La #ideología de #género se cae a pedazos ante la #ciencia

«Investigadores identifican 6.500 genes que se expresan de forma diferente en hombres y mujeres. Los genes que son más activos sobre todo en un sexo o el otro pueden jugar un papel crucial en nuestra evolución y la salud».

Los hombres y las mujeres difieren en maneras obvias y menos evidentes – por ejemplo, en la prevalencia de ciertas enfermedades o reacciones a las drogas. ¿Cómo están conectados con el sexo? Investigadores del Instituto Weizmann de Ciencia descubrieron recientemente miles de genes humanos que se expresan – copiados para producir proteínas – de manera diferente en los dos sexos. Sus hallazgos mostraron que las mutaciones perjudiciales en estos genes particulares tienden a acumularse en la población en frecuencias relativamente altas, y el estudio explica por qué. El mapa detallado de estos genes, publicado en BMC Biology, proporciona pruebas de que los machos y hembras experimentan una especie de evolución separada, pero interconectada.

«El genoma básico es casi el mismo en todos nosotros, pero se utiliza de forma diferente en todo el cuerpo y entre los individuos», dice Gershoni. «Por lo tanto, cuando se trata de las diferencias entre los sexos, vemos que la evolución a menudo funciona en el nivel de expresión génica». Pietrokovski añade: «Paradójicamente, genes vinculados al sexo son aquellos en los que las mutaciones perjudiciales son más propensos a ser transmitido , Incluyendo aquellos que afectan la fertilidad. Desde este punto de vista, hombres y mujeres experimentan diferentes presiones de selección y, al menos en cierta medida, la evolución humana debe ser vista como una co-evolución. Pero el estudio también hace hincapié en la necesidad de una mejor comprensión de las diferencias entre hombres y mujeres en los genes que causan la enfermedad o responden a los tratamientos «.

Comentario de laverdadysololaverdad:

Pero …  todo es un constructo social ¿Cierto? 😀

Fuente: http://wis-wander.weizmann.ac.il/life-sciences/researchers-identify-6500-genes-are-expressed-differently-men-and-women

«Por qué dejamos de hacer operaciones de cambio de sexo»: Ciencia real contra ideología de género

Paul R. McHugh es Catedrático de Servicios Distinguidos en Psiquiatría en la Universidad Johns Hopkins. Escribe sobre el cambio de sexo en FirstThings.com.

Cuando la práctica de cambio de sexo mediante cirugía surgió por primera vez, a principios de los años 70, solía recordarles a menudo a los psiquiatras que defendían este tipo de operación que con otros pacientes, especialmente con los alcohólicos, ellos solían citar la Oración por la Serenidad: «Dios, concédeme la serenidad de aceptar las cosas que no puedo cambiar, valor para cambiar aquellas que puedo y sabiduría para reconocer la diferencia».

¿De dónde sacaron la idea de que nuestra identidad sexual («género» es el término que ellos prefieren) como hombres o mujeres estaba en la categoría de cosas que se pueden cambiar?

Su respuesta habitual era mostrarme a sus pacientes. Los hombres (y hasta poco antes eran todos hombres) con los que hablaba antes de ser operados me decían que sus cuerpos e identidad sexual estaban en desacuerdo; con los que hablaba después de la operación me decían que la cirugía y los tratamientos de hormonas que les habían convertidos en «mujeres» les habían proporcionado felicidad y satisfacción.

Sin embargo, ninguno de estos encuentros era convincente.

Los sujetos post-quirúrgicos me parecían caricaturas de mujeres. Llevaban zapatos de tacón alto, mucho maquillaje y vestidos llamativos; me explicaban cómo se sentían al poder dar rienda suelta a sus inclinaciones naturales por la paz, la domesticidad y la dulzura.

Pero sus grandes manos, sus prominentes nueces de Adán y sus evidentes rasgos faciales eran incongruentes y lo serían cada vez más a medida que envejecieran.

Las psiquiatras a las que los enviaba para que hablaran con ellos conseguían ver intuitivamente a través del disfraz y la exageración en los gestos. «Las chicas conocen a las chicas», me dijo una de ellas, «y eso es un chico».

Tres rasgos de estas «nuevas mujeres»

Los sujetos antes de la cirugía me llamaban la atención aún más cuando veía que intentaban convencer a cualquiera que quisiera influirles sobre su operación.

Primero, dedicaban una increíble cantidad de tiempo a pensar y hablar sobre sexo y sus experiencias sexuales; su hambre sexual y sus aventuras parecían preocuparles.

Segundo, hablar de bebés y niños no les interesaba demasiado; incluso parecían indiferentes a los niños.

Y tercero y más importante, muchos de estos hombres que declaraban ser mujeres decían que encontraban a las mujeres sexualmente atractivas y que se veían como «lesbianas».

Cuando les decía a sus defensores que sus inclinaciones psicológicas se parecían más a las de los hombres que a las de las mujeres, recibía varias respuestas, pero la mayoría me decía que haciendo esta clase de juicios estaba recurriendo a estereotipos sexuales.

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Hasta 1975, cuando me convertí en jefe de psiquiatría del John Hopkins Hospital, no solía compartir mis sugerencias sobre estas cuestiones. Pero cuando se me dio autoridad sobre todos los casos en el Departamento de Psiquiatría me di cuenta de que si era pasivo estaría eligiendo tácitamente impulsar la cirugía de cambio de sexo en el departamento que la había propuesto en origen, y que seguía defendiéndola.

Decidí desafiar lo que yo consideraba ser una mala dirección de la psiquiatría y exigir más información, tanto antes como después de las operaciones.

Dos «dogmas de género» a estudio
Dos cuestiones se presentaron como objetivo de estudio. Primero, quería examinar la declaración según la cual los hombres que habían sido operados de cambio de sexo habían encontrado la solución a sus muchos problemas psicológicos.

Segundo (y esto era más ambicioso), quería ver si los niños con genitales ambiguos que eran transformados quirúrgicamente en niñas y educados como tales, como afirmaba la teoría (del Hopkins), se normalizaban con facilidad en la identidad sexual que se había elegido para ellos.

Estas afirmaciones habían generado la opinión en círculos psiquiátricos de que el «sexo» y el «género» de una persona eran cosas distintas: el sexo estaba determinado genética y hormonalmente desde la concepción, mientras que el género estaba modelado por la cultura mediante la acción de la familia y otros durante la infancia.

La primera cuestión era más fácil y sólo requería que yo impulsara la investigación continua en comportamiento sexual humano de un miembro de la facultad que fuera un estudiante con capacidad.

El psiquiatra y psicoanalista Jon Meyer ya estaba desarrollando un método para hacer el seguimiento de adultos que habían sido operados de cambio de sexo en el Hopkins para ver en qué medida la cirugía les había ayudado.

Encontró que la mayoría de los pacientes que había localizado años después de la cirugía estaban satisfechos con lo que habían hecho; sólo unos cuantos se arrepentían. Pero en el resto de los aspectos habían cambiado poco en lo que se refiere a sus condiciones psicológicas. Seguían teniendo los mismos problemas que antes con las relaciones, el trabajo y las emociones. La esperanza que tenían de superar sus dificultades emocionales para mejorar psicológicamente no se había cumplido.

