Un censo de exoplanetas sugiere que, después de todo, la Tierra sí es especial

Un nuevo recuento propone que probablemente existen unos 700 trillones de planetas extrasolares en todo el universo observable, la mayoría muy distintos a la Tierra.

C4CF4CAE-8086-4768-B8250B81DE369F70_articleHace más de 400 años el científico renacentista Nicolás Copérnico nos redujo a casi nada, al demostrar que nuestro planeta no es el centro del sistema solar. Con cada revolución científica posterior, la mayor parte de las posiciones privilegiadas en el universo que los humanos podían tener como preciadas se han degradado, revelando la fría verdad de que nuestra especie es una pequeña mancha en un planeta que es tan solo una pequeña mancha, cosmológicamente hablando. Un nuevo cálculo de exoplanetas sugiere que la Tierra es solo uno de los 700 trillones de planetas terrestres probables en todo el universo observable. Sin embargo, la edad media de estos planetas, muy por encima de la edad de la Tierra, y los lugares donde típicamente se encuentran, en galaxias muy distintas de la Vía Láctea, podría dar la vuelta al principio copernicano.

El astrónomo Erik Zackrisson, de la Universidad de Uppsala, y sus colegas crearon un compendio cósmico de los exoplanetas terrestres que pueden existir en todo el universo observable, basado en los mundos rocosos que los astrónomos han encontrado hasta ahora. En una potente simulación hecha en computadora, primero crearon su propio mini universo, que contiene modelos de las primeras galaxias. Entonces desataron las leyes de la física – lo más cercano a como los científicos las comprenden–, que describen cómo crecen las galaxias, cómo evolucionan las estrellas y cómo llegan a formarse los planetas. Finalmente, avanzaron rápidamente a través de 13.800 millones de años de historia cósmica. Sus resultados, publicados en el servidor arXiv (pdf) y presentados a la revista The Astrophysical Journal, proporcionan un seductor tesoro de estadísticas probables de exoplanetas que ayuda a los astrónomos a comprender nuestro lugar en el universo. «Es algo alucinante que de hecho estemos en el punto en el que podemos empezar a hacer esto», dice el coautor del estudio Andrew Benson de los Observatorios Carnegie, en California. Hasta hace poco, dice, se conocían tan pocos exoplanetas que era imposible realizar extrapolaciones razonables para el resto del universo. Aún así, los hallazgos de su equipo son una conjetura preliminar de lo que el cosmos puede albergar. «Ciertamente se da el caso de que hay una gran cantidad de incertidumbres en un cálculo como este. Nuestro conocimiento de todas estas piezas es imperfecto», añade.

Los exoplanetas son un buen ejemplo de eso. El telescopio espacial Kepler de la NASA es sin duda uno de los mejores cazadores de planetas del mundo, pero utiliza un método tan difícil que a menudo se compara con mirar a través de miles de kilómetros para ver volar una luciérnaga alrededor de un reflector brillante. Debido a que el telescopio busca el sutil oscurecimiento de la luz de una estrella debido a los planetas que cruzan frente a ella, es más fácil para Kepler detectar planetas masivos que orbitan cerca de sus estrellas. Por lo tanto, la lista de planetas que Kepler ha encontrado está fuertemente desviada hacia esos tipos, y los planetas más pequeños, más lejanos están subrepresentados, dejando incompleto nuestro conocimiento de los sistemas planetarios. Los astrónomos utilizan otras técnicas para la búsqueda de planetas más pequeños que orbitan a distancias más lejanas, pero estos métodos son todavía relativamente nuevos y aún no han encontrado ni de lejos tantos mundos como Kepler. Además, «todo lo que sabemos acerca de los exoplanetas proviene de una muy pequeña porción de nuestra galaxia», dice Zackrisson, dentro de la cual la mayoría de estrellas son bastante similares entre sí en cuanto a la cantidad de elementos pesados ​​que contienen y otras características. El equipo tuvo que hacer extrapolaciones a fin de adivinar cómo se podrían formar planetas alrededor de estrellas con un menor número de elementos pesados, tales como las que se encuentran en galaxias pequeñas o en el universo temprano.

