Profesor Raúl Madrid y la eutanasia legal: “No existe el derecho a terminar con ninguna vida”

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La muerte del médico y militante socialista Manuel Almeyda, en enero de 2014, quien gravemente enfermo y con 89 años decidió dejar de comer los días previos a su fallecimiento, debido a lo que calificó como una vida «insufrible e indigna», reabrió el debate sobre la eutanasia legal en Chile. ¿Es legítimo el derecho a morir, o bien legislar sobre esta materia constituye un atentado a los derechos humanos?

Contrapunto

«No existe el derecho a terminar con ninguna vida»

¿Es partidario de establecer una legislación que otorgue a un paciente terminal o incurable el derecho a morir cuando así lo decida, sin alargar la vida innecesariamente y permitiendo una muerte digna?

No lo soy. La vida humana es un don muy superior al ámbito de la potestad humana, en la medida en que somos incapaces de causarla o conservarla indefinidamente, como si fuera un producto de nuestro ingenio. Fruto de esta inabarcabilidad de la vida, no es posible ejercer sobre ella los atributos del dominio pleno, que incluye la disposición.

Así, la muerte digna se relaciona más con el debido respeto a la vida propia o ajena en todas sus fases, antes que con evitar los padecimientos asociados a ella. De hecho, puede haber mucha dignidad en el dolor y en el sufrimiento: el padecer se hace digno justamente por la elección de la vida por sobre la muerte. La expresión «alargar la vida innecesariamente» es del todo impropia. ¿Quién tiene la capacidad de decir que una vida, o una parte de ella es innecesaria? Atribuirse la autoridad de juzgar en esto es una concesión al totalitarismo. Una cosa muy distinta es no extender innecesariamente tratamientos médicos inútiles o desproporcionados, pues la limitación del esfuerzo terapéutico es parte de la lex artis del médico, y de un adecuado tratamiento de la enfermedad terminal.

¿La elección sobre el derecho a morir debiera radicar en el propio afectado y no ser una imposición desde el Estado?

Tomando como base la respuesta anterior, ni el afectado tiene derecho a pedir su propia muerte, ni el Estado puede decretarla. No existe un derecho a morir. Lo que existe más bien es el deber de cada individuo de conservar la vida, y el Estado debe cautelar que las personas cuenten con los medios para que ello sea posible. Una ley que autorizara la eutanasia sería un contrasentido en relación con tal deber, pero también respecto del interés social en la vida humana, en la medida en que esta no es solo un bien individual, tino también para la comunidad.

¿Es lícito dejar morir a un paciente incapaz de tomar decisiones, no aplicándole un tratamiento inútil? ¿Sus parientes o los médicos que lo atienden estarían autorizados moralmente para tomar esa decisión?

Habría que clarificar un poco los términos. Si el tratamiento es dudoso en cuanto a su resultado y comporta grandes sufrimientos o gastos ruinosos, nos encontramos frente a lo que la doctrina llama actualmente «tratamientos desproporcionados», los que no son exigibles si se cumplen las condiciones antes descritas. En este caso, los que se encuentran en posición de garantizar el bienestar del paciente podrían llegar a tomar la decisión de no continuar ese tratamiento, lo que en ningún caso puede consistir en la realización de acciones positivas destinadas a terminar con su vida.

Uno de los argumentos en contra de la eutanasia legal es que estimula una «pendiente peligrosa» en contra del derecho a la vida en otros campos, potenciando las eutanasias ilegales. «Puede haber mucha dignidad en el dolor y en el sufrimiento: al padecer se hace justamente por la elección de la vida por sobre la muerte»

¿Está de acuerdo con esa afirmación?

El respeto a la vida es una totalidad. Como recuerda Heidegger, sólo existe una realidad que no es susceptible de apropiación en el mundo que conocemos, y esa es la realidad humana. Dicha naturaleza ajena a la dominación debe ser aceptada como un continuo, desde el inicio de la vida hasta la muerte. Lo que usted llama una «pendiente peligrosa» es una forma de expresar que cualquier apertura de disponibilidad sobre el otro significa su disponibilidad por completo. Es labor del derecho consagrar la protección general de esa integridad, no deconstruirla permitiendo excepciones, por muy pequeñas que estas parezcan. No hay excepción pequeña cuando se trata de la vida humana, cualquiera de ellas supone en definitiva su negación. Además, como se encuentra acreditado, en los países que han legalizado la eutanasia como manifestación de voluntad individual, esta se ha comenzado a autorizar paulatinamente respecto de pacientes que no están en condiciones de expresar su parecer, incluso niños, como es el caso de Holanda.