Arreglar sus mentes, no sus genitales

Leímos los resultados como demostración de que del mismo modo que estos hombres disfrutaban del travestismo antes de la operación, después de ella les gustaba vivir en el sexo opuesto, pero no se sentían mejor en su integración psicológica ni la vivían mejor.

Con estos hechos en la mano llegué a la conclusión de que el Hopkins estaba fundamentalmente colaborando con una enfermedad mental.

Pensé que nosotros, los psiquiatras, teníamos que concentrarnos en intentar arreglar sus mentes y no sus genitales.

¿Qué lleva a pedir el cambio de sexo quirúrgico?
Gracias a su investigación, el Dr. Meyer pudo dar algo de sentido a los trastornos mentales que estaban llevando a solicitar este tratamiento inusual y radical. La mayoría de los casos cayeron dentro de uno de estos dos grupos que menciono a continuación, bastante diferentes entre ellos.

Un grupo consistía en hombres homosexuales conflictivos y guiados por un sentido de culpa que veían en el cambio de sexo un modo de resolver sus conflictos sobre la homosexualidad, pues les permitiría comportarse sexualmente como mujeres con hombres.

El otro grupo -la mayoría, hombres más mayores- estaba formado por varones heterosexuales (y algunos bisexuales) que sentían gran excitación sexual al travestirse de mujeres. A medida que envejecían, estaban cada vez más deseosos de añadir verosimilitud a sus disfraces y buscaban o se les sugería una transformación quirúrgica que incluía implantes mamarios, amputación del pene y reconstrucción pélvica para parecerse a una mujer.

Posteriores estudios sobre sujetos similares en los servicios de psiquiatría del Clark Institute de Toronto identificaron a estos hombres por la auto-excitación que sentían al imitar a mujeres seductoras sexualmente.

Muchos de ellos imaginaban que sus demostraciones podían ser excitantes también para los espectadores, sobre todo las mujeres.

Esta idea, una forma de «sexo en la cabeza» (D. H. Lawrence), era lo que provocaba su primera aventura al disfrazarse con ropa interior femenina, llevándolos después a considerar la opción quirúrgica.

La mayoría de ellos veían en las mujeres el objeto de su interés, por lo que al hablar con los psiquiatras se identificaban a sí mismos como lesbianas.

El término que con el tiempo acuñaron en Toronto para describir esta forma de mala dirección sexual fue «autoginefilia».

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Autoginefilia: hombres que se excitan vistiéndose como mujeres… y buscando gustar a mujeres; después de usar ropa de mujer, buscan un cuerpo de mujer.

De nuevo concluí que alterar quirúrgicamente el cuerpo de estas personas desgraciadas era colaborar con un trastorno mental en lugar de tratarlo.

Esta información y una mejor comprensión de lo que habíamos estado haciendo nos hizo tomar la decisión de dejar de prescribir las operaciones de cambio de sexo para adultos en el Hopkins —para gran alivio, tengo que decirlo, de varios de nuestros cirujanos plásticos que habían recibido orden previamente de llevar adelante este tipo de intervención.

El caso de los bebés con genitales deformes

Y con esta solución en lo que respecta a la primera cuestión, puedo ahora hablar sobre la segunda, a saber: la práctica de asignar un sexo femenino a recién nacidos varones que al nacer tenían genitales malformados y ambiguos sexualmente, como también defectos severos en el pene.

Esta práctica, que pertenece más al campo de la pediatria que al mío propio, era sin embargo motivo de preocupación para los psiquiatras porque las opiniones que se habían generado alrededor de estos casos contribuían a formar la opinión de que la identidad sexual era una cuestión de condicionamiento cultural más que algo esencial en la constitución humana.

Varias enfermedades, afortunadamente raras, pueden llevar a defectos en la formación del tracto genitourinario durante la vida embrionaria. Cuando esto ocurre en un varón, la forma más simple de cirugía plástica -con la idea de corregir la anormalidad y ganar una apariencia estética satisfactoria- es quitar todas las partes masculinas, incluyendo los testículos, y construir una vagina y unos labios con los tejidos disponibles.

Esto proporciona a estos bebés malformados una anatomia genital de apariencia femenina sin importar su sexo genético. Dada la afirmación de que la identidad sexual de un niño seguirá fácilmente a su apariencia genital si está apoyado por la familia y el entorno cultural, los cirujanos pediátricos se aficionaron a construir genitales de apariencia femenina tanto a niñas con una constitución cromosómica XX como a niños con una XY, para que así todos tuvieran aspecto de niñas pequeñas, a la vez que eran educadas como tales por sus progenitores.

Los psicólogos persuadían a los padres

Todo esto se hacía, desde luego, con el consentimiento de los padres que, afligidos por las graves malformaciones de sus bebés, eran persuadidos por los endocrinólogos pediátricos y los psicólogos que los asesoraban a aceptar la cirugía de transformación de sus hijos.

Se les decía que la identidad sexual de sus hijos (de nuevo, su “género”) simplemente se amoldaría al condicionamiento ambiental.

Si los padres sistemáticamente respondían al niño como si fuera una niña ahora que su estructura genital parecía la de una niña, él aceptaría este rol sin mucho esfuerzo.

Esta propuesta les planteaba a los padres una decisión crítica. Los médicos aumentaban la presión después de hacer la propuesta diciendo a los padres que la decisión había que tomarla pronto porque la identidad sexual de un niño se establece a los dos o tres años de vida.

El proceso de inducir al niño en un rol femenino debía empezar rápidamente con el nombre, el certificado de nacimiento, la parafernalia para el bebé, etc.

Con los cirujanos preparados para la operación y los médicos seguros, a los padres se les ofrecía algo que era difícil de rechazar (a pesar de que, y esto es interesante, unos cuantos padres, pocos, rechazaron este consejo y decidieron que la naturaleza hiciera su curso).

Pienso que estas opiniones profesionales y la elección con la que se presionaba a los padres estaban basadas en pruebas anecdóticas difíciles de verificar y más difíciles aún de reproducir. A pesar de la seguridad que demostraban sus defensores, les faltaba un apoyo empírico sustancial.

Animé a unos de nuestros psiquiatras residentes, William G. Reiner (que estaba ya interesado en el tema porque antes de su formación psiquiátrica había sido urólogo infantil y había sido testigo del problema desde el otro lado) a empezar un seguimiento sistemático de estos niños, en particular de los niños transformados en niñas durante su infancia, para así determinar hasta qué punto llegaban a estar integrados sexualmente como adultos.

Un caso a estudio: la extrofia vesical

Los resultados fueron aún más sorprendentes que en el trabajo de Meyer. Reiner escogió estudiar intensamente la extrofia vesical porque pondría mejor a prueba la idea de que la influencia cultural tiene el papel principal en la identidad sexual.

