Washington reactiva su proyecto de división de Irak

por Thierry Meyssan

La prensa internacional está presentando el repentino derrumbe del Estado iraquí como resultado de la ofensiva del grupo terrorista conocido como EIIL. Pero, ¿quién puede creerse que un Estado poderoso, armado y organizado por Washington pueda desmoronarse en una semana ante un grupo yihadista oficialmente independiente de otro Estado? ¿Y quién puede creer que los mismos que apoyan las acciones del EIIL contra Siria realmente condenan su acción en Irak? Thierry Meyssan revela el lado oculto de las cartas.

El «Medio Oriente ampliado» (Greater Middle East), según el estado mayor de las fuerzas armadas de Estados Unidos. Mapa publicado en 2006 por el coronel estadounidense Ralph Peters.

El «Medio Oriente ampliado» (Greater Middle East), según el estado mayor de las fuerzas armadas de Estados Unidos. Mapa publicado en 2006 por el coronel estadounidense Ralph Peters.

Desde el año 2001, el estado mayor de las fuerzas armadas de Estados Unidos ha venido tratando de dividir el «Medio Oriente ampliado» en una multitud de pequeños Estados étnicamente homogéneos. El mapa del Medio Oriente rediseñado por Washington se publicó en julio de 2006 [1]. Y según ese mapa Irak debía dividirse en 3 partes: un Estado sunnita, un Estado chiita y un Estado kurdo.

El fracaso de Israel ante el Hezbollah libanés, en el verano de 2006 [2], y el de Francia y el Reino Unido ante el Estado sirio, en 2011-2014, podían hacer pensar que aquel plan había quedado en el olvido. Pero no ha sido así. El estado mayor de las fuerzas armadas de Estados Unidos está tratando de reactivarlo a través de los condottieri de hoy: los yihadistas.

Esa es la perspectiva que permite analizar correctamente los acontecimientos de la semana pasada en Irak. A la hora de explicarlos, la prensa internacional insiste en la ofensiva del Emirato Islámico en Irak y el Levante (EIIL, también conocido en árabe como Daesh), ofensiva que en realidad sólo es parte de una operación mucho más amplia.

Ofensiva coordinada del EIIL y los kurdos

En sólo una semana, el EIIL ha conquistado lo que podría convertirse en un emirato sunita mientras que los kurdos conquistaban lo que debería pasar a ser un Estado kurdo independiente.

El ejército iraquí, entrenado y armado por Washington, simplemente dejó en manos del EIIL toda la región de Ninive. Pero también abandonó la región de Kirkuk, que rápidamente cayó bajo el control de los pershmergas del Kurdistán iraquí. La estructura misma de la cadena de mando iraquí facilitó el derrumbe de sus fuerzas: los oficiales superiores estaban obligados a obtener la anuencia de la oficina del primer ministro antes de realizar cualquier movimiento de tropas, condición que les impedía dar prueba de iniciativa a la vez que los llevó a acomodarse como reyezuelos en las zonas bajo su mando. En tales condiciones, resultaba extremadamente fácil para el Pentágono comprar a ciertos oficiales para que se encargaran de incitar a sus soldados a desertar.

También desertaron los parlamentarios al ser convocados por el primer ministro, impidiendo así que el parlamento votara la proclamación del estado de urgencia… por falta de quorum, lo cual dejó al gobierno sin posibilidades de responder rápidamente ante la grave situación.

Ya sin otra opción para salvar la unidad del país, el primer ministro al-Maliki recurrió a todos sus posibles aliados. Se dirigió, en primer lugar, al pueblo iraquí en general y, en particular, a la milicia chiita de su rival Moqtada al-Sadr (el Ejército del Mahdi), así como a los Guardianes de la Revolución iraníes (el general Qassem Suleimani, comandante en jefe de la fuerza al-Qods, se encuentra en Bagdad en este momento). Y finalmente recurrió a Estados Unidos pidiéndole que inicie bombardeos aéreos contra las fuerzas del EIIL.

La prensa occidental está señalando, no sin algo de razón, que la manera de gobernar del primer ministro al-Maliki ha sido a menudo lesiva tanto para la minoría sunnita como para los laicos del Partido Baas ya que se ha mostrado principalmente favorable a los chiitas. Se trata, sin embargo, de un argumento que debe ser relativizado y llevado a sus justas proporciones ya que, en las recientes elecciones legislativas del 30 de abril, los iraquíes acaban de reiterar su respaldo a la coalición de Nuri al-Maliki, que obtuvo un 25% de los votos, o sea 3 veces más sufragios que el movimiento de Moqtada al-Sadr, mientras que el resto de los votos se diluía al dividirse entre una multitud de pequeños partidos.

La preparación de la ofensiva contra la autoridad de Bagdad

La ofensiva del EIIL, por un lado, y la de los Pershmergas por el otro venía preparándose desde hace tiempo.

El nacimiento del Kurdistán iraquí se inició bajo la protección de Estados Unidos y de Gran Bretaña, con la imposición a Sadam Husein de la zona de exclusión aérea decretada entre las dos invasiones occidentales desatadas contra Irak (1991-2003). A partir del derrocamiento de Sadam Husein, el Kurdistán iraquí adquirió un alto nivel de autonomía y ha caído en la esfera de influencia israelí. Resulta por consiguiente impensable que Tel Aviv no haya intervenido en la toma de Kirkuk. En todo caso, el hecho es que el actual gobierno regional de Erbil ha extendido su jurisdicción a todo el conjunto del territorio iraquí que los planes del estado mayor de las fuerzas armadas de Estados Unidos habían asignado a la formación del Kurdistán independiente.

El EIIL es una milicia tribal sunnita a la que se integraron los combatientes de al-Qaeda en Irak al términar el mandato de Paul Bremer III en Irak y con el traspaso del poder político a los iraquíes. El 16 de mayo de 2010, un responsable de al-Qaeda en Irak, Abu Bakr al-Baghdadi, liberado en circunstancias aún desconocidas, es nombrado emir. Este personaje se esforzará posteriormente por poner el EIIL bajo la autoridad de al-Qaeda.

