EL TIEMPO DEL FIN – 1ª parte

En Daniel 8:1, el profeta Daniel nos dice que tuvo un sueño durante el reinado de Belsasar. Lo primero que vio Daniel (Daniel 8:2-4) fue un carnero con dos cuernos; uno más grande que el otro. Babilonia estaba a punto de desaparecer del escenario de la historia, y Daniel 8:20 nos dice explícitamente que el carnero representa a Medo-Persia. Los persas se extendieron hacia el oeste, el norte y el sur (vers. 4) y devoraron al imperio babilónico.

El segundo animal (Daniel 8:5-7) es un macho cabrío con un cuerno notable entre sus ojos. El cuerno notable representa a Alejandro Magno quien conquistó a los medos y los persas en 331 a. C. y construyó un vasto imperio con rapidez sorprendente. El cuerno notable (Alejandro Magno) se quebró y fue suplantado por cuatro cuernos (sus cuatro generales), de la misma forma que el leopardo tenía cuatro cabezas. Y por si hay alguna duda con respecto de lo que representa el macho cabrío, en Daniel 8:20, 21 el ángel nos dice explícitamente que se trata de Grecia.

El siguiente reino de la visión es, obviamente, Roma. Lo sabemos por la historia, es un hecho. Daniel 8:9-12 muestra a Roma como un “cuerno pequeño”. Lo veremos con más detalle en otra lección, pero en Daniel 7, hay una visión semejante a esta, en la que luego del cuerno pequeño viene una descripción del juicio (Daniel 7:13, 14, 21, 22, 26, 27). La progresión de Daniel 7 es de esta manera:

Babilonia    Medo-Persia    Grecia    Roma    Cuerno Pequeño    Juicio.

Daniel 7 nos da más detalles sobre el “cuerno pequeño” y lo separa de Roma. Por su parte, la progresión en Daniel 8 es así:

Medo-Persia    Grecia    Roma (Cuerno Pequeño)    ??

Si arriesgaras un pálpito sobre lo qué viene luego del cuerno pequeño, ¿qué dirías que es? ¿El juicio? Tendría sentido. Daniel 8:14 lo describe de esta manera: “Hasta dos mil trescientas tardes y mañanas; luego el santuario será purificado”. Entonces la progresión de los acontecimientos en Daniel 8 es así:

Medo-Persia    Grecia    Roma (Cuerno Pequeño)    Santuario purificado al cabo de 2.300 días

Fíjate que en todas las demás partes de la visión (carnero, macho cabrío, cuerno pequeño), Gabriel desarrolló el tema y le dio más información a Daniel. Incluso llamó por su nombre a Medo-Persia y a Grecia. Pero si buscamos la explicación de Gabriel sobre la purificación del santuario al cabo de 2.300 días (literalmente, tardes y mañanas), no encontramos demasiado. En Daniel 8:26, Gabriel dice sencillamente: “La visión de las tardes y mañanas que se ha referido es verdadera; y tú guarda la visión, porque es para muchos días”. Eso es todo. No se da otra explicación. ¿Quiere decir que nunca llegaríamos a entenderla? Por supuesto que no. La Biblia nos da una buena cantidad de pistas para ayudarnos a entender lo que representa la “purificación del santuario”.

Daniel 8:17 nos dice que la visión está relacionada con el tiempo del fin (de allí el título de esta lección)

Daniel 8:18, 19 nos dice que la visión se refiere a un tiempo señalado. Eso es muy importante. Hechos 17:31 habla de algo que está establecido con relación al tiempo del fin: ¡el juicio! La fecha para el juicio ya ha sido fijada

Todo concuerda. En Daniel 7, el reinado del cuerno pequeño fue seguido por el juicio. En Daniel 8, sucede lo mismo, sólo que ahora aprendemos que la fecha del juicio ya ha sido establecida (algunos han tratado de descubrir la fecha de la segunda venida a partir de esta profecía, pero eso es imposible. Véase Mateo 24:36. Esta profecía señala al juicio, no a la Segunda Venida.) Será convocado en el día señalado, justo antes de que Jesús venga.

Daniel 8:14 nos dice que esta profecía tiene cierta relación con el santuario. De hecho, en este capítulo todo se refiere al santuario. Habla de un santuario, de sacrificios, y sólo emplea animales que eran utilizados en los sacrificios (animales limpios; los animales de Daniel 7 eran inmundos). Dios está dirigiendo nuestra atención hacia el antiguo santuario.

Todos los elementos del antiguo santuario israelita señalaban a Jesucristo: los sacrificios, los muebles, todo. Fue construido esmeradamente como una lección objetiva del plan de salvación. En Exodo 25:8, 9 y en Hebreos 8:5 descubrimos que Moisés construyó el tabernáculo con mucho cuidado, siguiendo las especificaciones exactas de un modelo divino. El santuario terrenal fue construido como una sombra o copia del Santuario Celestial donde Jesús ministra en la actualidad como nuestro Sumo Sacerdote celestial (véase Hebreos 8:1, 2).

¿En qué se relaciona el santuario con el juicio? ¡En todo! Cada año se celebraban siete fiestas especiales en el santuario, y cada una de ellas señalaba algo que Jesús habría de hacer por nosotros. Por ejemplo, en la Pascua se sacrificaba un cordero, que señalaba a la muerte de Jesús en la cruz. La fiesta de las Primicias señalaba a la resurrección (véase 1Corintios 15:20). Esas fiestas están todas descritas en Levítico 23. Una de esas fiestas, conocida como el “Día de la Expiación” (o Yom Kippur) tenía una solemnidad especial. Se la conocía como un día de juicio. Se debía tener la seguridad de que todas las cosas estaban en orden con Dios, su pena de ser erradicado del pueblo para siempre (véase Levítico 23:26-29). Y hasta el día de hoy, en ese día solemne muchos judíos se saludan entre sí con la expresión: “Que tu nombre esté sellado en el libro”.

