Caminar con Dios es una decisión personal. Pero sabed esto: Si el dueño de la casa hubiera sabido a qué hora de la noche vendría el ladrón, velaría y no permitiría que se horadara su casa. Por esto, vosotros también estad preparados, porque el Hijo del Hombre viene a la hora que no pensáis. Mateo 24:43-44
La Ciencia por si sola no dice nada los científicos son los que lo hacen.
Estas son algunas de las reveladoras conclusiones que podemos extraer en el escándalo del correo de calentamiento global.
“¿Dices que la ciencia no es objetiva?” No, a menos que los científicos lo sean, y la mayoría de veces no lo son. No quiero impugnar a todos los científicos pero es cierto que algunos de ellos no han sido completamente honestos. Algunas veces mienten para conseguir o mantener sus trabajos. Algunas veces mienten para obtener fondos. Algunas veces mienten para promover sus propias creencias políticas. Algunas veces no mienten intencionalmente, pero obtienen malas conclusiones científicas porque solo están buscando lo que quieren encontrar.
La mala conducta de los científicos es más común de lo que crees. Una encuesta realizada por investigadores de la Universidad de Minnesota encontró que el 33% de los científicos admitieron haber actuado mal durante sus investigaciones, incluyendo a más de un 20% de científicos, en la mitad de su carrera, que reconocieron “haber cambiado el diseño, metodología o resultados de un estudio como resultado de presiones recibidas por parte de los patrocinadores” [1]. ¡Piensa cuántos más habrán hecho esto, pero no quieren reconocerlo!
Mentiras descaradas y engaño parecen ser el caso con el “Clima-gate.” Los correos expuestos revelaron la selección puntual de eventos, manipulación de datos y el trabajo tras bambalinas para censurar las opiniones opositoras; así como el dudar de las mediciones realizadas al no encajar en las conclusiones pre establecidas. Matt Drudge comentó acerca de esto como el “Mayor escándalo en la ciencia moderna.”
Actualmente considero que existe otro gran escándalo científico, pero estas tergiversaciones no son tan obvias. En este escándalo, en lugar de las mentiras descaradas, las conclusiones científicas son extraídas bajo la mesa por suposiciones filosóficas previas. Tal como en el caso de la controversia sobre el origen de la vida y de las nuevas formas de vida. ¿Fueron las fuerzas naturales actuando sobre mezclas químicas inertes las que produjeron vida, o fue el resultado de una acción inteligente? ¿Las nuevas formas de vida habrán evolucionado a partir de formas de vida inferiores debido a fuerzas naturales o fue necesaria la intervención de una inteligencia?
El Dr. Stephen Meyer ha escrito un fabuloso best-seller, en donde aborda estas preguntas, llamado La Firma en la Célula. Al haber obtenido su doctorado en la Universidad de Cambridge en Filosofía de la Ciencia, el Dr. Meyer está en la cima de la cadena alimenticia de la ciencia. En nuestra entrevista radial del 8 de agosto, me comentó que ha estado trabajando en un libro de +600 páginas –el cual no limita los detalles técnicos- durante más de una década.
¿Qué califica a un hombre con un doctorado en “Filosofía de la Ciencia” para escribir un libro acerca del origen de la vida o la macro evolución? Todo. Lo que algunos científicos, y muchos en el público en general, fallan en entender es que la ciencia no puede realizarse sin un fundamento filosófico. Toda la información debe ser interpretada. Y mucho del debate entre los exponentes del Diseño Inteligente (como el Dr. Meyer) y los Darwinistas (como el profesor de Oxford Richard Dawkins) no es sobre la evidencia –pues todos están viendo la misma evidencia. Es un debate sobre la filosofía. Un debate sobre qué causas pueden ser consideradas como posibles, incluso antes de examinar la evidencia.
Los científicos buscan causas, y lógicamente, solo hay dos tipos posibles de causas –una causa inteligente o una causa no inteligente (es decir, causa natural). Una causa natural puede explicar una maravilla geológica como el Gran Cañón, pero solamente una causa inteligente puede explicar una maravilla geológica como las caras de los presidentes sobre el Monte Rushmore. Asimismo, las leyes naturales pueden explicar por qué la tinta se adhiere al papel en el libro del Dr. Meyer, pero solo una causa inteligente puede explicar la información que allí se encuentra (es decir, ¡el Dr. Meyer!)
¿Cómo se aplica esto a la pregunta acerca del origen de la vida? Mucho después de Darwin, descubrimos que una “simple” célula está comprendida por miles de volúmenes de información en el ADN en lo que se conoce como complejidad específica –en palabras del día a día, sería como un programa de software o un mensaje realmente largo. ¡Richard Dawkins reconoce que la cantidad de información contenida en la mal-llamada “ameba primitiva” ocuparía 1,000 volúmenes de una enciclopedia!
¿Cuál es el origen de todo esto? Aquí es donde entra la filosofía. El Dr. Meyer está abierto a ambos tipos de causas. Richard Dawkins no lo está. En el libro del Dr. Meyer se explica cómo las fuerzas naturales no parecen tener la capacidad de realizar tal trabajo, solo la inteligencia la tiene. Sin embargo, Dawkins y su Darwinismo presionan filosóficamente para descartar causas inteligentes antes de examinar la evidencia. Por lo tanto, para ellos no importa cuánta evidencia apunte hacia causas inteligentes (como lo hace un mensaje suficientemente largo), siempre concluirán que tuvo que ser algún tipo de causa natural. En otras palabras, su conclusión es el resultado de sus suposiciones filosóficas previas.
Mientras Dawkins no tiene una explicación natural viable para el origen de la vida o el mensaje que esta contiene, él asegura que no puede ser el producto de inteligencia. Esta suposición filosófica conduce a lo que parece ser una conclusión increíble: El hecho de creer que 1,000 volúmenes de una enciclopedia son el resultado de fuerzas naturales y ciegas es comparable a creer que la Librería del Congreso es el resultado de una explosión en una imprenta. Yo no tengo tanta fe como para creer eso.
“¡Este es un argumento del Dios de las brechas!” podría protestar Dawkins. No, no lo es. Simplemente no carecemos de una explicación natural para una forma de vida “simple” – cuya información equivalente a 1,000 enciclopedias, esto es evidencia empírica y verificable para creer en una causa inteligente. Piensa en la causa del libro El Espejismo de Dios de Richard Dawkins, por ejemplo. No es simplemente que carezcamos de una explicación natural para el libro (pues sabemos que las leyes de la tinta y el papel no escribieron un libro). Es también el hecho que conocemos que mensajes solo provienen de mentes. Por lo tanto, podemos confiadamente postular a un autor inteligente, en lugar de un proceso natural y ciego.
¿Por qué es tan difícil para Dawkins y otros Darwinistas reconocer esto? Tal vez porque se rehúsan a hacerlo. Y así, como los “científicos” del calentamiento global, ellos tienen sus razones políticas o morales para negar incluso lo obvio. O tal vez nunca se han percatado que no pueden hacer ciencia sin filosofía. Como Einstein dijo: “El hombre de ciencia es un pésimo filósofo”. Y un pésimo filósofo de la ciencia puede llegar frecuentemente a conclusiones científicas equivocadas. Esto se debe al hecho que la ciencia no habla – los científicos sí lo hacen.
Aunque ya hablamos brevemente en esta otra entrada sobre la posibilidad o no de que el orden del universo y la naturaleza sean sólo «aparentes», ampliamos el tema hoy por ser éste un argumento recurrente en el debate Ciencia-Fe.
Es curioso que, cada vez que los creyentes invocamos ese orden, claramente observable en todo cuanto nos rodea y en nosotros mismos, como una posible prueba de una inteligencia primordial, los ateos insisten en que ese orden en realidad «no existe», que «sólo nos parece que existe» porque «deseamos verlo así» (??). Y es curioso, sobre todo, porque, al postular que ese «orden aparente» es sólo caos mal interpretado, deben aceptar también que sus cerebros, esos mismos que les están indicando que el orden es sólo aparente, están gobernados también por el caos, pues esto es lo único que el azar puede producir. Aquí se da una curiosa paradoja, una contradicción que no todos los ateos consiguen captar cuando intentamos explicársela: para sostener con tanta rotundidad que el mundo natural es un producto caótico del azar ciego, deben sostener también, como una derivación lógica, que esta conclusión suya tiene muchas posibilidades de ser errónea, puesto que esta conclusión es un producto de sus cerebros, a su vez productos arbitrarios del azar. En otras palabras, cuando los ateos atribuyen esa infalibilidad a sus procesos mentales están, en realidad, alimentando una fe irracional (tan irracional o más que la que reprochan a los teístas :-)) en que sus cerebros están excluidos de la arbitrariedad general del mundo.
John F. Haught explica mejor que yo esta paradoja en los siguientes párrafos:
(Sam) Harris (neurocientífico y escritor americano, autor de «El fin de la fe») pone una enorme confianza en su propio poder de razonamiento… Hace un tácito acto de fe en su propia inteligencia crítica. Pero nunca nos ofrece una buena razón de por qué deberíamos confiar en que su mente le conducirá -y nos conducirá- a la verdad. En otras palabras, Harris jamás justifica su desmesurada arrogancia cognitiva.Sencillamente cree a ciegas en la superior capacidad de su mente para encontrar la verdad con una facilidad y una certeza inalcanzables para las personas mal orientadas por la fe religiosa. Si quiere ser para nosotros un guía fiable, ha de confiar en que su mente es capaz de ponernos en contacto con el mundo real.Pero, ¿por qué habría de confiar en su mente, dada sobre todo la visión del mundo natural a partir del cual, según se afirma, ha evolucionado la mente humana, la de Harris igual que la de cada uno de nosotros?.. Si la evolución es el (único) factor causal último involucrado en la formación de la mente humana, lo normal sería que desconfiáramos de nuestra actividad cognitiva. Puesto que es entendida como un proceso desprovisto de sentido y propósito, ¿por qué confía el naturalista científico en que la evolución sea eficiente en algo distinto de las adaptaciones? Para justificar nuestra confianza cognitiva es necesario que, aparte de la evolución, algo más opere en el gradual surgimiento de la mente en el curso de la historia natural. Pues, si nuestras mentes no son más que el resultado accidental de un proceso evolutivo sin sentido ni propósito, ¿por qué deberíamos confiar en ellas?
Ninguna interpretación puramente naturalista ofrece razones suficientes para confiar en nuestras mentes.
Una explicación darwinista de las facultades críticas de la mente no es suficiente para fundamentar la confianza que depositamos en nuestros poderes cognitivos. El propio Darwin estaría de acuerdo con esta observación»
Así es, Charles Darwin lo expresaba así en una carta dirigida a W. Graham, fechada el 3 de julio de 1881:
«De continuo surge en mí la horrenda duda de si las convicciones de la mente humana, que se ha desarrollado a partir de la mente de animales inferiores, tienen algún valor, si son verdaderamente dignas de confianza. ¿Confiaría alguien en las convicciones de la mente de un mono, suponiendo que una mente así pueda albergar algún tipo de convicción?»
Evidentemente, Darwin sí había captado la paradoja 🙂
El único modo posible de apuntalar esta tesis de que el orden natural es «ilusorio» es sostener que el mundo, la naturaleza, el universo todo, podría haber sido distinto, que antes del comienzo había un sin fin de posibilidades y que nuestro «error», el error de los teístas, es contemplar el mundo desde la perspectiva equivocada (la perspectiva acertada es la del ateo, claro :-)) Observamos el mundo, dicen, desde del «diseño acabado», por eso nos parece «ordenado». No entendemos, continúan los escépticos, que ese diseño no es tal porque la evolución, tanto cosmológica como biológica, podría haber transcurrido siguiendo cualquier otro cauce que el que tomó. Unos cauces -siempre, por supuesto, erráticos y arbitrarios- «podrían» haber llevado a un buen fin y otros no. Eso, nos conceden nuestros ateos, nunca lo sabremos, pero sí sabemos que tuvimos una gran suerte ya que el cauce elegido caprichosamente por la evolución funcionó y dio origen a la vida organizada y, en última instancia, a la aparición del ser humano y su prodigioso cerebro.
El problema cuando se postula un «podría haber sido», es que apelamos a un escenario virtual no verificable que, además, excluye el escenario real desde el cual hacemos esa apelación. El «podría haber sido» es un comodín útil para salir del paso si tu oponente en el debate te empieza a acorralar, pero carente de un valor argumental real, pues sostiene como una opción válida lo que es sólo una afirmación indemostrable. Se trata, pues, de una falacia, de la misma categoría que esas de las que suelen acusar los ateos a los creyentes. El «podría haber sido» es un condicional, estamos elucubrando desde el momento presente sobre un pasado que no llegó a ser precisamente porque, si ese pasado hubiera sido, no habría sido nuestro presente. Por eso, detrás de las palabras «podría haber sido» puedes añadir lo que gustes, tenga o no sentido, sea o no una estulticia, y no habrá manera de refutarlo. Un chiste muy viejo cuenta cómo un anciano le confiesa a un amigo: «Yo podría haberme casado con Sofía Loren», el otro contesta escéptico,«sí, claro», «te lo digo en serio», insiste el primero, «estuve a punto: yo le pedí que se casara conmigo y ella me dijo que no» :-).
Yo «podría haber sido» gobernadora de Atlanta, pues sí, claro que sí, «podría», y «podría» haber nacido en Katmandú y la vida «podría» estar basada en el bismuto en lugar del carbono. ¿Quién puede demostrar lo contrario? Pero me temo que, si alguien esgrime el argumento de la no falsabilidad para anular la hipótesis Dios, no sería muy honesto por su parte esconder ese mismo argumento en el fondo del cajón cuando se trata de aplicarlo a la falsabilidad de su propia hipótesis.
La naturaleza es como es actualmente y a partir de ahí debemos partir. El mundo natural es una gigantesca, variada y asombrosa maquinaria perfectamente eficaz y debemos basar nuestros argumentos en lo que sí es verificable desde donde estamos, y lo verificable es que en el cosmos existe un orden visible. Un orden real, objetivo, medible, no ilusorio o aparente. Si no existiera, como afirma el físico Paul Davies en el primer enlace que ofrecemos en esta entrada,«la Ciencia quedaría reducida a una farsa sin contenido», puesto que toda ella basa su formidable andamiaje en la robusta realidad de ese orden. Si no hubiera orden en la naturaleza, las matemáticas, concebidas para describirlo, serían imposibles y, sin matemáticas, no habría Ciencia.
Azar es sinónimo de caos y el caos, por definición, no sigue normas o rígidas pautas, propias o ajenas, no elabora patrones ni dicta leyes inamovibles. Ni en uno ni en un millón de años. El ateo, leal como nadie a su compromiso con el materialismo, puede declarar si lo desea que el azar es el único autor de todo lo que vemos, pero afirmando esto, se verá abocado a admitir que ese azar, en el que confía tan ciegamente, y al que cree capaz de realizar -como escribió el biólogo Javier Sampedro–«escalofriantes contorsiones», no es el azar cotidiano que experimenta a diario y al que, como mucho, nuestro ateo sólo confiaría su deseo de que le toque la lotería :-). El azar en el que cree el ateo, no es el azar que opera en la naturaleza. El azar que opera en la naturaleza no es estéril ni errático, es un «azar» anómalo, excepcional, que escribe sus designios sobre papel pautado y los ejecuta en la naturaleza con una precisión matemática. En tres palabras: no es azar.
«La enorme utilidad de las matemáticas en las ciencias naturales es algo que roza lo misterioso, y no hay explicación para ello. No es en absoluto natural que existan ‘leyes de la naturaleza’, y mucho menos que el hombre sea capaz de descubrirlas. El milagro de lo apropiado que resulta el lenguaje de las matemáticas para la formulación de las leyes de la física es un regalo maravilloso que no comprendemos ni nos merecemos».
Recordamos, una vez más, que el materialismo es una corriente filosófica que surgió antes del s. XIX, a rebufo del espíritu de los tiempos y cuando la Ciencia todavía no sabía qué era esa materia a la que estaba concediendo un poder cuasi omnímodo (aún hoy no lo sabemos con seguridad). Una doctrina surgida, en buena parte, como oposición a la concepción religiosa del mundo y no como resultado de los descubrimientos científicos. Si apelamos a la materia como única realidad, no queda otra opción que atribuir al azar todo lo que no sabemos cómo ocurrió. «No es que sea así, es que tiene que ser así, porque fuera del materialismo no encontramos ninguna otra explicación» aseguraba ingenuamente un divulgador en cierto debate televisivo evidentemente sin entender el alcance de lo que decía. Y así ha ocurrido desde entonces, cada nuevo descubrimiento fue «embutido» a empujones en el molde del fisicalismo y lo que no cabía en ese molde, simplemente fue ignorado o tachado de «fraude», lo fuera o no. Así hasta el día de hoy.
Los ateos acusan a muchos grupos religiosos (en muchas casiones con razón) de «retorcer» los descubrimientos de la Ciencia para que encajen en sus libros sagrados… Esta táctica, deshonesta venga de donde venga, no difiere demasiado de lo que hacen los fisicalistas: retorcer esos mismos hechos para que encajen en su estrecha concepción materialista del universo. Como consecuencia de una de esas fantásticas piruetas de acomodación, nació en el siglo XIX una nueva versión del azar: el habilidoso, concienzudo, inteligentísimo y, esta vez sí, «ilusorio», azar de los huecos 😉
***
A continuación les invito a leer unos párrafos de un artículo aparecido en la revista National Geographic Historia, nº 129, firmado por el matemático y periodista científico Enrique Gracián. El artículo está dedicado a la proporción de Fibonacci, y el «mágico» número áureo que se repite una y otra vez, casi obsesivamente, tanto en la Tierra como en el resto del universo. Una de las muchas pruebas de que la naturaleza, lejos de ser una amalgama informe y sin sentido (lo que esperaríamos de la actuación errática del azar), sigue unas rígidas normas matemáticamente estructuradas. Es un artículo excelente, no se lo pierdan:
«Se suele simbolizar con la letra griega Φ (phi) y su valor aproximado es 1,6180. Lo encontramos definido por primera vez en el libro VI de los Elementos del matemático y geómetra griego Euclides; allí aparece descrito como una relación entre longitudes, lo que sugiere que está asociado con la idea de proporción. La figura geométrica más sencilla que se puede construir manteniendo esta proporción es un rectángulo. Para ello basta con que el lado más pequeño mida 1, y el más largo, 1,6180. Esta sencilla figura es un rectángulo áureo, adjetivo que introdujo en la década de 1830 el matemático alemán Martin Ohm. ¿Qué tiene de especial? Que está en todas partes.
En el cuerpo humano la proporción áurea se presenta de diferentes maneras:
– La relación entre la altura de un ser humano y la altura a la que se encuentra su ombligo.
– La relación entre la distancia del hombro a los dedos y la distancia del codo a los dedos.
– La relación entre la altura de la cadera y la altura de la rodilla.
– La relación entre las divisiones vertebrales.
– La relación entre las articulaciones de las manos y los pies… Entre otras.
