Una Tercera Guerra Mundial para un Nuevo Orden Mundial. Razones y posibilidades

Basta una recorrida por los diarios del mundo para tomar conciencia de que todo el sistema de Cultura Occidental y Cristiana parece a punto de colapsar definitivamente.

La economía es un caos creciente que viene arrollando las superestructuras formadas hacia el final de la Guerra Fría y nadie podría apostar a que se recuperará en lo cercano; más bien, la amenaza de un colapso es no sólo inminente sino también definitiva.

Los sistemas políticos tampoco son funcionales ya, ni tampoco sustentables. La democracia como panacea de la Modernidad no se aplica. Los gobiernos que obra en su nombre no son más que camarillas reducidas sostenidas por intereses económicos donde los pueblos solamente son una representación que maquilla la situación.

Esto se comprueba con la creciente supresión de derechos y libertades que intentan afectar incluso a la Internet. El control sobre los individuos es cada vez más creciente, desde las leyes inmigratorias cada vez más exigentes en Europa y en Estados Unidos, donde desde marzo del año 2013 la ley obligará a todos los ciudadanos a implantarse un “chip” para controlar “su salud”.

Los sistemas religiosos también van camino de la ruina; en el Oriente el Islam ha sido desvirtuado por los líderes que lo utilizan para justificar una “Jihad” contra Occidente, donde a su vez, la poderosa Iglesia Católica pierde credibilidad y poder aceleradamente aguijoneada por la liviandad e inmoralidad de sus estructuras más encumbradas.

La pérdida de los valores a nivel global es lacerante; la violencia preside cada vez la historia de las comunidades. En el medio, un Benedicto XVI, celoso custodio del poder de la estructura Católica clama a Dios pidiendo misericordia para la humanidad frente a los profetizados eventos finales que parecen avecinarse.

En medio de ese panorama se habla cada vez más abiertamente de una guerra que se iniciaría contra Irán pero que sus consecuencias comprometerían a todo el Globo. Estados Unidos mantiene desde unos meses una poderosa flota navegando en círculos en torno al Estrecho de Ormuz, mientras los rusos hacen lo propio mientras apoyan a Irán y al régimen de Siria.

En China, el Segundo Cuerpo de Artillería del Ejército Popular de Liberación, responsable de los misiles estratégicos, habría ya recibido órdenes de lanzar un “ataque nuclear preventivo” frente a un posible escenario donde sus fronteras, instalaciones nucleares o ciudades se vieran amenazadas.

Debajo de los chinos, India y Pakistán prueban misiles balísticos, mientras coreanos del norte y del sur movilizan tropas y lanzan cohetes con satélites militares y también prueban sus vectores con capacidad de carga nuclear.

El líder chino Hu Jintao –según un boletín del Ministerio de Defensa ruso, citado por los principales diarios europeos-, sostiene que la “agresión de Occidente y de Estados Unidos es inminente” y que la única forma de detenerla es una “acción militar directa e inmediata”, por lo que ha llamado a sus fuerzas navales “prepararse para la guerra”.

Más adelante, el informe dice que “China no dudará en proteger a Irán aún si para ello se necesita una Tercera Guerra Mundial”. Uno de sus párrafos más preocupantes señala que “Estados Unidos está preparando un “solución máxima” a la crisis del Medio Oriente si es que llega a estallar la guerra nuclear al atacar a Siria con agentes biológicos mortales con la intención de matar a decenas de millones de ciudadanos inocentes”.

Las razones de la locura

Básicamente, esta demencia impulsada por Estados Unidos asociado con Israel tiene una razón económica. El descalabro del sistema financiero mundial agobiado por el peso de una deuda de 100 Trillones de dólares que nadie puede pagar, según un reporte calificado como “impactante” del periodista e investigador Greg Hunter titulado “¿Se está saliendo el mundo de control?”.

