El cerebro no es sólo materia

Es capaz de generar espiritualidad, un concepto más amplio que el de religión

El cerebro no es sólo materia, ya que es capaz de generar espiritualidad, un concepto más amplio que el de religión. La espiritualidad es la conciencia de la segunda realidad o consciencia límbica, dominante en la humanidad primitiva y compartida con el reino animal. Es una facultad mental más, como la inteligencia o el lenguaje, una proyección de lo que genera el cerebro, que puede o no conducir a la religión. Por Francisco J. Rubia (*).

A la pregunta de si el cerebro es sólo materia, tengo que responder claramente que no. Experimentos realizados no hace mucho tiempo confirman que cuando se estimulan eléctrica o electromagnéticamente ciertas regiones cerebrales conocidas como el sistema límbico, o si quieren el cerebro emocional, se producen en el sujeto experimental experiencias espirituales e incluso experiencias místicas, que a mi entender son las experiencias espirituales más intensas.

A mi juicio, esto es de enorme importancia, porque significa que el cerebro, compuesto de materia consistente en células nerviosas, sus conexiones y las sustancias químicas que actúan como neurotransmisores, ese cerebro también es “espítiru” capaz de generar espiritualidad.

Cuando hablamos de espiritualidad la solemos asociar a la religión o a la religiosidad, pero esto es sólo en parte correcto, pues si es cierto que no se concibe la religión sin espiritualidad, sí se concibe, y de hecho existe, espiritualidad sin religión, como lo muestran lo que se han llamado “corrientes filosóficas”, como el budismo, el jainismo, el sintoísmo, el taoísmo, el confucianismo y algunos formas de hinduismo, que no tienen dioses y que, por tanto, no se consideran religiones.

Espiritualidad, felicidad y endorfinas

Si la religión es espiritualidad, pero la espiritualidad no tiene por qué ser religión, entonces la espiritualidad es un concepto más amplio. Y ¿qué se entiende por espiritualidad?

En las definiciones que se encuentran en los diccionarios encontramos un grupo que menciona el mismo término en la definición como “Espiritualidad es la cualidad de lo que es espiritual”. Y si buscamos la palabra espiritual encontramos: perteneciente o relativo al espíritu. Pero si vamos a la palabra espíritu, aún es peor, porque la definición de espíritu es: ser inmaterial y dotado de razón. Un ser inmaterial que, por definición, no tiene cerebro, ¿cómo puede tener razón? Estas definiciones no aclaran nada, aparte de ser incorrectas.

Un segundo grupo define la espiritualidad como un término antitético de la materialidad. Pero como estas definiciones están basadas en un dualismo materia-espíritu, entendiendo por espíritu algo inmaterial que controla el cuerpo físico, tampoco nos valen, por lo que decidí dar una definición más de acuerdo con mi propio pensamiento.

En mi libro El cerebro espiritual he definido la espiritualidad de la siguiente manera:“El sentimiento o impresión subjetiva de alegría extraordinaria, de atemporalidad y de acceso a una segunda realidad que es experimentada más vívida e intensamente que la realidad cotidiana y que está producida por la hiperactividad de estructuras del cerebro emocional”.

Esta definición, que como todas las definiciones no suelen abarcar todo el fenómeno, sin embargo alude a algunas características típicas de muchas experiencias espirituales, desde las más simples, como puede ser la observación de la belleza, tanto en la Naturaleza como en las artes plásticas, la música que puede conmovernos profundamente, hasta las más intensas como son las experiencias místicas que han experimentado los místicos y los fundadores de todas las religiones.

La alegría y felicidad que se experimentan en estas experiencias sabemos que se deben a la producción de endorfinas, sustancias parecidas a la morfina que el cerebro produce como analgésicos y sin las cuales los que realizan esfuerzos físicos extenuantes serían incapaces de realizar por el dolor que produce el ácido láctico en la musculatura.

Sabemos que cualquier situación de estrés es capaz de multiplicar por equis la cantidad de endorfinas que se producen. Por eso muchos atletas de alto rendimiento, como los corredores de maratón, alpinistas, etc., son adictos a esos ejercicios extenuantes.

Una característica de las experiencias espirituales profundas es la pérdida del sentido del tiempo y del espacio que dependen de la actividad normal de ciertas regiones de nuestro cerebro.

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Las creencias espirituales influyen en el bienestar de los pacientes con cáncer

Un estudio norteamericano asegura que el bienestar espiritual está asociado con menos ansiedad, depresión o angustia, así como con una mejor salud física.

La religión y la espiritualidad tienen una significativa relación con la salud de los pacientes, según un estudio

La religión y la espiritualidad tienen una significativa relación con la salud de los pacientes, según un estudio

Las creencias espirituales y religiosas influyen en el bienestar físico, social y mental de los pacientes con cáncer, según un nuevo estudio publicado en la edición online de la revista ‘Cancer’, de la Sociedad Americana del Cáncer.

Un reciente análisis de todos los estudios publicados sobre el tema —que incluían a más de 44.000 pacientes— arroja nueva luz sobre la asociación de la religión y la espiritualidad con el bienestar mental, social y físico de los pacientes con cáncer.

Los datos recogidos por este estudio indicaban que la religión y la espiritualidad tienen una significativa relación con la salud de los pacientes, pero no había una gran diversidad en los estudios sobre cómo las diferentes dimensiones de la religión y la espiritualidad se relacionan con distintos aspectos de la salud.

En el primer análisis, los investigadores se centraron en la salud física. Los pacientes que confesaban una mayor religiosidad o espiritualidad también aseguraban tener una mejor salud física, mayor capacidad para realizar sus tareas diarias habituales y un menor número de síntomas físicos por el cáncer y su tratamiento.

«Estas relaciones fueron particularmente fuertes en los pacientes que experimentaban mayores aspectos emocionales respecto la religión y la espiritualidad, entre ellos tener un propósito en la vida, así como una conexión con una fuerza más grande que uno mismo», explica la autora principal, Heather Jim, del Moffitt Cancer Center en Tampa (Estados Unidos).

La doctora Jim observó que los pacientes que referían mayores aspectos cognitivos de la religión y la espiritualidad, como la capacidad de integrar el cáncer en sus creencias religiosas o espirituales, también reportaron una mejor salud física. Sin embargo, la salud física no estaba relacionada con prácticas relacionadas con esa religión o espiritualidad, como asistencia a la iglesia, la oración o la meditación.

En el segundo análisis, los investigadores examinaron la salud mental de los pacientes. El equipo descubrió que los aspectos emocionales de la religión y la espiritualidad estaban más intensamente relacionados con la salud mental positiva de aspectos conductuales o cognitivos de la religión y la espiritualidad.

Menos ansiedad, depresión o angustia

«El bienestar espiritual resultó asociado con menos ansiedad, depresión o angustia, como era de esperar —apunta el autor principal John Salsman, dirigió la investigación cuando estaba en la Escuela Feinberg de Medicina en la Universidad Northwestern de Chicago—. Además, mayores niveles de angustia espiritual y un sentido de desconexión con Dios o una comunidad religiosa se asoció con una mayor angustia psicológica o más pobre bienestar emocional».

El tercer análisis se refería a la salud social o la capacidad de los pacientes para mantener los sociales y sus relaciones afrontando su enfermedad. La religión y la espiritualidad, así como cada una de sus dimensiones, nuevamente aparecían relacionados con una mejor relación a niveles «modestos pero fiables».

«Cuando echamos un vistazo más de cerca, encontramos que los pacientes con un fuerte bienestar espiritual, con una creencia en un dios amable al que se le puede pedir ayuda, referían un mejor estado de salud que quienes luchaban contra la fe», señala el autor Allen Sherman, de la Universidad de Arkansas para las Ciencias Médicas, en Little Rock.

Muchos investigadores han realizado revisiones de la literatura sobre el impacto de la religión y la espiritualidad en la salud de los pacientes con cáncer, pero ninguno había realizado tales esfuerzos exhaustivos y meticulosos para analizar los datos con tanto detalle.

«Hasta la fecha, esta serie de meta-análisis representa el resumen más completo y la síntesis de un área de rápido crecimiento de la oncología psicosocial: el papel de la religión y la espiritualidad para los pacientes y supervivientes de la gestión de la experiencia del cáncer», precisa el doctor Salsman.

No obstante, la doctora Jim creen que aun se necesita más investigación para comprender mejor y apoyar a estos pacientes, y conocer si servicios de apoyo diseñados para mejorar aspectos particulares de la religión y la espiritualidad podría ayudar a mejorar el bienestar de los pacientes interesados.

Fuente:

http://www.abc.es/salud/noticias/20150810/abci-creencias-pacientes-cancer-201508100822.html

Referencias:

«Religion, Spirituality, and Physical Health in Cancer Patients: A Meta-Analysis.» Heather S.L. Jim, James Pustejovsky, Crystal L. Park, Suzanne C. Danhauer, Allen C. Sherman, George Fitchett, Thomas V. Merluzzi, Alexis R. Munoz, Login George, Mallory A. Snyder, and John M. Salsman. Cancer; Published Online: August 10, 2015 DOI: 10.1002/cncr.29353

«A Meta-Analytic Approach to Examining the Correlation between Religion/Spirituality and Mental Health in Cancer.» John M. Salsman, James E. Pustejovsky, Heather S.L. Jim, Alexis R. Munoz, Thomas V. Merluzzi, Login George, Crystal L. Park, Suzanne C. Danhauer, Allen C. Sherman, Mallory A. Snyder, and George Fitchett, PhD. Cancer; Published Online: August 10, 2015 DOI: 10.1002/cncr.29350

«A Meta-analytic Review of Religious or Spiritual Involvement and Social Health among Cancer Patients.» Allen C. Sherman, Thomas V. Merluzzi, James E. Pustejovsky, Crystal L. Park, Login George, George Fitchett, Heather S.L. Jim, Alexis R Munoz, Suzanne C. Danhauer, Mallory A. Snyder, and John M. Salsman. Cancer; Published Online: August 10, 2015 DOI: 10.1002/cncr.29352

¿Qué se necesita para comprender la fórmula de la felicidad?

