La autoridad del Papa y el Sacerdocio según fuentes Católicas

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El sustituto de Dios en la tierra

  1. «El Papa es de tan grande dignidad y ensalzado que no es un simple hombre
    sino como si fuese Dios, el Vicario de Dios. El Papa es de dignidad tan
    sublime y suprema que hablando con propiedad no ha sido establecido en
    algún grado de dignidad sino mas bien ha sido colocado en la misma
    cúspide de todas las dignidades. El Papa es llamado santísimo porque se
    presume que legítimamente lo es. Sólo él es santo. Sólo el Papa merece
    ser llamado santísimo porque únicamente él es el vicario representante de
    Cristo, manantial, fuente y plenitud de toda santidad. El Papa es el monarca
    divino, emperador supremo, rey de reyes y señor de señores. De allí que el
    Papa lleva una corona triple como rey del cielo, rey de la tierra y rey de las
    regiones inferiores. Además, la autoridad y el poder del Pontífice Romano
    no se refieren solo a las cosas celestiales, a las terrenales y a las que están
    debajo de la tierra, sino que llegan hasta sobre los ángeles pues es mayor
    que ellos. De manera que si se pudiera dar el caso de que los ángeles
    errasen en la fe o pensasen en forma contraria a la fe, podrían ser
    juzgados y excomulgados por el Papa. El Papa tiene tan grande dignidad
    y poder que forma uno con Cristo el mismo tribunal. El Papa es como Dios
    en la tierra.» Enciclopedia Católica, Tomo 3, p. 139, Art. Papa».
  2. «El Papa es como si fuese Dios en la tierra –sólo soberano de los fieles de
    Cristo, principal rey de reyes y señor de señores, que tiene la plenitud del
    poder, a quien Dios el Omnipotente le ha confiado no solo la dirección de
    lo terreno sino también del reino celestial. El Papa tiene tan grande
    autoridad y poder que puede modificar, explicar, abolir, interpretar o
    cambiar aún las leyes divinas.» Prompta Biblioteca Canónica, Jurídica,
    Moralis, Teológica, nec non Ascética. Polémica, Rubristica, Histórica. La
    primera edición de este libro fue en 1746. La cita se encuentra en Lucious
    Ferraris, Artículo, «Papa», Tomo 6, p. 26.
  3. En la cuarta sesión del Quinto Concilio de Letrán, una homilía fue dirigida
    al Papa con las siguientes palabras: «Oh Padre santísimo, tú eres nuestro
    pastor, tú eres nuestro médico, tú eres nuestro director, tú eres el labrador,
    finalmente tú eres nuestro Dios aquí en la tierra.» Acta Conciliorum, Tomo
    9, p. 1651.
  4. El Catecismo de New York dice: «El Papa ocupa el lugar de Jesucristo en
    la tierra. . . Él es el verdadero Vicario de Cristo, la cabeza de la iglesia
    entera y el padre y maestro de todos los cristianos. Él es el gobernante
    absoluto, el fundador de los dogmas, el autor y juez de los concilios, el
    gobernante universal de la verdad, el árbitro del mundo, el juez supremo en cielo y tierra, el juez de todos, quien no puede ser juzgado por nadie. Es Dios mismo en la tierra.» Loraine Boettner, Roman Catholicism,p127
  5. León XIII en una encíclica del 20 de Junio de 1894 afirmó:
    «Nosotros ocupamos sobre la tierra el lugar del Dios Omnipotente.» Las
    Grandes Cartas Encíclicas de León XIII, p. 304.
  6. «Si el Papa errara imponiendo pecados y prohibiendo virtudes, la iglesia
    aún estaría obligada a considerar que los pecados son buenos y las
    virtudes son malas». Estas palabras de Belarmino en su libro Romano
    Pontífice, las cita el autor Pedro de Rosa en su libro Vicarios de Cristo, p.
    71.
  7. El Papa Bonifacio VIII hizo la siguiente declaración: «Declaramos que es
    absolutamente necesario que toda criatura humana se sujete al Pontífice
    Romano para que pueda ser salvo.» Loraine Boettner, Roman
    Catholicism, p. 408.
