¿Hay masones dentro de la Iglesia católica?

Algunos dicen que hay miembros de la masonería entre los católicos. ¿Es eso cierto? ¿Es compatible una pertenencia con otra?

© FRED DUFOUR / AFP

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La masonería es una institución –quizás fuera mejor hablar de “instituciones”, pues hay distintas “obediencias”- que tuvo su origen supuestamente en gremios de albañiles especializados (mason significa albañil en inglés), y evolucionó, conservando símbolos originales –de instrumentos de construcción- hasta una sociedad que englobaba a intelectuales, con un ideario propio. Este cambio ya es apreciable a inicios del siglo XVIII.

Se autodefine como una sociedad filantrópica, simbólica y filosófica, fundada bajo el sentimiento de fraternidad, de carácter iniciático, discreta y ritualizada. “Discreta” se utiliza para decir que no es secreta, lo cual es solo parcialmente cierto: es verdad que está registrada y se conocen sus dirigentes, pero también lo es que la pertenencia se suele ocultar. No es propiamente religiosa, pero eso no significa que se desentienda de la religión.

En realidad su filosofía es contraria a cualquier religión que tenga pretensión de revelada, y muy particularmente a la Iglesia Católica. La masonería anglosajona original profesaba un deísmo, muy difundido en círculos intelectuales de las islas británicas, que venía a sostener la existencia de un Dios que ha creado el mundo, para dejarlo despues a su suerte. Cuando cruzó el Canal de la Mancha y se estableció en Francia, dio lugar a la que ha sido el modelo de masonería continental: la francmasonería. Ésta adoptó y promovió el ideario de la llamada Ilustración. Un racionalismo que con respecto a Dios podía ser deísta, agnóstico o ateo, pero que en todo caso tildaba de supersticiosa e irracional cualquier fe revelada, y se ha mostrado más beligerantemente anticatólico que sus ramas anglosajonas.

La filantropía es sin duda un ideal masónico, pero en la práctica se encuentra bastante diluida por una ética que no suele ir más allá de las buenas intenciones, a la que por tanto podría calificarse de aburguesada. Eso se refleja también en la fraternidad, que no suele trascender la mutua asistencia entre sus propios afiliados. En cuanto a las formas, la masonería es claramente hija de su tiempo, que es el barroco. Está fuertemente ritualizada, desde la vestimenta hasta los templos masónicos y las ceremonias. También propio de esa época es que fuera una sociedad exclusivamente masculina. Solo en tiempos muy recientes se ha abierto la puerta a las mujeres, aunque más frecuentemente con la creación de logias femeninas que con la admisión de mujeres a logias tradicionales.

La masonería tiene una compleja historia en la que no han faltado conflictos internos y escisiones, aunque en la medida de lo posible se haya tratado de ocultar cualquier episodio de conflictividad. En general, esto ha dado lugar a la existencia de varias agrupaciones conocidas como obediencias, cada una con rituales distintos. En España ha habido dos obediencias principales, agrupadas en torno al llamado  Gran Oriente de España y la llamada Gran Logia Española, de forma que cualquier otro exponente ha sido residual.

La organización es doble. Por una parte, se estructura en pequeños grupos llamados logias, de pocos componentes por lo general, cada una con su propio lugar de reunión –a la que también se le suele llamar logia– y sus propias reuniones –tenidas-, con escasa comunicación entre ellas. Sus componentes pueden tener tres grados: aprendiz, compañero y maestro. Por otra parte, se organiza teniendo en cuenta los llamados grados, escalafones en su plena integración. En el rito más común, llamado escocés antiguo, hay 33 grados. Especialmente a partir del grado 17, forman círculos concéntricos con reuniones más informales, el último de los cuales es el Supremo Consejo del Grado 33, al que pertenecen quienes han alcanzado el último grado.

Resulta clara la influencia masónica en la política en aquellos países en los que está bien asentada. Parece algo exagerado decir que el laicismo contemporáneo es obra exclusiva de la masonería, pero es más que claro que lo promueven y apoyan con una militancia activa, al menos en el continente europeo y otras zonas como Latinoamérica. Haría falta un extenso estudio de cada país para dar detalles al respecto. Un análisis más detallado también sacaría a la luz ciertos acontecimientos se explican por los conflictos existentes entre logias, lo cual no aparece nunca en las historias de la masonería que publican los propios masones, pues difiere de la imagen que se quiere dar.

Con respecto a la Iglesia Católica, conviene distinguir entre la compatibilidad y la beligerancia. Esta última se puede discutir: los masones la niegan, pero suele ser una realidad en la masonería continental y está mucho más atenuada en la anglosajona. Pero lo que está fuera de cualquier duda es que el ideario masón es incompatible con en credo católico, y lo es en sus mismas raíces. Esto ha sido declarado por la Iglesia en reiteradas ocasiones, también recientemente, y el hecho de que hoy no esté vigente la automática excomunión de quien ingrese en la masonería como sucedía en el pasado, no significa nada a este respecto.