La extrofia vesical es una deformación embrionaria que produce una gruesa anormalidad de la anatomia pélvica, por lo que la vejiga y los genitales están terriblemente deformados en el momento del nacimiento. El pene masculino no se ha formado del todo y la vejiga y el tracto urinario no están claramente separados del tracto gastrointestinal. Fue crucial para el estudio de Reiner el hecho de que el desarrollo embrionario de estos desafortunados varones no es hormonalmente distinto al de los varones normales. Ellos se desarrollan dentro de un ambiente hormonal prenatal típicamente masculino proporcionado por su cromosoma Y y su función testicular normal.

Esto expone a estos embriones/fetos en desarrollo a la hormona masculina de la testosterona, como les sucede a todos los otros varones en los vientres de sus madres.

A pesar de que la investigación sobre animales ha demostrado hace tiempo que el comportamiento sexual masculino deriva directamente de su exposición a la testosterona durante su vida embrionaria, este hecho no impidió la práctica pediátrica de tratar quirúrgicamente a estos bebés varones que tienen esta severa anomalía mediante castración (amputando sus testículos y cualquier otro vestigio de estructuras genitales masculinas) y la reconstrucción de una vagina, para que así pudieran crecer como niñas. A mediados de los años 70 esta práctica se había convertido prácticamente en universal.

Estos casos ofrecieron a Reiner la mejor prueba de los dos aspectos que son el trasfondo de este tratamiento: (1) que los humanos cuando nacen serían neutrales en lo que se refiere a su identidad sexual y (2) que para los humanos son las influencias posnatales y culturales y no hormonales, especialmente en la primera infancia, las que más influirían en su identidad sexual última. Los varones con extrofia vesical eran modificados habitualmente mediante cirugía para parecerse a niñas; a los padres se les instruía para que los educaran como tales.

Pero, el hecho de que habían sido expuestos por completo a la testosterona en el útero ¿derrotaba el intento de educarlos como niñas? Las respuestas serían más evidentes con el cuidadoso seguimiento que Reiner estaba empezando.

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Antes de describir los resultados, quiero señalar que los médicos que proponían este tratamiento para los varones con extrofia vesical entendían y eran conscientes de que estaban introduciendo nuevos y severos problemas físicos a estos varones.

Obviamente, estos niños no tenían ovarios y sus testículos habían sido quirúrgicamente amputados, lo que significaba que tenían que recibir hormonas exógenas durante toda su vida. La misma cirugía les negaba cualquier posibilidad de fertilidad en el futuro. Y uno no podía preguntar al pequeño paciente si quería pagar este precio.

Los médicos que asesoraban a los padres las consideraban cargas aceptables con el fin de evitar la angustia en la infancia de unas estructuras genitales malformadas y se esperaba que pudieran seguir un rumbo sin conflictos hacia su maduración como niñas y mujeres.

Educados como niñas, pero actuaban como chicos

Sin embargo, Reiner descubrió que estos varones re-diseñados nunca se sintieron cómodos como mujeres cuando fueron conscientes de ellos mismos y del mundo.

Desde el principio de su vida infantil de juegos actuaban espontáneamente como chicos y eran claramente distintos a sus hermanas y otras niñas; les divertían más las riñas de chavales que las muñecas y «jugar a las casitas».

Más tarde, muchos de estos individuos, cuando supieron que genéticamente eran varones, desearon reconstituir sus vidas como tales (algunos incluso pidieron reconstrucción quirúrgica y tomar hormonas masculinas) -todo ello a pesar de los sinceros esfuerzos de sus padres para tratarlos como niñas.

Vale la pena relatar los resultados de Reiner, de los que informaba la edición del 22 de enero de 2004 del New England Journal of Medicine. Hizo un seguimiento a dieciséis varones genéticos afectos de extrofia vesical vistos en el Hopkins, de los cuales catorce fueron sometidos, en el periodo neonatal, a reasignación al sexo femenino social, legal y quirúrgicamente. Los padres de los otros dos niños rechazaron el consejo de los pediatras y educaron a sus hijos como varones.

Ocho de los catorce sujetos reasignados como mujeres declararon ser varones. Cinco vivían como mujeres y uno vivía sin una identidad sexual clara. Los dos que fueron educados como varones permanecieron varones.

Los dieciséis tenían intereses que eran típicamente masculinos, como la caza, el jockey sobre hielo, el karate y el bobsleigh.

De este trabajo Reiner sacó la conclusión de que la identidad sexual sigue a la constitución genética. Las tendencias masculinas (juegos de fuerza, sentirse excitados por las mujeres y agresividad física) son el resultado del desarrollo intrauterino fetal rico en testosterona de los individuos estudiados, a pesar de los esfuerzos por socializarlos como mujeres desde el nacimiento.

Después de examinar los estudios de Reiner y Meyer, nosotros, en el Departamento de Psiquiatría del Johns Hopkins llegamos a la conclusión de que la identidad sexual humana está construida en nuestra constitución por los genes que heredamos y la embriogénesis que experimentamos. Las hormonas masculinas sexualizan el cerebro y la mente.

A disgusto con el propio sexo

La disforia sexual -un sentido de inquietud respecto al rol sexual de uno mismo- ocurre naturalmente en esos raros casos de varones que crecen como mujeres en un esfuerzo por corregir un problema estructural genital infantil. Una inquietud similar puede ser socialmente inducida en hombres aparentemente normales desde un punto de vista de la constitución, en asociación con (y presumiblemente motivados por) serias aberraciones en el comportamiento, entre las cuales están la orientación homosexual conflictiva y la notable desviación masculina llamada ahora autoginefilia.

Estaba claro, entonces, que los psiquiatras debíamos trabajar para disuadir a los adultos que buscaban la cirugía de reasignación de sexo.

Cuando el Hopkins anunció que pararía estos procedimientos en adultos con disforia sexual, muchos otros hospitales le imitaron, pero algunos centros médicos siguen realizando este tipo de cirugía. Tailandia tiene varios centros que realizan esta cirugía «sin preguntar» nada; basta tener el dinero para pagarla y medios para viajar a Tailandia.

Estoy decepcionado pero no sorprendido por esto, dado que algunos cirujanos y centros médicos pueden ser persuadidos de llevar a cabo cualquier tipo de cirugía si son presionados por pacientes con desviaciones sexuales, sobre todo si esos pacientes encuentran un psiquiatra que responde por ellos.

El ejemplo más asombroso es el del cirujano de Inglaterra que estaba dispuesto a amputar las piernas de pacientes que declaran excitarse sexualmente observando y exhibiendo muñones de piernas amputadas.

De todas formas, nosotros en el Hopkins sostenemos que la psiquiatría oficial tiene pruebas suficientes para dar razones contra este tipo de tratamientos y debe empezar a clausurar esta práctica en todas partes.

Para bebés: ayuda urológica, esperar a que crezca

Para los niños con defectos de nacimientos el enfoque más racional en este momento es corregir lo antes posible cualquiera de los principales defectos urológicos que tienen, pero posponiendo cualquier decisión sobre identidad sexual para mucho más tarde, mientras se educa al niño según su sexo genético.

Los cuidadores médicos y los padres deben procurar que el niño sea consciente de que los aspectos de la identidad sexual pueden surgir mientras él o ella crece. Decidir lo que se debe hacer debe esperar a la maduración y el reconocimiento del niño o de la niña de su propia identidad.

