El objetivo de este ensayo es examinar la naturaleza de las publicaciones de WikiLeaks y de cómo hay que tratarlas y entenderlas. Si WikiLeaks está cambiando las cosas, esperemos que la gente se asegure de que las cambie en el sentido correcto.
La aceptación en sentido literal de los cables concernientes a Irán es quizás la actitud más común, puesto que en él está concentrada la atención de los principales medios corporativos, los cuales presentan los cables diplomáticos obtenidos de las filtraciones como “pruebas” de que los medios prestan atención a los problemas más importantes, siendo el más notable de ellos el programa nuclear iraní. Como siempre el más
destacado es El New York Times, con su desenfrenado desprecio por la verdad y con su implacable utilización de la propaganda al servicio de los intereses imperiales de Estados Unidos, encabezando sus artículos con titulares como “En todo el Mundo, Preocupación por Irán”, lo que explica que Israel y los líderes árabes estén de acuerdo con que Irán es una amenaza nuclear para el mundo, con el comentario en el artículo que afirma que “detrás de estos cables está la opinión de muchos líderes de que a menos que caiga el actual gobierno de Teherán, tarde ó temprano Irán tendrá una bomba”1. La agencia Fox News publicó un artículo anunciando que “Los documentos filtrados demuestran el consenso del Medio Oriente sobre la amenaza planteada por Irán”, añadiendo que “este sísmico documento publicado por WikiLeaks muestra un área de profundo acuerdo – que Irán es percibido en el Medio Oriente como el primer causante de problemas en la región”2. Esto es y debería entenderse, como propaganda.
Aquí tenemos que precisar bien lo que entendemos bajo el término propaganda, para poder evaluar lo que es realmente propaganda en esas noticias. Mientras que deberíamos ser escépticos en cuanto a las fuentes y las campañas de desinformación, lo cual ocurre una y otra vez como bien saben los que analizan críticamente a los medios, también hay que tomar en cuenta el punto de vista personal sobre la fuente y diferenciar entre la autenticidad y el análisis. Creo firmemente que esos documentos son auténticos. En este sentido no apoyo la opinión de que sean parte de una operación psicológica o propaganda en cuanto a la revelación de los mismos. Hay que recordar que la fuente de estos cables son los canales diplomáticos de los Estados Unidos, y, por lo tanto, las declaraciones contenidas en ellos reflejan opiniones y creencias del personal diplomático estadounidense. Los documentos son una representación auténtica de sus declaraciones y convicciones, lo cual no significa que son un reflejo exacto de la realidad.
Es aquí donde entran los medios que utilizan como propaganda el contenido de las revelaciones. En los dos ejemplos presentados anteriormente, los autores insisten que las revelaciones demuestran la existencia de un “consenso” sobre Irán, y así las posiciones de Estados Unidos y por supuesto de Israel han sido “reivindicadas” en su preocupación en cuanto a la producción de armas nucleares por parte de Irán. Esto es un disparate. Los medios en realidad han leído y difundido el contenido literal de los documentos – sugiriendo que puesto que los diplomáticos americanos y los líderes árabes y del Medio Oriente ven a Irán como una “amenaza” y que trata de producir un “arma nuclear”, eso debe ser verdad. Esto es un clásico non sequitur (error en razonamiento lógico). Sólo porque el Medio Oriente y los líderes árabes vean a Irán como una amenaza, ello no significa que sea así.
Consideremos de nuevo las fuentes. ¿Qué hace a los líderes árabes fuentes confiables de información “imparcial”? Por ejemplo, una de las “revelaciones” que recorrió el mundo fue la insistencia de Abdullah, Rey de Arabia Saudita, de que “América corte la cabeza de la serpiente” iraní y lance ataques militares.3 Esto ha sido interpretado en gran medida por los medios como una “prueba” de que existe un “consenso” sobre la “amenaza” que es Irán para el Medio Oriente y el mundo. Esta es la propaganda realizada por el diario New York Times, agencia Fox News y el gobierno de Israel, sin mencionar a otros. Además necesitamos contextualizar adecuadamente esta información, lo que durante mucho tiempo y con premeditación ha evitado hacer el New York Times. No pongo en duda la autenticidad de estas declaraciones o de la opinión de los líderes árabes de que Irán sea una “amenaza”. Por otra parte, Irán ha insistido que las revelaciones son “malintencionadas”, sirven a los intereses de Estados Unidos y que Irán tiene relaciones “amistosas” con sus vecinos.4 Esto también es propaganda. De nuevo, necesitamos contextualizar.