Diez, doce años atrás, hice un descubrimiento que trastocó y revolucionó mi vida, convirtiéndome en un hombre nuevo. Descubrí una formula que me permite ser feliz por el resto de la vida, que permite disfrutar cada minuto de la vida. Redescubrí la vida.

Al escuchar esto, alguien podrá asombrarse y preguntarme:
_¡Cómo se enteró sólo diez o doce años atrás? ¿No ha leído usted los Evangelios?
¡Por supuesto que leí los Evangelios! ¡Pero no la había visto! La fórmula estaba allí, en los Evangelios, pero yo no la había comprendido. Más tarde, cuando ya la había descubierto, la hallé en los textos sagrados de las principales religiones y me asombré: la había leído y no la había visto, no la había comprendido. Ojalá la hubiera descubierto cuando era más joven.
¡Qué diferente habría sido todo!

¿Cuánto tiempo me llevará transmitir a otros esa fórmula? ¿Todo un día? Voy a ser honesto: sólo un par de minutos. No creo que requiera más de dos minutos transmitirla. Captarla o comprenderla llevaría…¿veinte años?, ¿quince años?, ¿diez años?, ¿diez minutos?, ¿un día?, ¿tres días? ¡Quién sabe! Eso depende de cada uno.

La capacidad de escuchar

Es necesaria una cualidad para captar aquello que yo descubrí de repente diez años atrás y que revolucionó mi vida: la cualidad de escuchar, de comprender, de “ver”. Creo que, si mil personas me oyen y una escucha, si mil me leen y una ve, es un promedio bastante bueno.

¿Es difícil comprender la fórmula? Es tan sencilla que puede comprenderla un niño de siete años, ¿no es asombroso? En realidad, cuando pienso en eso hoy, me pregunto: ¿Por qué no la comprendí antes? No lo sé. No sé por qué no la comprendí antes. Pero así fue. Puede ser que cualquiera esté en condiciones de comprenderla hoy, aunque sea en parte. ¿Qué se necesita para comprenderla? Una sola cosa: la capacidad de escuchar. Eso es todo. ¿Eres capaz de escuchar? Si lo eres, podrás comprenderla.

Ahora bien, escuchar no es tan fácil como podría parecer. La razón es que siempre escuchamos a partir de conceptos establecidos, de posiciones y fórmulas establecidas, de prejuicios…Escuchar no significa “tragar”; eso es credulidad: -Él lo dice, yo lo acepto.

No quiero que nadie me tenga fe cuando me escucha o me lee; las enseñanzas de la Iglesia o la Biblia se pueden tomar con fe, pero no lo quiero que me tomen a mí con fe. Deseo que cuestionen todo lo que digo, que reflexionen sobre mis opiniones.

Escuchar no significa ser crédulo. Pero tampoco significa atacar. Lo que voy a plantear es algo tan nuevo que algunos pensarán que estoy loco, que no estoy en mi sano juicio. Por consiguiente, van a sentirse tentados de atacar. Si se le dice a un marxista que algo anda mal dentro del marxismo, lo primero que probablemente haga es atacar. Si se le dice a un capitalista que algo no está bien en el capitalismo, se alza en armas. Si se le dice a un norteamericano que en los Estados Unidos hay algo que no está bien, se enfurece. Y lo mismo sucede con los indios, si se ataca a la India, etcétera.

Escuchar no significa creer ciegamente, ni tampoco atacar o simplemente estar de acuerdo. Me contaron acerca de un superior jesuita que tenía mucho éxito. Alguien le preguntó:
-¿Cómo es que usted tiene tanto éxito como superior?
-Muy sencillo; la receta es sencilla: estoy de acuerdo con todos – respondió.
¡Estaba de acuerdo con todos! Le objetaron:
-¡No hable tonterías! ¿Cómo puede usted tener éxito como superior estando de acuerdo con todos?
-Es cierto, ¿cómo puedo tener éxito como superior estando de acuerdo con todos? – fue su respuesta.

¿Qué se necesita para comprender la
fórmula de la felicidad? Una sola cosa:
la capacidad de escuchar.

De modo que escuchar no significa estar de acuerdo conmigo; puedes discrepar conmigo y entenderlo, ¿no es asombroso? Escuchar significa estar alerta. Si estás alerta, estás observando, estás escuchando, con una especie de mente virgen. No es fácil escuchar con una mente virgen, sin prejuicios, sin fórmulas establecidas.

Alguien me contó la historia de una persona que llevó a la práctica el famoso refrán: “Quien por día una manzana come, al médico a distancia pone.” Bien, esta persona tenía un affaire con la esposa de un médico…y comía una manzana por día. Es decir, ¡había entendido todo al revés! Había partido de una fórmula establecida, de una posición mental rígida.

Me contaron también acerca de un sacerdote que estaba tratando de convencer a un feligrés alcohólico de que dejara la bebida. Para ello llenó un vaso con alcohol puro y tomó una lombriz, dejándola caer en el vaso. La pobre lombriz comenzó a retorcerse y murió. Y el sacerdote le dijo al feligrés:
-¿Comprendiste el mensaje, Juan?
-Sí, padre, comprendí el mensaje… comprendí el mensaje…¿Sabe?, si se tiene un bicho en el estómago, hay que tomar alcohol.
¡Ay! ¡Vaya si comprendió el mensaje! Juan no comprendió el mensaje porque no estaba escuchando.

Conozco otro caso en el que era el sacerdote el que no estaba escuchando. En efecto, cuentan acerca de un alcohólico que fue a ver al cura párroco, el cual, como estaba leyendo el diario, no quería que lo molestaran.
-Disculpe, padre.
El padre, fastidiado, lo ignoraba.
-Eh, disculpe, padre.
-¿Qué pasa? – preguntó el párroco.
-¿Me podría decir qué produce artritis, padre?
El padre seguía fastidiado:

-¿Qué produce artritis? Beber produce artritis; eso es lo que produce artritis. Salir con mujeres fáciles produce artritis; eso es lo que produce artritis. Dedicarse al juego produce artritis; eso es lo que produce artritis. ¿Por qué lo preguntas?
-Porque aquí, en el diario, dice que el Santo Padre tiene artritis. El párroco no había estado escuchando.

Bueno, si estás preparado para oír algo nuevo, sencillo, inesperado, opuesto a casi todo aquello que te han contado hasta ahora, entonces quizás escuches lo que tengo que decir, quizás lo comprendas. Cuando Jesús enseñaba la Buena Nueva, creo que fue atacado no sólo porque lo que enseñaba era bueno, sino porque era nuevo. Odiamos todo lo que es nuevo:
-No quiero oír nada nuevo; denme las viejas cosas.

Si rechazamos lo nuevo, no
estamos dispuestos a escuchar.
Pero si lo aceptamos sin discriminar,
tampoco estamos escuchando.

No nos gusta lo nuevo; es demasiado molesto, demasiado liberador. Si rechazamos lo nuevo, no estamos dispuestos a escuchar.

Pero si lo aceptamos sin discriminar, tampoco estamos escuchando. Buda lo dijo de una manera muy hermosa: “Monjes y discípulos no deben aceptar mis palabras por respeto, sino que deben analizarlas, de la misma manera que un orfebre trabaja el oro: seccionando, raspando, frotando, fundiendo.” Así debe ser también con mis palabras.

La vida está donde menos se le espera

¿Qué es eso que llamamos “nuestra vida”? Echa una mirada al mundo y luego te invitaré a echar una mirada a tu propia vida. Echa una mirada al mundo: pobreza por doquier. Leí en el New York Times que los obispos de los Estados Unidos afirman que hay 33 millones de personas en el país que viven por debajo del umbral de pobreza, trazado por el propio gobierno. Si crees que eso es pobreza, deberías ir a otros países a ver la consunción, la suciedad, la miseria. ¿A eso se puede llamar vida?

Pero hay algo asombroso. Te mostraré que la vida existe aun en esas condiciones.
Alrededor de 12 años atrás me presentaron, en Calcuta, a un hombre que arrastraba un ricksha, un vehículo de tres ruedas de tracción humana…¡Es terrible! Se trata de un ser humano; no es un caballo el que tira, sino un ser humano. Estos pobres seres no duran mucho tiempo; viven 10 a 12 años después de que comienzan a tirar del ricksha, pues enferman de tuberculosis. Pese a su trabajo, Ramchandra –que así se llamaba este hombre tenía esposa e hijos, e incluso televisión. En ese entonces había un pequeño grupo de personas dedicadas a una actividad ilegal llamada “exportación de esqueletos”, que finalmente fueron apresadas. ¿Sabes qué hacían? Si una persona era muy pobre, ellos se le
acercaban y le compraban el esqueleto por el equivalente de unos 10 dólares. Así fue como le preguntaron a Ramchandra:

-¿Desde cuánto tiempo atrás trabajas en la calle?
-Desde hace diez años…-respondió Ramchandra. Entonces ellos pensaron: “No va a vivir mucho más…” Y dijeron: -Muy bien, aquí está tu dinero.