Leonardo de Pisa, conocido como Fibonacci, fue uno de los matemáticos más destacados de la Edad Media. En su obra más relevante, El libro del ábaco, de 1202, expone un problema sobre la reproducción de conejos cuya solución le da pie a representar una sucesión infinita de números naturales (pueden consultar una explicación detallada de este problema de Fibonacci en el enlace anterior). La posibilidad de ir añadiendo elementos mediante una suma, pero sin alterar la forma, da lugar a una pauta de crecimiento que podemos observar en estructuras de la naturaleza tan diversas como el desarrollo espiral de una galaxia,
las huellas dactilares,
o la distribución de los pétalos de las flores.
(Y no sólo en los pétalos :-))
En la Italia renacentista, el número de oro fue retomado por Luca Pacioli(matemático y sacerdote franciscano, por cierto) quién llevó a cabo un exhaustivo estudio del mismo en una de sus obras más influyentes: De la divina proporción. Ilustrada con dibujos de Leonardo da Vinci, en ella explicaba las relaciones existentes entre el número áureo y la sucesión de Fibonacci: cualquier término de ésta se obtiene multiplicando el anterior por el número áureo…
Las espirales son líneas curvas que se generan a partir de un punto y se alejan del centro a la vez que giran a su alrededor. Esta curva ha fascinado desde antiguo a artistas y científicos; es un símbolo ornamental y religioso presente en muchas culturas, y una de las formas más frecuentes en el mundo natural. Entre los genios que aunaron las cualidades del artista y conocedor de las leyes de la geometría destaca el pintor Alberto Durero, quien en uno de sus libros sobre medición explicacómo dibujar una espiral a partir del rectángulo áureo. Si construimos un cuadrado en la izquierda de dicho rectángulo, a la derecha nos quedará un rectángulo más pequeño. Y resulta que este nuevo rectángulo también guarda las proporciones áureas. Este proceso se puede repetir hasta el infinito, con lo cual obtendremos una sucesión de rectángulos áureos y cuadrados cada vez más pequeños.
(Utilizando un compás, a partir de este «rectángulo áureo» se puede dibujar una espiral que tiende al infinito, la llamada «espiral de Durero»).
En términos matemáticos no es una auténtica espiral, pero es una buena aproximación a la espiral logarítmica que el matemático suizo Jakob Bernoullibautizó como Spira mirabilis, ‘la espiral maravillosa’. El número áureo forma parte intrínseca tanto de la serie de Fibonacci como de la espiral logarítmica, dos conceptos matemáticos que se combinan en la formación de elementos tan dispares como plantas,
huracanes,
o galaxias.
(La relación entre las nervaduras de las hojas de los árboles, la relación entre el grosor de las ramas principales y el tronco y la relación entre las ramas principales y las secundarias también obedecen a la proporción áurea).
Así pues, el número Φ … gobierna el desarrollo de distintos seres vivos. La distribución de las escamas en una piña tropical,
el desarrollo de la concha de los caracoles,
o la forma en que se agrupan las semillas de las plantas son algunos ejemplos de la presencia del número áureo en la naturaleza, lo que lleva a pensar que obedece a algún tipo de funcionalidad que aún desconocemos».
El número áureo y la proporción de Fibonacci aparecen, como venimos diciendo, en la descripción de las órbitas planetarias, está involucrado en las distancias entre los planetas y sus períodos, en la reflexión de la luz en el cristal, en las células del sistema nervioso, etc. Es decir, abarca un terreno demasiado amplio como para adjudicarlo exclusivamente a las instrucciones encriptadas en el ADN. Aunque así fuera, aunque la proporción áurea resultara ser sólo la resolución física de una de las innumerables instrucciones inscritas en el libro de de la vida, aún quedaría mucho campo para abonarlo con preguntas. Pero no es así.
Resumiendo, amigo ateo, usted puede -adornando al azar con el ingenio que necesite para que el argumento le funcione- creer que el orden de la naturaleza surgió y se desarrolló por sí solo, de acuerdo, pero no puede negar que ese orden existe.
Puede hacerlo, claro, nadie se lo impide, pero sería como negar que existen las estrellas, los océanos, el Cañón del Colorado y el cordero a la riojana.
😉
***
“El matemático juega a un juego en el que él mismo inventa las reglas, mientras que el físico juega a un juego en el que las reglas son proporcionadas por la naturaleza; pero a medida que pasa el tiempo se hace cada vez más evidente que las reglas que el matemático encuentra interesantes son las mismas que las que ha escogido la naturaleza”.
Paul Adrien Maurice Dirac
Físico teórico inglés
Premio Nobel de Física en 1933
***
“Entre los seres vivos resulta patente el orden, obra de un Poder superior al que yo llamo Dios. Es en este punto donde coinciden la fe y la verdad científica. La primera de ningún modo contradice a la segunda, sino que la completa al aportar una comprensión más sencilla del universo»
Jean Dorst
Biólogo, ornitólogo, paleontólogo francés
Formado en la Universidad de París
Miembro de la Academia de las Ciencias
***
«El mundo es racional… El orden del mundo refleja el orden de la mente suprema que lo gobierna»
Kurt Gödel
Lógico, matemático y filósofo austriaco
Doctor por la Universidad de Viena
Considerado uno de los más importantes lógicos de todos los tiempos
La observación de que un tipo particular de cambio molecular implique la pérdida de función ha sido citada por algunos biólogos evolutivos como argumento en contra de que tal mecanismo particular sea una fuerza importante para el cambio evolutivo que implique adaptación. En el año 2007 Hopi E. Hoekstra y Jerry Coyne publicaron un artículo de revisión crítica en la revista Evolution, acerca de las mutaciones en la regulación cis como mecanismo de evolución, indicando que «La defensa del planteo evo devo de que los cambios en la regulación cis son responsables de las innovaciones morfológicas necesita demostrar que los promotores son importantes en la evolución de los rasgos nuevos, no sólo en la pérdida de los antiguos.» (1) Este es un argumento sólido: de alguna forma, para cualquier mecanismo genético importante en la evolución debe demostrarse que tiene la capacidad de generar una función nueva en lugar de meramente eliminar funciones.
El argumento de Behe apunta hacia lo mismo con la excepción de que se aplica no sólo a una clase limitada de mutaciones en los elementos reguladores cis, sino también a mutaciones en un grupo muy amplio de elementos genéticos que él denomina elementos codificados funcionales (FCT). Según Behe, un FCT se define como «una región discreta pero no necesariamente contigua de un gen que, a través de su secuencia de nucleótidos, influye en la producción, procesamiento, o la actividad biológica de un ácido nucleico particular o proteína, o su unión específica a otra molécula». Los FCT encierran una categoría amplia de ADN, e incluyen:
Promotores;
Amplificadores o enhancers;
Delimitadores o Insulators;
Secuencias Shine-Dalgarno;
Genes de ARNt;
Genes de micro ARN;
Secuencias que codifican proteínas;
Organellar targeting- o señales de localización;
Sitios de empalme intrón/exón;
Codones que especifican el sitio de unión de una proteína de otra molécula (tal como su sustrato, otra proteína, o un pequeño regulador alostérico);
Codones que especifican un sitio de procesamiento de una proteína (tal como una escisión, miristoilación, o sitio de fosforilación);
Señales de poliadenización;
Señales de terminación de transcripción y traducción. (2)
Según el planteo de Behe, generalmente no se observa en laboratorio la emergencia de nuevos FCT adaptativos. Más bien, cuando observamos cambios evolutivos de adaptación en el laboratorio los tales típicamente implican la pérdida de la función o la modificación de los FCT. Esto nos lleva a la pregunta: ¿Cómo surgen los nuevos FCT adaptativos? En posts siguientes voy a hablar de la revisión que hace Behe a la evolución de los FCT en las bacterias y los virus, así como también las implicaciones que extrae de los datos.
Autor: Casey Luskin. Es abogado, con estudios de postgrado en ciencia y leyes. Obtuvo su B.S. y M.S. en Ciencias de la Tierra de la Universidad de California en San Diego. Su Licenciatura en Derecho la obtuvo en la misma universidad. Trabaja en el Discovery Institute como Coordinador del Center for Science and Culture. Anteriormente, realizó una investigación geológica en la Scripps Institution for Oceanography (1997-2002).
Traducción: Daniel Alonso. Estudia Licenciatura Ciencias Biológicas en UNT (Universidad Nacional de Tucumán), Argentina.
(1) Hopi E. Hoekstra and Jerry A. Coyne (2007), “The Locus of Evolution: Evo Devo and the Genetics of Adaptation,” Evolution, Vol. 61-5: 995—1016.
(2) Michael J. Behe (2010), “Experimental Evolution, Loss-of-Function Mutations and “The First Rule of Adaptative Evolution”. Quarterly Review of Biology, vol. 85 (4).
El Argumento Teleológico se reduce al diseño. La impresión de que el universo fue diseñado para mantener la vida en la tierra es abrumadora. Los científicos seculares han observado que para que sea posible la vida física en el universo, muchas características deben asumir valores específicos, como se menciona abajo. En el mundo científico secular, esta circunstancia de fino ajuste aparente en el universo no es disputada, y es llamada «El Principio Antrópico.» Científicos ateos han ofrecido varias racionalizaciones no convincentes para la ocurrencia de esto sin la participación de una Mente Divina, pero dada la complejidad de las interrelaciones entre varias características en el universo, la indicación de «fino ajuste» divino parece incontrovertible.
Argumento Teleológico – Un Universo Finamente Ajustado
La lista que apoya al Argumento Teleológico parece estar creciendo más y más a medida que los científicos descubren más acerca del universo. Incluso ahora, esta es una lista muy larga, y en realidad ¿a quién le gustan listas? Sin embargo, cuando discuto estos tópicos con ateos, a menudo ellos piden «detalles sobre el llamado fino ajuste», así que aquí está la lista:
Constante de la fuerza nuclear fuerte.
Constante de la fuerza nuclear débil.
Constante de la fuerza gravitacional.
Constante de la fuerza electromagnética.
Proporción de la constante de la fuerza electromagnética con la constante de la fuerza gravitacional.
Proporción de la masa del protón con la masa del electrón
Proporción del número de protones con el número de electrones
Proporción de la carga del protón con la carga del electrón
Velocidad de expansión del universo
Densidad de la masa del universo.
Densidad de bariones (protón y neutrón) del universo
Energía espacial o densidad de la energía oscura del universo.
Proporción de la densidad de la energía espacial con la densidad de la masa.
Nivel de entropía del universo.
Velocidad de la luz
Edad del universo.
Uniformidad de la radiación
Homogeneidad del universo.
Distancia promedio entre galaxias
Distancia promedio entre grupos de galaxias.
Distancia promedio entre estrellas.
Tamaño promedio y distribución de grupos de galaxias.
Números, tamaños, y ubicaciones de vacíos cósmicos
Constante de fina estructura electromagnética.
Constante de fina estructura gravitacional.
Tasa de decaimiento de protones
Nivel energético inferior del helio-4
Proporción del nivel de energía nuclear del carbono-12 con el oxígeno-16.
Tasa de decaimiento del berilio-8.
Proporción de la masa del neutrón con la masa del protón
Exceso inicial de nucleones sobre antinucleones
Polaridad de la molécula del agua
Época de erupciones de hipernovas
Número y tipo de erupciones de hipernovas
Época de erupciones de supernovas.
Número y tipo de erupciones de supernovas.
Época de enanas blancas binarias
Densidad de enanas blancas binarias
Proporción de materia exótica con materia ordinaria.
Número de dimensiones efectivas en el universo primitivo.
Número de dimensiones efectivas en el universo presente.
Valores de masa de neutrinos activos
Número de especies diferentes de neutrinos activos.
Número de neutrinos activos en el universo.
Valor de masa de neutrinos estériles.
Número de neutrinos estériles en el universo.
Tasas de decaimiento de partículas de masa exótica.
Magnitud de las ondas de temperatura en la radiación cósmica de fondo.
Tamaño del factor de dilatación relativista.
Magnitud de la incertidumbre de Heisenberg.
Cantidad de gas depositado en el medio intergaláctico profundo por las primeras supernovas.
Naturaleza positiva de presiones cósmicas
Naturaleza positiva de densidades de energía cósmica.
Densidad de cuásares
Decaimiento de partículas de materia oscura fría.
Abundancias relativas de diferentes partículas de masa exótica.
Grado en el que la materia exótica interactúa consigo misma.
Época en que las primeras estrellas (estrellas de población III sin metales) comienzan a formarse.
Época en que las primeras estrellas (estrellas de población III sin metales) dejan de formarse.
Densidad numérica de estrellas de población III sin metales.
Masa promedio de estrellas de población III sin metales.
Época de la formación de las primeras galaxias.
Época de la formación de las primeras cuásares.
Cantidad, tasa, y época de decaimiento de defectos contenidos.
Proporción de la densidad de materia exótica tibia y de la densidad de materia exótica fría.
Proporción de la densidad de materia exótica caliente y de la densidad de materia exótica fría.
Nivel de cuantización del tejido cósmico de espacio-tiempo
La planitud de la geometría del universo
Tasa promedio de aumento en tamaños de galaxias
Cambio de la tasa promedio de aumento en tamaños de galaxias a través de la historia cósmica.
Constancia de factores de energía oscura.
Época de máxima formación estelar.
Ubicación de materia exótica relativa a materia ordinaria.
Fuerza del campo magnético cósmico primordial.
Nivel de turbulencia magnetohidrodinámica primordial.
Nivel de violación de simetría CP.
Número de galaxias en el universo observable.
Nivel de polarización de la radiación cósmica de fondo.
Fecha de terminación del segundo evento de re-ionización del universo.
Fecha de disminución de la producción de estallidos de rayos gamma.
Densidad relativa de estrellas de masa intermedia en la historia primitiva del universo.
Temperatura de máxima densidad del agua.
Calor de fusión del agua.
Calor de vaporización del agua.
Densidad numérica de «clumpuscules» (densas nubes de gas hidrógeno molecular frío) en el universo.
Masa promedio de «clumpuscules» en el universo.
Ubicación de «clumpuscules» en el universo
Tasa cinética de oxidación de moléculas orgánicas del dioxígeno.
Nivel de conducta para-magnética en el dioxígeno.
Densidad de galaxias ultra-enanas (o grupos globulares supermasivos) en el universo de la edad media.
Grado de curvatura y torsión del espacio-tiempo por factores relativistas generales.
Porcentaje de función de la masa inicial del universo constituida por estrellas de masa intermedia.
Fuerza del campo magnético primordial cósmico [1]
Argumento Teleológico – Imposibilidad Matemática sin un Diseñador
El Argumento Teleológico refleja una de las tres posibilidades a favor de la existencia de este increíble fino ajuste: la ley, el azar o el diseño. Los científicos han cavilado respecto a esto durante años y no han encontrado ninguna ley natural que pueda explicarlo. Las probabilidades en contra de que tal teoría sea descubierta alguna vez parecen ser insuperables. Hasta Stephen Hawking, quien creía originalmente en una «Teoría del Todo» que posiblemente pudiera explicar el fino ajuste como necesario por ley, después de considerar el Teorema de Gödel concluyó que ella no era obtenible. Afirma: «Algunas personas se van a desilusionar mucho si no existe una teoría suprema que pueda ser formulada como un número finito de principios. Yo solía pertenecer a ese campo, pero he cambiado de opinión.» [2]
Ya que el umbral de la imposibilidad matemática es 1 en 10 a la 50 potencia, y las probabilidades de que este ajuste fino surja por azar van mucho, mucho más allá de eso, así que podemos excluir el azar. Sólo un Creador trascendente le puede dar sentido a este orden increíblemente complejo del universo.
Durante los últimos 35 años, poco más o menos, los científicos han descubierto que la existencia de la vida inteligente depende absolutamente de este tan delicado y complejo equilibrio de condiciones iniciales. Parece que «las circunstancias estaban dadas» en las sustancias, constantes y cantidades del Big Bang mismo, para proporcionar un universo que permitiera la vida. A través de la ciencia moderna, ahora sabemos que los universos que no permiten la vida son infinitamente más probables que algún universo que la permita, como el nuestro. ¿Cuánto más probable?
Bien, la respuesta es que las probabilidades de que el universo permita la vida son tan infinitesimalmente pequeñas que resultan incomprensibles e incalculables. Por ejemplo, Stephen Hawking ha estimado que si la tasa de expansión del universo un segundo después del Big Bang hubiera sido más pequeña, siquiera una parte en cien mil billones, el universo habría re-colapsado en una bola de fuego hirviendo, debido a la atracción gravitacional. [3] El físico P. C. W. Davies ha calculado que las probabilidades en contra de que las condiciones iniciales fueran apropiadas para la formación de estrellas (sin las cuales los planetas no podrían existir) ¡son de un uno seguido, por lo menos, de mil trillones de ceros! [4] Davies también calcula que un cambio en la fuerza de la gravedad o de la fuerza débil de solamente una parte en 10 elevado a la 100 (!) habría impedido la ocurrencia de un universo que permitiera la vida. [5] Como vimos en las listas anteriores, hay docenas y docenas de esas constantes y cantidades presentes en el Big Bang, las cuales tienen que estar ajustadas exquisitamente de esta manera para que el universo permita la vida. Además, no es sólo las cantidades o constantes individuales las que deben estar finamente ajustadas; las proporciones entre sí también tienen que estar ajustadas exquisitamente. Por lo tanto, una enorme improbabilidad es multiplicada por una enorme improbabilidad, y de nuevo por una enorme improbabilidad repetidamente hasta que la mente simplemente nos empieza a dar vueltas con las probabilidades cada vez más pequeñas.
No existe ninguna razón física plausible del por qué estas constantes y cantidades deben tener los valores que tienen. Reflexionando sobre esto, el ex-agnóstico físico P C.W. Davies comenta: «A través de mi trabajo científico he llegado a creer cada vez más decididamente que el universo físico fue creado con una ingeniosidad tan asombrosa que no lo puedo aceptar simplemente como un hecho bruto.» [6] Igualmente, el astrofísico inglés, Sir Frederick Hoyle, observa: «Una interpretación lógica de los hechos sugiere que un super-intelecto ha interferido con la física.» [7] Robert Jastrow, jefe del Instituto Goddard de la NASA para los Estudios del Espacio, se refiere a esto como «la evidencia más poderosa a favor de la existencia de Dios que alguna vez haya provenido de la ciencia.» [8]
Argumento Teleológico – ¿Qué es Más Razonable? ¿El Diseño o el Azar? En el análisis final, parece que el Argumento Teleológico tiene fuertes bases científicas, filosóficas y teológicas. La visión de que los teístas cristianos han sostenido históricamente, de que existe un Diseñador inteligente del universo, parece tener mucho más sentido que la alternativa atea: El universo, cuando comenzó a existir, sin causa, de la nada, simplemente estaba, por casualidad, finamente ajustado para la vida inteligente, con una improbable y abrumadora precisión y delicadeza. Llamar «astronómicas» a las probabilidades en contra de la ocurrencia de este fino ajuste sería subestimarlas en extremo.