A inicios de 2012, combatientes del EIIL crean en Siria el grupo conocido como Jabhat al-Nusra –o sea, Frente de Apoyo al Pueblo del Levante– como rama siria de al-Qaeda. Durante julio de 2012, Jabhat al-Nusra se desarrolla al calor de la reanudación de la ofensiva franco-británica contra Siria. Pero a fines de 2012, Washington decide finalmente clasificarlo como «organización terrorista», a pesar de las protestas del ministro francés de Relaciones Exteriores, quien llega a declarar públicamente que los “chicos” de al-Nusra «están haciendo un buen trabajo» (sic) [3].

Los éxitos de los yihadistas en Siria, hasta el primer semestre de 2013, modificaron el nivel de atracción que podían ejercer sus diferentes grupos. El proyecto oficial de revolución islamista global promovido por al-Qaeda comenzó a verse rápidamente como algo utópico mientras que la creación de un emirato o Estado islámico en algún territorio bajo control yihadista parecía mucho más realista, e incluso al alcance de la mano. Esto último es lo que da lugar a la idea de confiar a los defensores de ese proyecto el rediseño de Irak que las fuerzas armadas de Estados Unidos no lograron concretar cuando invadieron y ocuparon ese país.

El cambio de imagen del EIIL se produce durante la primavera de 2014, con la liberación de los prisioneros occidentales que ese grupo tenía en su poder –alemanes, británicos, daneses, españoles, estadounidenses, franceses e italianos. Las primeras declaraciones de los liberados confirmaban punto por punto las informaciones de los servicios de inteligencia de Siria: el EIIL está bajo la dirección de oficiales estadounidenses, franceses y sauditas. Sin embargo, los prisioneros liberados daban rápidamente marcha atrás y contradecían después sus primeras declaraciones sobre la identidad de los individuos con quienes habían tenido contacto durante su cautiverio.

En ese contexto se produce la ruptura entre el EIIL y al-Qaeda, en mayo de 2014. A partir de ese momento, el EIIL adopta una postura de rivalidad mientras que al-Nusra se mantiene como rama oficial de al-Qaeda en Siria. Pero todo eso no es más que una cuestión de apariencias. En realidad, esos grupos cuentan, desde su creación misma, con el respaldo de la CIA, que los utiliza contra los intereses de Rusia –como ha podido verse en Afganistán, Bosnia-Herzegovina, Chechenia, Irak y Siria.

En mayo, habiendo dejado de ser la representación regional de una organización mundial (al-Qaeda) para convertirse por sí mismo en una organización regional, el EIIL se preparó para desempeñar el papel que desde hace tiempo se le había asignado.

Aunque está encabezado en el terreno por el ya mencionado Abu Bakr al-Baghdadi, el EIIL se halla en realidad bajo la autoridad del príncipe saudita Abdul Rahman al-Faisal, hermano de los príncipes Saud al-Faisal –ministro de Relaciones Exteriores de Arabia Saudita desde hace 39 años– y Turki al-Faisal –ex director de los servicios secretos y actual embajador de Arabia Saudita en Washington y Londres.

En mayo pasado, los príncipes al-Faisal compraron una fábrica de armamento en Ucrania. A partir de entonces, importantes cargamentos de armamento pesado han estado llegando por vía aérea a un aeropuerto militar turco. Y desde ahí, el MIT (los servicios secretos de Turquía) ha estado enviando ese armamento al EIIL en trenes especiales. Es prácticamente imposible que semejante cadena logística haya podido montarse sin la OTAN.

La ofensiva del EIIL

El pánico que se ha apoderado de la población iraquí ante el avance del EIIL tiene que ver con la envergadura de los crímenes que esa organización ha cometido en Siria, como degollamientos públicos de «musulmanes renegados» e incluso crucifixión de cristianos. Según William Lacy Swing –ex embajador de Estados Unidos en Sudáfrica y posteriormente en la ONU y actual director de la Oficina de Migraciones Internacionales (OMI)–, al menos 550 000 iraquíes han preferido huir ante la ofensiva de los yihadistas.

Esas cifras demuestran cuán errados están los estimados occidentales que afirman que el EIIL sólo dispone de 20 000 combatientes en total, en Siria e Irak. La verdadera cifra es probablemente tres veces más alta, o sea unos 60 000 combatientes. La diferencia entre ambas cifras corresponde exclusivamente a la cantidad de extranjeros, reclutados en todo el mundo musulmán y muchos de los cuales ni siquiera son árabes. El EIIL se ha convertido por lo tanto en el principal ejército privado del mundo y su papel recuerda el de los célebrescondottieri del Renacimiento europeo.

Y es probable que el EIIL siga desarrollándose, gracias al botín de guerra que está reuniendo en Irak. En la ciudad de Mosul, el EIIL se apoderó de los fondos del distrito de Ninive, 429 millones de dólares en dinero contante y sonante, suma que le permitiría pagar a todos sus combatientes por espacio de un año. También se apoderó de numerosos Humvees [Vehículo militar multipropósito de fabricación estadounidense corrientemente utilizado por las fuerzas armadas de Estados Unidos] y de al menos 2 helicópteros de combate que incorporó de inmediato a su equipamiento. Como los yihadistas no tienen posibilidades de formar pilotos, la prensa internacional da por sentado que esos helicópteros serán utilizados por ex oficiales baasistas formados en tiempos de Sadam Husein, lo cual es altamente improbable en el contexto de guerra entre baasistas laicos y yihadistas que sirve de telón de fondo a la guerra en Siria.

Reacciones internacionales

Los partidarios de Arabia Saudita en la región ya estaban a la espera de la ofensiva de los peshmergas y del EIIL. En Líbano, el presidente Michel Sleiman, quien en enero pasado concluía una alocución lanzando un sonoro «¡Viva Arabia Saudita!» en lugar de un «¡Viva el Líbano!», trató por todos los medios de lograr una prórroga de 6 meses de su mandato presidencial –que ya expiró el 25 de mayo– para estar aún al mando cuando se presentara la actual crisis.