Al legislar en contra de la eutanasia legal, ¿se confunde el derecho a la vida con el derecho a vivir?

La cuestión no es, por lo tanto, legislar en contra de la eutanasia, sino a favor de la integridad de la vida. Esto significa que basta con afirmar esta integridad a través de la Constitución y la ley, no es necesario legislar específicamente sobre la eutanasia, ni sobre ninguna forma de apropiación de la realidad humana.

En este sentido, no veo conflicto alguno entre ambas figuras por causa de la prohibición de la eutanasia, i, lo que es lo mismo, por la protección de la vida del paciente terminal o sujeto a padecimientos. Legislar contra la eutanasia es una acción que considera de modo unívoco el significado de la vida, y por lo tanto no constituye una «confusión» entre, por una parte, el derecho a continuar viviendo (como exigencia respecto de terceros) y el derecho a vivir (entendido como la capacidad de vivir mientras se desee). El derecho a la vida no puede sino incluir el derecho a vivir esa persona en todos sus extremos, porque, como se explicaba antes, no existe el derecho a terminar con ninguna vida, ya sea propia o ajena, con la excepción del caso de la legítima defensa, y siempre y cuando se cumplan sus condiciones.

Fuente: http://derecho.uc.cl/es/noticias/derecho-uc-en-los-medios/15367-profesor-raul-madrid-y-la-eutanasia-legal-no-existe-el-derecho-a-terminar-con-ninguna-vida

Respuestas a Alain Legaret de porisrael.org. Sionismo NO ES Judaísmo

Las preguntadas formuladas más abajo no fueron realizadas directamente a mi o a este blog (la verdad y solo la verdad), sin embargo, he querido responderlas una a una porque hace entrever una falta de conocimiento de la historia misma y de la doctrina que se promueve en favor del estado Sionista (Israel).

¿Preguntas sin respuestas?

1.- Explícame por qué consideras que Israel es quien tomó la tierra a los palestinos cuando es Jordania quien ocupa el 80% de Palestina.

Respuesta:

1947: Las Naciones Unidas aprobaron la partición de Palestina bajo la cual los Arabes Palestinos, que sumaban el 70% de la población y poseían el 92% de la tierra, fueron reducidos al 43% del país. (Resolución 181 de la ONU). Comienzan los enfrentamientos y, argumentando razones de seguridad, los judíos ocupan el 80% de Palestina.

Israel no tomó la tierra de los Palestinos, lo hicieron los británicos (europeos vestidos de Judíos) para forzar el cumplimiento de la profecía bíblica.

1917: declaración Balfour, en la que los británicos hablan de crear un hogar nacional para el pueblo judío en Palestina, respetando los derechos civiles y religiosos de las comunidades no judías. Los 700.000 habitantes de Palestina se dividían en 574.000 musulmanes, 74.000 cristianos y 56.000 judíos. Los ingleses tomaron Jerusalén el 9 de diciembre.

2.- Explícame por qué consideras lógico que Palestina sea para los palestinos mientras que ni se te ocurre que Judea pueda ser judía.

Respuesta:

El julio de 1917 los líderes sionistas presentan al gobierno británico la fórmula que reconocía a Palestina como Hogar Nacional del pueblo judío y como muchas veces ha ocurrido en la historia de nuestro pueblo no faltaron judíos vergonzantes que traicionaron las aspiraciones del pueblo y lamentablemente el gabinete acogió peticiones antagónicas de prominentes judíos ingleses que eran antisionistas.
Por la acción de estos judíos, entre ellos Claude Montefiore, presidente de la Asociación Anglo Judía y en especial de Edwin Montagu, que era Ministro del Gabinete como Secretario de Estado para la India, variaron el texto de la declaración propuesta, que primeramente decía:

«La reconstitución de Palestina como el Hogar Nacional del Pueblo Judío», a diferencia del texto definitivo que terminó diciendo: «Hogar Nacional para el Pueblo Judío en Palestina».

