Caminar con Dios es una decisión personal. Pero sabed esto: Si el dueño de la casa hubiera sabido a qué hora de la noche vendría el ladrón, velaría y no permitiría que se horadara su casa. Por esto, vosotros también estad preparados, porque el Hijo del Hombre viene a la hora que no pensáis. Mateo 24:43-44
Henry Kissinger, ex secretario de Estado norteamericano se encuentra entre los miembros selectos (Foto: Secretary of Defense, Creative Commons).
El Club Bilderberg, la sociedad más secreta de todas las suciedades secretas, es la mamá de los pollitos; la mamá de todas las fraternidades misteriosas.
¿Y quién es esta mamá y quiénes son los pollitos? Pues es un club que se reúne una vez al año a una conferencia a la que solo acuden aquellos que han sido invitados y que pertenecen a la crema y nata de los gallineros empresariales, académicos y políticos.
¿Qué es lo que se discute durante las reuniones anuales?
Recientemente se reunieron del 6 al 9 de junio en el superexclusivo The Grove Hotel en Watford, Hertfordshire, cerca de Londres, 138 galliformes de todo el mundo, para discutir cómo crear un orden mundial; pero, como los galliformes tienen estrictamente prohibido abrir la boca, nadie sabe y nadie supo a qué gobierno van a echar abajo o en dónde van a iniciar una guerra para hacer billones de dólares con el producto del despelote.
A los 138 les unen cinco poderosos enemigos públicos a los que combaten despiadadamente: el Estado-Nación soberano que promueve el bien común de la mayoría del pueblo; la moneda soberana que no genera interés y que todo Estado puede y debe utilizar; el rechazo masivo del sistema de deuda usuraria en todas sus formas; las instituciones republicanas independientes del poder del dinero porque solo así podrá haber auténtica democracia y los valores tradicionales de todos los pueblos, sean cristianos, musulmanes, budistas… Valores sanos y dignos como honor, verdad, lealtad, disciplina, perseverancia, trabajo, libertad, valentía, solidaridad.
El “club” es un peligro, como lo muestra la reciente declaración del vicepresidente de Estados Unidos, Joe Biden: “Gracias a las minorías que manejan Hollywood, el matrimonio gay es hoy por hoy una realidad, no solo en mi país sino también en Francia, Argentina y decenas de otros países”.
Hablando en forma pelona, miles de niños en el futuro, tendrán o “dos mamás” o “dos papás” y los sicólogos freudianos harán su agosto con los futuros enfermos del Nuevo Orden Mundial que proponen los del Bilderberg.
Con dinero baila el perro
Entre los selectos miembros se encuentran Carl Bildt, Henry Kissinger, David Rockefeller, Jacob Wallenberg y otros de igual tamaño, de quienes se dice que hasta seleccionan primeros ministros o presidentes en países del mundo.
¿Se imaginan un mundo donde el gallinero quiere suplantar la soberanía individual de un país, con un gobierno global todo poderoso? ¿Donde presidentes, primeros ministros, banqueros y generales cacarean su importancia mientras son atendidos por hermosas y carísimas chaperonas reales para garantizar que todo camina sobre ruedas y bajo sábanas de seda? ¿Donde los que organizan las guerras y mercados (Europa y Estados Unidos) dicen lo que jamás se atreverían a decir en público?
El poderoso gallinero analiza, evalúa y planifica el Nuevo Orden Mundial en todas sus facetas: política, económica, financiera, monetaria, académica, mediática, militar, geopolítica, que incluso instalan nuevos paradigmas colectivos receptivos a los intereses del nuevo orden mundial.
La Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) es esencial para sus planes. Porque, ¿de qué otra manera se aseguraría una guerra perpetua y un chantaje nuclear también perpetuo? Y luego el club se dedica a saquear el planeta, formar fabulosas fortunas y poder y destrozar a quien se oponga, con tal de no perder nada.
Amshel Rotschild, el fundador del poderoso clan Rothschild, dijo: “Denme el control del dinero de una nación y no me importará quién haga sus leyes”.
Nuestros países, particularmente Honduras, no son libres ni soberanos, sino títeres de las transnacionales y por ende de la ‘elite‘ que está compuesta por pocas familias que mangonean los gobiernos para su propio beneficio. Ponen al presidente, controlan el ejército, compran a los diputados para que emitan leyes que favorezcan a sus intereses, mientras el pueblo se divierte con el fútbol y ¡que viva el osio!