En todo caso, es la incoherencia lo que está caracterizando las reacciones internacionales ante la crisis iraquí. Todos los Estados, sin excepción alguna, condenan las acciones del EIIL en Irak y se pronuncian contra el terrorismo. Pero algunos –como Estados Unidos y sus aliados– ven en el EIIL un aliado objetivo contra el Estado sirio, y varios (Estados Unidos, Arabia Saudita, Francia, Israel y Turquía) son incluso gestores de su actual ofensiva en Irak.

En Estados Unidos, el debate público muestra una oposición entre los republicanos –que están exigiendo un redespliegue militar en Irak– y los demócratas –que denuncian la grave inestabilidad suscitada por la intervención militar de George W. Bush contra Sadam Husein. Toda esa batalla oratoria permite ocultar el hecho que los actuales acontecimientos responden a los intereses estratégicos del estado mayor estadounidense y que este último está además directamente implicado en ellos.

Es también muy posible que Washington no haya jugado limpio con Ankara ya que el EIIL parece haber tratado de apoderarse de la tumba de Solimán Schah, en el distrito sirio de Raqqa. Ese santuario es propiedad de Turquía, que incluso dispone de una pequeña guarnición en el lugar, en virtud de la cláusula de extraterritorialidad incluida en el Tratado de Ankara, impuesto por los colonizadores franceses en 1921. Pero tampoco sería imposible que esa supuesta acción del EIIL haya sido en realidad una provocación orquestada por Turquía, cuyo gobierno ya había estudiado en otro momento esa variante para utilizarla como justificación de una intervención abierta del ejército turco en Siria [4].

Más grave resulta el hecho que durante la toma de Mosul el EIIL tomó prisioneros a 15 diplomáticos turcos con sus familias y a 20 miembros de las fuerzas especiales turcas en el consulado de Turquía, lo cual provocó la cólera de Ankara. El EIIL arrestó además a varios choferes turcos de transportes pesados, quienes fueron posteriormente liberados. Resultado: después de haber garantizado la logística de la ofensiva del EIIL, Turquía se siente traicionada y no se sabe –al menos por el momento– si esa traición es cosa de Washington, de Riad, de París o de Tel Aviv. Esa situación recuerda lo sucedido el 4 de julio de 2003, cuando el ejército estadounidense arrestó a 11 miembros de las fuerzas especiales turcas en Sulaimaniyeh (Irak), incidente popularizado por el film turco El valle de los lobos [5]. Aquel episodio dio lugar a la crisis más importante de los 60 últimos años entre Turquía y Estados Unidos.

En este caso, la hipótesis más probable es que Ankara no tenía previsto participar en una ofensiva tan amplia y que fue sólo con la operación ya en marcha que descubrió que el objetivo de Washington era la creación del Kurdistán. Lo cual probablemente no entraba en los planes de Ankara ya que –según el mapa publicado en 2006 por el Pentágono– el Kurdistán incluiría una porción de territorio turco. En efecto, las “amputaciones” previstas en el plan estadounidense no sólo son para los enemigos de Washington. También afectan a los “amigos” y todo ello parece indicar que el arresto en Mosul de los diplomáticos turcos y de los miembros de las fuerzas especiales de Turquía tuvo como objetivo impedir que Ankara tratara de sabotear la operación.

Al llegar el jueves a Ankara, proveniente de Amman, la representante especial de Estados Unidos ante el Consejo de Seguridad de la ONU, Samantha Power, condenó hipócritamente las acciones del EIIL. La presencia en el Medio Oriente de esta ardiente promotora del intervencionismo moral de Washington hace pensar que se ha previsto algún tipo de reacción de Estados Unidos en ese escenario.

Irán anunció por su parte que está dispuesto a ayudar a salvar el gobierno del chiita al-Maliki con el envío de armas y consejeros militares, pero sin implicar combatientes. Un posible derrocamiento del Estado iraquí favorecería a Arabia Saudita, gran rival regional de Teherán, en momentos en que el príncipe saudita Saud al-Faisal –hermano del verdadero patrón del EIIL– acaba de invitarlo a negociar.

Fuente
Al-Watan (Siria)

Visto en: http://www.voltairenet.org/article184299.html

Referencias:

[1] «Blood borders: How a better Middle East would look», por Ralph Peters,Armed Forces Journal, edición de junio de 2006.

[2] Ver L’effroyable imposture: Tome 2, Manipulations et désinformations, por Thierry Meyssan, éd. Alphée 2007.

[3] Citado in «Pression militaire et succès diplomatique pour les rebelles syriens», por Isabelle Mandraud (con Gilles Paris), Le Monde, 14 de diciembre de 2012.

[4] «Complot turco para entrar en guerra abierta contra Siria», Red Voltaire, 28 de marzo de 2014.

[5] «El anti Hollywood turco denuncia los crímenes estadounidenses», por Mireille Beaulieu, Red Voltaire, 5 de mayo de 2006.

El pacto EEUU-Israel con las bandas mercenarias islámicas: Israel rescata al «muyahidín Obama»

ob390_2_08694Después de muchas dudas y dos años transcurridos de tragedia humana, la guerra en Siria nos ha hecho descubrir y revelar una cosa muy importante – cosa que ha salido poco a poco a flote – como si fuese un inmenso iceberg que emerge del fondo del mar, hablamos de la enorme implicación, del fuerte cordón umbilical existente entre Occidente y el terrorismo islámico fundamentalista, al cual utiliza como un arma a su antojo. EEUU, Francia, Reino Unido principalmente como cabecillas y otros países vasallos, ya no escoden ni temen ante la opinión pública mundial que su maquiavélico plan sea descubierto, es decir la alianza de la prensa comercial y de ciertas potencias occidentales con el terrorismo fundamentalista, ambos trabajando conjuntamente en un plan de rapiña geopolítica que se ha convertido en la verdadera causa de destrucción de Siria.

