Ejército Electrónico Sirio: la guerra tras la pantalla y el ordenador como arma de asalto

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Mientras en las altas esferas de la política mundial se debate acerca de una intervención en Siria, la ofensiva continúa no solo en las calles del país sino también en internet. Un grupo de ‘hackers’ partidarios del presidente Bashar al Asad lucha en la Red contra todo aquel que, a su juicio, tergiverse lo que está ocurriendo.

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  • El FBI añade el Ejército Electrónico Sirio a su lista de criminales buscados (Foto: @Official_SEA16 | Twitter)

El conflicto que desde marzo de 2011 enfrenta en territorio sirio a partidarios y detractores del presidente Bashar al Asad ha entrado en una nueva dimensión. El supuesto uso de armas químicas por parte de los fieles al régimen ha activado las alarmas en todo el mundo y las grandes potencias mundiales estudian intervenir en una lucha en la que, según las últimas estimaciones de Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, han perdido la vida más de 106.000 personas, entre civiles y combatientes. Pero mientras Estados Unidos y sus aliados deciden si intervenir en Siria, el conflicto sigue avanzado, no solo en el campo de batalla, sino también a través de la Red.

Armados tan solo con sus ordenadores y sus conocimientos de informática, los miembros del ‘Syrian Electronic Army’ (el Ejército Electrónico Sirio) se mueven en internet como si de una división más del ejército del régimen de Al Asad se tratase. Si bien sus objetivos no son de carne y hueso, los efectos de sus ataques puede llegar a ser demoledores, hasta el punto de que el FBI ya los ha incluido en su lista de criminales más buscados. Entre otras cosas, han demostrado que basta con acceder a la cuenta de Twitter de la prestigiosa agencia de noticias Associated Press, lanzar un tuit que diga “Breaking: Two Explosions in the White House and Barack Obama is injured” (Última hora: dos explosiones en la Casa Blanca y Barack Obama está herido) para echar abajo el Dow Jones durante unos instantes.

CONTRA LOS ENEMIGOS MEDIÁTICOS DEL RÉGIMEN

Muchos se preguntan quién está detrás del Ejército Electrónico Sirio, pero de la misma forma que la Policía creía haber dado con la cúpula de Anonymous en España cuando posó para aquella célebre foto con la máscara del protagonista de ‘V de Vendetta’, tratar de llegar hasta el fondo de este movimiento es poco más que dar palos de ciego.

Aunque ellos aseguran que no reciben apoyo logístico, monetario o de cualquier otro tipo por parte del régimen al que defienden, hay indiciosde que sí forman parte de la estructura del ejército de Al Asad. Sin ir más lejos, el nombre de dominio del grupo fue registrado por la Sociedad Informática Siria, asociación que presidia Al Asad en la década de 1990, y su web estuvo alojada en la red del Gobierno sirio hasta junio, cuando fue borrada de forma repentina hasta reaparecer meses después vinculada a un servicio ruso.

Un periodista de la revista Vice asegura haber contactado con al menos uno de sus miembros. En esta entrevista, Th3 Pr0, supuesto integrante del Ejército Electrónico Sirio, asegura que su  “misión es defender a nuestro amado país contra la sangrienta guerra mediática que se ha librado contra él. Los medios de comunicación controlados de ciertos países sigue publicando mentiras y noticias fabricadas sobre Siria”. Su actividad se ha centrado, por tanto, en atacar a aquellos agentes extranjeros que, a su juicio, tergiversan lo que está ocurriendo en su país.

El Ejército Electrónico Sirio asegura no formar parte de las tropas del presidente Bashar al Asad (Foto: Syrian Electronic Army | Facebook)

El Ejército Electrónico Sirio asegura no formar parte de las tropas del presidente Bashar al Asad (Foto: Syrian Electronic Army | Facebook)

Desde el presidente de Estados Unidos hasta su homólogo francés, François Hollande, este grupo de ‘hackers’ sirio parecen tener muy claro qué objetivos atacar para desmontar el flujo de información acerca de Siria. Es por ello que entre sus objetivos más comunes se encuentran medios de comunicación como Al Jazeera, BBC News, The New York Times, The Atlantic o la agencia France-Press.

No obstante, desde que comenzasen sus ataques con el ataque al ‘site’ de la prestigiosa Universidad de Harvard hasta su último asalto a la web de reclutamiento de los marines estadounidenses, donde animaban a los candidatos a luchar en el bando del ejército de Bashar al Asad, la mecánica de sus ataques ha evolucionado.