Los científicos también tienen preocupaciones similares sobre los registros galácticos y cosmológicos de su modelo, pero sin embargo sospechan que sus resultados finales son precisos dentro de un orden de magnitud. Tomando en cuenta los errores estimados, los investigadores concluyen que la Tierra se erige como una violación leve del principio copernicano. Después de todo, nuestro punto azul pálido podría ser especial. «No es un gran golpe de suerte que pudiéramos surgir en una galaxia como la Vía Láctea, pero sin embargo, es lo suficiente como para que uno se lo piense dos veces«, dice Jay Olson de la Universidad Estatal de Boise, quien no participó en el estudio. Tanto él como Zackrisson creen que el principio de Copérnico se podría salvar por algún factor hasta ahora desconocido de las averiguaciones. «Cada vez que se encuentra algo que sobresale …» dice Zackrisson, «… eso significa que, o somos el resultado de una muy improbable lotería o que no entendemos cómo funciona la lotería».

Pero Max Tegmark del Instituto de Tecnología de Massachusetts, quien tampoco formó parte de la investigación, cree que la Tierra es una violación colosal del principio copernicano, no debido a su ubicación, sino debido a su corta edad. «Si usted tiene estas civilizaciones que nos llevan una ventaja de 3.500 millones de años, ¿por qué no han colonizado nuestra galaxia?», se pregunta Tegmark. «Para mí, la explicación más probable es que si los planetas [como la Tierra] son muy comunes, entonces es la vida altamente inteligente la que solo evoluciona en raras ocasiones». Así que ¿deberíamos sentirnos insignificantes? ¿Deberíamos estar reducidos a cerca de la nada? En absoluto, dice. «Podría ser que algún día en un futuro lejano gran parte de nuestro universo esté lleno de vida debido a lo que hicimos aquí».

Fuente: http://www.scientificamerican.com/espanol/noticias/un-censo-de-exoplanetas-sugiere-que-despues-de-todo-la-tierra-si-es-especial/

Verdades y Mitos que rodean a la Resonancia Schumann

 

La Resonancia Schumann es un conjunto de picos en la banda de frecuencia extra baja (ELF) del espectro radioeléctrico de la Tierra.

Esto es porque el espacio entre la superficie terrestre y la ionosfera actúa como una guía de onda. Las dimensiones limitadas terrestres provocan que esta guía de onda actúe como cavidad resonante para las ondas electromagnéticas en la banda ELF. La cavidad es excitada en forma natural por los relámpagos, y también, dado que su séptimo sobretono se ubica aproximadamente en 60 Hz, influyen las redes de transmisión eléctrica de los territorios en que se emplea corriente alterna de esa frecuencia.

La frecuencia más baja, y al mismo tiempo la intensidad más alta, de la resonancia de Schumann se sitúa en aproximadamente 7,83 Hz. Los sobretonos detectables se extienden hasta el rango de kilohercios.

Este fenómeno se llama así en honor de Winfried Otto Schumann, que predijo matemáticamente su existencia en 1952, a pesar de ser observada por primera vez por Nikola Tesla y formar la base de su esquema para transmisión de energía y comunicaciones inalámbricas. La primera representación espectral de este fenómeno fue preparado por Balser y Wagner en 1960.

Cultura popular

Dicen que la resonancia de Schumann juega una parte significativa como explicación de la telecomunicación , así como en la armonía entre el campo magnético terrestre y el campo magnético humano.

Pseudociencia

En algunos sitios de internet y libros, realizan afirmaciones pseudocientíficas, asociando dichas ondas con las ondas alpha, y adjudicándoles un papel en los procesos biológicos.

Entre los errores de estas publicaciones se encuentran los siguientes:

Adjudican a las ondas Schumann una frecuencia exacta e invariable de 7.8 Hz, cuando ésta es aproximada y variable. Incluso ni siquiera están presentes constantemente.

Adjudican a las ondas alpha una frecuencia exacta e invariable, también de 7.8 Hz, cuando varían entre 8 y 12 Hz. Ni siquiera son frecuentes en niños, lo que descartaría que sean imprescindibles.

Considera que las ondas alfa son una sincronizadoras, cuando en realidad se considera que son producto de la sincronización de las neuronas. Es decir, que esas publicaciones pseudocientíficas invierten causa con efecto.

No poseen citas ni referencias a artículos científicos con revisión por pares, ni a ensayos concluyentes.

No poseen ninguna explicación del supuesto mecanismo, ni ensayos falsables que lo demuestren, sino que recurren a la falacia lógica cum hoc ergo propter hoc.

Otras informaciones no comprobadas

La Resonancia Schumann es algo así como un pulso electromagnético. Ese pulso lo causan las ondas que viajan por el espacio comprendido entre la superficie terrestre y la ionosfera (a 100km de altitud), que actúa de caja de resonancia.