Precisamente cuando la patraña de la línea roja se ponía al rojo vivo – pero seguía enterrada en la arena – y tenía que escoger entre «ejercer control» o «involucrarse directamente» en la guerra siria, [1] el presidente fue salvado por el gobierno israelí de Bibi Netanyahu.

La tentación fue irresistible para que Obama copiara a Ronald Reagan y se pusiera gloriosamente el manto de «Obama el muyahidín sirio», como hizo Reagan en los años 80 con sus adorados combatientes por la libertad de la yihad afgana. El asunto tendrá que esperar, tal vez no demasiado.

Los motivos de Israel

Vayamos al grano. El bombardeo israelí de instalaciones del ejército sirio en Jamraya cerca de Damasco es una provocación y un acto de guerra. Israel actuó como testaferro de Washington, que incluso podría haber suministrado la lista de objetivos. Y Washington – no vale la pena hablar de esos inútiles títeres de Bruselas – no condena los bombardeos y por enésima vez se burla del derecho internacional.

Israel insiste en que los objetivos eran misiles tierra a tierra iraníes Fateh-110 de camino a Hizbulá. Damasco dice que los objetivos fueron un instituto de tecnología militar así como campos de entrenamiento de tropas; hay muchos apartamentos cerca, a cuyos habitantes la CIA siempre ha querido reclutar como agentes. No hay armas químicas en Jamraya. Según las fuentes médicas sirias es posible que hayan muerto 42 soldados.

El argumento de Israel con respecto a Hizbulá es tenebroso. No existe confirmación en ningún sitio de que Hizbulá haya comprado misiles Fateh 110. Desde 2009, Hizbulá tiene versiones sirias del Fateh 110, el M600, con un alcance de unos 250 kilómetros y un sistema de guía aceptable.

El cacareo usual de «fuentes» anónimas de Washington insiste en que el propio Ejército Sirio necesita esos misiles contra las tendencias mercenarias armadas del autodenominado Ejército Libre Sirio (ELS). Por lo tanto no tendría sentido enviarlos al Líbano.

Pero para Israel tiene sentido destruir un suministro de Fateh 110, o incluso de M600. Por lo tanto Israel ayuda directamente al ELS (Ejército Libre Sirio, es decir las bandas mercenarias-terroristas financiada por Occidente; a propósito uno de sus voceros, verdadero o falso, se presentó en la televisión israelí para elogiar a los bombarderos. E Israel impide por lo menos por el momento que lleguen más misiles a Hizbulá.

Cortando a través de la niebla existe el hecho de que Israel tiene muchos motivos serios para volver a delinquir. Ansía una Siria débil, caótica y privada de tecnología militar avanzada. Ansía ante todo una somalización total de Siria, una distopía sectaria.

¿Qué mejor justificación para un Israel en armas siete días a la semana que el terrorismo wahabí de la línea dura al otro lado de sus fronteras (no delimitadas)?

Además, Israel quiere arrastrar a Siria, Hizbulá, y en última instancia a Irán a una guerra hecha y derecha. Lo quiere todo y mejor temprano que tarde.

Damasco por su parte puede jugar ajedrez y no reaccionar. Por lo menos de momento. O dejar que Hizbulá responda en el futuro cercano.

No es por accidente que el bombardeo haya tenido lugar después de:

  1. El tour del jefe del Pentágono, Chuck Hagel, por Israel y las petromonarquías del Golfo;
  2. Los progresos del Ejército Sirio durante las últimas semanas en el corredor de Homs contra los mercenarios/yihadistas patrocinados por el extranjero;
  3. el viaje «secreto» a Teherán del Jeque Nasralá de Hizbulá.

Posteriormente Nasralá, una refinada mente política, subrayó que lo que «ellos» quieren en realidad es la destrucción de la infraestructura, la economía y el tejido social de Siria para «destruir Siria como pueblo, como ejército, como toda una nación» [2]

Si hay más ataques – y es muy posible que los haya – para vaciar los arsenales del ejército sirio, serán un regalo providencial para los mercenarios/yihadistas. Nasralá tiene toda la razón cuando dice que el objetivo clave de la coalición de los dispuestos de OTAN-CCG – Israel es arrastrar a Siria a una guerra total. Después de una eventual reacción siria, la «solución» sería someterla a bombardeos masivos como sucedió en Irak.

Las opiniones de «Obama el muyahidín»

Queda por ver si la estrategia estadounidense/israelí tendrá éxito. Lo que logró fue postergar la coronación de Obama el muyahidín.

Los inframundos de los think-tanks [3] de EE.UU. estaban tremendamente excitados ante la perspectiva de que Obama soslayara al Consejo de Seguridad de la ONU (a Rusia y China) al estilo de Bush e impusiera unilateralmente una zona de exclusión aérea en Siria para que EE.UU. pueda involucrarse en la requerida «supresión de la campaña de defensa aérea del enemigo».

No tiene sentido, aunque los británicos y Francia no han cedido en la Unión Europea y en la OTAN, incluso tratando, de hecho, de soslayar a la OTAN imponiendo una zona de exclusión aérea.

La zona de exclusión aéresa se presentó en Washington como un medio de controlar las armas químicas de Siria. El problema es que Washington tiene una información pésima de donde se almacenan realmente esas armas químicas. Y para colmo es probable que las armas químicas no hayan sido utilizadas por el gobierno sino por los «rebeldes» Contras – según la investigadora de la ONU Carla del Ponte.

El gobierno de Obama también estaba flirteando con la idea de «ayuda letal directa» a los rebeldes con misiles guiados antitanques y misiles tierra-aire, por ejemplo.

Washington cree su propio mito de que «indirectamente» está involucrado en examinar y armar grupos opositores en Siria. Desde 2011, el armamento de bandas mercenarias/yihadistas sirias se ha contratado a través de arsenales del mercado negro en Libia y en Croacia.
La CIA ha estado metida en el asunto hasta el cuello. Muchas de esas armas están ahora en manos de yihadistas de la línea dura del tipo de Jabhat al-Nusra.