NOTAS
Cortesía de Steve J. William. Presentado con autorización del libro, The Skeptics’ Guide to Eternal Bliss (Segunda edición), Steve J. William, Lulu Press, 2009. Todos los derechos reservados en el original.
1 La mayoría de las fuentes de información de «La Lista» se encuentran en The Creator and the Cosmos, tercera edición por Hugh Ross (Colorado Springs, Colorado: NavPress, 2001), págs. 145-157, 245-248. Referencias adicionales son enumeradas en el Artículo Relacionado que acompaña a este trabajo en el lado correcto. 2 http://en.wikipedia.org/wiki/Theory_of_everything. 3 Stephen Hawking, A Brief History of Time (New York: Bantam Books, 1988), pág. 123. 4 P.C.W. Davies, Other Worlds (London: Dent, 1980), págs. 168, 169. 5 P.C. W. Davies, “The Anthropic Principle”, en Particle and Nuclear Physics 6 Paul Davies, The Mind of God (New York: Simon & Shuster, 1992), pág. 169. 7 Fred Hoyle, “The Universe: Past and Present Reflections,” Engineering and Science (noviembre de 1981), pág. 12. 8 Robert Jastrow, “The Astronomer and God”, en The Intellectuals Speak Out About God, ed. Roy Abraham Varghese (Chicago: Regenery Gateway, 1984) pág. 22.
«La libertad académica está siendo suprimida, profesores de todos los Estados Unidos están siendo despedidos de sus puestos de trabajo por promover, o incluso explorar la posibilidad del Diseño Inteligente como alternativa al darwinismo. Ben Stein entrevista a los académicos expulsados y otros partidarios del Diseño Inteligente. También entrevista a los científicos de la corriente oficial, que apoyan el darwinismo. Stein vincula el darwinismo con el nazismo, el comunismo, la eugenesia y el aborto. Clips de antiguas películas educativas y de Hollywood se utilizan para ilustrar los puntos de una manera satírica.» J. Spurlin.
DESMONTANDO EL DARWINISMO
Máximo Sandín (Doctor en Ciencias Biólogicas y en Bioantropología, y ejerce como profesor de Evolución Humana y Ecología en el Departamento de Biología de la Universidad Autonoma de Madrid).
Según él, el darwinismo se ha convertido en una especie de religión, en una justificación del sistema económico vigente. La teoría de «La Selección Natural» por la cual los más fuertes son los más aptos y los únicos que deben sobrevivir, justifica la creencia de que debemos vivir constantemente en competencia. Para Sandín, la naturaleza es algo de una enorme armonía donde no hay basura en los genomas ni virus o bacterias asesinos.
LA CIENCIA NO EXPLICA TODO … SON APROXIMACIONES A LA VERDAD.
El A-TEO (el que vive su vida SIN DIOS) está CONDENADO ETERNAMENTE A HABLAR DE ÉL … así es como comienza ya en este mundo SU CONDENA ETERNA.
El físico británico cuenta que el papa Juan Pablo II advirtió al mundo científico que no estudiase el momento de la creación porque era sagrado.
El físico teórico británico Stephen Hawking. / NASA
Stephen Hawking triunfó esta semana en Pasadena (cerca de los Los ángeles) al impartir una conferencia sobre El origen del universo en el Instituto de Tecnología de California (Caltech). Mucha gente hizo cola durante 12 horas para lograr entrar. Y el célebre físico británico fue contundente: “Nuestro universo no necesitó ninguna ayuda divina para formarse”, según informa Space.com. Abordó cuestiones fundamentales como “¿Por qué estamos aquí?” y recordó que mucha gente todavía busca una solución divina para contrarrestar las teorías los físicos curiosos que investigan el cosmos. “¿Qué estaba haciendo Dios antes de la divina creación? ¿Estaba preparando el infierno para la gente que hiciese tales preguntas?”, bromeó.
En su charla popular, Hawking repasó el debate teológico sobre la creación del cosmos y las teorías cosmológicas científicas (incluida la alternativa al Big Bang del universo estacionario, de Fred Hoyle) antes de entrar en la física relativista y la cosmología con sus teorías, incluidas las más avanzadas Volviendo al asunto religioso contó que, en los años ochenta, cuando él publicó un artículo científico sobre el momento inicial del universo, el papa Juan Pablo II advirtió a la comunidad científica contra el estudio del momento de la creación, dado que era sagrado. “Me alegró no ser arrojado a la inquisición”, bromeó.
La conferencia concluyó con un llamamiento del célebre físico teórico por continuar la exploración del cosmos y del espacio, como una necesidad humana. “No creo que sobrevivamos otros mil años sin escapar de nuestro frágil planeta”, dijo. Hawking ha pasado un mes en Caltech, como suele hace todos los años, para discutir problemas de física con sus colegas, como su amigo Kip Thorne, señala Space.com.
¿Entonces debemos concluir que el Universo se creó a partir de una explosión que ‘explotó’ de la nada y sin causa alguna?
Nunca he entendido bien a estos científicos, ganan millones de dólares dando este tipo de conferencias acerca del ‘origen del universo’, pero no son capaces de responder a preguntas fundamentales tales como: ¿Qué sucedió en el instante anterior al big-bang? ¿Cuáles fueron las causas que originaron esta explosión? ¿Cómo es posible pasar de la NADA a ALGO?
La ciencia no podrá demostrar jamás como ocurrieron, ya que exige experimentos repetidos y evidencia empírica observable. Sin embargo, muchos creen que los científicos tienen la última palabra sobre cómo apareció el universo. Es más, muchos creen que la ciencia ha demostrado que la creación bíblica nunca ocurrió. La teoría del creacionismo, en contra de lo que comúnmente se cree, encaja con los descubrimientos científicos actuales. Los científicos la llaman la primera ley de la termodinámica. Esta ley se basa en que la materia se puede convertir energía, así como el calor que resulta al quemar un tronco.
En la tercera parte de esta serie de artículos se analizó como el fenómeno OVNI y las abducciones tienen una interesante conexión con una naturaleza espiritual más que material, por ejemplo, de acuerdo a Strieber, el fenómeno posee una naturaleza espiritual malvada. Vallée, por otro lado piensa que el fenómeno tiene una naturaleza paranormal y así, algunas piezas parecen encajar en nuestra teoría al afirmar que estamos ante la presencia de demonios del aire provenientes del espacio exterior que tiene un origen en común. Génesis 6.
Sexo demoníaco e hibridación
Suponiendo que estamos en lo correcto al afirmar que los demonios del aire y los humanoides del espacio exterior tienen un origen en común, ¿cuál es entonces la razón de su interés en el sexo? Hemos visto ya que al menos este fue el punto crucial en la historia de Génesis 6, donde los ‘hijos de Dios’ tomaron como esposas a las ‘hijas de los hombres’ y les nacieron hijos. ¿Por qué, pues, podría Satanás estar tan interesado en el sexo como una constante durante tantos siglos de historia humana? ¿De qué manera puede una cultura de la sexualidad desenfrenada contribuir al logro de sus objetivos?
Quizás simplemente Satanás desea ver humillada a la mujer al grado más bajo: reducirla vengativamente a mero objeto de placer. Después de todo él sabía que el Cristo vendría de la ‘semilla de la mujer’ (Génesis 3:15).
Puede ser también que el enemigo quiera herir a Dios aunque sea de manera indirecta. Dado que no puede herir a Dios mismo, ataca a las personas a quienes Dios ama. Y sabemos que una de las armas más poderosas del diablo contra la humanidad es las de la perversión de la sexualidad humana. Y su prisa para lograr este desvío es enorme, pues “el diablo ha descendido a vosotros con gran ira, sabiendo que tiene poco tiempo” (Apocalipsis 12:12).
El sexo como experiencia religiosa
Quizás exista una tercera razón de naturaleza espiritual que explique el fenómeno de la cultura de la sexualidad. Creo que Satanás podría estar utilizando el sexo y la experiencia orgásmica como un método para depositar sus ideas en las mentes de sus víctimas. El diablo no ignora que una de las experiencias humanas que más se acerca al éxtasis de la comunión con Dios es la del orgasmo sexual. Thomas ha dicho que si alguna vez el ser humano actúa como si estuviera poseído pero sin estarlo realmente, lo hace cuando se encuentra sobrecogido por la irresistible fuerza de la pasión sexual –es entonces que tiembla, gime, llora y se retuerce en esa agridulce experiencia que desafía toda descripción [1].
Para la mayoría de la gente, las relaciones sexuales resultan placenteras y gratificantes. Sin embargo, para algunas personas su práctica ha supuesto algo mucho más especial, y la describen literalmente como una “experiencia religiosa”. Al menos esa es la conclusión a la que ha llegado la psicóloga Jenny Marin en su obra Trascendent Sex: When Lovemaking Opens the Veil [Sexo trascendente: cuando hacer el amor abre el velo]. Tras realizar un estudio con 91 sujetos que dijeron sufrir experiencias místicas durante el orgasmo, Marin ha recopilado relatos sobre luces celestiales, visiones de seres angelicales o viajes fuera del cuerpo.
No obstante, otros especialistas, como el terapeuta William Fitzgerald, creen que todo tiene una explicación fisiológica: Cuando la gente experimenta un orgasmo, se estimula su glándula pituitaria y se liberan endorfinas, con un efecto similar a los derivados de la morfina.
El hombre sin Dios se encuentra vacío, y por esa razón Satanás ha estado utilizando la sexualidad para darle al hombre una falsa sensación de éxtasis espiritual. No obstante, en vez de lograr satisfacer su sed espiritual, la sexualidad desenfrenada solo tiende a empeorar la situación, pues el vacío se hace cada vez más grande y las dosis deben ser incrementadas a grados extremos.
En la mayoría de los casos, Satanás ha tenido éxito en usar el erotismo entre humanos como vehículo de su filosofía de la vida. Pero a menudo él también ha hecho intervenir directamente a los demonios en este juego malvado de la sexualidad fornicaria.
Íncubos y súcubos hoy
Por ejemplo, es difícil hallar un pueblo que no cuente entre sus leyendas narraciones de raptos y cruzas entre seres humanos y no humanos. Nada podía detener a aquellos terribles monstruos raptores no humanos (como el “agazapado” o el “raptor”) que secuestraban y violaban a las mujeres y a los hombres. Piensen en la angustia plasmada en las siguientes palabras encontradas en un antiquísimo manuscrito:
“No hay puerta que les corte el paso ni cerrojo que los haga volver atrás. Se deslizan bajo la puerta como la serpiente, se meten por las bisagras como el viento, y arrancan a la esposa de los brazos del marido y al hijo de las rodillas del padre”.
La historia de estos seres lascivos se remonta hasta la cultura sumeria, hace 6,000 años, con Lilitu, el primer súcubo conocido. El significado de su nombre en acadio era muy sugerente: “demonio nocturno”. Sumerios, babilonios y asirios creían que Lilitu y sus sirvientes sexuales les causaban sueños eróticos agotadores que les impedían el descanso reparador. Pero lo que más les preocupaba era el contribuir a su reproducción, dado que engendrarían monstruosos demonios sin cara, los alu y los gallu. Después de una existencia repleta de tropelías, esta progenie se reunía con su padre humano en el lecho de muerte para impedir el tránsito de su alma hacia el más allá.
Por su parte, ninguno de los primeros padres de la Iglesia puso jamás en duda estos coitos de humanos con seres demoníacos. Todo lo contrario; Juan Crisóstomo aseguraba a finales del siglo IV, que no había nada más cierto que estos ayuntamientos contra natura; una aseveración confirmada, entre otros, por Cirilo, Hilario o Agustín de Hipona. Este último, ya en su clásico tratado La Ciudad de Dios, decía que “es una creencia muy difundida que los silvos y los faunos, comúnmente llamados íncubos, frecuentemente han estado molestando a las mujeres y teniendo coito con ellas”. Llegó a decir también que “sería desvergonzado no creerlo”. Y para que no hubiese dudas al respecto, el papa Inocencio VIII, en su bula Summis desiderantes, (1484), confirma la existencia de íncubos y súcubos que se unen sexualmente con cristianos.
§ 1. En verdad hace poco, no sin gran disgusto, llegó a nuestros oídos que en algunas regiones de Alemania superior, así como en las provincias, ciudades, tierras, dominios y diócesis de Maguncia, Colonia, Tréveris, Salzburgo y Bremen, muchas personas de ambos sexos, olvidando su propia salvación y desviándose de la fe católica, tratan con demonios, íncubos y súcubos, y con sus hechizos, cantos, conjuros y otras nefastas supersticiones y sortilegios se dedican a excesos, crímenes y delitos, y hacen morir, agotarse y extinguirse EL PARTO DE LAS MUJERES, la CRÍA de los animales, la uva de las viñas, el fruto de los árboles, así como hombres, mujeres, acémilas, ovejas, ganado y otros animales de diverso género, también viñas, frutales, prados, pastos, grano, trigo y otras legumbres del campo y atormentar y afligir con CRUELES DOLORES INTERNOS y EXTERNOS a los mismos hombres, mujeres, acémilas, ovejas, ganado y animales así como IMPEDIR a los hombres PROCREAR y a las mujeres PREÑARSE, y que ni los hombres con sus esposas, ni las mujeres con sus esposos PUEDAN REALIZAR los actos conyugales, además de renegar con boca sacrílega aquella fe que recibieron en la sagrada recepción del bautismo.
En los procesos inquisitoriales desde el siglo XIII al XVIII, por ejemplo, cientos de presuntas brujas fueron enjuiciadas y condenadas por haber mostrado evidencias de haber tenido relaciones sexuales con íncubos. Del mismo modo, los hombres hacían descripciones de las noches en que tuvieron relaciones con hermosas súcubos [2].
Según la tradición medieval, al principio los demonios llevaban a cabo estas incursiones de colchón sin cuerpo visible. Pero se supone que a partir del siglo XI empezaron a materializarse para experimentar el placer sexual. Tomás de Aquino arguyó que tomaban prestado el cuerpo de personas vivas, aunque no llegó a explicar cómo se producían estas posesiones en préstamo. San Basilio estimó que los malignos estaban formados por “vapores condensados”. Y, a mediados del siglo XVII, el filósofo inglés Henry Moore apoyó esta tesis, atribuyendo la frialdad del pene de los íncubos (advertida por las víctimas), al ‘efecto de congelación’ necesario para materializar su cuerpo espiritual, aunque muchos refutaron esta hipótesis argumentando que la menor temperatura percibida era debida más bien a que los demonios poseían y reanimaban el cuerpo de personas que acababan de fallecer.
Los íncubos (del latín incubare: echarse encima de…) tienen su paralelo actualizado en los modernos casos de abducción, en los que los supuestos extraterrestres tienen una gran facultad de adaptación a los deseos secretos o inconscientes de sus víctimas humanas.
En las leyendas, la literatura y la historia también abundan evidencias de que la experiencia orgásmica ha sido utilizada ampliamente por Satanás para el cumplimiento de sus nefastos propósitos. Pero ¿existe alguna otra evidencia fuera de Génesis 6 de que esto haya ocurrido en la antigüedad?
Lilith
Permítanme ofrecerles una evidencia más. En un pasaje digno de atención, el profeta Isaías dice:
“Las fieras del desierto se encontrarán con las
hienas, y la cabra salvaje gritará a su compañero;
la lechuza también tendrá allí morada, y hallará
para sí reposo”. (Isaías 34:14)
El pasaje que es ya de por sí bastante críptico, se hace
todavía más oscuro por el hecho de que en el original hebreo la
palabra que se traduce por lechuza es Lilith, palabra que ha causado bastantes dificultades y controversia en su traducción. Aunque algunas traducciones modernas como la Nueva Versión Internacional prefieren traducir esta palabra como “criaturas nocturnas”, no deja de mantenernos en la oscuridad. Pero la mayoría de los académicos piensan hoy que la palabra está tomada (como he dicho arriba) del idioma asirio y hace referencia nada menos que a ¡los demonios femeninos de la noche! Hoy sabemos que en la mitología asiria Lilith era un demonio femenino y una súcubo que solía tener coito con los varones mientras estos dormían. El profeta Isaías no se detiene en explicar las andanzas sexuales de los sátiros y de Lilith, por ser de sobra conocidas por su público hebreo…
Sodoma y Gomorra
Deberíamos también volver a echar un vistazo a Génesis 9, donde se hacen referencias más directas a las relaciones fornicarias (ilegítimas) entre seres espirituales y seres humanos. El pasaje cuenta que dos seres de naturaleza espiritual provenientes del cielo visitaron a Lot en la ciudad de Sodoma y le advirtieron de la inminente destrucción de la localidad.
Gén 13:13 Pero la gente [g1] de Sodoma era mala y pecadora en gran manera contra YHVH.
[g1] Heb. ‘ish = hombre, pero indica ambos géneros.
Se nos dice también que la depravación y degradación de sus habitantes era tal que Dios había decidido matarlos a todos. La ciudad se había convertido en un pozo de asquerosa concupiscencia al grado que ‘resultaba ya insoportable’a las narices de Dios. Aun sigue siendo un misterio el que Lot (sobrino de Abraham) haya llegado a convertirse en un líder de la ciudad y a la vez haber permanecido siendo “justo”… Entre las prácticas malvadas de la ciudad se encontraba la sodomía –término que se deriva directamente del nombre de la ciudad–, es decir el concúbito entre personas del mismo sexo.
Gén 19:5 Y gritando a Lot, le dijeron: ¿Dónde están los varones que han venido a ti esta noche? ¡Sácalos para que los conozcamos! [c1]
[c1] Heb. vened’ah ‘otam. Esto es, en sentido de relación sexual.
Cuando los varones de la ciudad se enteraron de que los dos seres espirituales (ángeles fieles) habían llegado al pueblo, inmediatamente expresaron sus deseos lascivos, de modo que…
“…llamaron a Lot, y le dijeron: ‘¿Dónde están
los varones que vinieron a ti esta noche? Sácalos
para que los conozcamos”.
He allí el quid de mi tesis: Los sodomitas no solo sabían que los visitantes venían ‘de las estrellas’, sino que sabían que los hermosos seres descendidos del cielo (los extraterrestres) ¡gustaban de relacionarse sexualmente con seres “de carne extraña” a la suya! Por eso Sodoma y Gomorra y las ciudades vecinas…
“…son puestas como escarmiento, al sufrir el castigo de un fuego eterno, por haber practicado, como aquellos [los extraterrestres o “ángeles que no mantuvieron su posición de autoridad”], inmoralidad sexual y vicios contra la naturaleza” (Judas 7). Así mismo Sodoma y Gomorra y las ciudades comarcanas, que de igual modo que estos se habían entregado a la fornicación, yéndose tras carne extraña, yacen para escarmiento sufriendo el castigo de un fuego eterno”. (Straubinger)
Vamos: la implicación es que no solo practicaban el pecado de la homosexualidad ¡sino que también tenían la costumbre de fornicar con ‘extraterrestres’!
