“La Iglesia ha lucrado creyéndose dueña de la salvación”

El ex capellán de “Un Techo para Chile” enfatizó que “hay grupos dentro de la Iglesia que le han hecho daño tremendo a la élite chilena, que ha hecho que se preocupe de ritos sin contenido”.

Fuente: 24Horas

Fuente: 24Horas

El sacerdote jesuita Felipe Berríos, quien se encuentra realizando labores misioneras en Africa, no perdió la oportunidad para criticar el accionar de la jerarquía de la Iglesia Católica, su relación con los grupos de poder y la falta de un cariz social en sus actividades.

Berríos justificó el alegamiento de los jóvenes con la Iglesia, recalcando que “les hemos mostrado un Dios tan rasca, insípido, que hace que los chiquillos prescindan de Dios, que no sea tema para ellos,pero cuando un chiquillo anda buscando la igualdad para todos es andar buscando a Dios”.

“Los jóvenes están hechos para gastarse, para dar la vida, a soñar por sus ideales, pero hacemos que sean planificados, los llenamos de miedo, están todos endeudados, les hemos limado las garras“, apuntó en una entrevista con TVN.

“Me gustaría decirle a los jóvenes que no se metan en la maquinaria del consumo desenfrenado (…) el joven quiere cambios, no tienen los traumas nuestros y por eso estoy contento que Giorgio (Jackson) y Camila (Vallejo) se metan en política y creo que esta fuerza de cambio hay que transformarla en movimientos políticos para que sean reales los cambios”, recalcó.

El sacerdote lamentó que el consumismo causó estragos en valores como la educación, la salud e incluso en la Iglesia, enfatizando que “la Iglesia ha lucrado creyéndose la dueña de la salvación y lucrar con eso”.

“Los colegios católicos no debieran ser excluyentes, deben ser abiertos a todos, a niños sin dinero, con papás separados o a quienes tengan otra creencia (…) se ha puesto el acento en defender la libertad de la educación, pero no se ha puedo el acento en la liberad de poner a mi hijo donde yo quiera, eso hoy no es así (…) la Iglesia discrimina y la prueba de la blancura es, como lo dijo el Papa, que la iglesia debe ser de los pobres, y no lo está siendo, los pobres son visita, son motivo de caridad”, disparó.

“Hay grupos dentro de la iglesia que le han hecho daño tremendo a la elite chilena que ha hecho que se preocupe de unos ritos sin contenido buscando una salvación que Dios se las da gratuita, pero que quieren comprarla con buenas acciones, pero cuando tocan sus intereses económicos dejan de ser buenas acciones.Los culpables son los que le han enseñado un Dios que no le cuestiona eso“, insistió.

Críticas a la jerarquía de la Iglesia

Pero Berríos también analizó a la Iglesia Católica chilena y su relación con la sociedad, lamentó que “la iglesia real,  la gente que vive en poblaciones, los solidarios, los curas jugados, los capellanes que están en los hospitales  existe, pero está la iglesia jerárquica que no dice nada, no responde. Falta jugarse más por Jesucristo y vivir más en la pobreza”.

En Latinoamérica, dijo, se suprimió “una iglesia viva como la Teología de la Liberación y teníamos obispos en Chile jugados como monseñor Caro y Silva Henríquez. Mundialmente se escogieron voceros del Vaticano que no piensan por sí mismos”.

“Estos obispos son gente que no han hecho nada malo, pero nada bueno tampoco, nos son capaces de jugársela por los que sufren, por los pobres, haber detectado la desigualdad en Chile y haberla dicho, salvo en la última conferencia episcopal que hablaron del tema; más bien son católicos de los católicos y eso también lo percibimos los curas que no tenemos un pastor donde podemos jugarnos y ser críticos”.

“Bendigo el anillo a una persona casada por segunda vez y al día siguiente tengo un llamado  del arzobispo de Roma, pero si se bendice una sucursal bancaria que está chupándole la sangre a los chilenos no decimos nada, eso le resta credibilidad y jerarquía a la iglesia”, concluyó Berríos.

