Los fantasmas de la ciencia

Imagen superior: Studio Roosegaarde, "Lotus 7.0-side-Daan Roosegaarde-WEB", CC

Imagen superior: Studio Roosegaarde, «Lotus 7.0-side-Daan Roosegaarde-WEB», CC

A comienzos de 2013, apareció el libro de Rupert Sheldrake El espejismo de la ciencia (The Science Delusion). La obra recibió un interesante impulso mediático en el mundo anglosajón cuando la plataforma TED retiró de su catálogo de conferencias en red una de Sheldrake en que hablaba de su obra.

Sheldrake dio su charla en enero, siendo parte del congreso organizado por TED en Londres bajo el título de «Panoramas para transiciones: desafiando los paradigmas existentes» (Visions for Transitions: Challenging Existing Paradigms).

El caso es que Sheldrake debió desafiar en exceso “los paradigmas existentes”, pues, tras 35.000 visitas a la web de TED, la mesa de sabios que supervisa todas las charlas decidió borrar el video en marzo.

No lo hizo por iniciativa propia. La plataforma había sido previamente acusada por ciertos periodistas con tirón mediático de servir de vehículo para la expresión de la pseudociencia.

En realidad, Sheldrake se limitó a criticar el actual paradigma con un discurso que podrían firmar muchos filósofos preocupados por la ciencia. Decir que se suprimió el vídeo por fomentar la pseudociencia es sencillamente absurdo, y parte de un infantil argumento ad hominem: Sheldrake está relacionado con la parapsicología y es muy querido en el mundillo New Age.}

Rupert Sheldrake, durante una conferencia en Tucson, Arizona (Zereshk, CC)

Rupert Sheldrake, durante una conferencia en Tucson, Arizona (Zereshk, CC)

Pero tales asuntos nada tienen que ver con en el video en cuestión. Y esto no deja de ser, por otra parte, un síntoma de la pobreza intelectual de quienes deberían ser ejemplo de honestidad y rigor en la adquisición y difusión del conocimiento. Y así nos va.

En El espejismo de la cienciaSheldrake cuestiona la objetividad científica porque el postulado fundamental del que nadie puede salirse es que la realidad es material, o física. A partir de ahí, critica otros dogmas que nada tienen que ver con el conocimiento científico pero que se tienden a confundir y asociar, como que la conciencia es un producto derivado de la materia, que lo espiritual es un sueño de la mente humana y ésta, una ilusión.

Tales dogmas son muy poderosos, dice Sheldrake, no porque se haya reflexionado seria y profundamente sobre ellos, sino porque, precisamente, no se ha hecho. El sistema de creencias que somete al pensamiento científico convencional es un acto de fe anclado en una ideología del siglo XIX.

En palabras de Sheldrake, los diez dogmas sobre los que se asienta el credo científico materialista son:

1. Todo es mecánico y tratado como tal, entendiéndose un organismo vivo desde la complejidad de su maquinaria.

2. La materia es inconsciente. No existe una esencia vital en ella. Incluso la conciencia humana es el resultado de una creación material.

3. La cantidad de materia y energía en el universo es inalterable, con excepción del Big Bang, cuando tal materia-energía apareció de la nada.

4. Las leyes de la naturaleza son fijas. No evolucionan.

5. La naturaleza carece de sentido y la evolución, de dirección.

6. Toda herencia biológica es material, almacenada en el ADN.

7. La mente es el resultado de la actividad cerebral.

8. Los recuerdos son almacenados como huellas materiales en el cerebro y desaparecen en el proceso de muerte.

9. Los fenómenos inexplicables desde una perspectiva materialista son ilusorios.

10. La medicina mecanicista es la única que realmente funciona.

La gran mayoría ignora que el materialismo es una asunción, una ideología, un punto de vista. No una verdad científica. El mero hecho de que existan fenómenos inexplicables desde tal paradigma y la –irónica cuando menos— confianza, o fe, en que ya aparecerá alguna futura explicación lo corrobora como creencia.

ImAges ImprObables: "Activiste quantique... [Bis Repetita placent...][EXPLORE...]", CC

ImAges ImprObables: «Activiste quantique… [Bis Repetita placent…][EXPLORE…]», CC

Karl Popper llamó a esta forma de fe “materialismo promisorio”, debido a que se sustenta no en una defensa de hechos comprobados, como paradójicamente defiende el método científico, sino en la fe de que algún día podrán ser incluidos dentro del marco de referencia materialista. Esto es, todo evento que se ajuste a un pensamiento materialista está libre de ser contemplado desde el rigor por el que, sin embargo, se niegan otros paradigmas.

Sin embargo, tales dogmas no pueden ser discutidos en absoluto. La eliminación del vídeo de Sheldrake y los ataques posteriores así lo avalan. Durante doscientos años, este paradigma se ha empeñado en que la realidad podría ser explicada en términos de física y química exclusivamente. La conciencia es un epifenómeno, una forma de hablar sobre la actividad cerebral.

A día de hoy, no hay absolutamente nada que pueda hacer de una afirmación semejante la base necesaria y el punto de partida para cualquier investigación que se precie seria y aspire, por tanto, a las siempre necesarias subvenciones. Y, sin embargo, lo es.

Pero lo más curioso de todo es que la física contemporánea está, precisamente, destrozando el paradigma materialista desde hace ya casi un siglo. Demuestra así que la ciencia es algo que va más allá del “Materialismo” y que el materialismo es una ideología que nada tiene que ver con la “Ciencia”.

Le pere ubu: "Digital Mind Travel", CC

Le pere ubu: «Digital Mind Travel», CC

Sorprendentemente, algo que comprendieron perfectamente los padres de la física cuántica fue rápidamente obviado por la generalidad de sus sucesores. En realidad, ni siquiera ellos gozaron del favor de sus contemporáneos. La tecnología se ha convertido en la única excusa para sobrestimar el pensamiento materialista. Y, a pesar de que sólo proporciona progreso en términos de aplicaciones prácticas, la tecnología ha llegado a ser, para muchos, la medida de un alto desarrollo intelectual y de una elevada civilización.

El materialismo implica el determinismo, la causalidad, pero su consideración como principio universal fue superada definitivamente en 1927, año en que se formuló el principio de incertidumbre de Heisenberg, a partir del cual comenzó a comprenderse que es imposible conocer todos los datos necesarios para determinar cómo se va a comportar un sistema dado. Ese desconocimiento no se debe a la ignorancia del observador, sino que es inherente a la realidad misma de las cosas. La ciencia no puede construirse sus propios muros si realmente quiere hacer algo serio, más allá de las convenciones de una época.

Una de las grandes confusiones que impiden avanzar en este sentido es la de reducir la espiritualidad al ámbito de las religiones y considerar que el secularismo es identificable con el materialismo. El materialismo es secular, pero el secularismo no es materialista. Debería someterse esta frase a profunda reflexión antes de enfrascarse uno en cruzadas y tribunales inquisitoriales tan propios de cientifismos de barrio y universidades provincianas.

Pero estas ideas, si ni siquiera son pensadas por quienes se erigen en adalides del conocimiento, difícilmente llegarán al gran público. En su ausencia de información, el mundo sigue siendo visto con ojos decimonónicos y todo un siglo de revoluciones científicas y filosóficas pasa ajeno a las mentes apagadas para poder encender así las pantallas mediáticas del entretenimiento basura, donde hasta la divulgación científica no se valora ya por su profundidad y claridad, sino por sus titulares provocativos y el entrenamiento en un más o menos burdo gracejo a que obligan estos tiempos de monólogo y chascarrillo. Ni Carl Sagan tuvo que contar chistes para atraer audiencia, ni la mediocridad intelectual se supera con sucedáneos de risa y salero.

Robert Couse-Baker: "Conservation of momentum", CC

Robert Couse-Baker: «Conservation of momentum», CC

La evolución del conocimiento humano pasa precisamente por eso, por volver a hacerlo humano. El premio Nobel Ilya Prigogine defendía una integración de esta ciencia materialista dentro de un marco más amplio donde las ciencias del hombre marcaran el rumbo y trataran de rescatar el sentido del universo y los propósitos de la evolución.

Dice Prigogine que Einstein simboliza el conflicto entre ambas formas de entender la ciencia, y encarna la transición de una a otra. La ciencia clásica se caracteriza por apuntar a la estabilidad, el equilibrio, la permanencia. Pero la revolución de la ciencia del siglo XX cambia la dirección hacia todo lo contrario a la permanencia: fluctuación, evolución e inestabilidad. Es el paso de una ciencia como geometría a una ciencia como narración.

El problema central de Occidente, comparte Prigogine, es el dualismo. Necesita superarlo, y esto no consiste en afirmar un polo para negar el opuesto, sino encontrar una imagen no contradictoria que contenga ambos. En este sentido, son pioneros los encuentros de “Mente y Vida” organizados por el Dalai Lama y científicos de renombre internacional que se vienen celebrando desde 1987 y que han dado como resultado la consolidación, según han pasado los años, de cuatro categorías protagonistas: neurociencia, física cuántica, cosmología y estudios sobre la conciencia.

No se trata de promover ideologías concretas, de mirar los árboles y no ver el bosque. Se trata de apreciar cómo se han logrado edificar unas estructuras de comunicación entre dos maneras tan diferentes de acercarse a la vida, tanto exterior como interior, y los puentes tendidos entre ambas con un único objetivo, según sus organizadores: mostrarle al mundo un camino hacia la paz del individuo consigo mismo, primero, y del mundo, después.

El tiempo humano es una expresión particular del tiempo de la naturaleza y, por tanto, dice Prigogine, las propiedades creativas del ser humano son principios universales expresados en todos los aspectos del universo. La creatividad está en todos los niveles de la naturaleza, no sólo en la mente humana, esa que todavía muchos afirman ilusoria.

Volviendo a Sheldrake, reflexiona éste en el prólogo de su libro sobre cuántos científicos hay en el mundo que saben que las doctrinas del materialismo son las reglas del juego durante las horas de trabajo, y que no las pueden desafiar abiertamente a riesgo de ser excluidos del sistema. Sólo unos pocos las cuestionan abiertamente, mientras que otros “salen del armario” tras retirarse o tras ganar un premio Nobel. La mayoría de la gente educada mantendrá el credo materialista en público, independientemente de lo que piense en privado.