La Declaración Balfour, que en un comienzo fue sólo una Declaración emanada de Gran Bretaña por la acción decidida de los líderes sionistas, pasó a tener la característica de una declaración multinacional.

Es así como el gobierno francés la hizo suya el 14 de febrero de 1918; el gobierno italiano la reconoció el 9 de marzo del mismo año y la Conferencia de Paz celebrada el 24 de abril de 1920, por las potencias aliadas en San Remo decidieron conferir la soberanía sobre Palestina a la Liga de las Naciones y entregar temporalmente a Gran Bretaña el derecho de gobernar ese territorio, con la precisa finalidad de prestar apoyo al establecimiento de un Hogar Nacional Judío y conferir valor internacional a la Declaración Balfour incluyendo las disposiciones del Mandato sobre Palestina que se confió a Gran Bretaña con fecha 24 de julio de 1922 por el Consejo de la Liga de las Naciones.

3.- Explícame por qué un árabe puede pasearse tranquilamente en Tel Aviv y Haifa mientras que un judío que se atreva a ir a Ramala o Shjem (Nablus) será linchado. ¿Es Israel quien hace apartheid?

Respuesta:

Antes de 1947 Judíos y Palestinos vivían en paz.

¿Palestinos? No sé lo que es eso, declaró en una oportunidad la ex primer ministro de Israel, Golda Meir.

Historiadores ingleses afirman que en el siglo XVI vivían en Palestina menos de 4.000 judíos, en el siglo XVIII, 5.000, y a mediados del siglo pasado, 10.000. Es recién a fines de ese siglo cuando algunos judíos empiezan a plantearse el retorno masivo, y cuando ese retorno asume una forma política y una ideología: el sionismo. ¿Por qué?

4.- Explícame por qué te parece normal que haya árabes viviendo en Israel pero te parece impensable que un solo judío pueda vivir en un estado palestino.

Respuesta:

Esta es una mentira de proporciones UNIVERSALES.  Y en la biblia está escrito: NO LEVANTARÁS FALSO TESTIMONIO….

Cuando usted entienda que Sionismo NO ES Judaísmo, podrá ver con mejor claridad y reconocer esto:

5.- Explícame por qué empezaste a llamar territorios palestinos a Gaza, Judea y Samaria solo después de que Israel los tomara a Egipto y Jordania respectivamente.

Siempre fueron de palestina, esas tierras fueron otorgadas por Inglaterra a Israel (¿Con qué derecho?), gracias al holocausto que armaron a través de las guerras para darle el gusto a los Judíos europeos, lea la historia.

6.- Explícame por qué los palestinos no intentaron jamás crear un estado propio en esos famosos territorios mientras estuvieron bajo dominación árabe.

PORQUE NO ERA NECESARIO!!!   ambos grupos vivían en paz.

7.- Y finalmente explícame por qué evitas responder a estas preguntas. ¿No te parece que tienes miedo a entender que tu sostén indefectible a la causa palestina contra Israel no es más que la expresión humanista de tu judeofobia disfrazada?

¿Cuál Judeofobia? usted quizás quiere decir: SIONISMOFOBIA, y la que está bien de moda es: ISLAMOFOBIA.  Entienda amigo lo siguiente:

De la misma manera que no se puede responsabilizar a un cristiano corriente y moliente (comprometido con una praxis encomiable de sus creencias) de los desmanes cometidos por la Iglesia Católica, tampoco podemos caer en nuestra infantil tendencia a las generalizaciones, como le ocurrió a Hitler, que nunca pasó de la fase oral en su evolución personal, y por ello su intelecto, burdo, primario, pudo ser sutilmente manipulado por la propaganda sionista en un momento histórico en que el sionismo necesitaba inmolar al pueblo judío para luego elevarlo a la cúspide de poder entre los jerarcas que manejan el mundo. Pocos saben que el Nazismo representa el mayor y más perverso ¿autoatentado? de la Historia, ante el cual el tremendo autoatentado del 11S queda reducido a un juego de niños. Por ello, cuidado, no podemos soltar sin empacho que “todos los judíos son unos mal nacidos”.