Si bien al principio sus ofensivas se centraban en las páginas de medios de comunicación, ahora los miembros del Ejército Electrónico Sirio han optado por atacar las infraestructuras de aquellas empresas en quienes confían esas compañías mediáticas, lo que les permite llevar a cabo una ofensiva de mayor calado contra diferentes webs. Es por ello que sitios como el de la firma registradora de dominios GoDaddy o las de OutbrainSocialflow, que permiten gestionar y monitorizar la acción de los medios en redes sociales, se han convertido en el nuevo blanco de sus ataques.

¿QUÉ LES MUEVE A ACTUAR?

Si bien en un conflicto armado en el que se han perdido tantas y tantas vidas humanas la actividad de estos ‘hackers’ ante la pantalla de un ordenador puede pasar como algo inofensivo, lo cierto es que su actividad en la Red puede tener consecuencias directas sobre el escenario bélico. En esta línea, un experto en seguridad informático consultado por la revista Vice cita la creencia generalizada de que el Ejército Electrónico Sirio ha suministrado información al régimen sobre varios activistas que después habrían sido asesinados.

El Ejército Electrónico Sirio ‘hackeó’ la página web de reclutamiento de la Marina estadounidense y colocó este mensaje (Foto: @Official_SEA16 | Twitter)

El Ejército Electrónico Sirio ‘hackeó’ la página web de reclutamiento de la Marina estadounidense y colocó este mensaje (Foto: @Official_SEA16 | Twitter)

De este modo, aunque hay quien considera que, en base a sus últimos ataques, lo único que interesa a esta brigada informática es acaparar la atención mediática, sus repercusiones pueden trascender el mundo virtual. Una situación que llega a reconocer el miembro de este comando entrevistado por Vice. “Si los detractores de Bashar al Asad piensan instalar una bomba, matar o secuestrar a alguien, entonces sí se lo comunicaremos al Gobierno”, aseguraba Th3 Pr0, un supuesto miembro del Ejército Electrónico Sirio que, no obstante, negaba que su grupo hubiera facilitado a las autoridades sirias información sobre activistas contrarios a Al Asad. “Muchos correos electrónicos a los que tuvimos acceso fueron transmitidos al gobierno sirio por su importancia y el hecho de que contenían información de seguridad y militares”, afirmaba.

Una línea que, sin duda, les distancia de colectivos como Anonymous, partidarios de destapar y sacar a la luz los trapos sucios de las autoridades gubernamentales sean del signo que sean. Dos puntos de vista enfrentados que ya han emprendido su propia contienda en la Red. Y es que el hecho de que Anonymous se mostrase contrario al gobierno de Al Asad por atacar a su pueblo, a juicio del Ejército Electrónico Sirio, les situaba en el bando del Gobierno de Estados Unidos. Así, al menos, lo consideraba Th3 Pr0. “No son una amenaza para nosotros. Hemos ‘hackeado’ varios de sus sitios web y hemos publicado datos personales de sus miembros”, comentaba este supuesto miembro del comando. No obstante, Anonymous ya ha contratacado y ha hecho públicos los datos que consiguió recabar cuando en abril accedió a un servidor utilizado por los ‘hackers’ sirios.

Miembros o no del ejército de Bashar al Asad, con apoyo o sin él por parte de las autoridades del régimen de Siria, los miembros del Ejército Electrónico Sirio amenazan con seguir batallando en la Red. Las autoridades de Estados Unidos ya se han armado para tratar de poner freno a los ataques cibernéticos y dar caza a sus autores. Está claro que, con internet, el conflicto bélico ha entrado en una nueva dimensión.

José Luis Avilés

En la web de una radio descubrí la magia de unir letras. De Cadenaser.com di el salto a Lainformacion.com. Ahora también mezclo deporte y política en Sesión de Control.

Fuentehttp://www.hojaderouter.com

La blasfemia como arma de guerra

Detrás del video difamatorio sobre la fe musulmana, podría estar el impulso racista y fascista de legitimar la falsa guerra contra el terrorismo en sus 11 años. Ahora, EE.UU. tiene otra razón para incrementar su presencia militar en África y Medio Oriente.

Esta mujer en Kuala Lumpur señala a Washington. Su cartel dice: «¡Obama! ¡Nuestra paciencia tiene límite! ¡No nos culpen si sus ciudadanos mueren! ¡Cúlpense a ustedes mismos! ¡Ustedes lo comenzaron!
Autor: Getty Images

Jorge L. Rodríguez González
jorgeluis@juventudrebelde.cu
22 de Septiembre del 2012 21:23:40 CDT

Atacaron el mundo musulmán, y como otras veces, lo hicieron contra el corazón de su cultura e identidad. Quienes se encuentren detrás de la factura del ofensivo corto Inocencia de los musulmanes —avance de la película Los Guerreros del Desierto—deben estar chocando copas, porque todo parece ir de acuerdo con lo que maquinaron: una ola de repudio antiestadounidense con ataques a las embajadas y consulados en países del norte de África, Medio Oriente y Asia.