¿Hay masones en el Vaticano? Lo cierto es que lo que he leído y oído hasta la fecha no va más allá de la rumorología, sin pruebas ni nombres. Y, la verdad, no es algo que merezca mucho crédito. Imposible no es, pero en todo caso estaríamos hablando de una oveja negra en el redil, como puede haberla por otro motivo. Con todo, cuando se oye decir que alguien es masón, conviene no perder de vista un detalle. Los masones, salvo expulsión, no admiten bajas. A quien ha dejado la organización lo llaman durmiente, pero siguen considerándole masón.

Fuentehttp://www.aleteia.org

La Conexión Alienígena – Vaticano

30-11-2012 20-15-10

Steve y Tom Horn invitado en Radio Omega Man, Miércoles, 04 de abril 2012.
Tema: La revelación Vaticano-Alienígena, sincronizado con Petrus Romanus.

El descubrimiento de grandes obras construidas por gigantes prehistóricos? Por David E. Flynn «El tamaño y el alcance de Tiohuanaco descubrimiento de David Flynn , simplemente sobrepasa el entendimiento. Restos de mamut de inteligencia tallada en piedra y que cubre cientos de kilómetros cuadrados. Para aquellos que entienden lo que están viendo aquí por primera vez, este hecho podría ser la evidencia más fuerte nunca encontrada de la ingeniería prehistórica por la que eran conocidos y temidos en todo el mundo antiguo como «dioses.»

Esta primera parte que consta de partes muy suculentas y a la vez partes que pueden considerarse sin relevancia en el sentido que no se esté hablando de datos o investigaciones. La parte final es alucinante.

“La era de Satanás” llegó a la Iglesia

Ante lo que le está cayendo estos últimos años a la iglesia (numerosas acusaciones de abusos sexuales por parte de sacerdotes) no nos ha de extrañar lo que realmente se debe de esconder en el seno de la iglesia. Ahora más que nunca se hacen patentes las luchas de poder, al tiempo que en  el Vaticano andan entretenidos intentando pasar página en relación  a la polémica acerca de los secretos robados, polémica bautizada con el término  vatileaks. Y no corren buenos tiempos para una iglesia, acusada no en pocas ocasiones de dejarse vender por Satán. Y en este sentido no desentonan las declaraciones que hace un tiempo hiciera el conocido exorcista Padre Amorth afirmando que precisamente en el Vaticano existían sectas Satánicas.

Si nos trasladamos en el tiempo, el padre Amorth no es  el único prelado que ha afirmado algo parecido. Según el padre jesuita Malachi Martin, uno de los conocedores del tercer secreto de Fátima (  El tercer secreto estaría relacionado con la decadencia de la iglesia), el 29 de junio de 1963, durante el Pontificado de Pablo VI, un grupo de importantes eclesiásticos celebraron en la Capilla Paulina del Vaticano un ritual satánico de entronización de Satanás, inaugurando “La Era de Satanás”.

Según Malachi, el mismo Papa Pablo VI declaró que el humo de Satanás había entrado en el Vaticano. Una afirmación que confirmaron también un grupo de prelados católicos disidentes llamados “Los Milenarios”.

Pues bien, en 1999 el padre Malachi falleció súbitamente, y muchos piensan que quisieron silenciar a un jesuita que sabía demasiado y que estaba contando demasiadas cosas. Curiosamente, en la época en la que apareció muerto el jesuita, se encontraba escribiendo un libro en el que denunciaba el papel activo del Vaticano en la construcción del Nuevo Orden Mundial. ¿Casualidad?

Después de estas declaraciones que por todos los medios se han querido silenciar,  han saltado a la palestra diferentes testimonios reafirmando que efectivamente se celebran misas negras y hasta orgías en el seno del Vaticano.

Según algún testimonio anónimo se dice que  las prostitutas entran disfrazadas de monjas en el Vaticano y que los novicios son obligados a realizar  practicas sexuales para hacer carrera, pero como siempre, si existe algún rumor, éste se silencia. ¿Se trata  acaso de una campaña de desprestigio contra la iglesia o tal vez, exista cierta veracidad en todos estos testimonios?

“Los Milenarios. El Vaticano contra Dios” es un interesante libro que fué escrito por una serie de prelados, cuyas identidades no quisieron revelar, en el que se relatan  increíbles atrocidades y todo tipo de aberraciones que se cometen de puertas adentro del Vaticano, incluyendo el tema de las misas negras y los ritos satánicos.