La ciencia es un proceso creativo, no un sistema de creencias. La innovación sólo es posible cuando el científico se siente libre para preguntar abiertamente y establecer nuevas hipótesis sin barreras que las limiten. Pero, como explicara Thomas Khun, los paradigmas establecidos en cada momento histórico han determinado siempre qué modelo de realidad es la base de la cual partir, qué preguntas son dignas de hacerse y qué respuestas, por tanto, ya están afirmadas para las preguntas que no han de volverse a hacer.

Los fenómenos anómalos que se escapan al paradigma establecido, por otra parte, son archivados con la fe de que serán confirmados en un futuro gracias a los mismos dogmas establecidos. Pero llega un momento en que hay tantos fenómenos anómalos que no han sido explicados que la presión comienza a quebrar los muros del paradigma. Es entonces cuando, a través de las grietas, comienza a atisbarse un nuevo paisaje hasta entonces ignorado que permite ubicar las anomalías hasta entonces acumuladas.

La sociología de la ciencia ha estudiado cómo se práctica en realidad el oficio, la manera en que se desarrollan modelos con las miras puestas en la red de contactos, las opciones de apoyo institucional, las probabilidades de acceder a una subvención, etc. Todo ello con la humana aspiración de forjarse un nombre y alcanzar un reconocimiento a los esfuerzos realizados.

La propagación del materialismo bajo la protección de un sistema que lo necesita como justificación de su razón de ser ha hecho que millones de personas apoyen el “saber científico” sin siquiera saber algo de ciencia, sin siquiera entender lo que ésta realmente significa. Son los nuevos feligreses de la Iglesia dominante, dice Sheldrake, con sus sacerdotes científicos más o menos dogmáticos e intransigentes. Y con su pequeña pero ruidosa y peligrosa Santa Inquisición, podemos añadir. ¿Qué otra cosa si no es una disciplina a la que no se puede cuestionar a riesgo del ostracismo profesional, ya sea en el ámbito académico o en el periodístico?

La idealización de la ciencia por parte de la mayoría y la falta de cuestionamiento al respecto, concluye Sheldrake, no puede sino proceder de una visión naif sacada de todo contexto, donde los científicos son entregados buscadores de la verdad, no gente ordinaria como cualquiera cuyos objetivos en la vida son, sobre todas las cosas, sobrevivir lo mejor posible, llegar a fin de mes y no meterse en líos.

Sirvan para ellos las palabras de Ernesto Sábato en La resistencia:

¿Se le puede pedir a la gente del vértigo que se rebele? ¿Puede pedirse a los hombres y a las mujeres de mi país que se nieguen a pertenecer a este capitalismo salvaje si ellos mantienen a sus hijos, a sus padres? Si ellos cargan con esa responsabilidad, ¿cómo habrían de abandonar esa vida?

Sean disculpados también los inquisidores y su séquito de “creyentes delirantes”, pues luchan contra las olas en la superficie del conocimiento, ignorantes de la reflexión profunda.

Disculpados, eso sí, a distancia prudente. Pues embisten.

Copyright © Rafael García del Valle. Reservados todos los derechos.  http://thecult.es/tercera-cultura/los-fantasmas-de-la-ciencia.html

¿Dios existe? La ciencia lo defiende cada vez más

cosmoslounge.com

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Muchas personas creían que a medida que la ciencia avanzara, habría menos necesidad de recurrir al argumento de que existe Dios para explicar el universo. Sin embargo, «los rumores de la muerte de Dios eran prematuros «, apunta el escritor estadounidense Eric Metaxas.

En 1966, el astrónomo Carl Sagan afirmó que había dos criterios importantes para que un planeta pudiera sustentar vida: la estrella adecuada y un planeta situado a la distancia correcta de la estrella. No obstante, a medida que nuestro conocimiento sobre el universo aumentó, se hizo evidente que eran necesarios muchos más factores para que la vida fuera posible.

«Las probabilidades indican que ni siquiera nosotros deberíamos estar aquí», recalca Metaxas en un artículo publicado en ‘The Wall Street Journal‘. De hecho, actualmente hay más de 200 parámetros conocidos que son necesarios para que un planeta pueda sustentar vida. Debe estar presente cada uno de ellos, de lo contrario todo se cae a pedazos.

Sin un planeta masivo como Júpiter cercano, cuya gravedad va a arrastrar a los asteroides, mil veces más asteroides habrían golpeado la superficie de la Tierra. Las probabilidades en contra de la vida en el universo son simplemente asombrosas. Sin embargo, aquí estamos, no sólo existimos , sino hablando de nuestra existencia. ¿Qué puede explicar esto? ¿Puede cada uno de esos muchos parámetros haber sido perfeccionado por alguien o se dieron  por accidente? ¿En qué punto es justo admitir que la ciencia sugiere que no podemos ser el resultado de fuerzas aleatorias? Acaso  no asumir que una inteligencia creó estas condiciones perfectas requiere mucho menos  fe que creer que la vida en la Tierra se genero venciendo probabilidades inconcebibles para llegar a existir? Hay más. La afinación de condiciones necesaria para que exista la vida en un planeta no es nada comparado con la afinación necesaria de condiciones para que el universo exista. Por ejemplo, los astrofísicos saben ahora que los valores de la cuatro fuerzas fundamentales, la gravedad, la fuerza electromagnética, y las fuerzas «fuertes» y «débiles» nucleares fueron determinadas por menos de una millonésima de segundo después del inicio del universo (Big Bang). Con una mínima alteración de cualquier valor y el universo no podría existir. Por ejemplo, si la relación entre la fuerza nuclear fuerte y la fuerza electromagnética hubiera sido diferente por una fracción más pequeña de que la más pequeña fracción de una sola parte en 100,000,000,000,000,000-entonces las estrellas no podrían haberse formado nunca en absoluto. Sorprendente verdad?. Multiplique ese parámetro sencillo de todas las demás condiciones necesarias, y las probabilidades en contra del universo existente son tan sorprendentemente astronómicas que la idea de que todo «pasa al azar» desafía el sentido común.

«¿Es posible que cada uno de esos parámetros haya sido perfecto por accidente? ¿No les parece que asumir que una inteligencia creara estas perfectas condiciones requiere mucha menos fe que creer que la vida en la Tierra superó por casualidad probabilidades inconcebibles para llegar a existir? «, cuestiona el escritor, que añade que la idea de que todo «simplemente ocurrió desafía el sentido común».

Según Metaxas, puede que el profesor de Matemáticas de la Universidad de Oxford John Lennox tenga razón al decir que «cuanto más conocemos nuestro universo, más credibilidad gana la hipótesis de que hay un creador«.

Visto en: http://actualidad.rt.com/ciencias/161584-ciencia-dios-existe

Comentario de laverdadysololaverdad:

Suelo leer en grupos ateos, grupos escépticos o como suelen auto denominarse: «libre pensadores», que Carl Sagan era un gran defensor del ateísmo, como lo es hoy en día el pseudo intelectual Richard Dawkins, ampliamente criticado por la comunidad científica.  Pero la verdad es que estas son simplemente un conjunto de mentiras propagadas por fanáticos que en realidad no son ateos, sino que anti-religiosos.  Tal y como se menciona en el siguiente extracto.

De hecho, Sagan tuvo algunas críticas serias del ateísmo.  Dijo:

«… un ateo tiene que saber mucho más que lo que yo sé. Un ateo es alguien que sabe que no existe un dios. Según algunas definiciones, el ateísmo es muy estúpido«.  Según cita en «A tribute to Carl Sagan: A Sagan File» por Joel Achenbach en Skeptic Magazine, Vol 13, No. 1 (2006)

Me quedo con esta reflexión:

«Si encontráramos una palabra escrita en la arena de la playa, la impresión inmediata es reconocer el trabajo de un agente inteligente. ¿Cuánto más probable es, por tanto, que haya un creador inteligente detrás del ADN humano, una colosal base de datos biológica que contiene no menos de tres mil millones de ‘letras’?

«Los nuevos ateos nos quieren hacer creer que no somos más que una colección aleatoria de moléculas, el producto final de un proceso sin guía. Esto, de ser cierto, socavaría la racionalidad que necesitamos para estudiar la Ciencia. Si el cerebro fuera en realidad el resultado de un proceso sin guía, entonces no hay razón para creer en su capacidad de decirnos la verdad»

«Cuanto más comprendo la Ciencia, más creo en Dios por la maravilla de la amplitud, sofisticación e integridad de su creación»

«No hay que caer en la falsa idea de que no puedes ser una persona inteligente y aún así creer en la existencia de Dios. El ateísmo es el verdadero engaño«

John Lennox 

Filósofo de la Ciencia, matemático, conferenciante, divulgador y escritor inglés
Profesor de Matemáticas en la Universidad de Oxford
Autor de «A la caza de Dios. Una crítica al nuevo ateísmo», 2011

http://frasesdedios.blogspot.com/

Mucho más compleja es la vida que un reloj y, sin embargo, aún hay necios que sostienen que no hay Dios: “Dijo el necio en su corazón: No hay Dios” (Salmos, 53).

¿Es la religión la raíz de todos los males?

la raiz de todos los males

Las siguientes líneas aparecen en la cabecera de un conocido blog ateo que suelo visitar:

«No encuentro ninguna diferencia entre el Islam y el fundamentalismo islámico. Creo que la religión es la raíz, y de la raíz crece el fundamentalismo como un tallo venenoso. Si quitamos el fundamentalismo y dejamos la religión, en un momento u otro el fundamentalismo volverá a crecer».