Fuente: http://www.24horas.cl/nacional/felipe-berrios-la-iglesia-tambien-discrimina-668377

¿Tiene salvación la Iglesia?

Esta pregunta ha sido formulada por uno de los más renombrados y fecundos teólogos del área del catolicismo: el suizo-alemán Hans Küng en un libro reciente que lleva este mismo título ¿Tiene la Iglesia salvación? (2012). De forma entusiasta fomentó la renovación de la Iglesia junto con su colega de la Universidad de Tubinga, Joseph Ratzinger. Ha escrito una vasta obra sobre la Iglesia, el ecumenismo, las religiones y otros temas relevantes. Debido a un libro suyo que cuestionaba la infalibilidad papal fue duramente castigado por la ex-Inquisición. No abandonó la Iglesia, sino que se empeñó como pocos en su reforma con libros, cartas abiertas y llamamientos a obispos y a la comunidad cristiana para que se abriesen al diálogo con el mundo moderno y con la nueva situación planetaria de la humanidad. No se evangelizan personas, hijos e hijas de nuestro tiempo, presentándoles un modelo de Iglesia, hecha bastión de conservadurismo y de autoritarismo y sintiéndose una fortaleza asediada por la modernidad, que es considerada responsable de todo tipo de relativismo. Digamos de paso que la crítica feroz que el papa actual dirige contra el relativismo, la realiza a partir de su polo opuesto, un invencible absolutismo. Esta es la tónica que está siendo impuesta por los dos últimos papas, Juan Pablo II y Benedicto XVI: un no a las reformas y una vuelta a la tradición y a la gran disciplina, orquestadas por la jerarquía eclesiástica.

El presente libro: ¿Tiene salvación la Iglesia? (2012) expresa un grito casi desesperado en pro de transformaciones y, al mismo tiempo, una manifestación generosa de esperanza de que éstas son posibles y necesarias, si no se quiere entrar en un lamentable colapso institucional.

Quede claro, para empezar, que cuando Küng y yo mismo hablamos de Iglesia, entendemos la comunidad de aquellos que se sienten comprometidos con la figura y la causa de Jesús, cuyo foco reside en el amor incondicional, en la centralidad de los pobres e invisibles, en la hermandad de todos los seres humanos y en la revelación de que somos hijos e hijas de Dios, siendo el mismo Jesús quien dejó entrever que él era el propio Hijo de Dios que asumió nuestra contradictoria humanidad. Éste es el sentido originario y verdadero de Iglesia. Pero históricamente la palabra Iglesia ha sido apropiada por la jerarquía (desde el papa a los curas); ella se identifica como Iglesia tout court y se presenta como la Iglesia.

Pues bien, lo que está en profunda crisis es esta segunda concepción de Iglesia, que Küng llama “sistema romano”, o sea, “la Iglesia institución-jerárquica” o “la estructura monárquico-absolutista de mando”, cuya sede se encuentra en el Vaticano y se centra en la figura del papa con el aparato que le rodea: la curia romana. Esta crisis se prolonga desde hace siglos y el clamor por cambios atraviesa la historia de la Iglesia, culminando en la Reforma del siglo XVI y en el Concilio Vaticano II (1962-1965) de nuestros días. En términos estructurales, las reformas estructurales siempre fueron superficiales o aplazadas o simplemente abortadas.