En el momento en que la persona moría, se apoderaban del cuerpo, se lo llevaban y, luego, cuando el cuerpo estaba descompuesto, mediante un proceso que tenían, descarnaban todo el esqueleto. Ramchandra había vendido el suyo, tanta era su miseria; estaba rodeado de consunción, pobreza, desgracia, incertidumbre. Nunca creerías posible encontrar la felicidad allí, ¿no es cierto?

A este hombre, al que nada parecía molestarlo, que estaba perfectamente bien, al que nada parecía preocuparlo, le pregunté un día:
-¿No estás preocupado?
-¿Por qué?
-¿Sabes?, por tu futuro, por el futuro de los niños…- agregué.
Bueno, hago lo mejor que puedo, pero el resto está en manos de Dios
-Pero –dije yo- ¿y qué hay de tu enfermedad?; te hace sufrir, ¿no es cierto?
-Un poco; tenemos que tomar la vida como viene –fue su respuesta.

Jamás lo vi de mal ánimo. Pues bien, un día, cuando estaba hablándole, me di cuenta de que estaba en presencia de un místico, me di cuenta de que estaba en presencia de la vida. ¡Él estaba allí! ¡Estaba vivo! Yo estaba muerto…Era un hombre que era plenamente él mismo, de acuerdo con aquellas bellas palabras de Jesús: “Mirad los cuervos del cielo, que no siembran ni cosechan…; mirad los lirios del campo, que no hilan ni tejen…” (Lc. 12, 24 y 27; Mt 6, 26); ellos no se preocupan ni por un momento del futuro; no como tú. Ramchandra estaba allí mismo. No sé, hoy seguramente estará muerto. Mi encuentro con él fue muy breve, en Calcuta; y después seguí hasta donde vivo ahora, hacia el sur de la India.

Está en la Biblia: “ Mirad los lirios
del campo, que no hilan ni tejen…”

¿Qué le sucedió a esta hombre? No lo sé. Pero sé que conocí a un místico. Era una persona extraordinaria; descubrió la vida, la redescubrió.

Esa extraña cosa: la mente humana

Muchas veces pensé qué cosa tan extraña es la mente humana. Ha inventado la computadora, ha desintegrado el átomo, ha hecho posible enviar naves al espacio, pero, ¿no ha solucionado el problema del sufrimiento humano, de la angustia, la soledad, la depresión, el vacío, la desesperación! Honestamente no creo que tú estés libre de todos esos sentimientos. ¿Cómo puede ser que no hayamos encontrado la solución para ellos? Hemos logrado toda clase de adelantos tecnológicos. ¿Ha elevado esto nuestra calidad de vida en una sola pulgada? ¡No!, ni en una pulgada. Tenemos – eso sí- más comodidad, más velocidad, más placeres, más entretenimientos, más erudición, mayores adelantos tecnológicos. Pero, ¿se ha logrado superar en algo la soledad, el vacío, la congoja, la avaricia, el odio, los conflictos? ¿Hay menos lucha, menos crueldad? Yo pienso que estamos peor…

Tenemos a mano la solución del
problema de la felicidad. ¿Por qué no
la usamos? No la queremos

La tragedia es, tal como lo descubrí diez o doce años atrás, que ¡el secreto se ha encontrado! Tenemos la solución a mano. ¡Por qué no la usamos? No la queremos. Ése es el motivo, ¿lo crees? ¡No la queremos! ¡No la queremos! Imagina que yo le diga a alguien:
-Mira, voy a darte una fórmula que te va a hacer feliz por el resto de tu vida; disfrutarás cada minuto del resto de tu vida…
Imagina que te digo eso a ti…Te lo diré, te daré la fórmula. ¿Sabes lo que
probablemente me responderás?
-¡No me la diga! ¡Basta! No quiero oírlo.
La mayoría de la gente no quiere escuchar la fórmula, aunque ni siquiera debe aceptarla por fe… Voy a demostrarte que es así.

Alrededor de seis meses atrás, el verano pasado, estuve en Saint Louis, Missouri, para dar una especie de seminario de fin de semana. Había allí un sacerdote, que se me acercó y me dijo:
-Acepto cada una de las palabras que usted ha dicho durante estos tres días, cada una de las palabras…,¿y sabe por qué? No porque haya hecho lo que usted os alentó a hacer: seccionar, frotar, raspar y analizar. No.
Y me explicó:
-Unos tres meses atrás, asistí a una víctima del sida en su lecho de muerte. Y el hombre me contó lo siguiente: “Padre, hace seis meses, el doctor me dijo que yo tenía seis meses de vida, y yo lo creí.” ¡Cuánta razón había tenido!, pues el hombre se estaba muriendo. ¿Sabe algo, padre? Éstos han sido los seis meses más felices de toda mi malgastada vida..¡los más felices! En realidad, nunca había sido feliz hasta estos seis meses, dijo, y abandoné la tensión, la presión, la ansiedad, la esperanza y, en lugar de caer en la desesperación, finalmente fui feliz.”

Y el sacerdote concluyó:
-¿Sabe?, muchas veces he reflexionado sobre las palabras de aquel hombre. Cuando lo escuché a usted este fin de semana, pensé: “Este hombre ha vuelto a vivir. Usted está diciendo exactamente lo que él dijo…”

Aprende a contentarte
con lo que tienes,
aprende a ser autosuficiente.

Donde empieza el camino

Otro hombre también sabía esto. En la Epístola a los Filipenses, san Pablo dice: “He aprendido a contentarme con lo que tengo…” (Flp 4, 1 1). ¡Está en la Biblia! La fórmula está en la Biblia. Yo te explicaré cómo ponerla en práctica, aunque la manera de hacerlo está allí también; la fórmula está completa…Esto es lo que dice san Pablo: “He aprendido a contentarme con lo que tengo…he aprendido a ser autosuficiente.” (Me achacarán quizá que la Biblia no dice “autosuficiente”; pero éste no será más que el comienzo de los ataques.) “He aprendido a ser autosuficiente” significa: “Sé andar escaso y sobrado. Estoy avezado a todo y en todo: a la saciedad y al hambre, a la abundancia y a la privación. Todo lo puedo en Aquel que me conforta.”

Un poco antes dice san Pablo: “Regocijaos en el Señor, siempre, regocijaos.” Yo lo repito: “Regocijaos.” Pienso en Ramchandra en Calcuta, pienso en aquella víctima del sida en Saint Louis. A eso se refiere san Pablo. ¡Lo había leído durante toda mi vida y nunca lo había entendido! Sus palabras se dirigían a mí y yo no las había comprendido. Bueno, supongamos que tú quieres comprenderlas, ¿qué debes hacer? Primero, deberás entender un par de verdades acerca de ti mismo. Luego, te arrojaré la fórmula, para que hagas lo que quieras con ella.

¿Qué debes entender acerca de ti mismo? Ante todo, que tu vida es un enredo. ¿No te gusta oírlo? Bueno, quizá eso prueba que es cierto. Tu vida es un enredo. Quizás me dirás: -Puede ser. Si eres como la persona promedio con la que me tropecé siempre, tu vida es un enredo.
Me dirás:
-¿Qué significa eso de que mi vida es un enredo? Me va muy bien en mis estudios, tengo padres buenos, tengo buenas relaciones con mi familia, tengo un novio (o una novia, según sea el caso), todos me quieren, me va bien en el deporte y tengo una carrera muy brillante por delante.

Ante todo, tu vida es un enredo.
¿No te gusta oírlo? Bueno,
quizás eso prueba que es cierto.

-Oh, ¿Sí?
-Sí.
-¿Piensas que tu vida no es un enredo?
Respondes:
-No.
-Oh, dime –aquí está la prueba de fuego-, ¿nunca te sientes solo?, ¿tienes alguna congoja?,
¿alguna vez te alteras por algo?
-¿Quiere decir que no debemos alterarnos?
-¿Quieres la respuesta limpia, clara y sencilla?
-¡Sí!
-¡No!
-¿Quiere decir: no alterarse por nada?
-Correcto, me oíste: ¡no!
-¡Cállese! No quiero escuchar más.
-¿Comprendes lo que quiero decir?
-No.

Como la mayoría de la gente, tienes una teoría: “Debes perturbarte o no eres humano.” Muy bien, adelante entonces, pertúrbate. Buena suerte. ¡Adiós!

Enseñar a cantar a los cerdos…?

Hay un delicioso refrán de un autor norteamericano, que cito frecuentemente: “No le enseñes a cantar a un cerdo: pierdes el tiempo e irritas al cerdo.” He tenido que aprender la lección y he abandonado mis intentos de enseñar a cantar a los cerdos. Ahora planteo:
-¿No quieres escuchar lo que digo? ¡Adiós!…
Ninguna discusión. No discuto. Estoy listo para explicar, listo para aclarar: ¿por qué tratar de discutir? No vale la pena. De modo que pregunto:
-¿Alguna vez sufriste algún conflicto interno? ¿Quieres decir que todas tus relaciones están bien?, ¿con todos?
-Bueno, no.
-Tu vida es un enredo. ¿Quieres decir que disfrutas de cada minuto de tu vida?