Cuidados adecuados, incluyendo un buen acompañamiento por parte de los progenitores, significa ayudar al niño a través de las dificultades médicas y sociales presentadas por la anatomía genital, pero protegiendo en el proceso los tejidos que pueden ser útiles, en especial las gónadas.

Hay que continuar este esfuerzo hasta que el niño pueda ver el problema de su rol en la vida de un modo más claro a medida que el individuo diferenciado sexualmente surge de su interior.

Entonces, a medida que el joven adquiere un sentido de responsabilidad en lo que atañe al resultado, él o ella puede ser ayudado mediante cualquier construcción quirúrgica que desee.

Un verdadero consentimiento informado lo proporciona sólo la persona que va a vivir con el resultado y no se apoya en las decisiones tomadas por otros que creen «que saben más».

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Detrás del maquillaje y los colores llamativos, hay un dolor y sufrimiento psíquico y espiritual que es el que necesita ser atendido

La ideología de los activistas transgénero

¿Cómo se reciben ahora estas ideas? Creo que medianamente bien. Los activistas «transgéneros» (ahora a menudo aliados de los movimientos de liberación gay) siguen defendiendo que sus miembros tiene derecho a cualquier cirugía que ellos quieran y siguen declarando que su disforia sexual representa una concepción verdadera de su identidad sexual. Han protestado algo contra el diagnóstico de autoginefilia como mecanismo para generar peticiones de operaciones de cambio de sexo, pero han ofrecido pocas pruebas que refuten este diagnóstico.

Los psiquiatras están recibiendo mejores historias sexuales de las personas que piden el cambio de sexo y están descubriendo más ejemplos de esta extraña tendencia al exhibicionismo masculino.

Gran parte del entusiasmo relacionado con un arreglo rápido de los defectos de nacimiento terminó cuando la prueba anecdótica sobre un caso que recibió mucha publicidad acerca de un varón gemelo educado como una niña resultó ser falso. El psicólogo responsable escondió, mediante la utilización de una mala información, el hecho de que el niño, a pesar de los esfuerzos de su familia para tratarlo y educarlo como una niña, había desafiado constantemente el tratamiento, averiguando al final el engaño y restableciendo su masculinidad. Desgraciadamente, tenía un diagnóstico adicional de depresión grave y cometió suicidio.  [ReL publicó este caso estremecedor aquí].

Hostilidad para defender que «todo es maleable»

Pienso que, desde el otro lado, ya no se puede decir mucho acerca de la cuestión del cambio de sexo para los hombres. Pero he aprendido de la experiencia que el desafío más duro es intentar obtener conformidad para buscar pruebas empíricas sobre opiniones relativas al sexo y al comportamento sexual, incluso cuando las opiniones parecen claramente sinsentido.

Uno esperaría de las personas que declaran que la identidad sexual no tiene una base biológica o física ofrecerían más pruebas para persuadir a los otros. Pero según he aprendido, hay una gran hostilidad y se favorece la idea de que la naturaleza es totalmente maleable.

Sin una posición fija sobre qué es la naturaleza humana cualquier posición puede entonces defenderse como legítima. Una práctica que parece que le da a la gente lo que quiere -y que algunos de ellos reclaman ruidosamente- es difícil de combatir con una experiencia profesional ordinaria y la sabiduría. Incluso a menudo se ofrece resistencia -rechazando sus resultados- a ensayos controlados y estudios de seguimiento meticuloso realizados para asegurar que la práctica no sea perjudicial en sí misma.

El gran daño del cambio de sexo

He sido testigo del gran daño que puede provocar la reasignación de sexo. Los niños que han visto transformada su constitución masculina en un rol femenino sienten mucho sufrimiento y tristeza pues son conscientes de su disposición natural.

Sus progenitores normalmente viven con sentimiento de culpa por las decisiones tomadas -cuestionándolas a posteriori y avergonzados de algún modo por la fabricación, tanto quirúrgica como social, que han impuesto en sus hijos.

Y respecto a los adultos que vienen a nosotros declarando que han descubierto su «verdadera» identidad sexual y que han oído hablar de las operaciones de cambio de sexo, nosotros los psiquiatras nos hemos olvidado de estudiar las causas y la naturaleza de su trastorno mental y nos hemos dedicado sólo a prepararlos para la operación y una vida en el otro sexo.

Hemos malgastado recursos científico y técnicos y dañado nuestra credibilidad profesional colaborando con la locura en lugar de intentar estudiarla, curarla y, en última instancia, prevenirla.

(Traducción de Helena Faccia Serrano, Alcalá de Henares)

Artículo publicado originalmente en First Things.

Lea sobre esto el caso emblemático de Bruce y Brenda/Brian: Así destruye a la gente la ideología de género: la realidad estremecedora de su inventor, John Money

Visto en: http://www.religionenlibertad.com/por-que-dejamos-de-hacer-operaciones-de-cambio-de-sexo–42897.htm

 

 

La agenda gay y la hipocresía de los medios

La agenda Gay

La agenda Gay

Hace un tiempo vengo diciendo que el movimiento por los derechos de la gente homosexual tiene una agenda. Eso no es un secreto y como todo grupo que busca avanzar su causa es su derecho usar las estrategias que tengan para hacerlo. Lo que no considero justo es que los medios se presten para someterse a la agenda de un grupo y manipulen la información para adelantar su causa. Aunque en el caso de Puerto Rico veo además de la complicidad un miedo a informar que hay personas que no apoyan la agenda de la comunidad LGBTT.

El tema del matrimonio gay es uno muy controversial en estos tiempos y dependiendo de lo que decida la Corte Suprema en marzo la cosa se pondrá más peliaguda. Por un lado está el grupo que apoya que las personas del mismo sexo se casen y adopten hijos y por el otro está el grupo que se opone quienes en su mayoría lo hacen por razones religiosas.

Como manipulan la opinión pública

Hay una manera sutíl de hacer aparecer que un grupo está avanzando y cosechando logros. Si los medios informan algunas cosas y otras no pues ahí se logra el propósito de adelantar la agenda. Tomemos un ejemplo clásico. Un artista sale del closet y los medios lo informan por días y días. La comunidad LGBTT usa eso para fortalecer su causa y a la gente se le queda en la mente la idea de que el movimiento tiene un amplio apoyo (de hecho lo tiene aunque la población homosexual es el 3% del total de los ciudadanos según el último censo). Por otra parte un grupo manifiesta su rechazo al matrimonio gay y lo reseñan como una manifestación de odio hacia esa comunidad y la gente tiene la impresión de que oponerse al matrimonio entre personas del mismo sexo es algo «malo». Póngase a contar artículos en los medios y vea cuantas veces se le da espacio a los que apoyan la causa LGBTT y a los que se oponen. El resultado de esta manipulación es que la gente tiene la impresión de que si no apoyan la causa estarán fuera de grupo y usando el efecto del «bandwagon» se montan en la carreta de la opinión pública y cuando les preguntan si están a favor o en contra dicen que están a favor para no quedar mal.