En los últimos tiempos, sin embargo, la crisis ha adquirido una gravedad especial. La Iglesia institución (papa, cardenales, obispos y curas), repito, no la gran comunidad de los fieles, ha sido alcanzada en su corazón, en aquello que era su gran pretensión: la de ser “guía y maestra de moral” para toda la humanidad. Algunos datos ya conocidos han puesto en jaque tal pretensión y han llevado el descrédito a la Iglesia institución, lo cual ha ocasionado gran emigración de fieles:

Los escándalos financieros involucrando al Banco Vaticano (IOR), que se transformó en una especie de off-shore de lavado de dinero; los documentos secretos sustraídos, quien sabe si hasta de la mesa del papa, por su propio secretario y vendidos a los periódicos, revelando las intrigas por el poder entre cardenales; y especialmente la cuestión de los sacerdotes pedófilos, miles de casos en varios países, que involucran a padres, obispos y hasta al cardenal de Viena Hans Hermann Groer. Gravísima fue la instrucción dada por el entonces cardenal Ratzinger a todos los obispos del mundo de encubrir, bajo sigilo pontificio, los abusos sexuales a menores para evitar que los curas pedófilos fuesen denunciados a las autoridades civiles. Finalmente el papa tuvo que reconocer el carácter criminal de la pedofilia y aceptar su enjuiciamiento por los tribunales civiles.

Küng muestra, con erudición histórica irrefutable, los pasos dados por los papas al pasar de sucesores de Pedro a vicarios de Cristo y a representantes de Dios en la Tierra. Los títulos que el canon 331 confiere al papa son de tal magnitud que, en realidad, caben solamente a Dios. Una monarquía papal absoluta con báculo dorado no concuerda con el cayado de madera del Buen Pastor que cuida con amor de sus ovejas y las confirma en la fe, como pidió el Maestro (Lc 22,32).

Por Leonardo Boff

Setiembre 14 de 2012

Publicado en www.servicioskoinonia.org

Leído en: http://www.elciudadano.cl/2012/09/14/57225/tiene-salvacion-la-iglesia/

¿Serán buenas todas las religiones?

—Sí, yo creo que sí, pues no importa a cuál religión perteneces. Lo importante es apoyar la que tienes y saberla llevar. Todas van hacia Dios. Yo tengo la religión mía y tú tienes la tuya, y así estamos bien.

¿Has oído esto? ¿Lo has dicho? ¿Lo crees?

¿Es tu concepto de las religiones como el siguiente cuadro?:

Qué concepto más bello, ¿verdad? Es parecido a los caminos de entrada a una ciudad. Puedes escoger cualquiera de los caminos y te llevará al mismo destino. Pero, ¿será así con la religión? ¿Serán buenas todas las religiones? Hagamos esta pregunta de otra manera: ¿Puede alguna religión dar la entrada al cielo?

Hay centenares de religiones en el mundo. Muchas personas afirman que su religión es uno de los caminos que va hacia el cielo. Y hay algunas religiones que pretenden que ellas son el único camino al cielo.

¿Qué dice la Biblia?

La Biblia no habla de muchos caminos que llevan al cielo, sino sólo de uno. Sólo uno. Medita en lo que dice la Biblia: “Estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan” (Mateo 7.14). La Biblia también habla de otro camino, pero éste no va al cielo. Va a la destrucción. “Ancha es la puerta, y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella” (Mateo 7.13).

Entonces, ¿de cuál religión será ese camino que lleva al cielo? ¿Cuál denominación nos puede salvar?

¡Ninguna!

Jesús es ese camino que nos puede llevar al cielo. Él dijo: “Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al padre, sino por mí” (Juan 14.6).

El apóstol Pedro dijo acerca de Jesús: “No hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos” (Hechos 4.12).

Podemos representar lo que la Biblia nos enseña con el siguiente cuadro:

Pertenecer a cualquier religión no nos lleva al cielo, porque solamente una religión es el camino al cielo. Y esta religión es Jesús, el único camino al cielo. Y conocerque él es el camino al cielo tampoco nos lleva allí. Tenemos que llevar ese camino si queremos llegar al cielo. Tenemos que andar con Jesús. Él tiene que vivir y gobernar en nuestros corazones no sólo en palabras, “sino de hecho y en verdad” (1 Juan 3.18). Sólo así él nos podrá llevar al cielo.