Daniel 8 está dirigiendo nuestra atención a esta fiesta solemne; un día de juicio. ¡Era el día en el cual el sumo sacerdote purificaba el santuario! Durante todo el año, el pueblo sacrificaba animales (que señalaban simbólicamente a la cruz),confesaba sus pecados sobre ellos, y la sangre era llevada al interior del santuario. Era un símbolo de Jesús quien toma nuestros pecados sobre sí mismo y presenta su sangre ante el trono de Dios en nuestro favor. Sólo había un problema con la disposición. El santuario era también la morada de Dios; y el pecado no puede existir ante la presencia de Dios para siempre. Por eso, una vez por año el sumo sacerdote limpiaba el santuario de todos los pecados que habían sido transferidos simbólicamente; era el día del juicio. Levítico 16:15, 16 nos proporciona una descripción de lo que sucedía. Todos los años,en el décimo día del séptimo mes, se realizaba un servicio especial para purificar al santuario de los pecados. Y un día, en el juicio, Dios le pondrá fin al pecado para siempre. Se terminará el tiempo para que los pecadores puedan reclamar el don de la salvación.

Daniel 8 señala el día del juicio; no cabe ninguna duda. Dios nos está advirtiendo, en su amor, que el tiempo se acaba. Uno de estos días será demasiado tarde para confesar tus pecados y aceptar el don gratuito de la salvación. Uno de estos días será demasiado tarde para seguir a Jesús. Las cortes del Cielo culminarán su tarea y todas las decisiones serán definitivas.

Uno de estos días, será demasiado tarde. ¿Cuándo será? No sabemos con exactitud cuándo terminará el juicio, porque no sabemos cuándo ocurrirá la Segunda Venida. Pero, ¿trataba Dios de decirnos cuándo comenzaría el juicio? ¿Por qué Gabriel dijo que el juicio comenzaría al cabo de 2.300 días? (Una pista: no olvides que en la profecía bíblica, un día representa un año.) ¡Lo descubrirás en nuestra próxima lección!

Ver la Parte 2: https://laverdadysololaverdad.wordpress.com/2011/02/27/el-tiempo-del-fin-%E2%80%93-2%C2%AA-parte/

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LOS CUATRO JINETES DEL APOCALIPSIS

Es una visión increíble: cuatro crípticos jinetes galopan en medio del cielo. ¿Cuál es el significado?

Apocalipsis 6:2, 3. El primer caballo es blanco, símbolo bíblico de pureza (véase, por ejemplo, Isaías 1:18; Salmo 51:7).Este caballo representa a la iglesia cristiana primitiva en su pureza original. Los primeros cristianos, libres de muchos de los problemas que habrían de minar a la iglesia en los años por venir, se propusieron conquistar los corazones del mundo con el evangelio de Jesucristo. Alrededor de 62 d. C., el apóstol Pablo pudo decir que el evangelio había sido predicado “a toda generación que está debajo del cielo” (Colosenses 1:23). Se ha estimado que, en el lapso de una generación, una de cada tres personas en el imperio romano profesaban alguna forma de cristianismo.

Apocalipsis 6:4, 5. El segundo caballo es rojo, símbolo del derramamiento de sangre, la persecución y la destrucción. Al principio, la iglesia cristiana primitiva no fue tolerada por el Imperio Romano pagano, y enfrentó períodos de severa persecución en los cuales Roma trató de eliminarla de la faz de la tierra. Sin embargo, esa estrategia fracasó. Cuando la persecución se intensificó sólo sirvió para que los cristianos se envalentonaran más. Tertuliano, uno de los padres de laiglesia primitiva dijo: “La sangre de los mártires es la semilla de la iglesia”.

Apocalipsis 6:5, 6. Cuando la persecución fracasó en su intento de destruir el cristianismo, el diablo intentó con una nueva táctica. “Si no puedes vencerlos —reflexionó— entonces únete a ellos”. El caballo negro representa el período de la historia de la iglesia durante el cual el cristianismo se convirtió en la religión oficial del estado del Emperador Romano, después de la conversión de Constantino a la fe cristiana. Constantino, justo antes de una importante batalla que le aseguraría el control del Imperio Romano, recibió una supuesta visión en la que se le decía que no lo conquistara en nombre de sus dioses paganos, sino en nombre de la cruz. Constantino se convenció de que su victoria en la batalla del puente Milviano fue una señal de que debía convertir el Imperio Romano al cristianismo. Bautizó a su ejército y los hizo cristianos. Lamentablemente, el cristianismo no funciona de esa manera. No se puede tomar una decisión por Cristo en lugar de otra persona. Constantino sólo logró cristianizar el paganismo. Cuando el cristianismo se convirtió en la religión favorecida por el imperio, los paganos se unieron a la iglesia cristiana por millares sin abandonar sus creencias paganas. El resultado fue desastroso para la iglesia. La intriga política y el control del gobierno romano se unieron con las creencias cristianas, y las prácticas paganas ingresaron en el cristianismo. El matrimonio de la iglesia y el estado llevó a prácticas contrarias al cristianismo bíblico tales como la religión como negocio y la persecución de los no creyentes.

