Arqueólogos en España han desenterrado una de las imágenes más antiguas de Jesús, arrojando así nueva luz sobre la apariencia de la Cristiandad en la península Ibérica.
Grabado en un plato de vidrio (llamado patena) que data del siglo 4 d.C., Jesús es representado sin barba y con cabello corto y rizado. Ataviado con una toga de filósofo, el nazareno está flanqueado por otros dos hombres sin barba que se piensa pueden ser los apóstoles Pedro y Pablo. Todos tiene un halo sobre sus cabezas.
Este plato, que mide unos 22 centímetros de diámetro, se cree fue utilizado para el pan durante los rituales de Eucaristía cristianos. Al ser desenterrado, estaba roto en varios fragmentos. El primitivo objeto fue encontrado dentro de un edificio en el ancestral pueblo de Cástulo, en Andalucía. De acuerdo a Marcelo Castro, jefe de la excavación FORVM MMX autora del descubrimiento, la construcción fue erigida en la segunda mitad del siglo 4 d.C. y abandonada un siglo después. «Sabemos que data del siglo 4 después de Cristo, en parte porque en los siglos siguientes los papas ordenaron que todas las patenas fueran hechas de plata», declaró Castro ante los medios locales.
Además, la datación coincide con el gobierno del emperador romano Constantino, quien puso punto final a la persecución a la que se vieron sometidos los cristianos. Siendo una de las representaciones de Jesús más antiguas jamás halladas en territorio español, el plato de vidrio se destaca por tener una tonalidad verde y —a pesar de hallarse roto— estar en un excelente estado de conservación. Hasta ahora los arqueólogos han logrado reunir el 81 por ciento de los fragmentos que componían la patena original. Según Castro, lo observado en el plato se encuentra en línea con el Cristo de la iconografía de la Majestad. Copia los estilos romanos y bizantinos. Los primeros artistas cristianos siempre retrataron a Jesús en el centro de la composición, a menudo rodeado de otros personajes sagrados.
En la patena de vidrio, Jesús sostiene una cruz en una de sus manos —símbolo de la resurrección— y las sagradas escrituras en la otra. Ambas figuras que se disponen a su lado, posiblemente los apóstoles Pedro y Pablo, llevan un rollo en sus manos.
«La escena tiene lugar en la orbe celestial, enmarcada entre dos palmeras, que en la iconografía cristiana representan la inmortalidad, la otra vida y el Cielo, entre otras cosas», aclaran los investigadores. La patena se encuentra actualmente en exposición en el Museo Arqueológico de Linares, Andalucía.
El crismón presente en la patena representa el Alfa y el Omega, el principio y el fin, y realza la idea de inmortalidad, realeza y divinidad que se pretendía obtener con este Cristo en majestad. «Yo soy el Alfa y el Omega -dice el señor Dios- el que es y que era y que ha de venir, el Todopoderoso» (Libro del Apocalipsis 1, 8).
Fuente: http://www.elmundo.es/ciencia/2014/10/02/542c5234e2704ea0458b4582.html
Debe estar conectado para enviar un comentario.