El Vaticano controla un gran imperio inmobiliario gracias al dinero de Benito Mussolini

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Según ‘The Guardian’, la Santa Sede controla edificios de lujo en Londres, París y Suiza a través de empresas ‘offshore’ financiadas con los millones que el duce concedió al papa por reconocer su Estado fascista en 1929.

Bucear en los tesoros del Vaticano no es una tarea fácil pero tirando del hilo suelen acabar apareciendo historias a priori difíciles de creer pero que se van cargando de todo fundamento poco a poco. Por ejemplo, que la Santa Sede posee importantes edificios de lujo en pleno centro de Londres, París y hasta en Suiza.

No es ninguna novedad que el Vaticano tiene inmuebles por todo el mundo. De hecho es un tema muy recurrente cuando se habla de si la Iglesia debe pagar el impuesto sobre esos bienes que paga todo contribuyente. El debate es agrio en Italia y en España lo acaba de resucitar el PSOE con una batería de preguntas al Gobierno de Mariano Rajoy sobre los privilegios de los obispos.

Lo que a veces no está tan cuestionado es de dónde salen o cómo el Vaticano ha llegado a obtener esos edificios. El diario The Guardian desveló ayer que algunos de esos edificios que la Santa Sede posee en la capital británica fueron comprados gracias a los millones que Benito Mussolini concedió al papa Pio XI tras darle legitimidad al Estado fascista italiano.

El periódico habla que la fortuna con la que obsequió el duce al Vaticano tiene hoy un valor hoy de más de 500 millones de libras (unos 610 millones de euros) y que la Santa Sede gastó 15 de esos millones en una operación muy importante en plena burbuja inmobiliaria en 2006. Adquirió el edificio del número 30 de Saint James’s Square, donde el banco de inversiones Altium Capital tiene su capital en Reino Unido en el barrio de Westminster. También es propietaria del bloque del número 180 en New Bond Street, sitio donde está situado una de las joyerías más importantes de Bulgari; de varios bloques de pisos en Coventry, París y Suiza.

Sin embargo, a The Guardian le ha costado llegar hasta el final del asunto, porque ninguna de estas propiedades está directamente escriturada a nombre del Vaticano. Los edificios británicos fueron adquiridos por una compañía llamada British Grolux Investment Ltd. que en el registro de propiedades no desvela quiénes son sus dueños pero sí indica a dos de sus accionsitas. se trata del recientemente nombrado director ejecutivo de Barclays Bank, John Varley, y del exresponsable del Leopold Joseph merchant bank, Robin Herbert.

Ninguno quiso responder a las preguntas del periódico. Sí lo hizo, pero a su manera, John Jenkins, secretario de la empresa, que lo único que pudo confirmar es que la compañía estaba controlada en régimen de fideicomiso.

Entramado de empresas

El registro de propiedades sí que explica que  British Grolux Investment Ltd. heredó en 1999 toda su cartera de negocio de otras dos compañías: British Grolux Ltd. y Cheylesmore Estates, cuyas acciones pasaron a manos de un empresa con sede en la misma dirección que el JP Morgan de Nueva York. El control de esos títulos, sin embargo, recaen en última instancia en Profima SA, empresa con sede en Suiza.

Y aquí es donde aparece, según The Guardian, la huella de los millones del duceProfima S.A. aparece en los Archivos Nacionales birtánicos como una empresa del Vaticano que durante la Segunda Guerra Mundial fue acusada de «participar en actividades contrarias a los intereses de los Aliados» y algunos oficiales del Ministerio de la Guerra criticaban al final del conflicto al contable del papa, Bernardino Nogara, que manejaba inversiones superiores a 50 millones de libras provenientes de la generosidad mussoliniana.

Los británicos acusaban a Nogara de estar intentando traspasar las acciones de dos compañías del Vaticano en Francia a Profima para evitar que fueran registradas como bienes del enemigo. Lo mismo trató de hacer Nogara, siempre según Londres, con las acciones de un banco italiano, que pretendió trasladar a Suiza para que fueran consideradas dentro del bando neutral.

Los archivos consultados por el diario revelan que Nogara en 1931 fundó una compañía en Luxemburgo que controlaba los bienes inmobiliarios que estaba comprando en toda Europa. Se llamó Groupement Financier Luxembourgoise – Grolux. Un año más tarde, la Grolux británica del principio de toda esta historia, fue incorporada al grupo. Al inicio de la guerra Nogaradecidió que Europa ya no era un lugar seguro y decidió trasladar todo a Estados Unidos y Suiza.

The Guardian ahonda más en la riqueza del Vaticano y asegura que Paolo Mennini, uno de los oficiales del para Benedicto XVI en Roma, es su agente bancario en Londres y el resto de Europa. En la práctica dirige la APSA, el organismo que controla el patrimonio de la Santa Sede.