Taslima Nasrin
Médico, escritora y columnista de origen bengalí

Les invito a realizar conmigo un pequeño experimento semántico 🙂

«No encontramos ninguna diferencia entre el sexo y el abuso sexual. Creemos que el sexo es la raíz, y de la raíz crece el abuso sexual como un tallo venenoso. Si quitamos el abuso sexual y dejamos el sexo, en un momento u otro el abuso sexual volverá a crecer»

(Conclusión obvia: hay que eliminar el sexo)

***

La conclusión anterior es «obvia», pero es evidentemente errónea, porque la premisa de partida también lo era. Parece increíble que a estas alturas tengamos que incidir, una vez más, en este aspecto del debate, pero vamos a ello:

Señores ateos: no todos los creyentes somos extremistas ni, por el hecho de ser teístas (o deístas), acabaremos indefectiblemente siendo terroristas, del mismo modo que la gente que practica el sexo no acaba indefectiblemente cometiendo abusos sexuales, ni la gente honrada afiliada al partido comunista acaba enterrando minas antipersonas en Camboya. Esto es así aunque los nuevos ateos insistan en crear alarma en la sociedad con esta supuesta posibilidad. El terrorismo islamista es una degeneración de una idea religiosa, una aberración, no la consecuencia natural de esa idea, y el tallo de la aberración, desgraciadamente, puede surgir de la raíz de cualquier grupo social, religioso o no. Creo que todos podemos captar la diferencia entre ambos conceptos.

Entendemos que las vivencias personales de Taslima Nasrin, el modo brutal en que fue perseguida por los fundamentalistas islámicos, la han llevado a esta postura ideológica, posicionada justo en el «extremo» opuesto al punto ideológico en el que se encuentran sus enemigos. Y aquí usamos el término «extremo» intencionadamente. Comprendemos que este tipo de terribles abusos puede nublar la capacidad de razonar con claridad incluso a una persona inteligente como lo es esta notable escritora. Es una derivación lógica de su traumática experiencia privada, casi una previsible estratagema psicológica. Pero, aunque la entendamos, aunque compartamos su indignación y nos unamos sin dudarlo a su denuncia contra los integrismos religiosos, también comprendemos que, en el fondo, su postura doctrinal anti-teísta resulta tan obcecada, injustamente generalizadora y extremista como lo es la ideología radical que trata de combatir.

Por cierto, ¿cómo pretende esta señora, y cómo pretenden los nuevos ateos en general, «cortar de raíz» la religión? ¿Qué medios usarán para hacerlo? ¿De qué modo se puede cortar de raíz las creencias de la gente sin violar, uno a uno, casi todos los derechos más elementales de las personas recogidos en la Declaración Universal de los Derechos Humanos? Esos mismos derechos, que por cierto, la señora Nasrin asegura defender a capa y espada.

La inmensa mayoría de los creyentes somos ciudadanos pacíficos y luchamos desde nuestra parcela particular por crear un mundo mejor y menos hostil para todos. Hay una minoría que «hace ruído», mucho ruído, y es esa minoría la que aparece en los medios porque la mayoría silenciosa casi nunca es noticia. Pero es en la minoría ruidosa donde los nuevos ateos ponen el punto de mira de su rifle de largo alcance y ven reflejado el oscuro rostro del «demonio del teísmo». Sin embargo, no es necesario realizar ninguna enrevesada pirueta mental para entender que esa minoría, por muy numerosa que parezca y por mucho ruido que haga, no es representativa de todos los creyentes, del mismo modo que Pol Pot y sus Jemeres Rojos no son representativos de todos los comunistas, quienes, en su mayoría, son gente de bien. Juzgar el todo por la parte nunca ha sido precisamente un ejercicio de honestidad intelectual.

Por otra parte, recordemos que el ateísmo militante, llevado a su paroxismo, también puede acabar en agresión y no sólo verbal.

Pregunta:

Cuando, del modo que sea, los nuevos ateos proselitistas por fin acaben con la religión, que es la «causa de todos los males» (Dawkins dixit), ¿qué harán después para acabar también con todas las demás ideologías no religiosas (políticas, económicas, nacionalistas, patrióticas, territoriales, tribales, etc.) que, estadísticamente hablando, han causado la inmensa mayoría de las muertes violentas a lo largo de la Historia? ¿O estas otras causas, a pesar de ser más numerosas, no les importan tanto? Y, si no les importan, ¿por qué?

Unos datos para la reflexión:

Se estima que las Cruzadas causaron la muerte de 1.000.000 de personas a lo largo de dos siglos. La Inquisición cometió 350.000 asesinatos (me niego a llamarlas «ejecuciones»), durante los siglos XVI al XVIII.

Sólo en el siglo XX, en el curso de unas cuantas décadas, entre Josef Stalin y Mao-Tse Tung acabaron con la vida de 120.000.000 de personas. No cito a estos dirigentes porque fueran ateos, -que lo eran- sino porque, precisamente por serlo, sabemos que NO mataban en el nombre de Dios. Stalin incluso asesinó a algunos de sus familiares simplemente por mostrar su disidencia. Este hecho histórico comprobable confirma nuestra tesis de que no es necesario creer en ningún dios para que alguien se convierta en un tirano genocida. Basta una idea, la que sea.

Por tanto, si resulta que la religión no es «la única causa de todos los males», que cualquier idea, por inocua, inocente o luminosa que pueda parecer en principio, llevada a su extremo por dirigentes corruptos puede acabar en democidio, ¿cuál sería la solución?

Proponemos:

  • No tenga usted ideas religiosas, podría acabar matando.
  • No tenga usted ideas políticas, podría acabar matando.
  • No tenga usted ideas ecológicas, científicas, patrióticas, podría acabar matando.
  • No siga usted con entusiasmo ningún tipo de corriente filosófica, doctrinal, escuela de pensamiento o cualquier otro movimiento social o cultural, podría acabar matando.
  • No tenga usted ideas, en general, podría acabar matando.
  • No tenga usted sexo, podría acabar matando.

Conclusión final:

Sea usted ateo, esa es la solución a «todos los males».

Aunque suene a guasa, no lo decimos en broma: la mayoría de los nuevos ateos, y he leído a muchos, están seguros de que cuando todos pensemos como ellos, cuando nadie crea en Dios, amanecerá una nueva era de paz, amor y concordia sin precedentes en la Historia del hombre. Compruébenlo por ustedes mismos, mediten estas frases de unmodesto y autocrítico 😉 ateo que participaba en un foro de debate. Los caracteres en gris son añadidos míos:

«Pedir (a los creyentes) que dejen de creer es imposible, necesitamos una generación como yo, 😀  criado en la ciencia crítica, basada en el materialismo dialéctico, carente de metafísica existencial, sí hay un mundo sin bien ni mal, solo que ustedes (los creyentes) jamás lo entenderán»

(Sí, de vez en cuando a los creyentes se nos olvida que somos todos idiotas e ignorantes, es bueno que nos lo recuerden… )

***

Y, ya para terminar, ¿en qué evidencia se basan los adalides del empirismo científico para respaldar una afirmación tan categórica como esa de que un mundo ateo sería mejor que el actual? ¿En la «evidencia» histórica? 🙂

Y, si la «evidencia histórica», como es obvio, no la respalda, ¿qué alimenta, entonces, su pasmosa seguridad en que ese futuro pero inminente mundo ateo será un glorioso paraíso en paz?

¿Su fe, quizás?
🙂

«La violencia, sea cual sea la forma en que se manifieste, es un fracaso»

Jean Paul Sartre

Filósofo, escritor y activista político francés

Fue uno de los máximos exponentes del marxismo humanista

Fuentehttp://frasesdedios.blogspot.com/2014/08/es-la-religion-la-raiz-de-todos-los.html

Y para rematar este artículo:

Polémica por científico que alienta aborto de bebés con síndrome de Down

El científico Richard Dawkins inició una polémica en su cuenta de Twitter tras indicar que «sería inmoral» traer al mundo a un bebé con síndrome de Down.

«Honestamente no sé qué haría si quedara embarazada de un niño con síndrome de Down», ese fue el mensaje de una usuaria de Twitter que Dawkins decidió responder sin pensar en las repercusiones.

Como consignó Infobae, Dawkins replicó: «Abórtalo y trata de nuevo. Sería inmoral traerlo al mundo si tienes la elección».

Decenas de personas criticaron su postura. Por ejemplo, Matt Kane respondió: «¿Has conocido alguna vez a alguien con síndrome de Down? A ver si aún piensas que estarían mejor si nunca hubieran nacido».

Otro usuario, Felix Greene lo increpó comentando que «por favor, dile a la gente con síndrome de Down que no merece vivir porque ‘tú’ piensas que es inmoral y cruel».

Creo que esto viene de cajón al artículo…   y recuerde:

El materialismo científico no lo hace a usted mas o menos inteligente que el resto (es solo una herramienta), ellos usan sus propias escalas para medir a los que están dentro del «establishment», pero no son capaces de darse cuenta que fuera del «establishment» hay gente mucho más capaz e inteligente que los que andan proclamando su nivel filosófico en sus cuentas de twitter o facebook.

«Dawkins, en realidad, pertenece al mismo club peculiar de divulgadores científicos en el que militaron Carl Sagan o Isaac Asimov una generación atrás. Estos popularizadores se tenían a sí mismos no por simples escribas, sino por altos prelados. Como Dawkins, tomaron sobre sí la tarea no solo de ilustrar al público sobre los hallazgos de la ciencia, sino también la de establecer lo que les estaba permitido creer a los fieles de la ciencia en el terreno metafísico (o sea, en el terreno de lo que está más allá de la ciencia misma). Pero seamos claros en esto. Muchos de los más grandes científicos vieron una conexión directa entre su trabajo de investigación y su afirmación de una ‘mente superior’, la Mente de Dios. Explíquese esto como se quiera, pero es un hecho innegable, y no se debe permitir que los vulgarizadores -que tienen sus propias agendas- lo oculten. Einstein, de hecho, dijo sobre el positivismo:

‘No soy positivista. El positivismo afirma que lo que no puede ser observado no existe. Esta concepción es científicamente indefendible, ya que es imposible hacer afirmaciones válidas sobre lo que la gente ‘puede’ o ‘no puede’ observar. Equivale a decir que ‘sólo existe lo que observamos’, lo cual, evidentemente, es falso

Si quieren combatir la creencia en Dios, los vulgarizadores deben proporcionar argumentos en apoyo de sus propias opiniones ateas. Los evangelistas ateos de hoy día apenas intentan construir argumentos. En lugar de eso, dirigen su artillería sobre los abusos sobradamente conocidos de la historia de las grandes religiones mundiales. Pero los excesos y atrocidades de la religión organizada no tienen nada que ver con la existencia o inexistencia de Dios, de la misma forma que la amenaza de la proliferación nuclear no tiene nada que ver con si es verdad o no que E=mc2″

Roy Abraham Varghese.  Profesor de Teoría y Práctica de la  Medicina en la Universidad de Stanford. Escritor y editor de obras de divulgación sobre el conflicto ciencia-fe. Extractos del prefacio a «Dios existe«, de Antony Flew, 2007, págs. 33 y 34

«Lo que Dawkins hace con demasiada frecuencia es concentrar su ataque contra los fundamentalistas. Pero hay muchos creyentes que no son los fundamentalistas» (Peter Higgs).  http://www.elmundo.es/elmundo/2012/12/27/ciencia/1356611441.html

«Cuando mueres sólo cambias de conciencia»

Pim van Lommel, cardiólogo; investiga experiencias después de la muerte (EDM)

Pim van Lommel, cardiólogo; investiga experiencias después de la muerte (EDM)

Madurar es liberar la conciencia de la edad: he tratado a jóvenes con experiencias después de la muerte más maduros que yo. Mi padre era neurólogo y yo quise ser físico: ahora estudio física cuántica para entender qué sucede tras la muerte. La fe es otro camino a la verdad.