Desde hace muchos años, las elites que obtienen abultados ingresos –en el caso de Honduras a costa del Estado–utilizan sus métodos para controlar a los gobiernos, dominar a la población para mantenerla sometida. En la actualidad, las técnicas han avanzado con las nuevas tecnologías y menos escrúpulos, llegando a implantar una era de control absoluto y de dominación total, donde ya no ocultan su intención por controlar todas las áreas de la vida y hasta las personas.
Se equivocan aquellos creen que los presidentes –aparentemente elegidos por los pueblos– son quienes tienen el mando en los distintos países. Quienes deciden los destinos reales de los pueblos no son los presidentes, ya que estos, son un rehén del sistema financiero que priva en el mundo actual. Los Estados Unidos de Norte América, no son ajenos a esta circunstancia, ya que la economía del vecino del norte está controlada por grandes familias billonarias de renombre mundial que conforman el Club Bilderberg, organismo en la sombra que según dicen, controla la Reserva Federal de EEUU y son los dueños del mundo, son los que controlan los mercados financieros, las tasas de interés, la industria químico-farmacéutica, las comunicaciones, las tecnologías y las industrias de la información: la cinematografía, televisión, radioemisoras, prensa escrita, internet etc. etc. que son claves para el éxito de sus operaciones. Los Bilderbergers como se ha dado en llamarles, son quienes propician “El Nuevo Orden mundial”, tienen vasos comunicantes con las oligarquías de todos los países del mundo, y es necesario conocer cómo operan, para saber contra qué clase de enemigo están luchando las democracias de Latinoamérica, y muchos de los países del mundo, que se niegan a ser esclavos de un sistema FASCISTA como el que se proponen los diabólicos cerebros que pretenden dominar el planeta a como de lugar.
Todos los días mueren en el mundo millones de personas que no encuentran con qué alimentarse. Y si a eso le sumamos el propósito de las elites por disminuir la población del planeta con el uso de armas biológicas contra la población mundial que crece exponencialmente; usando medicamentos no para curar, sino para enfermar. LAS ENFERMEDADES, UN NEGOCIO LUCRATIVO para la industria químico-farmacéutica: usa las vacunas, productos químicos, drogas, la esterilización humana, amén de otros métodos que emplea el sistema para disminuir la población como las guerras y hasta la eugenesia. Está visto que estamos llegando a un verdadero caos. Aunque cuesta creerlo, la máquina de muerte en uso por “El nuevo orden mundial”, es de tal orden, que puede destruirlo todo para lograr sus propósitos de esclavizar al mundo… o lo que quede de él.
A la luz de las estadísticas (habrá que creer en estos reportes), todavía mueren de hambre más de 30 millones de personas y más de dos mil millones están desnutridas. Visto lo anterior, la conclusión es que los grandes empresarios internacionales de los productos farmacéuticos y el petróleo, los comerciantes sin escrúpulos, los políticos y otros que consciente o inconscientemente le hacen el juego a los potentados económicos que constituyen el “Nuevo Orden Mundial”, son todos iguales; sólo piensan en sí mismos y al pueblo que se lo lleve el diablo.
Vivimos en una época de crisis terrible, y nuestra Honduras (al igual que otros países de Latinoamérica), agobiada por una y mil circunstancias y condiciones agravantes conocidas por todos, no podría ser la excepción. Es muy importante conocer el “porque estamos como estamos”, por qué nos enfrentamos actualmente a una crisis que parece insuperable. Sólo una conciencia pública general y mucho patriotismo, pueden emprender una lucha sin cuartel contra todos aquellos que pretenden hacer de Honduras su hacienda particular. Ya no podemos seguir siendo espectadores, por lo tanto cómplices de un mundo que disfrutan los que gozan de las canonjías que da el poder del que nos vienen haciendo víctimas. Ellos, insaciablemente, a través de sus propios medios tramposos y hasta criminales, en aras de conseguir sus propósitos de enriquecimiento sin límite, han distorsionado la información, la comida, el agua, la genética, los sistemas políticos y muy particularmente los financieros. Oigase bien, sólo un conocimiento exacto sobre el alcance de sus verdaderas intenciones, pueden emprender una lucha sin cuartel contra ellos.