Fuente: http://www.publico.es/internacional/449367/el-vaticano-controla-un-gran-imperio-inmobiliario-gracias-al-dinero-de-benito-mussolini

¿El Vaticano, El Mayor Traficante de Armas del Mundo?

Tal vez pocas personas saben que la fábrica de armas Pietro Beretta Ltda. (la mayor industria de armamentos en el mundo) y que es controlada por el Holding SpA Beretta y el accionista mayoritario de la Beretta Holding SpA después de Gussalli Ugo Beretta, es el IOR (Instituto para las Obras de Religión [comúnmente conocido como Banco del Vaticano]) institución privada, fundada en 1942 por El Papa Pío XII y con sede en la Ciudad del Vaticano.

La historia es la siguiente, detrás de todo esto es la siguiente:

Roma no se hizo en un día, el Vaticano tampoco, y menos su actual opulencia. Tiene sus raíces en el siglo IV de la era cristiana, que es cuando el emperador Constantino se convirtió al cristianismo y puso a disposición del Papa Silvestre I una colosal fortuna, de hecho lo transformo en el 1er Papa rico de la historia.

La iglesia católica es la única organización religiosa del mundo que tiene como cuartel general un estado independiente: La ciudad del Vaticano. Con sus 2 Km2 de superficie el Vaticano es mucho mas pequeño que muchos campos de golf del mundo; Y para recorrerlo sin prisa no se necesita mucho mas de una hora; Contar sus riquezas, sin embargo, llevaría bastante mas tiempo.

La moderna opulencia del Vaticano se basa en la generosidad de Benito Mussolini, quien gracias a la firma del tratado de Letran entre su gobierno y el del Vaticano, otorgo a la iglesia católica una serie de garantías y medidas de protección. La “Santa Sede” consiguió que la reconocieran como un estado soberano, se beneficio de la exención impositiva de sus bienes como en beneficio de sus ciudadanos, tampoco tenían que pagar derechos arancelarios por lo que importaran del extranjero. Se le concedió la inmunidad diplomática y sus diplomáticos empezaron a gozar de pos-privilegios de la profesión, al igual que los diplomáticos extranjeros acreditados ante la Santa Sede. Mussolini se comprometió a introducir la enseñanza de la religión católica en todas las escuelas del país y dejo la institución del matrimonio bajo el patronazgo de las leyes canónicas, que no admitían el divorcio. Los beneficios que recibió el vaticano fueron enormes entre ellos los beneficios fiscales, fueron preponderantes.

En 1933, el Vaticano volvió a demostrar su habilidad al entablar lucrativos negocios con los gobiernos fascistas. Al concordato de 1929, firmado con Mussolini, le siguió otro entre la Santa Sede y el 3er Reich de Hitler. El gestor Francesco Pacelli fue una de las figuras clave del pacto con Mussolini; Su hermano el cardenal Eugenio Pacelli, futuro Papa Pio XII fue el encargado de negociar como Secretario de Estado Vaticano, la firma del tratado con la Alemania de Hitler. Pío XII conocía bien Alemania. Fue nuncio en Berlín durante la Primera Guerra Mundial y, luego, como Secretario de Estado de Pío XI, tuvo numerosas intervenciones ante el rumbo que estaba tomando la política alemana. En calidad de tal, intervino decisivamente en la encíclica de Pío XI, conocida como «Mit brennender Sorge»(que puede traducirse «Con ardiente preocupación»).

La iniciativa de la encíclica partió, contrariamente a lo que se cree, de los obispos alemanes, el primer borrador fue redactado en Roma por el Cardenal Faulhaber. El entonces Cardenal Pacelli, que dominaba el alemán, le dio forma definitiva, presentada a Pío XI, fue firmada y publicada.A pesar de la constante y gran presión mundial, el Papa Pio XII siempre se negó a excomulgar a Hitler y a Mussolini, su pontificado se caracterizo por adoptar una falsa pose de neutralidad. Cuando los Nazis invadieron Polonia, Pio XII se negó a condenar la invasión; Una de las mayores ventajas que obtendría el Vaticano del muy lucrativo acuerdo que mantenía con Hitler era la confirmación del Kirchensteuer, o sea un impuesto eclesiástico; Se trata de un impuesto estatal que aun hoy día deben pagar los creyentes alemanes, y que solo pueden eludir si renuncian a su religión. En la práctica, son muy pocos los que renuncian a ella. Este impuesto representa por si solo entre el 8 y el 10 % del total impositivo que recauda el gobierno Alemán.

Mayor información en: http://www.elciudadano.cl/2011/01/17/31191/los-negocios-poco-santos-del-vaticano/

Fuente: http://www.nistido.com