El aristócrata Leo Lyon Zagami tras alcanzar el grado 33 de la francmasonería, se introdujo en los Iluminati, a través de la logia de Montecarlo. Recientemente, salió del anonimato a través de la web “Iluminati news” y explica ahora al mundo lo que el vivió realmente:

“la obra del diablo está en el Vaticano, y quien da las órdenes es el general de los jesuitas, que manda sobre el Papa y que es un personaje muy cuestionable. El es el que manda sobre los sionistas y quien está al mando de lo que sucede en Oriente Medio. El es quien da a los Rothschild y los Rockefeller. Las mayores cantidades de dinero están en el banco del Vaticano”.

Satán está muy presente en  Polonia

Satán de una u otra manera está muy presente en el seno de la iglesia. En Polonia, país católico por excelencia, se han desmarcado claramente y han creado la primera revista dedicada a Satanás. Con el nombre de  ‘Egzorcysta’  este nuevo magazine quiere convertirse en un referente en la lucha contra el maligno. Para ello los curas polacos ahondan en la figura del demonio y no tienen ningún pudor en publicar artículos con estos titulares: “‘Satanás es una realidad’, ‘No perdamos ni un segundo’ o ‘Una carta desde el infierno, confesiones de un condenado’.

La nueva publicación nacida en Septiembre fue éxito de ventas, agotándose rápidamente los 15.000 ejemplares de la tirada. Con 64 páginas a todo color y un precio de aproximadamente dos euros y medio.

Durante la presentación de la revista, el sacerdote exorcista, el padre Andrzej Grefkowicz,  dijo que solamente en Varsovia había  40 personas que estaban recibiendo ayuda por parte de un exorcista y que “lo que vemos en las películas sobre exorcismos no difiere mucho de la realidad”. El exorcista afirmó que aunque son más frecuentes los casos de posesión satánica en mujeres, “cualquier persona puede ser víctima del ataque del Maligno”. Además reveló que había mucha demanda de exorcistas, asegurando que en Varsovia tenían una lista de espera de tres meses.

Libros dedicados a vencer a Satán

El maligno es un tema que preocupa en especial a la iglesia. Las mentes más conspiranoicas y ciñendonos a  los datos, alegan una lucha interna de poder entre dos bandos bien enfrentados en el seno de la iglesia: “Los satanistas” versus “Los Milenarios”.

Y a parte se encuentran aquellos que conscientes de su vocación entregan su vida a luchar contra el maligno. Entre las recientes obras dedicadas a vencer a Satanás y comprometidas con la religión destacaAsí se vence al demonio  de José María Zavala, un impactante testimonio de exorcistas y poseídos sobre la realidad de la posesión diabólica y las armas de la Iglesia para luchar contra ella.En un capítulo del libro se explica como Juan Pablo II fue el primer Papa en casi 400 años que se enfrentócara a cara con el diablo. Sucedió el 4 de abril, domingo de Ramos, de 1982, al inicio de su pontificado.

Entre los libros más actuales sobre exorcismos destaca el conocido  Habla Un Exorcista… El libro de Gabriele Amorth, sacerdote católico italiano, considerado el mayor exorcista de la Ciudad del Vaticano en la Archidiócesis de Roma que ha realizado personalmente alrededor de 70.000 exorcismos. Sobre esta figura destacada en el mundo del exorcismo cabe señalar su libro Memorias de un exorcista. Mi lucha contra Satanás donde el padre Amorth es entrevistado por Marco Tosatti.

Entre los libros que tratan sobre el demonio y los exorcismos, gran  relevancia adquiere el libro Los rituales ocultos de la iglesia Catolica:Exorcismo “Revelaciones sobre las acciones de Satanás en la Tierra”del Padre Julián Victoria, no sin antes nombrar el apasionante tratado de demonología y manual de exorcistas, Summa daemoniaca del sacerdote José Antonio Fortea.

Fuente:http://expedientexfiles.blogspot.com.es/2012/04/rituales-satanicos-en-el-vaticano.html

Fuente: http://www.elmundo.es/elmundo/2012/09/11/comunicacion/1347388475.html

Visto en: http://hablemosdemisterio.com/satanismo/la-era-de-satanas-llego-a-la-iglesia/

¿Tiene salvación la Iglesia?