Sexo con humanoides
Miles de reportes de la ufología contemporánea son una reproducción fiel de los eventos narrados en Génesis: humanos que son contactados y raptados por seres del espacio exterior al interior de sus vehículos. Cientos de estos reportes se encuentran ampliamente documentados, y no solo eso sino que algunos testigos- íctimas han proporcionado ecografías que demuestran que hubo embarazos reales, pese a su insistencia en no haber mantenido relaciones sexuales con ningún ser humano.
Conocemos en América Latina el impresionante caso de “Marlene”, joven de 36 años y víctima de unos inquietantes ‘sueños’ relacionados con la presencia de una entidad no humana. En 1999 fue sometida a una sesión de regresión hipnótica que permitió conocer detalles de acontecimientos que ya no recordaba. Cuando los médicos la estudiaron, ella presentaba quemaduras sobre la piel de sus costados con extrañas formas de ‘manos’ casi humanas. Lo peor de todo es que su metabolismo comienza a cambiar, se cansa con facilidad, sufre vómitos y mareos. El diagnóstico del médico: un embarazo confirmado de tres meses.
Cuando Marlene está considerando la alternativa del aborto, los ‘sueños’ vuelven: le siguen escenas de un quirófano súperiluminado, hemorragias, y un feto de enorme cabeza y brazos desproporcionadamente largos. A la mañana siguiente, Marlene se despierta empapada en sangre y encuentra que, en efecto, ha sufrido un aborto. El bebé simplemente ya no está…
El “síndrome del niño perdido”, como se ha denominado a la desaparición de los fetos, suele dejar profundas secuelas físicas y psicológicas sobre las víctimas. Algunas madres confiesan la sensación de que su hijo permanece vivo en algún lugar y de que, tarde o temprano, podrán volver a encontrarse con él.
La teoría Nefilim afirma que todo esto se trata de un riguroso programa de hibridación, cuyo producto es la raza llamada Nefilim. Creo que este programa de hibridación ha resultado ya en muchos tipos de Nefilim, aunque la meta pareciera ser la creación del humanoide perfecto: un tipo que pueda pasar por humano. Y realmente he llegado a creer no solo que ha habido varias etapas en el desarrollo del programa de hibridación y que pueden diferir en apariencia unos de otros, sino que muchos de ellos ya se encuentran en el proceso de tomar posesión de los lugares más estratégicos en las esferas del poder político, económico, militar y religioso; situación que les permitirá preparar el terreno para la manifestación final del “hombre de perdición” que traerá la última gran desgracia a la humanidad: el Anticristo…
El próximo nuevo orden mundial alienígena del Anticristo
Estamos llegando al final de nuestro recorrido histórico. Se que lo que hasta aquí ha sido expuesto representa un territorio poco conocido para la mayoría de los lectores, aun para los lectores bíblicos. Reconozco que el tema es tan extraño y grotesco que muchos de mis lectores tendrán que dar una especie de ‘salto de fe’ para poder aceptarlo. Pero créanme: lo aquí expuesto realmente sucedió, y lo que terminaré diciendo realmente sucederá. Espero haber expuesto el cúmulo de evidencia bíblica e histórica suficiente como para que el escéptico al menos considere la posibilidad de que mi tesis sea correcta.
Creo que nos acercamos a paso veloz al final de la historia como la conocemos, y que todos nosotros vamos a ser testigos de fenómenos que desafiarán nuestros conceptos y nuestras mentes finitas. Me parece que el retorno de los Nefilim es el siguiente paso en la agenda del mal en su meta por someter a la raza humana. Hay ciertas fuerzas y poderes en juego trabajando conjuntamente para la instauración de un nuevo orden mundial: la civilización del Anticristo. Todo parece indicar que esas fuerzas han vuelto a poner en movimiento la maquinaria del calendario profético que nos llevará directo al ‘fin del mundo’. Ya están aquí, y pienso que los Ovnis y sus tripulantes van a jugar un papel principal en el escenario del fin.
El apóstol Pablo indicaba que las batallas del mundo espiritual que hemos mencionado son “contra principados y potestades en las regiones celestes”. Y en estos tiempos estamos descubriendo una potente actividad de Satanás, los ángeles caídos y los demonios. Creo que la batalla que se reinició hace pocas décadas es, por un lado, mucho más antigua de lo que se imaginan muchos, y, por el otro, mucho mayor que la que podría darse contra las tecnologías procedentes de cualquier civilización alienígena. Creo que los Ovnis representan en realidad la actividad de estos demonios a cara descubierta en los tiempos finales que se avecinan. Y por raro que suene, creo que estamos asistiendo a la batalla final de los espíritus, de tal modo que pronto será necesario que cada uno de nosotros elija un bando en esta batalla o se sitúe del lado que quede vencedor.
Los Ovnis y el Anticristo
Los demonios están preparando la venida del Anticristo, y el mundo está a punto de experimentar lo que los estudiosos de la profecía bíblica denominan la ‘Gran Tribulación’. Se trata de un periodo de cuarenta y dos meses [Rev 13:5] en el que el Anticristo (la manifestación física del mismo Satanás) instaurará un imperio terrible a nivel mundial que sobrepasará cualquier antecedente histórico, mayor aun que el régimen Nazi durante la Segunda Guerra Mundial.
[Rev 13:5] Y le fue dada una boca que hablaba grandezas y blasfemias, y le fue dada autoridad para actuar durante cuarenta y dos meses.
El Anticristo no será un dictador mundial al estilo de los que de cuando en cuando ha conocido el mundo. De hecho, será algo sin comparación histórica; algo con lo que la humanidad no se ha enfrentado nunca antes. Se trata de un futuro líder político de gran poder personal, intelectual, militar, político y económico: un mago-hechicero de gran carisma que capturará la lealtad de quienes no conocen la profecía acerca de él. Se convertirá en un verdadero mesías-salvador a quien el mundo confiará sus asuntos y de quien, efectivamente, obtendrá la solución a sus problemas. Según las profecías del Nuevo Testamento con respecto a este personaje malvado llamado “la Bestia”, demostrará poderes sobrenaturales originados en aquel que lo estará poseyendo por completo (Satanás), y estará respaldado por otro ser oscuro al que la Escritura llama “la otra bestia que habla como dragón” (Ver Apocalipsis 13).
Aquí es donde creo que entran en escena los Ovnis y el ‘programa extraterrestre’.
Como he dicho al principio de este trabajo, el mundo deberá estar predispuesto y acostumbrado a pensar en términos de lo novedoso y de lo extraño o sobrenatural. Deberá estar al borde del colapso civilizacional, a fin de que la propaganda acerca de la inminente irrupción ‘extraterrestre’ y de la incorrecta interpretación del fenómeno OVNI produzcan el clima espiritual propicio en la psique colectiva que facilite la aceptación de salvadores no humanos. ¿No es verdad, por ejemplo, que, aparte de los optimistas humanistas ingenuos del día de hoy, la mayoría de las personas informadas sobre la situación del planeta han perdido la esperanza de que algún ser humano sea capaz de resolver los innumerables problemas a que se enfrenta el mundo hoy?
Lo que yo veo en el futuro próximo son dos escenarios posibles con respecto a la relación entre el Anticristo y el asunto ‘extraterrestre’. Por un lado veo la altamente probable irrupción de un ‘superhombre’ surgiendo de lo que se supone sea alguna civilización extraterrestre más avanzada, dispuesta a ayudar a esta civilización ‘hermana’ de hombres incapaces de sobrevivir sin ayuda externa. Así, ese ‘superhombre’, líder de alguna ‘confederación cósmica de hermanos del espacio’, sería revelado como el salvador de la humanidad que los Ovnis traen consigo, y del cual habrían estado preparando su aceptación y entrada desde hace más de cincuenta años. El otro escenario posible sería el de un ser humano superinteligente y poderoso capaz de unificar las fuerzas políticas, militares y económicas internacionales en contra de alguna supuesta fuerza extraterrestre que amenace invadir nuestro planeta.
Esta aparentemente descabellada posibilidad fue respaldada por un personaje tan importante como el desaparecido ex presidente de los Estados Unidos, Ronald Reagan, quien llegó a reconocer en la reunión de la Asamblea General de las Naciones Unidas del 21 de septiembre de 1987 que:
En nuestras obsesiones con las enemistades del momento, a menudo olvidamos que debemos unirnos todos como miembros de la raza humana. En ocasiones pienso cuan rápidamente nuestras diferencias mundiales se desvanecerían si fuéramos enfrentados a la amenaza de una fuerza alienígena procedente de fuera de este mundo. [3]
Incluso, ya antes, en 1982, en una proyección privada para la Casa Blanca de la película “ET”, el presidente susurró al genial Steven Spielberg: “En esta sala se encuentran por lo menos seis personas que saben qué hay de verdad en tu película”.
La próxima y definitiva irrupción alienígena
Como fuere, creo que la observación de Ovnis, las abducciones humanas por ‘grises’ y demás fenómenos relacionados (contactos, agroglifos, aterrizajes, vacas mutiladas, etc.), irá en aumento hasta el extremo que la opinión pública supondrá que la abierta manifestación extraterrestre es inminente e inevitable. Por ejemplo, muchos de los llamados ‘contactados’ afirman haber recibido información privilegiada que asegura que los extraterrestres irrumpirán sobre la tierra en una forma tangible y visible cuando el mundo esté psicológicamente preparado. Por su parte, los ocultistas hablan del inminente retorno de los ‘maestros ascendidos’ que impulsarán el paso a una ‘Nueva Era de Oro’ de posibilidades infinitas.
Ahora bien, el que estos ‘extraterrestres’ se manifiesten al mundo como amistosos ‘hermanos cósmicos’ procedentes de una civilización estelar avanzada, ansiosos de ayudar a la humanidad en el establecimiento de un gobierno mundial de paz y armonía infinitas, o que se presenten a sí mismos como una raza alienígena depredadora contra quienes hay que unificar las fuerzas internacionales, es cosa que todavía queda por resolverse. Pero de lo que sí estoy seguro es que como sea, va a ser algo bien grande, bien impactante y perturbador. Al respecto, el eminente psicólogo suizo, Carl Jung, creía que los Ovnis pueden estar preparando al mundo para cambios importantes de paradigmas que sorprenderán a muchos que no se hallen preparados para ello.
Jacques Vallee [4] ha llegado a creer que toda la fenomenología Ovni no se trata más que de un ‘sistema de control’ cuya función consiste en ‘descongelar’ primero nuestros sistemas de creencias para programarlos después en conformidad a un ‘propósito más elevado’. Dice que así como los termostatos controlan la temperatura o como los giroscopios controlan la dirección del vuelo de un cohete, así el fenómeno Ovni, como fenómeno paranormal, está dedicado a controlar y condicionar las creencias humanas. Para él, pues, “los Ovnis son los medios por los que los conceptos humanos están siendo reestructurados” ([4], p. 200). Este sistema de control que Vallée discierne correctamente, realmente se trata de uno de los múltiples aspectos de lo que las Escrituras denominan “el mundo”, ese diversificado y milenario sistema de manipulación a cuya cabeza se encuentra el llamado “dios de este mundo”: Satanás (Ver 2ª Corintios 4:4).
[2Co 4:4] en los cuales el dios [m1] de este mundo [m2] cegó las mentes de los incrédulos, para que no les resplandezca la luz del evangelio de la gloria del Mesías, quien es imagen de Dios.
[m1] Esto es, el diablo g Luc_4:6; Jua_12:31; Jua_14:30; Jua_16:11; Efe_2:2
[m2] En cuanto al pasaje de 2ª Corintios 4:4, Pember [5] ha señalado que el significado de la palabra “mundo” que ahí se usa, es ambiguo, pues aunque la connotación original de la palabra griega (cosmos) puede ser limitada solo a nuestro planeta y sus habitantes, también puede ser ampliada a la totalidad del universo, y que cuando el término es aplicado a la esfera de poder del Adversario, bien podría comprender todas las esferas de nuestro Sistema Solar. Dice también que sobre la base de los reportes de la astronáutica que describe la superficie lunar (y de otros planetas como Marte, añadiría yo) como un sitio árido y desprovisto de vida, bien podría ser que el poder e influencia de Satanás se extienda hasta los cuerpos celestes cercanos a nuestro planeta.
Con respecto a esta transformación de la conciencia humana inducida por el fenómeno OVNI, John Weldon [6] cree que los millares de avistamientos de Ovnis representan un aspecto del plan final en la agenda extraterrestre, ya que son parte de un plan para empujar a secciones significativas de una cultura entera a la aceptación del ocultismo (como sistema de explicaciones) o a su participación en ello, y a una alteración colectiva de la visión del mundo; todo en preparación necesaria de los sucesos que enmarcarán la venida del Anticristo.
Los ‘alienígenas’ están acelerando su misión. Saben que su tiempo es corto. El apóstol Pablo dice que…
El malvado vendrá, por obra de Satanás, con
toda clase de milagros, señales y prodigios
falsos. Con toda perversidad engañará a los que
se pierden por haberse negado a amar la verdad
y así ser salvos. Por eso Dios permite que, por
el poder del engaño, crean en la mentira. Así
serán condenados todos los que no creyeron en
la verdad sino que se deleitaron en el mal” (2ª
Tesalonicenses 2:9-12. NVI).
Para mí esto no significa otra cosa que la aparición de los Ovnis y sus supuestos ocupantes están sentando el escenario del ‘malvado’: el Anticristo. La historia terminará en algún punto. La progresión lineal de la historia, como la conocemos, llegará a su fin y el Mesías verdadero retornará para gobernar al mundo por mil años desde Jerusalén. Entonces el mal terminará, pero antes de que lo haga, el Hombre de Iniquidad se levantará con gran poder, y realizará falsos milagros que engañarán a muchos. Esto es lo que algunos llaman “El Gran Engaño”.
Nichols y Alexander [7] han apuntado que no resulta difícil hacer un esquema del futuro próximo en el que los gobiernos del mundo harán contacto con entidades supuestamente extraterrestres para recibir de ellas instrucciones acerca de cómo llevar los asuntos de este mundo. Dicen que no debiera sorprendernos en absoluto que Jesucristo no sea mencionado según su verdadero carácter bíblico por tales entidades, y que tampoco debiera sorprendernos que ni siquiera sea mencionado en absoluto.
El dios del Anticristo
La causa que subyace al fenómeno OVNI, las abducciones y demás fenómenos paranormales, son más malignas de lo que suponen los actuales divulgadores y comentaristas del fenómeno. La Escritura advierte que el periodo de siete años denominado el “Fin del mundo” comenzará oficialmente cuando la nación de Israel firme un tratado de paz con la cabeza del gobierno de la Europa unificada (Daniel 9:27), lo cual le permitirá reconstruir el antiguo templo y reiniciar el antiguo culto judío basado en el sistema sacrificial.
Dan 9:27 Y por otra semana confirmará el pacto con muchos. A la mitad de la semana hará cesar el sacrificio y la ofrenda. Después, con la muchedumbre de las abominaciones, vendrá el desolador, hasta que venga la consumación, y lo que está determinado se derrame sobre el desolador.
El hombre que llevará a la nación judía a firmar este tratado será considerado por los líderes religiosos judíos como el largamente esperado Mesías del Antiguo Testamento. Pensando solo en su propia conveniencia político-económica, Israel entrará en el “pacto con la muerte” con este hombre, creyendo una vez más –como lo hizo erróneamente en la antigüedad– que este poderoso líder sí será su amigo, y que podrá protegerlo de sus enemigos.
Durante los primeros 42 meses (tres años y medio) la nación de Israel vivirá en relativa seguridad debido a la atractiva (pero inicua) alianza que habrá hecho con el líder más poderoso que el mundo haya conocido jamás.
Pero cuidadosas investigaciones de los textos relacionados con la naturaleza y verdadera identidad del Anticristo, nos revelan su misteriosa conexión con el fenómeno alienígena. Daniel 11 describe al Anticristo en los siguientes términos una vez que ha establecido su reino mundial:
El rey hará lo que mejor le parezca. Se exaltará a sí mismo, se creerá superior a todos los dioses, y dirá cosas del Dios de dioses que nadie antes se atrevió a decir. […] Este rey no tomará en cuenta a los dioses de sus antepasados, ni al dios que adoran las mujeres, ni a ningún otro dios, sino que se exaltará a sí mismo por encima de todos ellos. En su lugar adorará al dios de las fortalezas; honrará a un dios que sus antepasados no conocieron y le presentará costosas ofrendas de oro, plata y piedras preciosas. Con la ayuda de un dios extraño atacará las fortalezas más poderosas, y rendirá grandes honores a aquellos que lo reconozcan…” (Daniel 11:36-39. NVI. Énfasis mío).
Este ‘dios extraño’ (literalmente ‘dios alienígena’) es el Baalhazor, el “dios de las fortalezas”, el cual nos provee la conexión entre el antiguo dios Baal y el dios del Anticristo. Baal era señor del cielo y de la guerra. A Baal se le dieron muchos títulos que se añadieron como terminaciones de su nombre. Algunos ejemplos hallados en las Escrituras son Baalbemoth, ‘señor de los lugares altos’, Baalzebub [b1], ‘señor de los que vuelan’ (la terminación zebub es un verbo hebreo que significa ‘revolotear rápidamente de un lado a otro’). Baal es identificado como Satanás mismo en pasajes como Mateo 10:25; Marcos 3:22, y Lucas 11:15.
[b1] Beelzebúl. Designación aplicada tanto por Jesús como por sus opositores al príncipe de los demonios gMat_10:25; Mat_12:24, Mat_12:27; Mar_3:22; Luc_11:15, Luc_11:18-19. La VUL (Vulgata Latina) registra Beelzebub en clara referencia al ídolo filisteo Baal-zebub mencionado en 2Re_1:2. Sin embargo, la conexión no es muy clara, y probablemente no es sino un esfuerzo por explicar la verdadera etimología y significado de un término obscuro, que no se repite en ninguna fuente anterior o contemporánea. En el ugarítico, zbl significa príncipe y ciertamente ocurre en algunos antiguos registros para designar al dios Baal. Sin embargo, en el hebreo post-bíblico (también en sirio y árabe) hallamos zbl con el significado estiércol, y el Talmud registra la palabra zibbul con la connotación de estercoladura (acción y efecto de estercolar). Si esto es así, es posible inferir entonces que el nombre Beelzebul (Baal-zibbul) posea el significado ambivalente de dominus stercoris (señor del estiércol) y defoecator (defecador).
El Anticristo honrará, pues, a Satanás, llamado Baal, ‘dios de las fortalezas’, ‘señor de los lugares altos’, ‘señor de aquellos que revolotean rápidamente de un lado a otro’, ‘príncipe del poder del aire’, y, obviamente, ‘príncipe de los poderes que subyacen a los objetos que vuelan en las regiones celestiales y de nuestra atmósfera: los Ovnis’.