Apocalipsis 6:7, 8. El último caballo es amarillo, el color de la muerte. Cuando el cristianismo se hizo popular y se encontró cómodo, ingresó en un período de la historia en el que perdió el amor y fervor por esparcir el evangelio. Se volvió ritualista y hasta perdió su significación a medida que la tradición comenzaba a suplantar a las Escrituras como fundamento de la práctica cristiana. Quizá lo más trágico fue que la iglesia comenzó también a exigir la estricta conformidad con los gobiernos seculares. Los cristianos no solo perseguían a los que no lo eran, sino que también perseguían a otros cristianos que decidían vivir sus vidas de acuerdo con la Biblia y no con las tradiciones de la iglesia.

Apocalipsis 6:9-11. La persecución alcanzó su pico máximo durante la Edad Media, y aquí se le muestra a Juan a los que perdieron sus vidas por cuestiones de conciencia. Así como la sangre de Abel clamaba a Dios, Dios tiene en cuenta lo que le ha sucedido a sus hijos que sufrieron por su causa. ¿Hasta cuándo seguirá sucediendo? No por mucho tiempo. Luego Dios nos da algunas pistas sorprendentes sobre el final de la tribulación de la Edad Media y el ingreso del mundo en la hora de su juicio final.

Apocalipsis 6:12-13. Juan nos da tres señales principales a las que debemos estar atentos al final de la Edad Media:

Un gran terremoto. Esto ocurrió tal como fue señalado, cuando el terremoto de Lisboa del 1 de noviembre de 1755 acaparó la atención del mundo entero. Aún se lo considera como uno de los terremotos de mayores proporciones de todos los tiempos. Sus efectos se sintieron desde el norte de Escandinavia hasta el sur de Africa; desde Europa hasta el Caribe e incluso Groenlandia.

El sol se oscurece y la luna se convierte en sangre. El gran Día Oscuro de mayo de 1780, conmocionó a los que lo presenciaron. De pronto el cielo se puso negro en mitad del día, y estaba tan oscuro que los animales se dirigieron a sus guaridas y las personas se vieron obligadas a suspender sus tareas habituales. Muchos que habían leído sobre esas cosas en la profecía de la Biblia, temieron que el día del Señor estuviera a las puertas. La historia registra que la luna apareció roja como la sangre la noche siguiente.

Las estrellas caen del cielo. La lluvia de meteoros de Leonidas hizo su aparición más espectacular el 13 de noviembre de 1833. Los astrónomos contemporáneos compararon la frecuencia de la caída de las estrellas fugaces con la caída de la nieve en una tormenta terrible. Cerca de 200.000 estrellas fugaces por hora invadieron el cielo, creando una luminosidad tan tremenda que, a las 2 de la madrugada, las personas se levantaban de sus camas para mirar de dónde procedía tanta luz. Hasta el criado de Abraham Lincoln despertó a su amo para anunciarle que había llegado el día del juicio.

Estos tres acontecimientos son muy importantes por varias razones. En primer lugar, fueron de magnitud tan grande que llamaron poderosamente la atención. Causaron una profunda impresión en los que los contemplaron, y hasta provocaron muchas conversiones. En segundo lugar, sucedieron exactamente en el lugar en el cual la gente podría evaluarlos como las señales de la Biblia: en Europa y Norteamérica. Era en esos lugares donde las personas habían comenzado a estudiar las profecías bíblicas con fervor en las postrimerías de la Edad Media, cuando el comienzo de una nueva era de libertad religiosa estaba en camino. Si esos sucesos hubieran ocurrido en cualquier otro lugar, su significación se hubiera perdido ante las personas que no estudiaban las escrituras. En tercer lugar, esos eventos ocurrieron en el preciso momento y en el mismo orden en que se los menciona en la profecía bíblica. Primero un terremoto, luego el día oscuro, luego la luna como sangre, y finalmente la caída de las estrellas.

Esos acontecimientos fueron el modo que Dios empleó para confirmarnos que la historia está desarrollándose de acuerdo con su plan. El próximo acontecimiento que debemos esperar, según la lista que se nos da en Apocalipsis 6, es el día del Señor, y el regreso de Cristo Jesús. Vivimos ahora entre los versículos 13 y 14 de esta increíble profecía.

Apocalipsis 6:14-17; 8:1. No debemos confundirnos al respecto. Jesús regresará. Un día el cielo quedará en silencio mientras Jesús regresa con todos sus ángeles (compare con Mateo 25:31). Ese día, sólo importará una cosa: “¿Quién podrá sostenerse en pie?” Tú puedes elegir. Nadie tiene por qué ser sorprendido sin preparación cuando Cristo venga. No tienes por qué temer al día de su regreso. Puedes estar preparado; puedes saludarlo como quien saluda a un viejo amigo. Todo lo que tienes que hacer es comenzar a desarrollar esa amistad ahora mismo.

Fuente: http://www.estaescrito.org

EL HOMBRE DEL APOCALIPSIS

Cuando nos concentramos en el Espíritu Santo en el libro de Apocalipsis, la encumbrada imagen del Cristo exaltado domina el paisaje por completo. Muchos han considerado que el libro de Apocalipsis es agorero, plagado de denuncias y amenazas.Bestias grotescas emergen amenazantes de entre sus páginas. Aparecen monstruosos poderes del mal. Se han escrito cientos de volúmenes tratando de identificar a la bestia y a su imagen. Pero la buena noticia es que la bestia no es la heroína del libro.