  8. El Concilio de Trento declaró: «Sin el sacerdote, la muerte y la pasión de
    nuestro Señor no nos beneficiaría. Ved cuan grande es el poder del
    sacerdote! Por solo una palabra que sale de sus labios convierte a un
    pedazo de pan en Dios! Esto requiere mayor poder que la creación de un
    mundo. Si yo me encontrara con un sacerdote y con un ángel, saludaría al
    sacerdote antes de saludar al ángel. El sacerdote ocupa el puesto de Dios.»
    Loraine Boettner, Román Catholicism, p. 51.
  9. La Ley Canónica #88 dice: «El sacerdote debe recordar que al escuchar
    la confesión, él es juez.»
  10. La Ley Canónica #870 dice: «En el confesionario el ministro tiene el poder
    de perdonar todos los crímenes que se han cometido después del bautismo.»
  11. Cuando el sacerdote se le confiere la ordenación, se pronuncian las
    palabras:»Tú eres sacerdote para siempre según el orden de Melquisedek».
    También se le llama «Alter Christus», es decir,»otro, Cristo». Hay que
    estudiar Hebreos 7 para ver que gran blasfemia es ésta.
  12. «Se puede decir que en cierto sentido, el sacerdote es el creador de su
    creador, pues cuando pronuncia las palabras de consagración, el crea, por así
    decirlo, a Jesús en el sacramento, dándole una existencia sacramental. Oh
    feliz oficio del sacerdote! El que me creó a mí,me dió el poder de crearlo a
    Él; y el que me creó sin mí es creado por mí! 11 San Alfonso de Ligorio, La
    Dignidad v los Deberes del Sacerdote o Selva, pp. 32,33.
  13. «El perdón de un solo pecado requiere toda la omnipotencia deDios. Pero lo
    que solo Dios puede hacer por medio de Su omnipotencia lo puede hacer
    también el sacerdote cuando dice: lego té absolvo. En verdad, no es
    exagerado decir, que en virtud de su supremo oficio, los sacerdotes son otros tantos dioses.» San Alfonso de Ligorio, La Dignidad y los Deberes del Sacerdote o Selva, pp. 3436.
  14. «Por la celebración de una sola misa, en la cual ofrece a Jesucristo en sacrificio, un sacerdote le dá más honor al Señor que si todos los hombres al morir por Dios, le ofrecieran el sacrificio de sus vidas. Con una sola misa, le rinde más honor a Dios que todos los ángeles y santos juntos con la virgen María, le han dado o le darán, pues el culto de ellos no puede ser de valor infinito, como el del sacerdote celebrando en el altar ofrendas a Dios». Ligorio, p. 25.
  15. «Concerniente al poder que tienen los sacerdotes sobre el verdadero cuerpo de Cristo, es motivo de fe que cuando pronuncian las palabras de consagración, el mundo incarnal se ve obligado a obedecer y de colocarse en sus manos bajo las especies sacramentales del pan el vino». Ligorio, p. 26.
  16. «Nos maravillamos con grande admiración cuando nos damos cuenta que al
    pronunciar Sus sacerdotes las palabras –hoc est corpus meum—Jesús les
    obedece. Dios mismo desciende al altar, y viene cuantas veces lo llaman y
    tan a menudo lo llamen y se coloca en sus manos aún cuando éstos sean sus
    enemigos. Y después de haber venido, Él permanece completamente a
    disposición de ellos para que lo muevan como les plazca de un sitio a otro.
    Si ellos quieren pueden encerrarlo en el templo, o colocarlo sobre el altar,
    o sacarlo de la iglesia; si desean pueden comer su carne o dar su carne
    como alimento a otros». Ligorio, pp. 26,27.