La maquinaria mediática occidental se encarga ahora de alimentar la islamofobia, tan intensamente como lo hizo después del 11 de septiembre de 2001, cuando George W. Bush y su mano derecha Dick Cheney —tan belicoso y extremista como su jefe— acusaron a Osama bin Laden, cabecilla de la red terrorista Al-Qaeda y hombre de la CIA, de ser el autor intelectual del derrumbe de las torres del World Trade Center, en Nueva York.

Entonces fue la justificación para atacar Afganistán. Dos años después, Sadam Hussein, un viejo amigo de Washington, se convirtió en uno más de los personajes «peligrosos» para la seguridad nacional de Estados Unidos, y le acusaron de tener armas de destrucción masiva. El Pentágono no tardó en caer sobre esa nación.

La satanización sirvió para convencer a la opinión pública norteamericana e internacional de la «necesidad» de la guerra contra esas naciones. En medio del estado policíaco y de terror instaurado en la gran potencia, mucha gente sintió miedo de perder sus vidas en manos de «coléricos y extremistas musulmanes» y apoyaron a sus «muchachos».

Esa es la imagen que podrían estar intentando revivir ahora fuerzas oscuras.

Parecería no casual la aparición del video de 14 minutos, donde se denigra la imagen del profeta Mahoma. El hecho aún está velado por el misterio y abrió incógnitas. Solo se ha establecido como sospechoso a un tal Nakoula B. Nakoula, quien se identificó como integrante de la Iglesia ortodoxa copta, un individuo condenado por fraude bancario a través de la web. Si se comprueba su participación en la autoría de la cinta puede ser juzgado por violar la libertad condicional que le prohibía el uso de Internet y de computadoras. Para aumentar el enigma, una de las actrices del filme levanta una demanda alegando engaño y manipulación…

Sí está claro que la fama alcanzada por el video en Internet se le debe a Terry Jones, el reverendo extremista que hace año y medio quemó libros del Corán en la Florida y también provocó la furia del mundo musulmán.

Además, la película que circuló primero en Internet y por varias salas de cine en Estados Unidos era hablada en inglés; pero el extracto publicado en YouTube en árabe, y que encendió la chispa, había alterado los diálogos para hacerlos más insultantes e injuriosos: quizá una prueba de premeditación con el objetivo de provocar la reacción del mundo musulmán.

Se afirma que un pequeño grupo de judíos financiaron con cinco millones de dólares la cinta que pretende decirle al mundo, no solo a los estadounidenses, que los musulmanes son, por naturaleza, irracionales, intolerantes y bárbaros.

Igual objetivo persigue la publicación de caricaturas en la revista satírica francesa Charlie Hebdo y los anuncios que comenzarán a circular esta semana en el metro de Nueva York, cuyo texto dice: «Derrote a la Yihad. En cualquier guerra entre un hombre civilizado y un salvaje, apoye al hombre civilizado. Apoye a Israel. Derrote a la Yihad».

Así, estas fuerzas oscuras, vinculadas a intereses militares, económicos y electorales en Estados Unidos quieren hacer ver que estos 11 años de engañosa guerra contra el terrorismo, tiene que seguir en pie.

Por tanto, cobran gran simbolismo los violentos incidentes en el consulado estadounidense en Bengasi, Libia, justamente el 11 de septiembre, cuando se recordaba el ataque a las Torres Gemelas.

Esquema explicando como la red de los neoconservadores de EEUU están detrás del video anti-islam que ha desatado las protestas de musulmanes en todo el mundo. Fuente: https://www.facebook.com/Laproximaguerramundial

¿Pudiera ser un complot?

Otra vez la Casa Blanca apunta a Al-Qaeda, y con ello justifica sus desmanes contra el mundo. En los círculos de poder este criterio ya es una certeza. El Centro Nacional Antiterrorista de EE.UU. etiquetó el ataque de «atentado terrorista», y por tanto investiga cómo lo planificó Al-Qaeda.

Según Antiwar.com, algunos funcionarios estadounidenses señalaron a un ex prisionero del campo de detención de la Base Naval de Guantánamo, territorio cubano ocupado ilegalmente por EE.UU., como participante en el ataque de Bengasi que concluyó con cuatro muertes estadounidenses.

El sospechoso fue identificado como Sufyan Ben Qumu, supuestamente ex chofer de Osama bin Laden y ahora uno de los líderes de Ansar al-Sharia Benghazi, el grupo seguidor de Al-Qaeda al que las autoridades libias achacan los hechos. Se afirma también que el objetivo era vengar el asesinato, en un ataque de drones en Paquistán, de un agente de Al-Qaeda, de procedencia libia.