Con el telón de fondo de los desolados riscos de Patmos, el libro de Apocalipsis pone énfasis en el semblante destacado de un Hombre. Lo llamamos “El Hombre del Apocalipsis”. El último libro de la Biblia comienza con estas palabras: “La revelación de Jesucristo” (Apocalipsis 1:1). No es “la revelación de San Juan el Divino”, como lo rinden algunas biblias. El libro de Apocalipsis realmente revela a Jesucristo, su personalidad, su poder, su ministerio y su propósito eterno. Su nombre o algún equivalente se emplea 187 veces en los primeros tres capítulos del libro. ¡El énfasis del libro no está puesto en la bestia, sino en el Cordero! A Jesús se lo llama “el Cordero” 28 veces en todo el libro.

En Apocalipsis 5, se ve al profeta de Dios llorando amargamente. La pregunta resuena en las cortes del Cielo: “¿Quién es digno?” (Apocalipsis 5:2). La única respuesta que se escucha en todo el universo es el silencio total. Ningún ángel puede responder. Ningún ser caído en esta tierra puede responder. Ni los ángeles ni los hombres conocen los propósitos secretos de Dios. Finalmente se da la respuesta. El León de la tribu de Judá es digno. (Apocalipsis 5:5).

El profeta se da vuelta para ver un león, pero ¿qué es lo que ve en su lugar? ¡Un cordero! Cristo es un león para sus enemigos. Pero aquí es visto con la apariencia de un cordero. El Rey de reyes se convirtió en cordero para poder redimir a su pueblo. “Digno, digno es el Cordero”. ¿Por qué es digno? Porque fue “inmolado” (Apocalipsis 5:9). No porque haya nacido en la tierra. No porque haya vivido una vida de santidad. Sus credenciales residen en el hecho de que les pagó el rescate a la justicia irritada y la santidad injuriada, al morir en el ensangrentado madero. Por su sacrificio compró la redención con su sangre para sus hijos “de toda nación, y tribu, y lengua, y pueblo”.

El Hombre del Apocalipsis es la fuente de nuestra salvación, porque sólo por medio de su sacrificio es que la humanidad caída puede encontrar redención. Jesús es el Hombre del Apocalipsis. El es digno porque pagó el tremendo precio de nuestros pecados con su sacrificio en el Calvario. A través de ese sacrificio la raza humana puede tener acceso al “evangelio eterno” (Apocalipsis 14:5).

¿Cuál es la esencia del evangelio eterno? Nuestros primeros padres fueron separados de Dios por el pecado. Su transgresión acarreó la sentencia de muerte sobre ellos. Inmediatamente después de que el pecado entrara en el mundo,incluso antes de que se anunciara el castigo, antes de la condenación, llegó un suave mensaje de misericordia. Satanás había introducido el pecado en el mundo. Se las había ingeniado para promover la rebelión contra Dios. Su victoria tuvo corta vida. Se dio la promesa de un Campeón, Alguien que sería herido y que sufriría, pero que golpearía a su enemigo en una zona vital y le provocaría una herida mortal (Génesis 3:15). Los patriarcas y los profetas del Antiguo Testamento se regocijaron con las misteriosas palabras de esa promesa, y depositaron su esperanza en ella. Entretejidas a través de los mensajes de las Escrituras como un hilo conductor encontramos las promesas de la venida del Hombre del Apocalipsis.

Isaías declara que todos los seres humanos, igual que las ovejas, se han descarriado (Isaías 53:6). Parece ser una situación desesperada. Pero tiene solución: “Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros”. Sólo Jesús podía proporcionarnos la salvación. ¡Digno es el Cordero!

El Apóstol Pablo presenta el estado desesperado de los seres humanos. “Por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios” (Romanos 3:23). Las noticias empeoran: “La paga del pecado es muerte” (Romanos 6:23). Hay una sentencia de muerte pendiendo sobre cada miembro de la raza humana. La mejor persona del mundo es pecadora, y merece la muerte. No hay solución humana para el problema del pecado. Toda la justicia humana es comparable a trapos de inmundicia (Isaías 64:6). Parece que la situación no tiene esperanza. Pero hay una solución. “Las dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro” (Romanos 6:23). ¿Cómo podemos tener salvación? “Porque el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido” (Lucas 19:10).

El primer paso hacia la salvación es reconocer que estamos perdidos. Sólo entonces podemos acudir al Hombre del Apocalipsis, el único que es digno. No podemos ganar nuestra salvación; porque es un regalo de Dios (Romanos 6:23).

Cierta noche, mientras el pueblo de Jerusalén dormía, un hombre prominente caminaba por las calles. Salió fuera de los límites de la ciudad, descendió al valle, y volvió a ascender a una cumbre llamada Monte de los Olivos. Allí se encontró con el Hombre del Apocalipsis. Bajo la tenue luz de las estrellas titilantes, acompañado por el sonido de la suave brisa que soplaba entre los olivos, Jesús estableció la verdad más importante de todos los tiempos. No había esperanza para Nicodemo desde la perspectiva humana. El único modo de alcanzar la vida eterna era nacer otra vez (Juan 3:3). Cada nuevo nacimiento de un niño es un maravilloso milagro de Dios. Pero hay un milagro aún mayor. Nicodemo no tenía inconvenientes para creer en el nacimiento de un niño. Preguntó: “¿Cómo puede un hombre nacer siendo viejo?” (Juan 3:4). Cristo explicó el milagro del nuevo nacimiento. Es obra de un instante. Los teólogos lo llaman justificación. Cuando confesamos nuestros pecados y aceptamos a Cristo, él nos limpia de todas nuestras injusticias. (1 Juan 1:9).