Lo que está pasando en Francia

La comunidad LGBTT sabe que es poco probable ganar enmiendas para que se les conceda el acceso a casarse por la vía del voto popular porque como son una minoría la gente no los apoyará. En California cuando se hizo una votación al respecto la gente votó que no quería que se legalizara el matrimonio entre personas del mismo sexo. Los que perdieron (el movimiento LGB) llevaron el resultado del referendum a las cortes y un juez homosexual decidió que lo que la gente apoyó por mayoría no vale. ¿Ven?

En Francia el presidente Francois Hollande hizo la promesa de campaña de concederle el acceso al matrimonio a las personas del mismo sexo. Allá, un grupo considerable de personas se tiró a la calle y protestaron la intención del presidente de legalizar el matrimonio homosexual. Unas 340,000 personas protestaron en las calles pidiendo que la medida se lleve a votación y no se pase por ley sin consultarle al pueblo. 340,000 personas es mucha gente. Algunos dicen que fueron más pero por eso de ser «objetivo» voy a usar los números que calculó la policía.

El «Fenómeno» Cruz…

¿Se acuerdan de una noticia hace un par de mesas atrás acerca de un boxeador de tercera categoría llamado Orlando Cruz? El hombre anunció que era homosexual y los medios lo transmitieron y lo transmitieron diariamente. La noticia corrió por los medios como pólvora. Entrevistas por aquí y entrevistas por allá, entrevistas por delante y entrevistas por detrás… Verdaderamente fue un fenómeno la cobertura de que UN boxeador, una sola persona saliera del closet. Sin embargo no reportan el estudio que halló que 96 personas homosexuales decidieron cambiar su estílo de vida y son heterosexuales ahora. Tampoco reportan como un prominente lider homosexual decidió cambiar su estílo de vida y ahora es heterosexual.

340,000 ignorados…
¿Qué pasó con la noticia de las masivas protestas en Francia? ¿Porque no se informa de otras protestas en contra del matrimonio homosexual en los medios?

Una de las fuentes para «pescar» noticias de los medios es el Drudge Report. De ahí fue que yo conseguí la información y el Huffington Post, otro de los pozos de noticias para los medios en Puerto Rico, lo reportó también. Sin embargo los medios de aquí no lo reportan. ¿Porqué la noticia de una sola persona se cubre muchos días pero las protestas de 340,000 personas se ignoran?

¿Hay agenda o no hay una agenda a favor de la comunidad LGBTT en los medios? ¿Qué pasó se asustaron con lo del boicot a la Comay? ¿Ahora tienen miedo de informar un HECHO, un evento que ocurrió? Solo tienen que repetir la información sin meter la opinión de la linea editorial.

¿Vieron lo que les dije que iba a pasar si le permitían a Pedro Julio Serrano salirse con la suya? Aquí lo tenemos, el mundo que el quería…

Pie forzao pa esta entrada…
French Anti-Gay Marriage Protests Draw Hundreds of Thousands – Bloomberg

Fuentehttp://poder5.blogspot.com/2013/01/la-agenda-gay-y-la-hipocresia-de-los.html

Referencias:

La Conspiración del Movimiento Gay: apoteosis de la guerra de sexos

El Mito de la Homosexualidad Animal

Doce argumentos para decir ¡NO! al matrimonio homosexual y un extra (NWO)

El Mito de la Homosexualidad Animal

timthumbEl siguiente artículo es una adaptación del libro del autor recientemente publicado, Defending a Higher Law: Why We Must Resist Same Sex “Marriage” and the Homosexual Movement (1).

En un esfuerzo de presentar a la homosexualidad como algo normal, el movimiento homosexual(2)  volteó hacía la sociedad para probar tres grandes premisas:
1. La homosexualidad es genética o innata;
2. La homosexualidad es irreversible;
3. Dado que los animales se involucran en conductas sexuales con animales de su mismo sexo, la homosexualidad es natural.

Muy conscientes de su inhabilidad para probar las primeras dos premisas(3) , el movimiento homosexual sujeta sus esperanzas a la tercera, la homosexualidad animal(4) .

Los Animales Lo Hacen, Entonces es Natural, ¿Cierto? El razonamiento detrás de la teoría de la homosexualidad animal se puede resumir de la siguiente manera:
 La conducta homosexual es observable en los animales.
 La conducta animal está determinada en sus instintos.
 La naturaleza hace que los animales sigan sus instintos.
 Por lo tanto, la homosexualidad está en concordancia con la naturaleza animal.
 Puesto que el hombre es también un animal, la homosexualidad debería estar también en concordancia con la naturaleza humana.

Está línea de razonamiento es insostenible. Si aparentemente los actos “homosexuales” entre los animales están en concordancia con la conducta animal, entonces la matanza de los padres por su descendencia y el devorar miembros de su misma especie están también en concordancia con la naturaleza animal. Poner al hombre dentro de la ecuación complica mucho más las cosas. ¿Hemos de  concluir que el filicidio y el canibalismo están en concordancia con la naturaleza humana?

En oposición a esta línea de razonamiento, este artículo sostiene que:

1. No hay “instinto homosexual” en los animales,
2. Es una ciencia empobrecida el hecho de “leer” las motivaciones y los sentimientos humanos en la conducta animal, y
3. La conducta irracional de los animales no es un criterio para determinar lo que sería una conducta moralmente aceptable en un hombre racional.

No hay “instinto homosexual” en los animales Cualquiera que esté comprometido en la observación más elemental de los animales está forzado a concluir que la “homosexualidad”, “filicidio” y “canibalismo” en los animales son excepciones al comportamiento animal normal. En consecuencia, no pueden ser llamados instintos animales. Estas excepciones observables a la conducta animal normal resultan de factores detrás de sus instintos.

•  Estímulos Opuestos e Instintos Confusos en AnimalesPara explicar esta conducta anormal, la primera observación debe ser el hecho de que los instintos animales no están delimitados por el determinismo absoluto de las leyes físicas que gobiernan el mundo mineral. En diferentes grados, todos los seres vivientes pueden adaptarse a las circunstancias. Ellos responden a estímulos internos o externos.

En segundo lugar, la cognición animal es puramente sensorial, limitada al sonido, olor, tacto, sabor e imagen. Así, los animales carecen de la precisión y claridad de la percepción intelectual humana. Por consiguiente, lo animales confunden frecuentemente una sensación con otra o un objeto con otro.

En tercer lugar, los instintos de un animal lo conducen hacía su fin y están en concordancia con su naturaleza. De cualquier modo, el empuje espontáneo del impulso instintivo puede sufrir modificaciones en su curso. Otras imágenes sensoriales, percepciones o memorias pueden actuar como nuevos estímulos que afectan la conducta animal. Más aún, el conflicto entre dos o más instintos pueden modificar en ocasiones el impulso original.

En el hombre, cuando dos reacciones instintivas chocan, el intelecto determina el mejor curso a seguir, y entonces la voluntad retiene a uno de los instintos bajo control mientras que anima al otro. Con los animales que carecen de intelecto y voluntad, cuando dos impulsos instintivos chocan, el que es más favorecido por las circunstancias, prevalece (5).

En ocasiones, estos estímulos internos o externos que afectan los impulsos instintivos de un animal resultan en casos de “filicidio”, “canibalismo” y “homosexualidad” animal.