El apoyo incondicional a Israel le está costando a USA miles de millones de dólares, innumerables vidas, la pérdida de credibilidad moral en el mundo y un drástico recorte de libertades nacionales. Bien, vayamos entrando en materia. Cifras. Los contribuyentes estadounidenses entregan más de 8 millones de dólares por día a Israel, una nación que no llega a los siete millones y medio de personas (sólo en New Jersey hay más). Israel ha recibido más dinero estadounidense que cualquier otra nación en la tierra. USA entrega más dinero a Israel que a todos los países africanos juntos. Entre 1950-53, USA entregó a Israel mil millones de dólares, aunque Israel en ese tiempo contaba tan sólo con 1,6 millones de habitantes. En los últimos 40 años, los contribuyentes estadounidenses han dado a Israel aproximadamente 200.000 dólares por familia israelí de cinco miembros. Pero hay más. La ayuda de EE.UU. a Israel se materializa en un solo pago al inicio del año fiscal. Dado que EE.UU. está operando con déficit, tiene que pedir prestado ese dinero (a los bancos judíos, qué incongruencia) que altruistamente le abona a Israel, y luego pagar durante un tiempo indefinido (a esos mismos bancos judíos) los intereses que genera el préstamo. Por contra, Israel hace que ese dinero (que USA le entrega porque sí, sin justificarlo ante sus contribuyentes, y por el que USA encima tiene que pagar intereses a los bancos judíos, ya que han sido los propios bancos judíos los que se lo han prestado) devengue intereses. Para ello, el Congreso de USA dispuso en su momento que la ayuda (desinteresada, a fondo perdido) a Israel, fuese depositada en una cuenta (que devenga suculentos intereses) del Banco de la Reserva Federal.

En definitiva, el lobby de Israel propicia que las políticas estadounidenses en Oriente Medio rara vez reflejen los intereses y valores nacionales de USA. ¿Qué enemigos reales tiene allí EE.UU.? Ah, pero los medios de comunicación no se cansan de inventárselos, llegando al absurdo de demonizar a los musulmanes, que bastante tienen con lavar sus propios trapos sucios. Porque digámoslo de una vez: Bin Laden es un invento sionista de pies a cabeza. Ha sido una de las marionetas más obsequiosas en el juego del «Matrix». Y lo saben bien los políticos yanquis con estrechos vínculos con Israel, ya sean neoconservadores o neoliberales, puesto que gracias a esos oportunos peones del sionismo, que ocupan puestos clave en las diferentes administraciones, el Departamento de Estado, el Pentágono y los medios de comunicación, puede propiciarse esta galopante distorsión de la realidad que se respira en la atmósfera. Dale, dale. Sigue, sigue. Hay que papearse hasta las heces la ola de islamofobia. Islamofobia en pepitoria. Es el plato de moda. ¡Odiemos a los musulmanes! ¡Temámosles!.

El Sionismo es un aparato de poder surgido del judaísmo. En cierto sentido es la extensión política, armada, corrupta, de un pueblo en verdad excelente, en verdad superdotado (basta echar un vistazo a sus logros increíbles en las diferentes ramas del arte y las ciencias, a pesar de ser un pueblo tan escaso en número). En todo caso conviene decir que el Sionismo, como cáncer del judaísmo, ha podido desarrollarse gracias a un concepto patológico imbricado en la identidad de los judíos: el hecho de considerarse el pueblo elegido. He ahí la fuente primigenia del Sionismo. Por ello, para erradicar el cáncer sionista de la religión judía, se requiere una reinterpretación de la identidad judía. Han de hacer los judíos acto de contrición, han de bajarse del burro y afrontar su realidad como pueblo con humildad. De lo contrario el cáncer del Sionismo seguirá extendiéndose, y llegará un momento en que resulte absolutamente imposible discernir qué parte de la naturaleza judía está libre del mal…

Shalom! o Salam Aleikum!