-Bueno, no del todo.
-¿Comprendes lo que te dije?…es un enredo.
-¡Eh! Espere un minuto, ¡la encarnación…!
-Sí, sí… ¡Adiós! “Después te veo, bicho feo.”
¿Por qué discutir? Mejor afirmar:
_No estoy interesado en discutir contigo. Punto. Lo sé porque lo estuve haciendo todo el tiempo. No estoy interesado en discutir. O enfrentas el hecho de que tu vida es un enredo en discutir. O enfrentas el hecho de que tu vida es un enredo o no lo haces: ¿No quieres enfrentarlo? No tengo nada que decirte. Y “tu vida es un enredo” significa que estás acongojado, por lo menos ocasionalmente, te sientes solo, este vacío te está mirando fijamente, estás asustado…¿estás asustado?

-Sí.
-Tu vida es un enredo.
-¿Quiere decir que se supone que no debemos tener miedo?
-No, señor (o señora, según sea el caso); ¡no!, se supone que no debemos tener miedo.
-¿De nada?
-De nada.
-Pero Mahoma…
Perdón, nos ocuparemos de Mahoma luego, ¿está bien? Hablemos de ti…¿No sabes lo que significa ser intrépido, no tener miedo? La tragedia es que no crees que lo puedes lograr. Sin embargo, ¡es tan fácil! Como te dijeron que no se puede lograr, nunca tratas de ser intrépido. Pero a lo largo de toda la Biblia está dicho que es posible y tú no lo comprenderás, porque te han dicho que no se puede lograr.

A lo largo de toda la Biblia
está dicho que se puede perder
el miedo y encontrar la felicidad.

-¿Estás angustiado por el futuro? ¿Tienes algún resabio de angustia, de preocupación, de desconcierto?
-Sí.
-¡Estás en un enredo! ¿Qué te parece? ¿Quieres aclararlo? Yo podría aclararlo en cinco minutos, si tu grado de preparación es adecuado. No tienes que mudarte de esa silla; sentado en ella podrías resolverlo en cinco minutos. No se trata de un recurso publicitario. Lo digo en serio: es algo tan sencillo y tan terriblemente importante que la gente no le acierta. Y tú lo puedes alcanzar.

Estamos “sentados”sobre una mina de diamantes y no lo sabemos

-¿Sabes cómo se descubrieron las minas de diamantes en Sudáfrica? Es una historia muy interesante; la he leído hace algún tiempo. Un hombre blanco, sentado en la choza del jefe de una aldea de nativos, en Sudáfrica, vio cómo los chicos jugaban con cosas parecidas a bolitas.  De pronto, su corazón se sobresaltó al darse cuenta de que, en realidad, eran diamantes.  Recogió un par de ellos,…¡diamantes! Entonces, le dijo al jefe de la aldea:
-¿Podría darme alguna de estas bolitas? ¡Usted sabe!, tengo chicos en casa que también juegan a esta clase de juego, y las suyas son algo diferentes…¿Podría usted…? A cambio, yo estaría dispuesto a darle una bolsa de tabaco.
El jefe rió y dijo:

-Mire, eso sería un abuso de mi parte; quiero decir, sería un verdadero robo aceptar su tabaco a cambio de estas cosas. Tenemos miles de ellas aquí.
Y le dio una canasta llena. Luego, el blanco regresó a su país, volvió con mucho dinero, compró todas las tierras del lugar y en diez años fue el hombre más rico del mundo. Esta historia real es como una parábola.

Reflexiono sobre mi propia vida y pienso: “¿Por qué la desperdicié?” ¡La desperdicié en toda clase de cosas maravillosas, ¡créeme !: ministerios pastorales, emprendimientos teológicos, servicios litúrgicos, etcétera. Nosotros, los sacerdotes, cuanto más ocupados estamos en las cosas de Dios, más probable es que olvidemos lo que significa Dios, y más probable es que nos volvamos más complacientes. (¡Ésta es la historia de Jesús! ¿Quiénes hicieron a un lado a Jesús? Los sacerdotes. ¿Quién más? La gente religiosa.) Entonces, ahora pienso: “¡Desperdicié la vida! No tengo ni un minuto para arrepentirme. ¡Para qué perder siquiera un minuto en lamentar el pasado!” ¿No es así? Pero el hecho es que la desperdicié.

No es demasiado tarde

Recuerdo aquella hermosa historia del pescador que salió temprano, por la mañana, para pescar, cuando aún estaba oscuro. Su pie tropezó con algo que parecía una bolsa, que probablemente había llegado arrastrada por la marea, desde algún barco naufragado. La recogió, la abrió y se dio cuenta de que contenía pequeñas piedras; las agarró y se entretuvo, hasta el amanecer, arrojándola lejos, en el mar, para ver si podía calcular, por el ruido que producían, la distancia a que había lanzado cada una. Pues bien, cuando comenzó a amanecer, miró dentro de la bolsa y vio allí tres piedras preciosas. ¡Dios!. ¡había estado llena de piedras preciosas y él no se había dado cuenta! ¡Demasiado tarde!, demasiado tarde…¡No
era demasiado tarde! ¡Quedaban tres piedras todavía! No era demasiado tarde, no era demasiado tarde…

Supongamos que a aquellos nativos “sentados” sobre aquellas minas de diamantes, muertos de hambre, con sus chicos desnutridos, dedicados a buscar comida, a mendigar, alguien les dijera:
-¡No vendan esa propiedad, hay en ella minas de diamantes! ¿Ven esto?
¡Es un diamante! Pueden venderlo, pueden obtener 100.000 dólares por esto…
Ellos dirían, seguramente:
-Eso no ser diamante; eso ser piedra.
En su mente eso es una piedra; se niegan a escuchar.
-¡No!, eso es una piedra.
Ésa es la actitud de las personas en todas partes: no quieren oír, no quieren escuchar. Tú le dices:
-La vida es extraordinaria, la vida es maravillosa; tú podrías disfrutarla; no tendrías ni un minuto de tensión, ni uno, ninguna presión, ninguna ansiedad. ¿Lo deseas?
-¡No es posible! ¡Nunca se ha logrado! ¡No puede lograrse! – será tu respuesta.
No hay ningún espíritu de búsqueda, de investigación, como ser:
-¡Tratemos de averiguar! Tratemos…
¡No, no, no! Esto no es lo que sucede. En cambio, dices:
– No puede lograrse.

La última cosa que quiere
un paciente es la cura;
no quiere curarse, busca alivio.

-No quiero oírte.
-Un sacerdote me ha dicho que no puede lograrse; mi psicólogo me dice que no puede lograrse…¡Usted viene a decir que puede lograrse! ¡Fuera!
¡Mala suerte!
Pues bien, entonces, lo que ahora te planteo es si estás preparado para admitir que tu vida es un enredo. Luego –y esto es un poco más duro-, sostengo que tú no quieres salir del enredo. Habla con cualquiera que merezca el nombre de “psicólogo” y lo confirmará: la última cosa que quiere un paciente es la cura; no quiere curarse, busca alivio. Eric Berne, uno de los grandes psiquiatras norteamericanos, lo expresa muy gráficamente. Imagina tú un paciente que está metido hasta sus narices en una letrina y pide ayuda. ¿Sabes lo que dice?:
-¿Podrían ayudarme a que la gente no haga olas?

-¿No quiere salir?
-¡Oh, no! ¡No, no! ¿Salir? ¡Por Dios! ¡No! ¡Sólo ayúdenme a que no hagan olas!
Eso es lo que él quiere. No quiere salir.
¿Quieres hacer una prueba contigo mismo? Te daré un par de minutos; podrás hacerla ahora mismo. Bien, aquí va:

-Suponte que pudieras ser inmensamente feliz, pero renunciando a obtener tu título de profesional. ¿Estás preparado para cambiar ese título por felicidad? No conseguirás esa novia (o ese novio, según sea el caso). ¿Estás preparado para cambiarla (o cambiarlo) por felicidad? ¿Sabes algo?: no alcanzarás el éxito. Fracasarás, y todos dirán: «¡Es un vagabundo!» Pero serás feliz, serás inmensamente feliz. ¿Estás preparado para cambiar la «buena opinión» de la gente con ese fin?

-¡Oh, no!
-Te daré tiempo para pensar en eso más adelante.

Preferimos ser desdichados

Cuando el verano pasado estuve en Siracusa, estado de Nueva York, vi un simpático aviso, en un diario, en el cual aparecía una chica tomada de la mano de un chico; y ella decía:
“No quiero ser feliz. Las únicas personas felices que conozco están en un manicomio. Yo quiero ser desdichada contigo.” ¿Comprendes lo que quiero decir?
-Yo no quiero ser feliz, quiero ser desdichada contigo.

¿Estás preparado para cambiar éxito por felicidad?

La gente no quiere salir de eso; no quiere, no quiere.
-No quiero felicidad; quiero fama. No quiero felicidad; quiero esa medalla de oro en los juegos olímpicos.
Supón que te diga:
Ira, deja de lado la medalla de oro; ¡serás feliz, maldición! ¿Para qué quieres esa medalla?
¿Para qué quieres ser el número uno, el jefe de la corporación? ¡Te haré feliz! Con 10.000 dólares por año, ¡te haré feliz!
¡No, no, no, no! Dame mi dinero, mi dinero, mi dinero, mi dinero, mi dinero…
¿Comprendes ahora lo que quiero decir? Ahora estás cayendo en la cuenta: ellos no quieren ser felices; ellos no quieren vivir; ¡quieren dinero!

