Los racionalistas, concientes de su incapacidad para explicar al hombre Jesús, así como del fracaso de su intento por despojarlo de todo lo sobrenatural en su persona y obra, optaron por otro camino; el único camino que les quedaba, acorde a su cosmovisión atea del universo. Ese único camino es negar que Jesús haya alguna vez existido. En el artículo BIOGRAFÍAS: JESÚS DE NAZARET leemos que los “enemigos (de la Iglesia) se pusieron… a elaborar la idea de que Jesús no había existido nunca, que se trataba de una creación de una secta disidente del judaísmo calcada de antiguos mitos del paganismo.
Para encarar nuevamente el tema, vamos a comentar el artículo Jesucristo nunca existió, aparentemente de origen español, reproducido en uruguay.indymedia.org, cuyo autor no es mencionado, que pretende establecer paralelismo entre Jesucristo y los personajes centrales de varios mitos antiguos (dos de ellos aún vigentes): Buda, Krishna, Mitra, Baco y Osiris.
Empezaremos por Buda; en el caso de este personaje de la antigüedad, que indudablemente también dejó una marca en el mundo (si es que existió, porque como estamos dudando de todo…), se ve una alteración de hechos considerados históricos, aunque aparentemente a algunos budistas mucho no les importe la historicidad de Buda.
De Buda, se dice que fue la novena encarnación de Vishnú, uno de los dioses de la Trimurti (tres formas) de la religión hindú, conformada por Brahmâ (dios creador), Vishnú (dios preservador), Shiva (dios destructor), que habrían surgido de un huevo cósmico, o habrían tenido otros orígenes, según diversos mitos. Llama la atención que no se haya pretendido presentar la Trimurti hindú como el origen de la Trinidad cristiana. Hace pensar que, o no se dieron cuenta, o se vio las diferencias entre un triteísmo (tres dioses) inserto en un politeísmo formidable, que cuenta millones de dioses, en el caso del hinduismo, y una doctrina cristiana, la Trinidad, definida en su forma más simple como Un Dios En Tres Personas, que preserva celosamente el monoteísmo antiguo testamentario del judaísmo; por no hablar de la diferencia sustancial entre un triteísmo de funciones u operaciones: creación (Brahmâ), preservación (Vishnú), destrucción (Shiva), frente a la Divinidad cristiana que nos presenta en el único Dios al Padre, Creador, el Hijo, Salvador, y el Espíritu Santo, el «Otro consolador» que viene al irse Cristo, para hacer Dios morada en sus seguidores. En cuanto a la encarnación de Vishnú, en la religión hindú se habla de varias encarnaciones de este dios, así como de Shiva (no de Brahmâ). En el artículo (1) La vida de Buda (www.bujinkandolo.com.ar/religiones) leemos: la mayor parte de las tradiciones budistas sostiene que Buda no fue sino la última encarnación en una serie de vidas recogidas en diversas historias edificantes. Sobre esta supuesta encarnación de Vishnú en Buda, no hay una palabra en otras tres biografías, disponibles en la red: (2) Buda [Siddharta Gautama], http://www.biografíasyvidas.com; (3) Una biografía corta del Buda Shakyamuni, http://www.acharia.org; (4) La Vida de Buda, por Lama Ole Nidal, http://www.oshogulaab.com. Aunque sí se menciona como un avatar (encarnación terrestre de un dios) de tipo bodhisátvico (del sánscrito satua: bondad) en el artículo Avatar de Wikipedia.
Acerca de la doctrina de la Encarnación desde un punto de vista cristiano, leemos en el Nuevo Diccionario Bíblico: ¿De dónde surgió la creencia de la iglesia primitiva de que Jesús de Nazaret era Dios encarnado? Tomando como base la suposición de que no surgió de lo que Jesús mismo dijo e hizo, sino que se originó posteriormente, se ha tratado de buscar su origen en especulaciones judías sobre un Mesías sobrehumano y preexistente, o en los mitos politeístas sobre dioses-redentores, característicos de las religiones de misterios helenísticas y los cultos gnósticos. Pero actualmente se reconoce ampliamente que estos intentos han fracasado; en parte debido a que las diferencias entre estas fantasías judías y gentiles y la cristología del NT han resultado ser invariablemente más sustanciales y profundas que sus superficiales semejanzas; y en parte porque se ha demostrado que en los dichos innegables del Jesús histórico en los evangelios sinópticos hay una virtual afirmación de deidad, y que una virtual aceptación de esta afirmación resultó ser fundamental para la fe y el culto de la iglesia palestina primitiva, como lo evidencian los primeros capítulos de Hechos (cuya historicidad sustancial rara vez se disputa en la actualidad). (Ediciones Certeza. 1982. Página 423). (Énfasis mío)
Siguiendo en este tema y destacando las diferencias entre las fantasías (en este caso hinduistas)y la cristología del NT, realmente contrasta con esas múltiples encarnaciones de estos dioses hindúes (hasta diez en el caso de Vishnú; ocho en el caso de Shiva), la única encarnación del Hijo de Dios, Jesucristo, una sola vez, para ofrecer el sacrificio perfecto, suficiente y definitivo para la redención de la raza humana. El asunto de la encarnación vendrá a colación otra vez, cuando hablemos de unos de los principales arquetipos religiosos: la esperanza puesta en un Libertador, Salvador y Redentor, la promesa de cuya venida es tan antigua como la humanidad.