•  “Filicidio” y “Canibalismo” Animal

Sarah Hartwell explica que los gatos machos matan a sus crías después de recibir “señales mezcladas” de sus instintos:

La mayoría de los gatos hembras pueden cambiar entre el “modo de juego” y el “modo de caza” para no dañar a sus crías. En los gatos machos este apagar del “modo de caza” podría estar incompleto y, cuando se encuentran altamente estimulados mediante el juego, el instinto “cazador” adquiere fuerza y ellos pueden llegar a matar a sus crías. El instinto de caza es muy fuerte, y muy difícil de apagar cuando la presa está presente, que los gatos pueden llegar a desmembrar e incluso comer a los gatitos… Compare el tamaño, sonido y actividad de los gatitos con el tamaño, sonido y actividad de la presa. Ambos son pequeños, tienen voces agudas y se trasladan con movimientos rápidos y erráticos. Todos estos factores detonan la conducta cazadora. En el gato macho, la conducta maternal no siempre puede anular la conducta cazadora y trata a los gatitos de la misma manera en que trataría a una presa pequeña. Sus instintos se ven confundidos(6) .

Considerando el canibalismo animal, la revista Iran Nature and Wildlife Magazine hace notar:

El Canibalismo es más común entre los vertebrados menores y los invertebrados, frecuentemente debido a un animal depredador confundiendo a uno de su propia especie con una presa. Pero también ocurre entre las aves y los mamíferos, especialmente cuando escasea la comida(7) .

•  Los Animales Carecen de los Medios para Expresar Sus Estados AfectivosA los estímulos y a los instintos opuestos, sin embargo, debemos añadir otro factor: Al expresar sus estados afectivos, un animal es radicalmente inferior que el hombre.
Dado que los animales carecen de razón, sus medios para expresar sus estados afectivos (miedo, placer, dolor, deseo, etc.) son limitados. Los animales carecen de los ricos recursos que están a disposición del hombre para expresar sus sentimientos. EL hombre puede adaptar su modo de hablar, escribir, contemplar, gesticular en modos no verbales. Los animales no pueden hacerlo. En consecuencia, los animales expresan frecuentemente sus estados afectivos de forma ambigua. Ellos “piden prestado”, por así decirlo, las manifestaciones del instinto de reproducción para manifestar los instintos de dominio, agresividad, miedo, gregarismo, y así sucesivamente.

•  Explicando la Aparente Conducta “Homosexual” Animal

Los bonobos son un ejemplo típico de este “pedir prestado”. Estos primates de la familia de los chimpancés se relacionan en aparente conducta sexual para expresar aceptación y otros estados afectivos. Así, Frans B. M. de Waal, quien pasó cientos de horas observando y filmando a estos primates, dice:

Hay dos razones para creer que la actividad sexual es la respuesta de estos primates para evitar conflictos.

Primero, cualquier cosa, no sólo comida, que despierta el interés de más de un bonobo al mismo tiempo tiende a resultar en un contacto sexual. Si dos bonobos se aproximan a una caja de cartón lanzada a su espacio, ellos se montarán brevemente el uno a otro antes de jugar con la caja. Dicha situación conduce a riñas en la mayoría de las especies. Pero los bonobos son un tanto tolerantes, quizá porque ellos usan el sexo para desviar la atención y difuminar la tensión.

En segundo lugar, el sexo en el bonobo ocurre frecuentemente en contextos agresivos que no tienen ninguna relación con la comida. Un macho celoso podría perseguir a otro lejos de una hembra, después del cual los dos machos se reúnen y se relacionan en un frotamiento escrotal. O después de que una hembra golpea a un joven, la madre de este último podría arremeter contra el agresor, una acción que es seguida inmediatamente por un frotamiento genital entre los dos adultos(8) .”

Como los bonobos, otros animales montarán a otros de su mismo sexo y se relacionarán en aparente conducta “homosexual”, aunque su motivación pueda diferir. Los perros, por ejemplo, lo hacen usualmente para expresar dominio. Cesar Ades, etólogo y psicólogo de la Universidad de Sao Paulo, Brasil, explica, “Cuando dos machos se aparean, lo que está presente es una demostración de poder, no sexo(9) .”

Jaque Lynn Schultz, Director de Proyectos Especiales de Ciencias Animales de la ASPCA(10) , explica aún más:

Usualmente, un perro macho no castrado se montará a otro perro macho como una muestra de dominio social, en otras palabras, como una forma de hacerle saber al otro perro quién es el jefe. Aunque no es tan frecuente, un perro hembra podría montarse por la misma razón(11) .

Los perros también montarán a otro debido a la vehemencia de su reacción puramente química  al olor de una hembra en celo:

No es asombroso que el olor de un perro hembra en celo pueda provocar un frenesí de conductas como montarse. Incluso otras hembras que no están en celo se montarán a aquellas que sí lo están. Los machos montarán a otros machos que recientemente han estado con hembras en celo si ellos aún portan su esencia… Y los machos que captan en el viento el olor del celo podrían montar a la primera cosa (o persona desafortunada) con la que tengan contacto(12) .
Otros animales se relacionan en aparente conducta “homosexual” porque fallan al identificar al otro sexo correctamente. Entre menores sean las especies en el reino animal, más tenue y difícil de detectar serán las diferencias entre los sexos, conduciendo a una confusión más frecuente.

• No Existen Animales “Homosexuales” En 1996, el científico homosexual, Simon LeVay, admitió que la evidencia apuntaba a actos aislados, no a homosexualidad:
Sin embargo, la conducta homosexual es muy común en el mundo animal, parece ser muy poco común que animales individuales tengan una predisposición duradera a relacionarse en dicha conducta a la exclusión de actividades heterosexuales. Así, una orientación homosexual, si pudiéramos hablar de tal cosa en los animales, parece ser algo raro(13) .

A pesar de las apariencias “homosexuales” de algunas conductas animales, esta conducta no proviene un instinto “homosexual” que sea parte de la naturaleza animal. El Dr. Antonio Pardo, profesor de Bioética en la Universidad de Navarro, España, explica:

Propiamente hablando, la homosexualidad no existe entre los animales… Por razones de supervivencia, el instinto reproductivo entre los animales está siempre dirigido hacía un individuo del sexo opuesto. Por lo tanto, un animal no puede nunca ser homosexual como tal. No obstante, la interacción con otros instintos (particularmente el de dominio) puede resultar en una conducta que aparenta ser homosexual. Dicha conducta no puede ser equiparada con una homosexualidad animal. Esto quiere decir que la conducta sexual animal abarca aspectos más allá de la reproducción(14)

No es científico “leer” las motivaciones y sentimientos humanos en la conducta animal

Como muchos activistas de los derechos de los animales, los activistas homosexuales “leen” frecuentemente las motivaciones y sentimientos humanos en la conducta animal. Mientras este enfoque antropopático goza de plena aceptación en ámbitos como el arte, la literatura y la mitología, hace que la ciencia se empobrezca. El Dr. Charles Socarides de la National Association for Research and Therapy of Homosexuality (NARTH)(15)  observa:

El término homosexualidad debería estar limitado a la especie humana, en animales, el investigador puede sólo determinar como una conducta motor. Tan pronto como él interprete la motivación del animal, él está usando psicodinámica humana, un enfoque científico riesgoso, si no es que imprudente (16) .

