.com

¿Qué debemos entender entonces acerca de las supuestas «verdades» que dicen los ateos acerca del texto hebreo?

Pues es fácil, deja entrever la ignorancia en la comprensión lectora de las sagradas escrituras.  Además, se preocupan de mirar lo «malo» del texto, basando su «fundamentación» en ese contexto, pero olvidan el resto, algo así como, lectura a la carta, tomo lo que me conviene y el resto lo desecho, ¿Pero estoy tomando lo correcto?.

Saludos y que DIOS los bendiga.