La frecuencia más o menos constante de dicha resonancia son unos 7’8 hertzios, y constituye una especie de latido o “tempo”, como un metrónomo planetario. Es responsable del equilibrio biológico, y las ondas de nuestro cerebro pulsan a esos 7’8hz. Experimentos realizados con astronautas en el espacio demostraron que fuera de la resonancia Schumann sufrían desequilibrios y enfermedades.

Desde 1980 dicha pulsación ha ido aumentando progresivamente de esos 7’8hz a los 11hz, y de los 11 a los 13hz. Entonces, ¿qué ocurre con nosotros?¿seguimos pulsando a 7’8hz?

Existe un fenómeno llamado “vibración por simpatía” que nos puede ayudar a entender este fenómeno y, de paso, comprender como poder vibrar a esa nueva frecuencia.

Ese aumento del pulso electromagnético de La Tierra obedece a cambios estructurales y evolutivos del propio planeta y, por extensión, de sus habitantes. Algunos síntomas físicos son la sensación de que el tiempo corre más rápido (en principio, las 24h del día se viven como 16), dolores de cabeza o espalda, etc…
De algún modo, debemos empezar a funcionar bajo esa pulsión. El propio planeta ya nos empuja, pero internamente es interesante tomar la proyección correcta para acompañar ese cambio.

La vibración por simpatía o por resonancia es un fenómeno físico curioso que se da, entre otros, en la música. Es una vibración que se induce en un cuerpo por cercanía del que emite las vibraciones.

Si abrimos la tapa de un piano y tocamos con fuerza un La, por ejemplo, al soltarlo veremos que todos los La que hay en el piano suenan en ese momento, aunque más flojo. Ese primer La ha inducido a los restantes a que vibraran.

Eso se debe a que la vibración de una nota es equivalente en sus octavas superiores e inferiores. Para que se entienda: tenemos el La 440hz, su octava superior es el La 880, la siguiente el La 1760 y así sucesivamente hasta superar la barrera de los 20.000hz, en que los sonidos dejan de ser audibles. Se multiplica por 2 la vibración.

Las octavas inferiores también pero dividiendo por 2: 220, 110, 55, hasta que bajamos de cero, con lo cual dejamos de oír el sonido. Hacia arriba oiremos sonidos cada vez más agudos y hacia abajo cada vez más graves.

La octava superior contiene en ella misma la cantidad de vibración de la inferior más una unidad entera más. Y las inferiores la mitad de la que viene después. Así, un La está representado en todos los demás Las de un modo holográfico.

Por lo tanto, podemos decir que la resonancia Schumann está haciendo vibrar algunas notas en nosotros por el efecto de simpatía. Debemos detectar cuales y, a través de ellas, subir el tono vibracional para adecuarnos al que pulsa el planeta. Es decir, el planeta nos está induciendo a vibrar más alto.

Esos tonos no se definen como notas, pero en el fondo estamos hablando de lo mismo: vibraciones. La vibración interna de cada uno es como su nota particular, su acorde. La vibración de la tierra hace resonar los tonos vibracionales que tenemos cada uno, más los de la naturaleza.

Esa particularidad hace que cada persona tenga sensaciones o incluso vivencias diferentes al respecto. Por ello es importante detectar en que parte de uno mismo el planeta está haciéndonos vibrar más alto, o llamándonos a hacerlo.

Puede sonar demasiado abstracto, así que pondré un ejemplo más claro con la risa: La risa se contagia por ese mismo fenómeno. Y no porque nos la contagie alguien más o menos simpático, sino porque la vibración de la risa está fuertemente enraizada en el Alma del ser humano. Por ello se dice que el sabio siempre ríe.

Una risa auténtica, un ataque de risa o la risa de un niño contagian al más duro de los seres. Al principio quizá no, nos mantenemos en nuestra vibración baja debido a nuestros problemas y dificultades, pero poco a poco va ablandándonos hasta que nos vence.

Gran parte de la investigación en los últimos 20 años se ha llevado a cabo por el Departamento de la Marina de EE.UU. que investiga la comunicación de frecuencia extremadamente baja con submarinos.

En resumen: la frecuencia Schumann es un concepto científico que nos permite comprobar que los cambios en la resonancia del campo electromagnético terrestre tendrían su correlato en variaciones sobre nuestra percepción del tiempo. Entre otras cosas, esto insumiría también cambios en nuestra salud, en nuestro comportamiento y, además, en las condiciones ambientales y geológicas del planeta.