Ante el inminente peligro a que estamos enfrentados, ha llegado la hora de tomar conciencia de que nuestro pueblo, no puede ser ajeno a lo que pasa en el mundo que tiene al borde del colapso a todas las economías globales, ¡¡el drama final del mundo financiero del planeta ha comenzado!! En consecuencia, las personas comunes y corrientes en Honduras, ven cómo se reduce su dinero mes tras mes y cómo se encarecen los alimentos y todos aquellos artículos de primera necesidad, mientras que en proporción inversa, los políticos del patio se hacen millonarios a costillas de la penuria del pueblo.
Frente al actual escenario y para empeorar la situación que presagia tempestad, los hondureños no tenemos más alternativa que hacer acopio de valor y mucho patriotismo, para reaccionar ante las envestidas de la corrupción, de la inmoralidad y la injusticia;de no ser así, no tendremos más que conformarnos con ser testigos del acto final en que se levante el telón, para culminar con la farsa de las próximas elecciones de Noviembre, que desde ya se perfilan como una afrenta más al noble pueblo hondureño. El modelo económico que hoy agobia al mundo, puede evitarse solamente bajo una democracia auténtica, que sustituya a la pseudo democracia decadente que nos vienen imponiendo por la fuerza de las armas.
Puede leer el original en: http://www.tiempo.hn/editorial/item/5954-honduras-%E2%80%9Cen-el-nuevo-orden-mundial%E2%80%9D
Mucha gente ha oído hablar del Grupo Bilderberg, Illuminati o la Comisión Trilateral. Pero ¿cuáles son los nombres de las familias que dirigen el mundo y tienen un control de los Estados y las organizaciones internacionales como la ONU, la OTAN o el FMI?
Para intentar responder a esta pregunta, podemos empezar con la más fácil: el inventario, los bancos más grandes del mundo, y ver quiénes son los accionistas y quién toma las decisiones.
Entre las Compañías más grandes del mundo se encuentran ahora: Bank of America, JP Morgan, Citigroup, Wells Fargo, Goldman Sachs y Morgan Stanley.
Vamos ahora a revisar quienes son sus accionistas.
Bank of America:
State Street Corporation, Vanguard Group, BlackRock, FMR (Fidelity), Paulson, JP Morgan, T. Rowe, Capital World Investors, AXA, Banco de Nueva York, Mellon.
JP Morgan:
State Street Corp., Vanguard Group, FMR, BlackRock, T. Rowe, AXA, Capital Mundial del Inversor, Inversor Capital Research Global, Northern Trust Corp. y Bank of Mellon.
Citigroup:
State Street Corporation, Vanguard Group, BlackRock, Paulson, FMR, Inversionista Capital Mundial, JP Morgan, Northern Trust Corporation, Fairhome Capital Mgmt y el Banco de Nueva York Mellon.
Wells Fargo:
Berkshire Hathaway, FMR, State Street, Vanguard Group, Capital World Investors, Blackrock, Wellington Mgmt, AXA, T. Rowe y Davis Selected Asesores.
Podemos ver que ahora parece que hay un núcleo presente en todos los bancos:. State Street Corporation, Vanguard Group, BlackRock y FMR (Fidelity) Para evitar que se repitan, ahora los llaman los«cuatro grandes».
Goldman Sachs:
«Los cuatro grandes», Wellington, Capital World Investors, AXA, Massachusetts Financial Service y T. Rowe.
Morgan Stanley:
«Los cuatro grandes», Mitsubishi UFJ, Franklin Resources, AXA, T. Rowe, el Banco de Nueva York Mellon Asociados e Jennison. Rowe, el Banco de Nueva York Mellon y Asociados Jennison.
Podemos casi siempre verificar los nombres de los principales accionistas. Para ir más lejos, ahora podemos tratar de averiguar los accionistas de estas compañías y los accionistas de los bancos más importantes del mundo.
Banco de Nueva York Mellon:
Davis Selected, Massachusetts Financial Services, Capital Research Global Investor, Dodge, Cox, Southeatern activos Mgmt. y … «Los cuatro grandes».