Los ciudadanos iraníes son principalmente Chiitas (89%), mientras que los países árabes, particularmente Arabia Saudita, son predominantemente Sunitas. Esta es precisamente la razón de la división entre las naciones de esa región, al menos de manera superficial. En realidad Arabia Saudita e Irán están lejos de ser “amigos” y sus relaciones no han sido buenas después de 1979 cuando el Shah fue derrocado. Irán es el principal rival y competidor de Arabia Saudita por el poder e influencia en la región y por tanto representa una amenaza política para esta última.
Además, la actitud de los Países Árabes, como Arabia Saudita, Bahrain, Emiratos Árabes, Omán y Egipto, cuyos reclamos contra Irán han sido ampliamente publicitados, debe ser entendida en términos de sus relaciones con Estados Unidos. Estos países son los apoderados de Estados Unidos en la región. Sus ejércitos son subsidiados por el complejo militar – industrial estadounidense y sus regímenes políticos (todos son dictaduras o dinastías) son sostenidos y respaldados por Estados Unidos.
Lo mismo se puede decir de Israel, el cual mantiene la apariencia de una democracia, similar a Estados Unidos. Además, Israel está sometido a los intereses de Estados Unidos como un apoderado estadounidense. Si el ejército de Israel es financiado y equipado por EEUU, lo cual es cierto, entonces Israel depende de Estados Unidos para mantener su poder militar y no puede sugerirles que no arme a sus otros apoderados en la región. Si realmente se está preparando una guerra regional contra Irán, lo que parece ser cierto, entonces a Israel le interesa tener aliados contra Irán en la región.
¿Es WikiLeaks una Operación Propagandística?
Los líderes de Israel están muy seguros de que los documentos publicados en WikiLeaks no avergonzarán a su país. Antes de su publicación, el gobierno de Estados Unidos informó a las autoridades israelíes sobre el tipo de documentos referentes a Israel que serían publicados por WikiLeaks. Benjamín Netanyahu, Primer Ministro de Israel, declaró: “no existen diferencias en el discurso público emitido por nosotros y por Washington así como en la mutua comprensión de nuestras opiniones”.5 El Ministro de Defensa israelí Ehud Barak afirmó que los documentos “expresan la realidad con más precisión”. Un importante político turco declaró que observar cuáles países están complacidos con las revelaciones dice mucho y expresó la hipótesis de que Israel “arreglaba las publicaciones” de los documentos como un intento de adelantar lo que es de su interés y “ejercer presión sobre Turquía”.7
Además, varias organizaciones alternativas están bullendo de especulaciones sobre WikiLeaks como fachada propagandística, quizás hasta una organización fachada de la CIA, un método para “controlar la oposición” (la historia nos muestra que ese tipo de acciones no son nada raro por parte de la CIA. No obstante, esta suposición se basa en el uso de la información revelada en los cables y me parece que evidencia una falta de contextualización de los documentos.
Entonces, ¿en qué contexto habría que considerar esto? Comencemos por Israel. Cuando el Primer Ministro Israelí afirma que las filtraciones de WikiLeaks no son vergonzosas para Israel, tiene razón en principio. Y no es porque Israel no tenga nada que esconder (hay que recordar que los documentos de WikiLeaks no son documentos ultra secretos sino simplemente correspondencia diplomática), sino porque esa correspondencia diplomática de Israel refleja en gran parte el carácter de sus declaraciones públicas. Israel y élite política se caracterizan por hacer declaraciones públicas absurdas, por amenazar constantemente con la guerra a Irán y otros vecinos o a hacer propaganda sobre su creencia de que Irán está fabricando armas nucleares, lo cual nunca ha sido comprobado. Así que las revelaciones no “causan daño” a la imagen de Israel, la cual ya está hundida y es despreciable en la escena internacional y puesto que los diplomáticos y políticos israelíes son desvergonzados tanto en lo que anuncian públicamente como en lo que se dicen entre ellos. Por tanto, la imagen de Israel ha sido la misma durante mucho tiempo. Por supuesto, los líderes de Israel – tanto políticos como militares – usan el contenido de los cables para sugerir que estos “reivindican” su opinión de Irán como una amenaza, lo cual es, por supuesto, un absurdo truco propagandístico, exactamente la misma técnica empleada por los medios corporativos al considerar los cables en sentido literal.
Cuando Irán llamó esas revelaciones de WikiLeaks una propaganda occidental contra Irán, esa misma declaración debería ser tratada como una forma de propaganda. Después de todo, Irán sostenía que tenía “relaciones amistosas” con todos sus vecinos, lo cual históricamente y en la actualidad es una falsedad. Irán, como todos los países, utiliza propaganda para realizar sus propios intereses. Aquellos que intentan a luchar con la difusión de desinformación y propaganda, incluso yo, deben ser muy críticos de las muchas campañas e interpretaciones mediáticas contra Irán. Irán siempre ha sido objeto de las ambiciones imperiales de Estados Unidos y esto no es ningún secreto. Sin embargo, en el último grupo de documentos sobre Irán revelados por WikiLeaks, no hay nada que podría despertar dudas sobre su autenticidad, especialmente aquellos que se refieren a las opiniones de los diplomáticos occidentales y de los líderes árabes. No hay duda del porqué sus opiniones son como son, pues reflejan las prioridades de la política estadounidense y de todo el Occidente, y no porque sean objetivos en su esencia. En este punto, debemos diferenciar entre autenticidad y precisión.