De manera sorprendente, la Biblia nos explica dónde radica Satanás de manera cotidiana, y lo conecta con las fuerzas que pululan en la atmósfera:
“Porque nuestra lucha no es contra seres humanos (carne y sangre), sino contra poderes que dominan este mundo de tinieblas, contra fuerzas espirituales malignas en las regiones celestiales” (Efesios 6:12).
Así pues, Satanás es llamado “el príncipe de la potestad del aire” (Efesios 2:2. RV) o “príncipe de la autoridad del aire” (Straubinger). La confederación de ángeles rebeldes está asentada en los cielos atmosféricos y, con toda probabilidad, en los planetas más cercanos al nuestro en la sección interior de nuestro Sistema Solar. El mismo rey hebreo David reconoció esto cuando escribió bajo la inspiración del Espíritu de Dios lo siguiente:
“¿Quién en los cielos es comparable al SEÑOR? ¿Quién como él entre los seres celestiales?” (Salmo 89:6.NVI)
De dónde vendrá el dios del Anticristo
La Biblia describe a Satanás (más comúnmente llamado Lucifer), como alguien que originalmente residía en el cielo. ¿En qué parte del cielo vivía Satanás/Lucifer, y qué sucedió con esos lugares celestiales de su antigua habitación? Una investigación profunda nos muestra que Satanás (o Lucifer), vivía en un sitio literalmente físico en los cielos del espacio exterior, el cual, una vez que fue destruido, dio lugar al conocido cinturón de asteroides y cometas que rodean el Sol en una órbita entre Marte y Júpiter.
La teoría más aceptada acerca del origen del mencionado cinturón de asteroides es la llamada “teoría del planeta fallido”, la cual afirma que durante el inicio de la formación del Sistema Solar, un planeta (que los astrónomos llaman Astera) se había comenzado a formar en el lugar que ahora ocupa el cinturón. Sin embargo, debido a su insuficiente masa y a la influencia gravitatoria de Júpiter, terminó fragmentándose.
Hoy podemos decir que esta teoría no puede ser correcta debido a que ha llegado a ser obvio que tanto el planeta Marte como el planeta ‘fallido’ alguna vez habían tenido océanos y atmósferas [ref1].
[ref1] En la edición de octubre de 1987 de la Science magazine, D. P. Cruikshank y R. H. Brown hicieron un reporte muy interesante. Habían descubierto compuestos orgánicos en tres asteroides del cinturón: Murray, 103 Electra y Orguiel. Utilizando técnicas de análisis espectral de la luz emitida por estos tres asteroides, Cruikshank y Brown detectaron incluso la presencia de aminoácidos. Aun más impactante, había “productos de alteración acuosa”, es decir barro, lo cual sugería que su planeta de origen alguna vez había estado sumergido en agua. Si los asteroides efectivamente contenían sedimentos, éstos no habrían podido ser depositados sin el flujo de grandes cantidades de agua líquida por largos periodos de tiempo. Esto también exigía una fuerza gravitatoria lo suficientemente fuerte como para mantener una densa atmósfera propia, la cual a su vez pudiera producir una climatología especial y procesos de erosión. La evidencia encontrada sobre los tres asteroides solo podía llevar a una conclusión: el planeta de donde procedían debió haber tenido océanos y atmósfera.
Los asteroides del ‘planeta fallido’ no son sino las ruinas de una catástrofe de proporciones épicas…
‘Rocas de fuego’
A la luz de nuestros conocimientos actuales acerca del agua que ha sido hallada en los polos lunares y la confirmación de la presencia de agua en Europa (satélite marciano), ¿debiera sonarnos descabellada la teoría de que Marte alguna vez fuera habitable gracias a su atmósfera y océanos? ¿No es verdad que el reciente anuncio de microorganismos hallados en rocas marcianas al menos sugiere la posibilidad de que algún tipo de vida se halla desarrollado abundantemente hace mucho tiempo, antes de que algún cataclismo lo hubiera destruido?
Por sorprendente que parezca, existen numerosos pasajes bíblicos que hacen referencia a planetas habitables, en particular al planeta que los astrónomos llaman Astra, es decir el que debió haber ocupado el verdadero quinto lugar del Sistema Solar empezando a contar desde Mercurio. Estos planetas cercanos a la Tierra, que las Escrituras llaman “piedras de fuego”, alguna vez no solo fueron capaces de sostener formas de vida sino que en efecto fueron el asiento de civilizaciones más grandes de lo que podamos imaginar [ref2].
[ref2] En el Museo Estatal de Berlín se conserva una llamativa tablilla sumeria de unos 5,000 años de antigüedad que, curiosamente, parece representar un sistema solar. En la pieza aparecen tallados once satelitales situados en torno a un círculo central más grande, que, a juzgar por los ‘rayos’ que de él emanan, parece representar al Sol. Si suponemos que los cuerpos que rodean a este ‘Sol’ tienen el fin de representar a los planetas de nuestro Sistema Solar, la presencia en la tablilla de los planetas no visibles a simple vista ya supondría un misterioso problema muy difícil de descifrar por los medios corrientes, pues se debe recordar que, oficialmente, los sumerios desconocían la existencia de Neptuno, Urano y Plutón, descubiertos en los pasados siglos XIX y XX. El enigma no termina ahí, pues junto al ‘Sol’, la Luna y los nueve planetas que conocemos, la tablilla muestra un cuerpo extra: lo que parece ser un décimo planeta. ¿Se trata del perdido planeta ‘X’ que algunos astrónomos modernos han incluido en sus sistemas de hipótesis de trabajo acerca del Sistema Solar? Al menos el escritor Zecharia Sitchin así lo cree. En su obra, Sitchin (2002) incluso le da nombre al astro: Nibiru, el mismo nombre que le otorga la mitología sumeria. Según este sabio, la tablilla en cuestión se encontraría representando la estructura de nuestro sistema planetario poco tiempo después de su creación, y explicaría un evento cósmico de carácter catastrófico. Nibiru, un planeta con una órbita excéntrica que tardaría 3600 años en completar una vuelta alrededor del Sol, habría cruzado el Sistema Solar colapsándose contra y causando la destrucción de un planeta antiguamente ubicado entre Marte y Júpiter, Tiamat, que no aparece representado. Los restos más grandes del despedazado Tiamat habrían dado lugar a nuestro satélite, la Luna, mientras los pequeños formaron el actual cinturón de asteroides existente entre los mencionados planetas. Nibiru –siempre según la interpretación de Sitchin– sería un planeta habitado por una civilización extraterrestre cuya raza, los Annunaki –literalmente ‘los descendidos del cielo a la Tierra’–, visitaron nuestro planeta por primera vez hace cerca de medio millón de años y crearon a la raza humana (Homo sapiens) manipulando genéticamente a hombres primitivos para que les sirvieran.
Nota: revisando una investigación de un ‘experto’ en lenguas semíticas (Mike Heiser) y en efecto, el dice que el 12avo planeta NO ES UN SOL, sino que un planeta (una estrella): http://www.sitchiniswrong.com/VA243seal.pdf. Es una estrella, y por lo tanto denota una estrella, un dios, o un solo planeta. Esta no es mi opinión, es la convención sumerio-arte mesopotámico.
El escritor e investigador Richard Hoagland se ha referido varias veces a la teoría de que las rocas espaciales que ahora conocemos como cometas, son en realidad el resultado de una catástrofe planetaria. Hoagland ha mencionado también que los cometas verdaderamente pueden hacer su papel de “aves de mal agüero” si llegan a volatilizarse, romperse o desviar las órbitas de los asteroides en su paso. Pero aun más significativamente, estos trozos cósmicos de lodo y hielo nos llevan a pensar antes que nada en su verdadero origen: el evento cataclísmico que los causó. Por inverosímil que suene, hoy contamos con evidencia de que un planeta del Sistema Solar simplemente explotó. Los científicos que respaldan la teoría del planeta faltante, sin embargo, no saben bien a bien el motivo de esta catástrofe. Lo que veremos en seguida son las evidencias escriturales de lo que verdaderamente ocurrió.
Satanás: La ‘estrella de la mañana’
La gran mayoría de las personas que saben algo sobre el diablo, creen que “Lucifer” es el nombre verdadero de aquel querubín que eventualmente se convertiría en Satanás. Sin embargo, la errónea traducción “Lucifer” se encuentra en un único pasaje de la Biblia: Isaías 14:12, y solo en traducciones viejas como la Vulgata Latina o la King James Version (KJV). Comparemos, por ejemplo, con la interlineal la traducción que hace la KJV de este pasaje de Isaías:
“How art thou fallen from heaven, O Lucifer, son of the morning! How art thou cut down to the ground, which didst weaken the nations!” (KJV) [kvj]
“O shining star, son of morning, how you have fallen from the heavens […] For you said in your heart, I will go up to the heavens; I will raise my throne above the stars of God, and I will sit in the mount of meeting in the sides of the north […] I will be compared to the most high” (HENDRICKSEN. Énfasis mío). [hen]
[kvj] “¡Cómo has caído del cielo, oh Lucifer, hijo de la mañana! ¡Cómo fuiste
cortado por tierra, tú que debilitabas a las naciones!”
[hen] Oh estrella reluciente, hijo de la mañana, como has caído desde los cielos […] Por que dijiste en tu corazón, subiré a los cielos; levantaré mi trono por encima de las estrellas de Dios, y me sentaré en el monte de la congregación a los lados del norte […] y seré comparado con el altísimo”. (Biblia Hebrea Interlinear de Hendricksen)
Esta mala interpretación ha llevado a algunos a concluir que Lucifer es una entidad diferente a Satanás. Al menos la mala traducción de esta palabra por parte de la KJV agrega confusión dada la asociación mental entre Venus/Lucifer/Estrella de la mañana. Sin embargo, el original hebreo deja claro que la palabra ‘Lucifer’ no es la mejor de las traducciones. ‘Lucifer/Lucero’ claramente no es lo que este pasaje intenta decir. Desafortunadamente, la Biblia Hebrea Interlineal de Hendricksen traduce la frase también de manera errónea: “Oh estrella reluciente”. La palabra hebrea original es ha-lale, y no significa ‘estrella’ sino ‘sonido claro, brillante o alegre’ (de ahí su relación con el vocablo haleluya: ‘alabad a Jehová’), aunque también denota simplemente la idea de ‘colores brillantes o relucientes’ y, muy apropiadamente, la idea de ‘jactanciosidad’ y ‘orgullo’. Entonces, si la idea que intentaba dar el hebreo original era la de ‘estrella’, la palabra que debió haber sido usada era kochob: ‘objeto redondo y rodante’.
Por su parte, la frase “hijo de la mañana” debería ser leída: “hijo del amanecer”, refiriéndose a lo ‘temprano’, a ‘lo primero de algo’ Zsabemos, por ejemplo, que Dios creo a los ángeles al principio de toda su creación. Así pues, una traducción más precisa del hebreo debería ser: “…Oh, claro sonido, orgulloso hijo de los primeros…”, lo cual describiría a este ángel rebelde que fue arrojado de los cielos por Dios, su creador. Lo que pasa es que Satanás no es la única ‘estrella de la mañana’ mencionada en el Antiguo Testamento. Otros pasajes describen a los ángeles como ‘hijos del amanecer’ en el sentido de ‘los primeros hijos de la creación’:
Por ejemplo, Dios cuestionó a Job desde la tempestad diciéndole:
“¿Dónde estabas cuando puse las bases de la tierra? ¡Dímelo si de veras sabes tanto! […] ¿Sobre qué están puestos sus cimientos, o quién puso su piedra angular mientras cantaban a coro las estrellas matutinas y todos los ángeles gritaban de alegría?” (Job 38:4-7.NVI).
Dios creó a los ángeles antes de ordenar a los mundos venir a la existencia. Dios es conocido en la Biblia como el ‘Señor de las huestes’:
“El señorío y el temor están con él; El hace paz en sus alturas. ¿Tienen sus ejércitos número? ¿Sobre quién no está su luz?” (Job 25:2-3. RV. Ver también Salmo 148).
Satanás, el más grande de los ángeles de Dios, era la ‘medida de la perfección’ y belleza de toda la creación. Su naturaleza reflejaba la misma gloria y la palabra de Dios. Pero algo malo pasó:
“Tú, querubín grande, protector, yo te puse en el monte de Dios, allí estuviste; en medio de las piedras de fuego te paseabas. Perfecto eras en todos tus caminos desde el día que fuiste creado, hasta que se halló en ti maldad” (Ezequiel 28:14-15. RV. Énfasis mío).
Si lee usted el texto completo, se dará cuenta que la profecía de Ezequiel está dirigida al ‘rey de la roca’ (Tiro), un ‘querubín elegido’ que es descrito como alguien capaz de ‘pasear en medio de las piedras de fuego’, que literalmente se dice: ‘en medio o entre las rocas de construcción (eh-ben) o rocas de fuego’.
¿‘Rocas de construcción’?
¿Qué son esas ‘rocas’ que el más grande de los ángeles podía ir de arriba a abajo dentro de su vastedad? La respuesta está en el cielo nocturno. En él podemos ver a simple vista las ‘rocas de construcción’ de Dios reflejando la luz del Sol: los planetas.
Antes de la creación de Adán, las civilizaciones de ángeles existían en aquellos planetas del Sistema Solar que eran habitables. A través de las Escrituras hay referencias eventuales a los primeros lugares de habitación de algunos de los antiguos ‘hijos de Dios’. Este autor cree que los ángeles construyeron sus habitaciones sobre la Tierra, Marte, ‘Astera’ (el que era el quinto planeta), la Luna, etc. Otra vez Ezequiel nos dice que…
“Por la abundancia de tu comercio, te llenaste de violencia, y pecaste. Por eso te expulsé del monte de Dios, como un objeto profano. A ti, querubín protector, te borré de entre las piedras de fuego” (Ezequiel 28:6. NVI. Énfasis mío).
Rebelión y caída de Satanás
Cuando Satanás se rebeló, Dios lo echó como algo profano de las alturas de los cielos. Debido a su rebelión, Satanás fue ‘borrado de entre las piedras de fuego’, es decir los planetas, donde él había estado reinando sobre reinos literalmente materiales. El día de hoy aun pueden ser halladas evidencias de ello sobre la superficie marciana, y el llamado “cinturón de asteroides”, entre Marte y Júpiter, es la evidencia de que una civilización de poderosos bene ha-elohim fue destruida completamente en un muy remoto pasado.
Heb 13:2 No olvidéis la hospitalidad, porque por medio de ésta algunos, sin saberlo, hospedaron ángeles. [Gén_18:1-8; Gén_19:1-3.] (BTX, Énfasis mío)
Cuando Satanás y sus ángeles se rebelaron, Dios destruyó sus literales lugares de habitación. De acuerdo con la Escritura, esta destrucción fue rápida y decisiva. Tan es así, que el quinto planeta habitable, al cual la Biblia llama Rahab (‘orgullo’, ‘vanidad’), fue tachado del mapa del Sistema Solar.
Dios trajo una destrucción sobre las cabezas de sus rebeldes ‘hijos’, los ‘vigilantes’, los cuales tenían como misión custodiar y ayudar a la raza humana en su desarrollo civilizacional. El poder que usó tuvo unas proporciones inimaginables. Estamos hablando de la destrucción de al menos un planeta entero. En el pasaje de Job 26:11-13, Satanás es veladamente descrito como una serpiente que huye del juicio de Dios.
Job 26:11-13 Los pilares de los cielos se estremecen, Y quedan atónitos ante su reprensión. Aquieta el mar con su poder, Y con su inteligencia lo hiere en su arrogancia. Su Espíritu hermoseó los cielos, Y su mano traspasó la serpiente tortuosa. (BTX3, Énfasis mío).
Dios hizo caer un fuego en medio del mismo centro de su gran reino planetario. El planeta ‘Rahab’ explotó literalmente enviando pedazos de sí mismo al campo gravitacional de los llamados ‘planetas interiores’. Los asteroides impactaron como lluvia la superficie de Marte, y los océanos y la atmósfera del planeta rojo fueron expulsados al espacio exterior para nunca más volver. Sobre la superficie terrestre tuvieron lugar una serie de catástrofes del mismo género: la destrucción de ciudades levantadas sobre la Tierra miles de años antes de que apareciera el ser humano. Y en torno a esta desgracia, el profeta Jeremías tuvo la siguiente visión:
Miré a la tierra, y he aquí que estaba asoladay vacía; y a los cielos, y no había en ellos luz. Miré a los montes, y he aquí que temblaban, y todos los collados fueron destruidos. Miré, y no había hombre, y todas las aves del cielo se habían ido. Miré, y he aquí el campo fértil era un desierto, y todas sus ciudades eran asoladas delante de Jehová, delante del ardor de su ira. Porque así dijo Jehová: ‘Toda la tierra será asolada; pero no la destruiré del todo’.” (Jeremías 4:23-27. RV. Énfasis mío).
Jeremías estaba viendo en las eras anteriores de la creación de Adán y está describiendo la destrucción de la Tierra. Dice que aun ’no había hombre’ (es decir, descendientes de Adán), no obstante ya había ciudades que fueron destruidas por la ira de Dios. ¿Quiénes vivían en esas ciudades, entonces? Nada menos que las huestes de los poderosos bene ha-Elohim, los ‘hijos de Dios’ que vivían en la Tierra antes de su rebelión.
Al tener acceso al original hebreo, nos damos cuenta que las palabras que en el verso 23 de Jeremías 4 se traducen por ‘asolada’ y ‘vacía’ (tohu y bohu) son las mismas que se encuentran en el pasaje inicial de Génesis 1:2, donde dice que “la tierra estaba desordenada y vacía”. La gran mayoría de los académicos cristianos creen que Génesis 1:2 quiere decir que la Tierra fue creada originalmente en un estado de imperfección. Pero Génesis 1:1 deja establecida la realidad del estado original de la creación: “En el principio creó Dios los cielos y la tierra”. La siguiente frase, “y la tierra estaba desordenada y vacía”, se encuentra traducida erróneamente en la mayoría de las versiones conocidas, que deberían decir: ‘y la tierra se volvió desordenada y vacía’. [des]
[des] Ver PEMBER, G. H. [5]. Op. Cit. El verbo que traduce “estaba” es usado ocasionalmente con un acusativo simple en el sentido de ‘ser hecho’ o ‘volverse’.
Si el lector lo piensa bien, estará de acuerdo en que no hay bases bíblicas para creer que de origen Dios crea algo sumido en la confusión y la desolación (o ‘en el desorden y el vacío’). Entiendo que Dios es el Creador del orden. Es Satanás quien corrompe lo que Dios crea en perfección original. La rebelión de Satanás arrastró a la creación a un estado de corrupción, después de haber gozado una gloriosa perfección. Afortunadamente, aunque la creación…
“…fue sometida a la frustración, esto no sucedió por su propia voluntad, sino por la del que así lo dispuso. Pero queda la firma esperanza de que la creación misma ha de ser liberada de la corrupción que la esclaviza…” (Romanos 8:20. NVI).