Esta pregunta ha sido formulada por uno de los más renombrados y fecundos teólogos del área del catolicismo: el suizo-alemán Hans Küng en un libro reciente que lleva este mismo título ¿Tiene la Iglesia salvación? (2012). De forma entusiasta fomentó la renovación de la Iglesia junto con su colega de la Universidad de Tubinga, Joseph Ratzinger. Ha escrito una vasta obra sobre la Iglesia, el ecumenismo, las religiones y otros temas relevantes. Debido a un libro suyo que cuestionaba la infalibilidad papal fue duramente castigado por la ex-Inquisición. No abandonó la Iglesia, sino que se empeñó como pocos en su reforma con libros, cartas abiertas y llamamientos a obispos y a la comunidad cristiana para que se abriesen al diálogo con el mundo moderno y con la nueva situación planetaria de la humanidad. No se evangelizan personas, hijos e hijas de nuestro tiempo, presentándoles un modelo de Iglesia, hecha bastión de conservadurismo y de autoritarismo y sintiéndose una fortaleza asediada por la modernidad, que es considerada responsable de todo tipo de relativismo. Digamos de paso que la crítica feroz que el papa actual dirige contra el relativismo, la realiza a partir de su polo opuesto, un invencible absolutismo. Esta es la tónica que está siendo impuesta por los dos últimos papas, Juan Pablo II y Benedicto XVI: un no a las reformas y una vuelta a la tradición y a la gran disciplina, orquestadas por la jerarquía eclesiástica.

El presente libro: ¿Tiene salvación la Iglesia? (2012) expresa un grito casi desesperado en pro de transformaciones y, al mismo tiempo, una manifestación generosa de esperanza de que éstas son posibles y necesarias, si no se quiere entrar en un lamentable colapso institucional.

Quede claro, para empezar, que cuando Küng y yo mismo hablamos de Iglesia, entendemos la comunidad de aquellos que se sienten comprometidos con la figura y la causa de Jesús, cuyo foco reside en el amor incondicional, en la centralidad de los pobres e invisibles, en la hermandad de todos los seres humanos y en la revelación de que somos hijos e hijas de Dios, siendo el mismo Jesús quien dejó entrever que él era el propio Hijo de Dios que asumió nuestra contradictoria humanidad. Éste es el sentido originario y verdadero de Iglesia. Pero históricamente la palabra Iglesia ha sido apropiada por la jerarquía (desde el papa a los curas); ella se identifica como Iglesia tout court y se presenta como la Iglesia.

Pues bien, lo que está en profunda crisis es esta segunda concepción de Iglesia, que Küng llama “sistema romano”, o sea, “la Iglesia institución-jerárquica” o “la estructura monárquico-absolutista de mando”, cuya sede se encuentra en el Vaticano y se centra en la figura del papa con el aparato que le rodea: la curia romana. Esta crisis se prolonga desde hace siglos y el clamor por cambios atraviesa la historia de la Iglesia, culminando en la Reforma del siglo XVI y en el Concilio Vaticano II (1962-1965) de nuestros días. En términos estructurales, las reformas estructurales siempre fueron superficiales o aplazadas o simplemente abortadas.

En los últimos tiempos, sin embargo, la crisis ha adquirido una gravedad especial. La Iglesia institución (papa, cardenales, obispos y curas), repito, no la gran comunidad de los fieles, ha sido alcanzada en su corazón, en aquello que era su gran pretensión: la de ser “guía y maestra de moral” para toda la humanidad. Algunos datos ya conocidos han puesto en jaque tal pretensión y han llevado el descrédito a la Iglesia institución, lo cual ha ocasionado gran emigración de fieles:

Los escándalos financieros involucrando al Banco Vaticano (IOR), que se transformó en una especie de off-shore de lavado de dinero; los documentos secretos sustraídos, quien sabe si hasta de la mesa del papa, por su propio secretario y vendidos a los periódicos, revelando las intrigas por el poder entre cardenales; y especialmente la cuestión de los sacerdotes pedófilos, miles de casos en varios países, que involucran a padres, obispos y hasta al cardenal de Viena Hans Hermann Groer. Gravísima fue la instrucción dada por el entonces cardenal Ratzinger a todos los obispos del mundo de encubrir, bajo sigilo pontificio, los abusos sexuales a menores para evitar que los curas pedófilos fuesen denunciados a las autoridades civiles. Finalmente el papa tuvo que reconocer el carácter criminal de la pedofilia y aceptar su enjuiciamiento por los tribunales civiles.

Küng muestra, con erudición histórica irrefutable, los pasos dados por los papas al pasar de sucesores de Pedro a vicarios de Cristo y a representantes de Dios en la Tierra. Los títulos que el canon 331 confiere al papa son de tal magnitud que, en realidad, caben solamente a Dios. Una monarquía papal absoluta con báculo dorado no concuerda con el cayado de madera del Buen Pastor que cuida con amor de sus ovejas y las confirma en la fe, como pidió el Maestro (Lc 22,32).

Por Leonardo Boff

Setiembre 14 de 2012

Publicado en www.servicioskoinonia.org

Leído en: http://www.elciudadano.cl/2012/09/14/57225/tiene-salvacion-la-iglesia/