Bangkok, Londres.- El ruido más fuerte que Thongma Danoi había oído en su vida fue seguido 20 minutos más tarde por un extraño espectáculo: un iraní aturdido y ensangrentado que llevaba dos cables adheridos a su cuerpo en un barrio tradicionalmente tranquilo de Bangkok.
«Perdía mucha sangre», dijo Thongma, de 68 años, quien vio al hombre iraní, identificado más adelante como Saeid Moradi, huyendo de una casa alquilada que quedó despedazada por una explosión el martes. «La gente gritaba: ‘¡Tiene una bomba!’ Traté de no mirarlo».
Minutos después, Thongma oyó una segunda y una tercera explosión.
Israel dijo que las explosiones en Bangkok eran evidencia de un «intento de ataque terrorista» y culpó a Irán. Pero Teherán negó su participación en el hecho.
Los tres intentos de ataque de esta semana, que incluyeron un atentado contra la esposa de un diplomático israelí en Nueva Delhi y una bomba desactivada en el vehículo de un enviado iraní en la capital de Georgia, Tiflis, parecieron inusualmente torpes.
Pero expertos en seguridad creen que envían un mensaje claro: la primera represalia seria en una campaña cada vez más sangrienta pero silenciosa de sabotaje contra el programa nuclear de Irán.
Al menos cuatro científicos nucleares iraníes fueron asesinados en los últimos años en ataques presuntamente perpetrados por o para los servicios de inteligencia de Israel.
Mientras Israel se niega sistemáticamente a hablar del tema, algunos analistas en seguridad también sospechan que ha estado involucrado en una serie de explosiones contra complejos militares y nucleares en Irán, como una en noviembre en la que murieron más de 12 personas, incluyendo un destacado general.
Teherán negó haber tenido algún rol en los ataques de esta semana y acusó a Israel de estar detrás de ellos. Pero hay fuertes sospechas de que la real intención pudo haber sido advertir al Estado judío que Irán está preparado para responder.
«Veo en lo que ocurrió un mensaje del tipo: ‘Todo lo que hacen ustedes, yo también lo puedo hacer'», dijo Gad Shimron, ex oficial de campo del Mossad que escribe sobre asuntos de inteligencia.
«En otras palabras, si Israel usa el terror para sus necesidades de seguridad, puede esperar represalias del otro lado», agregó.
En un entorno de creciente tensión, paranoia y miedo, hay un riesgo de escalada avivado por las sospechas en torno al programa nuclear de Irán, un potencial ataque israelí contra Irán y un conflicto devastador en el Golfo.
«Hay más y más presión de todos lados», dijo Anthony Cordesman, ex funcionario de inteligencia y defensa de Estados Unidos y actual jefe de estrategia del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales , un grupo basado en Washington D.C.
«Todos ellos ahora están interactuando de modos que hacen cada vez más difícil anticipar las acciones del otro», añadió.
ATAQUES SIMILARES
Aunque algunos funcionarios occidentales dicen que es demasiado pronto paa culpar a Teherán por los ataques de esta semana, analistas de seguridad señalan la creciente evidencia circunstancial. Las autoridades tailandesas dijeron que bombas magnéticas similares fueron usadas en Nueva Delhi, Tiflis y Bangkok.
Aunque no acusaron directamente a Teherán, señalaron que los otros dos hombres arrestados en relación a las explosiones en Bangkok -uno en la capital tailandesa y el otro en el aeropuerto de Kuala Lumpur en Malasia cuando compraba un pasaje a Irán luego de huir de Tailandia- también eran iraníes.
El ataque en Delhi -en el que un motociclista colocó una bomba magnética del tamaño de un iPad en un vehículo diplomático israelí- pareció ser una imitación del letal atentado del 11 de enero contra el científico iraní Mostafa Ahmadi-Roshan en medio del tránsito de Teherán.
Irán ha usado grupos intermediarios como el libanés Hezbollah o el palestino Hamas para atacar a sus enemigos en el exterior, y expertos en inteligencia creen que pudo haber hecho lo mismo en este caso.
La relación de Irán con Hamas se debilitó en los últimos años, pero su vínculo con Hezbollah permanece firme.
Otros analistas creen que los culpables podrían ser miembros de las Guardias Revolucionarias de Irán, quizás de la Fuerza Quds, que se cree que es la encargada de las «operaciones extraterritoriales».
Las teorías conspirativas abundan. Algunos hablan incluso de la posibilidad de que Israel mismo haya orquestado los ataques para dañar la relación de Irán con potencias asiáticas clave, sobre todo India, su principal comprador de petróleo.
«La situación está empeorando cada vez más y por supuesto ofrece una buena excusa a cualquiera que quiera participar en hostilidades reales», dijo Farhang Jahanpour, de la Facultad de Estudios Orientales de la Universidad de Oxford.
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