¿Se te ha ocurrido alguna vez que aquello que llamas tu felicidad es en realidad tu cadena? Simplemente piensa: ¿A qué llamas tu felicidad? ¿Consideras que tu felicidad es alguien ( “tú eres mi dicha”), que es tu matrimonio, tus negocios, tu título, lo que sea? ¿Dónde encuentras tu felicidad?, ¿en quién encuentras tu felicidad? ¡En tu prisión! Éste es un lenguaje duro, y ¿quién puede escuchar estas palabras? Pero reflexiona sobre esto, «secciona, raspa, funde»:

¿Se te ha ocurrido alguna vez
que aquello que llamas tu felicidad
es en realidad tu cadena?

¿Recuerdas a Ramchandra, el hombre que tiraba del ricksha? ¡Vivía como un rey! ¡Lo digo en serio! Aunque la ayuda externa, de los demás, es buena, él no la necesitaba…, no para vivir. Necesitaba ayuda externa para estar cómodo, para estar sano.., no para vivir. Él podría haberla necesitado para alcanzar una larga vida, si es que a eso se lo puede llamar vida. Sería tener una larga existencia, no vivir. Él vivía. Yo estaba muero. Él sabía qué era la vida…Era feliz. Era como «los cuervos del cielo y los lirios del campo…». Era una encarnación del Sermón de la Montaña. Todo eso estaba allí, en el Sermón de la Montaña…
Yo lo descubrí más tarde. Está todo allí. ¡Yo no lo había visto!…Y él vivía como un rey.

¿Qué significa vivir como un rey? ¿Sabes lo que los necios piensan que eso significa? (y el mundo está lleno de ellos, créeme). ¡Necios! ¿Sabes lo que ellos creen que eso significa? Significa trasladarse en coches de lujo, recibiendo las cortesías y el saludo de todos…, y toda esa clase de basura, toda esa clase de desperdicios, como ver aparecer sus nombres en los titulares. Creen que significa tener poder sobre la gente…Creen que eso significa vivir como un rey. Voy a decirte lo que yo creo que significa: ellos no viven como reyes; son esclavos.
¡Están aterrorizados! ¡Mira sus caras en la televisión, por Dios! Esos reyes y reinas, y esos presidentes… y todos los demás. ¡Míralos en la televisión y te darás cuenta enseguida! ¡Tienen miedo! ¿Sabes por qué tienen miedo? Porque quieren poder; porque quieren prestigio, quieren una reputación. No viven como reyes. Yo te diré qué significa “vivir como un rey” : no saber en absoluto de ansiedades, de conflictos internos, vivir sin tensiones, sin presiones, sin desconcierto, sin congoja. ¿Qué queda entonces? Felicidad pura, sin diluir.

“Vivir como un rey” significa
no saber en absoluto de
ansiedades, de conflictos internos,
vivir sin tensiones, sin presiones,
sin desconcierto, sin congoja.

La felicidad está en uno mismo

La gente a veces se pregunta: “¿Qué hago para ser feliz?” Tú no haces nada para ser feliz, necio. Eso muestra cuán mala ha sido tu educación teológica, que crees que debes hacer algo para ser feliz. No debes hacer nada para ser feliz. No puedes adquirir la felicidad, ¿sabes por qué? ¡Porque la tienes! ¡La tienes! ¡La tienes en este mismo momento! ¡La tienes! ¡Pero estás todo el tiempo obstruyéndola, en tu necedad! La obstruyes. Deja de obstruirla y la tendrás. Si yo pudiera mostrarte cómo librarte de tus conflictos, tus ansiedades, tus tensiones, tus presiones, tu vacío, tu soledad, tu desesperación, tu depresión, tu congoja…, te liberarías de todo eso. ¿Qué te quedaría? La felicidad pura, sin diluir. Eso es lo que tienes.

Los chinos lo dicen de una manera hermosa: “Cuando el ojo no está obstruido, el resultado es la visión; cuando el oído no está obstruido, el resultado es la audición; cuando la boca no está obstruida, el resultado es el gusto. “ Y yo agrego: “Cuando la mente no está obstruida, el resultado es la verdad; y cuando el corazón no está obstruido, el resultado es la dicha…y el amor.” Tú tienes todos estos sentidos y sentimientos, pero están obstruidos.  Elimina la obstrucción.

Ahora me ocuparé del segundo planteo: tú no quieres salir del enredo. Quieres comodidad, quieres tus pequeñas pertenencias, las pequeñas cosas que la sociedad te ha enseñado que son esenciales para la felicidad y que son las cosas que crean el enredo. Son falsedades. Eso es lo que tú deseas, de modo que por eso no quieres salir del enredo.

Pero hay algo más: el enredo existe también porque tienes ideas equivocadas, no porque algo esté mal en ti. ¿Tú estás bien!…y yo estoy bien, tú estás bien…, ¡estamos todos bien! No nos pasa nada malo, pero han puesto ideas equivocadas en nuestras cabezas. Alguien lo hizo. No debemos perder demasiado tempo tratando de apresar al culpable. De cualquier manera, el hecho es que tú tienes ideas equivocadas sobre la vida. Si alguien te diera un equipo estereofónico, te daría también el manual de instrucciones que lo acompaña. Pues bien, no nos entregaron un manual de instrucciones cuando nos dieron el don de la vida. O, mejor dicho: nos dieron luego un manual de instrucciones, pero ¡estaba completamente equivocado! Por eso, ustedes no escuchan la música de la vida; reciben sonidos “ásperos”.  Reciben desconcierto, conflictos, soledad, vacío. ¡Eso también está dicho el la Biblia! Pero muy pocas personas la leen realmente. Creen que lo hacen, pero no captan el quid, la esencia.  Yo no comprendí el quid. Quizás yo sea un reverendo pelmazo, pero he descubierto que muchos me acompañan. Ellos tampoco comprendieron el quid, ¡no lo entendieron!

La fórmula de la felicidad

¿Cuál es el quid? Bueno, hay muchas maneras de presentar la fórmula; yo te daré la más sencilla que pude encontrar. Voy a utilizar las palabras del viejo Buda. ¿Por qué lo elegí

El enredo existe también
porque tienes ideas equivocadas,
no porque algo esté mal en ti.

a él? Porque su fórmula es la más sencillas de todas y él la enuncia con límpida claridad. Aunque no estés de acuerdo con ella, no puedes dejar de comprenderla. Dice así: “El mundo está lleno de sufrimiento; la raíz del sufrimiento es el deseo; la supresión del sufrimiento es la eliminación del deseo. “¡Oh, imagino tu cara! Es hermoso lo que sucede:
estás pensado… ¿Eso es magnífico!, ¡Es magnífico!…Y estás pensando
equivocadamente…¡Eso es horrendo! Sin embargo, ¿No es maravilloso? Porque bien sé cómo yo reaccionaba ante esto. Me decían:

-“El mundo está lleno de sufrimiento…”
-¡Magnífico, correcto, de acuerdo!
-“…la raíz del sufrimiento es el deseo…”
-¡Bueeno…! ¿Correcto? ¿Qué conclusión sacarán otros?
-“…la supresión del sufrimiento es la eliminación del deseo.
-¿Entonces voy a ser un vegetal? Quiero decir: ¿cómo podremos vivir sin deseos?
Así pensaba yo. ¿Lo comprendes?
-Entiendo, entiendo…

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Yoga: Efecto a largo plazo de la práctica combinado con la TMB de los adultos sanos

yoga3

1Departamento de Ciencias de la vida, Swami Vivekananda Yoga Research Foundation, n º 19, Eknath Bhavan, círculo Gavipuram, Bangalore 560019, India.

2Instituto de Salud de la Población e Investigación Clínica, Nacional de San Juan de la Academia de Ciencias de la Salud, Bangalore 560034, India.

La versión electrónica de este artículo está completa y se puede encontrar en línea en: http://www.biomedcentral.com/1472-6882/6/28

Recibido: 18 de abril de 2006
Aceptado: 31 de agosto 2006
Publicado: 31 de agosto 2006

© 2006 Chaya et al; licenciatario BioMed Central Ltd

Este es un artículo de acceso abierto distribuido bajo los términos de la licencia Creative Commons Attribution License ( http://creativecommons.org/licenses/by/2.0 ), que permite el uso ilimitado, distribución y reproducción en cualquier medio, siempre que la obra original es debidamente citada.

Resumen (Abstract)

Fondo

Diferentes procedimientos practicados en el yoga tiene efectos estimulantes o inhibitorios sobre la tasa metabólica basal cuando se estudian de forma aguda. En la vida diaria sin embargo, estos procedimientos se practican generalmente en combinación. El objetivo del presente estudio fue investigar el efecto neto en la tasa metabólica basal (TMB) de los individuos que participan en forma activa una combinación de prácticas de yoga asanas (posturas de yoga, meditación o ejercicios de pranayama y ejercicios de respiración) durante un período mínimo de seis meses , en un centro educacional de yoga residencial y la investigación en Bangalore.

La Tasa Metabólica Basal o TMB es un índice bastante importante a la hora de llevar a cabo una dieta con éxito. El metabolismo basal es la cantidad de energía que necesita una célula para simplemente existir, es decir que la Tasa Metabólica Basal es la energía que necesita el cuerpo humano simplemente para subsistir. Por así decirlo si no hicieras ningún tipo de ejercicio en todo el día, tu cuerpo aún necesitaría cierta cantidad de energía para funcionar. Ese consumo mínimo es la TMB.  Byrd-Bredbenner, C., Beshgetoor, D., Moe, G., & Berning, J. (2010). Perspectivas en nutrición (octava ed.). México: McGrawHill.  Online: http://www.fao.org/docrep/006/W0073S/w0073s0c.htm

Métodos

La medida del BMR de las personas que practican yoga a través de una combinación de prácticas se comparó con la de los sujetos controlados que no practicaron yoga pero llevan estilos de vida similares.