Pero ser cristiano significa más que un cambio del modo de vida. Cristo no le dijo a Nicodemo que diera vuelta la página y comenzara con una nueva. El cambio debe producirse en el interior. Es un cambio total. El cristiano que ha nacido de nuevo es una nueva persona. Aunque continúa teniendo la misma apariencia exterior, es diferente. Habla sobre nuevos temas, sus actos son distintos, y lo que le gusta o disgusta también cambia. Las cosas que antes eran importantes para él ahora perdieron su encanto. Fueron suplantadas por el interés en los temas espirituales. Continúa creciendo en el proceso de la santificación.

No todo el que pretende haber nacido de nuevo es realmente una nueva persona. Muchos invocan el nombre de Jesús, pero aún están perdidos (Mateo 7:21-23). Jesús les preguntó: “¿Por qué me llamáis, Señor, Señor, y no hacéis lo que yo digo?”(Lucas 6:46). Hay muchos que dicen lo que hay que decir pero no hacen lo que hay que hacer.

El libro de Apocalipsis proyecta una escena de los seguidores del Cordero, quienes “guardan los mandamientos de Dios y la fe de Jesús” (Apocalipsis 14:12). “Y en sus bocas no fue hallada mentira, pues son sin mancha delante del trono de Dios”(Apocalipsis 14:5). No son salvados en sus pecados, sino que son salvados de sus pecados. A los que lo reciben a él les dio el poder para convertirse en hijos de Dios (Juan 1:12).

El libro de Apocalipsis termina con una descripción del glorioso final del conflicto de los siglos. Pronto el último conflicto habrá concluido y este ensangrentado planeta será transformado en un lugar de alegría y paz. El Hombre del Apocalipsis hará todas las cosas nuevas (Apocalipsis 21:5). Su pueblo verá su rostro, y vivirá para siempre con él (Apocalipsis 22:4). Hoy él te invita a aceptar su salvación y a participar de su reino eterno.

Fuente: http://www.estaescrito.org

EL ARMAGEDÓN

Es solo una pequeña parcela de terreno en el Medio Oriente, pero ha llamado más la atención que cualquier otro lugar de la tierra, lo que en buena medida se debe a la profecía bíblica de la batalla de Armagedón (Apocalipsis 16:12-15). Se ha especulado mucho con respecto del significado de esta terrible profecía. Se han escrito muchos libros que han sido éxito de ventas, y se han lanzado películas en vídeo que usan el nombre Armagedón. La interpretación popular de la profecía va desde un desastre nuclear o un cometa que impacta sobre la tierra hasta una invasión de Israel por Rusia. Algunas personas, ante la gran disparidad de opiniones que hay sobre el tema, se encogen de hombros y dicen: “¿Quién puede entenderlo? ¡Todo el mundo llega a una conclusión distinta sobre el tema!”.
Sin embargo, la Biblia enseña que la profecía no fue dada como material para la especulación. Es más, se espera que la entendamos. En 2 Pedro 1:19 se enseña que deberíamos “estar atentos” a lo que la profecía nos enseña. Eso quiere decir que es importante. Este pasaje también indica que “ninguna profecía de la Escritura es de interpretación privada”; lo que significa que la profecía bíblica no es para unos pocos privilegiados. El propósito de Dios es que todos la comprendan. En Apocalipsis 1:3, Dios les promete una bendición a los que lean el libro de Apocalipsis y guarden las cosas que están escritas en él. Entonces, si se esperaba que entendiéramos, ¿por qué hay tantas opiniones diversas sobre el tema de la profecía de la Biblia? La respuesta es sencilla. Muchos pierden el equilibrio cuando abordan las Escrituras, y no reúnen toda la evidencia bíblica sobre un tema determinado, antes de llegar a una conclusión. Recuerda que aproximadamente unos dos tercios del libro de Apocalipsis están compuestos por expresiones tomadas de otras partes de la Biblia. Si Juan usa un lenguaje que es difícil de entender, puedes descubrir su significado comparándolo con pasajes similares que se encuentran en el resto de la Biblia. El libro de Daniel es particularmente esclarecedor.

El término Armagedón mismo es una palabra compuesta. Proviene de Har Megiddon, que significa literalmente: “la montaña de Megido”. Es una referencia a una montaña, no al valle que está a su lado. Pero no podemos negar que Dios eligió identificar a la montaña refiriéndose al valle. ¿Por qué? El valle de Megido tiene una historia excepcionalmente rica. Era un cruce de caminos del mundo antiguo, y por ello muchos ejércitos se encontraron en Megido y pelearon un buen número de batallas decisivas. Los arqueólogos han descubierto fortificaciones construidas por Acab, Salomón y otros reyes de la Biblia. Josué venció allí a los reyes de Canaán (Jueces 5:19), y Débora y Barac derrotaron a los ejércitos de Sisara en el mismo lugar (Jueces 4). También fue en Endor, en la ladera oriental de Megido, donde Saúl le dio la espalda a Dios y buscó el consejo de una pitonisa. Al día siguiente, murió en batalla contra los filisteos. Elías confrontó a los sacerdotes de Baal a lahora de la verdad espiritual en el monte Carmelo en Megido. Han sucedido tantísimas cosas en Megido que se ha convertido en símbolo de conflicto o batalla. Ha llegado a simbolizar en particular el gran conflicto espiritual.

En Daniel 5 encontramos la historia de Belsasar (nieto de Nabucodonosor) quien organizó una fiesta blasfema con la que aparentemente trataba de re asegurarles a los ciudadanos de Babilonia que su ciudad era indestructible. Para probarlo,exhibió los trofeos de victorias pasadas, incluyendo los vasos del templo de Jerusalén. ¿Por qué necesitaban ese re aseguro los ciudadanos de Babilonia? Porque había un ejército masivo procedente del Oriente —el ejército Medo-Persa— acampandoen las afueras de la ciudad.