La idea de que la CIA es capaz de examinar y armar a esas bandas mercenarias yihadistas en beneficio de Washington después del colapso del gobierno de Bacher el-Asad es «el chiste» de principios del Siglo XXI. Basta recordar el pasado en Afganistán.

O imaginad a esos McYihadistas sirios, o muyahidines de You Tube, equipados con algunos excelentes misiles portátiles guiados por calor, causando estragos en todo el Sudoeste Asiático.

Por lo tanto, después de muchos quejidos, Obama terminó con algo mucho más confortable que una zona de exclusión aérea: ataques selectivos, con jets y/o misiles, perpetrados por los israelíes. El modelo podría ser la «Operación Zorro del Desierto» (el bombardeo de Irak ordenado por Bill Clinton en 1998). El objetivo: «enviar un claro mensaje» a Siria.

Los próximos bombardeos pueden ser contra aeródromos, concentraciones de aviones, depósitos de armas, tanques y artillería. El daño colateral, inevitablemente, aumentará en proporción al nivel de la provocación.

El exembajador de EE.UU. en la ONU, Bill Richardson, muy cercano al clan Clinton, ya ha declarado en ABC News que Obama «se orienta hacia ataques aéreos». Sí, es solo el comienzo. Y después vendrán los «mini-Conmoción y Pavor».

Seguir la hoja de ruta

La pregunta es por qué tardó tanto. La destrucción de Siria -como señaló el Jeque Nasralá – en la cual Occidente volverá colaborar con bandas yihadistas, está prevista desde hace años. Ved cómo Seymour Hersh la previó en 2007. Y ved con qué ansias el establishment de Washington espera el cambio de régimen .

Y Damasco, por cierto, es solo una parada antes de Teherán. Las proverbiales fuentes anónimas han filtrado al Sunday Times de Londres, propiedad de Rupert Murdoch, que una «Media Luna de la Defensa» se está convirtiendo en realidad.

Es el mismo elemento CCG-Israel en la coalición de los dispuestos en Siria, en este caso confabulado para «contrarrestar las ambiciones nucleares de Irán». Turquía, la Casa de Saud, los Emiratos Árabes Unidos, Jordania e Israel celebrando alegremente en centros conjuntos de comando y control para detectar malvados misiles balísticos iraníes.

No sé mucho de historia. Pero qué mundo tan maravilloso sería. Presidido por «Obama el muyahidín».

Fuente original: Asia Times Online, 7 de mayo de 2013.

Visto enhttp://es.sott.net/article/21001-El-pacto-EEUU-Israel-con-las-bandas-mercenarias-islamicas-Israel-rescata-al-muyahidin-Obama

La blasfemia como arma de guerra

Detrás del video difamatorio sobre la fe musulmana, podría estar el impulso racista y fascista de legitimar la falsa guerra contra el terrorismo en sus 11 años. Ahora, EE.UU. tiene otra razón para incrementar su presencia militar en África y Medio Oriente.

Esta mujer en Kuala Lumpur señala a Washington. Su cartel dice: «¡Obama! ¡Nuestra paciencia tiene límite! ¡No nos culpen si sus ciudadanos mueren! ¡Cúlpense a ustedes mismos! ¡Ustedes lo comenzaron!
Autor: Getty Images

Jorge L. Rodríguez González
jorgeluis@juventudrebelde.cu
22 de Septiembre del 2012 21:23:40 CDT

Atacaron el mundo musulmán, y como otras veces, lo hicieron contra el corazón de su cultura e identidad. Quienes se encuentren detrás de la factura del ofensivo corto Inocencia de los musulmanes —avance de la película Los Guerreros del Desierto—deben estar chocando copas, porque todo parece ir de acuerdo con lo que maquinaron: una ola de repudio antiestadounidense con ataques a las embajadas y consulados en países del norte de África, Medio Oriente y Asia.

La maquinaria mediática occidental se encarga ahora de alimentar la islamofobia, tan intensamente como lo hizo después del 11 de septiembre de 2001, cuando George W. Bush y su mano derecha Dick Cheney —tan belicoso y extremista como su jefe— acusaron a Osama bin Laden, cabecilla de la red terrorista Al-Qaeda y hombre de la CIA, de ser el autor intelectual del derrumbe de las torres del World Trade Center, en Nueva York.

Entonces fue la justificación para atacar Afganistán. Dos años después, Sadam Hussein, un viejo amigo de Washington, se convirtió en uno más de los personajes «peligrosos» para la seguridad nacional de Estados Unidos, y le acusaron de tener armas de destrucción masiva. El Pentágono no tardó en caer sobre esa nación.

La satanización sirvió para convencer a la opinión pública norteamericana e internacional de la «necesidad» de la guerra contra esas naciones. En medio del estado policíaco y de terror instaurado en la gran potencia, mucha gente sintió miedo de perder sus vidas en manos de «coléricos y extremistas musulmanes» y apoyaron a sus «muchachos».

Esa es la imagen que podrían estar intentando revivir ahora fuerzas oscuras.

Parecería no casual la aparición del video de 14 minutos, donde se denigra la imagen del profeta Mahoma. El hecho aún está velado por el misterio y abrió incógnitas. Solo se ha establecido como sospechoso a un tal Nakoula B. Nakoula, quien se identificó como integrante de la Iglesia ortodoxa copta, un individuo condenado por fraude bancario a través de la web. Si se comprueba su participación en la autoría de la cinta puede ser juzgado por violar la libertad condicional que le prohibía el uso de Internet y de computadoras. Para aumentar el enigma, una de las actrices del filme levanta una demanda alegando engaño y manipulación…

Sí está claro que la fama alcanzada por el video en Internet se le debe a Terry Jones, el reverendo extremista que hace año y medio quemó libros del Corán en la Florida y también provocó la furia del mundo musulmán.

Además, la película que circuló primero en Internet y por varias salas de cine en Estados Unidos era hablada en inglés; pero el extracto publicado en YouTube en árabe, y que encendió la chispa, había alterado los diálogos para hacerlos más insultantes e injuriosos: quizá una prueba de premeditación con el objetivo de provocar la reacción del mundo musulmán.