Cuando enseñaba Cardiología en el hospital de Arnheim -800 camas- ya investigaba cómo algunos pacientes, tras infarto y muerte clínica, volvían a vivir.


Hasta que en 1986 leí el testimonio de un estudiante de Medicina, George Ritchie, que resucitó tras nueve minutos de muerte clínica. Me impresionó tanto que empecé a estudiar en profundidad esos casos.

¿Tantos había?
En 1988 ya tenía doce episodios incuestionables y creé una red de investigación con otros diez hospitales holandeses. Iniciamos un estudio clínico prospectivo de 344 pacientes, que publicó The Lancet (2001).

Causó un impacto mundial.
Tanto que ya le avancé entonces, cuando usted me entrevistó, que, tras 31 años de cardiología, me iba a dedicar en exclusiva a las experiencias cercanas a la muerte (EDM).

¿Qué hemos aprendido desde el 2001?
Tenemos más preguntas, además de la clásica: ¿si la conciencia es un mero producto del cerebro, cómo puede sobrevivir y explicar la experiencia de la muerte?

¿Qué dice la ortodoxia médica?
Que se trata de meras alucinaciones causadas por la anoxia (carencia de oxígeno).

¿Y qué le dice su investigación?
Si la causa fuera la anoxia, todos los que vuelven a la vida tras la muerte tendrían EDM, porque todos la sufren, pero, en cambio, sólo el 18% tiene esas experiencias.

¿Qué explican sobre ellas?
Coinciden en hablar de recuerdos, cognición y emociones y mantienen la identidad, un punto crucial, porque el ego es el enlace entre la conciencia y el cuerpo.

¿Luces, voces, su vida en un instante…?
Las han experimentado miles de personas, pero no todos las explican por temor a ser tachados de lunáticos o porque creen que las causan la medicación o la enfermedad.

¿Todos experimentan lo mismo?
No todos experimentan todo, pero todos citan algunas experiencias recurrentes que coinciden en un cruce espacio-temporal.

¿A qué se refiere?
Es la revisión de la vida pasada, pero también la futura y presente: algunos, al volver, anticipan sucesos y reinterpretan los ya pasados, así que suelen cambiar de pareja, de trabajo, de existencia, porque han contemplado su vida en conjunto durante su EDM.

¿Cómo son esas visiones?
Inefables, a menudo el lenguaje carece de términos para explicarlas. Una EDM de tres minutos puede requerir semanas de testimonio en el que no se repite un solo episodio. El tiempo, como le decía, transcurre de un modo único en síntesis con el espacio y una constelación de familiares y afectos.

Por ejemplo.
Un paciente refiere cómo en su EDM había visto a un señor desconocido sonriéndole. Diez años después, su madre agonizante le reveló que él era hijo de una relación extramarital y le mostró una fotografía de su padre biológico, asesinado en un campo de concentración: era aquel señor sonriente.

¿Cómo sabe que esos pacientes clínicamente muertos siguen conscientes?
Lo prueban cientos de casos. En Conciencia más allá de la vida explico el de un hombre de 43 años que nos llegó cianótico, frío, sin tensión y con las pupilas dilatadas. La enfermera le extrajo la dentadura postiza y la depositó en un cajón. Resucitó inexplicablemente tras un largo coma y preguntó por sus dientes.

Si estas vivo, resultan muy útiles.
Reconoció, al verla, a la enfermera y le pidió que se los devolviera. Ella nos llamó alarmada y entonces el paciente nos relató en detalle lo que habíamos dicho y hecho cuando llegó muerto a urgencias del hospital.

¿Y usted qué cree?
Nuestra conciencia no es más que un retransmisor para esta dimensión de nuestro ser en varias. Es como una radio que, mientras vivimos aquí, sintoniza con este universo. Nuestra muerte sólo es un cambio de conciencia, una transición. Sólo morimos en una dimensión para pasar a otras.

¿Es una convicción religiosa?
Es física cuántica. Yo no soy creyente. Muchas religiones se han acercado a esa realidad con técnicas de paso entre esas dimensiones, como la meditación o el misticismo.

¿Cómo lo sabe?
Porque estudio casos -me consultan decenas cada día- y las experiencias son recurrentes y concurrentes: confluyen tiempo -pasado, presente y futuro: tienen visiones- y espacio en sensación de unidad.


Y esos testimonios de cada día coinciden con los relatos de la mística y las visiones de profetas, gurús y santos desde hace siglos.

¿Todo está conectado?
Ven la luz (los niños me cuentan que un ángel; los ateos hablan de «una energía» y los creyentes, de Dios). Todos se refieren a lo mismo y que en ello se sienten integrados.

¿Por qué la ciencia lo ignora?
Hasta ahora, la mecánica cuántica demuestra que la luz consta de partículas que al mismo tiempo son ondas -creo que nuestra conciencia las retransmite- dependiendo del estado del observador.

La experiencia de lo objetivo, al fin, depende de tu estado subjetivo.
Así que, desde los gurús milenarios hasta los físicos cuánticos, cuando asumes tu transición sin miedo experimentas un anticipo de esa sensación de plenitud.

La ciencia ignora o niega cuanto no puede explicar, pero eso no quiere decir que no exista. La vida del doctor Van Lommel es una apuesta por la verdad, por muy inexplicable que parezca, más allá del camino trillado de la ortodoxia. Han pasado diez años desde que hablamos, pero al estrechar su mano en el aeropuerto de Amsterdam (viene de conferenciar en Atlanta) me sonríe como a un viejo amigo y experimento una íntima sensación de paz y seguridad. El doctor Van Lommel se ha asomado al otro lado sin dejarse en éste el sentido común y lo que ha visto es bueno, aunque, para dominarnos, nos hayan infundido el miedo a verlo. Aceptarlo es aceptarnos y sentirse mejor.

Fuentehttp://www.lavanguardia.com

Referencias:

van Lommel P, van Wees R, Meyers V, Elfferich I. (2001) «Near-Death Experience in Survivors of Cardiac Arrest: A prospective Study in the Netherlands», The Lancet, 358(9298):2039–45, doi:10.1016/S0140-6736(01)07100-8.

About the Continuity of Consciousness.  http://link.springer.com/chapter/10.1007/978-0-306-48526-8_9#page-1

¿Hay vida en otros planetas?

extraterrestres

El tema de los extraterrestres o aliens, OVNIs y vida en otros planetas ha sido un tema interesante en el Cristianismo por muchísimo tiempo. La posibilidad de que no estemos solos en el universo es intrigante y ha inspirado muchísimos libros, películas, controversias y estudios científicos.

Pero, ¿es razonable pensar que no estamos solos en el universo?

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¿Hemos sido visitados por extraterrestres?

No hay porqué pensar que sí.

La galaxia Andrómeda es la galaxia más cercana a la nuestra (la Vía Láctea). Andrómeda está a una distancia de 2,5 millones de años luz de la Vía Láctea. (NOTA: un año luz es la distancia que le toma a un rayo de luz viajar durante un año; es aproximadamente 10 trilliones de kilómetros o unas 6 trilliones de millas.) Por lo tanto, si hubiesen extraterrestres en Andrómeda, se tardarían más de 2,5 millones de años luz en alcanzar a la Tierra, ya que la Tierra no está en un borde de nuestra galaxia y las galaxias están en perpetuo movimiento. Lo que esto significa es que, aunque aquellos extraterrestres consigan una nave que viaje a la velocidad de la luz (cosa que Einstein dice que es imposible), se tardarían más de 2,5 millones de años en llegar.

La NASA ha publicado en su sitio web un artículo con cierto tono irónico y carente de detalles titulado ‘Propulsión warp: ¿Para cuándo?’. Como se desprende del texto, en uno de los programas de la NASA varios científicos trataron de desarrollar un sistema de propulsión para naves espaciales totalmente nuevo. La base teórica de este estudio son los trabajos de físicos y matemáticos como Matt Visser, Michael Morris, Miguel Alcubierre, entre otros.

Además que la galaxia Andrómeda es significativamente más grande que la Vía Láctea. Si la vida fuese común en el universo, los extraterrestres de Andrómeda tendrían más probabilidad de encontrarla en algún otro lugar de su propia galaxia que en la diminuta Vía Láctea.

Por último, sería problemático para que los extraterrestres nos detectasen. Hemos estado enviando ondas radiales hacia los confines del espacio por menos de 100 años. Recuerda que la galaxia más cercana, Andrómeda, está a 2 millones de años luz de nosotros. Así que, por lo menos, faltan 2 millones de años para que estas ondas radiales lleguen hasta allá. La luz y otras señales electromagnéticas que recibirán van a ser representativas de cuando se enviaron; es decir, si las reciben en 2 millones de años va a ver la Tierra de hace dos millones de años. Los seres en otras galaxias no tendrían manera de saber que vida avanzada existe en nuestra galaxia.

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SETI – ¿Extraterrestres en nuestra galaxia?

Los científicos han sido activos por los últimos 40 años buscando vida inteligente en nuestra galaxia. La Búsqueda por Inteligencia Extraterrestre (SETI, por sus siglas en inglés) ha logrado extender la búsqueda a 40,000 años luz de la Tierra (nuestra galaxia tiene un diámetro de 100,000 años luz). Hasta hoy, no se ha detectado ninguna señal de los sistemas estelares en este alcance.