Ciro el Persa no podía derribar los muros de la ciudad, por lo que decidió ingresar por debajo de ellos, por donde el río Eufrates atravesaba la ciudad. En un dramático cumplimiento de la profecía que se encuentra en Isaías 44:27-45:1, escrita más de cien años antes del nacimiento de Ciro, drenó las aguas del Eufrates y avanzó por debajo de las murallas. Gracias a la fiesta alcohólica que tenía lugar en el interior, las puertas que estaban a los lados del río en el interior de la ciudad quedaron abiertas. La ciudad cayó un una noche, tal como Dios se lo había dicho a Belsasar (Daniel 5:25).

Si tomas esta historia y la comparas con la profecía de Armagedón, encontrarás algunos paralelos sorprendentes. En Apocalipsis 16:12, el río Eufrates se seca para dar paso a los reyes del oriente. (Ciro venía del oriente.) Apocalipsis 16:19 nos dice que el resultado final de Armagedón ¡es la caída de Babilonia!.

Ciro, quien atacó a Babilonia desde el oriente, es llamado “ungido de Dios” en Isaías 45:1. Jesucristo es el ungido de Dios, y ¡también a él se lo presenta viniendo del oriente! (véase Mateo 24:27). La profecía de Armagedón nos está señalando el día en el que la Babilonia espiritual (que representa la confusión espiritual) será destruida por la Segunda Venida de Jesucristo. La batalla de Armagedón nos señala algo mucho más grande que un simple valle o una guerra física. Es símbolo de una batalla espiritual que se libra en el interior de cada uno. Por eso Juan es tan escrupuloso al referirse a la “Montaña de Megido”, o Har Megiddon (la “Montaña de Megido”). Juan está usando ese término en Apocalipsis 16 para señalarnos la hora de la verdad en el Monte Carmelo. A medida que se acerca el final de la historia, necesitamos tener la certeza de que estamos en el bando correcto. De una vez y para siempre el conflicto entre el bien y el mal llegará a su final.

La montaña más importante junto al valle de Megido es sin dudas el Monte Carmelo, donde Elías llamó a la nación de Israel a tomar una decisión a favor o en contra de Dios. “¿Hasta cuándo claudicaréis entre dos pensamientos?”, les preguntó (1Reyes 18:21). Lo que está implicado en el Armagedón es más grande que los territorios o las disputas militares. Es símbolo de la controversia final en la que el destino de toda alma viviente sobre la tierra será decidido para siempre. Es la batalla que se decide si Cristo es o no es el Señor.

“¿Hasta cuándo claudicaréis entre dos pensamientos?” Ese es el verdadero tema en cuestión en el Armagedón. Debemostomar una decisión, ¿a qué Dios serviremos? ¿Al dios del ego? ¿Al dios del dinero? ¿O al Dios del Cielo?

Apocalipsis 19:11-16 es una descripción de la resolución del gran conflicto que se desarrolla en el universo. Es el clímax de la batalla por tu eternidad. Jesucristo regresará para poner las cosas en su lugar. El pecado y el sufrimiento serán eliminados para siempre. Apocalipsis 16:20, 21 describe a los que no estarán listos para la venida de Cristo. No tienes ninguna necesidad de estar entre ellos.  Hoy, ¿hasta cuando claudicarás entre dos pensamientos? El ofrecimiento de la vida eterna es gratuito; Cristo lo ha pagado por ti. ¿Aceptarás su regalo y te encontrarás entre los que lo estén esperándolo cuando él regrese?

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UN PLANETA EN CONVULSIÓN

Cierto día los discípulos acudieron a Jesús con una pregunta candente. Le preguntaron: “¿Qué señal habrá de tu venida, y del fin del siglo?” (Mateo 24:3) Aunque pidieron una señal, Jesús les dio una lista de indicaciones que revelarían la cercanía de su venida. Entonces hizo una declaración que es clave para la comprensión de la profecía. Jesús dijo: “Todo esto será principio de dolores” (Mateo 24:8).

Escuché algunos burladores diciendo que los acontecimientos de la lista que se presenta en Mateo 24 no son señales,porque la mayoría de esos sucesos descritos en Mateo 24 no son nuevos. Siempre han habido guerras y rumores de guerras, pestilencias, hambrunas, etc. Los que toman esa posición parecen estar perdiendo de vista al verdadero asunto que Jesús presenta en ese versículo. Su teoría encaja bien con la traducción que hace la versión Reina-Valera de la palabra“dolores”. El término griego “Odin” tiene un significado más profundo. Buscando en un Léxico griego encontramos como primer significado la siguiente definición: “Tener dolores o contracciones para el nacimiento de un niño, estar en trabajo de parto”.

Aquí nos viene la imagen de un padre primerizo nervioso, calculando con ansiedad el tiempo que media entre las contracciones de su esposa, tratando de determinar la proximidad del nacimiento. El dolor en sí mismo no es la señal. Sólo cuando los dolores son más frecuentes y más intensos sabe que el bebé está a punto de nacer.

En los últimos cinco años estas señales se han acelerado hasta el punto en que se suceden en rápida secuencia. No sólo se están volviendo más frecuentes sino que también se están haciendo mucho más intensas. Esto nos indica claramente que los días finales de nuestro sufrimiento y el nacimiento de un nuevo mundo están sobre nosotros. Jesús nos dio señales para vigilar en tres áreas generales: el mundo religioso, el mundo político y el mundo natural.