State Street Corporation (uno de los «cuatro grandes»):
Massachusetts Financial Services, Capital Inversor Global Research, Barrow Hanley, GE, Putnam Investment and … Los «cuatro grandes» (accionistas ellos mismos!).
BlackRock (otro de los «cuatro grandes»):
PNC, Barclays e CIC.
¿Quién está detrás de la PNC? FMR (Fidelity), BlackRock, State Street, etc
Y detrás de Barclays? BlackRock.
Y así podríamos seguir durante horas, pasando por los paraísos fiscales en las Islas Caimán, Mónaco o el domicilio legal de las compañías Shell en Liechtenstein. Una red donde las empresas son siempre los mismos, pero nunca un nombre de una familia.
En resumen: los ocho principales empresas financieras de Estados Unidos (JP Morgan, Wells Fargo, Bank of America, Citigroup, Goldman Sachs, EE.UU. Bancorp, Bank of New York Mellon y Morgan Stanley) son 100% controlados por diez accionistas y tenemos cuatro empresas siempre presentes en todas las decisiones: BlackRock, State Street, Vanguard y Fidelity.
Además, la Reserva Federal está compuesta por 12 bancos, representada por una junta de siete personas, que incluye a representantes de los «cuatro grandes», que a su vez están presentes en todas las demás entidades.
En pocas palabras, la Reserva Federal está controlado por cuatro grandes empresas privadas: BlackRock, State Street, Vanguard y Fidelity. Estas empresas controlan política monetaria de EE.UU. (y del mundo) sin ningún tipo de control o una elección «democrática». Estas empresas están marcha y participan en la actual crisis económica mundial y han logrado llegar a ser aún más enriquecidas.
En este episodio, Max Keiser y Stacy Herbert discuten el hecho de que los mercados no son los que matan las economías sino los banqueros gánsteres. También hablan del fondo bursátil de cobre de JP Morgan en Londres y de Blythe Masters, la famosa piraña de materias primas. En la segunda parte del programa, Max Keiser conversa con David Hales.
Las campañas de vacunación forman parte de la política demográfica de control poblacional, según afirma en una entrevista el ex empleado del Banco Mundial (BM) John F. May. De acuerdo con May, demógrafo ya jubilado que trabajó durante 10 años en el BM, las campañas de vacunación, especialmente las llevadas a cabo en los llamados ‘países de fecundidad alta’, son medios para lograr la reducción de la población en esas naciones.
Los sistemas utilizados para implementar las políticas de población (el conjunto de medidas que buscan producir cambios cuantitativos y cualitativos en los procesos demográficos) son “acciones concretas como las campañas de vacunación para la planificación familiar”, señaló el demógrafo en una entrevista publicada esta semana en el diario francés ‘Sens Public’.
En sus declaraciones, May también aseguró que el BM juega un papel muy importante en la reducción general de la población. Esta no es la primera ocasión en la que un funcionario del BM habla acerca de las estrictas políticas de control de población implementadas por el organismo en el tercer mundo. Ya en 1984, uno de sus informes sobre el desarrollo mundial sugería el uso de camionetas y campos de esterilización para facilitar la aplicación de sus políticas en naciones tercermundistas.
El reporte también amenazaba a aquellas naciones que implementaran con retraso sus políticas poblacionales con tomar “medidas drásticas, menos compatibles con las elecciones individuales y la libertad”. Otros estudio más reciente, elaborado por Neil Z. Miller y Gary S. Goldman, apunta que existe una relación estadística directa entre el número de vacunaciones y las tasas de mortalidad infantil en el mundo desarrollado.
Así, aunque USA administra un elevado número de vacunas, cuenta con la tasa de mortalidad infantil más alta de todos los países desarrollados. Organismos como el BM, la Organización Mundial de la Salud y fundaciones como la de Bill y Melinda Gates invierten millones de dólares en el suministro de vacunas a países subdesarrollados y son defensores de los alimentos genéticamente modificados.
Sin embargo, como apuntaron Miller y Goldman en su informe, “todas las naciones ricas y pobres, desarrolladas y en desarrollo, tienen la obligación de determinar si sus programas de inmunización están alcanzando los objetivos deseados “.