Dios usa la rebelión angelical para demostrar Su justicia y Su misericordia, así como Su omnisciencia a través de la historia. Este deseo algún día alcanzará a toda la creación cuando su plan de redención culmine exitosamente. Entonces, todos esos ángeles rebeldes que se cruzaron con los seres humanos pronto serán juzgados y recibirán su justo castigo (1ª Pedro 1:10-12).
Rahab es hecho pedazos
La verdad mostrada en las Escrituras es que ‘por su sabiduría los cielos eran hermosos’, después llegó la rebelión, y con ella la corrupción y la muerte. El salmista inspirado dice de Dios:
Tú quebraste a Rahab [el planeta entre Marte y Júpiter] como a herido de muerte; con tu brazo poderoso esparciste a tus enemigos. (Salmo 89:10).
Después de que el reino de Satanás fuera devastado, muchos de los ángeles rebeldes fueron aprisionados hasta el día de su juicio, en el futuro lejano, cuando Dios los reunirá y les condenará eternamente. Otras secciones de estos ángeles en rebeldía continuaron existiendo con una habilidad para viajar en la atmósfera y aun fuera de ella hacia el espacio exterior y aun entre los planetas –las ‘rocas de fuego’. El Libro de Enoc describe esta escena de cautiverio en las siguientes palabras:
“Vi columnas de fuego que descendían y cuya altura y profundidad eran inconmensurables. Más allá de ese remolino, vi un lugar sobre el que no se extendía el firmamento de los cielos, bajo el cual no había tampoco cimientos de la tierra; sobre el que no había ni agua ni pájaros, sino que ese lugar era desierto y terrible. Allí vi siete estrellas parecidas a grandes montañas, que ardían. El ángel [que me acompañaba] me dijo: ‘Este lugar es el fin del cielo y de la tierra; es la prisión de las estrellas y de los poderes del cielo. Las estrellas que ruedan sobre el fuego son las que han transgredido el mandamiento del Señor, desde su nacimiento porque no han llegado a su tiempo. Él se irritó y las ha encadenado hasta el tiempo de la consumación de su pecado, en el año del misterio” (Enoc 18:13-16. Énfasis mío).
El Nuevo Testamento afirma por su parte que los ángeles capturados después de esta rebelión (y quizás también los que lo fueron después del Diluvio) fueron echados en ‘prisiones de oscuridad’:
“Dios no perdonó a los ángeles que pecaron, sino que arrojándolos al infierno los entregó a prisiones de oscuridad, para ser reservados al juicio” (2ª Pedro 2:4. RV. Énfasis mío).
Prisioneros de la oscuridad
¿Dónde se encuentran estas ‘prisiones de oscuridad’ (‘tenebrosas cavernas’, según la NVI)? ¿Dónde está este ‘infierno’ (‘Tártaro’, de Tartarosas)? Este es el único pasaje en toda la Biblia en el que se usa la palabra ‘Tártaro’. Todas las demás referencias al ‘infierno’ en el Nuevo Testamento traducen la palabra griega Hades (literalmente ‘el mundo de abajo’) [inf1], el ‘reino de los muertos’, o la hebrea Gae’hinnóm (Géhenna, en griego’). [inf2]
[inf1] El correspondiente término hebreo sche’ohl (Seol) aparece sesenta y cinco veces en las Escrituras hebreas (Antiguo Testamento). En la revisión de 1909 de la Reina-Valera se traduce “infierno”, “sepulcro”, “sepultura”, “abismo”, “profundidad”, “huesa”, “fosa” y “hoyo”, y es sinónimo del término hebreo Géhenna.
[inf2] El vocablo griego traducido en Marcos 9:47 como “infierno” es GÉ.HEN.NA, un término procedente de las voces hebreas Gai Ben Hinnom, o Gai Hinnom, es decir, “Valle del hijo de Hinón”, o simplemente “Valle de Hinón”, y se refiere en realidad al antiguo incinerador de basura situado en la cañada o barranco en las afueras de la muralla sudoeste de la antigua Jerusalén. Para un estudio más exhaustivo de los conceptos de Infierno y Lago de Fuego, consultar mi ensayo: Hernández, A. (2010): Un enfoque bíblico sobre la naturaleza del infierno y el lago de fuego. [The UCLi Press: Cuernavaca]. Solicite un ejemplar gratuito en formato pdf a este autor, o descárguelo de: http://es.scribd.com/doc/28966085/La-segunda-muerte-Unenfoque-biblico-sobre-la-naturaleza-del-infierno-y-el-lago-de-fuego-Armando-H-Toledo
Así, los ‘Vigilantes’ rebeldes se encuentran en el ‘Tártaro’, justo debajo de nuestros pies, en un lugar bien profundo de la Tierra en ‘prisiones oscuras’ esperando el día de su juicio. Y el lector no debiera sorprenderse de las historias que se cuentan acerca de ciertos sonidos extraños que emanan del interior de la Tierra.
Hace pocos años, por ejemplo, se escuchaba un testimonio que entonces parecía una tomada de pelo, pero que hoy en día tendríamos que reevaluar. De acuerdo con un reporte, ciertos geólogos rusos penetraron la corteza terrestre mediante un profundísimo hoyo que se introducía varios kilómetros. Debido a la naturaleza de la obra, había necesidad de usar sensores y micrófonos. Pero jamás se imaginaron lo que quedaría registrado en sus cintas. Su sangre se les heló al escuchar los más terribles gritos de lamento y agonía de voces de personas… Recientemente, yo mismo he escuchado la que se supone es la grabación original, y es de lo más aterradora: una cinta que se ha publicado en la Internet que registra una multitud incontable de gritos y lamentos en idiomas imposibles de entender, fruto de la última perforación inmensamente profunda que se ha hecho a la fecha.
El significado profético de la exploración de Marte
Hacia el mes de julio de 1976, la comunidad astronómica internacional esperaba las primeras fotografías que de Marte serían tomadas y enviadas de regreso a la Tierra por la sonda espacial Vikingo I. Lo que nadie podía imaginar era la información gráfica que tales fotografías traían. Lo que allí aparecía era demasiado inquietante y desestabilizador. Eran imágenes procedentes de la región conocida como Sidonia Mensae, a unos 40 grados al norte del ecuador marciano. Una toma en particular, con código de identificación 35A72 (es decir, la foto 35 de la nave A, la Vikingo I, durante su órbita número 72), mostraba nada menos que un vasto conjunto de cuerpos de apariencia artificial entre los que se destacaba una formación rocosa semejante a un rostro humano completo, con ojos, nariz, boca y línea del cabello. La estructura, que parece mirar al cielo infinito mide, en diagonal, alrededor de un kilómetro y medio. Se acababa de inaugurar la era del misterio marciano…
Las pirámides de nuestro vecino rojo
En 1979, Vincent DiPietro, un ingeniero eléctrico especializado en procesamiento de imágenes (que para entonces trabajaba para la NASA), y su amigo Gregory Molenaar, (técnico en computadoras, también bajo contrato por la NASA), se sorprendieron de estas imágenes y pensaron si, quizás, aumentando la resolución de las mismas, podrían determinar si efectivamente se trataba de un rostro de hechura artificial o solo un fenómeno orográfico que daba la apariencia de uno. Debido a que los recursos técnicos con los que contaban para entonces no les permitió detallar más la imagen, ellos mismos tuvieron que desarrollar un programa de computadora especial que les permitió delinear todos los píxeles hasta lograr mejorar el contraste de otra toma, la 70A13. Allí, cerca de donde volvía a aparecer la misma estructura en forma de cara pero desde un ángulo diferente, aparecía una línea de cerros en forma de pirámides entre los cuales destacaba uno: un objeto con la forma de una pirámide de cinco lados.
Sus lados estaban dispuestos en ángulos de 30 grados, a unas 10 millas al sur del ‘rostro’ (curiosamente 1/360 del diámetro polar marciano), con una altura aproximada de 800 metros y un diámetro de casi tres kilómetros. Esta estructura llegaría a ser conocida como la pirámide D&M, dados los nombres de los dos investigadores. DiPietro y Molenaar llegaron a creer que esas dos estructuras, tan cercanas la una a la otra, no eran el fruto de la erosión o trucos de cámara, sino que eran estructuras artificiales, presumiblemente erigidas por alguna antiquísima civilización marciana.
El principal promotor de los descubrimientos de DiPietro y Molenaar fue el escritor científico Richard C. Hoagland, quien se involucró en el debate marciano en 1983. Desde entonces, Hoagland (con intachables credenciales científicas) se ha convertido en el principal abogado de la presencia de estructuras artificiales en el Planeta Rojo y principal fuente de información en torno al ‘Rostro’ y demás estructuras.
¿Qué hubo en Marte?
Si las estructuras marcianas son verdaderamente artificiales, la pregunta forzosa es ¿quién las construyó? Picknett y Prince [8] piensan que, al parecer, solo existen tres posibles respuestas:
1. Fueron construidas, efectivamente, por alguna antigua civilización marciana, barrida quizás por alguna catástrofe natural, como la producida por el choque de un cometa o de un meteoro [9].
2. Son el producto de una civilización extraterrestre proveniente de algún otro punto del universo, que incluso habría visitado la Tierra. [t1]
3. Son la obra de una civilización avanzada que se originó aquí en la Tierra y llegó a viajar a Marte.
[t1] Ver SITCHIN (1978), Op. Cit.; ALFORD, Alan, F. (1996): Gods of the New Mellennium: Scientific Proff of Flesh and Blood Gods. [Eridu Books: Walsall], y DÄNIKEN, Erich von (1999): Chariots of the Gods. [Berkley Publishing Group: New York]. Esta escuela de pensamiento, a la que algunos han dado en llamar “Paleocontactología”, interpreta los mitos del mundo antiguo como memorias romantizadas de encuentros con seres extraterrestres y su tecnología. Los ‘dioses’ no serían otra cosa que entidades biológicas que desarrollaron una civilización avanzada de viajes interplanetarios. También intenta explicar las anomalías de la tecnología antigua (tales como las pirámides) como el resultado de tales contactos: http://www.youtube.com/watch?v=lKU9G5mnze8
Hoagland [10] está firmemente convencido de que los monumentos de Sidonia fueron construidos por una civilización ajena a nuestro Sistema Solar, que también visitó la Tierra en el pasado más remoto, y ha calculado que la edad del ‘Rostro’ es de mucho más de medio millón de años.
Las teorías de Hoagland tienen una implicación más. Él cree que estas estructuras no solo pueden ser atribuidas a seres venidos de más allá del Sistema Solar sino que tales entidades habrían creado a la misma raza humana –idea que, por más inverosímil que pudiera parecer, está ganando millones de adeptos rápidamente en todo el mundo. Sus cada vez más puntuales acusaciones a la NASA van en el sentido de que ese organismo paraestatal forma parte de una conspiración que impide que la verdad acerca de Sidonia llegue al gran público. Por ejemplo, ha tomado el liderazgo en la promoción de la teoría de que la sonda Mars Observer, declarada oficialmente perdida desde 1993, ha continuado mandando datos a la Tierra secretamente…
El mensaje de Sidonia
En 1988 apareció en escena Erol Torun. Con él, la investigación de las anomalías marcianas tomó otro rumbo. Cartógrafo y analista de sistemas del servicio cartográfico de la Secretaría de la Defensa de los Estados Unidos, se vio particularmente interesado por la Pirámide D&M de entre las demás estructuras que se alzan en la llanura de Sidonia. Torun, conocedor de que la geomorfología de Marte no poseía ningún mecanismo natural que pudiera explicar la formación de una estructura de tan asombrosa simetría, decidió analizar con más cuidado la geometría de la construcción. Pero no se imaginaba lo que le deparaba su estudio pues, codificadas en la estructura de aquel objeto, descubrió una serie de relaciones matemáticas y constantes geométricas fundamentales cuya probabilidad de haber sido originadas al azar se hallaban cerca de cero. Pero estos descubrimientos quedaron empequeñecidos ante el hecho de que esas mismas relaciones matemáticas se repetían con asombrosa precisión si se trazaban líneas unificantes entre las demás misteriosas estructuras de la llanura. Al parecer, todo formaba parte de un complejo diseño que repetía una y otra vez los mismos números, ángulos y figuras. Para él estaba claro que allí no solo había un diseño deliberadamente codificado sino que todo un mensaje podía ser traducido desde el lenguaje de las matemáticas [tor].
Estos enigmáticos resultados inquietaron a Hoagland, quien concluyó que las relaciones geométricas del complejo de Sidonia eran referencias claras a las matemáticas de la hiperdimensionalidad (ver capítulo 14). Para él, la clave de esta geometría se encontraba en el uso repetido del ángulo de 19.5 grados. Por ejemplo, dos lados de la Pirámide D&M se encuentran a 19.5 grados de la línea de latitud marciana, y este ángulo se vuelve a repetir en la posición que comparten un grupo de pequeños montes de la misma región.
Ahora bien, según Hoagland 19.5 grados (más precisamente 19.47) son significativos dado que se trata de la ‘constante del tetraedro’ –la figura más simple de los sólidos regulares, de cuatro lados triangulares equiláteros. Esto es interesante dado que es un hecho que existe una importante relación entre el tetraedro (pirámide simple) y la esfera, en la cual este poliedro puede ser inscrito. Por ejemplo, si consideramos a los planetas como esferas y colocamos el vértice de un tetraedro imaginario en uno de los polos, los otros tres vértices caerán a la altura del paralelo 19.5 grados en el hemisferio opuesto. Y lo que hace más interesante a estas relaciones es el otro hecho curioso de que en todos los planetas del Sistema Solar en los que se ha podido estudiar la superficie con relativo detalle, es sobre esa misma localización geográfica donde se encuentran invariablemente los mayores focos de inestabilidad tectónica causada por alguna fuente de energía exactamente a 19.5 grados norte o sur del ecuador. Por ejemplo, la gran mancha roja de Júpiter se encuentra a esa altura (19.5). En Marte, el asombroso Olimpus Mons, el más grande volcán conocido de todo el Sistema Solar (con 563 kilómetros de ancho), también está ubicado a 19.3 grados norte. En Neptuno ocurre lo mismo, ya que tiene una mancha como la de Júpiter aunque de color azul. En el Sol, la mayor incidencia de sus manchas (el efecto visible de las erupciones derivadas de la alta actividad), también se observan precisamente alrededor del paralelo 19.5 grados. Aquí en la Tierra, a ese nivel se localizan las intensamente activas islas de Hawai, el cinturón volcánico del Pacífico, así como el volcán más grande del mundo, el Mauna Loa (19.6).
Se piensa que el fenómeno de los 19.5 grados es el resultado de la rotación misma de los planetas, siendo esos los focos de expresión física de inagotables flujos de energía provenientes de fuentes hiperdimensionales paralelas a nuestro universo físico tetradimensional. Es decir, al nivel de los 19.5 grados es donde más fácilmente se manifiestan los recursos energéticos acumulados en las otras dimensiones que de hecho existen, y que son superiores a las cuatro en las que nos movemos (alto, ancho, largo, tiempo).
Hoagland piensa que esta es la razón por la que el ángulo de 19.5 grados es tan recurrente en la región de Sidonia. Cree que es la clave dejada por otros con la intención de guiarnos al descubrimiento de la física hiperdimensional y sus inagotables fuentes de energía. Arguye que si la energía generada por las fuentes de expresión de esa física hiperdimensional pudiera ser canalizada, la humanidad contaría con un flujo inagotable de energía a precio anonadado, así como la capacidad de desarrollar tecnologías superavanzadas, tales como la propulsión antigravitatorio y los viajes interestelares. Tales tecnologías, siempre según Hoagland, resolverían casi al instante la mayoría de los problemas del mundo, trayendo al fin el tan esperado “Nuevo Orden Mundial”.
¿Agroglifo (mesianismo) marciano?
Es curioso darse cuenta de que otra área de gran interés intelectual para Hoagland y colaboradores, es el del polémico tema de los ‘círculos de los cultivos’. Este equipo sostiene que estos ‘agroglifos transtemporales’ (como prefieren llamarlos) contienen en sí los códigos geométrico-matemáticos que repiten y refuerzan el ‘mensaje secreto’ de Sidonia. Así, conectando a los ‘constructores extraterrestres’ de Sidonia con el enigmático (aunque visible) fenómeno de los círculos sesgados, Hoagland no está diciendo otra cosa sino que los marcianos constructores no solo aun andan por el barrio sino que están más que activos en la Tierra hoy. Incluso, se arriesga a afirmar que ‘el hecho de que alguien –de origen claramente no terrestre– se encuentra ahora promoviendo en la Tierra, y ante nuestros ojos, la decodificación del “mensaje de Sidonia” en la forma de mensajes en los cultivos’.
Un ‘circulo de cultivo’ (o agroglifo) en particular tiene una especial importancia en la hermenéutica extraterrestre de ese investigador. Se trata de la formación de Barbury Castle, aparecida en 1991 en la campiña inglesa de Wiltshire, la cual, según Hoagland, al incorporar la geometría tetraédrica, no solo confirma la conexión marciano-terrestre sino también ¡el inminente retorno de los constructores de Sidonia! Hoagland, de hecho, se encuentra muy comprometido con la interpretación del “están de regreso” de esa formación en particular, en la que él y su equipo afirman haber identificado algunos de los mismos ángulos claves que detectaron en la planicie de Sidonia.
Independientemente del misterio detrás de los círculos en los cultivos, ¿cuál es para Hoagland el mensaje que lee en ellos y en la arquitectura marciana? Él afirma que se trata nada menos que de una ‘afirmación arquitectónica de la física fundamental del universo Zla concreción última de una gran “arquitectura universal” al nivel más arquetípico, y que este mensaje está idénticamente codificado en cualquier otra parte del Sistema Solar, incluida la Tierra’. Para él, todo gira en torno del esperanzador retorno de los ‘constructores’, un retorno que cambiará al mundo para siempre…
Y bien, yo pienso que detrás de la promoción de estos ‘mensajes mesiánicos’ de Hoagland y otros de su categoría (ya a nivel público o tras bambalinas) debe haber (hay) algo real que tiene que ver con el punto de vista que aquí he venido exponiendo. Creo que el trabajo de estos promotores y divulgadores de la hipótesis extraterrestre forman parte (consciente o inconscientemente) de un programa sistemático de ‘aclimatación’ de la psicología de las masas, a fin de prepararlas para el futuro anuncio oficial de que ya se ha logrado establecer contacto con una supuesta civilización extraterrestre.
Reflexión final
¿Dónde estaba usted cuando sucedió el ataque a las Torres Gemelas en septiembre de 2001? ¿Dónde estaba cuando el Tsunami de 2004? ¿Dónde estará usted el día en que la humanidad haga contacto público con entidades de naturaleza extraterrestre? ¿Tiene idea de qué significará tal evento para usted, su familia y el resto de la humanidad? Bajo las condiciones en las que vive el mundo el día de hoy, nada (nada) volvería a ser lo mismo: las consecuencias que conllevaría tal evento serían inimaginables. El momento en que las autoridades científicas y políticas reconocieran la existencia de seres no terrestres y entablaran una comunicación real y abierta a nivel mundial sería tan transformador que la evolución social del hombre cambiaría para siempre, llevando consigo un trastoque de los aspectos más diversos de la vida: desde lo intelectual hasta lo religioso, pasando por lo económico, lo político, lo científico, Etc.