Los analistas no solo deben evaluar críticamente la autenticidad de los documentos (y las fuentes de donde provienen), sino también, y quizás aún más importante, deben analizar críticamente la interpretación que se da a esos documentos. Así, aunque yo no cuestiono la autenticidad de los documentos concernientes a las percepciones occidentales y del medio oriente acerca de Irán (ya que encajan en las más amplias realidades geopolíticas de la región), son las interpretaciones de estos documentos que considero como una muestra de propaganda activa por parte de los gobiernos y medios occidentales. El método de esta acción propagandística consiste en presentar los documentos como “evaluaciones objetivas” de la realidad-basada-en-hechos-reales, lo que ciertamente no es así. Los documentos son verdaderos en cuanto reflejan las opiniones de aquellos que los escribieron, lo cual no significa que son reales en cuanto a su esencia. Es esa la diferencia y es sumamente importante reconocerla tanto en la exposición de la propaganda como en la evaluación de la verdad.
La Verdad Sobre la Diplomacia
Una voz interesante sobre este asunto es la de Craig Murray, ex –embajador británico en Uzbekistán, quien se dio a conocer al exponer información de inteligencia de Uzbekistán relacionada con Al Qaeda como muy poco confiable, debido a los métodos de tortura (tales como cocinar personas vivas) usados para obtener información. Esta información era trasmitida a la CIA y al M16 – información que Murray señaló que era «objetivamente incorrecta”. Cuando Murray comunicó sus dudas a los altos funcionarios del Servicio Diplomático Británico, fue regañado por hablar de “derechos humanos”.8 La Oficina británica de Asuntos Exteriores y de Mancomunidad le dio a Murray una semana para renunciar al cargo, amenazándolo con enjuiciarlo y encarcelarlo por revelar “secretos del estado”.9 Posteriormente fue removido de su posición de embajador y desde entonces se ha convertido en una especie de activista político. En resumen, Murray es exactamente el tipo de diplomático que uno desearía: honesto. Pero él también fue exactamente el tipo de diplomático que los poderes imperiales occidentales no desean: honesto.
Entre las más recientes publicaciones en WikiLeaks de los documentos diplomáticos, el diario Guardián pidió a Craig Murray escribir un artículo en el que expusiera su interpretación del asunto. Como dijera Craig posteriormente el periódico redujo considerablemente su artículo y lo colocó entre otros numerosos comentarios sobre WikiLeaks. Sin embargo, Murray publicó la versión completa de su artículo en su página Web. El artículo comienza con la evaluación de las declaraciones de los funcionarios de todo el mundo, especialmente en Estados Unidos, quienes insisten que WikiLeaks expone a EEUU a “daños”, que pone en riesgo vidas humanas, y que estas revelaciones “alentarán al extremismo islámico”. Evalúa especialmente la noción de que “el secreto de estado es esencial para brindarnos seguridad a todos”. Murray explica que después de veinte años de trabajo en la diplomacia conoció muy bien este tipo de argumentos, especialmente el argumento de que en como resultado de las revelaciones de WikiLeaks, los diplomáticos no serán sinceros en sus consejos, “si estos consejos pudieran hacerse públicos”. Murray especifica:
Expresémoslo de otra manera. Se dice que el mejor consejo es aquel que no se puede defender públicamente. ¿De veras? ¿Por qué? En el mundo globalizado de hoy, la embajada no es la única fuente de experticia. A menudo las organizaciones de expatriados, académicas o comerciales, están mucho mejor informadas. El mejor consejo sobre política no es aquel que está protegido contra la revisión pública.
Lo que por supuesto el establishment tiene en mente es que los embajadores tengan la libertad de recomendar cosas que el público en general vería con profunda vergüenza, y sin ningún peligro de ser descubiertos. Pero ¿realmente se les debería permitir hacer tales cosas, en una democracia?10
Murray pregunta intencionalmente por qué una conducta como mentir considerada reprochable para la mayoría de gente “debería ser aceptable, hasta loable, en la diplomacia”. Aclara que en el caso de los diplomáticos británicos “esta creencia de que su profesión los exceptúa de las restricciones normales del comportamiento decente, llega a un culto del Machiavelismo, un orgullo de su propia inmoralidad”. Explica que los diplomáticos pertenecen a un estrato social superior muy reducido y “se consideran superhombres nitzscheanos ultrainteligentes, por encima de la moralidad común”, conectados socialmente a la élite política.