El mundo religioso: Jesús dijo que cuando “muchos” vengan diciendo que son el Cristo, será una indicación de que estamos viviendo en los últimos momentos antes de su aparición (Mateo 24:5, 11). En los últimos años, la cantidad de personas que ha pretendido ser el Mesías ha escalado a una cifra cercana a las 1.200, y continúa creciendo. Recuerda algunos fraudes notables como los de Charles Manson, David Koresh, Jim Jones y Marshall Applewhite, por mencionar unos pocos.

Además, buena parte del mundo cristiano ha comenzado a tender hacia una “apariencia de piedad” pero negando “la eficaciade ella” ( 2 Timoteo 3:1-5). Los mojones del pasado, tales como la autoridad de la Palabra de Dios y la divinidad de Cristo,se están dejando de lado a una ritmo alarmante. Aún quedan millones de fieles creyentes en cada rincón de la cristiandad,pero ha habido en muchos una tendencia alarmante hacia la incredulidad.

El mundo político: Una de las señales que se nos dieron son las guerras y los rumores de guerras. Jesús dijo: “se levantaránación contra nación, y reino contra reino” (Mateo 24:6, 7). Nuestra generación fue testigo de la Primera Guerra Mundial y la Segunda Guerra Mundial, la guerra de Corea, la guerra de Vietnam, las guerras entre árabes e israelitas, la guerra en Bosnia,la Guerra del Golfo, Kosovo, Irlanda del sur y del norte, y a través del África desde Ruanda y Somalía hasta Sudán, el Congoy Afganistán en el Asia. Pablo predijo que en el momento en el cual los hombres estuvieran hablando acerca de la paz, les sobrevendría la destrucción repentina (1 Tesalonicenses 5:3).

Nuestro Señor apuntó con su dedo profético a nuestra época y nuestros días cuando habló de hombres “desfalleciendo… por el temor y la expectación de las cosas que sobrevendrán en la tierra” (Lucas 21:26). Hoy en día, nuestro mayor temor ya no es la sombra amenazante de una guerra nuclear; sino el armamento biológico que los terroristas pueden fabricar a bajo costo. Los ataques terroristas alcanzaron un nuevo récord en 2003, y al año siguiente casi se triplicaron.

El mundo natural: Entre las señales que enumera Jesús están el hambre, las pestilencias y los terremotos (Mateo 24:7). El hambre alcanzó las cifras más altas de todos los tiempos. Cuatro de cada cinco niños nacen hoy en el seno de familias que no pueden alimentarlos. Diez mil personas por día, o más de tres millones y medio de personas por año, mueren de inanición. Más de 800 millones de personas están desnutridas en un planeta que fácilmente puede producir alimentos para todos.

Las pestes también están en aumento, con nuevas enfermedades atemorizantes como la gripe aviar, el Ebola, el Virus del Nilo, y las cepas de tuberculosis que son resistentes al tratamiento. No sólo las enfermedades son un problema, también tenemos los desastres naturales que se están convirtiendo en cosa común. Un reciente artículo de tapa de la revista TIME indicaba que las que antes era catástrofes de una vez en la vida, se han vuelto comunes. La revista Discover (diciembre2004) denominó al 2004 como el “año de las calamidades”, por el enorme número de problemas que debieron enfrentar los habitantes del planeta. En 2004, cuatro devastadores huracanes aporrearon los estados del golfo en solo seis semanas, y en el 2005 nuevamente, Katrina devastó la ciudad de Nueva Orleans, seguido luego por Rita y Wilma en rápida sucesión. ¡2005 fue el primer año en el que se nos acabaron los nombres para los huracanes! Jesús también mencionó el aumento de los terremotos (Mateo 24:7). Los sismos de magnitud en el último siglo suman más que en todos los 19 siglos anteriores juntos.No se necesita ser estadista ni sismólogo para advertir el sorprendente aumento de los terremotos en esta época. El sismo que provocó el tsunami en Asia es el primero que fue captado por todos los instrumentos que hay sobre la tierra. Fue de 9,3en la escala de Richter, y dejó una hendidura de 1.300 kilómetros de longitud en el subsuelo oceánico. Según la CNN, hasta los científicos más veteranos se quedaron sin habla por la increíble magnitud de este terremoto.

Como es obvio, ninguna de estas señales tenían el propósito de atemorizarnos, sino de mantenernos alerta. Jesús dijo, en Juan 16:21, 22, que llegará el momento cuando los dolores de parto habrán pasado, y tú estarás con él. Cuando eso suceda, nuestra felicidad sobrepasará tanto nuestras tristezas que tendremos dificultades para recordar cómo era este mundo.

Mientras tanto, cuando estamos esperando, el mensaje del evangelio continúa esparciéndose a un ritmo sorprendente. Una de las más grandes señales que dio Jesús se encuentra en Mateo 24:14. El mensaje del evangelio será predicado en todo el mundo. Hace algunos años, ésta parecía una tarea imposible. Con la tecnología moderna el mensaje evangélico está llegando a las masas. Los re avivamientos espirituales están surgiendo en África, Centroamérica y Sudamérica. Cientos de antiguos hinduistas se están convirtiendo a la Palabra de Dios. A pesar de la feroz persecución, la iglesia continúa creciendo en China. Desde las islas del mar hasta las metrópolis masivas, Dios está en marcha. La profecía se está cumpliendo. Este no es un tiempo común. El llamado final de Dios está abarcando a todo este planeta. Millones alrededor del mundo están respondiendo. Al ver el cumplimiento de las señales, ¿qué le responderás a Dios?.

Fuente: http://www.estaescrito.org

UN NUEVO ORDEN MUNDIAL

¿Será que Dios le presta atención a lo que sucede en nuestro planeta, o es un amo ausente que puso al planeta en movimiento mucho tiempo atrás y luego se olvidó de nosotros? El sueño de un antiguo rey prueba más allá de toda duda que la mano invisible de Dios aún está activa en la historia del mundo.

