Bruselas insta a sumarse a la quita de deuda y celebra el anuncio de una treintena de entidades europeas que han confirmado su participación.

El presidente del Eurogrupo, Jean-Claude Juncker, charla con el vicepresidente de la Comisión y responsable de Asuntos Económicos, Olli Rehn. / Georges Gobet (Afp)
Los acreedores privados tienen plazo hasta hoy a las 20.00 (hora GMT) para decir si consienten una quita de más de la mitad de las sumas que les adeuda Grecia, en un proceso que se asemeja a un maratón mundial para evitar la quiebra de este país de la zona euro. Acreedores (bancos, fondos y aseguradoras) que representan más del 55% de los 206.000 millones de la deuda griega implicados en esta quita voluntaria ya anunciaron anoche que participarían en la operación, una especie de semi-quiebra controlada del país con el objetivo de apaciguar a la zona euro. Este canje de títulos -la mayor reestructuración de deuda de Estado jamás llevada a cabo- debería permitir borrar más de 100.000 millones de euros de la deuda del país, que suma en total 350.000 millones de euros.
Horas antes del plazo límite fijado, la prensa griega apostaba por una participación en la operación de poseedores de títulos que representen al menos un 75% de la deuda objeto de quita (206.000 millones). Si no se alcanza este porcentaje, Grecia ya advirtió que renunciaría a lanzar la operación. Este canje es considerado sin embargo esencial para evitarle al país un ‘default’ descontrolado, ya que Atenas no podría entonces pagar 14.400 millones de euros en obligaciones que llegan a vencimiento el 20 de marzo.
Según algunos medios griegos, el volumen de participación supera ya el 80% del volumen de la deuda, citando fuentes del registro electrónico en el que deben inscribirse quienes acudan al proceso de la quita. Según In.gr, los poseedores de 143.000 millones de euros de deuda griega se han inscrito ya en el registro, lo que supone el 80,79% de los 177.000 millones de euros en deuda bajo soberanía griega de los 206.000 a reestructurar (el resto está inscrito bajo la ley británica y otras leyes de fuera de Grecia). Con estos números, el Gobierno griego no tendría obstáculos para iniciar el proceso de quita (para el que es necesario disponer de la aceptación del 66,7% del volumen de deuda), y tampoco para activar el uso de las Cláusulas de Acción Colectiva (CAC), para las que se necesita el visto bueno de los tenedores del 75% de deuda.
La publicación de la tasa de participación se producirá mañana viernes a las 6.00 (hora GMT), ha indicado una fuente ministerial griega. El canje concreto de los títulos se producirá el próximo lunes para las obligaciones de derecho griego (177.000 millones, que representan 86% del total) y el 11 de abril para las restantes de derecho extranjero, según el calendario oficial. El diario financiero Naftemporiki destacaba el «optimismo» del ministerio de Finanzas, y el diario Ta Nea (progubernamental) consideró que la operación está «en buen camino».
Los principales bancos griegos y extranjeros se han declarado dispuestos a canjear sus obligaciones contra nuevos títulos de un valor reducido en más de mitad. En total, bancos, fondos y aseguradores van a perder cerca de 107.000 millones de euros del total de los 206.000 millones de deuda griega que poseen. En un intento aparente de convencer a los acreedores aún reticentes, el Instituto de Finanzas Internacional (IIF), que representa a los principales bancos del planeta, divulgó los nombres de una treintena de grandes bancos, aseguradoras y fondos que ya dieron su visto bueno: entre ellos, Deutsche Bank, HSBC, BNP Paribas, Société Générale y Dexia. Además de las grandes instituciones, el resto de la deuda griega está dispersa entre centenares de fondos de inversión, hedge funds o pequeños bancos que aún no se han manifestado de forma pública.
Un escenario catastrófico sería que los participantes en el proceso no lleguen a sumar el 75% de la deuda en juego, lo que precipitaría a Grecia hacia un brutal ‘default’ el 20 de marzo. Según un informe interno del IIF, un fracaso de la reestructuración podría tener efectos devastadores para la economía mundial y europea. El estudio -oportunamente revelado esta semana- cifra en un billón de euros el coste de una quiebra griega.
El objetivo global de esta operación es reducir el peso de la deuda total griega , que actualmente representa más del 160% del PIB, a un 120% hacia el año 2020. Para que la operación permita realmente aliviar la situación de la deuda de Grecia, es esencial que la participación de los acreedores privados sea importante. Un objetivo conseguido del 90% de participación permitiría una reducción suficiente de la deuda, según los expertos.
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