En segundo lugar se dice de Buda que fue revelada en sueños a su madre la grandeza del hijo y el carisma que éste tendría entre sus semejantes. En la primera biografía citada leemos: Dice la leyenda que su madre, Mahamaya, poco antes de dar a luz soñó que un hermoso elefante blanco se introducía en su matriz. La tercera biografía dice brevemente: Según la tradición, estaba predestinado a ser un emperador o un gran maestro. Sobre este punto no tenemos más nada que agregar, salvo lo escrito en la primera biografía, en la que leemos: Todos los relatos que han llegado hasta la actualidad sobre la vida de Buda fueron escritos muchos años después de su muerte por discípulos proclives a la idealización de su maestro. Por supuesto, esto también podría aplicarse a los escritos sobre la vida de Jesucristo, ya que en este terreno no es dable invocar la inspiración del Espíritu Santo para la redacción de las Sagradas Escrituras, ni ningún otro auxilio sobrenatural. Los relatos de los anuncios del nacimiento de un ser portentoso impresionan como inexorablemente vinculados a las características superlativas de dicho ser, y podrían entrar dentro del arquetipo religioso constituido por la esperanza de un Redentor. Pero que nos digan que los anuncios del nacimiento de Cristo y las características que tendría, surgen de algo similar en el caso de Buda, es forzar malintencionadamente un vínculo entre la historia de Buda y la creación del “mito” Jesús, vínculo absolutamente innecesario y prescindible.
Nota de laverdadysololaverdad:
¿Porqué aparece con un solo ojo el Buda en la imagen de arriba? ¿Qué simbolismo tiene en sus manos?
Fin nota
Algo similar pasa con otra afirmación: que escoge para nacer una casta principesca (como Jesús).
Otra afirmación, que la madre de Buda se llamaba Maya o Maïa y le concibió fuera de toda relación sexual, es otro intento pueril de inducirnos a creer el argumento de la copia. La semejanza fonética del nombre de la madre de Buda, Maya (Mahamaya, según la primera biografía), con el nombre de la madre de Jesús, María, desaparece cuando recordamos que Mariam es la forma helenizada del hebreo Miriam, nombre por lo demás muy común en la Palestina de entonces. Pensar que podríamos tragarnos que los “creadores” del “mito” Jesús, que derrotó a todas las religiones del mundo grecorromano, Egipto y Oriente Medio, tenían tan poca imaginación que debieron copiar el nombre de la madre de Buda para la madre de Jesús, es un insulto para la inteligencia. Ninguna de las biografías menciona algún milagro especial que posibilitó la concepción de Buda, ni tampoco que Mahamaya fuera virgen al momento de nacer su hijo.
También se dice que Buda, dotado de gran inteligencia, maravilló los doctores con su sabiduría. Esto evidentemente alude a la visita de Jesús al templo de Jerusalén a la edad de 12 años, y su charla con los doctores de la ley, los que según el Evangelio de San Lucas se maravillaban de su inteligencia y de sus respuestas (2:47). En las biografías que estamos manejando, se dice de Buda: Vagó como mendigo por el norte de la India, donde recibió las enseñanzas de algunos famosos maestros brahmanes, los cuales pronto agotaron su capacidad para enseñarle (la primera); Aprendió de los mejores maestros de la época, cubriendo las áreas del materialismo, nihilismo, trascendentalismo y existencialismo el rápidamente superó a sus sucesivos maestros, pero sentía que no se aproximaba a su meta (la cuarta). (Esto después que empezó a buscar la iluminación, a la edad de 29 años). Por lo tanto, lo que nos presenta el artículo que estamos comentando también es una artera tergiversación.
En otro aspecto, que Buda fue tentado varias veces por el demonio pero salió victorioso de ellas, hay una notable similitud entre la búsqueda de la verdad por Buda bajo la higuera de Bodhgaya, y la experiencia de Jesús luego de sus cuarenta días de ayuno en el desierto. Pero en este caso las biografías que manejamos no coinciden en el tiempo que Buda pasó bajo la higuera; una dice que fue una semana (la cuarta), mientras que otra le asigna 49 días (la tercera). Las otras dos solo refieren que la iluminación llegó “durante la noche”.