Pero sí está claro que la mayoría de quienes protestaron frente al consulado en Bengasi y se manifestaron en el mundo musulmán, lo hacen contra la profanación de su religión y sin intenciones de desenlaces fatídicos.

Al-Qaeda pudiese ser la responsable de los acontecimientos, pero Al-Qaeda no es el pueblo musulmán.

Las protestas verdaderamente antiestadounidenses, no tienen solo como sustrato la película difamatoria, esa fue la llama que sacó a flote el viejo resentimiento de los pueblos de la región por la forma en que Washington los ha tratado: saqueos, apoyo a dictaduras, respaldo a Israel en detrimento de la causa palestina, las invasiones y ocupación de Afganistán e Iraq, la sangrienta guerra contra Libia, los ataques con drones en Yemen, Paquistán, Somalia…

Despierta desconfianza en la interpretación de este acontecimiento que se produjera justamente en Libia, donde Estados Unidos y sus aliados de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) financiaron a grupos terroristas en la guerra contra el coronel Muammar al-Gaddafi.

Algunos analistas afirman que a Washington le salió allí el tiro por la culata, como resultado de negociar con grupos extremistas, y advierten que otro tanto le pudiera suceder en Siria, donde Al-Qaeda es un aliado en la guerra contra el Gobierno de Bashar al-Assad.

Aún quedan en el aire muchas interrogantes sobre los hechos. ¿Por qué si el Departamento de Estado de EE.UU. recibió información 48 horas antes de la posibilidad de que sus misiones diplomáticas podrían ser objeto de agresiones —según el diario británico The Independent—, no alertó a su personal?

No sería la primera vez que una provocación es usada para justificar una guerrra. La Historia nos deja muchas enseñanzas: la explosión del Maine, Pearl Harbor, el Golfo de Tonkin, las Torres Gemelas…

El resultado

En un ambiente electoral donde los candidatos aprovechan errores, deslices o malas decisiones para desprestigiar a su contrincante, el presidente Barack Obama, que aspira a seguir en la Casa Blanca, no demoró en reaccionar. Cuando los medios de comunicación incentivan el odio, el racismo y el orgullo nacional, el jefe de la nación más poderosa del mundo decidió reforzar su presencia militar en el norte de África y Medio Oriente, además de prometerle a sus ciudadanos justicia por el ataque a su sede diplomática, lo que podría traducirse en una escalada de la operación que arrancó Bush en 2001, y que ha continuado implementando Obama en sus cuatro años de administración.

Esa no sería poca ganancia para la ultraderecha guerrerista y sus socios sionistas, preocupados por un mandatario que parecería distanciarse un poco de las posturas fascistas de Israel, empecinado en atacar a Irán.

La respuesta fue enviar a las costas libias los buques USS Laboon y USS McFaul, que transportan misiles Tomahawk —proyectiles que iniciaron el ataque contra Iraq y repitieron en Libia. También despachó un contingente de marines, la primera intervención terrestre de Estados Unidos en la nación norteafricana, en manos de Washington desde que la OTAN derrocó el régimen de Gaddafi; pero ahora EE.UU. afianzaría con mucha más efectividad su control en un país sumido en una violencia e ingobernabilidad crónicas (de una población de seis millones, 200 000 integran las milicias que no responden a las autoridades centrales).

También incrementará la acción de sus drones sobre Libia con el objetivo declarado de localizar a los terroristas que atacaron el consulado de Bengasi.

Este despliegue militar «justificado» no le viene mal a los grupos de poder, tratándose de una región que parece salirse un poco del carril dictado por la Casa Blanca durante décadas. Hay un gran ascenso islámico que levanta banderas nacionalistas y aboga por abandonar las viejas prácticas de dictaduras plegadas a los intereses norteamericanos.

En el centro, el conflicto israelo-palestino, que emerge como una preocupación principal para gobiernos como el de Egipto, cuando El Cairo quiere rescatar su liderazgo en el área, pero no al estilo del defenestrado Hosni Mubarak, lo que levanta ronchas en un Israel que presiona a Washington en busca del espaldarazo.

No es de descartar tampoco que el video difamatorio buscara una reacción por parte de la República Islámica de Irán, justificante para una agresión planificada hace años por Estados Unidos y sus socios sionistas. En este mismo contexto, buques de guerra y efectivos militares se emplazan en el Golfo Pérsico.

La militarización puede ser mucho mayor. Todo depende de la evaluación final que Estados Unidos haga de los sucesos desatados por el filme y del empuje de las fuerzas que se favorecerían con una respuesta dura que ponga al mundo en vilo.

Fuente: http://www.juventudrebelde.cu/internacionales/2012-09-22/la-blasfemia-como-arma-de-guerra/