Pero ¿es que no nos hace falta pertenecer a una religión?

La Biblia no habla de distintas religiones o denominaciones de las cuales tenemos que escoger la mejor. Pero sí habla de una hermandad de creyentes que aunque está en el mundo no es parte del mundo. “No son del mundo, como tampoco yo soy del mundo” (Juan 17.14). Habla de congregaciones compuestas de personas humildes que siguieron a Jesús. Habla de hermanos y hermanas que trabajaron juntos para esparcir el evangelio del Señor. A los que pertenecían a aquellas iglesias la gente los llamaba “cristianos”, pues eran seguidores de Cristo. Hacían lo que Cristo les mandaba.

Si tú quieres llegar al cielo, necesitas arrepentirte de todo pecado y rendirte por completo a Jesús porque de esa manera enseñó el Señor. Entonces tienes que andar cada día en una sumisión completa a lo que él te muestra en tu vida. Si haces esto, bien puede ser que Dios te guíe a una congregación de creyentes verdaderos. Una congregación compuesta por hombres, mujeres, y jóvenes que aman a Jesús con todo su corazón. Una hermandad donde todos andan en obediencia al Camino que los lleva al cielo, Jesucristo.

En tal congregación los hermanos se animan, se exhortan, y se instruyen en el “camino que lleva a la vida” (Mateo 7.14). Si uno se desvía del mismo los demás le amonestan en amor. Si persiste en su error los demás lo disciplinan con el objetivo de que su relación con Dios y el prójimo se restablezca y ande en victoria sobre el pecado. Hacen todo esto porque el amor de Cristo en ellos les constriñe a amar a tal persona y a guardar la pureza de la congregación.

En tal congregación hay pastores que con humildad predican la palabra de Dios. Pastores que guían al rebaño bajo la dirección del “Pastor y Obispo” de nuestras almas (1 Pedro 2.25). Pastores que por el ejemplo de sus vidas rectas animan a los hermanos a sentirse seguros de la protección de Dios en la iglesia del Señor.

Muchas veces los de tales congregaciones se relacionan con otras congregaciones de creyentes verdaderos. Los hermanos buscan el rostro del Señor juntos. Una hermandad de creyentes como ésta es capaz de enfrentar las falsas enseñanzas y de entregarse por completa a la obra de la evangelización.

En tal hermandad de creyentes la presencia de Cristo en la vida de cada miembro es más importante que todo lo demás en esta vida. Por eso (aunque se les conozca por un nombre denominacional), no se destacan a sí mismos como el remedio para el pecado del mundo. Ellos forman un grupo de personas humildes que siguen a Jesús y que le predican al mundo las buenas nuevas de la salvación.

Lo más lamentable de todo esto es que existen muchas congregaciones que proclaman que aman a Jesús y que predican las buenas nuevas de salvación a los perdidos, pero que no obedecen a las palabras de quien dijo: “Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí” (Juan 14.6). Muchas de estas religiones se destacan a sí mismas como el camino que lleva al cielo y se identifican como congregaciones “cristianas”, pero no obedecen a Cristo.

Por favor, no te dejes engañar. Evalúa la congregación a la que estás asistiendo o a la que estás considerando asistir y compárala con las enseñanzas de la Biblia.

Ø ¿Enseña que Jesús es el único camino al cielo y la cabeza de la iglesia? ¿Predica la doctrina bíblica para la iglesia cristiana o tan sólo hace énfasis en los mandamientos de los hombres?

Ø ¿Exige una vida de santidad y justicia o simplemente te deja seguir en un camino de pecado y egoísmo para no meterse en tu vida?

Ø ¿Te ayuda a obedecer todos los mandamientos del Nuevo Testamento o simplemente pasa por alto aquellos que no le convienen?

Volvamos a la pregunta que hicimos al principio:

¿Serán buenas todas las religiones?