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Grandes problemas con viajes intergalácticos…

Parecería bastante obvio que nuestra tecnología de cohetes es incapaz de proveer la velocidad necesaria como para hacer que los viajes intergalácticos sean una posibilidad. Aunque los motores de materia/anti-materia pueden acelerar a una velocidad cerca a la velocidad de la luz, no hay manera de contener o generar grandes cantidades de anti-materia. La única manera que se ha logrado crear anti-materia es utilizando aceleradores de partículas que miden kilómetros de ancho y la escasa cantidad de anti-materia que se genera es destruida rápidamente por interacciones con materia común.

El poder nuclear proveería una opción de combustible abundante como para viajes intergalácticos, pero solo duraría unos años antes de ser gastado.

La energía de la fusión todavía no se ha podido aprovechar de esta manera, pero también se gastaría eventualmente.

Frank Drake, el astrónomo y astrofísico responsable por fundar SETI y uno de los pioneros en la búsqueda de vida extraterrestre, dijo en la revista “Astrobiology Magazine”:

“Enviar una nave espacial del tamaño de un avión a una décima de la velocidad de la luz requiere tanta energía como la que los Estados Unidos produce en más de 100 años.”

De hecho, el requisito mínimo de combustible para tal nave es 100 toneladas, asumiendo que el reactor de fusión convierte la materia en energía cinética con 100% de efectividad. Esto es muy poco práctico.

Sin embargo, resolver los problemas de propulsión y combustible es sólo el principio. Eso de viajar a la velocidad de la luz no es un problema sencillo. A esa velocidad, la intensidad del impacto de pequeñas partículas (como un grano de arena) provocaría agujeros severos en el casco de la nave. Drake comenta:

“[A esas velocidades] una colisión con una partícula de unos gramos resultaría en algo cerca de la energía de una bomba nuclear. No son buenas noticias para los viajeros intergalácticos.”

Un gran problema biológico que no mencionan en los medios publicitarios es la luz azul cambiante de las estrellas comunes cuando se viaja cerca de la velocidad de la luz. El efecto Doppler de viajar a estas velocidades lograría convertir la onda de luz visible a las ondas de rayos gama y rayos equis. Protegerse de rayos gama es casi imposible (pues pueden penetrar varios metros de metal sólido) y cuando chocan con materia (como un cuerpo de un astronauta), los resultados no son como los de los cómics – son devastadores. Este problema por sí solo podría limitar la velocidad de los viajes intergalácticos, haciéndolos aún más imposibles.

Otros problemas significativos tendrían que ver cómo mantener los organismos biológicos vivos por los muchos años que duraría un viaje a otra galaxia. Dado los efectos de la exposición prolongada a cero gravedad observada en astronautas de la Estación Espacial Internacional, es certero decir que puede ser fatal estar expuesto a cero gravedad por mucho más tiempo de lo que ya se conoce. Claro, a través de rotación se puede crear gravedad artificial, pero esto traería problemas de propulsión, haciendo un viaje larguísimo aún más largo.

Además, sería imposible llevar suficiente alimento y agua para tal viaje. Dos soluciones son posibles, pero aún no se ha desarrollado la tecnología para alguna. Una solución sería el reciclaje de todo el carbono y el agua. Este proceso involucraría capturar TODO desperdicio biológico (incluyendo cuerpos muertos) y convertirlos nuevamente en agua y alimento. Esta idea de hacer un bio-hábitat artificial y autosuficiente es interesante, pero impráctico pues requiere mucho espacio. Esto haría que la nave tenga más peso, necesitando más combustible y más tiempo para hacer un viaje.

La segunda solución posible es una que ha sido utilizada por las películas de ciencia-ficción por mucho tiempo: la animación suspendida. Hasta ahora, no hay evidencia de que estemos cerca de encontrar cómo hacerlo – y no parece posible.

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Entonces, ¿estamos solos?

Como se ha demostrado, la probabilidad de que extraterrestres hayan visitado la tierra es prácticamente cero. Las demás galaxias están muy lejos como para detectar nuestra presencia (ya que las señales radiales no llegarán por millones de años más) y el viaje intergaláctico es imposible a través de tan grandes distancias. Estudios recientes demuestran que el universo es muchísimo más inhóspito de lo que parece desde nuestro sistema solar y nuestro planeta único. Una gran cantidad de nuestra propia galaxia es inhóspita. Ni si quiera se espera que se produzcan planetas rocosos como el nuestro (la inmensa mayoría son planetas gaseosos y así se quedarán) y mucho menos con la sorprendente y “suertuda” colisión de la luna, que provocó que la Tierra no fuese completamente agua y logró cambiar la atmósfera para que no fuese como Venus, reteniendo el calor del Sol.

Todo esto es aparte de que nuestro sistema solar es único en el hecho de que los gigantes gaseosos (como Júpiter y Saturno) están en las afueras del sistema, lejos de la estrella central. Esto es absolutamente esencial para el desarrollo de vida inteligente. Si no, las colisiones devastadoras de la Tierra con objetos espaciales sería 10,000 más probable – haciendo que sólo bacterias y otros organismos simples pudiesen sobrevivir en el constante bombardeo. Estas especificaciones (y otras) hacen de nuestra posición en el universo una única. Literalmente.

John Gribbin, escribió un libro llamado: “Solos en el Universo: Porqué nuestro Planeta es Único.” En él, Gribbin concluye con la siguiente frase:

Las razones por las cuales estamos aquí hacen una cadena tan improbable que la posibilidad de que exista alguna otra civilización tecnológica en la Vía Láctea es extremadamente pequeña. Estamos solos y deberíamos acostumbrarnos a ésta idea.

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Algunas Preguntas Comunes

¿Por qué Dios creó un universo tan grande si sólo nosotros lo habitamos?

Dios es creador. Es Su naturaleza. La inmensa proporción de universo refleja Su grandeza. ¿No es impresionante pensar que un Dios que creó tanto enfoca Su amor inagotable en nosotros?

¿Es posible que Dios haya creado a otros seres vivientes en otros planetas/galaxias?

La realidad es que, al no conocer todo el universo, hay una posibilidad. Pero es sumamente improbable. Hay una diferencia entre posible y probable. Si yo cubro el hemisferio occidental con 2 metros de monedas iguales y te doy una sola oportunidad (con los ojos vendados) para que encuentres una moneda que yo firmé – ¿es posible que la encuentres? Claro. La moneda está ahí, en alguna parte. Sería imposible si la moneda NO estuviese ahí y estuviese en mi bolsillo. Por lo tanto, sí es posible encontrar la moneda firmada. Ahora, ¿es probable? Claro que no.

Fuentehttp://verdadyfe.com

La Ley de la Atracción y la Biblia

He leído en varios sitios donde hacen uso de textos bíblicos para darle soporte a la famosa ley de la atracción.  ¿Debe de tener su importancia la biblia para aquellos grupos que la usan para sostener otro tipo de prácticas?  y como no, si es la palabra de Dios con la cual usó a personas para que las generaciones futuras pudieran tener acceso a ese conocimiento, un conocimiento de historia, amor y verdad que vino a confirmar Jesús de Nazareth (El Mesías) hace más de 2.000 años.

Para poder entender en contexto y en detalle si existe o no alguna relación entre las palabras de la biblia y la ley de la atracción, primero debemos tener bien claro ambos conceptos validados directamente desde la fuente de quienes son sus precursores, claro está, en el caso de la biblia podemos rastrear su origen hasta donde la historia misma y la arqueología nos lo permita.

¿Qué es la ley de la atracción y cuál o cuáles son sus orígenes?

La ley de la atracción es la idea o supuesto de que los pensamientos (conscientes o inconscientes) influyen sobre las vidas de las personas, argumentando que son unidades energéticas que devolverán a la persona una onda similar.

La frase «ley de la atracción» ha sido utilizada por algunos escritores esotéricos, aunque el sentido con el que se usa actualmente es diferente del original. La mayoría de los autores asocian a la ley de la atracción con la frase «te conviertes en lo que piensas» (Yad Bhavam Tad Bhavati), usualmente aplicado al estado mental del ser humano: Esto significa que los pensamientos que una persona posee (sean estos conscientes o inconscientes), las emociones, las creencias y las acciones atraen consecuencias que corresponden a experiencias positivas o negativas. A este proceso se lo describe como «vibraciones armoniosas de la ley de la atracción» , o «tú obtienes las cosas que piensas; tus pensamientos determinan tu experiencia».

Uno de los principios del Karma dice, «Yad Bhavam Tad Bhavati» (te conviertes en lo que piensas). El mundo es una manifestación de nuestro estado interior. Las situaciones que encontramos, las personas a quienes conocemos, los problemas que enfrentamos, y las variedades de experiencias de vida que tenemos, son una proyección de lo que yace en nuestro interior. En otras palabras creamos nuestra Realidad. Somos los arquitectos de nuestro Destino. Las percepciones son filtros; filtrando las experiencias obtenemos la realidad. Y la Realidad percibida, eventualmente se convierte en una realidad manifestada. Tú te conviertes en lo que piensas. Encontramos lo que percibimos. El pensamiento en inmensamente fuerte. Tiene el poder de crear. Cada vez que percibimos, albergamos un pensamiento que contiene una carga o emoción; el proceso de la creación ha sido puesto en movimiento. Una flecha ha sido soltada en los niveles etéreos, la esfera del pensamiento. Una vez liberada la «Ley de la atracción de especies homogéneas» prevalece. Este pensamiento atrae todos los pensamientos similares. Todas las flechas similares se agrupan y cuando el umbral es alcanzado, la «Ley de la acción recíproca» entra en movimiento. El pensamiento que desencadenaste se ha materializado ahora en un hecho. Tú cosechas lo que siembras, pero muchas veces más. Si la flecha que liberaste fuera juzgamiento, te encontrarás con personas que juzgan. Si fuera una traición, serás traicionado; si fuera odio, serás odiado, si tienes miedo, esa situación se manifestará, y así siguiendo. (Texto tomado de sankalpa)

Historia

Algunos autores identifican antecedentes históricos de la «ley de atracción» en el hinduismo y a través del hinduismo en la teosofía, pero también se han encontrado referencias en el judaísmo y en el zohar (la cábala). La existencia de estos antecedentes, no implica que todos ellos estén históricamente conectados, ya que la ley de atracción podría surgir como resultado de prejuicios cognitivos comunes a todos los seres humanos.