En cuanto a otro punto, que el más celebre de sus discursos fue «El sermón de la montaña», (como el de Jesús), las biografías afirman que el más célebre discurso de Buda fue La Puesta en Movimiento de la Rueda de la Verdad o Dharma, (el DHAMMACAKKAPPAVATTANA-SUTTA). La Vida de Buda dice que: Este sermón, cuyo texto se conserva, contiene la esencia del budismo y muchos eruditos lo consideran comparable, por el tono de su altura moral e importancia histórica, al Sermón de la Montaña de Jesucristo. (Énfasis mío). Así que en este punto se miente descaradamente.
Contrastando con que tuvo su discípulo traidor y sus dos discípulos diametralmente opuestos, lo mismo que Pedro y Juan, leemos en la primera biografía que estamos manejando: Su primo y discípulo Devadatta quiso vengarse de él al ver frustrada su ambición de heredar el liderazgo de la sangha (comunidad monástica), planeando primero su asesinato y provocando, más tarde, un cisma en la sangha que duró poco tiempo. En la segunda biografía dice: Tras escapar de un intento de asesinato a manos de su primo Devadatta, acontecido ocho años antes de su muerte, Buda enfermó de disentería. No hay otra referencia. Lo que se relata acerca de Devadatta, primo de Buda (discípulo suyo según una de las biografías que manejamos) no tiene ni punto de comparación con la traición de Judas Iscariote, que entregó a su maestro a las autoridades nacionales judías que buscaban su muerte, impulsado por sórdidas motivaciones que aún no se esclarecen del todo.
Afirmar que en el budismo se encuentran todas las prácticas religiosas del cristianismo y cuando los misioneros católicos se encontraron por primera vez con los monjes budistas, creyeron en un engaño del diablo, es insólito. Solo puede afirmar tal cosa quién desconoce tanto el culto cristiano como las prácticas religiosas budistas.
Finalmente, nos dicen que después de su muerte se aparece a sus discípulos en forma luminosa con la cabeza rodeada con una aureola. Esto parece referirse más bien al arte pictórico cristiano de los primeros siglos, el cual una vez que decidió pasar por alto el Segundo Mandamiento de la Biblia, rodeó de aureolas luminosas las cabezas de Cristo y los santos. No hay referencias bíblicas a este tipo de aureolas en las apariciones de Cristo resucitado; y, recordemos, de Buda no se dice que haya resucitado, y en ninguna de las biografías manejadas habla de apariciones luego de su muerte.
En suma, en este artículo se publican mentiras no ya sobre Jesús de Nazaret, sino incluso sobre Buda, con el fin de echar por tierra sobre las enseñanzas acerca de la historicidad de Jesucristo. La intención es clara, y el método vergonzoso. En sucesivas entregas utilizaremos el mismo procedimiento en el comentario de lo que se dice sobre otros mitos, viendo cómo la persona de Jesucristo se erige sobre una sólida base histórica, a diferencia de personajes, tanto históricos como mitológicos, con los que se pretende compararlo.
(Condensado del artículo Alexamenos venera a su dios – La Gran Broma, publicado originalmente en iglesiaenmarcha.net en 2007, y reproducido en esta página en 2008).
Fuente: http://www.rtmuruguay.org/2010/01/semejanzas-mentirosas-cristo-y-buda.html
Comentario de laverdadysololaverdad:
¿Buda (563-483 a.c.) está vivo o muerto?: MUERTO
¿Krishna (se desconoce su fecha de nacimiento y muerte) está vivo o muerto?: MUERTO
¿Zoroastro (629-551 a.c.) está vivo o muerto?: MUERTO
¿Sócrates (469-399 a.c.) está vivo o muerto?: MUERTO
¿Mahoma (570-632 d.c.) está vivo o muerto?: MUERTO
¿Jesucristo está vivo o muerto?: VIVO, RESUCITADO.
Entonces, ¿Porqué la gente adora a los muertos? ¿Qué no hace lo mismo la iglesia católica y sus rameritas?
A.C. = Antes de Cristo (Jesús). No dice antes de Buda o antes de Krishna o antes de Zoroastro. ¿Pretendemos cambiar la historia que ya está validada por la ciencia, la arqueobiblia y la arqueología?
CONCLUSIÓN:
Usted podrá encontrar este tipo de comparaciones en toda la red, lo cierto, es que es una mezcla de mentiras con verdades a medias, tal como se ha demostrado en este artículo, principalmente quienes atentan con la vida e historia de Jesús son:
- Ateos (que desde su concepción el término no existe)
- New Agers que se creen iluminados y buscan en las religiones orientales algo que se acomode a su estilo de vida
- Personas (católicos) que buscan desacreditar al cristianismo mezclándolas con las doctrinas del catolicismo y las orientales.
- Y la última moda es: «el despertar de la conciencia«, que son católicos/jesuitas retirados de la ICAR, pero que quieren seguir adorando imágenes, pero con ciertos agregados orientales: yoga, meditación, reiki, etc, etc.
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