La anterior sería una situación solo comparable con la vivida por los pueblos aborígenes de América en el momento en que ‘contactaron’ con seres diferentes a ellos, llegando en impresionantes naves flotantes. Estos ‘alienígenas’ establecieron todo un sistema diferente de ideas, costumbres y religión, a un grado tal que al instruir a los indígenas en los nuevos paradigmas, lograron más fácilmente su dominación y presentaron un cambio radical en su evolución social.
El futuro ‘shock’ civilizacional
La teoría Nefilim asegura que algo semejante está por ocurrirle a la humanidad. Al establecerse próximamente una relación con entidades biológicas de supuesto origen extraterrestre, precisamente por presentar tecnologías, saberes, costumbres y filosofías tan diferentes, provocarán un colapso de la civilización como la conocemos, lo que llevará a su vez a la revisión de los actos, las creencias y los valores humanos del pasado y del presente, y a la necesaria redefinición del futuro. Es lo que algunos teóricos han denominado el “shock cultural” que se produce cuando dos sistemas civilizacionales con diferencias de origen y evolución se ponen en contacto. Al paso del tiempo, en el mejor de los casos una de ellas es dominada completamente por la otra, y en el peor, desaparece para nunca más volver.
Los políticos y empresarios que tienen acceso a ciertos documentos que parecen advertir de la presencia actual de tales entidades, ya se han dado cuenta de las consecuencias que traerían consigo el fin del presente orden mundial y el establecimiento de uno nuevo. Imagínese el lector a los gobiernos mundiales perdiendo el poder y el control sobre las sociedades. Imagínese a potencias como Estados Unidos, Japón, la Gran Bretaña, Alemania, etc. llegando al grado de depender de las decisiones de individuos no humanos más poderosos que pudieran establecer condiciones nuevas que abarcarían a toda la humanidad, paralizando nuestras actividades cotidianas y teniendo que asimilar otras diferentes.
En una carta presuntamente enviada en 1947 al presidente estadounidense Harry S. Truman por parte de los científicos Albert Einstein y J. Robert Oppenheimer (“Relaciones con habitantes de cuerpos celestiales”), estos científicos explicaban que el establecimiento de relaciones con seres extraterrestres acarrearía problemas muy difíciles de solucionar. Uno de ellos sería el de que tales seres no fueran amistosos sino que vinieran en el plan de conquistar a la humanidad.
“La Guerra de los Mundos”, aquella dramatización radial que realizara Orson Welles en la transmisión radiofónica del 30 de octubre de 1938 en la ciudad de Nueva York, que estaba basada en una historia ficticia de H. G. Wells y que relata una invasión marciana al planeta Tierra, es el único parámetro con que contamos para saber muy aproximadamente la manera en la que reaccionaría el individuo promedio en el caso de que unos alienígenas repentinamente llegaran a invadirnos. Esa noche, la gente enloqueció después de huir de los ‘gases rociados por los marcianos’.
Según la nota del New York Times del día siguiente, en realidad una ola de histeria había atacado a miles de radioescuchas entre las 8:15 y 9:30 de la noche anterior. La transmisión que irrumpía en las salas de las casas, los hospitales y las iglesias, hizo que los servicios religiosos se interrumpieran, que el tránsito se congelara y que las comunicaciones se saturaran de llamadas de un público histérico que salía de sus casas cubriéndose la nariz con pañuelos humedecidos y toallas sobre sus rostros para huir de lo que pensaban era un ‘rociado generalizado con gases venenosos provenientes de las naves de los marcianos’. Varias personas se suicidaron y miles llamaban a la policía, a los diarios y a las estaciones de radio pidiendo medidas de protección. Se cuenta que un hombre de Ohio, por ejemplo, llamó a la redacción del mencionado rotativo para preguntar ‘en qué tiempo aproximadamente se acabaría el mundo’… Otro policía confesó haber subido a su azotea y visto ‘el humo de las explosiones por aquí y por allá…’ La fantasía de Wells provocó la histeria en la ‘Gran Manzana’ de la primera mitad del siglo XX, y una cosa quedó clara: la humanidad no estaría preparada para un evento de tal magnitud en el caso de que se llegara a verificar en el futuro.
Bajo la experiencia del 38 los gobiernos han tomado con cierta reserva el hablar sobre este tema, y toda información relacionada con la supuesta llegada de seres espaciales suele encubrirse bajo los rótulos de “seguridad nacional” y “ultra secreto”. Cuando ha sido necesario, los gobiernos han creado programas de desprestigio del discurso y la evidencia ufológica, aunque a su vez aprovechan para estudiar las reacciones de las personas ante ciertos informes que se llegan a hacer públicos [pub1].
[pub1] Es interesante el resultado del informe “Iron Mountain”, en el que fueron creados objetos voladores parecidos a los auténticos OVNIs y los dejaron volar en los cielos de Norteamérica, provocando una serie de reportes de avistamientos por diversas personas que con el tiempo se convirtieron en pánico, incredulidad, y hasta la creación de sectas y psicogrupos religiosos.
Personajes de prestigio en el campo de la ufología dicen que, con respecto al tema de la abierta irrupción extraterrestre, los mismos ‘alienígenas’ saben de las repercusiones que provocaría su presencia declarada. El prestigiado ufólogo español, J. J. Benítez, por ejemplo, ha llegado a argumentar que los extraterrestres que ya se encuentran en los alrededores están preparando el terreno para realizar el contacto definitivo. Los “contactados”, por su parte, aumentaron su número en la última década del siglo XX, y han confesado saber que la evolución del ‘proyecto revelación’ se ha de llevar a cabo mediante ciertas pautas seguidas de una hiperactividad en los avistamientos, y que al parecer el mencionado contacto ‘no deberá ser espontáneo sino lento’. Dicen también que, dadas nuestras actuales acciones sociales, políticas, económicas y ecológicas se ha visto acelerado este programa, a grado tal que a no más de década y media de haberse iniciado el siglo XXI podría iniciarse el contacto…
Aprendiendo de la higuera
Y bien, ante todo lo expuesto solo me resta expresar unas palabras de reflexión.
En el discurso del Monte de los Olivos, Cristo Jesús habló directamente del tiempo de su retorno y de las condiciones mundiales en las que sucedería. Dijo:
“Aprendan de la higuera esta lección: Tan pronto como se ponen tiernas sus ramas y brotan sus hojas, ustedes saben que el verano está cerca. Igualmente, cuando vean todas estas cosas, sepan que el tiempo está cerca, a las puestas. Les aseguro que no pasará esta generación hasta que todas estas cosas sucedan” (Mateo 24: 32-34. NVI).
En este pasaje del Nuevo Testamento, examinado en su contexto y en su sentido literal, el Señor Jesús dice claramente que habrá señales que indicarán que Él está ‘cerca, a las puertas’, y que la generación que esté viva cuando ‘todas estas cosas’ empiecen a suceder, comenzando con los ‘falsos cristos’ (falsos mesías o falsos salvadores de la humanidad), no moriría ‘hasta que todo esto suceda’.
Cabe observar que los judíos del tiempo de Jesús no se daban cuenta de que su Mesías (el Cristo) tendría que venir a la Tierra dos veces y que un largo intervalo (¡de casi dos mil años!) se interpondría entre esa época y la del cumplimiento de esta profecía [11]. Esta es la razón por la que incluso aquellos que creían que efectivamente Jesús era el Mesías no comprendieron que la generación de la cual el Señor estaba hablando realmente viviría en el futuro lejano durante el último periodo de la historia del mundo tal como lo conocemos. Es obvio que ninguna de ‘estas cosas’ a las que se refería Jesús realmente comenzó a suceder durante la vida de quienes lo estaban escuchando, ni en la de ninguna generación de la Iglesia desde entonces. Así pues, el retorno de Cristo todavía no podía considerarse ‘cerca, a las puertas’ sino hasta que ‘estas cosas’ realmente comenzaran a suceder.
Pero veamos qué más dijo Jesús al respecto:
“En cuanto al día y la hora, nadie lo sabe, ni siquiera los ángeles en el cielo, ni el Hijo, sino solo el Padre. La venida del Hijo del hombre será como en tiempos de Noé. Porque en los días antes del diluvio comían, bebían y se casaban y daban en casamiento, hasta el día en que Noé entró en el arca; y no supieron nada de lo que sucedería hasta que llegó el diluvio y se los llevó a todos. Así será en la venida del Hijo del hombre” (Mateo 24: 36-39).
Es decir, la generación que vivirá para ver ‘estas cosas’ que Jesús menciona en la primera parte será también testiga del regreso de Cristo, aunque ‘solo el Padre’ conozca ‘el día y la hora’ de su retorno. En cuanto al mundo incrédulo, su retorno ocurrirá en un tiempo cuando todo parezca ir de maravilla para aquellos que se hayan entregado (según la teoría Nefilim) al engaño extraterrestre (el ‘imperio alienígena del Anticristo’), de la misma manera que los incrédulos del día de Noé no tuvieron ni idea de la inminente destrucción hasta que la lluvia empezó a caer y hubo pasado toda oportunidad de ponerse a salvo en el arca.
La población prediluviana fue advertida con bastante anticipación: ¡120 años!, según Génesis 6:3, lo que lo coloca en la categoría del aviso más largo en la historia de las catástrofes preanunciadas. Sin embargo, la ceguera espiritual de esa generación le impidió escuchar tal advertencia. Esa gente estaba muy cómodamente asentada en su sistema, y seguramente les pareció una soberana tontería el que Noé se pusiera a construir semejante armatoste y se dedicara a predicar la justicia. [Ver 2ª Pedro 2:5]
Ahora bien, aunque las señales de aviso de la segunda venida del Cristo serán de una naturaleza diferente, sin embargo serán pasadas por alto de la misma manera por el mundo incrédulo del día de hoy. De hecho, “vendrá gente burlona que, siguiendo sus malos deseos, se mofará: ‘¿Qué hubo de esa promesa de su venida?’” (2ª Pedro 3:3-4). Y cuando el Anticristo ascienda de incógnito, con su fachada de ‘hermano del cosmos’ y como gran líder mundial de un imperio ‘extraterrestre’, con sus promesas de paz y prosperidad en la ‘nueva era de oro’, el mundo en general le mirará con esperanza en vez de empezar a buscar las ‘señales’ de la venida del verdadero Mesías y del establecimiento de su reino justo anunciado desde milenios atrás. El mundo se burlará de los pocos fieles que aun queden, de la misma manera que los detractores de Noé lo ridiculizaron a él. Finalmente, los incrédulos tomarán parte en una persecución mundial contra los escogidos de Dios. [Ver Mateo 24:22]
‘Como en los días de Noé’, los testigos del Señor (incluidos tres poderosos ángeles fieles especialmente enviados para ello) advertirán al mundo de la ira venidera de Dios contra los que hayan participado voluntariamente en el establecimiento del imperio extraterrestre del Anticristo (Apocalipsis 14:9-10). Sin embargo, la humanidad inicua tampoco responderá en esta ocasión, pues…
“Cuando estén diciendo: ‘Paz y seguridad’, vendrá de improviso sobre ellos la destrucción, como le llegan a la mujer encinta los dolores de parto. De ninguna manera podrán escapar. Ustedes, en cambio, hermanos, no están en la oscuridad para que ese día los sorprenda como un ladrón. Todos ustedes son hijos de la luz y del día. No somos de la noche ni de la oscuridad. No debemos, pues, dormirnos como los demás, sino mantenernos alerta y en nuestro sano juicio” (1ª Tesalonicenses 5:3-6).
Cierto: Noé no conocía ‘ni el día ni la hora’ del comienzo del diluvio, pero estoy seguro que sabía cuando el tiempo se estaba acercando; de modo que cuando empezó, él ya estaba completamente preparado según Dios lo había instruido previamente. De la misma manera, aquellos lectores que ya son fieles a Dios (o que desean empezar a serlo) que lleguen a entrar al inminente periodo final de la historia, tampoco sabrán con exactitud ni el día ni la hora de la segunda venida de Cristo, pero ¡sí podrán saber con anticipación cuándo será inminente su regreso! Cuando la gran persecución del imperio alienígena se establezca en contra de quienes se nieguen a pertenecer a él, los fieles al bando de Cristo entenderán lo que está pasando gracias a su conocimiento de la profecía futura y de lo que sucedió con el proyecto nefílico en la antigüedad remota, y estarán preparados según la Palabra de Dios y Su provisión sobrenatural.
Finalmente, creo que es de enorme importancia entender las siguientes dos verdades gemelas.
Primera: Solo los creyentes fieles, capacitados y educados en la Palabra de Dios, serán capaces de saber cuando se esté acercando el final de este mundo impío gobernado por Satanás, y tendrán considerable comprensión de los eventos que tengan lugar en ese fin gracias a su conocimiento de lo que ya ocurrió en el otro ‘fin del mundo’: el fin del mundo prediluviano. El cristiano observador y pendiente sabrá que ‘el verano vendrá tan pronto como se pongan tiernas las ramas de la higuera y broten sus hojas’. Pero que quede claro: será solamente la generación que vea todas ‘estas cosas’ empezar a ocurrir la que podrá asumir que Cristo ‘está cerca, a las puertas…’
Segunda: Incluso los creyentes más fieles y preparados no sabrán ‘ni el día ni la hora’ precisos del retorno de su Señor que detendrá la gran persecución a la que los someterá el Anticristo, para reunir a sus santos con él mismo, y para iniciar la ira de Dios contra los impíos que hayan quedado por haber decidido voluntariamente participar en el proyecto nefílico que representará el último intento de Satanás por impedir el establecimiento del reino de Dios sobre la tierra.
Referencias y webliografía
[1] THOMAS, I. D. E. (1986): The Omega Conspiracy -Satan’s Last Assault on God’s Kingdom. [Hearthstone Publishind LTD: Oklahoma]
[2] DRAKE, W. Raymond (1974): Gods and Spacemen of the Ancient Past. [New York: Signet Books]
[3] No hay que olvidar la iniciativa de defensa estratégica SDI instaurada precisamente durante la administración Reagan, y más conocida como “La Guerra de las Galaxias”. La versión oficial dijo que se trataba de un proyecto a través del cual se pretendía instalar en órbita un conjunto de satélites armados. Su objetivo sería el de interceptar en vuelo los proyectiles nucleares de naciones enemigas, principalmente de la ex Unión Soviética. Sin embargo, más de una vez se denunció que los potentes rayos de partículas de estas armas satelitales en realidad no tenían como objetivo ningún misil soviético, sino que habían sido puestos en órbita como un subsistema de defensa nacional, debido al temor del gobierno de un eventual ataque por parte de entidades extraterrestres. http://bibliotecadigital.ilce.edu.mx/sites/ciencia/volumen2/ciencia3/061/html/sec_11.html
[4] VALLÉE, Jacques (1974). The Invisible College. (E. P. Dutton: New York, NY). Hay versión en español: VALLÉE, Jacques. (1981). El colegio invisible. (Diana: México, D. F.)
[5] PEMBER, George Hawkins (1975): Earth’s Earliest Ages. [Kregel Publications: Grand Rapids]
[6] WELDON, John y Zola Levitt (1978): Ovnis: ¿Qué está sucediendo en la Tierra? [Barcelona: Clie]
[7] NICHOLS, W. y Brooks Alexander (1981): Los OVNIs y la nueva mentalidad. [Barcelona: Libros CLIE]
[8] PICKNETT, Lynn y Clive Prince (1999): The Stargate Conspiracy: The Truth About Extraterrestrial Life and the Mysteries of Ancient Egypt. [Berkeley Books: New York]
[9] HANCOCK, Graham, Robert Bauval y John Grigsby. (1998): The Mars Mystery: A Tale of the End of Two Worlds. [Michael Joseph: London]
[10] HOAGLAND, Richard (1996): The Monuments of Mars: A City on the Edge of Forever. [Frog, LTD: Berkeley]
[11] VAN KAMPEN, Robert (1993): La señal. [Colombia: UNILIT]
La información de este artículo fue tomada del libro de Armando H. Toledo, La Antigüedad del Futuro; EL FENÓMENO OVNI Y EL PROGRAMA EXTRATERRESTRE A LA LUZ DE LA TEORÍA NEFILIM. THE UCLi PRESS, INTL. Cuernavaca, México.
La presente obra digital es el resultado de cientos de horas de investigación bíblica y bibliográfica. Es una edición de autor y se distribuye gratuitamente a los lectores de habla hispana en América Latina y el resto del mundo. El autor, que es un investigador mexicano (n. 1965), no tiene compromisos denominacionales con ninguna iglesia establecida, llámese católica, evangélica o de cualquier otra denominación. La UCLi es un ministerio mundial cristiano de investigación y docencia de carácter independiente.
¿Es errónea la Teoría de la Evolución de las especies de Darwin?
¿Tenemos equivocada nuestra concepción de que somos, de donde venimos y a donde vamos como especies?
Durante los últimos 15 años el filósofo y científico Stephen C. Meyer, ha estado trabajando para dar respuesta a estas preguntas, Meyer a desarrollado un argumento para demostrar que el Designio Inteligente proporciona la mejor explicación para el origen de la información necesaria para construir la primera célula viva.
En 1993, el Profesor Phillip E. Jonson de la universidad de California en Berkley, invitó a un grupo de científicos y filósofos a una pequeña población playera de la costa central de California. Procedían de importantes centros académicos, incluyendo Cambridge, Munich y la universidad de Chicago para cuestionar una teoría que había dominado la ciencia durante 150 años, la teoría de la Evolución de Darwin.
En 1859, Charles Darwin publicó «El Origen de las Especies». En esta obra, argumentaba Darwin que toda la vida en la tierra era producto de procesos naturales sin dirección. Sólo tiempo, azar y selección natural.
A partir de Darwin, los biólogos se han valido de estos procesos para explicar el origen de los seres vivos. Pero en la actualidad este mecanismo se está poniendo en tela de juicio como nunca en el pasado.
«La Clave del Misterio de la Vida» cuenta la historia de científicos coetáneos que están proponiendo una potente idea, pero objeto de mucho debate «La Teoría del Designio Inteligente».
Utilizando animaciones fruto de los últimos avances de la técnica de sistemas computacionales. «La Clave del Misterio de la Vida» le transportará al interior de la célula viva para explorar sistemas y máquinas que dan una evidencia inequívoca de diseño. Motores giratorios que dan vueltas a 100.000 rpm. Un sistema biológico de tratamiento de información más potente que ninguna red de computadoras. Y una molécula en forma de hebra que almacena instrucciones para construir los componentes esenciales de cada organismo viviente sobre la tierra.
Este convincente documental examina una idea que tiene la capacidad de revolucionar nuestra comprensión de la vida…. y de desvelar el misterio de su origen.