Las elaboraciones modernas de «la ley de la atracción» deben su existencia, en parte, a James Allen (1864 – 1912) que en 1902 publicó As a man thinketh (‘piensa como hombre’). Posteriormente Wallace Delois Wattles (1860 – 1911) publicó La ciencia de hacerse rico (1910) y por Charles F. Haanel publicó The Master Key System (‘el sistema de la llave maestra’) (1912). Durante el siglo XXI varios autores han hecho referencia a estas obras y las ideas contenidas en ellas, pero fue especialmente con el filme El secreto (2006) cuando la idea alcanzó especial notoriedad pública.

Los seguidores que aceptan la ley de atracción como una guía, lo hacen desde la fe en que las «leyes» del Universo (aquí el término Universo se utiliza para abarcar a todas las creencias y religiones sin causar algún tipo de malestar en la persona que aprende estas leyes) son benignas. De una forma un tanto confusa algunos seguidores de esta creencia afirman que la ley de atracción es una «ley del Universo», dado que aplica a todos los seres sin excepción, el 100% del tiempo y no es algo que una persona pueda elegir si aplica o no. Comúnmente se utiliza el ejemplo de su similitud con la gravedad en este aspecto, dado a que uno no puede decidir «no aplicar» o «no creer» en la gravedad en su vida. Cabe notar que el término «ley» no es el mismo utilizado por la comunidad científica (véase Ley científica).

No podemos dejar de mencionar además, que ciertos grupos de corte «new age» refuerzan este tipo de teorías, pero no por voluntad propia, sino que a través del proceso conocido como «canalización«.  Canalizar es el proceso de recibir información o inspiración, desde planos más allá de nuestra realidad física. Existen muchas formas de canalización, tales como la canalización vocal en trance y los oráculos (utilizando herramientas como el tarot y las runas.) Aún las formas más simples de creatividad, pueden considerarse como canalizaciones: composiciones musicales, danza y movimiento, y manifestaciones artísticas. La fuente específica de inspiración canalizada, no es tan significativa como el regalo que es traído a esta realidad.

Resumen de los principios de la ley de atracción

  • Saber qué es lo que uno quiere y pedirlo al universo (siendo «el universo» cualquier cosa que el individuo acepte como Dios).
  • Enfocar los pensamientos de uno mismo sobre el objeto deseado con sentimientos como entusiasmo o gratitud.
  • Sentir o comportarse como si el objeto deseado ya hubiera sido obtenido.
  • Estar abierto a recibirlo.

El pensar en lo que uno no tiene, según dicen, se manifiesta en perpetualidad de no tener, mientras que si uno se adhiere a estos principios, y uno evita pensamientos «negativos» el Universo hará manifiestos los deseos de la persona.

El teósofo tibetano Djwhal Khul la define como la ley básica de la manifestación y la ley suprema de este sistema solar. Considera que es la ley que equilibra los dos polos, siendo la Ley de la economía la que rige el polo negativo y la Ley de síntesis la del polo positivo. Desde el punto de vista del ser humano, trae la comprensión que da la autoconciencia.

Otro autores simplemente asocian estos principios a la física cuántica.  Incorporan ideas místicas similares a aquellas encontradas en ciertas tradiciones religiosas o creencias de la New Age. Se deriva de una malinterpretación del problema de la medición – el rol aparentemente especial que cumplen los observadores en la mecánica cuántica. El término relacionado «charlatán cuántico» ha sido usado peyorativamente por escépticos para descartar la creencia de que la teoría cuántica aprueba creencias místicas, mientras que «misticismo cuántico» ha sido usado como una descripción más neutral de las ideas que combinan los conceptos del misticismo oriental y la física cuántica.

¿Y que dice la biblia de la ley de atracción?

Muchos de los seguidores que se guían por los principios de la ley de atracción, sugieren que ciertos versículos de la biblia le dan soporte a esta ley, dentro de los que podemos mencionar:

Todo lo que necesitamos es pedir

Mat 7:7 Pedid y se os dará, buscad y hallaréis, llamad a la puerta y se os abrirá.
Mat 7:8 Porque todo el que pide recibe, y el que busca halla, y al que llama a la puerta, se le abre.

El poder de nuestros pensamientos y nuestras palabras

Mat 12:37 porque por tus palabras serás justificado y por tus palabras serás condenado.

De igual forma, se nos recuerda qué sucede con quien pudiendo enfocarse en abundancia, decide albergar en su mente pensamientos de miedo, duda y escasez:

Mat 25:29  Porque a todo el que tiene le será dado y tendrá en abundancia, pero al que no tiene, aun lo que tiene le será quitado.

La Biblia también enseña qué es lo que da poder a la Ley de la Atracción:

Mat 21:21 Y respondiendo Jesús, les dijo: De cierto os digo, si tenéis fe y no dudáis, no sólo haréis lo de la higuera, sino que aun si a este monte dijerais: Sé quitado y echado al mar, será hecho;
Mat 21:22 y todo cuanto pidáis en oración, creyendo, lo recibiréis.

El concepto que somos lo que pensamos en nuestro interior se estableció desde tiempos muy antiguos en la época de Salomón, Rey de Israel:

Pro 23:7 Porque según piensa en su alma, así es; Come y bebe, te dirá, Pero su corazón no está contigo;

Comentarios de laverdadysololaverdad:

Muchos de los versículos que sugieren que existe relación entre la biblia y la ley de atracción fueron tomados de: http://www.yocreomifuturo.com/?p=253.  Lamentablemente, muchos están sacados fuera de contexto y esto es una lástima y van a perdición, no porque yo lo diga, sino que la misma biblia lo dice:

Mateo 5:17-19: «No penseis que he venido para abrogar la ley o los profetas; no he venido para abrogar sino para cumplir. Porque de cierto os digo que hasta que pasen el cielo y la tierra, ni una jota ni una tilde pasara de la ley, hasta que todo se haya cumplido. De manera que cualquiera que quebrante uno de estos mandamientos muy pequeños, y así enseñe a los hombres, muy pequeño será llamado en el reino de los cielos; mas cualquiera que los haga y los enseñe, este será llamado grande en el reino de los cielos.»

¿Usted quiere ser llamado grande o pequeño en el reino de Dios?, es una decisión personal y muy importante, piénsela bien.

Cuando nos acercamos a las Escrituras siempre debemos hacerlo teniendo en cuenta algunos detalles que son muy importantes, en primer lugar debemos presentarnos como que nada sabemos, con un corazón circunciso, dispuesto a ser instruido, sin prejuicios y desde luego debemos «trasladarnos» hacia aquel entonces, teniendo en cuenta el contexto histórico, cultural y aun religioso del pasaje que intentamos comprender; pero todo esto en vano sería si el Espíritu Santo no nos auxilia con sabiduría, conocimiento y revelación por su gracia.

El primer pasaje que usan estos grupos es:

Todo lo que necesitamos es pedir

Mat 7:7 Pedid y se os dará, buscad y hallaréis, llamad a la puerta y se os abrirá.
Mat 7:8 Porque todo el que pide recibe, y el que busca halla, y al que llama a la puerta, se le abre.

Creo que es importante que nos hagamos ciertas preguntas para que podamos adecuarnos al contexto de las palabras del Maestro:

¿A quién debemos pedir, al Universo?

El Maestro responde:

Mat 7:11 Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¡cuánto más vuestro Padre celestial dará cosas buenas a los que le piden!

Mat 7:13 Entrad por la puerta estrecha, porque ancha es la puerta y espacioso el camino que conduce a la perdición, y muchos son los que entran por ella.

Pidan (A Dios Padre en nombre de Cristo), y se les dará; busquen, y encontrarán; llamen, y se les abrirá. Porque todo el que pide, recibe; el que busca, encuentra; y al que llama, se le abre. – Mateo 7:7-8

¿Qué es que lo debemos pedir?

Stg 4:3 pedís y no recibís, porque pedís mal, para gastar en vuestros deleites.

Aquí en Santiago explican claramente que a nuestro Padre Celestial no le agrada que pidamos vanidad, cosas para el deleite de nuestras pasiones en este mundo. Sin embargo La Ley de ATRACCIÓN nos concede Todo, sin importar lo que sea o el tamaño de nuestra petición. Ahora ¿Cree Usted que lo que viene por Ley de atracción viene del Padre?

El poder de nuestros pensamientos y nuestras palabras

Mat 12:37 porque por tus palabras serás justificado y por tus palabras serás condenado.

¿A qué palabras se refería el Maestro?, en el verso anterior el Maestro aclara:

Mat 12:36  Y Yo os digo que de toda palabra ociosa que hablen los hombres, de ella darán cuenta en el día del juicio,

La Biblia también enseña qué es lo que da poder a la Ley de la Atracción:

Mat 21:21 Y respondiendo Jesús, les dijo: De cierto os digo, si tenéis fe y no dudáis, no sólo haréis lo de la higuera, sino que aun si a este monte dijerais: Sé quitado y echado al mar, será hecho;
Mat 21:22 y todo cuanto pidáis en oración, creyendo, lo recibiréis.

Mat 21:22  Esto es, conforme a Su voluntad 1 Jn_5:14-15:

1Jn 5:14 Y ésta es la confianza que tenemos ante Él: que cuando pidamos algo conforme a su voluntad, Él nos escucha.
1Jn 5:15 Y si sabemos que nos escucha en cualquier cosa que pidamos, sabemos que tenemos las peticiones que le hemos hecho.

¿Usted quiere pedir prosperidad y una vida mejor en este mundo? lea:

Sal 73:3  Porque tuve envidia de los soberbios, Viendo la prosperidad de los malvados.

Pro 21:21  El que va tras la justicia y la misericordia, Halla vida, prosperidad y honra.

Conclusiones:

La mentira siempre cabalga sobre los lomos de la verdad. Y ciertamente en el documental The Secret (El Secreto), basado en el libro que lleva el mismo título, escrito por Rhonda Byrne y publicado originalmente en inglés con el título The Secret en 2007, las falsas y perniciosas doctrinas se mezclan con algunos principios universales y claros, expuestos en La Biblia.