Fuentes y referencias:

http://www.phils.com.au/schumann.htm

http://www.ciencias.es/el-tiempo-no-para/

http://www.earth-prints.org/bitstream/2122/3670/1/2rossi.pdf

http://en.wikipedia.org/wiki/Schumann_resonances

http://www.agu.org/pubs/crossref/2011/2011GL049668.shtml

Toda la Historia, en dos minutos

¿Cuáles son los acontecimientos más relevantes de la Historia del Universo? ¿Qué descubrimientos, obras, ascensos, caídas, dramáticas decisiones han trazado el camino de la humanidad? ¿Quiénes han sido las personalidades cuya inteligencia y empeño han cambiado la ruta de los hombres? Hay miles de respuestas para estas preguntas y tardaríamos años en redactar una lista siempre incompleta porque la historia, contada por mil voces diferentes, es infinita e inaprensible.

Un adolescente estadounidense creó como proyecto de clase este video de poco más de dos minutos, que reúne decenas de imágenes de «Nuestra historia». El clip, publicado en mayo pasado, ha vuelto a captar recientemente la atención de blogs y otros sitios web. En YouTube se acerca a las dos millones de visitas y más de 1.600 comentarios, y, aunque a la abrumadora mayoría de los internautas parece gustarle el resumen, la selección de los hechos no ha dejado a todos satisfechos.

Algunos acusan al muchacho de asumir que la evolución de los seres humanos ocurrió a partir de los chimpancés y no como parte de la creación divina. Otros señalan la preponderancia de sucesos y personajes relacionados con Estados Unidos y el olvido de momentos trascendentales de la historia de África, América y Asia. También han cuestionado al autor el final pesimista de su antología, concluida como apocalipsis. Ninguna obra humana posee el secreto de la unanimidad.

Los amantes del pasado reconocerán en la vertiginosa secuencia hitos ineludibles como el Big Bang —supuesto inicio del universo–; el surgimiento de la vida y la evolución humana; el auge de las grandes civilizaciones antiguas —las pirámides de Egipto, el Coliseo de Roma, el Partenón de Atenas, la Gran Muralla China, Machu Picchu–; el Renacimiento; el descubrimiento de América en 1492; la Independencia de las Trece Colonias; el crack de la Bolsa en 1929; la Segunda Guerra Mundial; la guerra de Vietnam y el movimiento antibélico en Estados Unidos; la conquista del espacio y el arribo del hombre a la Luna; la aparición del sida; la caída del Muro de Berlín; la revolución informática; el 11 de septiembre y las guerras en Irak y Afganistán; la muerte de Osama Bin Laden y, al final, el holocausto ecológico que se nos avecina. Entre las personalidades vemos pasar raudos a Leonardo da Vinci, Cristóbal Colón, George Washington, Albert Einstein, John F. Kennedy, los Beatles, Martin Luther King…

Concedamos que los acontecimientos y figuras estadounidenses ocupan un espacio privilegiado. Sería demasiado pedir a un adolescente norteamericano que conozca la historia de grandes y pequeñas naciones. Quizás podríamos reprocharle la omisión de revoluciones trascendentales como la francesa, o la independencia de América Latina, o el fin del colonialismo en África; también que el rostro de Steve Jobs y Bill Gates no aparezcan en el fragmento dedicado a la tecnología… y otra serie interminable de descuidos. Un par de comentaristas han preguntado, no sin cierta dosis de humor, ¿Qué hace Tom Hanks en el segundo 34, en los albores de la humanidad? Tal vez el chico no vio «Cast Away».

Como ligero ejercicio de memoria, vale la pena reproducir varias veces este video para comprobar nuestros conocimientos de la Historia y, si encontrásemos unos segundos de ignorancia, tratar de cubrirlos con unas horas de estudio…

Fuente: http://es-us.noticias.yahoo.com/blogs/desde-la-redacci%C3%B3n/toda-la-historia-en-dos-minutos-200949785.html

Amenazas para el planeta

Pese a los acuerdos para la no-proliferación entre las principales potencias nucleares, otros países han desarrollado sus propias bombas atómicas. Los cambios climáticos afectan a todo el planeta, pero la comunidad internacional tarda en encontrar una solución. Y EE. UU. invierte miles de millones de dólares en el equipamiento militar para Israel.

Fuente: http://actualidad.rt.com/