Daniel 2: 1-13 Cierta noche, Nabucodonosor, rey de la antigua Babilonia, tuvo un sueño perturbador que no pudo pasar por alto. Ansioso por saber cuál podría ser el significado, llamó a sus magos y astrólogos para que se lo explicaran. Pero había un detalle. No les contaría el contenido del sueño. “Quiero que me digan qué es lo que soñé, y que me digan entonces su significado. Si no lo hacen, les costará la vida”.

Obviamente, no pudieron hacerlo; por lo que Nabucodonosor dio la orden para que los sabios fueran prendidos y ejecutados.Lamentablemente, esa orden incluía a un joven hebreo cuyo nombre era Daniel, que había sido llevado en cautiverio a la corte del rey. Daniel pidió más tiempo (Daniel 2:14-16), a la vez que le prometía a Nabucodonosor que él le daría el contenido y la interpretación de su sueño.

Daniel 2:17-28 Daniel corrió al encuentro de sus amigos hebreos y dedicó un tiempo a orar con ellos, pidiéndole a Dios que les revelara el secreto del sueño de Nabucodonosor. Sabían que sólo Dios podía leerlos pensamientos de Nabucodonosor (Véase, por ejemplo, 1 Reyes8:39). Dios no le falló a Daniel, y le reveló tanto el contenido como la interpretación del sueño de Nabucodonosor. (Daniel 2:19) Al día siguiente, Daniel se presentó ante el rey y le explicó su sueño tal como se lo había prometido.

Daniel 2:31-35 En el sueño, Nabucodonosor había visto una gran estatua construida con varios metales: cabeza de oro, pecho y brazos de plata, vientre y muslos de bronce, piernas de hierro, y pies de hierro mezclado con barro. Luego, en el sueño, una piedra “no cortadacon manos humanas” (Daniel 2:34) impactaba sobre los pies de la imagen y la demolía por completo. Entonces el viento barría los trozos de la estatua, y la piedra crecía hasta llenar toda la tierra.

Daniel 2:36-45 ¿Cuál es el significado? Daniel explica el sueño con todo detalle. Comenzando con la cabeza de la estatua, cada uno delos metales sucesivos representa un imperio sucesivo. La cabeza de oro representa a Nabucodonosor y su imperio babilónico. “Tú eres la cabeza de oro”, dijo Daniel (Daniel 2:38) El poderoso imperio de Babilonia duró desde 605 a. C., aproximadamente, hasta 539 a. C.,cuando la ciudad fue demolida por el general persa Ciro.

El imperio Medo-Persa gobernó entonces desde 539 a. C. hasta 331 a. C., cuando los persas fueron vencidos por Alejandro Magno y los griegos, representados por el vientre y los muslos de bronce. Sin embargo, en 168 a. C., el imperio griego fue a su vez aplastado por los romanos, representados en el sueño de Nabucodonosor por las piernas de hierro.

Los romanos fueron el poder dominante en el mundo hasta 476 d. C. cuando las tribus bárbaras del Oeste de Europa y el Norte de África los pusieron finalmente de rodillas. El Imperio Romano de Occidente se desintegró formando diez divisiones,que están representadas por los pies y los diez dedos de la imagen. (Daniel usa los dedos para describir a un reino de hierro que fue dividido, Daniel 2: 41).

Esas tribus bárbaras se convirtieron en las naciones modernas de Europa Occidental con la excepción de tres, que se extinguieron:

Germanos: alemanes

Anglosajones: británicos

Visigodos: españoles

Lombardos: italianos

Francos: franceses

Hérulos: extintos

Suevos: portugueses

Vándalos: extintos

Burgundios: suizos

Ostrogodos: extintos

De acuerdo con el sueño, esas naciones de Europa Occidental tratarían de mezclarse “por medio de alianzas humanas” (Daniel 2:43), o de restablecer la unidad perdida con el colapso del Imperio Romano de Occidente.

La reunificación del Imperio Romano de Occidente es un sueño que ha fracasado muchísimas veces. Los monarcas europeos trataron de lograr la unidad por medio de los matrimonios cruzados. Todos ellos fallaron miserablemente. Carlos V trató de conquistar y unificar toda Europa,pero se vio forzado a abdicar al trono. Luis XIV de Francia también lo intentó. Y Napoleón. Y el Káiser. Y Hitler. Y todos fracasaron estrepitosamente porque el Dios de Daniel había dicho: “no se unirán el uno con el otro”.

Esas siete sencillas palabras proféticas han controlado el destino del mundo occidental por más de 1.500 años. Europa no se reunirá en el Imperio Romano de Occidente, porque Dios dijo que no lo haría. Los intentos actuales continúan fracasando. Lo único que unirá al Imperio Romano de Occidente y al resto del mundo será la llegada de la gran piedra del sueño de Nabucodonosor, que representa el reino que establecerá Dios mismo. ¿Cuándo sucederá? Mateo 25:31 lo aclara: “Cuando elHijo del Hombre venga en su gloria, y todos los santos ángeles con él, entonces se sentará en su trono de gloria”.

Estamos viviendo en los dedos de la imagen, en “los días de estos reyes” (Daniel 2:44). Ya se ha cumplido todo lo que menciona Daniel 2, con una sola excepción: ¡el regreso de Cristo!.

No sabemos con exactitud cuándo va a venir, pero sabemos que se está acercando. Eso nos lleva a una pregunta importante: ¿Estás listo para ese acontecimiento glorioso?

Fuente: http://www.estaescrito.org