Cada vez que oigo hablar o leo sobre una “nueva verdad”, una “clave” o un “secreto” en el que se cifran la felicidad, el bienestar y la prosperidad tanto física como espiritual del ser humano, se me activa el radar de la desconfianza y se agudiza mi sentido crítico (como debe suceder con cualquier persona que posea aun el más elemental grado de discernimiento, que no es otra cosa que la capacidad para distinguir, partiendo de una cosmovisión judeocristiana de la vida, no sólo entre lo bueno y lo malo, sino entre lo bueno y lo mejor). Estas “nuevas verdades”, “claves” o “secretos” descubiertos y revelados para “beneficio” del ser humano casi siempre son estratagemas con fines de lucro que aparentan ser lógicas, sensatas y por supuesto realizables, mediante las cuales se promete el abastecimiento de necesidades fundamentales y aspiraciones del ser humano con fórmulas simplistas y a menudo peligrosas, para lograr el éxito en todo ámbito de la vida y alcanzar la elusiva felicidad. Sin embargo, cuando se estudian detenidamente estas “nuevas verdades”, “claves” o “secretos”, a la luz de la palabra de Dios, el sentido común y  las experiencias cotidianas, invariablemente aparece el error.

En conclusión, no debemos aceptar jamás como verdad incuestionable lo que un ser humano asevera o enseña, por sincero y persuasivo que el mismo sea, sin antes someter tales aseveraciones o enseñanzas al fuego escrutador de la palabra de Dios. Porque a menudo, entre los apetitosos bocados que nos llevamos a la boca, con el deseo de satisfacer necesidades reales y sentidas, vienen escondidas las dañinas espinas doctrinales que pueden perjudicarnos irreparablemente.

Los cristianos deben, por su parte, imitar el ejemplo de los creyentes de la ciudad de Berea durante el primer siglo de la iglesia cristiana, quienes “eran más nobles que los de Tesalónica, pues recibieron la palabra con toda solicitud, escudriñando cada día las Escrituras para ver si estas cosas eran así” (Hech. 17:11).

Referencias:

http://www.lyssaroyal.com/art-channelingSPN.htm .

http://es.wikipedia.org/wiki/Ley_de_la_atracci%C3%B3n

http://es.wikipedia.org/wiki/Misticismo_cu%C3%A1ntico

http://gfcastellanos.wordpress.com/2008/11/09/el-secreto-%C2%BFmito-o-verdad/

El fin del mundo, otra vez

El calendario maya lo fecha en diciembre de este año. Sin embargo, cientos de profecías han anunciado el Apocalipsis a lo largo de la historia.. Unido desde siempre a la humanidad, el fin del mundo ha sido a veces anunciado de forma más bien curiosa.

En 1806, mientras Napoleón conquistaba el reino de Nápoles y en París fallecía el físico Charles Augustin de Coulomb, un hecho no menos trascendente ocurría a las afueras de Leeds, Inglaterra: una gallina ponía un huevo en cuya superficie se podía leer «Cristo viene». A cada sucesivo huevo escrito, los lugareños daban más crédito a la posibilidad de que tal ave fuera el heraldo del fin del mundo hasta que, cuando el pánico empezaba a adueñarse de la población, alguien un poco más listo que el resto descubrió que, en realidad, uno de los granjeros grababa en los huevos el mensaje sin más intención que reírse de sus vecinos.

Lo cierto es que mucho antes de la gallina profeta, el armagedón ya había sido proclamado por personajes en teoría más fiables, como el papa San Clemente I; la fecha de la catástrofe, prevista para el año 90, ha quedado hoy ligeramente desfasada. De igual forma, otro sacerdote y teólogo romano dedujo que la respuesta se hallaba en la Biblia (algo que se repetirá hasta nuestros días). Así, tomando como referencia las medidas del Arca de Noé, a la sazón 300 codos de largo por 50 de ancho y 30 de alto (Génesis, capítulo 6, versículo 15), dedujo que el fin del mundo se produciría en el año 500, gracias al pintoresco método de multiplicar largo por ancho y dividir el resultado por altura (300×50:30= 500).

Y si predicciones tan científicas calaron en la población, ante la inminencia del año 666 y pese a que el Apocalipsis (13:17-18) no dice que ese sea el momento del desastre, sino el número de la Bestia, el terror cundió en occidente. Debido a algún fallo técnico el mundo se salvó, así que hubo quien volvió a intentarlo el 6 de junio de 1666. Es de suponer que el 6 de junio de 2666 se insistirá en el tema.

Retrocediendo en el tiempo esa misma cifra satánica, a medida que el año 1000 se aproximaba, los acaudalados comenzaron a regalar sus bienes a los pobres con el objetivo de afrontar el Juicio Final con un buen curriculum, en tanto se prodigaban las peregrinaciones a Jerusalén. El 1 de enero sorprendió a muchos penitentes en medio del camino y, claro, tras él llegó el día 2, momento en que dieron la vuelta de regreso a sus casas. Probablemente lo hicieron con una mezcla de alivio y de sensación de ridículo, pero no es menos cierto que entonces las creencias convivían con la superstición y la incultura mucho más que hoy, en donde se disfrazan de tecnología. Recientemente, el paso al segundo milenio hizo que se vaticinara el caos que iba a desencadenarse cuando los ordenadores fueran incapaces de ajustar sus relojes al 2000, con lanzamiento de misiles nucleares incluido.

Existen docenas de augurios como los citados y, si algo tienen en común es que ninguno se ha cumplido, entre ellos, el debido a Michel de Nôtre-Dame, más conocido como Nostradamus. En una de sus cuartetas (Centuria X, nº 72), escribió: «El año mil novecientos noventa y nueve siete meses. / Del cielo vendrá un gran Rey de terror: / Resucitar al gran rey de Algolmois, / Antes después de Marte reinar por dicha». Como es sabido, en julio de 1999 no ocurrió nada, salvo que unos cuantos oportunistas ganaron jugosas sumas de dinero con la venta de libros. Ahora, como siempre sucede, resulta que nuevos expertos afirman que se malinterpretó al visionario y que la fecha está por llegar. Por contra, no se puede afirmar que Nostradamus buscara la fama fácil; a mediados del XVI ya era un reputado médico, astrólogo, perfumista y boticario. Así, formuló la cura de la esterilidad con un elixir compuesto de orina de cordero, sangre de liebre, cuerno de ciervo pulverizado, leche de burra, estiércol de vaca y la pata izquierda de una comadreja previamente sumergida en vinagre.

La pregunta, en muchos casos, es si las profecías, habitualmente descritas con un lenguaje abstruso y hermético, narran acontecimientos venideros con precisión o si, por contra, el arribista las moldea hasta que encajan en sus teorías. Es, en esencia, lo que denuncian quienes niegan validez a los textos de San Malaquías, un arzobispo católico que, a principios del siglo XII, formuló la Profecía de los Papas. Aunque ni siquiera está claro que sea auténtica la serie de ciento doce lemas, cada uno dedicado a un papa que habría de llegar, el momento es interesante ya que Benedicto XVI es, en la lista, el papa 111. Tras él, su heredero, Petrus Romanus, verá el fin del mundo. Ahora bien, ¿hasta qué punto son precisos los lemas, siempre escritos en latín? Sirva como ejemplo el dedicado a Pío VIII (1829-1830): Vir Religiosus, el varón religioso. Algo contundente, teniendo en cuenta que iba dedicado a un papa.

Fe y física

Precisamente, llevado por el deseo de desenmascarar a todos los embaucadores de su época, Isaac Newton se propuso acabar con las especulaciones averiguando la fecha de la hecatombe. El físico, teólogo y alquimista, expuso en un manuscrito fechado en 1704 que tomando como base de cálculo en la Biblia el Libro de Daniel, transcurrirían 1.260 años entre la refundación del Santo Imperio Romano por Carlomagno (año 800) y el fin. Por tanto, habrá que esperar hasta el 2060, aun cuando no deja de sorprender que el físico más grande de todos los tiempos se basara en la religión y no en la ciencia para formular la ecuación, al contrario de lo que hicieron los mayas en su calendario.

Películas, libros, programas de televisión, radio, internet… existe un gran acuerdo global basado en que el 21 de diciembre (o el 23, según otros eruditos) de 2012, coincidiendo con el final del calendario de los mayas, tendrá lugar el apocalipsis o, en el mejor de los casos, un período de transformación de la humanidad. Los catastrofistas lo relacionan con un asteroide gigantesco que impactará con la Tierra, o con descomunales llamaradas solares que provocarán un impulso electromagnético capaz de anular todos los dispositivos eléctricos del planeta, sumiendo nuestra civilización en el caos.

En el otro lado, un análisis más prudente entiende que el cambio alude a una evolución en lo espiritual, aunque para alcanzarlo hay que superar una ruptura. El alcance de la misma está por verse.

Sin embargo, los mayas no tuvieron algo en cuenta, un suceso que dejaría su calendario a la altura del barro.

Wikileaks

Según varios documentos filtrados por Wikileaks, el SETI (Search for Extraterrestrial Intelligence), un organismo no gubernamental dedicado, entre otros proyectos, a la búsqueda de vida extraterrestre, habría localizado tres objetos que se acercan a la Tierra. El mayor mediría trescientos veinte kilómetros de diámetro, y sus compañeros algo menos. Las naves, desacelerando, estarían a la altura de Júpiter y, de mantener rumbo y progresión, llegarían hasta nosotros entre mayo y junio de este año. El propio SETI, sin embargo, ya ha desmentido la información en todos sus extremos, afirmando que proviene de las declaraciones del astrofísico Craig Kasnov, quien ni siquiera figura en los registros de la organización.

Lo bueno del rumor es que pronto se sabrá si es cierto o no. Lo malo es que si el físico Stephen Hawking tuviera razón, la humanidad estaría en un grave aprieto. Según Hawking, en el caso de que los extraterrestres nos visitaran, lo más probable es que para ellos fuéramos comida.

Fuente: http://www.diariovasco.com

¿CIENCIA CONTRA BIBLIA?: EL ESCÁNDALO DEL GÉNESIS

NOTA: Al final de este artículo puedes descargarte GRATIS un completo PDF con imágenes y/o audio sobre el tema Ciencia y Biblia.