Al criticar las afirmaciones de muchos comentaristas de que la publicación del contenido de las publicaciones ponen en peligro las vidas, Murray escribe que esta opinión requiere “confrontar este riesgo con los cientos de miles de verdaderas víctimas de la política exterior de Estados Unidos y sus co- conspiradores durante la década pasada”. Más aún, en cuanto a aquellos que suponen que WikiLeaks es una especie de operación psicológica o propagandística o una acción camuflada de la CIA, Murray dice lo siguiente:
Estos documentos reflejan la opinión de Estados Unidos- son comunicaciones oficiales del gobierno de Estados Unidos. Lo que muestran es algo de lo que yo mismo fui testigo, que los diplomáticos rara vez dicen a los políticos verdades difíciles de aceptar, sino que informan y refuerzan lo que sus amos quieren oír, para así recibir ascensos.
Por lo tanto, existe gran cantidad de información sobre el supuesto arsenal nuclear de Irán y una exageración sobre la capacidad de Irán para la distribución de las ojivas. Pero no hay nada sobre el extenso arsenal nuclear de Israel. Y no porque WikiLeaks haya censurado críticas sobre Israel.
Ello se debe a que si algún diplomático estadounidense hiciera una evaluación honesta y sincera de los crímenes de Israel, muy pronto sería un ex-diplomático desempleado.11
Murray termina su artículo con una declaración que todos deberían recordar: “La verdad ayuda a la gente a oponerse a las élites rapaces… en todas partes”.12
El Orden Mundial y el Despertar Global
Para tratar de entender a WikiLeaks y sus potenciales efectos (es decir, si los medios alternativos y los ciudadanos activistas utilizan esta oportunidad), debemos colocar a WikiLeaks en un contexto geopolítico más amplio.
Nuestro mundo humano existe como un complejo sistema de interacciones sociales. Las élites poderosas y dominantes existen y siempre han existido, sin embargo debemos darnos cuenta que no son omnipotentes: son humanas y llenas de defectos, al igual que sus métodos e ideas. Pero existen otras fuerzas que operan en la sociedad humana. Un fenómeno nuevo y único en la historia de la humanidad se está llevando a cabo en todo el mundo. Su alcance y volumen sin precedentes son una amenaza a todas las estructuras globales de poder: el “despertar político global”. Este término fue inventado por Zbigniew Brzezinski, quien escribió en el New York Times (16 de diciembre de 2008):
Por primera vez en la historia, casi toda la humanidad está políticamente activada, políticamente consciente y políticamente interactiva. El activismo global está generando un movimiento en búsqueda de respeto para la cultura y de oportunidades económicas en el mundo marcado por los recuerdos de la dominación colonial e imperial.
En esencia, este masivo “despertar político global” es el que presenta el desafío más grande y más grave para los poderes organizados de la globalización y para la economía política global: los estados-nación, las corporaciones y bancos multinacionales, los bancos centrales, las organizaciones internacionales y las instituciones militares, de inteligencia, mediáticas y académicas. Los miembros de la clase capitalista trasnacional, o “superclase”, como los llama David Rothkopf, se han globalizado como nunca antes. Por primera vez en la historia tenemos una élite verdaderamente global y fuertemente integrada. En la medida en que las élites han globalizado su poder con la intención de construir un “nuevo orden mundial” de gobernabilidad global y, en última instancia, con un gobierno global, también han globalizado a los pueblos.
La “Revolución Tecnológica” involucra a dos principales acontecimientos geopolíticos. El primero consiste en que simultáneamente con el avance de la tecnología también acelera su desarrollo la comunicación de masas -la gente en todo el mundo puede comunicarse instantáneamente entre sí y consiguen acceso a la información de todo el mundo. En eso está el potencial –y a la larga la fuente principal– del despertar político global masivo. Al mismo tiempo La Revolución Tecnológica ha permitido a las élites redireccionar y controlar la sociedad de maneras nunca antes imaginadas, culminando potencialmente en una dictadura científica global, lo cual muchos han advertido desde principios del siglo XX. El potencial para controlar las masas nunca ha sido tan grande, a medida que la ciencia libera el poder de la genética, la biometría, la vigilancia y las nuevas formas de eugenesia moderna, implementadas por una élite científica equipada con sistemas de control psicosocial. El análisis de Brzezinski del “despertar político global” es útil puesto que en todas partes hay interés por la declaración que él hace de ese movimiento como la principal amenaza global para las élites. Así pues, la gente debería ver al concepto del despertar político global como la mayor esperanza potencial para la humanidad y desarrollarla y apoyarla, al contrario de la opinión de Brzezinski, quien considera que hay que controlarla y eliminarla.