El etólogo Cesar Ades explica la diferencia de las relaciones sexuales entre los humanos y  entre los animales:

Los seres humanos tienen sexo de una forma, mientras que los animales lo tienen de otra. El sexo humano es una cuestión de preferencia, donde uno elige a la persona más atractiva para tener placer. Esto no es verdad con los animales. Para ellos es una cuestión de apareamiento y reproducción. No hay placer físico o psicológico… El olor es decisivo: cuando una hembra está en celo, ella emite una esencia, conocida como feromona. Esta esencia atrae la atención del macho, y le hace querer aparearse. Así es el coito entre animales. Es la ley de la naturaleza(17) .

Incluso el biólogo, Bruce Bagemihl, cuyo libro Biological Exuberance: Animal Homosexuality and Natural Diversity(18)  fue citado por la Asociación Psicológica Americana y la Asociación Americana de Psiquiatría en su escrito amici curiae en Lawrence v. Texas y se pregona como prueba de que la homosexualidad es natural entre los animales, es cuidadoso de incluir una advertencia:

Cualquier consideración de homosexualidad y transgenerismo en animales es también necesariamente una consideración de interpretación humana de estos fenómenos… Estamos en la oscuridad acerca de la experiencia interna de los participantes animales: como resultado, los prejuicios y limitaciones del observador humano, tanto en la recolección e interpretación de los datos, vienen a primer plano en esta situación. Con la gente podemos hablar con frecuencia directamente a los individuos (o leer consideraciones escritas)… Con los animales, en contraste, podemos observar con frecuencia directamente sus conductas sexuales (y aliadas), pero podemos sólo inferir o interpretar sus significados y motivaciones(19) .

La interpretación del Dr. Bagemihl, sin embargo, a lo largo de su libro de 750 páginas, favorece descaradamente la teoría de la homosexualidad animal. Sus páginas están llenas con descripciones de actos animales que podrían tener una connotación homosexual en los seres humanos. El Dr. Bagemihl no prueba, sin embargo, que dichos actos tengan el mismo significado para los animales. Él simplemente les da una interpretación homosexual. No es de sorprenderse que su libro fuera publicado por Stonewall Inn Editions, “una marca de St. Martin Press devota a libros de interés gay y lésbico”.

La conducta animal irracional no es proyecto para el hombre racional Algunos investigadores que estudian la conducta “homosexual” animal extrapolan desde el ámbito de la ciencia hacía el ámbito de la filosofía y la moralidad. Estos estudiosos razonan desde la premisa de que si los animales lo hacen, es de acuerdo a su naturaleza y así es bueno para ellos. Si es bueno y natural para los animales, ellos continúan, también es natural y moralmente bueno para el hombre. Sin embargo, la definición de naturaleza humana pertenece no al ámbito de la zoología o biología, sino a la filosofía, y la determinación de lo que es moralmente bueno para el hombre pertenece a la ética.

La Dra. Marlene Zuk, profesora de biología en la Universidad de California en Riverside, por ejemplo, sostiene:

La sexualidad es un término muy amplio sobre el que la gente quiere pensar. Se tiene la idea de que el reino animal es estricto, anticuado, Católico Romano, de que ellos tienen sexo para procrear… La expresión sexual significa más que hacer bebés. ¿Por qué nos sorprendemos? Las personas son animales(20) .

Simon LeVay considera el deseo de que el entendimiento de la “homosexualidad” animal ayudará a cambiar las costumbres sociales y las creencias religiosas acerca de la homosexualidad. El asegura:

“Parece posible que el estudio de la conducta sexual en animales, especialmente en primates no humanos, contribuirá a la liberación de las actitudes religiosas hacía la actividad homosexual y otras formas de sexo no procreativo. Específicamente, estos estudios retan un sentido particular del dogma de que la conducta homosexual está “contra la naturaleza”: la noción de que es única para aquellas creaturas que, al probar el fruto del árbol del conocimiento, llegó por sí mismo a ser moralmente culpable(21) .”

Otros investigadores se sienten obligados a señalar la impropiedad de trasladar la conducta animal al hombre. A pesar de ser muy favorable a la interpretación homosexual de la conducta animal, Paul L. Vasey, de la Universidad de Lethbridge en Canadá, aún así hace la advertencia:

“Para algunas personas, lo que los animales haces es un criterio de lo que es y no es natural. Hacen un salto de decir si es natural, es moralmente y éticamente deseable. El infanticidio está altamente difundido en el reino animal. Saltar de ahí a decir que es deseable, no tiene sentido. No deberíamos de estar usando a los animales para hacer las políticas morales y sociales para los tipos de sociedad en que queremos vivir.  Los animales no cuidan de los más viejos. No pienso particularmente que esto debería de ser una vía para cerrar los asilos(22) .”

EL reino animal no es lugar para que el hombre busque un proyecto para la moralidad humana. Ese proyecto, tal como el bioético Bruto Maria Bruti dice, debe ser buscado en el propio hombre:

“Es un error frecuente que la gente contraste las conductas humanas y las animales, como si las dos fueran homogéneas… Las leyes que regulan la conducta humana son de una naturaleza diferente y deberían ser buscada en donde Dios las escribió, es decir en la naturaleza humana(23) .”

EL hecho de que el hombre tenga un cuerpo y una vida sensible en común con los animales no significa que es estrictamente un animal. Ni siquiera significa que es un medio animal. La racionalidad humana impregna la totalidad de su naturaleza de tal manera que sus sensaciones, instintos e impulsos no son puramente animales, sino que tienen ese sello de racionalidad que los caracteriza como humanos.

Así, el hombre está caracterizado no por lo que él tiene en común con los animales, sino por lo que lo diferencia de ellos. Esta diferenciación es fundamental, no accidental. El hombre es un animal racional. La racionalidad del hombre es lo que hace a la naturaleza humana única y fundamentalmente distinta de la naturaleza animal(24) .

Para considerar al hombre estrictamente como un animal es negar su racionalidad y, por tanto, su libre albedrio. Igualmente, considerar a los animales como si fueran humanos es atribuirles una racionalidad no existente.