Resultados

El BMR de los practicantes de yoga fue significativamente menor que la del grupo de no-yoga, y fue menor en alrededor de 13% cuando se ajustó por peso corporal (P <0,001). Esta diferencia se mantuvo cuando los grupos fueron estratificados por género, sin embargo, la diferencia en el BMR ajustado al peso corporal fue mayor en las mujeres que en los hombres (aproximadamente 8 y 18%, respectivamente). Además, la BMR media del grupo de yoga fue significativamente menor que sus valores predichos, mientras que la media del grupo BMR no yoga era comparable con sus valores predichos derivados de 1985 por las ecuaciones de predicción de la OMS / FAO / UNU.

Conclusión

Este estudio muestra que hay una significativa reducción de BMR, probablemente relacionada con la excitación reducida, con la práctica a largo plazo de yoga utilizando una combinación de estimuladores y prácticas inhibidoras yóguicas.

Resultados

El grupo de yoga estaba compuesto por 24 mujeres y 31 hombres, mientras que el grupo de no yoga consistió en 34 hombres y 15 mujeres, respectivamente (Tabla 1 ). No hubo diferencias significativas en la edad o parámetros antropométricos entre los grupos en cuanto a edad y peso corporal, incluso cuando se estratificó por sexo. El BMR medidos y predichos de los sujetos se muestra en la Tabla 2 . En general, hubo una disminución significativa (15%) en el BMR medido del grupo de yoga en comparación con el grupo de no yoga (p <0,000). Cuando se estratificó por sexo, el BMR medido del grupo de yoga fue menor que el BMR medida en las mujeres (16%, p <0,001) y hombres (12%, p <0,001) del grupo de no yoga. La diferencia significativa en BMR persistió incluso después de ajustar por peso corporal mediante un análisis de covarianza entre los hombres y las mujeres del grupo de yoga (Tabla 3), y la diferencia entre el yoga y grupos sin fines de yoga fue del orden de un 9 y un 18% en hombres y mujeres respectivamente. Cuando se analizaron las diferencias entre los géneros dentro de los grupos, las mujeres en el grupo de yoga tuvieron un BMR significativamente menor en comparación con los hombres, después de ajustar por el peso corporal, pero esta diferencia de género no se observó en el grupo de no yoga (Tabla 3). Sin embargo, no hubo diferencia significativa entre los hombres del grupo de no yoga y mujeres después de ajustar por peso corporal.

Los debates y la conclusión

El yoga es un estado (es decir, la unión) que se define como un alto nivel de conciencia alcanzado a través de un cuerpo completamente relajado y descansado una mente completamente despierta y relajada [ 5 ]. El efecto del yoga sobre la función del cuerpo puede estar relacionada con una menor excitación o una disminución en la actividad del sistema nervioso simpático. La meditación o relajación según escrituras yóguicas es un calmante de la mente, la desaceleración de la respiración y la relajación de los músculos , y esto es consistente con el efecto de pequeños cambios en el estado psicológico sobre la frecuencia cardiaca, la frecuencia respiratoria y el gasto energético[ 6 , 8 ]. Estudios anteriores han demostrado que la meditación trascendental, la meditación Zen, la meditación yóguica y ciertas técnicas de pranayama y relajación reducen el consumo de O2, eliminación del CO2, la tasa metabólica, la frecuencia cardiaca, el pulso, la frecuencia respiratoria medida justo antes, durante y después de la meditación o técnicas de relajación[ 15 -18 , 5 , 6 ]. Grabaciones de la EEG en sujetos que practican meditación trascendental también han demostrado una actividad de ondas alfa predominante (incluso con los ojos medio abiertos), que aumenta progresivamente en amplitud y en frecuencia disminuyó durante la primera etapa de la meditación trascendental, seguido por las ondas theta ocasionales en la segunda etapa de la meditación[ 19 ]. Mientras que el cese voluntario de los latidos del corazón por un yogui ha guardado[ 20 ] meditadores, yoga y el zen también podría reducir su consumo de oxígeno, la tasa metabólica y la frecuencia cardíaca durante períodos cortos de tiempo por[ 21 , 16 ]. Estos estudios agudos sugieren que el mecanismo por el cual esto puede ocurrir es una posible alteración de la función del sistema nervioso autónomo, y los estudios muestran una menor excitación sexual con el yoga[ 22 , 18 ] apoyan esta opinión.

La reducción de la BMR en los practicantes de yoga a largo plazo podría ser considerado como una forma de adaptación a través de la activación reducida en hombres sanos, bien nutridos y mujeres, que, aunque similar en la dirección, es probablemente diferente de la adaptación a la desnutrición crónica [ 23 , 24 ]. La importancia de este estudio es que se trató de evaluar la práctica del yoga en la vida real, que suele combinar varias técnicas y se practica durante un período de tiempo. También sugiere una jerarquía de efectos, de tal manera que el resultado predominante con la práctica de yoga mixto (utilizando técnicas que tienen un efecto estimulador o inhibidor) es uno de inhibición. La diferencia en el BMR (ajustado al peso corporal) fue mucho mayor para las mujeres, más que los hombres en este estudio. Es posible que la formación de yoga fuese más eficaz en las mujeres o que las mujeres responden de manera diferente a la práctica del yoga, ya que las mujeres pueden responder de manera diferente a los diferentes niveles de estrés[ 25 , 26 ]. Esto no es poco razonable, y sin duda necesita más investigación. Un inconveniente en el presente estudio fue que la fase del ciclo menstrual de las mujeres no fue constante durante el período de medición, ni tampoco se obtuvo una historia menstrual detallada. El presente estudio también no medió la composición corporal, y es posible que las diferencias en BMR puede desaparecer después de corregir las diferencias de composición corporal. Es difícil atribuir un mecanismo directo relacionado con el yoga a través de medios fisiológicos, ya que no se mide. Lo interesante del seguimiento a estos estudios es observar el tiempo que estos últimos cambios tras el cese de la práctica del yoga, y si la práctica continuada de este estilo de vida traería ciertos cambios que son más persistentes en la naturaleza a nivel celular. No hubo grandes diferencias en RQ entre los grupos, aunque hubo una pequeña pero significativa diferencia entre el yoga y grupos no yoga en la RQ, esto era diferente en la dirección entre hombres y mujeres, y, en general, el valor redondeado de la RQ en todos los grupos fue de 0,9. Esto es consistente con una población de alta ingesta de carbohidratos, como se ha demostrado anteriormente [ 27 ] y no explica la diferencia entre los grupos.

El BMR también puede adaptarse a la situación nutricional y la actividad física del individuo. Adaptaciones metabólicas en términos de una reducción de BMR se sabe que se producen en la fase aguda[ 24 ] y crónica[ 28 , 23 ] la desnutrición. Los sujetos del estudio fueron alimentados normalmente y no informaron ningún cambio de peso aguda durante los últimos seis meses, y las mujeres eran no-embarazadas y no lactantes. La actividad física también se sabe que influyen en la BMR, por ejemplo, los atletas de resistencia entrenados han demostrado tener un BMR más alto[ 29 ] y el ejercicio de alta intensidad en el día anterior se ha demostrado que aumenta la BMR[ 30 ], aunque los ejercicios de intensidad baja y moderada no parece tener un efecto similar [ 31]. A pesar de este último hallazgo, parece probable que el yoga, que es una forma de actividad leve a moderados [ 10 , 11 ], que, en todo caso, aumenta el metabolismo basal. Sin embargo, este estudio muestra que el yoga, cuando se practica en un modo combinado, con asana, pranayama y la meditación durante un período de tiempo, en realidad reduce el BMR. Otros parámetros respiratorios tales como el volumen de ventilación por minuto y la tasa de flujo de respiración también fueron inferiores en el grupo de yoga sugiriendo un patrón controlado de respiración. Ambos grupos de sujetos tuvieron similares tasas de corazón en reposo lo que sugiere que no hubo ningún cambio en el estado físico real entre los grupos.

Una implicación interesante que subyace en la reducción de BMR a largo plazo de la práctica de yoga combinado es si se crea una propensión a la ganancia de peso y la deposición de grasa. Este último es un problema en la India, en la que mayor adiposidad se observa a un índice de masa corporal más bajo y, en general, la prevalencia urbana de las enfermedades crónicas no transmisibles, la enfermedad es alta[ 32 , 33 ] En contraste, se cree que el yoga está asociado con efectos positivos sobre la salud, y esto puede estar relacionado con otros cambios concomitantes beneficiosos en el apetito, la ingesta de alimentos y la composición corporal. El efecto de una BMR baja en el riesgo de enfermedad crónica debe ser evaluado a través de estudios de seguimiento, con las mediciones de los efectos de largo plazo yoga combinan en el apetito, la estabilidad de peso, sensación de bienestar y la composición corporal. En conclusión, el presente estudio demuestra que la práctica a largo plazo de la yoga y la meditación conduce a una disminución en el metabolismo basal, y esta disminución se observó en los hombres y las mujeres.

Conflicto de intereses

El autor (s) declaran que no tienen intereses en conflicto.

Autores de las contribuciones

Todos los autores contribuyeron igualmente a este artículo.

Todos los autores leyeron y aprobado el manuscrito final.

Agradecimientos

Los autores no tienen reconocimientos a hacer.