Como siempre que se dan a conocer este tipo de datos, es importante no caer imprudentemente en un análisis parcializado de las cosas, entrando directamente de lleno en uno solo de los costados de la polaridad: o sea, no se trata sólo de o defender la “conspiración” o denunciarla. La situación tiene sus propios matices y no dejarse llevar por interpretaciones tendenciosas a uno u otro costado del camino puede ayudar a comprender y a arrojar un poco de luz al respecto de este tema.
El reporte ha sido reproducido por el sitio de noticias ruso, Russia Today, gran promotor de numerosas teorías conspirativas, como parte de una guerra informativa que libran los países emergentes (sobre todo Rusia y China) con Occidente. Esta guerra, negada tanto por unos como por otros, insiste en arrojar versiones que se contraponen, manteniendo al observador preso de una polaridad que puede ser o no ilusoria, pero que sin dudas divide las aguas y muestra a foristas en Internet combatiendo retoricamente por una misma realidad relatada de maneras opuestas.
A pesar de que la noticia se conoce gracias a una entrevista en un diario francés y ha sido altamente reproducida en la web por sitios rusos y chinos, no es poco cierto que grupos elitistas en el mundo entero aún conservan algunas ideas malthusianas de control de natalidad para regular variables económicas. En este marco, lo que las teorías de la conspiración catalogan como “reducción de la población” puede ser leído en otros ámbitos como “control de la natalidad” en manos de malthusianos.
El malthusianismo es una teoría postulada a finales del siglo XVIII por el economista y demógrafo inglés Robert Malthus en su Ensayo sobre la población mundial, que sostiene principalmente que la población se incrementaba en progresión geométrica, mientras que los alimentos sólo lo hacían en progresión aritmética.
A fin de solventar este desequilibrio, Malthus proponía un estricto control de la natalidad: es decir, controlar el crecimiento de la pirámide poblacional para evitar desbalanceos irreparables. Esto, en realidad, tiene como objetivo preservar el sistema económico imperante y no buscar el beneficio de la humanidad entera, lo que le da argumentos a los teóricos de la conspiración para asegurar que el malthusianismo es una herramienta de control maligno más que una forma de percibir una realidad de manera pragmática.
En vistas de la tremenda explosión demográfica que sufre el planeta hoy en día, una de las fuertes críticas que podría realizarse al malthusianismo es la falta de sinceridad de las elites para tratar de preservar un sistema que cada día se muestra más injusto y en donde una minoría cada vez más pequeña designa el destino de una amplia mayoría, que poca o ninguna injerencia tiene en las grandes decisiones a nivel mundial.
Si bien se ha intentado mantener oculto o “debajo de la línea de radar” la aplicación efectiva de este tipo de políticas malthusianas, argumentando mayormente que las ideas de control de población fueron descartadas, cada tanto se puede leer en los diarios o se pueden encontrar videos en la web con declaraciones de miembros de la elite mundial (Club Bilderberg, Club de Roma, Trilateral Commission, etc) que muestran estas intenciones veladas, como fue el caso de Bill Gates y su cálculo fallido sobre la vacunación mundial.
Y es esta falta de sinceridad la que justifica la idea de “conspiración” de los teóricos: si estas políticas se llevan adelante para preservar un sistema injusto, que sólo busca mantener el poder de las elites en detrimento de la vida de miles de millones de seres humanos, obviamente debe ser ejecutado en relativo secreto para no provocar una rebelión generalizada en todo el mundo.
Así, la propagación de información al respecto de las vacunas, los alimentos transgénicos y la comida chatarra, las guerras prefabricadas, los clapsos económicos programados o los ataques terroristas de falsa bandera, inevitablemente son percibidos como una conspiración de las elites imperantes o, en otras palabras, los países emergentes acusan a los organismos que detentan el poder mundial de querer establecer una dictadura fascista de nivel global.
La pregunta que surge de ver quiénes son los que difunden una y otra información es simple: ¿Los planes de las elites buscan establecer un Nuevo Orden Mundial (que de nuevo no tendría nada más que el nombre) o simplemente quieren mantener el statu quo controlando que la población, literalmente, no se les salga de madre? En el pivoteo entre estas dos variables se encuentra la respuesta, que carece de elementos mágicos, secretos ocultos y demás versiones surrealistas que mantienen a la población alejada de un análisis más concreto de la situación mundial actual.
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