De la ciencia a la mitologíaLa investigación Exuberancia Biológica del Dr. Bagemihl, muestra su insatisfacción fundamental con la ciencia y el entusiasmo por la mitología aborigen:
“La ciencia occidental tiene mucho que aprender de las culturas aborígenes acerca de sus sistemas de género y sexualidad.”(25)

“Para la ciencia occidental, la homosexualidad (tanto animal como humana) es una anomalía, una conducta inesperada que por encima de todo requiere cierto tipo de “explicación” o “causa” o “razón de ser”. En contraste, para muchas culturas indígenas alrededor del mundo, la homosexualidad y el transgenerismo son una rutina y ocurrencia esperada tanto en los mundos humanos como animal…”(26)

“La mayoría de las tribus estadounidenses nativas, reconocen (y honran) formalmente la homosexualidad humana y el transgenerismo en el rol de la persona de “dos espíritus” (en ocasiones anteriormente conocido como berdache(27) ). La persona “dos espíritus” es un hombre o una mujer sagrados que mezcla categorías de género mediante el uso de ropa del sexo opuesto o de ambos sexos… Y frecuentemente se compromete en relaciones con personas de su mismo sexo… En muchas culturas estadounidenses naticas, ciertos animales están también relacionados simbólicamente con la doble espiritualidad, frecuentemente en la forma de mitos de la creación y leyendas del origen relacionadas con el primer o “supernatural” doble espíritu… Una historia Zuni de la creación relata cómo los primeros doble espíritu (creaturas que no eran ni del sexo masculino ni del femenino, sino ambos al mismo tiempo)  eran los doce descendientes  de una pareja mítica de hermano y hermana. Algunas de estas creaturas eran humanos, pero uno era un murciélago y el otro un venado macho.” (28)

El Dr. Bagemihl aplica este mito andrógino, muy extendido en el actual movimiento homosexual, al reino animal con la ayuda de la mitología india y aborigen. El invita a occidente a abrazar “un nuevo paradigma”(29) :

“Ultimadamente, la síntesis de las perspectivas científicas representadas por Exuberancia Biológica nos lleva de regreso al punto de partida, a la forma de ver al mundo que este en concordancia con algunas de las más antiguas concepciones indígenas de la sexualidad animal (y humana) y la variabilidad de género. Esta perspectiva disuelve las oposiciones binarias… Exuberancia Biológica es… una visión del mundo que es al mismo tiempo primordial y futurista, en la cual el género es caleidoscópico, las sexualidades son múltiples, y las categorías de masculino y femenino son fluidos y transmutables.”(30)

Conclusión
En resumen, el intento del movimiento homosexual por establecer que la homosexualidad está en concordancia con la naturaleza humana, mediante la prueba de su teoría de la homosexualidad animal, está basada mayormente en creencias mitológicas y principios filosóficos erróneos que en la ciencia.

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Luiz Sérgio Solimeo se unió a la Sociedad Brasileña para la Defensa de la Tradición, la Familia y la Propiedad (TFP) en 1959. Como escritor e investigador, se especializó en tópicos filosóficos y teológicos y tiene varios trabajos publicados. Solimeo ha estado en los Estados Unidos ayudando a la TPF desde 1999. En este artículo, Solimeo desarrolla una sección del Capítulo 11, “Contestando los Argumentos Científicos del Movimiento”, del nuevo libro Defendiendo Una Ley Superior: El Porque Debemos Resistirnos al “Matrimonio” entre Personas del Mismo Sexo y al Movimiento Homosexual (Spring Grove, Pensilvania: La TPF Estadounidense, 2004).

Referencias
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1 Defendiendo una Ley más Alta: El Por Qué Debemos Resistirnos al “Matrimonio” Entre Personas Del Mismo Sexo y al Movimiento Homosexual.
2 La expresión movimiento homosexual es usado para desinar a una gran red de organizaciones, grupos de presión, intelectuales y activistas que luchan para imponer cambios en las leyes, las costumbres, la moral y las mentalidades, de tal manera que la homosexualidad sea no sólo tolerada sino también aceptada como buena y normal. Por tanto, los activistas del movimiento presionan a la sociedad para legalizar tanto la práctica como las manifestaciones públicas de homosexualidad, tales como el “matrimonio” entre personas del mismo sexo, mientras atacan incesantemente a los que defienden la moral tradicional.
3 Para una breve visión general de la evidencia que desmitifica el “está en los genes” y la irreversibilidad de las teorías de la orientación sexual vea el tríptico de la TPF: “¡No genética! ¡No irreversible! ¡No natural!” en www.tpf.org/tfc/boston_scientific.pdf
4 Cf. Simon LeVay, Queer Science: The Use and Abuse of Research into Homosexuality (Cambridge, Mass.: MIT Press, 1996). Bruce Bagemihl, Biological Exuberance: Animal Homosexuality and Natural Diversity (New York: St. Martin’s Press, 1999).
5 Cf. RŽgis Jolivet, TraitŽ de Philosophie, (Lyon-Paris: Emmanuel Vitte, ƒditeur, 1950), Vol. 2, pp. 306-396.
6 Sarah Hartwell, Cats that kill kittens, at http://www.messybeast.com/kill_kit.htm (Énfasis nuestro.)
7 “Cannibalism in Animals.” (Our emphasis.)
8 Frans B. M. de Waal, “Bonobo Sex and Society,” Scientific American, Mar. 1995, pp. 82-88,www.songweaver.com/info/bonobos.html. (Our emphasis.)
9 “Cachorro Gay?” Focinhos Online, www2.uol.com.br/focinhos/petsnodiva/index.shtml.
10 American Society for the Prevention of Cruelty to Animals (Sociedad Americana para la Prevención de la Crueldad hacía los Animales)
11 Jacque Lynn Schultz, “Getting Over the Hump,” ASPCA Animal Watch, Summer 2002,www.petfinder.org/journalindex.cgi?path=/public/animalbehavior/dogs/1.2.36.txt&template. (Énfasis nuestro.)
12 Ibíd. (Énfasis nuestro.)
13 LeVay, p. 207.
14 Antonio Pardo, “Aspectos mŽdicos de la homosexualidad,” Nuestro Tiempo, Jul.-Aug. 1995, pp. 82-89.
15 Asociación Nacional para la Investigación y Terapia de la Homosexualidad.
16 “Exploding the Myth of Constitutional Homosexuality,” National Association for Research and Therapy of Homosexuality, www.leaderu.com/orgs/narth/exploding.html. (Énfasis Nuestro.)
17 “Cachorro Gay?”
18 Exuberancia Biológica: Homosexualidad Animal y Diversidad Natural
19 Bagemihl, p. 2. (Enfásis Nuestro.)
20 Dinitia Smith, “Love That Dare Not Squeak Its Name,” The New York Times, Feb. 7, 2004. (Énfasis nuestro.)
21 LeVay, p. 209.
22 Citado por Dinitia Smith, “Love That Dare Not Squeak Its Name.”
23 Bruto Maria Bruti, Domande e risposte sul problema dell’omosessualitˆ,www.paginecattoliche.it/domande-_omosessualita.htm. (Énfasis nuestro.)
24 “El hombre está correctamente definifo como un animal racioanl; animal se refiere al género aproximado; racional se refiere a la diferenciación específica.” Joannes di Napoli, Manuale Philosophiae (Turin, Italy: Marietti Editori, 1961), Vol. 2, p. 165.
25 Bagemihl, p. 5.
26 Ibíd. p. 215.
27 Indio americano que asume la vestimenta, estatus social y rol del sexo opuesto
28 Ibíd. p. 216.
29 Ibíd. p. 216.
30 “El capítulo final de la parte 2, ‘Un Nuevo Paradigma: Exuberancia Biológica’, hace un llamado por un replanteamiento radical de la manera en que vemos el mundo natural. Esta revisión comienza con una exploración de otro conjunto de interpretaciones humanas alternativas: las creencias tradicionales acerca de la homosexualidad/transgenerismo animal en las culturas indígenas.” Ibíd. p. 5.

Fuente: http://www.renacer.com.mx