Se afirma que un pequeño grupo de judíos financiaron con cinco millones de dólares la cinta que pretende decirle al mundo, no solo a los estadounidenses, que los musulmanes son, por naturaleza, irracionales, intolerantes y bárbaros.

Igual objetivo persigue la publicación de caricaturas en la revista satírica francesa Charlie Hebdo y los anuncios que comenzarán a circular esta semana en el metro de Nueva York, cuyo texto dice: «Derrote a la Yihad. En cualquier guerra entre un hombre civilizado y un salvaje, apoye al hombre civilizado. Apoye a Israel. Derrote a la Yihad».

Así, estas fuerzas oscuras, vinculadas a intereses militares, económicos y electorales en Estados Unidos quieren hacer ver que estos 11 años de engañosa guerra contra el terrorismo, tiene que seguir en pie.

Por tanto, cobran gran simbolismo los violentos incidentes en el consulado estadounidense en Bengasi, Libia, justamente el 11 de septiembre, cuando se recordaba el ataque a las Torres Gemelas.

Esquema explicando como la red de los neoconservadores de EEUU están detrás del video anti-islam que ha desatado las protestas de musulmanes en todo el mundo. Fuente: https://www.facebook.com/Laproximaguerramundial

¿Pudiera ser un complot?

Otra vez la Casa Blanca apunta a Al-Qaeda, y con ello justifica sus desmanes contra el mundo. En los círculos de poder este criterio ya es una certeza. El Centro Nacional Antiterrorista de EE.UU. etiquetó el ataque de «atentado terrorista», y por tanto investiga cómo lo planificó Al-Qaeda.

Según Antiwar.com, algunos funcionarios estadounidenses señalaron a un ex prisionero del campo de detención de la Base Naval de Guantánamo, territorio cubano ocupado ilegalmente por EE.UU., como participante en el ataque de Bengasi que concluyó con cuatro muertes estadounidenses.

El sospechoso fue identificado como Sufyan Ben Qumu, supuestamente ex chofer de Osama bin Laden y ahora uno de los líderes de Ansar al-Sharia Benghazi, el grupo seguidor de Al-Qaeda al que las autoridades libias achacan los hechos. Se afirma también que el objetivo era vengar el asesinato, en un ataque de drones en Paquistán, de un agente de Al-Qaeda, de procedencia libia.

Pero sí está claro que la mayoría de quienes protestaron frente al consulado en Bengasi y se manifestaron en el mundo musulmán, lo hacen contra la profanación de su religión y sin intenciones de desenlaces fatídicos.

Al-Qaeda pudiese ser la responsable de los acontecimientos, pero Al-Qaeda no es el pueblo musulmán.

Las protestas verdaderamente antiestadounidenses, no tienen solo como sustrato la película difamatoria, esa fue la llama que sacó a flote el viejo resentimiento de los pueblos de la región por la forma en que Washington los ha tratado: saqueos, apoyo a dictaduras, respaldo a Israel en detrimento de la causa palestina, las invasiones y ocupación de Afganistán e Iraq, la sangrienta guerra contra Libia, los ataques con drones en Yemen, Paquistán, Somalia…

Despierta desconfianza en la interpretación de este acontecimiento que se produjera justamente en Libia, donde Estados Unidos y sus aliados de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) financiaron a grupos terroristas en la guerra contra el coronel Muammar al-Gaddafi.

Algunos analistas afirman que a Washington le salió allí el tiro por la culata, como resultado de negociar con grupos extremistas, y advierten que otro tanto le pudiera suceder en Siria, donde Al-Qaeda es un aliado en la guerra contra el Gobierno de Bashar al-Assad.

Aún quedan en el aire muchas interrogantes sobre los hechos. ¿Por qué si el Departamento de Estado de EE.UU. recibió información 48 horas antes de la posibilidad de que sus misiones diplomáticas podrían ser objeto de agresiones —según el diario británico The Independent—, no alertó a su personal?

No sería la primera vez que una provocación es usada para justificar una guerrra. La Historia nos deja muchas enseñanzas: la explosión del Maine, Pearl Harbor, el Golfo de Tonkin, las Torres Gemelas…

El resultado

En un ambiente electoral donde los candidatos aprovechan errores, deslices o malas decisiones para desprestigiar a su contrincante, el presidente Barack Obama, que aspira a seguir en la Casa Blanca, no demoró en reaccionar. Cuando los medios de comunicación incentivan el odio, el racismo y el orgullo nacional, el jefe de la nación más poderosa del mundo decidió reforzar su presencia militar en el norte de África y Medio Oriente, además de prometerle a sus ciudadanos justicia por el ataque a su sede diplomática, lo que podría traducirse en una escalada de la operación que arrancó Bush en 2001, y que ha continuado implementando Obama en sus cuatro años de administración.

Esa no sería poca ganancia para la ultraderecha guerrerista y sus socios sionistas, preocupados por un mandatario que parecería distanciarse un poco de las posturas fascistas de Israel, empecinado en atacar a Irán.

La respuesta fue enviar a las costas libias los buques USS Laboon y USS McFaul, que transportan misiles Tomahawk —proyectiles que iniciaron el ataque contra Iraq y repitieron en Libia. También despachó un contingente de marines, la primera intervención terrestre de Estados Unidos en la nación norteafricana, en manos de Washington desde que la OTAN derrocó el régimen de Gaddafi; pero ahora EE.UU. afianzaría con mucha más efectividad su control en un país sumido en una violencia e ingobernabilidad crónicas (de una población de seis millones, 200 000 integran las milicias que no responden a las autoridades centrales).

También incrementará la acción de sus drones sobre Libia con el objetivo declarado de localizar a los terroristas que atacaron el consulado de Bengasi.

Este despliegue militar «justificado» no le viene mal a los grupos de poder, tratándose de una región que parece salirse un poco del carril dictado por la Casa Blanca durante décadas. Hay un gran ascenso islámico que levanta banderas nacionalistas y aboga por abandonar las viejas prácticas de dictaduras plegadas a los intereses norteamericanos.