Referencias

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Pre-publicación de la historia

La historia previa a la publicación de este documento puede accederse en:

http://www.biomedcentral.com/1472-6882/6/28/prepub

Artículo original en inglés: http://www.biomedcentral.com/1472-6882/6/28

Otras referencias:

En el Internet:. Fishman y otros » Información y prevención de lesiones de yoga»

Según documenta William J. Broad el yoga tiene una serie de beneficios relacionados con la excitación y la potencia sexual.

La ciencia ha comenzado a aclarar los mecanismos internos. En Rusia y la India , los científicos han medido aumentos pronunciados de la testosterona – hormona principal de la excitación sexual, tanto en hombres como en mujeres.

Más recientemente, los científicos de la Universidad de British Columbia han documentado cómo la respiración rápida – hecho en muchas clases de yoga – puede aumentar el flujo de sangre a través de los genitales.  El efecto se encontró que era lo suficientemente fuerte como para promover la excitación sexual, no sólo en individuos sanos, pero entre aquellos con la disminución de la libido.

En la India, los últimos estudios clínicos han demostrado que los hombres y las mujeres que toman clases de yoga reportan mejoras de ancho en su vida sexual , incluyendo mejorar los sentimientos de placer y satisfacción , así como la cercanía emocional con los socios.

En Rutgers University, los científicos están investigando cómo el yoga y las prácticas conexas puede fomentar dicha autoerótica. Resulta que algunas personas pueden pensar en estados de éxtasis sexual – un fenómeno conocido clínicamente como orgasmo espontáneo y popularmente como «pensar fuera».

Los científicos de Rutgers utilizar escáneres cerebrales para medir los niveles de excitación en las mujeres y comparar sus respuestas con las lecturas de la estimulación manual de los genitales. Los resultados demuestran que ambas prácticas iluminan el cerebro de maneras características y producen aumentos significativos en la presión arterialla frecuencia cardíaca y la tolerancia para el dolor – lo que resulta ser una forma de orgasmo.

Dado Que Los Baby boomers descubrieron yoga, la excitación, sudoración, respiración agitada y los ESTADOS de desnudez Que caracterizan las Clases de yoga Han Dado un Lugar Resultados predecibles. En 1995, las Relaciones Sexuales Entre Estudiantes y maestros se hizo tan Frecuente Que la Asociación de Maestros de Yoga de California deploró Como inmoral e instó un alto a las Naciones Unidas.

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Con la información anteriormente expuesta quiero validar algunas hipótesis de mi anterior exposición (aunque no mía la fuente) acerca del artículo: 15 razones del porque el yoga es sumamente peligroso.

A pesar de sus pregonados beneficios para la salud, hay numerosas advertencias en la literatura de yoga acreditada y la ciencia que previene que el yoga puede ser perjudicial físicamente, mentalmente y espiritualmente, si no se lo practica correctamente.  Usted está en todo su derecho de practicarlo, ni yo ni nadie puede obligarlo a no hacerlo, pero mi propuesta es simple: si usted va a hacer algo, hágalo con conocimiento de causa.

La Ley de la Atracción y la Biblia

He leído en varios sitios donde hacen uso de textos bíblicos para darle soporte a la famosa ley de la atracción.  ¿Debe de tener su importancia la biblia para aquellos grupos que la usan para sostener otro tipo de prácticas?  y como no, si es la palabra de Dios con la cual usó a personas para que las generaciones futuras pudieran tener acceso a ese conocimiento, un conocimiento de historia, amor y verdad que vino a confirmar Jesús de Nazareth (El Mesías) hace más de 2.000 años.

Para poder entender en contexto y en detalle si existe o no alguna relación entre las palabras de la biblia y la ley de la atracción, primero debemos tener bien claro ambos conceptos validados directamente desde la fuente de quienes son sus precursores, claro está, en el caso de la biblia podemos rastrear su origen hasta donde la historia misma y la arqueología nos lo permita.

¿Qué es la ley de la atracción y cuál o cuáles son sus orígenes?

La ley de la atracción es la idea o supuesto de que los pensamientos (conscientes o inconscientes) influyen sobre las vidas de las personas, argumentando que son unidades energéticas que devolverán a la persona una onda similar.

La frase «ley de la atracción» ha sido utilizada por algunos escritores esotéricos, aunque el sentido con el que se usa actualmente es diferente del original. La mayoría de los autores asocian a la ley de la atracción con la frase «te conviertes en lo que piensas» (Yad Bhavam Tad Bhavati), usualmente aplicado al estado mental del ser humano: Esto significa que los pensamientos que una persona posee (sean estos conscientes o inconscientes), las emociones, las creencias y las acciones atraen consecuencias que corresponden a experiencias positivas o negativas. A este proceso se lo describe como «vibraciones armoniosas de la ley de la atracción» , o «tú obtienes las cosas que piensas; tus pensamientos determinan tu experiencia».

Uno de los principios del Karma dice, «Yad Bhavam Tad Bhavati» (te conviertes en lo que piensas). El mundo es una manifestación de nuestro estado interior. Las situaciones que encontramos, las personas a quienes conocemos, los problemas que enfrentamos, y las variedades de experiencias de vida que tenemos, son una proyección de lo que yace en nuestro interior. En otras palabras creamos nuestra Realidad. Somos los arquitectos de nuestro Destino. Las percepciones son filtros; filtrando las experiencias obtenemos la realidad. Y la Realidad percibida, eventualmente se convierte en una realidad manifestada. Tú te conviertes en lo que piensas. Encontramos lo que percibimos. El pensamiento en inmensamente fuerte. Tiene el poder de crear. Cada vez que percibimos, albergamos un pensamiento que contiene una carga o emoción; el proceso de la creación ha sido puesto en movimiento. Una flecha ha sido soltada en los niveles etéreos, la esfera del pensamiento. Una vez liberada la «Ley de la atracción de especies homogéneas» prevalece. Este pensamiento atrae todos los pensamientos similares. Todas las flechas similares se agrupan y cuando el umbral es alcanzado, la «Ley de la acción recíproca» entra en movimiento. El pensamiento que desencadenaste se ha materializado ahora en un hecho. Tú cosechas lo que siembras, pero muchas veces más. Si la flecha que liberaste fuera juzgamiento, te encontrarás con personas que juzgan. Si fuera una traición, serás traicionado; si fuera odio, serás odiado, si tienes miedo, esa situación se manifestará, y así siguiendo. (Texto tomado de sankalpa)

Historia

Algunos autores identifican antecedentes históricos de la «ley de atracción» en el hinduismo y a través del hinduismo en la teosofía, pero también se han encontrado referencias en el judaísmo y en el zohar (la cábala). La existencia de estos antecedentes, no implica que todos ellos estén históricamente conectados, ya que la ley de atracción podría surgir como resultado de prejuicios cognitivos comunes a todos los seres humanos.

Las elaboraciones modernas de «la ley de la atracción» deben su existencia, en parte, a James Allen (1864 – 1912) que en 1902 publicó As a man thinketh (‘piensa como hombre’). Posteriormente Wallace Delois Wattles (1860 – 1911) publicó La ciencia de hacerse rico (1910) y por Charles F. Haanel publicó The Master Key System (‘el sistema de la llave maestra’) (1912). Durante el siglo XXI varios autores han hecho referencia a estas obras y las ideas contenidas en ellas, pero fue especialmente con el filme El secreto (2006) cuando la idea alcanzó especial notoriedad pública.

Los seguidores que aceptan la ley de atracción como una guía, lo hacen desde la fe en que las «leyes» del Universo (aquí el término Universo se utiliza para abarcar a todas las creencias y religiones sin causar algún tipo de malestar en la persona que aprende estas leyes) son benignas. De una forma un tanto confusa algunos seguidores de esta creencia afirman que la ley de atracción es una «ley del Universo», dado que aplica a todos los seres sin excepción, el 100% del tiempo y no es algo que una persona pueda elegir si aplica o no. Comúnmente se utiliza el ejemplo de su similitud con la gravedad en este aspecto, dado a que uno no puede decidir «no aplicar» o «no creer» en la gravedad en su vida. Cabe notar que el término «ley» no es el mismo utilizado por la comunidad científica (véase Ley científica).

No podemos dejar de mencionar además, que ciertos grupos de corte «new age» refuerzan este tipo de teorías, pero no por voluntad propia, sino que a través del proceso conocido como «canalización«.  Canalizar es el proceso de recibir información o inspiración, desde planos más allá de nuestra realidad física. Existen muchas formas de canalización, tales como la canalización vocal en trance y los oráculos (utilizando herramientas como el tarot y las runas.) Aún las formas más simples de creatividad, pueden considerarse como canalizaciones: composiciones musicales, danza y movimiento, y manifestaciones artísticas. La fuente específica de inspiración canalizada, no es tan significativa como el regalo que es traído a esta realidad.

Resumen de los principios de la ley de atracción

  • Saber qué es lo que uno quiere y pedirlo al universo (siendo «el universo» cualquier cosa que el individuo acepte como Dios).
  • Enfocar los pensamientos de uno mismo sobre el objeto deseado con sentimientos como entusiasmo o gratitud.
  • Sentir o comportarse como si el objeto deseado ya hubiera sido obtenido.
  • Estar abierto a recibirlo.

El pensar en lo que uno no tiene, según dicen, se manifiesta en perpetualidad de no tener, mientras que si uno se adhiere a estos principios, y uno evita pensamientos «negativos» el Universo hará manifiestos los deseos de la persona.

El teósofo tibetano Djwhal Khul la define como la ley básica de la manifestación y la ley suprema de este sistema solar. Considera que es la ley que equilibra los dos polos, siendo la Ley de la economía la que rige el polo negativo y la Ley de síntesis la del polo positivo. Desde el punto de vista del ser humano, trae la comprensión que da la autoconciencia.

