A Netanyahu le preocupa más eliminar Palestina de la agenda internacional que la bomba atómica de Irán

Miembro del Parlamento israelí en dos ocasiones entre 1965 y 1981, siempre por partidos de izquierdas, Uri Avnery ha criticado la ocupación desde diferentes tribunas. Desencantado de la política, fundó en 1993 la organización de derechos humanos Gush Shalom.

El presidente de Gush Shalom en su vivienda de Tel Aviv. (E. Jara)

Uri Avnery (Beckum, Alemania, 1923) se trasladó con su familia a Israel cuando Hitler tomó el poder en 1933. Dejó el grupo terrorista judío Irgún seis años antes de que se fundase el estado de Israel porque no estaba de acuerdo con sus tácticas violentas, aunque en 1948 luchó con el Ejército. Su compañía, Samson’s Fox, hirió al soldado que luego se convertiría en uno de los presidentes más destacados de Egipto, Gamal Abdel Nasser. En 1982 consiguió entrar en el Beirut sitiado para hablar con Yasser Arafat, hecho que le valió que su madre lo desheredara.

En una de las newsletters de su organización, prometía que Israel no atacaría Irán. ¿Cómo puede estar tan seguro?

Para Estados Unidos atacar Irán sería una pura catástrofe e Israel no puede hacer nada en absoluto sin su previa aprobación. Además, estamos en plena campaña electoral y en EE.UU. nada importa más que eso. Para Obama, desatar un evento catastrófico en medio de la campaña es una completa locura.

¿Se da cuenta de esto Benjamin Netanyahu? ¿Cree en una amenaza real por parte de Irán?

Antes que nada tienes que darte cuenta de que estamos hablando de un mentiroso patológico. Netanyahu utiliza a Irán para conseguir algo que es mucho más importante que Irán y su bomba atómica: empujar el tema palestino fuera de la agenda de Israel, de EE.UU. y del mundo.

¿Quiere decir que si Obama no estuviese en plena campaña electoral obraría de otra forma?

No. Sabe que es una locura. Irán tiene el tamaño de España, Francia, Italia y Alemania juntos. No es un país que conquistas en una semana, declaras la victoria y te vas a casa. Pero lo más importante es el estrecho de Ormuz. Tiene 35 km de ancho y 30 km de largo. El petróleo de Arabia Saudí, Emiratos Árabes, Bahrein, Catar, Kuwait, Irak e Irán pasa por el estrecho. Te doy un horario de lo que podría suceder: a las 10 de la mañana se bombardea una instalación nuclear iraní; a las 10.05 Irán cierra el estrecho de Ormuz; a las 10.10 el precio del barril de petróleo pasa de ser de 100 dólares a 300. Es una catástrofe de dimensiones que no podemos ni imaginar. Y para levantar el bloqueo del estrecho, EE.UU. tiene que conquistar físicamente un gran trozo del país. Y esto es una guerra de grandes proporciones, muchísimo peor que la de Vietnam. Los republicanos ahora hablan mucho de ello, pero está claro que si ganasen no lo harían ni en sueños.

Pero eso no elimina el hecho de que Irán pueda estar construyendo una bomba atómica y que ha declarado en multitud de ocasiones que quiere destruir Israel.

¿Y qué si tienen una bomba atómica? Hace 25 años las declaraciones de Mordechai Vanunu, un técnico israelí de Dimona, hicieron a los científicos estimar que Israel poseía 200 bombas. Imagina cuántas tendremos ahora. Tenemos barcos alemanes capaces de transportar todo lo que tenemos y podríamos hacer a Irán desaparecer del mapa. Probablemente Israel también desaparecería, pero yo creo que ni el más fanático iraní sacrificaría todo su país por un ataque.

Decía en una de sus newsletters que Israel había perdido la oportunidad de ponerse del lado de los manifestantes de la Revolución egipcia; más tarde escribió que le gustaría que Israel ayudase a echar a Bashar al Asad de Siria, pero que era imposible porque el apoyo israelí solo perjudicaría a los manifestantes. ¿Hay algo que Israel podía haber hecho?

Sabemos que cualquier apoyo israelí a cualquier grupo árabe es el beso de la muerte. Para poder jugar un papel en la región, tiene que cambiar completamente, empezando por hacer la paz con los palestinos. Ahora no podemos hacer nada en absoluto, a no ser que queramos perjudicar a alguien. Así que públicamente no se ha hecho nada, pero silenciosamente se ha apoyado a los dictadores, porque convenían.

¿Incluso a Bashar al Asad?

Especialmente Bashar al Asad. Estamos en posesión de una parte de Siria, los Altos del Golán. Asad alimentó a Hezbolá y le vendió armas para que atacase a Israel, pero en el propio frente sirio no se ha disparado una sola bala desde 1973. Al Asad es muy conveniente, sobre todo si pensamos que no sabemos quién puede venir después.

La vida política y espiritual de Israel tiende hacia la radicalización. ¿Desde cuándo y por qué?

Sucede desde los últimos diez años. La primera razón es la demográfica. Los israelíes de derechas y los ultraortodoxos tienen unos diez hijos. Los procedentes de Europa tienen solo uno o dos. La otra razón la encontramos en un hombre llamado Ehud Barak, actual ministro de Defensa. Cuando fue elegido primer ministro en 1999, miles de personas celebraron el fin del primer gobierno de Netanyahu y la llegada de Barak. Fue elegido líder de la izquierda, del movimiento de paz. Poco después se reunió con Arafat en Camp David, y dijo que le iba a ofrecer algo que no podía rechazar, aunque no era ni de lejos el mínimo que cualquier palestino podría aceptar. Cuando volvió a Israel, dijo: «Los palestinos nos quieren echar al mar, les he ofrecido todo lo que podrían querer y lo han rechazado. No tenemos contraparte para la paz». Fue un mensaje catastrófico. Destruyó el movimiento de paz.

¿Qué opciones tienen los palestinos?

Hoy estaba sentado en la orilla del mar y estaba pensando: si yo fuese palestino, ¿qué sugeriría hacer? Y no se me ocurría nada. La violencia fracasó, como lo hará siempre. Ir a Naciones Unidas ha fracasado y seguirá fracasando mientras sea un vetostán. La diplomacia ha fracasado, las dos intifadas fracasaron. Lo único que podría decirles es que recuperen la unión nacional, que demuestren al mundo que son una democracia unida y que se preparen para el siguiente paso. ¿Cuál es? No lo sé. Si América no se pone de su parte, no habrá cambio. Y Obama, aunque es realista, ha capitulado ante Netanyahu. Les diría que sobreviviesen y esperasen un cambio.

¿Por qué dice «sobrevivir»?

Creo que los palestinos no se dan cuenta de lo peligrosa que es la situación. Están en peligro existencial. La limpieza étnica está a la vuelta de la esquina e Israel solo está esperando a una situación internacional que lo haga posible, como una gran guerra.

Fuente: http://www.deia.com

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