  17. «Además de esto, el poder del sacerdote es mayor que el de la bendita
    virgen María, pues, aunque esta madre divina puede orar por nosotros y
    obtener todo lo que ella quiera, ella no puede absolver ni a un solo cristiano
    de su pecado más pequeño». Ligorio, p. 31
  18. «Y cuando el sacerdote pronuncia las tremendas palabras de
    consagración, él alcanza hasta el cielo, hace que Jesús descienda de su
    trono, y lo coloca sobre el altar para ser ofrecido de nuevo como la víctima
    por los pecados del hombre. Este es un poder mayor que el de monarcas y
    potentados. Es mayor que el poder de los santos y los ángeles, mayor que
    el poder de los serafines y querubines. En efecto, es mayor aún que el
    poder de la Virgen María. Pues, mientras que la bendita virgen fué la
    agente humana por medio de la cual Cristo se encarnó una sola vez, el
    sacerdote hace que Cristo descienda del cielo y lo encarna sobre el altar
    como víctima eterna por los pecados del hombre –y no una vez sino miles de
    veces! El sacerdote habla, y Cristo, el Dios eterno y omnipotente inclina
    su cabeza en obediencia humilde al mandato del sacerdote». Our Sunday
    Visitor, Junio 14, 1936.
  19. «Así es que el sacerdote puede ser llamado el creador de su Creador,
    pues cuando pronuncia las palabras de consagración, él crea, por así
    decirlo, a Jesús en el sacramento, dándole una existencia sacramental y
    presentándolo como una víctima para ser ofrecida al Padre eterno. Así
    como fué suficiente que en la creación del mundo Dios dijera «sea
    hecho y fué hecho» –Él habló Y existió– así también es suficiente que el
    sacerdote diga: hoc est corpus meum y he aquí que el pan ya no es pan sino
    el cuerpo de Jesucristo. San Bernardino de Siena dice que el poder del sacerdote es el poder de una persona divina pues la transubstanciación del pan exige tanto poder como la creación del mundo». Ligorio, pp. 32-33.
  20. «El sacerdote ocupa el puesto del Salvador mismo, pues cuando el
    sacerdote dice: «ego té absolvo» en verdad absuelve de pecado». Ligorio,
    p. 34.
  21. «Con respecto al cuerpo místico de Cristo, es decir, de todos los fieles, el
    sacerdote tiene el poder de las llaves. Tiene el poder para librar a los
    pecadores del infierno o de hacerlos dignos del paraíso o de cambiarlos de
    esclavos de Satanás a hijos de Dios. Y Dios mismo se ve obligado a
    atenerse a la decisión de sus sacerdotes y perdonar el pecado si el
    sacerdote da absolución, y no perdonar si no la da». Ligorio, p. 27.
  22. «Si el Redentor descendiera a la iglesia y se sentara en el confesionario
    para administrar el sacramento de la penitencia y el sacerdote se sentara en
    otro confesionario, y Jesús le dijera a cada penitente «ego té absolvo» y el
    sacerdote también le dijera a cada uno de sus penitentes «ego té absolvo»
    los penitentes del uno y del otro serían igualmente absueltos». Ligorio, p.
    28.
  23. «Cuánto nos maravillaríamos si viéramos a una persona investida con el
    poder de cambiar a una persona de negra a blanca; pero el sacerdote hace
    algo mucho más maravilloso, pues cuando dice «ego té absolvo» cambia al
    pecador de enemigo a amigo de Dios, y de reo del infierno a heredero del
    paraíso». Ligorio, p. 33.
  24. «Según San Ambrosio, cuando el sacerdote absuelve a un pecador, está
    desempeñando la idéntica función del Espíritu Santo quien santifica a las
    almas». Ligorio, p. 36.
  25. Cuando el Papa es coronado, según el Almanaque Católico Nacional, el
    Cardenal pronuncia las siguientes palabras: «Recibid la triara que está
    adornada con las tres coronas y sepas que tú eres el Padre de los príncipes y
    reyes, el gobernante del mundo y el Vicario de nuestro Salvador
    Jesucristo». Loraine Boettner, Román Catolicismo, p. 127.
"No tienen conocimiento los que llevan su ídolo de madera y suplican a un dios que no puede salvar." (Isaias 45:20 b)

«No tienen conocimiento los que llevan su ídolo de madera y suplican a un dios que no puede salvar.» (Isaias 45:20 b)

«No te harás imagen ni ninguna semejanza de lo que esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra. No te inclinarás a ellas ni las honrarás, porque yo soy YHVH, tu Dios, fuerte, celoso,…» (Ex. 20:4-5)