Otro autores simplemente asocian estos principios a la física cuántica.  Incorporan ideas místicas similares a aquellas encontradas en ciertas tradiciones religiosas o creencias de la New Age. Se deriva de una malinterpretación del problema de la medición – el rol aparentemente especial que cumplen los observadores en la mecánica cuántica. El término relacionado «charlatán cuántico» ha sido usado peyorativamente por escépticos para descartar la creencia de que la teoría cuántica aprueba creencias místicas, mientras que «misticismo cuántico» ha sido usado como una descripción más neutral de las ideas que combinan los conceptos del misticismo oriental y la física cuántica.

¿Y que dice la biblia de la ley de atracción?

Muchos de los seguidores que se guían por los principios de la ley de atracción, sugieren que ciertos versículos de la biblia le dan soporte a esta ley, dentro de los que podemos mencionar:

Todo lo que necesitamos es pedir

Mat 7:7 Pedid y se os dará, buscad y hallaréis, llamad a la puerta y se os abrirá.
Mat 7:8 Porque todo el que pide recibe, y el que busca halla, y al que llama a la puerta, se le abre.

El poder de nuestros pensamientos y nuestras palabras

Mat 12:37 porque por tus palabras serás justificado y por tus palabras serás condenado.

De igual forma, se nos recuerda qué sucede con quien pudiendo enfocarse en abundancia, decide albergar en su mente pensamientos de miedo, duda y escasez:

Mat 25:29  Porque a todo el que tiene le será dado y tendrá en abundancia, pero al que no tiene, aun lo que tiene le será quitado.

La Biblia también enseña qué es lo que da poder a la Ley de la Atracción:

Mat 21:21 Y respondiendo Jesús, les dijo: De cierto os digo, si tenéis fe y no dudáis, no sólo haréis lo de la higuera, sino que aun si a este monte dijerais: Sé quitado y echado al mar, será hecho;
Mat 21:22 y todo cuanto pidáis en oración, creyendo, lo recibiréis.

El concepto que somos lo que pensamos en nuestro interior se estableció desde tiempos muy antiguos en la época de Salomón, Rey de Israel:

Pro 23:7 Porque según piensa en su alma, así es; Come y bebe, te dirá, Pero su corazón no está contigo;

Comentarios de laverdadysololaverdad:

Muchos de los versículos que sugieren que existe relación entre la biblia y la ley de atracción fueron tomados de: http://www.yocreomifuturo.com/?p=253.  Lamentablemente, muchos están sacados fuera de contexto y esto es una lástima y van a perdición, no porque yo lo diga, sino que la misma biblia lo dice:

Mateo 5:17-19: «No penseis que he venido para abrogar la ley o los profetas; no he venido para abrogar sino para cumplir. Porque de cierto os digo que hasta que pasen el cielo y la tierra, ni una jota ni una tilde pasara de la ley, hasta que todo se haya cumplido. De manera que cualquiera que quebrante uno de estos mandamientos muy pequeños, y así enseñe a los hombres, muy pequeño será llamado en el reino de los cielos; mas cualquiera que los haga y los enseñe, este será llamado grande en el reino de los cielos.»

¿Usted quiere ser llamado grande o pequeño en el reino de Dios?, es una decisión personal y muy importante, piénsela bien.

Cuando nos acercamos a las Escrituras siempre debemos hacerlo teniendo en cuenta algunos detalles que son muy importantes, en primer lugar debemos presentarnos como que nada sabemos, con un corazón circunciso, dispuesto a ser instruido, sin prejuicios y desde luego debemos «trasladarnos» hacia aquel entonces, teniendo en cuenta el contexto histórico, cultural y aun religioso del pasaje que intentamos comprender; pero todo esto en vano sería si el Espíritu Santo no nos auxilia con sabiduría, conocimiento y revelación por su gracia.

El primer pasaje que usan estos grupos es:

Todo lo que necesitamos es pedir

Mat 7:7 Pedid y se os dará, buscad y hallaréis, llamad a la puerta y se os abrirá.
Mat 7:8 Porque todo el que pide recibe, y el que busca halla, y al que llama a la puerta, se le abre.

Creo que es importante que nos hagamos ciertas preguntas para que podamos adecuarnos al contexto de las palabras del Maestro:

¿A quién debemos pedir, al Universo?

El Maestro responde:

Mat 7:11 Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¡cuánto más vuestro Padre celestial dará cosas buenas a los que le piden!

Mat 7:13 Entrad por la puerta estrecha, porque ancha es la puerta y espacioso el camino que conduce a la perdición, y muchos son los que entran por ella.

Pidan (A Dios Padre en nombre de Cristo), y se les dará; busquen, y encontrarán; llamen, y se les abrirá. Porque todo el que pide, recibe; el que busca, encuentra; y al que llama, se le abre. – Mateo 7:7-8

¿Qué es que lo debemos pedir?

Stg 4:3 pedís y no recibís, porque pedís mal, para gastar en vuestros deleites.

Aquí en Santiago explican claramente que a nuestro Padre Celestial no le agrada que pidamos vanidad, cosas para el deleite de nuestras pasiones en este mundo. Sin embargo La Ley de ATRACCIÓN nos concede Todo, sin importar lo que sea o el tamaño de nuestra petición. Ahora ¿Cree Usted que lo que viene por Ley de atracción viene del Padre?

El poder de nuestros pensamientos y nuestras palabras

Mat 12:37 porque por tus palabras serás justificado y por tus palabras serás condenado.

¿A qué palabras se refería el Maestro?, en el verso anterior el Maestro aclara:

Mat 12:36  Y Yo os digo que de toda palabra ociosa que hablen los hombres, de ella darán cuenta en el día del juicio,

La Biblia también enseña qué es lo que da poder a la Ley de la Atracción:

Mat 21:21 Y respondiendo Jesús, les dijo: De cierto os digo, si tenéis fe y no dudáis, no sólo haréis lo de la higuera, sino que aun si a este monte dijerais: Sé quitado y echado al mar, será hecho;
Mat 21:22 y todo cuanto pidáis en oración, creyendo, lo recibiréis.

Mat 21:22  Esto es, conforme a Su voluntad 1 Jn_5:14-15:

1Jn 5:14 Y ésta es la confianza que tenemos ante Él: que cuando pidamos algo conforme a su voluntad, Él nos escucha.
1Jn 5:15 Y si sabemos que nos escucha en cualquier cosa que pidamos, sabemos que tenemos las peticiones que le hemos hecho.

¿Usted quiere pedir prosperidad y una vida mejor en este mundo? lea:

Sal 73:3  Porque tuve envidia de los soberbios, Viendo la prosperidad de los malvados.

Pro 21:21  El que va tras la justicia y la misericordia, Halla vida, prosperidad y honra.

Conclusiones:

La mentira siempre cabalga sobre los lomos de la verdad. Y ciertamente en el documental The Secret (El Secreto), basado en el libro que lleva el mismo título, escrito por Rhonda Byrne y publicado originalmente en inglés con el título The Secret en 2007, las falsas y perniciosas doctrinas se mezclan con algunos principios universales y claros, expuestos en La Biblia.

Cada vez que oigo hablar o leo sobre una “nueva verdad”, una “clave” o un “secreto” en el que se cifran la felicidad, el bienestar y la prosperidad tanto física como espiritual del ser humano, se me activa el radar de la desconfianza y se agudiza mi sentido crítico (como debe suceder con cualquier persona que posea aun el más elemental grado de discernimiento, que no es otra cosa que la capacidad para distinguir, partiendo de una cosmovisión judeocristiana de la vida, no sólo entre lo bueno y lo malo, sino entre lo bueno y lo mejor). Estas “nuevas verdades”, “claves” o “secretos” descubiertos y revelados para “beneficio” del ser humano casi siempre son estratagemas con fines de lucro que aparentan ser lógicas, sensatas y por supuesto realizables, mediante las cuales se promete el abastecimiento de necesidades fundamentales y aspiraciones del ser humano con fórmulas simplistas y a menudo peligrosas, para lograr el éxito en todo ámbito de la vida y alcanzar la elusiva felicidad. Sin embargo, cuando se estudian detenidamente estas “nuevas verdades”, “claves” o “secretos”, a la luz de la palabra de Dios, el sentido común y  las experiencias cotidianas, invariablemente aparece el error.

En conclusión, no debemos aceptar jamás como verdad incuestionable lo que un ser humano asevera o enseña, por sincero y persuasivo que el mismo sea, sin antes someter tales aseveraciones o enseñanzas al fuego escrutador de la palabra de Dios. Porque a menudo, entre los apetitosos bocados que nos llevamos a la boca, con el deseo de satisfacer necesidades reales y sentidas, vienen escondidas las dañinas espinas doctrinales que pueden perjudicarnos irreparablemente.

Los cristianos deben, por su parte, imitar el ejemplo de los creyentes de la ciudad de Berea durante el primer siglo de la iglesia cristiana, quienes “eran más nobles que los de Tesalónica, pues recibieron la palabra con toda solicitud, escudriñando cada día las Escrituras para ver si estas cosas eran así” (Hech. 17:11).

Referencias:

http://www.lyssaroyal.com/art-channelingSPN.htm .

http://es.wikipedia.org/wiki/Ley_de_la_atracci%C3%B3n

http://es.wikipedia.org/wiki/Misticismo_cu%C3%A1ntico

http://gfcastellanos.wordpress.com/2008/11/09/el-secreto-%C2%BFmito-o-verdad/