El progreso contra la cerrazón, la verdad contra la superstición, la ciencia contra la fe… Todos hemos escuchado expresiones semejantes cuando alguien dice que hay una supuesta incompatibilidad entre hacer ciencia y creer en el Dios de La Biblia. Pero tal contradicción es un mito que surge más del que de la razón, aunque debemos reconocer que en parte fue fomentado por algunos cristianos que se acercaban a la Biblia como un libro en el que todas sus partes -ya fuesen literales, poéticas o figuradas- debían siempre interpretarse en clave literal. Bajo esta extraña manera de acercarnos al texto sagrado estos creyentes presentaban la Sagrada Escritura ante el mundo como un libro que trataba de revelar misterios de la geología, antropología, o astronomía, entre otras disciplinas científicas. Esta manera distorsionada de acercarse a la Escritura viene de lejos, pues ya en el siglo VI nos encontramos al religioso egipcio Cosmas, quien escribiría un libro con pretensiones científicas titulado «Topografía Cristiana» *1. Sí, como si hubiese una topografía animista, otra islámica, otra de los Hare Krishna y así hasta llegar a la topografía al chilindrón. Como ya el lector se estará imaginando, el Universo-Caja de las interpretaciones supestamente bíblicas de Cosmas poco tenían que ver con la realidad. Desde entonces, y hasta ahora, no han faltado voces que nos han descrito infinidad de teorías seudocientíficas, las cuales -dicen- están reveladas en la Biblia. A menudo son las mismas voces que condenan sin reparos cualquier descubrimiento o tesis que no encaje con las particularísimas interpretaciones «científicas» que ellos atribuyen a la Palabra de Dios. Visto el cúmulo de rectificaciones y despropósitos acumulados durante años ya debería quedar claro que esta forma de actuar provoca justamente el resultado contrario al deseado porque muestra una injusta imagen de una Biblia anticientífica y falaz.

GALILEO Y BACON CONTRA LOS «DESVIRTUABIBLIAS«

Así era el Universo-Caja que describía La Biblia según la interpretación del religioso Cosmas. Su Topografía Cristiana, obra del siglo VI, se realizó con pretensiones científicas.

Esta mala manía de usar la Biblia como un libro que se acopla a las peculiares teorías del momento ya fue denunciada por Galileo Galilei, quien no tenía ningún problema con su fe cristiana ni con la Biblia, pero sí con sectores importantes de la Iglesia Católica, tal y como él mismo narra:

«[…] Pero diría más, si me es lícito exponer mi parecer, que tal vez convendría más al decoro y a la dignidad de esas Sagradas Escrituras el procurar evitar que cualquier ligero y vulgar escritor pudiese, para conferir autoridad a sus escritos, muy a menudo fundados sobre vanas fantasías, desparramar en ellos citas de las Sagradas Escrituras interpretadas o, mejor, estrujadas con sentidos tan alejados de la recta intención de esa Escritura, como cercanos a la mofa de aquellos que, no sin alguna tesis transformista radical » *2.

El conocido científico Francis Bacon insistía también en esta misma línea:«Dar a la fe lo que le corresponde a la fe y distinguir claramente entre el libro de la Palabra de Dios y el libro de sus obras es la premisa fundamental de una sana y legítima filosofía natural. […] el conocimiento no puede sino constituir una eficaz incitación a la exaltación de la gloria de Dios, así como un singular antídoto contra la incredulidad y el error […]. La teología revela la voluntad de Dios: la ciencia su poder».*3.

Tampoco se puede tomar como mera coincidencia que la revolución científica se diera en los países donde, tras la invención de la imprenta, la Biblia pasó de ser un libro inaccesible a una obra de dominio público: «A partir del siglo XIII, […] la Escolástica había encadenado la actividad científica con el aristotelismo. Este seguimiento servil y exangüe del modelo aristotélico iba a traducirse en episodios como el proceso a Galileo, partidario de un modelo empírico. Los reformadores defendieron no solo la ruptura con un sistema filosófico que identificaban -no sin razón- con el paganismo, sino además una observación directa de la

«Kepler, Boyle, Faraday, Maxwell, Newton, Leibnitz… creyentes que aplicaron el mandato divino de: «conocer y sojuzgar la Tierra».»

Naturaleza, partiendo del principio bíblico de ‘Conocerla y sojuzgarla‘ contenido en el primer libro de la Biblia. A partir de ese momento, la ciencia iba a convertirse en casi monopolio de los países protestantes o con poblaciones protestantes. En tiempos contemporáneos, tanto Alfred North Whitehead (1861-1947), director del Instituto de Estudios Avanzados de Princenton, como J. Robert Oppenheimer (1904-1967) reconocerían en distintas obras cómo la base de la ciencia moderna se hallaba en el cristianismo y, de manera muy especial, en la versión protestante del mismo. Los ejemplos al respecto son muy abundantes. Francis Bacon, al que se ha denominado el mayor profeta de la revolución científica, señalaría en su Novum Organum Scientiarum (1620) la base bíblica de la investigación científica.A su caso pueden añadirse los de Johannes Kepler y Robert Boyle, los de Michael Faraday y Clerk Maxwell, los de Newton y Leibnitz, ejemplos estos dos últimos en verdad paradigmáticos, ya que no solo se entregaron a la investigación científica, sino que además redactaron interesantes tratados de teología».*4.

EL GÉNESIS

Imágenes de Tiamar y Marduk, personajes principales del relato de la creación del mundo según los babilonios. La Biblia afirma que este poema (Enuma Elish) era leído por estos pueblos cada año nuevo.

A años luz de nuestra forma de entender el mundo, debería ser obvio que la redacción del primer libro de la Biblia, el Génesis (carta fundamental en esta partida), no tuviese alguna pretensión de convertirse en un catálogo de eras geológicas ni de taxonomía. Toda esta discusión acerca de la creación y evolución es un debate moderno que importaba un pimiento a las asediadas tribus hebreas para las que se escribió el fascinante libro del Génesis. Aquel pequeño grupo humano que durante mucho tiempo vivieron rodeado de superpotencias como Egipto o Babilonia necesitaba una respuesta existencial ante las inquietantes cosmogonías de sus inmutables y poderosos vecinos.

La Biblia recoge cómo los Babilonios leían en la fiesta de año nuevo el relato de la lucha entre Tiamat y Marduk, una historia mitológica que describía como los despojos corporales de estos seres superiores formaban un universo conocido en donde los elementos armadores del paisaje eran dioses a los que los humanos debían adorar… ¿Y qué tenía que decir Yavé, el Dios de la Biblia, al respecto? En medio de este desconcierto surge la respuesta del Dios de los hebreos. El libro del Génesis llega y ofrece claves para problemas de identidad, esclavitud y sentido para la vida que se escapan a nuestra percepción moderna. La Biblia comienza con mensaje único, provocador, pero sobre todo liberador. Un sólo ejemplo de esta revolución mental: «Y creó Dios la lámpara del día el Sol, y la lámpara de la noche la Luna» (Génesis 1, 16). Hoy lo leemos esto como una frase cursi para niños de clase de religión, pero en aquellos tiempos suponía un escándalo y reto únicos y transgresores como pocos en la historia de la humanidad. En esta cita aparentemente infantil los imponentes dioses lunares babilonios quedan reducidos a la categoría taxonómica de cosas. La Luna no era el Gran dios babilonio Sin sino una lámpara creada por Yavé, el único Dios verdadero al que adoraban los judíos. Ahí es nada. ¿Y Egipto? El gran Ra, el Faraón Hijo del Gran Dios Sol… ¿hijo de quién?, o mejor dicho… ¿hijo de qué? ¡Hijo de una cosa creada además por el único Dios verdadero y digno de adorar! Tampoco es ninguna coincidencia que las clásicas divinidades paganas (los grandes mamíferos, aves, monstruos marinos…) constituyan los elementos básicos de los seis días o periodos de la creación bíblica.

Todo esto era un sistema de vida dado en La Biblia para liberarse de los caprichos de los dictadores y sacerdotes. El Génesis nos presenta un relato del que ya no percibimos su divina inspiración y trascendencia, pues gracias a él se asumió que ya no había que someterse a la esclavitud por miedo a la ira de los dioses de la naturaleza. Se les acabó el chollo. Los hijos de Yavé sabían ahora que las cosas eran cosas y punto. Grandiosa respuesta a problemas ajenos a los debates acerca de los fósiles de Arqueopterix o sobre la radiación de fondo y la teoría del Big Bang.  Y es que el acercamiento a Las Escrituras no sólo impide el coherente devenir de la ciencia, sino más bien lo contrario. La lectura de la Biblia provocó en muchos una actitud escrutadora en pro del avance científico dentro de una ética sublime. Y si no, basta mencionar a Kepler, Boyle, Faraday, Maxwell, Newton, Leibnitz o nuestro contemporáneo Francis Collins, descubridor del genoma humano y quien se convirtió a Jesucristo por causa de su trabajo como científico. Son creyentes que aplicaron el mandato divino de: «conocer y examinar La Tierra» (Génesis 1, 18) e hicieron ciencia como Dios manda. Y es que a pesar de las muchas y extrañas tesis que corren entre nosotros, la libertad emanada en el libro del Génesis no deja de abrumarnos. Y eso que es sólo El Principio de lo que Dios tiene que decirnos.

© Por Delirante.org 

Algunas de estas ideas están extraídas en parte de la conferencia organizada por Delirante e impartida por el científico y escritor Pablo de Felipe (Doctor en Bioquímica y Biología Molecular, investigador en la Universidad Saint Andrews de Escocia) y que puedes escuchar en Mp3 Audio (60 min. aprox.) o leer el PDF de la charla con imágenes.

*1. Cosmas Indicopleustes. Topographie chrétienne. París: Les Éditions de Cerf 1968.
*2. Galileo Galilei, Carta a Cristina de Lorena y otros textos sobre ciencia y religión.
Madrid: Alianza Editorial 1987
*3. Tomado del libro El Avance del Saber, Mª Lusa Balseiro (trad).
Madrid: Alianza Editorial 1988, pp. 14 y 15
*4. Vidal Manzanares, César. El Legado del Cristianismo en la Cultura Occidental.
Madrid: Espasa-Calpe. 2000, p. 189