No. Hay muchas religiones hoy que son nada más organizaciones humanas, aunque también sean organizaciones muy religiosas. Muchas de ellas no exaltan a Jesús ni mucho menos lo obedecen. La mayoría de estas religiones no glorifican a Jesús como el único camino hacia el cielo. ¿Cómo pueden ser buenas? “Si alguno se cree religioso entre vosotros, y no refrena su lengua, sino que engaña su corazón, la religión del tal es vana” (Santiago 1.26). “Todo espíritu que no confiesa que Jesucristo ha venido en carne, no es de Dios” (1 Juan 4.3).

El que desea andar con Jesús sabe que necesita ser parte de una hermandad bíblica; un cuerpo de creyentes en el cual todos se hacen responsables el uno por el otro y todos buscan estar constantemente en una comunión viva con el Maestro. “La religión pura y sin mácula delante de Dios el Padre es esta: Visitar a los huérfanos y a las viudas en sus tribulaciones, y guardarse sin mancha del mundo” (Santiago 1.27).

¿Es así tu vida?

¿Se compone tu congregación de personas que viven de esa forma?

¿Destaca tu congregación a Jesús como el único camino al cielo?

—Mariano Garber

  Ø Hay camino que parece derecho al hombre, pero su fin es camino de muerte.

—Proverbios 16.25

  Ø Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces. Por sus frutos los conoceréis.

—Mateo 7.15–16

  Ø Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad.

—Mateo 7.22–23

  Ø El que venciere será vestido de vestiduras blancas; y no borraré su nombre del libro de la vida, y confesaré su nombre delante de mi Padre, y delante de sus ángeles.

—Apocalipsis 3.5

Fuente: http://www.elcristianismoprimitivo.com

La Jerusalén Celestial

Gálatas 4:21-31.-

En la actualidad observamos una gran confrontación de dos pueblos quienes se disputan una porción de tierra llamada Jerusalén; Palestinos y Judíos dicen ser los verdaderos dueños de dicha tierra.

En la edad media durante las Cruzadas, miles de personas murieron para liberar la llamada tierra santa de manos de los  Musulmanes.

¿En verdad vale la pena esta lucha? ¿Jerusalén es tierra santa? ¿Cuál es la verdadera Jerusalén?

1.-  TRANSFONDO  HISTORICO.-

El apóstol Pablo coloca una alegoría para que todos los que quieren justificarse por la obras, comprendan su necia equivocación.

(Alegoría es la figura literaria por la cual se explica algo haciendo uso de metáforas).

Decidme, los que queréis estar bajo la ley: ¿No habéis oído la ley?, porque está escrito que Abraham tuvo dos hijos, uno de la esclava y otro de la libre. Pero el de la esclava nació según la carne, pero el de la libre en virtud de la promesa.

Lo cual es una alegoría, pues estás mujeres son los dos pactos; el uno proviene del monte Sinaí, en Arabia y corresponde a la Jerusalén actual, ya que esta junto con sus hijos, está en esclavitud. Gálatas 4:21-25.

Abraham tuvo dos hijos principales. Ismael e Isaac y estos simbolizan en el ejemplo de Pablo dos descendencias: Ismael representa la descendencia terrenal, mientras Isaac representa la espiritual.

Ismael nació según la carne es decir por el deseo natural de Abraham de tener un hijo con su esclava Agar, mientras Isaac nació de Sara según la promesa que Dios le había hecho a Abraham.

Agar la madre esclava de Ismael representa el Antiguo Pacto realizado con el pueblo de Israel, el pacto de la ley; mientras Sara la madre de Isaac representa el Nuevo Pacto realizado por Jesucristo.

2.-  JERUSALEN  TERRENAL.-

Jerusalén terrenal es la actual capital de Israel, considerada tierra santa por haber nacido allí Jesús según la carne.

Esta Jerusalén es el mayor centro de idolatría en el mundo, pues allí se disputan como su centro tres religiones: Judaísmo, Catolicismo y Cristianismo.