Los republicanos están convencidos de que la guerra es la única salida para “licuar” todo, la deuda, los regímenes y armar un nuevo orden mundial, donde ellos naturalmente, serían los líderes. Obama, desde el sector demócrata, trata de hacer todo posible para asfixiar a Irán, pero fuentes de la Casa Blanca han deslizado que el Presidente, en el fondo está convencido como sus opositores y los judíos de que lo único que puede volver a poner todo en su lugar, es paradójicamente, la guerra.

A probar que ésta la solución que piensan aplicar viene el anuncio de que el proyecto de ley del Presupuesto norteamericano ya incluye los gastos militares de una escalada contra Irán, según reveló el congresista demócrata Dennis Kucinich, este pasado jueves 17 de mayo.

En el documento se contempla el envío de aviones, municiones y combustible para operaciones en el Golfo Pérsico por mar y por aire; además del refuerzo de la flota estacionada en la región para “larga campaña militar contra una serie de instalaciones nucleares y militares de Irán».

En opinión de los analistas internacionales, las acciones militares contempladas en este proyecto ley ya aprobado por el Comité de Servicios Armados de la Cámara de Representantes y que para el año fiscal 2013 prevé unos gastos en Defensa de más de 642.000 millones de dólares, no sólo no obtendría los resultados que se buscan sino éstos que terminarían siendo catastróficos para los intereses norteamericanos.

Las consecuencias globales

Nunca desde la “Crisis de los Misiles” en 1962 cuando Estados Unidos y Rusia estuvieron a centímetros de la contienda nuclear el mundo se había visto tan cerca de una guerra de consecuencias impredecibles.

Por eso es que aventurar qué ocurrirá si Estados Unidos e Israel van contra Irán sobrepasa el terreno de lo posible y se instala en las conjeturas.

Para algunos, desde el punto de vista económico, sobrevendría una recesión desconocida que retrasaría en décadas al mundo globalizado. La magnitud de la destrucción llevaría al mundo a una nueva concepción de lo que debe ser la humanidad, quizás instalando un nuevo y más sincero sentido de religiosidad.

La crisis humanitaria sería mayúscula por la cantidad de desplazados que se movilizarían buscando qué comer, lo cual haría que la comida y el agua lleguen a cuidarse y cotizarse muy caros; algo que ya el Apocalipsis adelanta (Capítulo VI).

La muerte asolaría a consecuencia de las pandemias desatadas, máxime si se hace caso a ciertos informes rusos que denuncian que Estados Unidos tiene preparados misiles bacteriológicos para esparcir un virus mutante de influenza.

La fauna y la flora se verían afectados por la dispersión de nubes radioactivas, sin contar la posibilidad de un invierno nuclear en una hipótesis de máxima, lo cual según un informe de National Geographic, llevaría a la extinción de especies y a la desaparición de por lo menos un 40% de la población humana.

Asistimos a la paradoja más grande de los últimos tiempos; Estados Unidos, la gran democracia liberal, es por estas horas el ariete que está acometiendo contra la puerta que contiene a la Bestia de la guerra encerrada aún. Si llegan a abrirla, quizás la humanidad destape una Caja de Pandora, que únicamente ese don dado exclusivamente al ser humano puede mantener cerrada: la razón. Lo demás es impredecible.-

Por Ernesto Bisceglia 

Fuente: http://www.elintransigente.com

Breve CV de Ernesto Bisceglia

Periodista, escritor y docente de Filosofía, Formación Ética y Ciudadana, Historia del Pensamiento Jurídico y Político, Historia de las Religiones.

Ha publicado «Estampas de Salta» (1997); «Salta, el Capítulo de la Fe» (1998); «Masones, liberales y jacobinos, la otra guerra de Belgrano» (2005); «Formando Ciudadanos, un desafío cívico» (Manual, 2009); «El Pueblo debe saber de qué se trata – Doscientos años de Periodismo en la Argentina» (2009); «El Alma Franciscana de Salta» (2010); «Compendio de Historia de la Iglesia y la Evangelización americana, en las Provincias Unidas y en el Obispado de Salta» (2010). En el género de Novela, ha publicado «Su Santidad, el Anticristo» , premiada en los Concursos Literarios Provinciales 2010. Tiene publicados varios trabajos de investigación sobre temas docentes y jurídicos.