En el centro, el conflicto israelo-palestino, que emerge como una preocupación principal para gobiernos como el de Egipto, cuando El Cairo quiere rescatar su liderazgo en el área, pero no al estilo del defenestrado Hosni Mubarak, lo que levanta ronchas en un Israel que presiona a Washington en busca del espaldarazo.

No es de descartar tampoco que el video difamatorio buscara una reacción por parte de la República Islámica de Irán, justificante para una agresión planificada hace años por Estados Unidos y sus socios sionistas. En este mismo contexto, buques de guerra y efectivos militares se emplazan en el Golfo Pérsico.

La militarización puede ser mucho mayor. Todo depende de la evaluación final que Estados Unidos haga de los sucesos desatados por el filme y del empuje de las fuerzas que se favorecerían con una respuesta dura que ponga al mundo en vilo.

Fuente: http://www.juventudrebelde.cu/internacionales/2012-09-22/la-blasfemia-como-arma-de-guerra/

La base de EE. UU. en Chile indigna a defensores de los derechos humanos

La instalación en Chile de una base de entrenamiento militar financiada por el Comando Sur de las Fuerzas Armadas de EE. UU., generó una gran preocupación en varias organizaciones defensoras de los derechos humanos del país latinoamericano.

Estos grupos consideran la puesta en marcha de la base, inaugurada el pasado mes de abril en la región de Valparaíso, como una nueva expresión del intervencionismo de Washington en la región, informa Prensa Latina.

“Esta es la política intervencionista del Gobierno estadounidense, que viene a hacer la política de la Escuela de Las Américas”, denuncia Alicia Lira, presidenta de la Agrupación de Familiares de Ejecutados Políticos.

«Sabemos que donde EE. UU. interviene con esta práctica militarista, invasora, hay que preocuparse», recalcó Lira, quien recordó el golpe militar en Chile en 1973, que, según apuntó, fue gestado y financiado por estadounidenses.

El movimiento social Comisión Ética contra la Tortura (CECT) destacó que la construcción, valorada en más de 500 millones de dólares, está destinada al entrenamiento de la Policía militarizada y cuerpos especiales de investigación. La ocupación de los carabineros, indica la CECT, es la prevención del delito, por lo que es “improcedente e ilegal que sus funciones reciban entrenamiento militar destinado a atacar a la población civil”.

En un comunicado, el movimiento social tacha de “traición a la patria” la subordinación a los dictámenes del Ejército norteamericano y agrega que la humanidad ha padecido sus acciones devastadoras las a lo largo de la historia.

Fuente: http://actualidad.rt.com

Putin enloquece a Washington

Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens

Olvidad el pasado (Sadam, Osama, Gadafi) y el presente (Assad, Ahmadineyad). Se puede apostar una botella de Pétrus 1989 (el problema es la espera de seis años para recibirla): por el futuro previsible; el máximo espíritu diabólico de Washington –y de sus socios delincuentes de la OTAN y sus diversos socios en los medios– no será otro que el presidente ruso Vladimir Putin, devuelto al futuro.

Y que no quepa la menor duda: a Vlad Putin le encantará. Está de vuelta exactamente donde quiere estar: como comandante en jefe de Rusia, a cargo de las fuerzas armadas, la política exterior y todos los asuntos de seguridad nacional.

Las elites anglo-estadounidenses todavía se retuercen ante la mención de su ahora legendario discurso de Múnich de 2007, cuando criticó al gobierno de George W Bush de entonces por su agenda imperial obsesivamente unipolar “mediante un sistema que no tiene nada que ver con democracia” y su violación ininterrumpida de las “fronteras nacionales en casi todas las esferas”.

Por lo tanto Washington y sus acólitos ya fueron advertidos. Antes de la elección del pasado domingo, Putin incluso publicitó su hoja de ruta. Lo esencial: no a la guerra en Siria; no a la guerra en Irán; no a los “bombardeos humanitarios” ni a las “revoluciones de color” – todo incorporado a un nuevo concepto: “instrumentos ilegales de poder blando”. Para Putin el Nuevo Orden Mundial diseñado por Washington no tiene futuro. Lo que vale es “el principio consagrado de la soberanía de los Estados”.

No es sorprendente. Cuando Putin considera Libia, ve las consecuencias gráficas, regresivas, de la “liberación” por la OTAN mediante “bombardeos humanitarios”: un país fragmentado, controlado por milicias vinculadas a al Qaida; la atrasada Cirenaica separándose de la más desarrollada Tripolitania; y un pariente del último rey llevado para gobernar el nuevo “emirato” – para delicia de esos demócratas modelo de la Casa de Saud.

Más elementos esenciales: no a las bases que rodean Rusia; no a la defensa de misiles sin una admisión estricta, por escrito, de que el sistema nunca tendrá como objetivo a Rusia; y una creciente cooperación en el grupo BRICS de potencias emergentes.

En su mayor parte esto ya había sido implicado en la hoja de ruta anterior de Putin – su documento “Un nuevo proyecto de integración para Eurasia: el futuro en gestación”. Fue el ippon de Putin –adora el judo– contra la OTAN, el Fondo Monetario Internacional y el neoliberalismo de la línea dura. Ve una Unión Eurasiática como “unión económica y monetaria moderna” que se extienda por toda Asia Central.

Para Putin, Siria es un detalle importante (no solo por la base naval rusa en el puerto mediterráneo de Tartus, que a la OTAN le encantaría abolir). Pero el meollo del asunto es la integración de Eurasia. Los atlanticistas enloquecerán en masa cuando invierta todos sus esfuerzos en la coordinación de “una poderosa unión supranacional que puede convertirse en uno de los polos del mundo actual y un eficiente vínculo entre Europa y la dinámica región Asia-Pacífico”.

La hoja de ruta opuesta será la doctrina Pacífico de Obama y Hillary. ¿Hasta qué punto es excitante el asunto?