Brzezinski considera que para enfrentar a este nuevo “desafío” global por el poder atrincherado, especialmente de los estados-nación, que no pueden enfrentar de manera adecuada a los pueblos cada vez más inflexibles y a sus reivindicaciones populares, hace falta una “cooperación supranacional cada vez mayor, promovida por Estados Unidos”. En otras palabras, Brzezinski una mayor y más amplia “internalización”; nada sorprendente, considerando que fue él quien estableció las bases intelectuales de la Comisión Tripartita.
Conceptualización de WikiLeaks
Me parece que WikiLeaks debe ser conceptualizada en el marco de nuestra comprensión de la realidad geopolítica en que vivimos. El escepticismo automático y la suspicacia hacia WikiLeaks por parte de los medios alternativos son perfectamente lógicos; sin embargo corren riesgo de perder la oportunidad que ofrece WikiLeaks no sólo para llegar a más personas con información importante sino también para presentarla más adecuadamente.
Los que tratan a WikiLeaks como una conspiración o un complot, como algún tipo de operación psicológica, cosas que de hecho han sucedido en el pasado, deberían tomar en cuenta que hasta ahora no hay pruebas de ello. Todo intento de verificar esta concepción se basa en especulaciones. Muchos países, especialmente en el Oriente Medio y en el Sur Asiático, señalan que los países occidentales son los que están detrás de la campaña propagandística encubierta cuyo objetivo es crear conflictos entre ciertos países y sus aliados. Tales sospechas fueron expresadas por Irán, Turquía, Pakistán y Afganistán. No sorprende que la mayoría de estos países, especialmente Irán, sean objeto de la política imperial de Estados Unidos. El hecho que las publicaciones de WikiLeaks hablan duro y negativamente de Irán, Pakistán, Afganistán, Rusia, China, Venezuela, etc., no debería sorprender a nadie, ya que son los cables diplomáticos que expresan las opiniones y convicciones del personal diplomático, el grupo social que en el pasado y en la actualidad ha sido profundamente sumiso y ha estado profundamente engranado en la ideología y metodología de las élites. Si toda la información que ellos proveen son rumores, conjeturas, suposiciones y temas repetidos de conversaciones, es obvio que esto aparecería en los cables diplomáticos. Y precisamente este es el caso.
Los cables están llenos de rumores y alegatos sin ninguna base. Se refieren precisamente a estos países específicos, que son geopolíticamente importantes para los intereses imperiales estadounidenses, lo que también explicaría porque hay mucha menos información referente a Israel u otros países aliados de Estados Unidos. Por esta razón creo que estos cables son auténticos y presentan la realidad del “grupo social diplomático” y, por tanto, son una vívida exploración en el estudio del imperialismo. Tenemos la increíble oportunidad de ver las “comunicaciones” de la diplomacia imperial.
En cuanto a muchas naciones del Medio Oriente y de Asia que ven a Wikileaks como un “complot occidental”, nosotros que pensamos críticamente, debemos prestar atención a la realidad geopolítica del despertar político global. Todos los estados están interesados en sí mismos: así es la naturaleza de un estado. Las élites en todo el mundo se dan cuenta de la realidad y del poder político potencial que tiene el despertar político global y por eso intentan eliminarlo o cooptar su potencial. Los estados (tales como Irán), que a menudo son percibidos por la prensa crítica como “objetivos” de los poderes imperiales occidentales, pueden utilizar esa fuerza a su favor. Pueden intentar a dirigir el despertar global y los medios alternativos a su favor, lo cual les da el poder político. Pero los medios alternativos, no deben ponerse del lado de nadie, en términos de élites globales o estructuras de poder: debemos permanecer críticos con relación a todas las partes y a todos los actores.
WikiLeaks goza de enorme audiencia y llega a nuevos públicos, a los jóvenes en el mundo y en el propio Estados Unidos. Las percepciones de la gente están comenzando a cambiar respecto a muchos asuntos. La pregunta es: ¿ignorarán los medios alternativos a WikiLeaks y se aislarán a sí mismos o se involucrarán con WikiLeaks y no dejarán que los medios principales tengan “un monopolio de interpretación” lo cual se vuelve inherentemente propagandístico. Si no llegamos a esa nueva y creciente audiencia, nos quedaremos discutiendo entre nosotros y en consecuencia nos aislaremos aún más y perderemos la oportunidad de lograr cambios. Necesitamos llegar a nuevas audiencias y precisamente ahora tenemos una excelente oportunidad de hacerlo. La gente está interesada, curiosa y hambrienta de algo más.