Algunas personas han sugerido que Dios (o un dios) utiliza un «big bang» para crear el universo. El big bang es el modelo secular de cómo el universo se formó. Sin embargo, el cristiano coherente no tiene ninguna necesidad de especular sobre cuándo y cómo Dios podría haber creado el universo. El Creador mismo ha dejado un registro escrito que resume sus actos creativos de un registro que contradice el modelo del big-bang en muchos puntos. Lamentablemente, muchas personas se sienten inclinados a ignorar lo que Dios ha dicho acerca de lo que hizo. En cambio, se basan en la filosofía secular para reconstruir un pasado que contradice el testimonio grabado en la historia y testigo presencial de la Biblia. ¿Puede usted imaginar si la gente aplica este tipo de pensamiento a otros campos de estudio? ¿Y si alguien rechaza la historia registrada y afirmó que la Primera Guerra Mundial nunca ocurrió porque su filosofía no permite la posibilidad de una guerra mundial. ¿Sería esto razonable? En estos días, es común que las personas rechazan la posibilidad de una creación sobrenatural, bíblica, simplemente porque se abrazan a la filosofía del naturalismo, la creencia de que «la naturaleza es todo lo que hay.» Naturalismo y el uniformismo son las filosofías que impulsan el Big Bang. Es decir, el modelo del big-bang trata de describir la formación de todo el universo por los procesos que actualmente operan en el universo. Estrellas, planetas y galaxias se dice que todos se han formado «naturalista» por las leyes de la naturaleza en la actualidad en funcionamiento. La expansión del universo se supone que es naturalista y uniformista en el modelo del big-bang. En el capítulo 7 , se analizó los errores de pensamiento naturalista y uniformista, y cómo tales ideas conducen a conclusiones incorrectas. El Big Bang es sólo una de las muchas conclusiones erróneas derivadas de los supuestos seculares. No es compatible con la Biblia. Por lo tanto, los cristianos deben rechazarla. Vamos a resumir algunas de las diferencias. El Big Bang acepta la Orden Seglar de los acontecimientos, no a la orden bíblica (ver Apéndice B). Por ejemplo, las estrellas vienen antes que la tierra en el big bang, pero el orden se invierte en la Biblia. El big bang enseña que el universo tiene miles de millones de años de antigüedad, mientras que la Biblia enseña sólo miles de años. El big bang enseña que las primeras estrellas son formadas por procesos naturales, pero la Biblia enseña que Dios hizo las estrellas (
Gén 1:14-16 Y dijo ’Elohim: Haya lumbreras en la expansión de los cielos para diferenciar entre el día y la noche, y sirvan para señales, y para las estaciones, y para días y años, sean por luminarias en la expansión de los cielos para alumbrar sobre la tierra. Y fue así. E hizo ’Elohim las dos grandes lumbreras: la lumbrera mayor para regir el día, y la lumbrera menor para regir la noche.
). El big bang es en realidad una historia sobre el supuesto pasado. Pero pocas personas saben que también es una historia sobre el futuro presunto. El modelo del big-bang (en la variante más aceptada) afirma que nuestro universo se expandirá para siempre y la energía utilizable, finalmente, todo se convierte en una forma inútil, la vida dejará de ser posible en ese punto. Es un panorama sombrío, y uno que es muy diferente de la descripción bíblica del futuro. La Escritura enseña que habrá una resurrección, el juicio, y luego de una restauración del paraíso. Claramente, la Biblia no es compatible con el big bang. Por desgracia, los cristianos muy pocos se dan cuenta de las muchas contradicciones entre la historia del big-bang y la historia registrada de la Biblia. Subiéndose al carro del Big-Bang Se está convirtiendo cada vez más popular para los ministerios de la apologética citar la teoría del big-bang como evidencia o prueba de la existencia de Dios. Esto no es necesariamente un fenómeno nuevo, ya que el Dr. Hugh Ross ha estado haciendo esto durante años en sus conferencias, libros y sitios web. Por desgracia, parece estar ganando impulso y muchos conocidos apologistas se enamora de ella, incluyendo a John Ankerberg, Lee Strobel, y Norman Geisler. Existen varios problemas con este enfoque. En primer lugar, existe un peligro real al afirmar que la Biblia es consistente con el big bang (o algo peor-por no decir, como hacen algunos, que la Biblia enseña la gran explosión). La Biblia es la Palabra de Dios y no cambia. El Big-Bang tiene cambios teóricos con regularidad. El Dr. Ross afirma que el universo fue de 17 mil millones de años (más o menos 3 mil millones de años).1 En 2004, Ross dijo que los científicos ahora saben que el universo es de 13,7 mil millones de años-esto es 300 millones de años fuera de su anterior «conocido» rango. Además, muchos astrónomos han postulado diferentes edades para el universo que van desde 7-20 millones de años. Así que uno dice «enseñar» la Biblia? Ross se ve obligado a reinterpretar la Biblia cada vez que cambia la teoría. En segundo lugar, la teoría del big-bang no aporta pruebas para el Dios de la Biblia. A lo sumo, el big bang postula un principio con el universo y por lo tanto, una de las causas. Sin embargo, esa causa no tiene que ser divina. Carl Sagan e Isaac Asimov popularizaron la idea del universo oscilante,2 en la que la causa es un universo anterior. Así que el big bang de ninguna manera prueba el relato bíblico. El musulmán puede hacer la misma afirmación exacta. Lo mismo sucede con la teoría del big-bang al apoyar la creencia de que Dios creó todo? En tercer lugar, la Biblia no necesita inventa o utilizar pruebas falaces para sustentar sus alegaciones. De hecho, la Biblia nos advierte en contra de seguir tales conceptos basados en el razonamiento humano en lugar de la Palabra de Dios (
Col 2:8 Mirad que no haya quien os esclavice por medio de filosofías y huecas sutilezas, según la tradición de los hombres, conforme a los rudimentos del mundo, y no según el Mesías.
). No hay suficiente evidencia científica para confirmar la Biblia sin la adición de la teoría del big-bang. ¿Qué sucede si y/o cuando los científicos dejan de creer en la teoría del big-bang y llegan a una nueva teoría? Hay un número de científicos que ya están haciendo justamente eso! 3 Por último, y lo más importante, la Biblia solo se que no apoya la teoría del big-bang ni la teoría del big-bang apoya a la Biblia. Ellos son contradictorios en muchos aspectos. Los que afirman que el big bang (o cualquier otro de tierra antigua ideas) apoya la Biblia sin darse cuenta están engañando a la Iglesia en esta área. Consideremos los siguientes ejemplos.
En primer lugar, en su Teología Sistemática: Volumen Uno , Norman Geisler hace las siguientes afirmaciones:
a) La Biblia enseña que todo lo que vino a la existencia en el «orden exacto en que la ciencia moderna» ha descubierto. Él pasa a la lista este orden: «el universo fue primero, entonces la tierra, la tierra y el mar.Después de esto vino la vida en el mar, entonces los animales terrestres y, finalmente, el último de todos, seres humanos «. 4 En realidad, la Biblia dice que el mar se creó antes de la tierra. Aparte de esa discrepancia, la Biblia ciertamente nos enseña este orden. Sin embargo, los comentarios de Geisler son engañosos. En primer lugar, cuando la Biblia enseña que «Dios creó los cielos y la tierra» ( Gen 1:1 ), esto no incluye el sol, la luna y las estrellas ya que estas se hicieron en el cuarto día ( Génesis 1:14-19 ) . Los adherentes al big-bang enseñan que el sol se desarrolló antes de la tierra, mientras que la Biblia enseña que la tierra era lo primero. En segundo lugar, Geisler convenientemente deja de lado la creación de las criaturas voladoras en el quinto día. Esto contradice la creencia de la evolución de muchos científicos, ya que creen que las aves evolucionaron a partir de animales terrestres (reptiles). No hay manera de reconciliar esto con el relato bíblico, sin ignorar o torcer las Escrituras.
b) En las páginas 300-301 del mismo libro, Geisler implica que la creencia en una creación en seis días es equivalente a creer que el Sol gira alrededor de la tierra. Él cita el argumento de Martín Lutero como un ejemplo. Lutero creía erróneamente en un sistema solar geocéntrico y se utiliza la cuenta de Josué del día
Jos 10:12 Y el día que YHVH entregó a los amorreos ante los hijos de Israel, Josué habló a YHVH y dijo a vista de todo Israel: ¡Sol, detente en Gabaón, y tú, oh luna, en el valle de Ayalón!
como evidencia. Sin embargo, ni Josué ni ningún otro autor bíblico hace una afirmación que, sin duda, enseña geocentrismo. Geisler procede a añadir uno de los comentarios de Lutero acerca de una creación en seis días, como si esto es tan erróneo como creer en el geocentrismo.
En segundo lugar, el Dr. Hugh Ross ha hecho la afirmación de que la vida no podría existir a menos que el universo tuviera alrededor de 14 mil millones de años. 5 Sin embargo, el Dr. Ross es muy consciente de que la Biblia enseña que un día Dios creará nuevos cielos y nueva tierra. Él no cree que esto se llevará a miles de millones de años en crear. Si Dios puede y va a crear este nuevo lugar de forma instantánea (o por lo menos en un corto período de tiempo), entonces ¿por qué no era capaz de hacerlo con la creación original? Pensamiento incoherente es típico de la antigua teología. El Dr. Ross habitualmente pone límites a Dios, que Dios no se ha puesto a sí mismo. El Dr. Ross afirma que el «Creador trascendente es por lo menos un trillón de trillones de trillones de trillones de trillones de trillones de trillones de trillones de veces más inteligente que la gente de Cal Tech». 6 Si bien esto parece impresionante, es degradante para el Dios que es infinitamente más inteligente que cualquier persona. Aquellos que creen en una tierra joven son a menudo ridiculizados por limitar a Dios, sin embargo, el zapato es en realidad en el otro pie. Nos limitamos a tomar a Dios en Su Palabra. Según el Dr. Ross, es imposible que Dios ha creado todo en seis días de aproximadamente 24 horas cada uno a pesar de que su Palabra claramente enseña lo que Él hizo. Uno se acuerda de la declaración de Jesús en
Mat 22:29 Entonces, respondiendo Jesús, les dijo: Estáis errando, al ignorar las Escrituras y el poder de Dios;
: » Usted se equivoca, no conocer las Escrituras ni el poder de Dios. «¿Quién es realmente el que pone límites a Dios?
La Biblia no implica ni enseña la teoría del big-bang. De hecho, la Biblia y el Big Bang enseñan lo contrario en casi todos los eventos importantes de la historia. La Biblia enseña muy claramente que Dios creó todo en el lapso de seis días literales de aproximadamente 24 horas cada uno (Génesis 1, Éxodo 20:11 , 31:17-18 ). Cualquier intento de poner en peligro esta enseñanza produce graves errores teológicos, como se muestra en el Apéndice B . los cristianos deben aprender a confiar en la Palabra de Dios, porque » es mejor confiar en el Señor que confiar en el hombre «( Sal 118:8 Mejor es confiar en YHVH Que confiar en el hombre. ) . Dios dice lo que quiere decir y quiere decir lo que dice-vamos a no agregar opiniones falibles y cambiante del hombre a Su Palabra perfecta.
¿Qué pasa con la Evidencia Científica?
Muchas personas no se dan cuenta de que el Big Bang no sólo es una mala teología, pero es mala ciencia también. Es el big bang de la misma clase de ciencia que ponen a los hombres en la luna, o permite que el equipo funcione? No, en absoluto. El Big Bang no es una ciencia comprobable, repetible de laboratorio. No hace predicciones específicas que luego son confirmadas por la observación y la experimentación. De hecho, el big bang está en desacuerdo con una serie de principios de la ciencia operacional real. Vamos a explorar algunas de ellas.
Una cuestión importante es el problema de los «monopolos que faltan.» Un «monopolo» es una partícula hipotética masiva que es como un imán, pero con un solo polo. Un campo magnético tiene siempre asociados dos polos magnéticos (norte y sur), al igual que un imán. Si se corta un imán en dos partes, cada una tendrá a su vez dos polos magnéticos. Si se sigue el proceso hasta tener únicamente un electrón girando en una órbita, el campo magnético que genera tiene, también, dos polos. Por tanto, clásicamente, los monopolos no existen. Los físicos de partículas afirman que los monopolos magnéticos deben haber sido creados en las condiciones de alta temperatura del big bang. Dado que los monopolos se prevé que sean estables, que debería haber durado hasta nuestros días. Sin embargo, a pesar de los esfuerzos de búsqueda importantes, los monopolos no se han encontrado. ¿Dónde están los monopolos? El hecho de que no encontramos ningún monopolos sugiere que el universo nunca fue tan caliente, lo que indica que nunca hubo una gran explosión. Pero es perfectamente coherente con el relato bíblico de la creación, ya que el universo no comenzó a temperaturas extremadamente altas.
Tenga en cuenta el «problema número bariónico.» El Big Bang supone que la materia (hidrógeno y helio) fue creado a partir de la energía como el universo se expandía. Sin embargo, la física experimental, nos dice que siempre que la materia se crea a partir de la energía, como una reacción también se produce la antimateria . La antimateria tiene propiedades similares a la materia, con excepción de las cargas de las partículas que se invierten. (Así que mientras que un protón tiene una carga positiva, un protón tiene una carga anti- negativos) En cualquier reacción donde la energía se transforma en materia, produce una cantidad exactamente igual de antimateria, no hay excepciones conocidas.
El Big Bang (que no tiene materia, para empezar, sólo la energía) debería haber producido cantidades exactamente iguales de materia y antimateria. Por lo tanto, si el Big Bang fuera cierto, no debe ser una cantidad exactamente igual de la materia y la antimateria en el universo actual. Pero no la hay. El universo visible está compuesto casi en su totalidad de la materia-con pequeñas cantidades de antimateria sólo en cualquier lugar.
Además, hay muchas líneas de evidencia que indican que el universo es mucho más joven que miles de millones de años. Las galaxias espirales son un ejemplo de esto. Estas galaxias rotan diferenciada-es decir, las partes interiores giran más rápido que las partes exteriores. Así que la estructura en espiral que se vuelve cada vez más y más fuerte. Si estas galaxias eran realmente miles de millones de años de antigüedad, que se lo retorció hasta que la estructura en espiral no podía ser vista. Pero vemos a un incontable número de galaxias espirales que indiquen que son mucho más joven que lo que el Big Bang enseña.
¿Qué hacer con los problemas científicos?
Por supuesto, los partidarios del big-bang a menudo proponen varias soluciones para estos problemas. Estos dispositivos «rescatan» a tratar de salvar el modelo de big-bang de toda la evidencia contraria. Estas hipótesis tienen sus propios problemas, para los que no son las soluciones propuestas (que sí tienen problemas y así sucesivamente). Por ejemplo, la hipótesis de la «densidad de onda espiral» tiene por objeto preservar la estructura espiral de las galaxias para acomodar el big-bang a la escala de tiempo, pero es incompatible con los campos magnéticos que atraviesan las galaxias, para lo cual debe ser otra hipótesis invocadas.
Por lo tanto, los problemas mencionados anteriormente (y muchos otros que no fueron incluidos en este libro) no deben ser tomadas como «pruebas» que el big bang no es correcto. los partidarios del Big-bang siempre pueden invocar a un dispositivo de rescate. Se trata de la Biblia, que demuestra lo equivocado que está la gran explosión. Los problemas científicos con el big bang no hacen sino confirmar esto. Son indicios del hecho de que el big bang no es cierto.
De hecho, a fin de que la ciencia sea posible, la creación bíblica debe ser verdad. Vimos en el capítulo 7 cómo la Biblia por sí sola proporciona las condiciones necesarias para el análisis científico. Sólo si hay un Dios que está más allá del tiempo y que sostiene el universo de una manera coherente (el universo funciona como el futuro del universo pasado) la naturaleza comprobable / repetible del método científico tiene ningún sentido. Sin embargo, la promesa de Dios para defender el futuro como lo ha hecho el pasado se da en el libro del Génesis. En concreto, Gén 8:22 Durante todos los días de la tierra, no cesarán la siembra y la cosecha, el frío y el calor, el verano y el invierno, y el día y la noche. nos dice que hay ciertos ciclos que podemos contar en el futuro. Sólo la creación bíblica explica por qué tenemos un universo ordenado, lógico y mentes que pueden interpretar ese universo. Sin las enseñanzas sencillas de la Biblia (Génesis en particular), qué base tenemos para la uniformidad que vemos en la naturaleza? Sin la creación bíblica, ¿qué derecho tendríamos que esperar que la ciencia es aún posible?
Al tratar de utilizar la ciencia para apoyar su caso, el defensor del big-bang ha hecho destruido filosóficamente su propia posición. El partidario del big-bang puede intentar argumentar que la ciencia refuta la creación bíblica (tierra joven), pero él está utilizando algo (la ciencia) que no tiene sentido sin la creación bíblica. Para que su argumento científico pueda dar sentido, necesariamente tendría que ser malo. La ciencia no puede existir aparte de su fundación: el Dios bíblico. Y por lo que el Big Bang no es más que un ejercicio anti-bíblico, vana filosofía, el tipo que la Biblia nos advierte en Col 2:8 Mirad que no haya quien os esclavice por medio de filosofías y huecas sutilezas, según la tradición de los hombres, conforme a los rudimentos del mundo, y no según el Mesías. .
Conclusiones
Simplemente no hay ningún motivo racional para creer en el Big Bang. No es compatible con la Biblia, y no es buena ciencia. Hemos mostrado sólo algunas de las dificultades científicas con el Big Bang. Aunque los astrónomos seculares han propuesto posibles soluciones a estos problemas, se sugiere que estos problemas son un síntoma de la visión del mundo subyacente incorrecto. El Big Bang asume erróneamente que el universo no fue creado sobrenaturalmente, sino que surgió por procesos naturales. Sin embargo, la realidad no concuerda con esta idea. La ciencia confirma el mensaje de la Biblia: «En el principio, creó Dios los cielos y la tierra.»
Notas al pie y referencias
Cited by Mark Van Bebber and Paul S. Taylor in Creation and Time (Mesa, AZ: Eden Communications, 1994), p. 109.
This view states that a series of big bangs occurs every 20–100 billion years and that the universe is eternal. In the past, this view was largely abandoned due to thermodynamic problems. However, a version of this model has regained some support more recently. Philosophically, this view fails because if matter were eternal, then an infinite number of days would have to be traversed before today. It is impossible to traverse an infinite number of days; therefore, there must be a beginning and a Beginner to “begin” the universe.
Norman L. Geisler, Systematic Theology: Volume One (Minneapolis, MN: Bethany House, 2002), p. 545.
He made this claim in a debate with Dr. Kent Hovind on the John Ankerberg Show and also at the Intelligent Design 2004 Conference in Highlands, North Carolina, in June 2004. Ironically, in 1996, Ross told a chapel session at Dallas Theological Seminary that “it only works in a cosmos of a hundred-billion trillion stars that’s precisely sixteen-billion-years old.”
Dr. Ross stated this at the ID 2004 Conference. See previous footnote for details.
Debe estar conectado para enviar un comentario.