Miles de personas cada año viajan para visitar los lugares donde supuestamente nació Jesús, para bautizarse en el río Jordán, para transitar por la vía dolorosa o para dejar una petición a Dios en el muro de los lamentos. Todo esto porque dentro de la mentalidad de la persona religiosa está el pensamiento que al visitar los lugares santos obtiene indulgencia especial para perdón de pecados.

En realidad esto es un gran negocio, pues los líderes religiosos promueven cada año viajes a la «tierra santa», donde prometen a los peregrinos que allí realizarán actividades especiales como bautismos, matrimonios, liberaciones y oraciones; en el fondo solamente está el interés de captar más dinero para sus bolsillos aprovechando la ignorancia de la gente.

Pablo afirma que todos los que vivían en su tiempo en Jerusalén estaban en esclavitud por andar justificándose por las obras de la ley, de igual manera hoy quien está en religión es hijo de Agar la esclava, vive en la Jerusalén terrenal guardando tradiciones y haciendo sacrificios por lo tanto vive esclavo del temor.

Mar 7:7  Y en vano me honran, Enseñando como doctrinas preceptos de hombres.

Mat 9:13  ¡Id y aprended qué significa: Misericordia quiero y no sacrificio!, porque no vine a llamar a justos sino a pecadores.

¿Acaso conoce Ud. Una persona religiosa que viva en libertad? Claro que NO!, porque la religión subyuga y esclaviza a todos sus seguidores. El religioso vive en continuo temor, pues no tiene contacto con la vida sino con la tradición de las prácticas muertas de las obras.

Jua 8:34 Jesús les respondió: De cierto, de cierto os digo, que todo el que practica el pecado es esclavo del pecado.
Jua 8:35 Y el esclavo no queda en la casa para siempre; el hijo queda para siempre.
Jua 8:36 Así que, si el Hijo os liberta, seréis verdaderamente libres.

Toda persona que intenta justificarse por dar diezmos, por hacer ayunos, por el bautismo en agua vive en esclavitud, pues es miembro de la Jerusalén terrenal, inscrito en una religión, nacido según la carne.

Gál 4:29 Y tal como entonces el que nació según la carne perseguía al que nació según el Espíritu, así también ahora.  (Gen 21:9)

Jua 8:15  Vosotros juzgáis según la carne; Yo no juzgo a nadie. 

3.-  JERUSALEN  CELESTIAL.-

Pero la Jerusalén de arriba, la cual es madre de todos nosotros, es libre, pues está escrito: Regocíjate estéril, tu que no das a luz, grita y clama, tu que no tienes dolores de parto, porque más son los hijos de la abandonada que los de la que tiene marido (Isaías 54:1).  Así que hermano nosotros como Isaac, somos hijos de la promesaGálatas 4:26-28. 

Ahora el apóstol Pablo entra a hablar de la verdadera Jerusalén, la celestial, la de arriba; la Jerusalén celestial está representada por la descendencia de los hijos de la promesa, es la Iglesia de Jesucristo, en la cual se ingresa por la fe no por las obras.

Col 3:1 Si pues fuisteis resucitados juntamente con el Mesías, buscad las cosas de arriba, donde está el Mesías sentado a la diestra de Dios. (Salmos 110:1)
Col 3:2 Poned la mira en las cosas de arriba, NO en las de la tierra.

Para ser parte de la verdadera Jerusalén es necesario nacer según la promesa, nacer según la ley del Espíritu de Vida, quien nace de esta forma vive en libertad, pues no es hijo de la esclava sino de la libre.

Gén 12:3 Bendeciré a los que te bendigan, y maldeciré al que te maldiga, y en ti (¿En Abraham?, claro que NO, sino en su SIMIENTE, que es el Mesías. Gálatas 3:19-20) serán benditas TODAS LAS FAMILIAS de la tierra.

Abraham fue una persona que entendió cual era la verdadera Jerusalén.

