Vientos (huracanados) de guerra en el Golfo Pérsico. Al instante mismo en que me pongo a escribir estas líneas el portaaviones Abraham-Lincoln de la US-Navy se adentraba en el estrecho de Ormuz a toda prisa. Y un indicio igualmente infalible del aumento vertiginoso de la tensión en aquellas aguas lo ofrece también el acuerdo alcanzado hoy mismo en el seno de la UE de embargo del petróleo procedente del Irán, como se habrá visto ilustrado en las declaraciones del nuevo y flamante ministro de Exteriores, José Manuel García- Margallo, veterano euro/funcionario (por lo que leo) en el seno de las instituciones europeas, aquí en Bruselas. De echarse a llorar, de verdad y que se me perdone el atrevimiento. La parábola del rey desnudo, y no otra cosa. España, nos explica el ministro, se suma (resignada) al embargo, pese a ser -como él mismo lo reconoce – uno de los países europeos mas perjudicados por la medida -ciento sesenta barriles por día de petroleo iraní, solo superados por los 180 de los italianos-, en aras de la «estabilidad» de la zona y de la «unidad» en el seno de los países de la Unión Europea. ¡Eufemismos fuera! Porque con una actitud así, de obsecuencia y servilismo tan burdos y descarados, la diplomacia española y su política exterior consiguen sacar a la luz tal vez por vez primera el secreto a voces que nadie se habrá atrevido a decir en voz alta hasta ahora, a saber que carecemos (de antiguo) de una política exterior propia e independiente, y que nuestros políticios y nuestros diplomáticos y euro/funcionarios (y demás funcionarios internacionales españoles) no dejan de ser más que subalternos (modelos) y correividiles de lo que les dictan de fuera, en aras de la hegemonía de las grandes potencias occidentales en el seno de la UE -en particular Francia e Inglaterra, sobre todo ésta última- y primero de todo y sobre todas las cosas, en salvaguardia de la seguridad sacrosanta del Estado de Israel, aunque se hunda el mundo o arda Troya: a riesgo de poner en llamas todo el Oriente Próximo (y el no tan próximo) y el mundo entero si preciso fuera.
Porque otro secreto a voces que no se habrán privado de esparcir en los últimos días los medios lo es que la Casa Blanca, apoyada en sus fieles correas de transmisión dentro de la UE y en la palanca decisiva sobre todo de la alianza franco/británica se ve lanzada en un frenética carrera contra reloj en el marco de una clara estrategia de guerra y de intervención en el Golfo y en una tentativa a la desesperada de evitar el peor de los escenarios para ellos, a saber un ataque israelí contra las instalaciones nucleares del Irán por su cuenta y riesgo, haciendo una vez más la guerra por su cuenta como nos tienen de siempre acostumbrados, con lo que el rompecabezas que supone para países terceros y en particular para españoles la crisis del Oriente Próximo (o medio como se decía antes) se vuelve mas desesperante que nunca hasta alcanzar -se diría- auténticos niveles de paroxismo. ¿Garante supremo de la estabilidad en la zona la seguridad del estado judío, o por el contrario botafuego de marca mayor y agente primero y principal de una estrategia permanente de alta/tensión en la zona a base de las mas burdas provocaciones y como tal responsable primero y principal de la crecida islamista que venimos presenciando en toda la región y mas extensivamente en el conjunto de los países musulmanes de Asia y África desde la eclosión de la revolución iraní hace ya mas de treinta años? Después de mi el diluvio, y si un estado tan inviable -mucho mas que lo pueda ser Bélgica (o Luxemburgo) en el concierto de las naciones europeas- fundado en base a una memoria histórica de carácter esencialmente religioso (del tipo mesiánico además, no se olvide) debería acabar despareciendo, que se hunda con nosotros el Occidente entero bajo las oleadas sucesivas de una nueva invasión islámica, debieron decidir y acordar desde los orígenes mismos del estado de Israel sus supremos estrategas.
Un lenguaje así suena a provocación tal vez mas que a políticamente incorrecto apenas, aquí a más de uno. Tal vez no no tanto en cambio entre los militares españoles destacados en la zona, y conretamente en el Líbano. La neutralidad española es la regla (de oro) por supuesto en todo lo que de cerca o de lejos toca a la región aquella o por lo menos así lo habrá sido hasta ahora. No es óbice que muchas quejas en voz baja un no solo mayormente difundidas vía internet se habrán hecho oír de unos años a esta parte dando cuenta de la actitud discriminatoria de la que se ven objeto los españoles comparativamente a otros destacamentos extranjero por parte del alto mando israelí, correlativo a la frialdad que turistas españoles en Israel invariablemente experimentan en cuanto que muestran el pasaporte (…) Una contrarreloj desesperada pues, ya casi en su fase final a la que estamos asistiendo en este año marcada por citas electorales en Francia y en Estados Unidos, dos de las grandes potencias en primera linea de la actual ofensiva diplomática. Lo ilustran también las primarias del partido republicano en donde el único candidato que se permite manifestarse contrario a una intervención militar en Siria o en el Irán, Ron Paul, no deja de propugnar (prudentemente) al mismo tiempo una estrategia diplomatica de alta tensión con vistas al derrocamiento de Bachar al Assad, aliado israelí obliga, faltaría. Todos los demás -y no digamos el candidato ahora emergente Newt Gingrich- no habrán dejado de mostrar su apoyo a la causa israelí entusiasta y enfervorizada, como un dogma supremo del mundo de hoy en materia de geoestrategia y de relaciones internacionales. Tras Libia, el Irán, puesto que en Siria no les han salido las cosas como esperaban (…)
Y si el escenario bélico inminente no les parece claro lo suficiente alguno, Nicolás Sarkzoy en recientes declaraciones habrá disipado todas las dudas, echando el muerto a los otros de la culpa y de las responsabilidades de una eventual ruptura de hostilidades. El cielo abierto para el mandatario francés, lo que sería un conflicto abierto en el Golfo Pérsico desde luego, en la medida que parece estar a toas luces agarrandose al clavo ardiendo de una perspectiva tan catastrófica, de única salida a su situación casi desesperada en los sondeos a tres meses de las presidenciales. La guerra mundial, la declaración de guerra a Alemania y a los países del Eje salvó a la administración demócrata americana de la descalificación completa a la que veía abocada en la opinión pública americana. ¿La Historia se repite? España fue neutral no obstante entonces ¿por qué debería encontrarse en el campo de los belicistas ahora? ¿Morir por Israel? Nadie nos pide tanto, ni siquiera el papa de Roma, ni tampoco la Biblia (canónica)(…)
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