Putin apuesta al Ductistán

Putin encabezó casi en solitario la resurrección de Rusia como mega-superpotencia energética (el petróleo y el gas representan dos tercios de las exportaciones de Rusia, la mitad del presupuesto federal y un 20% del producto interno bruto). Por lo tanto hay que contar con que el Ductistán siga siendo clave.

Y estará centrado sobre todo en el gas; aunque Rusia representa no menos de un 30% de los suministros globales de gas, su producción de gas natural líquido (GNL) es menos de un 5% del mercado global. Ni siquiera es uno de los principales diez productores.

Putin sabe que Rusia necesitaría mucha inversión extranjera en el Ártico –de Occidente y sobre todo de Asia– para mantener su producción de petróleo por sobre 10 millones de barriles por día. Y necesita llegar a un complejo, exhaustivo, acuerdo por billones de dólares con China centrado en los yacimientos de gas de Siberia Oriental; el ángulo petrolero ya ha sido cubierto mediante el oleoducto ESPO (siglas en inglés de Siberia Oriental-Océano Pacífico). Putin sabe que para China –en términos de asegurar la energía– este acuerdo es un contragolpe vital contra el tenebroso “pivoteo” de Washington hacia Asia.

Putin también hará todo por consolidar el oleoducto South Stream – que puede terminar por costar 22.000 millones de dólares (el acuerdo de accionistas ya ha sido firmado entre Rusia, Alemania, Francia e Italia. South Stream es gas ruso entregado bajo el Mar Negro a la parte sur de la UE, a través de Bulgaria, Serbia, Hungría y Eslovaquia). Si South Stream tiene éxito, el oleoducto rival Nabucco estará jaque mate; una importante victoria rusa contra la presión de Washington y los burócratas de Bruselas.

Todo está todavía a disposición de quien quiera echarle mano en la intersección crucial de geopolítica dura y Ductistán. Una vez más Putin enfrentará otra hoja de ruta de Washington – la no exactamente exitosa Nueva Ruta de la Seda. (Vea US’s post-2014 Afghan agenda falters, Asia Times Online , 4 de noviembre de 2011.)

Y luego tenemos la gran incógnita – la Organización de Cooperación de Shanghái (SCO. Putin querrá que Pakistán sea miembro pleno, tal como China está interesada en incorporar Irán. Las repercusiones serían trascendentales – como si Rusia, China, Pakistán e Irán coordinaran no solo su integración económica sino también su seguridad mutua dentro de una SCO fortalecida, cuyo lema es “no-alineamiento, no-confrontación y no-interferencia en los asuntos de otros países”.

Putin ve que con el control por Rusia, Asia Central e Irán de no menos de un 50% de las reservas de gas del mundo, y con Irán y Pakistán como virtuales miembros de la SCO, el nombre del juego se convierte en integración de Asia – si no de Eurasia. La SCO se desarrolla como una fuerza motriz económica y de seguridad, mientras, paralelamente el Ductistán acelera la integración plena de la SCO como un contragolpe para la OTAN. Los propios protagonistas regionales decidirán qué tiene más sentido – esto o una Nueva Ruta de la Seda inventada en Washington.

Que no quepan dudas. Tras la interminable satanización de Putin y la miríada de intentos de deslegitimar las elecciones presidenciales de Rusia, se encuentran algunos sectores muy encolerizados y poderosos de las elites de Washington y anglo-estadounidenses.

Saben que Putin será un negociador ultra duro en todos los frentes. Saben que Moscú aplicará una coordinación cada vez más estrecha con China: en la frustración de bases permanentes de la OTAN en Afganistán; en el apoyo a la autonomía estratégica de Pakistán; en la oposición a la defensa de misiles; en garantizar que Irán no sea atacado.

Será el demonio predilecto porque no podría haber un oponente más formidable a los planes de Washington en la escena mundial – sean llamados Gran Medio Oriente, Nueva Ruta de la Seda, Dominación de Espectro Completo, o Siglo Pacífico de EE.UU. Señoras y señores, preparémonos para el estruendo.

Pepe Escobar es autor de Globalistan: How the Globalized World is Dissolving into Liquid War (Nimble Books, 2007) y de Red Zone Blues: a snapshot of Baghdad during the surge . Su nuevo libro, recién aparecido, es Obama does Globalistan (Nimble Books, 2009). Contacto: pepeasia@yahoo.com .

Copyright 2011 Asia Times Online (Holdings) Ltd. All rights reserved.

Fuente: http://www.atimes.com/atimes/Central_Asia/NC09Ag01.html

Tomado de: http://www.rebelion.org

Responsable iraní pide quemar la Casa Blanca y colgar a los mandos militares de EEUU

El líder de los voluntarios islámicos iraníes (basij), Mohamad Reza Nagdi (foto), planteó hoy quemar la Casa Blanca en Washington y colgar a los mandos militares estadounidenses, en represalia por la quema de ejemplares del Corán en Afganistán por parte de soldados de EEUU, informó hoy la agencia local Fars.

«Los musulmanes no aceptamos las disculpas de EEUU, porque comete muchos errores militares y luego simplemente pide excusas a los afganos, y eso no es aceptable», dijo Nagdi.

Para el jefe de los basij, voluntarios radicales islámicos militarizados y armados, «sólo la quema de la Casa Blanca puede aliviar la herida que nos ha causado a los musulmanes la quema del Corán».

Subrayó, asimismo: «Sus disculpas (de EEUU) sólo son aceptables si se ahorca a sus comandantes militares».

Afganistán lleva cinco días sumido en una ola de violencia, que se ha cobrado la vida de al menos 23 ciudadanos afganos y 4 militares extranjeros, por las protestas iniciadas después de que se supiera que varios ejemplares del Corán fueron quemados por soldados de EEUU en la base de Bagram, cercana a Kabul.

El mando militar estadounidense y de la OTAN en Afganistán ha asegurado que la quema del Corán no fue intencionada y ha pedido disculpas, como también lo ha hecho el presidente de EEUU, Barack Obama, y se ha iniciado una investigación conjunta con el Gobierno afgano sobre lo sucedido.

Fuente: EFE