Heb 11:9 Por la fe habitó (Abraham) como extranjero en la tierra prometida como en tierra ajena, habitando en tiendas con Isaac y Jacob, coherederos de la misma promesa, porque esperaba la ciudad cuyo arquitecto y fundador es Dios

Abraham vivió en la tierra de la Jerusalén actual, la tierra que hoy está en disputa; pero Abraham vivió allí como extranjero, porque el sabía que esa tierra era solo un símbolo de la verdadera herencia.

Por esto continúa diciendo el relato histórico: En la fe vivieron todos estos sin haber recibido lo prometido, sino mirándolo de lejos, saludándolo y confesando que eran extranjeros y peregrinos sobre la tierra. Los que dicen esto, claramente dan a entender que buscan una patria, pues si hubieran estado pensado en aquella de donde salieron, ciertamente tenían tiempo de volver.  Pero anhelaban una mejor, esto es celestial, por lo cual Dios no se avergüenza de llamarse Dios de ellos, porque les ha preparado una ciudad. Hebreos 11:13-16.

Por esto cuando Jesús afirmó: Edificaré mi Iglesia (Mat 16:18), no se estaba refiriendo a fundar una religión o una denominación o un TEMPLO de piedra, estaba haciendo referencia a la fundación de su Cuerpo sobre la tierra, la Jerusalén celestial, ciudad cuyo arquitecto y fundador es Dios. Esta era la ciudad la cual Abraham esperaba y murió mirándola de lejos y saludándola pues aún no era el tiempo de su manifestación.

Si hoy los judíos y palestinos conocieran y creyeran cual es la verdadera Jerusalén dejarían de pelear por las piedras viejas de sus antepasados.

¿Cuál es la característica de los hijos de la Jerusalén esclava?

Pero como entonces el que había nacido según la carne, perseguía al que había nacido según el Espíritu, así también ahora.

Pero que dice la Escritura? Echa fuera a la esclava y a su hijo, porque no heredará el hijo de la esclava con el hijo de la libre.  De manera hermanos, que NO somos hijos de la esclava, sino de la libre. Gálatas 4:26-31.

La característica fundamental de los hijos de la Jerusalén terrenal es: Viven persiguiendo a los hijos de la Jerusalén celestial.  (Apo 12:17)

Apo 12:17 Entonces el dragón se enfureció contra la mujer, y se fue a hacer guerra contra los restantes de su descendencia: los que guardan los mandamientos (Juan 14:15) de Dios y TIENEN el testimonio de Jesús.

El religioso ve con malos ojos a todo hijo de la promesa, pues envidia la libertad en que este vive; el esclavo añora tener las migajas de la mesa, el hijo disfruta de la herencia de su padre.

La actitud de victoria y bendición en que vive el hijo de Dios, produce en el religioso legalista escozor, por esto considera al creyente de la gracia un vanaglorioso y libertino.

Jud 1:4  Porque han entrado disimuladamente ciertos hombres impíos (destinados desde antiguo para este juicio), los cuales convierten en lascivia LA GRACIA de nuestro Dios, y NIEGAN a Jesús el Mesías, nuestro único Soberano y Señor

La realidad es que mientras el religioso vive infructuosamente tratando de alcanzar libertad, el integrante de la Jerusalén espiritual ya vive en libertad.

CONCLUSION:  Toda persona que vive en religiosidad tratando de justificarse por sus obras, pertenece a la Jerusalén terrenal, por lo tanto es hijo de esclavitud y vive lleno de temor; toda persona que cree en la obra perfecta de Jesucristo pertenece a la Jerusalén celestial por eso vive en libertad disfrutando de su herencia en Cristo.

¿A cuál Jerusalén pertenece Ud.?

Salga de la religión, porque los esclavos de la tradición no pueden disfrutar de la bendiciones del reino.

1Pe 3:11  Apártese del mal, y haga el bien, Busque la paz, y sígala.