WikiLeaks y los Medios
En vez de ridiculizar a WikiLeaks como “no diciendo nada que no se supiera antes”, quizás los medios alternativos deberían aprovechar la popularidad y el ímpetu de WikiLeaks y aprovechar sus documentos y análisis que, además, refuerzan nuestros argumentos y convicciones. Eso permitirá a otros, especialmente a las nuevas audiencias en todo el mundo, a ver y entender los documentos de WikiLeaks en un contexto más amplio.
Los informes de WikiLeaks son “revelaciones” solamente para aquellos que se apegan a las “ilusiones” de que vivimos en “democracias”, que promueven “libertad” en el mundo y en nuestro hogar, etc. Las “revelaciones” no desafían simplemente la forma en que los estadounidenses perciben a Estados Unidos, sino también cómo todas las naciones son percibidas por sus pueblos. Es un cambio increíble el hecho de que esas personas lean y descubran nuevas cosas y tomen interés por ellas.
Por ello, es probable que los medios corporativos estén fuertemente involucrados en la propagación de esas informaciones para controlar su interpretación, lo cual a su vez es una fuente principal de sospechas para los medios alternativos. Es tarea de los medios alternativos, de los intelectuales y de otras personas que piensan de manera independiente, refutar esa interpretación con un análisis objetivo. Las publicaciones de WikiLeaks en realidad proveen más hechos que podemos ubicar y que respalden nuestras interpretaciones que las de los medios corporativos.
Debemos preguntarnos por qué las publicaciones de WikiLeaks son “revelaciones” para la mayoría de la gente. Bien, son sorprendentes por la simple razón de que los medios tienen un fuerte control sobre el acceso y la difusión e interpretación de la información. Son reveladoras porque la gente es adoctrinada con mitos. No son revelaciones para los medios alternativos puesto que hemos estado hablando de estas cosas desde hace años. Sin embargo, aunque en realidad no sean necesariamente revelaciones, constituyen confirmaciones y reivindicaciones y proveen más información para el análisis. Es aquí donde yace una gran oportunidad. Puesto que las publicaciones respaldan y mejor informan nuestras perspectivas, podemos aprovecharlos y averiguar cómo WikiLeaks amplía y apoya el análisis crítico.
Para aquellos que recién se han interesado y buscan más información o para aquellos que ven desafiadas sus percepciones previas, sólo los medios alternativos y las voces críticas pueden proveer un contexto más amplio en el cual entender adecuadamente esas revelaciones. Así más personas verán que los medios alternativos reflejan mejor la realidad que los medios predominantes, para los cuales WikiLeaks es una “revelación”. Gracias a ello quizás más gente leerá los medios alternativos y sus ideas: después de todo, nuestras opiniones han sido reivindicadas y no las de los medios corporativos, (aunque estos últimos tratan de presentar lo contrario).
Sin embargo, ninguna otra organización es capaz de diseminar tanta información, tan rápidamente y con tal alcance como los medios corporativos. Si las revelaciones hubieran llegado sólo a los medios alternativos desde el principio, entonces la información alcanzaría solamente a los que ya leen la prensa alternativa.
En ese caso, las “revelaciones” no habrían sido tan impresionantes y su efecto no hubiera sido tan grande. En su exposición global del material de WikiLeaks (sin que importen sus interpretaciones sesgadas y propagandísticas) los medios corporativos han cambiado el significado y la dinámica de la información. Al extenderse a un público más amplio y nuevo, las voces alternativas y críticas pueden cooptar a este nuevo público, sacarlos del terreno del “control” de la información y dirigirlos al terreno de “acceso” a la información. Esta es potencialmente una de las oportunidades más importantes presentadas a las voces alternativas y críticas del mundo.
Las revelaciones de WikiLeaks son un evento transformador global no sólo en términos de que nuevas personas tomen conciencia de “nueva” información sino también en términos del efecto de éstas sobre las estructuras globales de poder. Con las renuncias de embajadores y la exposición de los diplomáticos como mentirosos y títeres, con el crecimiento de diferencias políticas entre los aliados imperiales de occidente y con muchas carreras y reputaciones de élites en riesgo, WikiLeaks está creando el potencial para un enorme deterioro de la efectividad del imperialismo y de la dominación. Sólo eso ya es un objetivo admirable y digno de realización. Que esto ya esté sucediendo muestra cuán poderosa y transformadora es y podría ser WikiLeaks. En todo el mundo la gente ha comenzado a observar a sus líderes con un lente no filtrado por las “relaciones públicas”. En los medios corporativos la información es filtrada a través de la propaganda y por eso es una obligación primordial de los medios alternativos y de los pensadores críticos, presentar esa información en un contexto más amplio y comprensivo. Ello erosionaría aún más la efectividad del imperio.
Con la reacción de varios países y organizaciones policiales que emitieron órdenes de arresto para Julian Assange, editor en jefe de WikiLeaks, o al solicitar su asesinato (como sugirió uno de los consejeros del Primer Ministro canadiense en una presentación por televisión), estas organizaciones e individuos demuestran su propio odio hacia la democracia y hacia la transparencia y libertad de información. Tales reacciones pueden ser usadas para desacreditar su legitimidad para “gobernar”. Si se supone que las organizaciones policíacas existen para “proteger y servir”, ¿por qué entonces se convierten en perseguidores en lugar de castigar y molestar a aquellos que revelan la verdad? Esto tampoco sorprende a los que estudian detenidamente la naturaleza del Estado y, especialmente, el fenómeno moderno de la militarización de la sociedad nacional y el desmantelamiento de los derechos y libertades ciudadanas. Sin embargo, esto sucede frente a los ojos de todo el mundo y la gente está prestando atención. Ya eso es algo nuevo.
Esta es una oportunidad excepcional para criticar la política exterior (léase “estrategia imperial”), y para desentrañar a muchas estructuras globales de poder. Hoy, más que nunca, la gente quiere escuchar, aprender e investigar personalmente. WikiLeaks debería ser tratada como un regalo y no como una distracción. En lugar de enfocar partes de los cables revelados por WikiLeaks (como el referido a Irán) las cuales no reflejan los puntos de vista de los medios alternativos, debemos aprovechar a WikiLeaks para enriquecer nuestro propio conocimiento, no sólo sobre la “política” en sí misma, sino sobre las interacciones e ideas sociales complejas que crean la base para la ejecución de la política.
En cuanto a los cables diplomáticos, WikiLeaks ayuda a develar y a eliminar la retórica subyacente a la política imperial y a exponer a los diplomáticos no como “observadores informados” sino como “agentes de poder”. La reacción de las naciones, organizaciones e instituciones en todo el mundo, añade más leña al fuego sobre este asunto, puesto que somos testigos de la total repugnancia que los líderes políticos tienen hacia la “democracia” y la libertad de información”, a pesar de su retórica. De esta manera pueden ser descubiertas varias instituciones de poder.
WikiLeaks como una Oportunidad
Si WikiLeaks es una operación psicológica, entonces sería la operación más estúpida o la más inteligente jamás realizada. Pero una cosa es segura: los sistemas y las estructuras de poder están siendo expuestas ante un público mucho más amplio que antes. La pregunta para los medios alternativos e igualmente para los investigadores críticos es lo que harán con esta información y con esta oportunidad.
Julián Assange fue entrevistado recientemente por la revista Time sobre WikiLeaks y explicó a su mal informado editor que las organizaciones que son secretas deben ser puestas al descubierto:
Si su comportamiento fuera revelado al público, tendrían dos opciones: una sería reformarse de manera que puedan estar orgullosas de sus acciones y orgullosas de mostrarlas al público. La otra sería encerrarse en sí mismos y quedar fragmentados y, como resultado de ello, perder su anterior efectividad. Personalmente creo que sería un buen resultado, puesto que las organizaciones pueden ser eficientes, abiertas y honestas o cerradas, conspiradoras e ineficientes.14
Más adelante, Assange explicó algunas de sus opiniones acerca de la influencia que tiene WikiLeaks y las reacciones hacia ella:
Parece que el gobierno chino, el servicio de la seguridad pública chino, tienen mucho miedo de la libertad de expresión y si se puede decir que algo horrible sucede en ese país, esto a mi modo ver, es una señal muy positiva, ya que significa que las palabras todavía pueden producir reforma y que la estructura de poder es aún primordialmente de carácter político y no fiscal. De este modo, el periodismo y lo escrito son capaces de causar cambios y por eso las autoridades chinas tanto les temen. En cambio, en Estados Unidos y en otros países occidentales, los elementos básicos de la sociedad han sido fiscalizados tan profundamente a través de las obligaciones contractuales que los cambios políticos no parecen producir cambios económicos, lo que en otras palabras significa que un cambio político no hace ningún cambio.15
En la entrevista Assange tocó el tema del Internet y de los medios comunitarios:
El surgimiento de los medios de comunicación social es un tema muy interesante. Cuando empezamos (en el año 2006), pensamos que el trabajo analítico lo harían los bloggers y la gente que escribiese artículos para Wikipedia, etc. Pensamos que eso era natural, considerando que teníamos muchos contenidos importantes y de calidad… La mayor parte de pesado trabajo de análisis de nuestros materiales es realizado por nosotros y por los periodistas profesionales con quienes trabajamos, así como por profesionales activistas del movimiento de defensa de los derechos humanos. No lo hace la sociedad. Sin embargo, cuando se realiza el levantamiento inicial de la información, cuando un relato se convierte en una historia, se convierte en noticia, empezamos entonces a observar la participación del público, el cual empieza a profundizar y a proporcionar una perspectiva mayor. Por ello, las redes sociales tienden a ser para nosotros una especie de amplificador de lo que estamos haciendo. Además nos proveen de fuentes.16
Como investigadores, medios de comunicación y críticos, debemos estar conscientes de que nuestras opiniones y creencias deben estar abiertas al cambio y a la evolución. Sólo porque algo así no haya sucedido nunca antes no significa que no esté sucediendo ahora. Vivimos en la época de la Revolución Tecnológica e Internet ha cambiado la economía, la política y la sociedad misma a escala global. Es aquí donde la esperanza en el crecimiento y mejor información del “despertar político global” debe tomar fuerza y establecerse. El verdadero cambio no llegará de las instituciones de poder ya establecidas ni de las recién creadas, que es a donde están siendo dirigidos todos los problemas, especialmente aquellos de importancia global. En su lugar, el verdadero cambio solo puede venir de la comunidad global de los pueblos, actuando juntos y a través del poder desencadenado por la Revolución Tecnológica y no de las estructuras de poder. El cambio debe entenderse globalmente y la comunidad debe estar organizada.
Estamos al borde de un período de transformación social global. La pregunta es: ¿haremos algo al respecto? ¿Buscaremos información y tomaremos parte en esta transición o vamos a sentarnos y observar como es desviada, criticando si se debilita y cae?
Así como la “globalización” ha facilitado el surgimiento de una élite global y de varias instituciones e ideologías de poder global, también ese mismo proceso facilitó la “globalización de oposición”. Y mientras las élites trabajan activamente para integrar y expandir las estructuras globales de poder, también, sin querer, están integrando y expandiendo la oposición global contra las mismas estructuras de poder. Es una gran paradoja de nuestros tiempos, de la cual debemos darnos cuenta, puesto que no es una mera observación de un hecho, sino una situación esperanzadora.
La esperanza no debe ser subestimada y es algo con lo cual yo mismo he luchado en mis perspectivas del mundo. Es difícil tener esperanza cuando se estudian tantos horrores en el mundo y se ve lo poco que se hace al respecto. Pero el activismo y el cambio necesitan esperanza. Lo demostró claramente la campaña de Obama la cual estaba salpicada con retórica de “esperanza” y “cambio”, algo que todo el mundo desea y necesita legítimamente. Sin embargo, la “esperanza” y el “cambio” de Obama eran marcas y patentes de Wall Street; fue una obra maestra el arte de la propaganda y un terrible golpe al verdadero significado de esperanza y cambio. Hay una razón por la que la campaña de Obama recibió los primeros lugares en las premiaciones de la “industria” de las relaciones públicas.17
Aunque en la mayoría de los frentes en el mundo la situación se pone cada vez peor, los medios alternativos han concentrado casi exclusivamente su atención en ellos, y se han cegado frente a los eventos geopolíticos positivos del mundo – es decir, al despertar político global y al papel de Internet en la transformación de la sociedad global. Aunque estos asuntos se reconocen, no son plenamente comprendidos ni explicados en un contexto más amplio: que estos son, de hecho, acontecimientos esperanzadores; de que hay esperanza. WikiLeaks refuerza esta convicción, si la tratamos como una oportunidad.
La lista de ejemplos dados a conocer por los cables revelados en WikiLeaks es interminable en cuanto a la cantidad de información adicional que puede ser añadida a la difusión de información y al análisis de los medios alternativos. No se equivoque: esta es una oportunidad para difundir la verdad, no para alejarse de ella. Trátenla así.
Sobre el autor:
Andrew Gavin Marshall es un investigador asociado en el Centre for Research on Globalization (Centro de Investigaciones sobre la Globalización) en Montreal, Canadá. Es coeditor, con el profesor Michael Chossudovsky, del libro “The Global Economic Crisis: The Great Depression of the XXI century” (“La Crisis Económica Global: La Gran Depresión del Siglo XXI”) (disponible enhttp://www.globalreasearch.ca). Actualmente está escribiendo un libro sobre el gobierno global, previsto para ser publicado en 2011 por Global Research Publishers. Sus artículos publicados previamente en NEXUS son “La Anatomía Imperial de Al-Qaeda” (17/06), “El Surgimiento de la Dictadura Científica Global” (17/05), “Una Nueva Guerra Mundial para un Nuevo Orden Mundial” (17/02) y “El Nuevo Orden Mundial Financiero” (16/04-05).
Nota del Editor:
Debido a limitaciones de espacio, no hemos podido publicar la versión completa del artículo de Andrew G. Marshall. Para leerlo junto con las referencias finales diríjase a la página web en: http://tinyurl.com/67hmpqp.
Traducido por:
Danuta Makarewicz
Humberto Almeida
FEBRERO-MARZO de 2011 www.nexusmagazine.com NEXUS * 15
Tomado de: http://www.aporrea.org
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